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| Introduccién Y entonces, no es eso --¢Xentonces? (er puis) {No es ésta, en su mas simple expresi6n, la primera intervencién del psicoanalista? {No es ésta, reducida_a su raiz, Ja frmula misma del relanzamiento de la palabra, de la regla fundamental en su efectividad? {Noes ésta la tnica palabra, la Gnica palabra adecuada (ya que es una) que con toda legitimidad puede en principio decir un psicoanalista? Sin embargo este “zy entonces?” no va de suyo. {Qué psicoanalista no estuvo alguna vez confrontado a la experiencia de un hombre o de una mujer que viene a pedirle ayuda y que, teniendo en mente para encuadrar su solicitud el modelo de la consulta médica, conffa su dificultad en unas cuantas frases, luego...se calla... y espera? Qué? Bueno, tal vez nada; eventualmente que se le hagan preguntas, pero eso si, preguntas serias, de esas que procederfan directamente de todo el saber detentado por aquél © aquélla que, en apariencia, tan c6modamente permanece en su sillén. Porque El sabe, porque El es tan experimentado, va de suyo queel Médico conoce también las buenas preguntas. {Que las plantee, pues! Le correspondea él tomar ahora la incitativa, después de esas pocas primeras palabras que se supone lo han encauzado. En un contexto transferencial de este tipo, responder: “ |Y entonces? ” roza casi Ia injuria. 10 Freud, y después Lacan -- 4Cémo es esto del “Y entonces?” (piensa ante el psicoanalista el paciente, al principio sorprendido, pero, no bien se recupera, s subitamente sjado 0 mordaz) {Lo tinico que falta es que todavia yo tenga que tomar a palabra! ”. Luego, mas abiertamente: --“ jPero le austed, Doctor, interrogarme! Es entonces, cuando una nueva respuesta : --“ ¥ entonces?” junto con la desconcertada y, de allf en més, defini réplica: ye —_ precipitan a los dos partenaires al borde resbaloso de un abismo que no es otra cosa que la comprobacién de una notable paradoja. Muy pronto, ~ gn efecto, se pondri en evidencia gue ese nuevo * ;¥ entonces? " no es recibido por el paciente como una verdadera pregunta; no es “seria”. De_ este modo, planteando una yotra vez la pregunta “z¥ entonces?”, no se _ Teconoce que el psicoanalista pla erdaderamente una pregunta, atin_ cuando realmente la haga. En tanto que, el ain-no-analizante (pero, alo mejor, {quién lo sabe?, ya lo es), al no plantearse otra pregunta (otra _ demanda), plantea realmente una y, en este sentido, tampoco él_es reconocido cuando se escucha responder. (notable ambigiiedad Ja de-ese. ™gP", pero-que justamente no opera) “,¥ entonces?”. Si existe una situaci6n en la que “uno no se comprende”, si existe una situacién en la que el malentendido se ve reducido a su més simple expresi6n, es precisamente ésta. Y sucede que las cosas quedan asi. {Serd entonces porque ese. ento, sucesivo no-analizante entrevié-mas que nadie el agotamiento hacia | el cual le conduce el “ ZY entonces? ” ? Thomas Bernhard lo ha puesto notablemente de manifiesto: hay pocas cosas, en efecto, que pueden resistir ( he aqui que aparece de pronto esa palabra psicoanaliticamente tan cargada) el “ZY entonces?” . A diferencia del paciente que acaba de ser evocado, Bernhard se abisma en el “ ,Y entonces? ” sin que aparentemente ni siquiera se lo demanden, haciendo de él, segtin su inspiraci6n, un uso al parecer desbocado, pero que en realidad no es otra cosa que la eleccién de un “punto de apoyo” estilistico. Segtin este maestro austriaco del “Y entonces? ”, incluso la obra de arte mas Iniroduccién _\ reconocida no resiste (de nuevo aqui la palabra que vuelve, pero no es la misma), termina por ser destruida como obra de arte, una vez que se le aplica el “ ,Y entonces?” de una manera suficientemente... recalcada (éppuyée). Destruir, dice él. El “ ZY entonces? ”, recalcado (appuyé) agota (épuise). Alerigir ese “ .Y entonces? ” al rango de conector Idgico que liga los caminos de Freud y de Lacan, anticipamos una solucién (si es que hay alguna) para aportar al problema de la articulacién de aquellos. Sin embargo, esta anticipacién queda como la més ligera que se pueda suponer: que se piense en el peso de sentido, es decir, en que liga, es decir, religiosamente, de un conector como “retorno a...”'ses asimismo la mas vasta, la mds abierta. A menos que..., a menos que, por la asociacién libre que instaura el “ ;Y entonces? ”, dicha apertura no sea mas que un sesgo susceptible de revelar mejor hasta qué punto esta articulacién, dado un cierto punto de partida, fue algo pautado o incluso impuesto. Ciertamente, nadase le podrfa fundamentalmente objetara quien declarara que distinguir y, por lo tant la secuencia “Freud, y después (er puis) Lacan” depende de un prejuicio, aunque muy ilustrado. En una épocacomo laactual, en laque valiosos trabajos de historia del psicoandlisis, ven la luz de una manera hasta aqui inigualable por su amplitud (al punto que uno llega a preguntarse si no son candidatos a hacer las veces de teorfa), resulta claro que el movimiento impulsado por Sigmund Freud y por él nombrado psicoandlisis podria dar lugara muchas otras secuencias. Podrfa haber algunas del mismo tipo, vinculadas ellas también aconflictos de escuelas: “ Freud, y después Mélanie Klein ” no seria la dltima que se nos ocurrirfa. Asimismo habria otras de una factura un poco diferente, perono porestoestarfan menos histéricamente realizadas y que! constituyen uno de los tantos nombres de la transferencia: “ Freud, y después todos lo as "Freud. y despus cada modelos otros” (Variantes: “Freud, y después algunos otros muy poco numerosos ” -y éstos serfan los detentadores del anillo-; 0 bien,Ja variante més dificil de exhibir piblicamente: “ Freud, y después yo” ), 0 atin, “ Freud, y después... no 1- Lacan estaba advertido del posible resbaldn en esa pendiente. De ello da testimonio su incesante cuestionarse acerca del valor que se debfa acordar a su “retorno a..”; este Ccuestionamiento fue un acompafiamiento esencial de su promocién de ese conector como manifestando su relacién con Freud. (Cjr. Philippe Julien, Le retour a Freud de Jacques Lacan, Parts, EPEL, 1990, Hay versidn en espaitol, El retorno a Freuedde Jacques Lacan, SITESA, México, 1992). 12__ Freud, y después Lacan mas (necesidad) de Freud.”. Y_en tal caso, tenemos 1a version del psicoandlisis como ciencia que, al igual que un buen mimero de ciencias, no necesita referirse a su fundador salvo a titulo de respetuosa conmemoracién. Se ve con claridad en ese tiltimo ftem de la lista: cada una de sus secuencias plantea, o al menos compromete de una manera especifica, el. problemaepistemol6gico del psicoanilisis queincluye el de sutransmision. ‘Adecir verdad, hablar como si fuera obvio del “problema epistemol6gico del psicoandlisis” resulta intempestivo. ;Podemos acaso, a propésito del psicoanélisis, continuar con la idea segin la cual a cada una de las disciplinas socialmente reconocidas le corresponde un conjunto definido de preguntas referidas al estatus desu saber? Esas preguntas consideradas en un haz compondrian la epistemologia, otra disciplina, pero de un estatus diferente al del resto puesto que ha elegido como objeto propio el saber tal como lo produce (suponemos que un poco ciegamente) cada una de las otras disciplinas. El hecho de que le debamos a tal proceder un cierto ndmero de trabajos ya clésicos no impide preguntar: {.Cémoes que cada una de las ciencias, duras 0 blandas, aceptan dejarse tratar asf? {Cudles son las mil y una maneras por las que ellas manifiestan que un tratamiento de ese tipo les conviene bien, poco o mal? En Jo que concierne al psicoanilisis, y especialmente debido aque con Lacan recus6 lanocion de metalenguaje, es ie una _reconsideracion semejante del saber que PrOdIce no resulta obvio. Desde el punto de vista del propio psicoandlisis, no €s por lo tanto evidente que exista ni que deba existir algo que se lame epistemologfa del psicoandlisis. Pero sin embargo se plantea un problema, pues se piensa, inclusive en el andlisis, que tal es 0 debiera ser el caso. ;Acaso Freud no consideraba que el psicoandlisis, al ser parte de la ciencia, dependia ipso facto de su epistemologfa? Y Lacan, porel contrario, al haber puesto en primer plano la singularidad del saber freudiano, jacaso no proyectaba recomponer lacpistemologiaen su conjunto desde esta irreductible singularidad? ? Se trataria aqui de dos posiciones extremas. ;Delimitan ellas con toda evidencia el espacio bien constituide de una cuestién especifica y 2 Queélhayacalificado alguna vez al psicoandlisis como “ciencia conjetural” ibaen este sentido, Dicha identificacién se acompafiaba, en efecto, de un cuestionamiento del prejuicio moderno segs el cual las Gnicas ciencias verdaderas son las llamadas ciencias duras. Introduccia 13 clasificable como “ epistemologia psicoanalitica”? Esto se puede poner en duda, Mejor establecida aparece Ia afirmacién segtin la cual el psicoanilisis, més que algunos otros sectores localizados de produccién de un saber, no ha cesado de interrogarse sobre su estatus como saber. No es Seguro, ni mucho menos, que esto constituya un buen signo, un signo que manifieste que el psicoandlisis existe como una diseiplina que tiene su objeto, su” métado, su paradigma, sus instituciones, su dispositivo de formacién de cientificos, su ensefianza, sus procedimientos de admisin 0 rechazo de vos enunciados producidos, sin olvidar, en fin, el re I snocimiento (ieee eles A juzgar por su historia, el psicoanilisis no se beneficié en absolut de las épocas de tregua que Thomas Kuhn lama “ciencia normal”, épocas durante las cuales, tranquilamente apoyados en una matriz, paradigmatica admitida por todos, los cientificos de una disciplina como la fisica 0 la quimica trabajan para ampliar el imperio hacia nuevos territorios. Serfa equivocado figurarse que del tomado como referencia, pueda surgir la invencién de una nocién como la de “ciencia normal”. Esto se debe al hecho de que, en Io relativo a su estatus como saber, el psicoandlisis no ha cesado de producir respuestas que erurtiompo mas omenos bIeVe, SE TEvelaTOn InCONVENIeNteS, Fsta_es, pues, la ambicidn del presente trabajo: habiendo elegido la secuencia “Freud, y después Lacan” como la mds apropiada para poner al dia la especificidad epistémica del psicoandlisis freudiano, mostrar, si no demostrar, que la solucién que hoy* podemos aportar aeste problema conviene, por cierto, pero no absolutamente y también que en esta variante residen inéditos problemas “epistemolégicos”. De allf este plan, raro, no ortodoxo: una primera parte, reducida a unas pocas paginas, que expresa una suerte de respuesta-manifiesto y, al hacerla, delimita el lugar de las preguntas; luego una segunda parte en la que se enuncian algunos de los aspectos que quedaron latentes en la respuesta, pero, sobre todo, lo que es capital, aspectos que también son marcas de un “no es exactamente eso”. Analisis Nuevamente encontramos aquf el isomorfismo del punto de partida, aquél dado porel “ :¥ entonces?” (et puis), entre la aplicacin del método 3- El carscter crucial de este “hoy” se manifestard mds adelante. 1 Preud, y después Lacan {youdiano al caso y su presente aplicacién a la articulacién Freud-Lacan. Jin efecto, ga qué se refiere esta oposicién entre un lacénico manifiesto y un latente desplegado? No solamente -y ése es, por otra parte, el caso eh) el sueio- a una condensacién o incluso a una metéfora. Se refiere (umbien a nuestro objeto aqui mismo, al estatus del saber. En efecto, dove que Lacan designa el inconsciente como un saber, se ha insistido Wucho en que-el sei 10 sabfa eso que sin embargo sabia. Se ha jiiento muy de relieve e! ido y yano cuentan los comentarios _ » (rulucciunes de Wo Es war soll ich werden de Freud. Sin embargo, ese Helio deviene un demasiado, porque deja que persista el prejuicio peicolayiaty que Gl mismo terminé por alimentar, porque conduce a “boogie uot carade la moneda del sabercon la cual el andlisis no tiene Heine que Yer eye yer hublante (parl’étre) que no sabe. 2 Hamble: auie! ue sabe (que cree saber) fo que no sabe. Con el saber, él “ye pbeitoriae’” Lacan lo pereibié hastael punto de disponer de una palais fae eapeMae odio hacer con eso en la medida de lo posible: se Wahab entatiews, dee ia él, de “vaciar la cvidencia”. No hay raz6n alguna U8 #1 nabiey HANH el ental Jol saber en psicoandlisis escape a esa HiMTE) ACOA Guiieat Git 10 04) de I evidencia ora reece palecaialinis era Hid eleHeld, We Ereyd saber que no lo era (eso Hamann molerne a Papper eh la cabera), se creyé saber que era un jenero particular de elenels, we creyd suber que era una enfermedad contagiona, se ereyd saber que era un dixcurno La evidencia del saber, en cl andlisis, funelona segtin un régimen temporal particular, Por todos lados, parece que esta evidencia termina por manifestarse en un determinado momento como un demasiado, demasiado costosa, especialmente en términos de invencion del saber a propésito de problemas cruciales y sin embargo no resueltos. Pero en el andlisis, allfestd su singularidad (una singularidad que comparte, aunque en un cierto aspecto, con la literatura y con cada una de las artes -se ha observado que en literatura los caminos son siempre y renovadamente 4- Una prdctica que muy vivamente puso los pelos de punta al ilésofo Clément Rosset. Gjr. su En ce emps-la, Paris, Minuit, 1992, y nuestra respuesta: Louis Althusser récit divan, Paris, BPEL, 1992. [En espaiiol, En aquellos tiempos y En estos tiempos, (espectivamente), Epeele, México, 1993). Introduccién 1S abiertos), el “no es eso”, primer instante de va evidencia como evidencia (por lo tanto, primer tiempo de su vaciamiento) muy pronto golpea la invencidn del saber, Dicho con més rigor: en el andlisis basta que un saber sea producido para que, por ese hecho mismo, se encuentre ya marcado por el “no es eso”. Es necesario atin tomar nota de ello..:¥ aqui interviene el trabajo de vaciamiento de la evidencia que, como todo tiempo para comprender, puede llevar un cierto tiempo. No hay en el andlisis, decfamos, momento de“ciencianormal”, El momento de concluir, tercer momento del tiempo Iégi ento aqui (ya que aquella primera parte a la que llamamos ‘“manifiesto”, en efecto, fue enwprincipio una conclusion es, Lacan lo advirti6, un_ momento _de concluir “de través, Pero, apuntalando esta tesis, se podria también subrayar que un punto comin a los caminos de Freud y de Lacan estuvo constituido por esa constante renovacidn de problemas y soluciones que, al agudizarse, se convierte en trastorno que causa innumerables disgustos alos seguidores> (siempre a la zaga de si asimismo ocasiona un formidable y original problema de lectura. Algunos de los san ae introduce Freud en su doctrina alcanzan real Ge Dea Bastenos mencionar un zt f introduccién de la pulsién de muerte. Senierieetl roritetatrains psicoanalistas una divisin en “pro” y “contra” tan violentae irreductible como la provocada por él surgimiento de un nuevo paradigma en la mas incontestable de las ciéncias. Del mismo modo, Lacan declaraba a sus alumnos en 1967: “[...]no crean que mientras viva, podrén ustedes tomar algunas de mis formulas como definitivas”. Ciertamente, la sucesién de los matemas escritos por Lacan por sf sola plantea la cuestién de saber si uno de ellos puede ser el bueno, cuestién que no puede ser resuelta G3 La temporatidad ue designe la produecin de saber en ‘ Ie para comprender y el momento de conch fr. Jacques Lacan, Bveritos 1 lo XX1 Eaitores, México, @ ed, 1084 p.21). Cu Erik Porge, Se compter trois, le temps logique de Lacan, Toulouse, Eres, 1989. @eseséeninon ativo agi (jens que las abnusautbvorsasbiogan remilgos) Consituye,poreleantravia, wasuerteenorme,y uns inmensa fel del “atar stcorazGn.a.un gran hombre” rimer Sacramento de lacultura”, Estas ‘palat ‘con Wagner una intensa experiencia personal de 10 que ¥ fase “a 16 Frewd, y después Lacan mediante la elecciGn del fechado en dltimo término, salvo que se dé ala muerte real de n cl estatus de un hecho no contingente respecto de esa sucesién, paso que no daremos. Pero, de manera més radical, esta sucesi6n indica que no hay una férmula definitiva en psicoanilisis, que el andlisis esté condenado a una suerte de curso loco desde que la invenci6n del saber -por lo tanto, su hacer saber- es también aquello que lo vuelve caduco. Es.que el psicoandlisis tiene que ver con un real al cual replica, con un real que tiene su historia, que no ignora del todo la acogida que le reserva GI psicoanilisis, que a su vez replica a esta acogida y que se llama Joc? La acival histeria, por s6lo mencionarla a ea, va no es mas Compatible con la pobre figura que da de ella un Jean Martin Charcot. Lacan, después de Freud, estudio muy ¢ especialmente elestatus del saber sicoandlisis-Cinc el saber era su problem ‘situando al inconsciente como saber no sabi. desarel lando una teorfa de la tra E deun_sujeto supuesto saber es crucial, adviriendo esa _relacién que nosotros retomamos aqui por_ Auestra cuenta entre el saber sabido y su caducidad, en particular, con la indicacién de que cuando un significante representa al suj H se significante, ese sujeto se esfuma, esta en fading cuando adviene asf al lugar de ese otro significante donde el saber es producido como sabido. De este modo, la secuencia consecutiva “Freud, y después Lacan” nos parece mds apropiada que cualquier otra a los fines de poner de relieve el tan particular estatus del saber en psicoandlisis y para aportar, por este medio, una contribucién del andlisis a la epistemologfa, al menos bajo la forma (extrafia) de un problema bien planteado, En efecto, confesémoslo: No nos parece (salvo Wittgenstein, de quien no vemos qué razones -habida cuenta de su obra- nos harfan colocar sus observaciones sobre Freud bajo el rubro de la epistemologfa) que hasta el presente la epistemologfa haya tomado nota verdaderamente del caso del psicoandlisis, sobre todo, en lo que éste pone de relieve respecto del saber. Este libro no podrié ino estar conforme con su objeto: en primer lugar, mesemarerogue ‘el6comoun: in saber ciertamente nuevo, pero, sobre todo, como el mas apropiado para dar cuenta de la secuencia consecutiva “Freud, y después Lacan”. A continuaciGn tratar, Iovalmiente, ese saber Introduccion 17 sabido con el “no es eso” que vacfa algunas de sus evidencias. Si se nos permite mite decirlo aqui, éstos son los puntos de “detalle” que asf estudiados merecen nuestro interés. De este modo, hemos debido aprender a costa_ nuestra que resultabaintempestivo y desde todo punto err6neo do punto erréneoconsiderar_ al psicoandlisis como una disciplina constituida (jLa primera linea de, =o Fy, fiaestro primer capitulol); que en esa falta misma (si es que es una) reside Cer, todo el interés de un concepto como el de_campo freudiano. Hemos debido aprender, esta vez no como correccion de un saber mal adquirido sino como un suplemento correctivo localizante, que, por lo tanto, limita lo que suplementa, que este concepto de campo freudiano sélo tenfa sentido epistémico vinculado a aquel de método freudiano. Y es probable que de tales podas resulten algunos frutos; en efecto, andando camino, descubrimos que la secuencia consecutiva “Freud, y después Lacan” era también el nombre de un recorrido que rehacia hasta cerrarlo aquel otro primer recorrido que de Maquiavelo a Descartes habfa establecido un discurso subjetivado del método. De Ja misma manera, en el puntoexacto donde en Lacan el ternario real simbdlico imaginario no podria ya funcionar como paradigma del psicoanilisis sin convertirse él mismo en cuestin, encontramos esa divisién del simbélico en simbolo y sintoma de la cual no hemos sabido extraer todavia las consecuencias para el psicoandlisis de hoy. ~“Extrafia ambicion para una obra , se dird, la de hacer valer un “‘jno es eso!” En efecto, aun lector advertido, {no se le deberia proponer una obra ‘s6lo una vez que se dispusiera de una respuesta positiva a la cuestin que | &l pretende ahora ise lama “progreso” a hecho de vano ber eo" que se sabfa sin saber que se To sabia indebidamente, nodré admitirse que_ la secuencia consecutiva “Freud, y después Lacan” constituy6 un progreso, Lacan vaefa a Freud: un cierto nfimero de evidencias del saber presentes en Freud (y, principalmente para lo que nos importa aqui, el hecho de que el psicoanilisis tuviera en Freud el estatus de una ciencia) $e hallan subvertidas por Lacan, Fste, a su vez, proporcioné otras respuestas, las cuales se encontrarén—vaciadas—cHastembiéa—de su evidencia ( por ejemplo ésta, todavi i i embargo de cardcter dudoso: el psicoandlisis noes ciencia sino discurso). “Acada paso, se sabe menos; graci: ii dn del “no es eso”, salta cerrojo y surgen problemas hi Tal vez, po suerte 0 por gracia, también verdaderos hallazgos, soluciones inéditas. oy 18__ Freud, ydespués Lacan ‘No saber eso que no se sabe, tal es lo que aparece como intento de realizacion del psicoandlisis en su curso loco. {No es esto lo que define al psicoanalista, lo que lo hace ser lo contrario de un especialist&8? Y es este curso mismo el problema que el psicoandlisis presenta a la epistemologfa, problema del cual la epistemologia no se ha podido hacer cargo hasta ahora. - “7 Y entonces? ” i é Primera parte -“ 4{g¥ entonces?’ ? {Pero mire! jLas paginas siguen!” -“ {No es eso!” -" ¢¥ entonces?” De un manifiesto e Este “nosaberloque nose sabe" no es unacuestiin especificadel psicoanalisia. ;COmo ‘io imeneionar TAG smiedad del saberps de Kraepelin se negabaai Wastico, salvoelcaso, entosces bienestablecido, delapardlisis general, Hastael dfaen que... hizouna excepci6n; cescierto que se trataba de su rey, Luis II de Baviera, con el cual -conclusién légica de ese pasoal costado en-elacion-a su-ética que él mismo anuncis aS mujer-murié ahogado, 22_ Freud. y después Lacan Asif el apoyo del nombre propio de Freud tomado como calificativo mantiene una prudente y, en consecuencia, un feliz dejar en suspenso la respuesta a estas preguntas, pero con la posible contrapartida de descuidarlas demasiado, de dejarlas a oscuras. Fue necesarialaensefianza de Lacan, en acto, para que ése no fuera el caso, Sin embargo, teniendo en cuenta hoy el camino que abrid, aquel apoyo mismo se ha vuelto problematico: “freudiano”y“‘lacaniano” ;sonconcurrentes? ;Sinénimos? {Qué disimetrfa liga el uno al otro? Uno Freud forjé el inconsciente (ICS) por un razonamiento de tipo abi abductivo. Charles Sanders Peirce da este nombre a la puesta en juego de una hip6tesis capaz de permitir que se reduzca la extrafieza de una clase de fendmenos observados. Freud construye una clase de ese tipo mostrando que los sintomas histéricos, los suefios, los lapsus, los actos fallidos, los chistes dependen todos de los mismos mecanismos; el ICS es el nombre de esa hipétesis de base que abre la posibilidad de dar cuenta d de la Homogencidad de fos mecanismos. Esto implica introducir en el“ aparato psiquico™ al menos dos polos, pacer v ta de hacer valer el conflicto como tal, pues hay cor conflicto ya que esos fendmenos denotan, cadatino@st-manera,la oposicidn de una realizacién del deseo y deal igo que se constituye en su obstaculo. El_objeto de Freud es este aparato psiquico -la personalidad-, pero _ considerado fundamentalmente dividi -Hay.un binarismo “€n Freud a la vez esencile insostenible. Lo més notable es que, en sus escritos, Freud testimonia este insostenible como tal. Asi, por ejemplo: a ud testimonid eatenmnsostenible‘como tal. ‘Ast, pot ejemplo: - la oposici6n percepcién/memoria es fundamental desde su Proyecto de una psicologia cienifica para neurdlogos, pero Freud distingue alli tres — fipos de de neuronas, G ” Nuestra concepciéneradesdeee! principio dualisiayhoy permanece as de manera mas decidida adn, desde el momento en que los 1érminOS OpHEstos ya no son para nosotros “pulsiones del yo-puisiones sexuales, sino pulsiones de vida-pulsiones desmuerte, La fear tear de la libido de Tung esa contratio. monista (..)”S_Ereud, “Mas alld del principio de_ placer”, en O.C., Vol, VIII, Bs. As, 1979. Freud desplazado 23 - la _oposicién_inconsciente/consciente-preconsciente_(CS-PCS) es esencial,pero esté acompafiada de la distincién secundaria CS/PCS, ~ la _oposicion_ pulsion sexual/pulsién_del_yo se transformaré en la oO] que ni una ni otra oposicién rdaderamente lo que ‘ado como pulsién parcial, - la oposicién amor/odio con la cual Freud (en_Andilis interminable) se remonta a Empédocles, pero no sin dar testimonio, correlativamente, de su tropiezo con el complejo de castracién Este_binarismo_ba: a_sefiala jeto de Freud no es el ciente sino, mas bien, como lo afirma la International Psychoana- lytis ssociali s tos la _ciencia analitica, la_personalidad = inconsciente es una instancia. Dos Carlo Guinzburg, profesor de historia medieval en la universidad de Bologne, inscribié el camino abierto por Freud en lo que denominé un paradigma del indicio, cuya introduccién sitdaa finales del siglo XIX. El término “indicio” remite notablemente al orden de lo personal, y de manera tanto mas radical cuanto que se trata de circunscribir “ la personalidad aese lugar donde el esfuerzo personal es el menos intenso™. Hay, pues, aqui, divisi6n, y Freud se halla, en efecto, préximo a Morelli (como él mismo lo escribid), a Sherlock Holmes (como no ha dejado de suponer la opini6n publica), a Mobillon de Cuvier, a Bertillon (creador de la antropometrfa), a Purkyne (fundador de Ia histologfa),... ete. Sin embargo, esta lista basta por sf sola para manifestar que el mencionado paradigma del indicio, al abarcar mucho, poco aprieta al psicoandlisis; se le escurre lo que hace a su especificidad. 3.-Carlo Ginzburg, “Signes, traces, pistes”, en Le débat, n° 6, noviembre de 1980, Paris, Gallimard, p28. Freud desplazado! Laspruchasjsigantaverdat Braque Cero El psicoandlisis es una disciplina local y razonada. {Cudl es su objeto? La cuestién no se deja formular facilmente. {EI psiquismo humano? {La personalidad? jE inconsciente? ;El objeto a? Correlativamente, su situacién bajo la mirada de 1a ciencia sigue siendo problemdtica: ,ciencia del alma?, ;ciencia conjetural?,,no ciencia sino discurso? ;Delirio? L.- Aunque este texto est aguf como punto de partida, constituyé el final, a la manera de tun toque de trompeta, de un cierto nimero de trabajos ya directa o indirectamente epistemolégicos en los que se encontraba problematizada la articulacién Freud. Entre los primeros, se situar, ante todo, la puestaen obra de la teorfa de la discursividad tal como puede vérsela funcionar en nuestro estudio titulado Lettre pour lettre, Toulouse, Erts, 1984 [en espaftol Letra por letra, Edelp, Bs. AS., 1993]; fue esa utilizacién misma Jaque nos revelé los limites de aquella, Entre los segundos, mencionaremos el hecho de que nuestro interés estribaba en el estatus de la letra en el psicoandlisis (cfr. Ia obra antes mencionada). Poner la transliteracién al desnuda revela que el andlisis es inclasificable dentro de las categorias yaestablecidas; en particular, su matematizacién no podia ya mis serconsiderada como si fuera exactamente del mismo orden que el de formalizacién con el que se operd en las ciencias duras. Se ha querido aqui reproducir aquel “Freud desplazado” casi tal cual como fuera publicado en Littoral n’ 14, Toulouse, E1 Noviembre de 1984 [en espaol, Littoral textos de psi 0° L, La Torre abotida, Cérdoba, 1986 y en Lacan Freud ; Qué relacién? Villacafia, México, 1987]: dicho de otro modo, sin lascorrecciones queexige laserie de estudios puntualesa los que inmediatamente dio lugar, algunos de los cuales se encontrarinen la segunda parte del presente optsculo: “Latencias” 26 _ Freud, y después Lacan kuhnianos: lo que fue el trabajo de Lacan a 1953, d ue formuld. ez el ternario 1.S.R. EI conjunto de trabajos de Lacan anteriores a esta fecha puede ser considerado, a partir de ahf, como un formidable esfuerzo porreconstruir, en primer lugar, la ciencia psiquidtrica y, luego, el psicoanidlisis, sobre la Ginica base de la funcién a la vez estructurante y alienante de la imagen (cfrel texto fundamental sobre Los complejos familiares, en donde rechaza el Edipo y el complejo de castracién de Freud situdndolos mejor de lo que lo habfan hecho las “intuiciones demasiado apresuradas” -las de Freud en Totem y Tabi-, a partir del estadio del espejo; cfr. también, en los afios cuarenta, su nocién de identificacién resolutiva y su definicién del andlisis como paranoia dirigida’). Cinco Kuhn distingue tres casos de introduccién de un nuevo paradigma: 1.- Dicha introduccién crea una disciplina en un campo que no estaba hasta entonces jalonado mds que por discusiones de escuelas. Ese caso corresponde a lo que se llamé en la epistemologfa post-bachelardiana francesa “corte epistemol6gico”. 2.- Dicha introduccién sustituye con un nuevo paradigma un paradigma antiguo, en el cuadro de una disciplina ya constituida. 3.- Dicha introduccién es una refundicién de un paradigma en vigencia, el cual subsiste, entonces, como ordenador de la disciplina a través y gracias a esta refundicién misma. Niel caso | niel 3 corresponden a la articulacién Lacan/ Freud. Lacan no fundé el psicoandlisis; tampoco refundié un paradigma inventado por Freud, Toda tentativa de armonizar a Freud con Lacan, de hacer valer en Freud equivalentes para I., S. y R., si bien puede no carecer de un interés 17.-Cfr. Jean Alloucn “Du discord paranoique”, en Littoral n° 3/4, 5 y 6, Ed. Exés, Tolouse, donde estos temas son discutidos [También en Leztre pour letire, ap. cit, y en espaol Letra por Letra, op. cit.) Seremitirs tambign al estudio titulado “Les trois petits points du retour ...", en Littoral n° 9 . La presente declaracién decimal extrae las consecuencias especialmente de estos dos trabajos. Freud desplazado 27 parcial, estd destinado a fracasar. El ternario I.S.R., como tal, no se halla enFreud, Antes bien, la operacién de Lacan con Freud puede ser pensada como la que “desliza” (SR, bajo Tos pies de Freud (esta metatora es de Lacan). Freud, notaba Lacan, no era lacaniano. El anudamiento de I.S.R., ausente en Freud, es , entonc aquéllo que se encuentra denotado aqui por ef término “Tacan iano” -po Io tanto, en Lacan mismo. Es decir, que la articulacién Lacan/Freud ud debe situarse como una sustitucién. ;Sustitucién metaforicao metonimica? En modo alguno puede decirse del paradigma lacaniano que sca una metéfora del camino abierto por Freud: la sustitucién de un paradigma por otro (esto marca la diferencia entre los segundos y terceros casos distinguidos por Kuhn) los revela inconmensurables; y, como lo sugiere el término “deslizar” que usa Lacan cuando interroga a Freud con el L.S.R., cuando confronta Freud al I.S.R., término que evoca el deslizamiento del objeto parcial por debajo de la cadena significante, es a titulo de una sustitucién metonimica que hay que marcar la articulacién de Lacan con Freud. Lacan desplaza a Freud. Tal es la singularidad de su posicién frente a Freud, Lacan no es ni un epfgono de Freud ni un herético respecto del psicoandlisis. Desplazando a Freud, Lacan constituye el objeto del psicoandlisis como no menos metonimico que el de la pulsién y el del Seis La sustitucién metonimica implica una vecindad, una conexién. El campo de la conexién aparece hist6ricamente constituido por lo que mas tarde Lacan Ham “campo paranoico de las psicosis”. Se trata, més precisamente atin, de la consideracién de la paranoia como fundamental para una teorfa de la personalidad. Esta perspectiva es comtin a Lacan y a Freud.Lacan dio cuerpo a lo que Freud entrevié con ‘la “neurosis narcisista” de base; la vecindad est4 aqui, en esta proximidad de la frontera al centro ya evocado anteriormente en el punto cuatro. Esa vecindad permite la sustitucién metonimica: primero una teorfa del narcisismo sustituye a otra teorfa del narcisismo que, oportunoes decirlo, es més informe. La sustitucin de un paradigma por otro no intervendra e 24 Freud, y después Lacan Tres Cuando se examina el trabajo de Lacan a partir de sus tiltimos seminarios (Jo que es de buen método en ese paradigma del indicio, uno de cuyos rasgos es el de autorizar profecfas a posteriori), cuando se tiene en cuenta (“la manera en que Lacan se abismé en el estudio del borromeo al querer Tesolver mateméaticamente la ternarizacién de sus tres dimensiones, real, imaginario y simbélico (R.S.I.), no es abusivo afirmar que con L.S.R. Lacan ha dado si paradigma al psicoandlisis. De aqui se sigue un desplazamiento de las cuestiones; en particular, no se trata ya, hablando Hii propiedad, de conflicto sino de anudamiento/desamudamiento (¢/r.su Jectura de Joyce’), no se trata ya de un insostenible dos, sino de un posible tres. Allf donde dos no cesaba de causar problemas, se corta por lo sano __ de la dificultad colocando un tres como primero. ee es No asombrard que a esto haya seguido un cuestionamiento del estatus mismo del ICS; que Lacan haya dicho que el ICS le pertenecfa o, incluso, que haya pretendido introducir “algo que va més alld del inconsciente”. Esta problematizacién esta en el hilo mismo de la introduccién de un nuevo paradigma; tampoco asombraré que no haya sido explicitamente formulada. Cuatro En lo que respecta al descubrimiento de un nuevo paradigma y también a las consecuencias de su introduccién, se pone de manifiesto que los rasgos pertinentes, sefialados por Thomas S. Kuhn, seencuentranrealmente en la relacién de Lacan con Freud*. DESCUBRIMIENTO:Kuhn_ hace notar_que sobreviene cuands disciplina esta en crisis, cuando esta Te eae Gee hemo, ‘proliferacidn de versiones diferentes uno de los si roceso, Tal ‘cTaogues Lacan Le sinthome, seminar de 1975-76, inéit 5.-Thomas 8. Kuhn, La estructura de las revoluciones cientificas, Fondo de Cultura Econémica, México, 1971. Como C. Ginzburg exclayé de ese libro el tardio postfacio en elque dela manera més tipica, Kuhn hace marcha atrés como espantado antela enormidad de Jo que habfa adelantado, Freud desplacade 28 era el caso -incluso sin contar a los disidentes- entre los discfpulos de Freud. Kuhn subraya también que la introduccién del nuevo paradigma comienza entre aquellos que se aplican a él con la conciencia de las anomalfas de la teoria en vigencia. Ahora bien, esta anomalia esta perfectamente designada y circunscripta por Lacan: “el_narcisismo - esCribe en 1932 en su tesis- en realidad se presentacnlaeconoméa de la doctrina psicoanalitica como una terra incdégnita (el subrayado es de ‘Tacan), cuyas fronteras han permitido delimitar los medios deinvestigacion_ derivados del estudio de las neurosis, pero cuyo interior permanece mistico y desconocido™/El psicoandlisis permanecerd inoperante en el tratamiento de las psicosis, si no aprende de las psicosis para dar su consistencia al narcisismo. De alli la primera intervencién de Lacan en el campo freudiano, la introduccién del estadio del espejo, intervencién cuyo alcance esta explicitamente dado, dos afios mas tarde, en el texto sobre Los complejos familiares, cuando Lacan escribe que “Freud permanece cerrado [...] a la nocién de Ja autonomfa de las formas”. El punto de partida del nuevo paradigma, lo vemos, no esté en Freud. Una introduccién de este tipo, legada de otro lado, es otro de los criterios sefialados por Kuhn. Laintervencién de un paradigma nuevo, observa, es a menudo el producto de un hombre joven, recién Ilegado a la disciplina © situado en sus mérgenes. Tal era el caso de Jacques Lacan enel interior de un grupo francés marginal. CONSECUENCIAS: En relaci6n a los efectos que siguen ala introduccién de un nuevo paradigma, Kuhn afsla un cierto ntimero de criterios.@,7EL nuevo paradigma cambia la significacién de los conceptos establecidos Jdesplaza los problemas que se_o! ff eS para decidir cudles son los problemas pertinentes y. es iciones legitimas, 4- modifica lai cidn cientifica ésa fur s de. ii i. 2 2 ~medida), 5.- introduce nuevas formas de pricticas y, en consecuencia, nodifica Ta experiencia (sobr ltim a in del dismo y Lacan sobre las sesiones no_simplemente “cortas” sino también puntuadas, puede ser aqui finalmente reconocida como bien fundada: un combate tal signa, segtin Kuhn, el conflicto entre_ “dos paradigmas), S¢manifiesta-claramente que estos cinco criteri @ jacques Lacan, Dé la psicasis paranoica en sus relaciones con la personalidad Siglo 1, México, 1976, p. 293; fFommadoairectamente del fran aT] Bs _Prvoty dimnute sac tnvis que en tin segundo tiempo ( en 1953), cuando Lacan consolide su primer (rayecto con la nominacién de la dimensién del imaginario como lal; dicho de otro modo, en tanto irreductible a las del simbélicoy del real, Solo a partir de alli puede ser abordada la cuestién de saber lo que fue, 0 mejor atin, lo que habré sido el paradigma freudiano. El paradigma ‘reudiano que aparece aprés-coup manifiesta no tal o cual elemento o tiempo de su elaboracién doctrinal sino,hablando con propiedad, el caso, cada uno de los casos relatados por Freud. Que todos los primeros seminarios de Lacan (anteriores a los seminarios puiblicos) hayan estado consagrados a un comentario literal de los casos de Freud, recobra aqui todo su alcance. Por “caso” se entenderd asimismo el famillonario sobre el cual Lacan se interrogar4 durante un afio y para cuya lectura construiré su grafo. Lacan designaba ese modo de la lectura diciendo que se trataba de “evar el caso al paradigma”. Esta formula da con su equivoco el exacto tenor de Freud y de la articulacién de Lacan con Freud. iInnovard aqui el psicoanilisis mas de lo que se cree, incluso més de lo que se pueda imaginar? Es preciso ligar ese hecho a la singularidad de su posici6n respecto del discurso de la ciencia? Resulta claro, en efecto, que la operacién que sustituye a la puesta en paradigma del caso (el trayecto freudiano mismo que se separa asf radicalmente del discurso médico) por el paradigma explicito que constituye el anudamiento de tres dimensiones no se deja aprehender ni en el primero ni en el segundo de los casos distinguidos por Kuhn (¢r. punto cuatro); participa de los dos sin dejarse reducir a alguno de ellos. Siete En el mismo momento en que Lacan apuntaba a otorgar consistencia al paradigma R.S.I gracias al nudo borromeo, monté las sefiales queindican su propio recorrido diciendo que, en primer lugar habfa puesto el acento sobre el imaginario, luego sobre el simbélico y finalmente sobre el real. Por haber partido de un principio de Arquimedes que no estaba en Freud ~ a saber, el yo como una pura identificacién especular con la imagen de un semejante- es que Lacan leyé el significante’ en el paradigma de 8.-Cfr: Guy Le Gan Toulouse, Eres, 1984. ‘Représentation freudienne et signifiant lacanien” Littoral n? 14, Freud desplazado 29 Freud, en loscasos de Freud y noen lateorfa freudiana ya que precisamente la nocién de representacién amalgama y asf vuelve indistinto lo que depende del simbélico y lo que depende del imaginario. De este modo, la conferencia de 1953 que introduce S.LR. se aplica principalmente a distinguir imaginario y simbdlico (he mostrado en otra parte que paraesta distincién Lacan se apoyaba en la transliteracién). Y durante toda una época (hasta la introduccién del borromeonismo) la irreductibilidad del real no podré expresarse mAs que por medio de la distincién del real y de la realidad... Leer a Lacan consiste hoy en situar tal lecci6n 0 tal texto suyos en funcién de aquella puntuacién fundamental de su trayecto; esto es, leerlo en sus propias coordenadas. Ahf est4 el verdadero desenganche respecto del “Lacan ha dicho”, de ese argumento que se impone tanto mas cuanto mas se prolonga el atolladero producido en Ia lectura. Ocho Ademis, la localizacién que se adelanta aqui de Ia articulacién Lacan/ Freud despeja la vfa para hacer una lectura distinta de Freud, la cual pasa en primer lugar por una nueva traduccién de Freud. Como lo atestiguan los trabajos de la Transa (cfr. Littoral n° 13, asi como el Bulletin de la Transa), se trata de un aspecto distinto de aquel que se consagra a promover lo que hoy aflora y que yo Ilamaré la amalgama freudo- lacaniana. Se hace de cuenta que el yo de Freud era el de Lacan, la representacién freudiana el significante, el Wunsch el deseo... etc. No se traduce a Freud, se lo asimila y en vez de transcribir los seminarios orales de Lacan se prefiere pulirlos. Esta bufonerfa va al encuentro del descrédito casi inmediato con que se topa. Tener en cuenta el paradigma lacaniano como tal implica dejar de cegarse con diferencias irreductibles entre Lacan y Freud; implica preferir las gamas del agalma a la amalgama. Es equivalente decir que Lacan desplaza a Freud al dar con RSL. su paradigma al psicoandlisis y que del uno al otro, el agalma hace sus gamas. 0 Prewd, y después Lacan Hacer caso del paradigma lacaniano implica hacer girar el psicoandlisis hacia la cienciaallf donde la metafora del “retorno a...” la inclinaba hacia un modo filoséfico patentado. Tomar ese modo como modelo habria conducido al psicoandlisis a proponerse como una nueva religion: todas las filosofias elaboradas de este modo se revelan fuertemente tefiidas de religion. El registro del “retorno a...” no pertenece, en efecto, a la misma veta del aprés-coup. El primero no deja de lamentar, nostalgioso, un saber ya-ahi, tanto mas ya-ahf cuanto que es un saber perdido, oculto, desconocido, inclusive sistematicamente desconocido. Esto aparece con evidencia en el vinculo de Heidegger con el origen griego de la filosofia. Heidegger forjé un discurso griego; su vinculacién a los “presocraticos” (las comillas son suyas) encarna el tipo mismo de una discursividad en el sentido de Michel Foucault,en la que est4 comprendida hasta su denuncia del platonismo, isomorfa a la de los sucesores de Freud respecto de Lacan’, Ese saber desconocido y un dia redescubierto gracias a la operacién del “retorno a...” nunca es otra cosa que un saber disponible semejante a la clase de reserva cuando la armada regular es insuficiente. El aprés-coup inventa un saber a partir del cual el primer trayecto - inaccesible como tal- se encuentra escrito por lo que habra sido. Nada més cierto, pero también nada menos, ya que “més” equivale aqui a “demasiado”. El retorno a Freud no podria de ninguna manera reputarse como inaugural de la trayectoria de Lacan. Se lo situard en tercer lugar, si se cuenta como primero la puesta al desnudo de la funci6n de la imagen del otro con el estudio de la paranoia; luego -y a partir de alli- el compromiso de Lacan con el psicoanilisis, un compromiso que no estuvo sujeto a Freud (cada uno de sus primeros textos lo subraya) sino a la ciencia psicoanalitica. De este modo, “retorno a Freud” se manifiesta como el nombre del apoyo que Lacan buscar en el texto freudiano después de inventar ei ternario simbélico/imaginario/real. La invencién de este paradigma que como tal no es freudiano deportaba a Lacan lejos 9.-Para esta promocién de un discurso griego, se consultard a su caballero (en el sentido en que Kierkegaard hablaba del “caballero de Ia fe"), Jean Beaufret, especialmente suv presentacién de una nueva traducci6n del poema de Parménides (coll. Epiméthée, Paris, PUF, 1983 y en espaftol en Los presocntticos, FCE, México, 1978, p.33) Freud desplazado 31 de Freud. Que la consigna de un retorno a Freud haya seguido de inmediato, sefiala suficientemente que Lacan habja advertido el peligro. A partir de ese momento, si, vuelve a Freud, pero para inscribir el nuevo paradigma en el psicoanilisis. El discurso analftico resulta ser asf uno de los nombres de aquello mediante lo cual Lacan intentaba deslizar L.S.R. en Freud. Es uno de los polos del discordio que necesariamente constituira su articulacién con Freud a partir del momento en que fue producida una invencién tan fundamental como S.LR., siendo el otro polo el desarrollo de las implicaciones del paradigma mismo. Era oportuno ubicar en su lugar ese ternario, no en cualquier lado sino muy precisamente en Freud. Todo desplazamiento implica una sustituci6n. Porque la discursividad no es en Lacan ni primera ni Gltima, porque no fue el ultimo cifrado producido para escribir su relacién con Freud (este tiltimo cifrado es nodolégico), porque el reconocimiento efectivo del acto instaurador de un discurso subvierte ese discurso al mismo tiempo que no se deja pensar en el interior de la problematica de ladiscursividad, porque la escritura lacaniana de los cuatro discursos no subsume en el propio Lacan el conjunto de los discursos y, sobre todo, porque esta escritura, al distinguir los lugares de la produccién del lugar del agente, no logra transcribir el cierre de la experiencia analitica hasta tanto el agente se efecttie como producto, el matema de los cuatro discursos no puede ser tomado como si fuera el matema mismo del psicoandlisis. No puede, entonces, valer a fortiori como su paradigma. Diez {Cmo se introdujo el paradigma S.LR.? {Con quéapuestas? Claramente se ve que cuando hay desplazamiento, sustitucién metonimica, hay un peligro: el de ver que dicho desplazamiento no es reconocido como tal, sino rechazado a tftulo de, por ejemplo, producirse en otra parte en vez de alli mismo donde era muy necesario que se produjera para que hubiese sustitucién, 32_Frewd, y despuds Lacan En un texto de 1946, Lacan da testimonio explicitamente de haberse percatado de ese peligro"®. Advierte que Freud identifica el yo con el sistema percepeidn-conciencia y declara separarse de esa concepcién del yo, “la concepcién mas comin”, “que identifica el Yo con la sintesis de las funciones de relacién del organismo”. Freud, agrega Lacan, “ en contrade todoel movimiento de su investigacién, seguird siendo prisionero de él [el prejuicio paralelista](...) cuando, por lo demés, atentar [el subrayado es mio] contra él en esa época habria equivalido tal vez a excluirse de la comunicabilidad cientffica”. Ahora bien, este texto que designa la vinculacién entre aquel “atentado” y una posible exclusién que serfa su consecuencia es verdaderamente profético. Esto se pondra de manifiesto si se acepta aplicarle a Lacan lo que é1 mismo enuncia aqui a propésito de Freud; desplazamiento que es legitimo puesto que Lacan, a partir de 1936, fue el agente de ese atentado (estamos trece afios més tarde), Por otro lado, no serfa la primera vez que Lacan -conocimiento paranoico obliga- formula sobre el objeto Freud algo que le concierne esencialmentea él, aLacan. Yo digo que ese texto es profético, puesto que siete afios mds tarde, tuvo lugar aquel evento en el que, por lo que yo sé, nadie ha reparado todavia, a saber, el hecho de que la formulacién primera del paradigma 1.S.R., el 8 de julio de 1953,se produjo el mismo dia (o cuanto més al dfa siguiente) en que Lacan recibié la carta del secretario general de la IPA, que tomaba acta oficialmente de su dimisi6n de la Société parisienne de psychanalyse (S.P.P.) y por la tanto de la IPA, La carta de Eissler fue enviada el 6 de julio; jS.LR. fue proferido el 8 ! Aquello se reveld, entonces, como el mayor evento a la vez. ptiblico y tedrico de la articulacién de Lacan con Freud, Entre paréntesis, advirtamos que Lacan hard transformarse otra vez mas una “exclusién” sufrida por élen invencién te6rica: La nominacién del discurso universitario vino en respuesta a Ja exclusién del seminario del abrigo que le ofrecta la Ecole normale supérieure (las fechas también en este caso lo atestiguan). E] 26 de Julio de 1955, toda ambigtiedad es despejada con el rechazo de la IPA areconocer, a titulo de sociedad adherente, la SFP. Es entonces, y solamente entonces, en la siguiente reapertura, y en Viena, que Lacan lanzard su consigna de un retorno a Freud; es solamente entonces que Ilamara “freudiana” a su posicién -atin sera menester “esperar”, me 10.- Jacques Lacan, Escritos 7, op. cit., 1984 p, 169, Freud desplazado 33 atrevo a decir, a 1964 para que ella se vuelva efectiva con la creacién ya no de una sociedad francesa de psicoandlisis, sino de una escuela freudiana localizada en Paris. De este modo queda demostrado en los hechos esa correlacién entre la exclusién y el atentado que Lacan habfa montado tan bien a partir de 1946. Yo afirmo que ese atentado consiste en la introduccién de un nuevo paradigma paral psicoandlisis; dicho de otro modo, en un desplazamiento de Freud. No se deja atrds a Freud, no se lo prolonga ni tampoco se lo interpreta: aqui se lo desplaza. El conflicto de Lacan con la IPA tuvo como apuesta (pero el asunto no esta jugado, depende hoy de nosotros) la introduccién de un nuevo paradigma en el psicoanilisis. “Mis tres no son los suyos” decfa Lacan en Caracas, en una de sus tiltimas intervenciones. Precisamente, antes habfa declarado:“ les corresponde a ustedes ser lacanianos, si quieren. En lo que amfrespecta, soy freudiano”. Se puede comprobar, més de tres afios después, que ninguna de las instituciones que se crearon tuvieron la audacia de aprovechar esa ocasién. Y el “todos lacanianos” de Jacques-Allain Miller del 13 de diciembre de 1979, a pesar de las apariencias, manifiesta la misma abstencién: la universal afirmativa, Lacan lo recalcé bastante, no implica de ningtin modolaexistencia. Es decir que se persiste en autoproclamarse “freudiano” por identificacién con Lacan, tal vez para mantener ese rasgo identificatorio, Se pierde asf aLacan y a Freud, dicho de otro modo, su articulaci6n. “Lacaniano” tiene sin embargo aqui, en boca de Lacan, una significacién precisa. El término no remite a la persona de Lacan sino a R.S.L., a ese singular tres que esté atin a la espera de ser reconocido en su estatus de paradigma para el psicoandlisis". Paris, 2 de julio de 1984 11.- Noes que no hayan habido - y muy temprano- algunas tentativas de poner en juego este paradigma, Se citard a S, Leclaire, “A la recherche d'une psychothérapie des psychoses”, en L'evalution psychiatrique, 1958 (En espaftal, “En busca de los principion de una psicoterapia de la psicosis”, Fd, Nueva Vision, Bs. As., 1974 }, que representa de ‘manera ejemplar un trabajo hecho posible gracias al paradigma I,S.R. Que se trate todavia alli de “psicosis” no es poca casa. ,A qué se debe entonces que esta orientacitn no hay tenido continuidad?

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