La Biblia y el calefn

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Por Daniel Link | 25/10/2014 | 01:39
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Parece que el seor Massa se sac una foto con un poltico del partido radical y
el asunto caus cierto revuelo periodstico. No me explico demasiado bien por
qu.
Una vez me sacaron una foto con el seor Alfonsn, cuando ya no era presidente,
y otra vez con el seor Mario Vargas Llosa. Las simpatas para con uno y otro
eran bien desiguales, pero en ningn caso se me ocurri negarles el saludo a
ninguno de los dos ante los flashes. Hoy por hoy, parece que posar para una foto
es una declaracin de principios, y si uno se deja fotografiar con tal o cual
persona eso implica un alianza ms o menos indestructible (y sin embargo, la
gente sigue casndose, sacndose fotos, divorcindose, quemando fotos o
borrndolas de sus dispositivos de almacenamiento).
La foto no retiene ms que un instante de presente, y aunque lo haga para
siempre (sa es una de sus cualidades ms raras) lo que importa ms de la
fotografa es cmo se relaciona la luz que toca los cuerpos retratados con la
pupila del que mira luego las fotos. Esa instancia tctil de la fotografa, tan sutil
que a veces la olvidamos, es algo que los diseadores de imagen no tienen en
cuenta: piensan que hacer posar para la foto a tal con cual provoca saltos
cualitativos en las simpatas de los que ven la foto (hacia arriba o hacia abajo,
tanto da). Pero en verdad lo que sucede es muy diferente, porque lo que se ve,
cuando dos personas que no comparten el mismo espacio se tocan, es un
instante de peligro de unas fuerzas polticas que habitualmente no se tocan. El
tacto entre esos cuerpos que vemos en la foto no significa ni acercamiento ni
alianzas especiales sino
el derrumbe cualitativo de los espacios que antes los contenan.

Es como si despus de un terremoto devastador un fotgrafo avispado tomara

una instantnea de un encuentro fortuito: la Biblia y el calefn, que han quedado
sin dueos y, tambin, sin destino cierto. Lo irremediable.