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Todos los seres nos somos debidos y tras breve demora, más tarde o más temprano, marchamos velozmente al mismo sitio. Aquí nos encaminamos todos, ésta es la última morada, y vosotros poseéis los más dilatados territorios habitados por la raza humana.
Todos los seres nos somos debidos y tras breve demora, más tarde o más temprano, marchamos velozmente al mismo sitio. Aquí nos encaminamos todos, ésta es la última morada, y vosotros poseéis los más dilatados territorios habitados por la raza humana.
Todos los seres nos somos debidos y tras breve demora, más tarde o más temprano, marchamos velozmente al mismo sitio. Aquí nos encaminamos todos, ésta es la última morada, y vosotros poseéis los más dilatados territorios habitados por la raza humana.
Incluso la antorcha que sostena no dej de chisporrotear produciendo
un humo que haca brotar las lgrimas, y no logr, por ms que se la
movi, dar llama alguna. El resultado fue an ms grave que el augurio: pues la recin casada, durante un paseo en el que iba acompaada por un tropel de Nyades, sucumbi de la mordedura de una serpiente en un tobillo. La llor mucho el artista rodopeo en los aires de arriba, tras de lo cual, para no dejar de probar tambin con las sombras, se atrevi a descender tambin a la Estige por la puerta del Tnaro, y, atravesando multitudes ingrvidas y espectros que haban recibido sepultura, se present ante Persfone y ante el soberano que gobierna el repulsivo reino de las sombras, y pulsando las cuerdas en acompaamiento a su canto dijo as: Oh divinidades del mundo situado bajo tierra, al que venimos a caer cuantos somos engendrados mortales, si es lcito y vosotros permits que yo diga la verdad omitiendo los rodeos propios de una boca mentirosa, no he descendido aqu para ver el oscuro Trtaro () el motivo de mi viaje es mi esposa, en la que una vbora, al ser pisada, introdujo su veneno y le arrebat sus aos en crecimiento. Yo quise ser capaz de soportarlo, y no negar que lo he intentado; el Amor ha vencido. Es un dios bien conocido en las regiones de arriba; yo no s si tambin lo es aqu, pero sospecho que s lo es tambin, y si la fama del antiguo rapto no ha mentido, tambin a vosotros os uni el Amor. Por estos lugares llenos de espanto, por este inmenso Caos y por el silencio del vasto territorio yo os lo pido: volved a tejer el prematuro destino de Eurdice. Todos los seres nos somos debidos y tras breve demora, ms tarde o ms temprano, marchamos velozmente al mismo sitio. Aqu nos encaminamos todos, sta es la ltima morada, y vosotros poseis los ms dilatados territorios habitados por la raza humana. Tambin Eurdice ser de vuestra propiedad cuando en sazn haya cumplido los aos que le corresponden; os pido su disfrute como un obsequio; y si los hados niegan esta concesin para mi esposa, yo tengo tomada mi firme resolucin de no volver; gozad con la muerte de los dos. (Ovidio. Metamorfosis 10 pgs. 299301).