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EL APSTOL SANTIAGO EN ESPAA

Segn la Mstica Ciudad de Dios


Varios textos de la Mstica Ciudad de Dios de Mara de Jess de greda se dedican a
Santiago.
a) Sobre Santiago
Parte 2- 1084 (libro VI). Despus de los dos Apstoles San Pedro y San Juan
Evangelista, fue muy amado de la Madre santsima el Apstol Santiago, hermano del
Evangelista, y recibi este Apstol admirables favores de mano de la gran Seora
Parte 3- 320 (libro VII). Y antes de referirlo advierto que nuestro gran Apstol Santiago fue de los carsimos y ms privados de la gran Seora del mundo. Y aunque en las
demostraciones exteriores no se sealaba mucho con l, por la igualdad con que
prudentsimamente los trataba a todos [...] en el interior tena especialsimo amor a
Santiago []y se le manifest en singularsimos favores que le hizo en todo el tiempo
que vivi hasta su martirio. Merecilos Santiago con el singular y piadoso afecto que
tena a Mara santsima, sealndose mucho en su ntima devocin y veneracin. Y tuvo
necesidad del amparo de tan gran Reina, porque era de generoso y magnnimo corazn
y de ferventsimo espritu, con que se ofreca a los trabajos y peligros con invencible
esfuerzo. Y por esto fue el primero que sali a la predicacin de la fe y padeci martirio
antes que otro alguno de todos los Apstoles. Y en el tiempo que anduvo peregrinando y
predicando, fue verdaderamente un rayo, como Hijo del trueno, que por esto fue
llamado y sealado con este prodigioso nombre (Mc 3, 17) cuando entr en el
apostolado.
b) Sobre Espaa:
Parte 3- 358 (libro VII) Y en todos estos aos ya en Espaa era venerada con culto
pblico y tena templos, porque a imitacin de Zaragoza [Caesaraugusta in Hispania] se
le edificaron luego otros, donde se le levantaron aras con solemne veneracin.
Parte 3- 359 (libro VII) Esta excelencia y maravilla es la que sin contradiccin
engrandece a Espaa sobre cuanto de ella se puede predicar, pues gan la palma a todas
las naciones y reinos del orbe en la veneracin, culto y devocin pblica de la gran
Reina y Seora del cielo Mara santsima, y viviendo en carne mortal se seal con ella
en venerarla [con culto de hiperdula] e invocarla ms que otras naciones lo han hecho
despus que muri y subi a los cielos para no volver al mundo.
c) Aunque hay mucho ms dedicado a Santiago, por lo menos:
Parte 3, 319-326; 346-360, 382-387, 392-402
donde se habla de la predicacin, la aparicin en el Pilar, su martirio en Jerusalem y su
entierro en Espaa.

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