Muchos cristianos sufren de las heridas que recibieron en sus almas.
Cmo cicatrices sensibles, retienen muchos recuerdos dolorosos del pasado. Como resultado, dudan del presente y tienen temor del futuro. Puede que tengan respuestas a sus mentes, pero les es difcil razonar correctamente cuando su corazn est herido. Este es, tal vez, el punto que ms confusin genera en la vida de los creyentes. Uno de los errores que por lo general- se comete es pensar que cuando se tiene un encuentro con Jesucristo todo en la vida queda absolutamente en orden, sin embargo, pronto se descubre que no es as, pues hay complejos, actitudes o sentimientos negativos, los cuales persisten aun despus de tener algn encuentro con Jesucristo. La experiencia pastoral nos muestra a cristianos de aos en la iglesia, an lderes y pastores que viven un verdadero infierno de temores, traumas y conflictos internos que nunca han solucionado. Muchos se basan en 2 Cor. 5:17 para sostener este punto de vista. Olvidando que si miramos la Biblia como un todo, y no en textos aislados de su contexto, ella nos ensea que el perdn perfecto de Dios, no infiere que nos libre tambin de las consecuencias. Lo que si la palabra de Dios nos ensea es que en su tan grande misericordia, Dios nos ensea el camino para aprender a sanarnos y ser cada da mejores personas. Su propsito es que seamos semejantes a Cristo. Ello implica que la obra de Dios en el creyente es gradual y progresiva. Tal la idea que nos sugiere Pablo en Filipenses 1:6 cuando nos dice:
Aqul que comenz la buena obra la perfeccionar
hasta el da de Jesucristo. Gradualmente el Padre nos lleva a la perfeccin. En un desarrollo que nunca termina pero que siempre avanza hacia la perfeccin. La vida de David y San Pablo, son un ejemplo de personas que habiendo nacido de nuevo, tenan una conflictiva lucha con su naturaleza pecadora. El salmo 51 es un claro ejemplo del dao que hace al alma el pecado. Y tambin como solo el proceso sanador del Espritu Santo, puede devolvernos la sanidad al alma.
Lo que debemos destacar, es que no tienes que vivir en derrota o
sumido en la desesperacin por conflictos que se nos presentan como irreversibles. Dios en su palabra ha provisto todos los medios necesarios, para encontrar su medicina y darnos una perfecta liberacin.