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Etmo-historia de la homosexualidad en América Latina* Luiz Mott Traducci6n de Libia J. Restrepo INTRODUCCION “La homosexualidad debe ser un desafio y no un tabii para la Clencla”, decfa en 1957 G. A. Silver ® y, no obstante tal suge- rencia, un injustificado complot de silencio sigue cerrando la Academia a los estudios sobre “el amor que no se atreve a de- * Este trabajo fue presentado en el “Se minario-Taller de Historia de las Men- talidades y los Imaginarios’, realizado en {a Pontificia Universidad. Javeriana, Departamento de Historia y Geografia, 22-26/8/1994. Aprovecho la ocasién pa- ra agradecer al Coordinador del evento, Dr. Jaime Humberto Borja Gomez, la invitaci6ny oportunidad de participar fen este Seminario. 1. Silver, G. A. “The Homosexual: Cha- Menge to Science”, The Nation, 1957, 84:45 1-454, cir su nombre” (Oscar Wilde). Ya en 1927, B. Malinowski, uno de los padres de la Antropologia moderna, llamaba la atencién so- bre la importancia de estudiar temas de la sexualidad humana retirando “la hoja de parra que cubre el sexo"), No obstante, en este final del segundo mile- nio de nuestra civilizacién, el es- tudio del amor y erotismo entre personas del mismo género o continda prohibido, o es consi- derado tema marginal y de me- nor importancia en el medio uni- versitario. Si tenemos en cuenta que los gays ® y lesbianas re- 2. Malinowski, B. Sexo e Repressio na Sociedade Selvajem. Vozes Editora, Petrépolis, 1973. 3. El término gay proviene del catalén- provenzal gai, siendo usado desde los ‘siglos XII-XIV como sinénimo de 124 presentan de 6 a 10% de la po- blacién de los paises occidenta- les “*), concluiremos que sola- mente el prejuicio y la discri nacién podrian explicar el des- precio por el conocimiento de tan significativo contingente de- mogréfico. En su reciente libro sobre uniones entre homosexua- les en la Europa pre-moderna, J. Boswell nos advierte de cudn ilégica y cruel ha sido nuestra cultura, notoriamente después del siglo XIV, al elegir la homo- sexualidad como el mayor y més horroroso de todos nuestros ta- bies sexuales. El “pecado nefan- do”, es decir, aquel cuyo nom- bre no puede ser mencionado —iy mucho menos practicado!— fue considerado por la moral ju- deo-cristiana como mucho més grave que los més repugnantes crimenes antisociales, como por ejemplo, e] matricidio, la violen- cla sexual contra nifios, el ca- nibalismo, el genocidio y hasta el deicidio —todos pecados— crimenes mencionables, en tan- to que el abominable pecado ne- fando de sodomia fue rotulado y tratado como nefandum “), homosexual. Cf. Boswell, J. Christianity Social Tolerance and Homosexuality. Gay People in Western Europe from the Beginnog of the Christin fra to the XIVth Century, Chicago, Chicago Univer- sity Press, 1980:43. 4. Kinsey, A. et alli. Sexual Behavior in the Humao Male. Philade'phia, W. B. Saunders, 1948. 5. Boswell, J. Same-Sex Unions in Pre- modern Europe. New York, Villard Books, 1994: rexil HISTORIA Y SOCIEDAD 4 —s pues, con el objetivo de romper el silencio y tabi que ro- dea el amor entre personas del mismo sexo en nuestro continen- te, que he decidido tratar de la historia y la antropologia de la homosexualidad en América La- tina, Reuniendo informaciones bibliogréficas de dificil acceso, generalmente inexistentes en los compendios tradicionales, mi intencién, adem4s de esbozar un cuadro general del homoerotis- mo en diferentes areas cultura- les de esta parte del orbé, es es- timular a ctros investigadores lo- cales a profundizar en los indi- cios aqui presentados, no sélo visualizando el deleite intelec- tual, aficionado o fetichista, sino teniendo en cuenta el reconoci- miento de los derechos de ciu- dadania de este atormentado segmento social cuyos derechos humanos son negados y vilipen- diados en la mayor parte de nuestros paises, inclusive den- tro de las propias universidades. Para efectos de anilisis, he dividido este trabajo en tres par- tes, a sabi 1) La Homosexualidad en la América Pre-colombina. Il) La Represién a los Sodo- mitas en ta América Latina Co- lonial. MW) Gays y Lesbianas Latino- americanos hoy. Por lo tanto, anticipando algu- na de las conclusiones de esta investigacién, me gustaria des- tacar que el estudio de la Etno- LUIZ MOTT historia del Homoerotismo en la América Latina se reviste de particular interés para los estu- dios de las mentalidades, de lo cotidiano, y de la sexualidad. Los datos aqui reunidos permi- ten avanzar la discusién sobre la propia teorfa de la homose- xualidad , ratificando de un la- do la universalidad temporal y espacial de las practicas homé- filas, desmitificando asf la acu- sacién vulgar de que habrian si- do los europeos los introducto- res del “vicio filoséfico” (Vol- taire) en el Nuevo Mundo. Otra cuesti6n sugerida por los datos aqui presentados nos remite a uno de los impases te6ricos més candentes y atin no resueltos por los estudiosos del tema: zhasta qué punto el concepto de homosexualidad puede ser usa- do con propiedad heuristica pa- ra describir e interpretar las re- laciones unisexuales del mundo extra-europeo? Dejaré al lector, al final de este trabajo, sacar sus propias conclusiones en cuanto a esta polémica que co- loca de un lado los esenclalistes y del otro, los constructivistas soctales (". 6. Greenberg, David. The Construction of Homosexuality. Chicago, The Uni- versity Chicago Press, 1988. 7. Boswell, J. “Revolution, Universals and Sexual Categories", in Hidden from History: Reclaiming the Gay and Lesbians Past. Duberman, M. et alli. (€ds.) Now York, New American Library, 1990. Para efecto de este anilisis, restringimos Tuestra muestra apenas para los territo- 125 1. LA HOMOSEXUALIDAD EN LA AMERICA PRE-COLOMBINA “Ultra Oequinotialem no (Texto Ibérico del siglo XV) Para estudiar las practicas ho- mosexuales en el Nuevo Mundo cuando Ia llegada de los conquis- tadores europeos, disponemos basicamente de tres fuentes: es- culturas y cerémicas que repre- sentan escenas homoerétic mitos conservados en la memo- ria oral de los nativos y regis- trados en tos manuscritos tradi- cionales; relatos de los prime- ros cronistas que entraron en contacto con los amerindios “. ios hoy conocidos como constitutivos de América Latina, teniendo como limi te septentrional a México, incluyendo todos los paises de lengua latina de ‘América Central, Caribe y América del Sur. 8. Este es el momento de presentar ho- menaje al precursor de los estudios sobre la historia de la homosexuaiidad ‘entre los amerindios. Antonio Raquena, ‘que para 1945 publicaba su pionero y ‘aun insuperado “Noticias y consideracio- nes sobre las anormalidades sexuales de los aborigenes americanos: Sodomia”, publicado en Acta Venezolana. Tomo |, NP 1, jul-sep. 1945:3-32 (con traduccién al inglés: “Sodomy among native ameri- ‘can peoples”, Gay Sunshine, 38/39, 1979: 37-39). A pesar de la postura abierta- ‘mente homofébica del autor —hasta cier- to punto comprensible en la época—, ‘este trabajo es el vademecum para el estudio de este tema, del cual echamos mano muchas veces a lo largo de estas paginas. 126 Conforme relata Gonzalo Fer- néndez de Oviedo, en su Histo- tia General y Natural de las In- dias (1535), el gusto por el vicio Nefando sa extendia no sélo por toda el érea circuncaribe, sino también a lo largo de Tierra Fir- me, actual costa de Venezuela y Colombia, “donde muchos des- tos indios y indias eran sodomi- tas”. Observ6 escandalizado que “en alguna partes destas Indias, traian por joyel a un hombre so- bre otro, en aquel diabélico y nefando acto de Sodoma, hechos de oro en relieve. Yo vi uno des- tos joyeles del diablo que pesa- ba veinte pesos de oro, hueco, vaciado y bien labrado, que se hubo en el Puerto de Santa Mar- ta en la costa de Tierra Firme, afio de 1514... Asf que ved si quien tales joyas se precia y compone su persona, si usaré de tal maldad en tierra donde tales arreos traen, o si se debe tener por cosa usada y ordinaria y co- min a ellos”. También Francisco Lépez de Gomarra (1552) se refiere a la presencia de doles homosexua- les entre los nativos mexicanos de San Antonio, “Hallaron entre unos érboles un idolillo de oro y 9. Feméndez Oviedo, G. Historia Gene- ral y Natural de fas Indias, L. V. Cap. Il, 1535, apud Cardin, Alberto. Guerre- 10s, Chamanes y Travestis. Indicios de homosexualidad entre los exbticos. Bar- celona, Tusquets Editores, 19842150, Des- pués de Raquena, A. Cardin representa la mayor sintesis documenta! referente a esta temética. HISTORIA Y SOCIEDAD 4 muchos de barro, dos hombres cabalgando uno sobre otro a fuer de Sodoma” En ocasién del descubrimien- to de la Peninsula de Yucatén, encontraron los espafioles otra comprobacién escult6rica de que los Mayas rendian culto al amor unisexual: “Tenfan muchos ido- los de barro, unos como con ca- ras de demonios y otros como de mujeres y otros de malas fi- guras, de manera que al parecer, estaban haciendo sodomfas los unos Indios con los otros” 1), También en América del Sur, ‘en la regién de los Andes, fue- ron encontradas pruebas arqueo- l6gicas confirmando la préctica de homoerotismo antes de la lle- gada de los europeos. Hay noti- cla que los espafioles en el Pe- rd habrian igualmente encontra- do y derretido esculturas en oro tepresentando una cépula anal entre dos hombres” ‘), Con to- do, se preservaron hasta nues- tros dias diversas piezas de ce- rémica, vasijas de agua o jarro- nes, donde eximios artistas pre- incaicos moldearon en. arcilla, escenas explicitas de homose- 10. Lopez de Gomarra, F. Conquista de México, Historia General de in- dias, (1551). Apud Raquena. Op. Cit. 19454, ‘11. Diaz del Castillo, B. Historia Ver- dadera de la Conquista de Nueva Espafias (1605). Tomo 1, Cap. Il, pg. 13, apud Raquena, Op, Cit, 1945:4, 12. Guerra, F. The Pre-Columbian Mind. London, Seminar Press, 1971:43-44. Luiz MOTT xualismo. En la célebre colec- cién de cerémica erética Moc! ca recolectada por Ia familia Larco, con fecha anterior a 1000 A.D., el 3% de las piezas retra- tan realisticamente escenas de penetracién per annum (>, Ademés de los {dolos mexica- nos y de las cerémicas peruanas, otra importante fuente precolom- bina para conocer la préctica de la homosexualidad en el Nuevo Mundo es la coleccién de los cé- lebres Cédices Mayas —como El Chilan Balam, El Popol Vuh (Libro del Consejo) y las Profe- cias Mayas— obras pictogréfi- cas-Jeroglificas que tratan sobre la historia mitolégica y costum- bres de esta civilizacién, A través de estos manuscritos, sobre todo del Cédice Vati- cano N? 3738, se constata que en el panteén azteca, ocupa- ba un lugar prominente la diosa Xochiquetzal, divinidad herma- frodita, protectora del amor y de la sexualidad no procreativa, la cual, representada como hom- bre, se convertia en el dios Xo- chipilli, padre de la homosexua- lidad masculina, controlador de las dolencias sexualmente tras- misibles “), Seguin estos Cédi- 13, Larco Hoylo, R. Checan: Essay on Erotic Elements in Peruvian Art. Gi- nebra, Nagel Publ. 1965. 14, Bullough, V. L. Sexual Variance in Society and History. Chicago, The University of Chicago Press, 197 Thompson, J. E. Maya History and Reli- gion. Norman, University of Oklahoma Press, 1970. 127 ces, los Mayas dividian la histo- ria mitolégica del mundo en di- ferentes periodos, siendo la Cuarta Edad, la que precede el periodo anterior a la llegada de los europeos, también llamada la Edad Negra o Edad de las Flo- res, y tenia como patrona Zochi- quetzal, simbolo de! sexo y de la sensualidad. “Esta es la edad en que los vicios, la molicie, el abandono de las costumbres aus- teras se instalan entre los hom- bres. Es la edad en que se ol- vidan las virtudes viriles de los guerreros y de los magistrados, y se ensalza la vida blanda, fé- cil y pervertida, Es la sublima- cién de la Danza de las Flores, de las guirnaldas y del afemina- miento. Es el imperio de los mos- tradores del dorso, segtin el C6- dice del Chilam Balam” “5, Son con todo, los relatos de los primeros cronistas contem- pordneos de las conquistas del Nuevo Mundo, la fuente princi- pal comprobatoria de la existen- cia, gran extension y variedad de las précticas homosexuales en la América Latina. Ya Herndn Cortés, en su pri- mera Carta de Relacién, envia- da al emperador Carlos V en 1519, decia: “Hemos sabido y si- do Informados de cierto que to- dos [los indios} de Vera Cruz son sodomitas y usan aquel abo- minable pecado” “*), Afiadiendo 15. Requena, Op. Cit., 1945:5. 16. Cortez, H. “Cartas de Relacién de la Conquista de México”. Tomo 1, p. 32, Apud Raquena, Op. Cit., 1945:8. 128 Lopez de Gomarra que los nati- vos del rio Panuco y adyacentes eran “grandisimos putos” “, usando el mismo término co- rriente desde la Edad Media en toda la Peninsula Ibérica, aso- ciando injustamente los homose- xuales a las prostitutas, Una tarea extremadamente di- ficil es evaluar el grado de ob- jetividad 0 subjetividad de estas afirmaciones, pues en algunos casos, parece que los cronistas tendian a exagerar los hébitos pecaminosos de los salvajes, exactamente con el pretexto de justificar la conquista, reduc- cién 0 genocidio de los mismos. Gomarra y otros cronistas aso- cian la sodomia a la impledad: “Como no conocen el verdadero Dios y Sefior, estén en grandisi- mos pecados de idolatria, sacrl- ficlos de hombres vivos, comi- da de carne humana, habla con el diablo, sodomfas, ete.” En cuanto a los aztecas, hay una clara contradiccién entre los primeros observadores, Diaz del Castillo los sefiala como gran- des amantes del homoerotismo, mientras que el franciscano Fray Bernardino de Sahagun los exi- me de esta abominacién, ambos concuerdan, no obstante, en cuanto a la afeminacién y el tra- vestismo como elementos es- tructurales de la préctica homo- 17. L6pez de Gomarra, Op. Cit. 1951, Tomo |, Cap. XLVIl, p. 163. 18. Idem, Ibidem, apud Requena, Op. Cit. 1945:8. HISTORIA Y SOCIEDAD 4 sexual masculina: “Eran todos los demés dellos sométicos, en especial fos que vivian en las costas y tierra caliente, en tan- ta manera que andaban vestidos en hébito de mujeres muchachos a ganar en aquel diabélico y abo- minable vicio” “). El citado mi- sionero franciscano describe asi las costumbres de los nativos en su Historia General de las Cosas de Ia Nueva Espafia: “El sométi- co paciente es abominable, ne- fando y detestable, digno de que hagan burla y se rian las gentes, y el hedor y fealdad de su pece- do nefando no se puede sufrir, por el asco que da a los hom- bres: en todo se muestra muje- til o afeminado, en el andar o en el hablar, por todo lo cual mere- ce ser quemado” ®. También Fray Bartolomé de las Casas de- fiende los nativos que sefialé de ser muy afectos a las nefandi- ces, resaltando los especialistas 19. Diaz del Castillo, Op. Cit 1605, Cap. CCVIN, apud Cardin, 19842153. 20. Sahagin, B. Historia General de las Cosas de la Nueva Espafia. LX, Cap. XI, apud Cardin, Op. Cite 1984:153. a intolerancia machista y la homofobia de este franciscano deja de ser sorpren- dente, pues ademés de que la homose- xualidad es conocida durante toda la Edad Media como el “vicio de los clé- rigos”, dentro de todas las érdenes re- ligiosas, la de los franciscanos era exac- tamente la que mis devotos tenia del “amor que no osa decir su nombre”. Boswell, Op. Cit. 1980; Mott, Luiz. “Pa: gode Portugués: A. Subcultura gay em Portugal nos tempos de Inquisicao”, Cien= cia e Cultura, Vol 40, fev. 1960:120-139. \uiz MOTT en las civilizaciones mayas y az- tecas la contradiccién anotada entre una mitologia extremada- mente dionisiaca, valorativa in- clusive de la homosexualidad, al lado de una practica moral bas- tante represiva, de tipo apolineo, previendo inclusive la pena de muerte para ciertos casos de homosexualidad 2). “Aceptada o rechazada, honra- da, severamente castigada, se- giin la nacién en que se ejercié [la homosexualidad], estaba pre- sente del Estrecho de Berhing al de Magallanes...” concluye con maestria quien primero estudi6 “las anormalidades sexuales de los aborigenes americanos” ‘?). Innumerables son los relatos de los cronistas, viajeros y misio- neros describiendo la presencia de indios homosexuales y tra- vestis entre las tribus y nacio- nes de la actual América del Norte, donde los famosos berda- ches Ilegaron a ser retratados en pintorescos grabados del si- glo XVII, Practicada por los 21, Murray, . ©. Male Homosenuality in Central and South America. New York, Gai Saber Monograph, N* 5, 1987. Esta obra que reine 9 articulos de dife- rentes especialistas sobre la homosexua- lidad latinoamericana, inclusive un ar ‘culo de mi autoria “Homosexuality in Brazil: Bibliography” es particularmente Stil, pues presenta una revisién critica de los trabajos historicos y antropologi- cos clisicos, ademas de dos léxicos so- bre términos espafioles y portugueses para referirse a los homosexuales. 22. Requena, Op. Cit. 1945:3. 129 mayas, aztecas y caribes, la ho- mosexualidad también tuvo mu- chos adeptos en diferentes civi lizaciones de los antiguos impe- rios andinos, de Colombia a Chi- le, incluyendo los Chavin, Tia- huanaco, Nazca, Chim, en par- ticular los Incas y Chibchas. En su Crénica del Perd, Cieza de Leén observo que “Por los tener el demonio més presos en las cadenas de su perdicién, en los oréculos y adoratorios donde se hallaba el idolo y daba las res- puestas, hacia entender que con- venfa para el servicio suyo, que algunos mozos desde su nifiez estuviesen en los templos para que a su tiempo, cuando se hi- ciesen los sacrificios y fiestas solemnes, los sefiores y otros principales, usasen con ellos el maldito pecado de sodomia, Se- gin el padre Domingo de Santo Tomas, generalmente entre los Serranos y Yungas, en cada tem- plo o adoratorio principal, tienen un hombre o dos o més, segin el fdolo, los cuales andan ve: dos como mujeres y en sus ma- neras y trajes y todo lo demés, remedan a ellas. Con estos, casi por via de santidad y religion, tlenen las fiestas y dias princi- pales, su ayuntamlento carnal torpe, especialmente los sefio- res principales. Ellos hacian en- 23. Katz, J. Gay American History. New York, Avon Books, 1976. Cf. Repro: duccién del grabado de Theodore de Bry (1591) donde se ven hermafroditas templeados en el transporte de las per sonas (pg. 431). 130 tender que el tal vicio era espe- cie de santidad y religién” @, La asociacién entre homosexua- lidad y chamanismo y otras ma- nifestaciones religiosas es un tema hartamente documentado en incontables culturas, en to- dos los continentes y a lo largo de toda la historia humana), También entre los aborigenes del Brasil y de las partes mas meridionales de América del Sur, abundan evidencias de que los amores homosexuales ha- clan parte de las alternativas eréticas socialmente aceptables antes de la llegada de los con- quistadores portugueses, Entre los Tupinambé, que ocupaban la mayor parte de la costa brasile- fia, los indios gays eran Ilama- dos de til y las lesbianas ca- coaimbegira. Es asi como estén descritos en el Tratado Descri- tivo do Brasil em 1587: “No con- tentos en andar tan encarnize- dos en la lujuria naturalmente cometida, son muy aficionados al pecado nefando, entre los cua- les no se tiene por afrenta. Y el que se sirve de macho se tiene por valiente y cuentan esta bes- tialidad por proeza. Y en sus al- deas por el sartéo hay algunos que tienen tienda pdblica a cuan- to los quieren como mujeres pd- 24, Cieza de Le6n, P. La Crénica del Perd. Calpe, Madrid, 1922, apud Re- quena, Op. Cit, p. 17-18. 25. Conner, R. P. Blossom of Bone, Re- Claiming the connections between homoeroticism and the Sacred. Harper San Francisco, 1993. HISTORIA Y SOCIEDAD 4 blicas” *, He aqui como otro cronista, Gandavo, ya en 1576 describia la conducta de las mu- jeres-machos: “Algunas indias hay que no conocen hombre al- guno de ninguna calidad, ni lo consentirén aunque por eso las maten. Estas dejan todo el ejer- cicio de mujeres e imitan a los hombres y siguen sus oficios co- mo si no fuesen hembras. Traen los cabellos cortados de la mis- ma manera que los machos y van a la guerra con sus arcos y flechas y a la caza, perseveran- do siempre en la compafia de Jos hombres. Y cada una tiene mujer que le sirve, con quien dice que es casada, Y asi se comu- nican y conversan como marido y mujer” @, Probablemente fue- ron estas indias ultra masculini- zadas, las ¢acoaimbeguira que al ser vistas luchando contra los espafioles en el rio Marafién, fue ron confundidas con las legenda- tias Amazonas, mito que se pro- pag6 por todo el continente ame- ricano, careclendo sin embargo de cualquier evidencia confiable en cuanto a su veracidad” ™®, 26. Souza, Gabriel Soares. Tratado Des- criptivo do Brasil em 1587. S. Paulo, Companhia Editora Nacional, 1971:308- 334. 27. Gandavo, Pero Magallies. Historia da Provincia Santa Cruz. Tratado da Terra do Brasil. (1576) S. Paulo, Editora Obelisco, 1964:56.91. 28. Mott, Luiz. “As Amazonas: Um Mito € algumas hipétesis”, in América em tempo de Conquista, Vainfas (Org), Rio de Janeiro, Jorge Zahar Edi- tor, 1992:33-57, Wuiz MOTT Entre los nativos Guaicurd, pertenecientes a la gran nacién Guarani, residentes en las mér- genes del rio Paraguay, atin a fi- nales del siglo XVIII eran encon- trados indios homosexuales que, ademés de trasvestirse, estaban totalmente identificados con el estilo de vida del sexo opuesto: “Entre los Guaicurus y Xamicos hay algunos hombres que esti- man y son estimados que Ilaman cudinhos, los cuales les sirven como mujeres, principalmente en sus largas vagancias. Estos cudinhos o nefandos demonios, se visten y se adornan como mu- jeres, hablan como ellas, hacen s6lo los mismos trabajos que ellas hacen, traen jalatas, orinan agachadbs, tienen marido al que celan mucho y tienen constante- mente en los brazos, aprecian mucho que los hombres los ena- moren y una vez cada mes, afec- tan el ridfculo fingimiento de que se suponen menstruados, no comiendo como las mujeres en aquella crisis, ni pez ni carne, pero si de algtin fruto y palmito, yendo todos los dias, como ellas practican, al rio con una venda para lavarse” (), ‘A manera de conclusi6n de es- ta primera parte, baséndome en los principales estudios sobre homosexualidad en América Le- tina, asi como en monografias antropolégicas e histéricas con- 29. Revista do Instituto Hist6rico © Geogrético Brasileiro. Tomo 13, 1850, . 358; Tomo |, 1839, p. 32-33. 131 sagradas a las diferentes cultu- ras de esta regién, enumero a continuaci6n el listado de las et- nia indigenas, del pasado y del presente, sobre las cuales hay evidencia erqueolégica, histor'- ca, etnogréfica o lingiifstica, comprobatoria de la préctica del homosexualismo , — México: Albardaos, Cipacin- go, Itza, Jaguaces, Panuco, Sonora, Tabasco, Tahus, Tlas- ca, Yucatecas, Mayas y Azte- cas. — Panamé: Darién, Panamé, — Colombia, Bogoté, Cayos, Chinatos, Chitarero, Guaira, Gauticos, Laches, Lile, Kaga- ba, Mosca, Motilones, Ura- baes, Zamba, — Pera: Camana, Cafiares, Ca- rauli, Chinchas, Chincamas, Conchuco, Guanuco, Huay- las, Manta, Perd, Picta, Que- llaca, Tarama, Tumebamba y los nativos de Puerto Viejo, Isla de Plata, Isla de Puna, Santa Helena, San Miguel, Se- rranos. 30. sta relacién de tibus indigenes sobre las cuales hay evidencias etno- historicas sobre la préctica del homoero- tismo se basa en las siguientes biblio- raf: Foster, S. W. “A Bibliography on Ho- mosexuality among LatinAmerican In- dians", Cabirion, N? 12,, Spring/Summer 1985:17-19; Mott, Luiz. Homosexuality in Brazil: Bibliography”, in Male Homo- sexuality in Central and South America, Op. Cit, 1987:41-54; Requena, A. Op. Cit, 1945:24-27. 132 — Venezuela: Achaguas. Bobu- re, Capechos, Caribana, Ca- ribes, Chiricoa, Ciparicote, Coquibacoa, Guahibos, Sali- vas, Timotes, Warao, Ypuies, Itatos. — Bolivia: Chiguano, Wachipae- — Chile: Araucanos, Mapuche, Patagones. — Brazil: Bororé, Tupinambé, Guat6s, Panaré, Wal-wal, Xa- vante, Trumal, Tubiré, Gual- curd, Xamicos, Kaingalg, Nambiquara, Tenehara, Yano- mani, Mehinaku, Camaiuré, Cubeo, Guaiaquil, ll, REPRESION A LOS SODOMITAS EN LA AMERICA LATINA COLONIAL “Raza sobre la cual pesa una maldici6n y debe vivir en la mentira y en el perjurio, vis- to que sabe ser tenido por pu- nible y vergonzoso, por Incon- fesable, su deseo, lo que hace para toda criatura la mayor dulzura de vivir”. (M. Proust, 1921). A pesar de que la sodomia es considerada por la cristiandad como “el més torpe, sucio y des- honesto pecado”, castigada co- mo crlmen hediondo equivalente al regicidio y a la tralclén na- cional, merecedores los homo- sexuales de la pena de muerte en la hoguera, no obstante ta- HISTORIA Y SOCIEDAD 4 mafio tabi y discriminacién, en la 6poca de los grandes descu- brimientos, florecié en la Penin- sula Ibérica una intrépida y he- roica sub-cultura gay“) en al- gunag partes més visible y osa- da que la existente en pafses eu- ropeos fuera de la esfera inqui- sitorial @), No obstante los anatemas de los misioneros y primeros cro- nistas contra los indios practi- cantes de! mal pecado, a despe- cho de la persecucién desenca- denada por los conquistadores y autoridades contra tal crimen —acordémonos del crue! geno- cidio practicado por Bazco Bal- boa”, en 1513, el cual, en el its- mo de Panamé, encontrando un numeroso séquito de nativos ho- mosexuales, atrapé cuarenta de ellos que fueron devorados por perros feroces, conforme narra Pietro Martire y retrata un dra- mético grabado de la épo- ca ®— @ pesar de la violenta homofobia capitaneada por la 31. Trumbach, R. "Sodomite subcultu- res, Sodomitical roles and the Gen- der Revolutions of the XVIIth century: The recent historiography”, Eighteehth Century Life, N° 9, 1985:109-121, 32. Gerard, K. et allii. The Porsuit of Sodomy Male homosexuality in Re- naissance and Enligtenment Europe. New York, The Haworth Press, 1989. Carras- 0, R. Inquisicién y represién sexual en Valencia, Laertes, Barcelona, 1985. * N. de Ti: Ast figura en el original. 33, “Balboa Indos nefandum sodomiae scelus committentes canibus obijcit dilantiandos”. Luiz MOTT Inquisici6n, lo cierto es que des- de los inicios de la colonizacién, sodomitas europeos encontraron en el Nuevo Mundo un espacio privilegiado para la préctica del homoerotismo. La extensin y aislamlento de los nuevos terri- torios, la desnudez y mayor li- bertad sexual de los nativos y esclavos, ia holgura moral de los muchos desclasificados so- clales que vinieron a arrlesgar suerte en las Américas, o para acd fueron desterrados, son fac- tores que facilltaron la propaga- clén de la homosexualidad en las nuevas conquistas. Afiédase todavia otro elemento notable- mente facilitador de la homose- xualizaci6n de la América Por- tuguesa: el 18% de los sodomi- tas condenados al destierro por el Tribunal del Santo Oficio de Lisboa fueron enviados para el Brasil, la mayor parte de ellos reincidiendo en el vicio ita- liano, Salvo error, el primer sodomi- ta publico y notorio que pisé en América del que tenemos noti- cia fue el joven portugués Este- ban Redondo, criado del Gober- nador de Lisboa, D, Manuel Te- les, que arribé a Olinda, en el nordeste brasilefio, en febrero 34, Mott, Luiz, “Justitita et Misericor- dia: A Inquisigdo Portuguesa e a represio 20 nefando pecado de sodo- mia”, in Inquisic4o: Ensaios sobre Men- talidade, Heresias @ Arte, A, Novinsky et alli (Orgs.) S40 Paulo, EDUSP/ Expre~ sto e Cultura, 1992:703-738, 133 de 1549, “desterrado para siem- pre" 5), En 1558 es el cirujano Felipe Correa, inveterado fanchono con nitida tendencia cross-gender quien es desterrado al Brasil: “tenia fama de mujeril por sus hablas y maneras, bufén y pa- ciente” Establecida en 1536, la Inquisi- cién Portuguesa nunca consiguid instalar un tribunal auténomo en tierras brasilefias, diferente de lo que ocurrié con el Santo Ofi- cio Espafiol, que desde 1571 inauguré tribunales en México y Peri, y en 1610 en Cartagena de Indias, en el litoral colombia- no. Lamentablemente atin no ha sido realizado un inventario de todos los sodomitas latinoame- ricanos prisioneros y procese- dos por estos tribunales de la Santa Inquisicién. Tenemos no- ticia que ya en 1548 fueron re- gistrados siete casos de sodo- mia en Guatemala, entre éstos, el didcono Juan Altamirano y su cémplice, fray José de Barrera, ademés de un indio, Juan Martin, que al ser conducido a la ho- guera fue salvado debido a un disturbio provocado por cuatro 35. Archivo Nacional de la Torre del Tombo. inquisicién de Lisboa, Pro- ceso NP 352, 21-1-1547. 36. Dynes, W. Homosexuality: A re- search guide. New York, Garland, 1987. 37. Archivo Nacional de la Torte del Tombo, Inquisicién de Evora, Pro- ceso N? 8874, 1553. 134 clérigos y otros civiles. Levante- mientos parciales informan so- bre la prisién de 19 sodomitas en México en 1658; nada consta en las principales obras sobre la actuacién inquisitorial en Pe- ri y Chile en fo tocante al abo- minable pecado de sodomia Es en el Brasil donde consegui- mos focalizar el mayor nimero de registros documentales per- mitiendo reconstruir con abun- dancia de detalles, las principa- les caracteristicas de la vivencia homosexual de los colonos a par- tir de finales del siglo XVI. Entre 1591 y 1620, de un total de 283 culpas confesadas en las. dos Visitaciones que el Santo Oficio Lisboeta hizo a diferen- tes capitanias del Nordeste bra- silefio, hay registros de 44 casos de sodomia (15.5%), siendo des- pués de la blasfemia, el desvio mas frecuente practicado por los colonizadores. De los denuncia- dos, 61% eran blancos, 24% 38. Medina, J. T. Historia def Tribunal de! Santo Oficio de la Inquisicién ‘en Chile. Santiago, Imprenta Ercills, 1890, 2 vol. Medina, J. T. Historia del Tribunal det 8 . NOTAS HIST. ¥ SOC. 1-12 Uriel Santo Oficio de la Inquisicién en Mé= xico. Santiago, Imprenta_Elzeveriana, 1905. Chi Aguilar, Ernesto. La Ine quisicién en Guatemala. Guatemala, Edi cién Ministerio de Educacién Pablica, 1953. Delgado Paulino Castafeda y Her- nandez Aparicio, Pilar. La Inquisicién en Lima (1570-1635). Madrid, Editorial Deimos, 1989, Verril, A. H. U’inguisition. Paris, Payot, 1932, HISTORIA Y SOCIEDAD 4 mestizos de variados fenotipos, 9% negros y 6% indios, predo- minando las relaciones sodomi- tas entre parejas de diferentes colores, los cuales ocupaban to- da gama de profesiones: desde Gobernador General de! Brasil, Diego Botello, a sacerdotes, se- fiores de ingenio, funcionarios pablicos, militares, estudiantes, mayordomos, criados, esclavos, etc. , Tales relaciones entre homo- sexuales de colores y clases dl- ferentes y muchas veces anta- g6nicas, no siempre reflejan la misma légica de la dominacién sefiorlal heterosexual, pues hay varios ejemplos de indios y ne- gros que desempefiaron el papel activo, fuera en la iniciativa de la seduccién, 0 en la propia relacién copulativa, conforme he demostrado en mi trabajo “O Se- xo Cativo, Alternativas eréticas dos africanos e seus descenden- tes no Brasil Escravista” ‘. Después de un benedictino le- vantamiento de més de cuatro mil denuncias y 400 procesos de sodomia archivados en la Torre del Tombo de Lisboa, localiza- mos hasta el presente 283 de- nuncias de brasilefios o portu- 39. Mott, Luiz. “Escravidio e Homos- sexualidad” in Historia e Sexvalidade no Brasil, R. Vainfaz (Org) Séo Paulo, Editora Graal, 1986:19-40. 40. Mott, Luiz. O sexo Proibido: Vir- gens. Gays e Escravos nas garras da Inquisicéo. Campinas. Editora Papirus, 1989. Luiz MOTT gueses residentes on el Brasil, infamados de practicar el peca- do de Sodoma, De éstos, 32 fue- ron procesados, siendo 11 con- denados a remar en las galeras de! Rey, algunos por cinco afios, otros a “galeras perpetuas”; 6 fueron desterrados para éreas remotas de la Colonia o para Africa, Aunque ningin sodomi- ta de estos prisioneros por el Santo Oficio haya sido condena- do @ muerte en la hoguera, hay registro de ejecucién de dos ho- mosexuales en el Brasil Colo- nial: en 1613, en San Luis de Ma- rafién, por orden de los invaso- tes franceses, Instigados por los misioneros capuchinos, un Indio Tupinambé, pablicamente infa- mado y reconocido como tibira, fue amarrado en la boca de un cafién, siendo su cuerpo destro- zado con la explosién del mor- tero, “para purificar la tierra de ‘sus maldades” 2), En 1678, un segundo mértir homosexual es ejecutado en la Capitania de Sergipe del Rey: un joven ne- gro, esclavo, “fue muerto de azo- tes por haber cometido el pe- cado de sodomia” (*), En cuanto a las lesbianas, co- mo en 1646 el Santo Oficio Por- tugués deliberé excluir la sodo- mia foeminarum de la lista de los crimenes pertenecientes a su jurisdiccién, fue sobre todo 41, Mott, Luiz. “A Inquisicio no Ma- ranhdo” (en preparacién). 42. Mott, Luiz. A Inquisicéo en Sergi- pe. Aracaju, Fundesc, 1989. 135 a finales del siglo XVI cuando las homosexuales femeninas fueron victimas de la safia inquisorial, asf mismo, menos reprimidas que los homoeréticos masculi- nos. De las 29 denuncias de les- blanismo registradas en el Nor- deste brasilefio, entre 1591- 1593, 5 recibleron penas pecu- niarias y espirituales, 3 fueron desterradas y 2 condenadas a azotes publicos ‘*#), Conforme a lo referido, “el amor que no osaba decir el nom- bre” tuvo sus adeptos en todas las clases, razas y etnias del Brasil Colonial, siendo practica- do tanto en mansiones sefioria- les, como en los ranchos de es- clavos y libres pobres; en las ba- rracas, Iglesias y monasterlos masculinos y femeninos; en la zona rural y urbana, incluyendo tanto Interacciones esporédicas y fortuitas, con diferentes pare- Jos, como relaciones estables, algunas por décadas seguidas. En mi estudio “Desventuras de un sodomita portugués no Bra- sil Seiscentista”.reconstruyo la vivencia homosexual de un gui- tarrista mercader de tabaco, Luis Delgado y de sus numerosos amantes, primero en Evora, en el Reino, después desterrado para el Brasil, viviendo ora en Rio de Janeiro, ora en Bahia donde con- 43, Bellini, Ligia. A Coisa Obscura: Mu!- her, Sodomia e Inquisi¢so no Brasil Colonial. S. Paulo, Editora Brasliense, 1989; Mott, Luiz. O Lesbianismo no Bra- sil, Porto Alegre, Ed. Mercado Aberto, 1988. 136 cluyo que no obstante la existen- cia de legislacién draconiana tanto civil como canénica, con- tra el crimen de sodomia, hubo espacio en América Colonial pa- ra el surgimiento de una inci piente sub-cultura gay, a veces timida y clandestina, otras ve- ces exhibida y frenética “), comportando inclusive el exhibl- cionismo desafiador de traves- tis. El primer homosexual traves- ti del que tenemos noticia en el Brasil fue un negro natural del Congo, Francisco Manicongo, es- clavo de un zapatero, residente en Salvador, denunciado en la Visitacin de 1591: “'se rehusa- ba llevar el vestido de hombre que le daba su sefior, [conser- vando] la costumbre de los ne- gros paganos de Angola y Con- go, donde los negros somitigos que en el pecado nefando sir- ven de mujeres pacientes, son lamados de quimbanda, los cua- les traen una tela cefiida con las puntas por delante que les que- da una abertura adelante. .."(48, También en Cuba hay informa- cién de précticas homéfilas en- tre los esclavos en los ingenios de cafia de azicar ™, 44, Mott, Luiz. “Relagdes raciais entre homossexuais no Brasil Colonial”, in Revista de Antropologia, USP, 1992, Vol. 35:169-190, 45, Mott, Luiz. “Escravidio e Homosse- xualidade”, Op. Cit, 1986:19-40. 46. Fraginals, M. £1 Ingenio. Habana, Ed. Nuestra Historia, 1978:38. HISTORIA Y SOCIEDAD 4 También indlos bautizados, vi- viendo en Jos alrededores de los primeros ndcleos coloniales del Brasil, son sefialados como so- domitas, asumiendo algunos ofi- clos y posturas generalmente atribuidas al sexo débil, otros acusados de “vivir como mari- do y mujer, como si amanceba- dos fuesen” (47), Todo Ileva a creer que también en los dems paises latinoame- ricanos, durante el perfodo colo- nial, existieron no sélo cripto- sodomitas amorfos e aislados, sino un contingente nada despre- clable de sométicos que a pesar del rétulo de maricas, eran sufi- cientemente machos para exte- riorizar sus preferencias inverti- das a través de gastos, ropas y adornos propios de una sub-cul- tura sincrética y sul-génerls, Es en México, ademés del Brasil, donde disponemos de documen- tacién que prueba tal hipéte- sis: en el afio de 1658 fueron denunciados 123 sodomitas vi- viendo en !a ciudad de México y sus alrededores, de los cuales 19 fueron apresados y 14 quema- dos. Uno de éstos escapé de la hoguera por ser menor de 15 afios, recibiendo no obstante co- mo castigo, 200 azotes y 6 afios 47. Mott, Luiz. “Somitigos, Tibira € Quimbanda: A prética do homose- xualismo entre brancos, indios € negros nna Bahia e Pernambuco nos séculos XVI XVII", Ponencia presentada en la 33¢ Reunién de la SBPC, Salvador, 1961. Luiz MOTT de trabajos forzados “*, Segin comentaba el Alcalde del Cri- men de Nueva Espafia, D. Soto- mayor, “el pecado nefando tiene muy contaminadas estas provin- clas”, diagnéstico correcto, pues dentro de los mariquitas apresa- dos, constaban algunos que por cuarenta afios seguidos practica- ban somitigarias, “se regalaban unos a otros”, llegando a simu- lar prefiez. Entre los denuncia- dos predominaban los indios, mestizos, espafioles, mulatos y hasta moriscos y portugue- ses “). Dentro de éstos se des- tacaban los domésticos o escla- vos, seguidos de los estudiantes y Pequefios comerciantes. Como ocurria en la Peninsula !bérica, también los sométicos de Nueva Espafia asumfan rasgos_y carac- teristicas del sexo débil, trayen- do vestidos de mujeres y tra- téndose con nombres femeninos: entre los sentenciados habia un mulato apodado Cotita; los mes- tizos atendian por La Zangarrla- na, La Estampa, La Conchita; un sastre espafiol era La Luna, otro, Las Rosas; el indio Martin se volvié La Martina de los Cielos y un negro atendia por La Moro- cha ). He aqui como se com- 48. Guljo, Gregorio. Diario, 1648-1664. fd, Manuel Romero de Terreos, Mé- ico, 1952, 2 vol, apud De la Santidad a a Perversién, S. Ortega (ed), “as Cenizas del Deseo” de Serge Gruzinski, México, Enlace, Editorial Grijalbo, 1985: 255-280. 49. Gruzinski, $. Op. Cit., 1985:266. 50. Idem, tbidem, p, 272. 137 Portaba uno de estos sométicos mexicanos: “El dicho Juan de la Vega hera mulato afeminado [...] le Hamaban Cotita (que es lo mismo que mariquita) y el di- cho mulato se quebrava de cin- tura y trafa atados en la frente de hordinario un pafiito llamado melindre que usan las mujeres y en las aberturas de las man- gas de un jubén blanco que trafa puesto, trafa muchas cintas pen- dientes y se sentaba en el suelo en un estrado como muger y ha- cfa tortillas y lavaba y guisa- ba” 6D, Consta que después de este violento Progrom de 1658, nueva- mente en 1673 otros sicte mu- latos, negros y mestizos de MIx- coac fueron quemados. Aqui también quedamos con la duda, si fueron procesados con todas las formalidades propias del San- to Oficlo, o por iniciativa de las autoridades civiles que conside- raron la sodomfa como crimen de fuero mixto ®, Ademés de estos homosexua- les mexicanos ejecutados en Ia segunda mitad del siglo XVII, en- contré en los archivos portugue- ses referencia de otros cua tro sodomitas de la América Espafiola, hasta hoy descono- cidos por la historiografia local. El primer episodio nos remite al Virreinato del Per en 1598: Fray Juan de Valenzuela era natural 51. Idem, tbidem, p. 274. 52, Idem, Ibidem, p. 278. 138 de Xerex (Sevilla), fraile carme- lita, doctor en teologla y misio- nero del Perd, “maestro y gran orador”. Al retornar de los An- des. en Badajoz (Extremadura), fue hecho prisionero por los Fa- miliares del Santo Oficio Portu- gués, acusado de dormir a puer- ta cerrada con su criado el jo- ven Juanillo de 13 afios, En el desarrollo de la investigacién, fue acusado de “ser tan puto cuantos putos habfan en Itall tierra que en el Imagindrlo ibé- rico de la época representaba la propia reencarnacién de Sodo- ma y Gomorra. Denunciaron ade- més: que después de la misién en Perti y en la Nueva Espafia, en la carabela en que retorné a Eu- ropa, por poco no fue arrojado al mar por los marineros escanda- lizados, con miedo de que Dios Nuestro Sefior los castigara con desgracias y naufragios en cas- tigo por los devaneos del fraile somitigo. A pesar de alegar ino- cencia, fue Ilevado al tormento y condenado a cuatro afios de reclusi6n en el Monasterio de los Carmelitas de Castilla, obli- gado al ayuno de pan y agua to- dos los miércoles y viernes *. Para el siglo XVII —que re- presenta el periodo de mayor homofobia por parte de la In- quisicién— disponemos de otros dos procesos. Bartolomé Marti- nez de Mora, 40 afios, artifice de oro, con calidad de cristiano nue- 53, Archivo Nacional de la Torre de! Tombo, Inquisicién de Evora. Proce: so N® 957 y NP 10618, HISTORIA Y SOCIEDAD 4 vo, hecho prisionero en 1655, fue juzgado no s6lo por profesar se- cretamente la Ley de Moisés, co- mo por précticas sodomiticas. En el Santo Oficio declaré haber vivido dos afios en la ciudad de México y en Vera Cruz, siendo en esta ocasién estudiante —tal vez, compafiero de alguno de aquellos 7 estudiantes senten- ciados en aquella provincia en 1658 (%), Este dltimo caso relativo a un sodomita hispanoamericano pri- sionero de la Inquisicién de Lis- boa es particularmente intere- sante, por reunir algunas espe- cificidades. E] reo es natural de México: Pedro Medina, 30 afios, soldado. Ostentaba imagen mas- culina, a diferencia de muchos sométicos afeminados: “tenia rostro triguefio, cabello negro con guedejas sobre los hombros, barba negra, estatura mediana. Vestia calzas amarillas con ra- yas verdes, jub6n rayado de ne- gro, todo cosa de Ia India” «*), Su padre era portugués, trasla- déndose para México donde ser- via de escudero de una hidalga. En Nueva Espafia nacié Pedro Medina, fue confirmado en la Se- de de México, siendo oficiante D. Francisco Manso. Nada infor- man los documentos sobre su 54. Archivo Nacional de la Torre del Tombo, Inquisicién de Lisboa, Pro- ceso Nt 7829, 1655. 55. Archivo Nacional de la Torre del Tombo, Inquisicién de Lisboa, Pro- eso NP 3710, 1657. LUIZ MOTT vida erética en su tlerra natal. Hecho soldado en la armada cas- tellana, viaj6 por lejanos reinos de Oriente: Filipinas, Jacataré en la India, China, cayendo cau- tivo de los moros. Sufriendo vio- lentas golpizas de su duefio mu- sulmén, entonces en Persia, re- neg6 de Jesucristo, viviendo en la Ley de Mahoma hasta que fue rescatado por los calvinistas ho- landeses, permaneciendo cau- tivo en un navio en la costa de Ceilén por meses seguidos, Nue- vamente libre, después de tantas peripecias, al llegar a Lisboa es denunciado al Santo Oficio por un joven de 20 afios, Manuel Rois, igualmente exprisionero de los batavos. Segiin este jo- ven, en los seis meses en que estuvieron bajo el yugo de los calvinistas, mantuvieron més de 120 c6pulas sodomiticas, “me- tiendo su miembro viril y derra- mando simiente en el vaso tra- sero de él, confesante, y con consentimiento de él, cometie- ron otras 80 veces el nefando pecado de sodomfa, siendo Pe- dro Medina el paciente”. El reo mexicano, a su vez, al ser apre- sado, afiadi6 que cuando en la India, también cometiera el pe- cado de sodomia con un joven holandés, Cornelio, siendo agen- te y paciente, “una sola vez”, y con Juan Bautista, veneciano de 18 afios, rindieron culto a Venus Prepéstera otras tres ocasiones. Fue condenado a la humillante pena de azotes por las calles pi- blicas de Lisboa y condenado a 5 afios de galera —un lugar ten- 139 tador para quien estaba tan acos- tumbrado a no resistir las pul- siones homoeréticas acunado por las olas def mar. Il, GAYS Y LESBIANAS LATINOAMERICANOS HOY Con el término de las Inquisi- ciones Portuguesa y Espafola, también en América Latina se ex- tinguleron los Tribunales del Santo Oficio, en 1820 en Pert y México, en 1821 en Cartagena y en el Brasil *. Se extingue el Monstrum Horribilem pero la- mentablemente, como las men- talidades no se cambian por de- creto, hasta hoy persiste en América Latina el espectro inqui- sitorial, no s6lo en Ia Ideolagia moralista e intolerante, sino en la propia composicién de las éli- tes locales, cuyas cepas mas tradicionales descienden directa- mente de los terribles Familia- res y Comisionarios del Santo Oficio «. Diversos paises latinoameri- canos, entre ellos el Brasil, con la Independencia, por inspiracién modernizante del Cédigo Napo- 56. Testas, G & Testas, J. “A Inquisicto na América Espanhola”, in A Inqui- sicio. Sto Paulo, Difusi6n Europea del Libro, 1968:100, 57. Bennassar, B. “Aux origines du ca- ciquisme: Les Familiers de L’inquisi- tion en Andalousie au XViléme siécle”, Cahiers du Monde Hispanique et Luso- Brasilien, N? 27, 1976:64-71. 140 le6nico, descriminalizaron la so- domfa, dejando de constar en los nuevos Cédigos Penales, aunque persista entre nosotros un fuer- te prejulcio y discriminacién con- tra los practicantes de esta va- riante amorosa. Bajo el alegato de atentado al pudor o préctica de la prostitucién, incontable nd- mero de pederastas han sido chantajeados, encarcelados y torturados por los agentes del nuevo orden policial. A pesar de que muchos médicos y cientifi- cos trabajaron por sacar los in- vertidos sexuales de las delega- ciones y prisiones, para intentar su cura en sus dispensarios y clinicas, en calidad de perros guardianes de a moral oficial, estos doctores, en el afén de re- generar tales desvios, adopta- ron a veces modernas formas de violencia, torturando los inde- fensos mariquitas con terapias dolorosisimas que flegaron a in- cluir choques eléctricos, dosis caballares de hormonas y peli- grosos productos quimicos has- ta el transplante de testiculos de chimpancés “* Suicidio, clandestinidad total, baja estima, marginalidad, asesi- natos, pasaron a ser el pan de cada dfa de millares de uranis- tas latinoamericanos, rechazados dentro de sus propias familias, humillados en las calles, impedi- dos en el acceso al trabajo. In- vestigaciones llevadas a cabo en 58. Ribeiro, Leonidio. Homossexualismo Endocrinologia. Rio de Janeiro, Livraria Francisco Alves, 1938. HISTORIA Y SOCIEDAD 4 el Brasil, pais considerado uno de los menos homofébicos de América Latina, revelan que den- tro de todas las minorias socla- les, gays y lesbianas son los mas odiados, odio manifiesto en un continuum que incluye el insulto verbal, el tratamiento desprecia- tivo en los medios de comunica- cién, la violencia fisica en las ca- Hles, prisién arbitraria, los ase- sinatos “, En México, hasta hoy los gays son apodados co- mo cuarenta y uno en alusién a los 41 maricones apresados en una noche del afio de 1901, los cuales fueron sometidos a humi- Nantes castigos, obligados a b- rrer las calles de la capital y a lavar las letrinas publicas . También en Argentina, en los afios 30, las fiestas que reunian homosexuales ““terminaban mu- chas veces con la irrupcién im- prevista de la policia, sobre to- do en la época en que era mas urgente la limpieza periédica de los vidrios de la jefatura, me- nester para el que los vigilantes elegian siempre a los maricas, obligados entonces a entregarse con trapo y Jab6n y agua a la fe- menina pero nada agradable te- rea” ()_ 59, Grupo Gay da Bahia Violacio dos Direitos Humanos de Gays e Lésbi- cas no Brasil. (En preparacién). 60. Dynes, W. Enciclopedy of Homo- sewuality. New York, Garland, 1999: 803. 61. Bao, Daniel. “Invertidos sexua'es, Tottilleras and Maricas Machos: The construction of Homosexuality in Bue- Luiz MOTT En los uitimos afios, la pren- sa viene informando repetida- mente el homicidio de centena- res de gays, travestis y lesbia- nas en México, Colombia, Ecua- dor “) y sobre todo en el Bra- sil, donde hay documentacién que comprueba que en los Ulti- mos 15 afios, més de 1.200 ho- mosexuales fueron violentamen- te asesinados, victimas de cri- menes homof6bicos, lo que hace una media de un asesinato de homosexual cada cinco dias ‘**). Para reaccionar contra este verdadero genocidio y contra las no menos crueles discriminacio- nes de que son victimas més del 10% de los latinoamericanos ho- méfilos *, en sintonfa con el reconocimiento internacional de que la homosexualidad no es en- fermedad ni desvio, sino una orientaci6n sexual tan legitima y saludable como la heterosexua- lidad 0 la bisexualidad “**), algu- nos Aires, Argentina, 1900-1950", in De Cecco & Elia (Orgs, If your seduce straight person can you make then gay’, New York, The Haworth Press, 1993:205. 62, Bulletin of Internacional Gay and Lesbian Human Rights Comission. S. Francisco, 1993. 63. Boletin do Grupo Gay da Bahia. Nt 1-28, 1980-1994. 64. Es con base en la citada “Escala Kinsey” que se acostumbra a cal- ‘cular en 6% las personas exclusivamente homosexuales, 4% las predominante- mente homosexuales, que ocupan los rndimeros 5 y 6 de la “Escala Kinsey”. 65. En 1985, el Consejo Federal de Me~ dicina del Brasil, excluy6 la homo- 141 nos afios después de la famosa rebelién gay ocurrida en Nueva York en 1969, considerada el marco inicial y simbolo del mo- derno movimiento homosexual internacional, también en Amé- rica Latina, gays y lesbianas se vienen organizando para tener los mismos derechos humanos de los demés ciudadanos. Fue en Argentina donde se or- ganizé el primer grupo de defen- sa de los derechos de los gay y lesbianas: en 1971 es fundado el Frente de Liberacién Homose- xual (°* que pas6 a editar el pri- mer boletin homosexual de Amé- rica del Sur, el Somos, Luego en el afio siguiente son fundados en México dos entidades congéne- res: Sex-Pol y Frente de Libers- cién Homosexual (*”). En 1978 es la ocasi6n para que el Brasil en- tre en la lucha por la ciudadania de los homosexuales: nuestro primer grupo gay se Ilamé So- mos, fundado en Sao Paulo y Iue- sexualidad de la Clasificacion Intema- ional de Enfermedades, y en 1993, la COrganizacién Mundial de la Salud, ra~ tificé esta decisién, suprimiendo en el ‘ltimo CID et pardgrafo 302.0 que cla- sificaba el homosexualismo como “des- vio 0 trastorno sexual”. 66. Stuckelman, Joey. Intercourse. Dis course and identity: A study of the formation of homosexual identitites un- der authoritarianism in Argentina and Brasil. Senior Thesis, Latin American Stu- dies, Santa Cruz University, CA. 1992. 67. Lumsden, lan. Homosexuality. So- ciety and the State in México. to- ronto, Canadian Gay Archives, 1997. 142 go ramificado en otros estados de la federacién, En 1979 una faccién de este grupo organiza el LF, Lesbiano-Feminista, que pas6 a editar el boletin Chane- ‘comchana ‘), Para la realizacion del | Encuentro Brasileio de Ho- mosexuales en 1980, ya existian més de veinte grupos gays y lesbianas de norte a sur del pais: hoy pasan de medio centenar. Peri también tuvo su Movi- miento Homosexual de Lima (MHOL) fundado apenas en los inicios de los afios 80, posee se- de en el centro de la ciudad don- de presta asistencia psicolégica y Juridica a los homosexuales. Como los demés grupos aqut ci- tados, con el surgimiento de la epidemia de AIDS, tales entida- des pasaron a dedicarse también a la prevencién del HIV, contri- buyendo con los gobiernos loca- les y con otras organizacio- nes no-gubernamentales (ONG's/ AIDS) en la prevencién de este sindrome ‘), Colombia posee desde los ini- cios de la década de los 80 la mayor y mejor revista gay pro- ducida en América del Sur, Ven- tana Gay, ademés del boletin De 68. MacRae, Edward. A construcio de Igualdade. [dentidade Sexual e Poli- tice no Brasil da Abertura. Campinas, Editora Unicamp. 1990; Trevisan, J. S. Devassos no Paraiso. Rio de Janeiro, Max Limonade, 1986. 69. Arboleda, Manuel. xual variante in Li Op. Cit,, 1987:101-117. jocial and se- ‘in 8. Murray, HISTORIA Y SOCIEDAD 4 Ambiente, publicado entonces por el Golectivo del Orgullo Gay con sede en Bogota. Segiin Spar- tacus Gay Guide, la principal pu- blicaci6n internacional del géne- ro, existieron en los inicios de la década actual otras dos publi- caciones homosexuales en Bo- goté: Lambda Gay y Connotacio- hes, Segin esta misma fuente, en 1987, més de 50 homosexua- les fueron asesinados en este pais, algunos de estos homici- dios atribuidos a escuadrones de la muerte (7, Venezuela también tuvo su or- ganizacién homosexual, hoy inac- tiva: Grupo Entendido, el cual, en 1983, denuncié a Amnistia Internacional una serie de mal- tratos practicados por las fuer- zas policiales contra los frecuen- tadores de los espacios gays lo- cales ™, México, deBido a la vecindad con los Estados Unidos, donde el movimiento homosexual es ex tremadamente fuerte y organiza- do, y gracias al contacto con los chicanos homéfilos, es el pais hispanoamericano donde los gays y lesblanas estén més or- ganizados: han llegado a reali- zar manifestaciones piblicas con més de cuatro mil maricones y tortilleras. Ademas de decenas de grupos homosexuales, se des- 70. Gmunder, B & Stamford, J. Sparta- cus Gay Guide, Berlin, B. G, G. Ver~ lag, 1990-1991, 19° edici6n: 110. 71. Idem, tbidem, pp. 990-993. LUIZ MOTT taca el Grupo Orgullo Homose- xual de Liberacién, y Qué, Coiec- tivo Sol, con actuacién en la ca- pital y en Guadalajara y Tijuana, disponen los actuales venerado- res de la diosa Xochiquetzal de algunos servicios de apoyo, co- mo el Centro Comunitario Gay. Grupo para Alcohélicos y Neuré- ticos Homosexuales, ademas de un templo filial de la Metropoli- tan Community Church, la pri- mera iglesia homosexual del mundo ‘, Hay paises latinoamericanos donde todavia persisten leyes que penalizan a los homosexua- les: Nicaragua, Cuba y Ecua- dor (), impidiendo el surgimien- to del movimiento organizado en defensa de la ciudadania de’ los gays y lesbianas, En Uruguay. Bolivia y Paraguay, y en los de- més paises de América Central y del Caribe, los homosexuales ain no se han organizado para defender sus derechos humanos. Chile ofrece motivo para refle- xién: luego después de los afios ladgubres de la dictadura militar, surgieron algunos grupos bas- tante dinémicos como Movi- miento Homosexual y Lésbico de Chile, el Colectivo Lésbico- 72. Idem, Ibidem, p. 519 y ss. 73. Idem, Ibidem, pp. 122, 142, 601. 74, Puentes de Respeto: Creacién de Apoyo para la Juventud Lesbiana y Homosexual. Una guia de referencia del ‘American Friends Committes y del Co- mité de Servicios Chileno Cudquero. Santiago, 1992. 143 Feminista. En 1992 se realizé en Santiago de Chile el Primer En- cuentro Suramericano de Grupos Gays y Lésbicos. Un detalle po- sitivo: este encuentro conté con el apoyo téctico de la Comu- nidad Quaker, un gesto histéri- co y pionero de respeto y soli- daridad humana que parte de una entidad cristiana de Latino- américa. A MANERA DE CONCLUSION El estudio de la etno-historia de la homosexualidad en Améri- ca Latina desde los tiempos pre- colombinos hasta la actualidad nos revela de un lado el prejui- cio irracional y cruel contra una minoria social, los gays, lesbia- nas y travestis —cuya identidad existencial y expresién afecti- vo-sexual fueron secularmente considerados el més grave pe- cado y el crimen més repugnan- te, ambos merecedores de la muerte. Al rescatar esta micro-histo- ria tan marcada por la intoleran- cia y la violencia, fueron tres nuestros objetivos: primero, que- brar el silencio y desmitificar el tabi que atin hoy persiste fren- te a la homosexualidad, convir- tiéndolo en tema serio merece- dor de més estudios e investiga- ciones por las diferentes reas del conocimiento cientifico; se- gundo, al abordar la evolucién de la homosexualidad masculina y femenina en este medio mile- 144 nio de historia latinoamericana, tuvimos como pretexto demos- trar la universalidad temporal y espacial de esta manifestaci6n humana, avanzando en el conoci- miento empfrico de ciertas éreas culturales hasta entonces poco divulgadas en los medios acadé- micos; tercero, tuvimos como preocupacién demostrar que la homofobia, asi como el racismo y el machismo, son frutos podri- dos de variadas matrices cultu- rales que se exacerbaron en nuestro continente en gran pé te como resultado de nuestro triste pasado esclavista, y como tal, emergen como facetas de una ideologia perversa e inhuma- fa, que s6lo podré ser superada a través de las luces de la cien- cia y por el buen sentido de los c6digos internacionales de de- rechos humanos. A pesar del cuadro atin som- brio y de las frecuentes violacio- nes de los derechos de ciudada- HISTORIA Y SOCIEDAD 4 nia de los homosexuales latino- americanos, todo nos lleva a creer que dias mejores comien- zan a brillar para tal minoria so- cial: hasta los inicios del siglo pasado, cuando la extincién del Santo Oficio de la Inquisicién, la homosexualidad era un crimen condenable a muerte en todo el continente Latinoamericano. Hoy América Latina camina en sentl- do inverso: hacia la Imitacién de lo que ocurre hace décadas en los més civilizados paises del primer mundo, en Brasil, en 73 municipios y en tres estados de la Federaci6n, las constituciones locales prohiben expresamente cualquier discriminacién basada en la orientacién sexual. Ayer era crimen ser homosexual. Hoy el crimen es discriminar al homo- sexual, (Direccién para correspondencia: C. Pos tal 2552-40022-260, Salvador, Bahfa, Brasil).

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