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‘Actual (Mérida) (34): 117-140 Septiembre - Diciembre 96 Dona BARBARA Los PROBLEMAS DE CONSTRUCCION DE UN PERSONAJE Mireya Vazquez Tortolero A Igunosespecialistas,entreelles Juan Liscano, creen quela obra de Romulo Gallegos debe ser revalorada en funci6n de méto- dos criticos. Este ejercicio, que aportaria una lectura novedosa, ha- rfa_a un lado ciertos enfoques que han viciado la lectura de la obra galleguiana. Serefieren, sin duda, a los valores y colores localistas, folkl6ricos, nacionalistas, costumbristas, argumentales y textuales, por un lado y por otro, la necesidad de rescate de la valora- cién profunda en funcién de simbolos, arquetipos, pro- yecciones trascendentes y contenidos insuficientemente ex- presados por significantes.' que nutren los estudios analiticos dela obra del escritor venezolano. Acogiéndonos aesta propuesta, hemos decidido leer a Dona Barbara desde otro punto de vista. Por ello, el objetivo fundamen- tal de nuestro trabajo es referirnos a los problemas de construccion que ofrece Doita Barbara como personajey las relaciones actanciales que se desprenden de ésta hacia sus compafieros ficcionales. Actual 117 El disefio de Dofia Barbara arrojaluces sobre Jas claves de sux constraccién y de su significacién como productora de sentido, mientras sigue los modelos convencionales y no se edifica en fun- ci6n de la trasgresi6n de los mismos. Se desea un funcionamiento especifico de acuerdo a su interrelaci6n con Jos otros elementos del discurso, y siempre de acuerdo a su desplazamientn y jerarquizacion de Ja historia y la intriga en la composicién total de la novela de zDona Barbara es una heroina o es un personaje problematizado? ‘Los personajes son portadores de significacién del universo ficticio, y la orientacién va del autor y su referente al texto, y final- mente, al lector, quien recibe y, por lo general, resemantiza. Pero, estudiar al personajecomo ente de ficcién, aislandolo del referente rea] (del modelo de persona) impuesto por anteriores modelos crf- ticos, resulta casi imposible. Para Carmen Bustillos, hay en el per- sonaje demasiado de ia figura del hombre mismo como para no caer en las tentaciones de la aproximacion mimética, incluso invirtiendo los términos de movimiento realidad-invencién. Noes casual, entonces, que algunos perso- ‘nnajes, bafiados en “autenticidad” traspasen las fronteras dea fic- ci6n para convertirse en modelos de lo real como Dofia Barbara. Este personaje es un eje en el que confluyen nosélo la iden- tificacién del lector (por analogia o por rechazo, el lector se reco- noce en el personaje) sino también la del autor (quien hace una proyeccién desu concepcién del hombre y desi mismo, fragmen- tada o completa). Todo esto conduce al didlogo lector/autor a través de multiples niveles de identificacin que ofrece la figura del personaje.* Actual 118 El personajes una figura del discurso. Cuandose disefia a Donia Barbara, las claves de su construccién y de su significacion como productora de sentido, sigue las modelos convencionales y no se disefia en funcién de la trasgresion de los mismos. Una idea se ha convertido en una imagen y se desata un funcionamiento especifi- co, deacuerdocon su desplazamiento y jerarquizacién en la histo- riay la intriga en la composici6n total de la novela de Romulo Ga- Hegos. Pero, ,es Dofia Barbara un simple portavoz de un mensaje ideolégico abiertamente positivista? (Tiene coherencia interna? {Por quées protagonista o, si se/prefiere, columna vertebral dela obra? {Por qué desata relaciones catéptricas en las cuales se envuelven Jos personajes? ,Qué mecanismos de ficcionalizacién utilizé el au- tor para construirla? ;Cémo operan éstos y qué efectos producen en los elementos del discurso? A Dojia Barbara hay que redimensionarla como ente individual en su transito por la histo- ria, como cifra de actitudes vitales arquetfpicas y, ademas, como elemento del discurso. Si vemos a Doha Barbara bajo la éptica de autores-tedricos como Forster y Henry James * quienes enjuician a los personajes segiin proyectan una imagen auténticamente humana e identifica- ble parael lector, ella entraria dentro de la categoria de characters, que son personajes con densidad y fuerte contorno, opuestos siem- prea personajes diluidos o desdibujados, o apenas esbozados que Iamaremos figuras 9 ficelles (elementos importantes dentro del tratamiento general de la historia, pero sin interés en si mismos). El problema de esta vision analitica propuesta por James es que se resuelve en una proyeccion de vida. Sin embargo, la novela telurica, enla que cabe la insercién de la obra galleguiana, concede ms espacioa una visién como la propuesta por Jitrik®, quien rastrea el proceso de seleccién que lleva de los personajes masa y secundarios Actual 119 a la protagonista -Doita Barbara-, como condensador jerdr- quico de la accién, y de alli al héroe, que seria el punto miiximo de la energia transformativa.* Para Jitrik, surge la nocién del héroe (heroina en nuestro caso) que es la protago- nista como paradigma, el personaje aparece en todo su esplendor, no sélo como funcién en el mundo narrativo, para ordenarlo y hacerlo comprensible, sino referencia y relacién con el mundo exterior incrustade en el campo narrativo imaginario.’ Para Jitrik, la nocién del héroe absorbe todas las otras y rige polarizadamente casi todo el universo narra- tivo conocido. De acuerdo con esta teoria, Doiia Barbara se cons- truye a partir de modelos reales que simbolizan los valores de una sociedad dada. Doita Barbara es una representacién ideolégica de lasociedad agricola, y acaso barbara, que exalta sus fundamentos afirmandolos y mitificandolos. En ese movimiento de “trasvasamiento” seméntico, se reconocen autor y lector, por eso, esta noci6n esté relacionada intrinsecamente con la verosimilitud. A través de este modelo, la sociedad -los criticos y lectores- alimen- tany redimensionan la forma de Dofia Barbara, proposicién enun- ciada por el escritor venezolano Juan Liscano. Dofia Barbara es una figura a la que Gallegos -atin desde el titulo quees por demés indicial- le dedica mas peso enel espacio narrativo y a la vez, proyecta la mayor carga semantica. Es ella el principal portavoz del cuatro de (anti)valores del autor y enesa medida puede ser antiheroina, porque representa el opuesto a las expectativas y convenciones de un sistema ideolégicoy estético. Su oponente serd Santos Luzardo, un personaje que crecea la sombra de Dofia Barbara, inmerso en una ginecocracia literaria que lo de- vora. Ellaes Hécate quien intenta seducirlo y ademas es la madre terrible que acosa a Marisela. Actual 120 Para Feldman, Cywiner y Kaplan: Gallegos muestra lo que debe ser América y también Jo que no debe ser; Io bueno y lo malo en Ia naturaleza y en los hombres (...) La Protagonista de la novela, y que Je da su nombre, es justamente Dofia Barbara, criatura y personificacién de los tiempos que corrian. El autor ia presenta como el resultado ldgico de su origen, su educacion y el ambiente fisico y espiritual en ef que se ha criado (...) A un temperamento itmpetuoso, se suman en ella supuestos poderes de hechiceria que cuida de alimentar en el espiritu simple y supersticioso de ios sencillos campesinos (...) Frente a Doria Barbara, simbolo de las fuerzas oscuras y primitivas de la tierra, se yergue Santos Luzardo, verdadero antagonista, empefiado en hacer triunfar los valores de la ctviliza- cién por su consagracion al trabajo.* Dojia Barbara se inscribe en lo que Jitrik llama héroe natu- ralista (version del héroe problematico de Luckacs) porque es ca- paz de ejercer un criterio de discernimiento (alejado dela nocién del héroe clasico). La construcci6n de este personaje ilustra la vi- sién positivista. Por otra parte, se demuestra el afan de verosimili- tud (entendida como reflejo de una realidad observable) en la que el personaje puede enfrentarse a la sociedad o identificarse con ella (Santos Luzardo). Pero si nos quedamos en este nivel analitico, no exploramos a los personajes como elemento del discurso, sino su representatividad como persona o simbolo de una colectividad. La heroicidad y la noci6n de héroe se sigue extendiendoen la literatura galleguiana, aunque articula a !os arquetipos intemporales, Actual 121 consideramos validoy pertinente revisar el enfoque arquetipal pro- puesto por Joseph Campbell en El héroe de las mil caras. Dofia Barbara, a ratos, celebra la destruccién -y aqui hay indicios de modernidad-, la desintegracién, el desastre y el fragmento, opcio- nes de muchos para ver el mundo. Una imagen arquetipal es un espejo dela naturaleza colectiva que toma un lugar en la tierra y constituye, a partir de alli, el mito. Si héroes y hazafias sobreviven en nuestro tiempo, obviamente la literatura los va a registrar. Por ello, la aventura mitolégica de Dofia Barbara y desu opo- nente Santos Luzardo, estaria marcada por la separaci6n, la ini- ciaci6n y el retorno (la separacién del mundo, penetracién en. ‘ana fuente de poder y regreso a otra vida para vivirla con mas sentido). Y esto apunta a lo que Delprat esboza en Dojia Bar- bara, vigencia de una leyenda: Pero no es Dotia Bérbara de tan sencilla construc- cién. La aventura de la protagonista principal y la de Santos Luzardo, segundo personaje del Libro, son de doble direccién. En cada uno se ilustra la posibilidad de seguir un camino determinado: a la regresiOn o al progreso. La historia no es una via de sentido obligatorio; no hay una necesidad histdrica sino una alternativa. Como en las leyendas tradicionales, (...) el protagonista puede esco- ger enttre el bien y et mal, entre el amor y el odio, entre In accién constructioa y Ia destructiva, en ningidn caso se sugiere la eleccién entre las formas del pasado y las del futuro (excepto al final, cuando Santos Luzardo es mostrada como visionario en sus proyectos de trans- formacién de los Manos)? Dona Barbara es recipiente de arquetipos universales, es- Acmal 122 pecialmente los referidos a la figura de la mujer, trina en esencia y ‘una en persona: (Hécate-Kore-Ceres). El complejo arquetipal grie- go toma y moderniza a las figuras femeninas y las resuelveen la jriada previamente mencionada (Cereses la madre eterna; Hécate esla bruja y eleterno misterio; es decir, laestinge, y Kore es la hija, Jadoncella eterna). El complejo arquetipal femenino de naturaleza triforme hace acto de presencia en Dofia Barbara. Ella es Ceres, madre dadora de vida, capaz del sacrificio (al Final); peroes tam- ‘bién madre mala, expulsadora, dominante, devoradora de hom- bres y castradora. Ni aun la maternidad aplacé el rencor de la devoradora de hombres; por el contrario, se lo exasperé amas, Un hijo en sus entraftas era para ella una victoria del macho, una nueva violencia sufrida, y bajo el impe- rio de este sentimiento concibio y dio a luz una nifia que otros pechos tuvieron que amamantar, porque no quiso ni verla siquiera. Kore esta representada por Barbarita, la muchacha dulce e ingenua quese enamoré de Asdrabalen el bongo, y por Marisela, la hija de La Dafiera, virgen, cerrada, fria y rechazante. ¥ la otra cara de Dojia Barbara, la de Hécate: hechicera, bruja, seductora de los filtros del amor, bruja diabélica y cortesana. Sélo ella sabe que el arquetipo de la brujerfa cristaliza la feminidad. Es la esfinge, enig- ma por excelencia. En efecto, la superioridad de aquella mujer, su domi- nio sobre los demds y el temor que inspiraba, parecia radicar especialmente en su saber callar y esperar. Era insitil proponerse arrebatarle un secreto; de sus planes Actual 123 nadie sabia nunca una palabra; en sus verdaderos sentimientos acerca de una persona, nadie penetraba. (pp. 132-133) Es la legendaria Eva sierpe: Ent Ia habitacién de los conjuros, ante ta repisa de las imagenes piadasas y de los groseros amulets, donde ardia una vela acababa de encender. Dotia Barbara, de pie y mirandoel guaral que media laestatura de Luzardo, musitaba la oracion del ensalmamiento: - Con dos te miro, con tres te ato; con el Padre, con el Hijo y con el Espiritu: Santo. jHombre! Que yo te vea mas iumilde que Cristo ante Pilatos. (p. 323) Los espectros internos, los dobles femeninos, atraen asus victimas-cémplices y las dejan abandonadas, Enmascaradas, Dofia Barbara, esconde a Eva-sierpe, una virgo satdnica, nefasta. Es mu- jer dafiina, castradora para el hombre. El deseo femenino esté imbricado conla muerte, porque ios que beben dela fuente matricial saben desu poder mortifero, letal: Y en vez de procurar conquistarse el amor de Santos Luzardo, solo por artes licitas de mujer enamorada, 0 apoderarse de su albedrio como se apoderé del de Lorenzo Barquero, 0 suprimirlo a mano armada, como habia hecho con todos los hombres que se atrevieran a oponerse a sus designios... (p. 326) El personaje de Dofia Barbara, como todoel disefio narrati- vo de Gallegos, va a refractar el mundo estructuralmente y la Actual 124 verbalizacion que lo construye disenard su propia e interna verosi- militud, siempre y cuando respondaa una funcién estética privile- giada quesupere lo social o loético. Solucion no siempre felizenel caso de Gallegos, dado su discurso moralizante que impregna y re- prime las acciones de los personajes. Por laconstrucci6n de la enigmatica Dofia Barbara si pode- mos inferir que ésta parece haberse escapado de la censura del ha- plante implicito, pues se mueve con creciente libertad. Si bien su disefio no trasgrede las nociones més contempordneas de la litera- tura, porque, por razones obvias, no pudo ser asi -e] momento his- t6rico y literario no lo permitia- hay esbozos incipientes de una s6lida construcci6n con ecos y resabios miticos. Gallegos cae enel diseito de dos tipos de personajes: dindmi- cosy estaticos, chatos y redondos. Pero el intento del autores el de representar tipos que se construyen alrededor de ideas 0 cualida- des, Sus personajes son siempre predecibles y es muy raro que uno de éstos llegue a sorprender al lector de una manera convincente, Hay una reflexion didactica que opera en el hablante implicitoen cuanto a los rasgos humanos que definiran a uno desus personajes ylacualidad de movimiento queesos rasgos alcancen. Enel caso de Dona Barbara, como personaje, su inspira- cién estd basada en la esfinge, como hemos sefialado anterior- mente, porque ésta como aquélla son violadoras y asesinas de varones, pero nunca de mujeres. Ambas son incubos femeninos que matan abrazando y sofocando. Doha Barbara es portadora deenigmas y es una mujer de estética envenenada, una especie de diosa histérica que preside altares y terrenos, es en todo caso, el paradigma de la mujer fatal. Donia Barbara como esfinge es Actual 125 capaz de seducir por su naturaleza arcaica, sus connotaciones esotéricas y su fuerte potencial erético. El parentesco de Dofia Barbara con laesfinge puede exten- derse, si queremos,a Medusa, una de las Gorgonas, ambas terribles con una mirada penetrante, capaces de convertir a los hombre en ‘piedra o de destruirlos con una simple caricia. Enigma por excelen- cia, Dofia Barbara contiene, en su significado, un dltimo reducto inexpugnable. Si apelamos a Jung, veriamos un simbolo de la ma- dre terrible en la que se hallan rasgos mitolégicos. Bajo la mdscara que concierne a la imagen de la madre y también ala naturaleza, se esconde el mito de la multiplicidad y la fragmentacién enigmatica del Cosmo y también se esconde la Bruja. Dofia Barbara aparece Tevestida de una ambivalencia notable: como imagen dela natura- leza y como la imagen terrible, como sentido y figura de la muerte. Vemos, por eso, que para Marisela, regresar ala madre significa mori. Laexistencia de Marisela es posibleen la medida enque la mujer mata simbélicamente a su madre y asi sera siempre porque Jas cosas vuelven al lugar de donde salieron. Esto hace que lo ajeno se mezcle con la esencia propia. Sombra e imagen se funden. Elreflejo remite siempre a la imagen original, primigenia, y la ima- gen que ve Marisela muestra una bruja, una mujer seductora. Hecate se enfrenta a Falo, y 1c hace subliminalmente. Por eso Dofia Barba- raescapaz de dominar bajo las sabanas, dominaci6n sexual de una Eva primigenia que seduce a un Adanasustado (Lorenzo Barquero). La primera victima de esta horrible mezcla de pasio- nes fue Lorenzo Barquero (...) y alld se tropezé con Barbarita, una tarde {...), una tormenta lanera que se Actual 126 prepara y desencadena en obra de instantes, no se desarrolla, sin embargo, con la violencia con que se desataron en el corazén de la mestiza los apetitos re- primidos por el odio, pero éste subsistia y ella no Io ocul- taba. - Cuando te vi por primera vex, te me pareciste a Asdriibal -dijole después de haberle referido el tragico episodio-. Pero ahora me representas a los otros, un dia eres el taita, otro dia eres el Sapo. Y como el replicara, poseedor de orgutlo: ~ Si cada uno de los hombres, todos aborrecibles para ti; pero, representdndotelos, uno a uno, yo te hago amar- los a todos a pesar tuyo. Ella concluyé rugiente: - Pero yo los destruiré a todos en ti. (p. 65) Dofta Barbara esta ligada intimamente al destino, es decir, ella representa la figura maternal bajo la divinidad del destino. Ella es el aspecto cruel de Ja naturaleza, su indiferencia con el dolor humano. En este territorio intimo (narrativo), la realidad se con- funde con las necesidades animales. La aterradora imagen dela fe- minidad tiene un reverso siempre presente de anarquia, fealdad, vicio y terror que se yergue con su fuerza divino- saténica para precipitar el caos. Todo lo que se aproxima a Dofia Barbara se torna ambiguo. Ella prepara pociones de amor magicas y venenos de s6rdidos encantamientos. Esta parte terrible nutrea la Gran Madre. La mu- jet, siempre en la encrucijada, espera inmortal, puesto que se repi- te; representa la traicion, la venganza, se apodera del alma de los Actual 127 hombres que la rodeany los vacastrando. Las manipulaciones de la bruja-mujer consisten en hacer creer al varén muy importante, como en efecto sucede con Lorenzo Barquero, a quien al mismo tiempo que le oculta su risa despiadada, le va quitando todo lo que posee. Ella humilla al falso, pero sin duda Io reivindica para s{ yen cierto modo, lo hace con su magica y destructora sabiduria. Algunos autores han creido que a la mujer la hace hembra lo que permite a la serpiente derribarla y la capacita para inducir a un hombre a unirse con ella en pecado. Lorenzo Barquero ser tier- namente vencido por el encanto femenino. Dofa Barbara cumple con la antigua funci6n dela bruja: atormentar a los hombres en los suefios. Dofia Barbara pone perpetuamente ante los hombres la amenaza de la no existencia; ella sabe dominarlos y posee conoci- mientos para seducirlos y abortarlos: EI diabélico poder que reside en las pupilas de los darieros y las terribles virtudes y las hierbas y raices con que las indias confeccionan la “pusana” para inflamar la lujuvia y aniquilar la voluntad de los hombres renuentes a sus caricias, npasiénania de tal manera, que no vive sino para apoderarse de los secretos que se rela- cionan con el hechizamiento del varén. (p.63) Doha Barbaraes la bella atroz, es la esfinge. La sensualidad profunda de esta mujer reside en el enigma, y el enigma, si nos remitimos a la mitologia, lo representa la esfinge Doiia Barbara, como ésta, aterroriza la poblacién proponiendoenigmas y devo- rando a los que no son capaces de resolverlas. Es evidente, enton- ces, que algunos arquetipos permean el tejido mismo de la cons- truccién deeste personaje galleguiano. Basta recordar, de nuevo, Actual 128 las miltiples formas que adquieren las relaciones de poder entre Jas figuras masculinas y femeninas, porque detras de cada aven- tura que emprende el personaje hay un héroe que la ha cumphi- do antes, porque el mundo del mito es una fuerza secreta que condiciona el destino, es la geometria secreta que tiene amplias implicaciones textuales. Ya iba a hacerio, pasado ef momentinea descon~ cierto, cuando Marisela volvié a detenerla exclamando: ~ Bruja! Tal como dos masas que chocan, saltan en el encon- tronazo y caen luego desmoronadas, confundiendo sus fragmentos, asi sucedié en el corazén de Dota Barbara cuando en tos labios de la hija estallé el epiteta infa- mante, que nadie fuera osado a pronunciar en su presencia. El hébito del mal y el ansia del bien, lo que ella eva y lo que anhelaba ser para que pudiese amarla Santos Luzardo, chocaron, se encresparon, desechos, en una thasa informe de sentimientos elementales. (p.324) Tras fa escena que protagonizan Marisela y Dona Barbara, desfilan muchas imagenes y pruebas de dominacién, sublevacion y sumisién. Dona Barbara se suprime como esclava y trasciende, puesto que su conciencia servil inicial va diluy éndose interiormen- te, Siempre dispuesta para la transformacion, persigue la autono- mia que encuentranen el origen mismo desu servidumbre, encar- nado enelamo-hombre que, posteriormente, sera devorado, por- que el esclave triunfa donde el amo fracasa. Dota Barbara desea reducir a su hija para privarla desu amenazadora potencia-presencia. Aqui hay una ambivalencia Actual 129 afectiva: amor odioso y odio amoraso. Marisela, por su parte, inicia su propia construccién en solitario y materniza (posee) su reali- dad. Las verdades que arguyen los personajes, siempre diferentes, suprimen y complementan otras. Solitarias, Marisela y Dofia Barbara dan rienda suelta a sus alucinados proyectos deeliminacién: Pero, zquién ha dicho que sea necesario que él se me declare? ;no puedo seguir queriéndolo por mi cuenta? é¥ por qué ha de Uamarse amor el carifio que le tengo? No, Marisela, cariio se le puede tener a todo el mundo y @ muchas personas a la vez. ;Adoracion?... pero, épor qué razén todas las cosas deben tener un nombre?. (p. 294) También Dona Barbara proyecta: «. hasta alli todos sus amantes, victimas de la codicia 0 instrumentos de su crueldad, habian sido suyos, como las bestias que levaban la marca de su hierro; pero al verse desairada una y otra vez por aquel hombre que ni Ja temia ni la deseaba, sintid -con la misma fuerza avasalladora de los impetus que siempre la habian lanzado al aniquilamiento del varén aborrecido- que queria pertenecerle, aunque tuviera que ser como le pertenecian a él las reses que Wevaban grabado a fuego en los costillares el hierro altamirevio. (p. 245) Hay una cantidad de datos que estan alli para configurar las principales dimensiones del carcter contradictorio de ambos per- sonajes, que son recipientes de la hostilidad del ambiente: la madre Actual 130 yla bruja, la unidad y la desunidad. Eno femenino seanquilosael ler del mito y la mujer devoraré el mundo ficticio. Una compleja metamorfosis esta presente, un simulacro que concentra labelleza ylafealdad, es decir, la madre y la hija, a Donia Barbara ya Marisela. Bllas son duefias de voces de murmurante memoria, voces que Te- velan la secreta y terrible trampa: la unidad del todo. Dofia Barba- ra-Hécate surge voraz, como la terribley castradora madre, la bru- jaeterna. Entre mujeresse roban la cuota de poder que se van acu- mulando como capas de polvo, y el poder femenino contrata su participacién en el orden cultural o historico de estos personajes. El régimen social matriarcal se impone por losiazos de la sangre, porlas relaciones teltiricas y por la aceptacion pasiva de los fenémenos naturales, en el caso de Santos Luzardo, que vaa repre- sentar el Patriarcado, hay respecto a la ley del hombre y a la obe- diencia jerarquica. Pero, los hombres de esta novela atraviesan por una fase en la cual se sienten dominados por el principio femenino. Dofia Barbara se presenta como enigma porque puede encantar, divertiry alejar de la evoluci6n, pero también puede aparecer como la Gran Madre, es decir, como la Naturaleza. Como imagen arquetipica, este personaje es complejo, y la participacién de ele- mentos morfolégicos femeninos, en simbolos tradicionales, como eneste caso la esfinge, alude siempre al fondo dela naturaleza so- breel que se proyecta una idea, un concepto o una sumatoria de cosas. Dofia Barbara es instintiva y sentimental. Pareciera que la existencia de Dona Barbara es necesaria por la permanencia de los lazos que genera la posesién de la tierra, ella exalta la magia, el esplendor de la Naturaleza agreste. Su fin primordial es vencerse as{ misma, por eso entrega sus obras. Ensu destino coinciden lo historicoy lo simbélico. Elpoder es Dofia Barbara. Actual 131 +a superioridad de aguella mujer, su dominio sobre los demas y el temor que inspiraba perecian radicar especialmente en su saber callar y esperar, Era intitil proponerse arrebatarle un secreto. De sus planes nadie sabia nunca una palabra, en sus verdaderos sentimien- tos acerca de una persona, nudie penetraba. Su privan- za lo daba todo, incluso la incertidumbre. perenne de poseerla realmente; cuando el favorito se acercaba a ella, no sabia nurtca con qué iba a encontrarse. Quien Ia amara, como Hegé a amarla Lorenzo Barquero, tenia Ia vida por tormenta. (pp. 131-132) Fl enfoque arquetipal es imprescindible, segiin algunos ted- ricos, para acceder a otras zonas de interpretacién del texto -siem- prey cuando exista la conviecion de la persistencia de ciertos mitos compartidos- que muchas veces son el sostén del disefho de los per- sonajes y de]a estructura significativa de muchos relatos. No es gratuito, entonces, que un personaje sea Ja confluencia de un efec- to decontexto, y cuando esto ocurre, es a través de la yeconstruc- ién de las relaciones semnticas intratextuales como opera el lector. Sienefecto hay resonancias miticas en Dofia Barbara, éstas deberan rastrearse dentro de la concepcién del hombre (simbolo para el mismo cuando tiene conciencia de su ser) y su relaci6n con el medion que vive, para delimitar los rasgos que definen su épo- ca osu momento histérico. El personaje siempre sera portador u opositor del sistema de valores propuestos intrinsecamente en la novela. Doia Barbara y Santos Luzardo se sumergenen una reali- dad degradada y reviven los mitemas (unidades estructurales mini- mas del mito en el discurso) del liamado, camino de pruebas, regre- soy umbral, . Actual 132 Santos Luzardo emprende un viaje hacia el llano. Ese viaje Jo pone en contacto con otros niveles de la realidad, y ademas lo enfrenta con Dofia Barbara. Pero, al final, ese enviado sera el agen- 4e transformador del medio y el vocero del positivisme o de la civi- Jizacién. Se cumple asi la funcién ética del personaje morali- yante. Por lo tanto, el personaje se siente exiliado, insatisfecho con elentorno. Dofia Barbara y Santos Luzardo deberan enfrentarse al descenso a los infiernos, a la experiencia de la noche, al encuentro fundamental en la novela-a la persecucién y a la huida. Esos son Jos caminos de la iniciaci6n: En el primer momento Santos Luzardo se presenta como el hombre americano que ha perdido su identidad verdadera y regionalista al contacto con ta ciudad. El trasplante ha producido en él la pérdida del sentimien- to de patria, y estd dispuesto a emtigrar (...) Cuando des- pués de paser varios afios en la ciudad, Caracas, donde ha seguido estudios universitarios, Santos Luzardo vuel- ve al ilano, ef contacto con el paisaje de la infancia despierta en él sentimientos olvidados; y siente crecer en su interior las fuerzas morales que le permitirdn luchar contra Dofia Barbara para imponer leyes obje- tivas y justas.™ Doita Barbara rechaza y fascina, por ello es una figura ab- yecta (esa encrucijada donde lo belloy lo feo se entroncan). Donia Barbara es la imagen -para Marisela- del reproche casi permanen- te. La dofia es un monumento enloquecedor, donde lo opuesto fe- menino/masculino, sejunta para formar un fantasma defensivo contra el poder persecutorio de la madre. Marisela se desplaza ha- cia su madre y finalmente toma el lugar de lo femenino, puesto que Actual 133 ésta es jénica: ella enlaza belleza y muerte. En esta particular cir- cunstancia, el personaje se transforma y la violencia la posee. Asi el abrazo se transforma en estrujon y la palabra en grito. Marisela se haba precipitado a la repisa y echado al suelo, de una sola manotada, toda Ia horrible mezcia que alli campaba: imdgenes piadosas, fetiches y amuletos de los indios, Ia lamparilla que ardia ante la estarpa del Gran Poder de Dios y la vela de la alumbradora, mien- tras con una voz ronca, de indignacion y de Ianto contenido, rugia: jBruja! ;Bruja! Enfurecida, rugiente, dofia Barbara se le arrojé encima, le sujeté los brazos y traté de arrebatarle la cuerda. La muchacha se defendié debatiéndose bajo la presién de aquellas manos hombrunas, que ya le desgarraban Ia blusa, desnudéndole el pecho virginal, para apoderarse de la cuerda que habia ocultado en el regazo. (pp. 324-325) Una mujer puede ser tanto como un hombre eficaz y terri- ble, ademas de temible, cuando entra en contexto novedaso o cuando se tropieza con un personaje que la obliga a ello. El desencadena- miento de las acciones deviene cdlculo solapado. Dofia Barbara detenta el poder sobre los hombres, sobre los amores y sobre los. bienes. El femenino economiza, amasa y se instala para controlar a Jos hombres déciles que, en el caso de Lorenzo Barquero, es un per- sonaje problematizado y depresivo. No asfen el de Santos Luzardo, quien serd su oponente més feroz. Sin embargo, Dofia Barbara en- Actual 134 sanchada se proyecta al infinito. En esa hechiceria de reflejos, la forma femenina inicial nacer4 al contacto del pecho masculino y posteriormentese vengaré de él: Ya sélo rencores podia abrigar su pecho y nada la complacia tanto como el espectdculo del varén de- batiéndose entre las garras de las fuerzas destructoras. (p. 163) Dofia Barbara es pecado que aguarda su oportunidad y teje gu trama deespejos, su red. Burla, fascinada, cualquier vigilancia y encuentra la oportunidad para devorar alos hombres, mieritras prepara el escenario para la caida que ella precipitar, se prepara para laentrega desus obras. Siciframos nuestra atencién en lo tipolégico arquetipal; es decir, los celos, el poder, la ambicién, el amor, la traicién, los ele- mentos todos que estan en la novela de Gallegos, nos pueden ofre- cer un profundo significado, y de hecho, encarna en la condicién humana con todolo que ésta tenga de trascendente. Aunque su dinamica, como elemento del discurso, sera lo quelos provea de autonomia y trascendencia propia. Enel discurso de Dona Barbara, el habla del oprimido es pobre, mondtona e inmediata. La mayoria de los personajes s6lo disponen de un lenguaje: el de los actos. Un habla casi incapaz de mentir, porque la mentira es la riqueza, porque impiica formas de recambio, y esta pobreza esencial produce mitos indiscretos. Mien- tras que Doiia Barbara, como opresora, es todo, y estoes un simu- Incro. Su palabra es rica, suelta. La opresora posee un habla gestual, teatral. La preponderancia de Dona Barbara radica en que su len- Actual 135 guaje tiende a eternizar, a mitificar, mientras que el de Santos Luzardo tiendea transformar. E] misterio sélose accede profundi- zando. La esfinge: el poder de un personaje femenino capaz de de- vorar a otros cercanos. Dojta Barbara, al final de su itinerario ficcional, ha He- gado al fondo de si misma y ha reconocido toda la pro- fundidad de la vida porque abandoné todo y fue aban- donada por todos, para ella todo ha zozobrado y se ve sola con el infinito: es el paso mayor que Platén compa- 16 con la muerte. Personaje que es espejo de la naturaleza. Con ella se inaugura un mundoy conella se termina. Después de todo, como sefiala Mefistéfeles, todo lo que nace merece hundirse. Si Dofia Barbara es espejo, quizds el escozor que ella produzca a los otros personajes radique en que el espejo, para algunos, es jeraglifico de la verdad (porque la verdad no puede permanecer oculta), pero otros creen que los espe- jos son simbotos de la fealdad porque muestran las cosas dis- tintas de como son. A lolargo de este trabajo, hemos visto como Dona Barbara es un personaje tipo de la novela realista galleguiana y es, ademés, conductor de la anécdota. Creemos que hubo habilidad, por parte del escritor, en la seleccién y exposicién de una personalidad que responde a las expectativas de una realidad y a laseleccién de ar- canos arquetipales que se mantienen vigentes a través de los tiem- pas. Es Dofia Barbara un auténtico personaje. Ella responde a una cierta vision del mundo que hace del personaje novelesco la trasposicién de la nocién de persona, dentro de una productividad que concibe los mundos ficticios como la recreacién de una reali- dad aprehensible para el hombre. Actual 136 Enesta novela, el lector no tiene que incorporarse como cons~ tructor del texto, porque en este caso se generan movimientos de identificaci6n y rechazo que constituyen la respuesta primaria del yeceptor. Por otra parte, la novela no exige la participacion dellec- tor porque no se ofrece el texto como un reto, ni se resuelve en problemas metaficcionales. Porlo tanto, el lector no forma parte de Jaestrategia interna del relato ni est en la obligacién de desentra- far un espacio lleno de sombras. tratamiento de los personajes se basa con frecuencia, como hemos dicho, en el parecido con un humano. El lector descubre la entidad y cardcter de Dofia Barbara, siguiendo una paulatina y medida incorporacién de rasgos caracterizadores del ente ficticio al texto, El lector construye o reconstruye una biografia, recoge datos que conformanal personaje basandose en Jos indicios textuales; porlo tanto, e] habla del personaje, las interrelaciones que él esta- blezca consu mundo devienen imprescindibles para caracterizarlo. Nombrar al personaje, es decir, el hecho de que Dojia Barbara se Bamecomo tal, afade a la caracterizacién deesta figura nevelesca un punto importante. El nombre a una figura concreta, yen este ‘easo, posee con frecuencia un valor connotativo que lo convierte ‘enauténtico recurso estilistico, adem4s de que es un recurso expre- sivo. El nombre del personaje transmite la informacion necesaria, que generalizando llamariamos datos biograficos, y ello exime al lector de lucubrar al respecto, simplemente ofr Dofia Barbara des- ata una constelaci6n de atributos que el lector capta inmediata- mente, porque ese nombre especifica, ademas, una caracteristica deeste controversial personaje. Dota Barbara parece haberse escapado de la censura del hablante implicito, ella se mueve con creciente libertad y si bien su Actual 137 diseno no trasgrede las nociones més contemporéneas de la litera- tura, porque, por razones obvias, no puede ser asi, hay esbozos incipientes de una sélida construcci6n con ecos y resabios miticos, Alli, en ese territorio, cada personaje va conformandosu mundoa través de conversaciones y gestos; sin embargo, la prosa de Galle- gos noes vertiginosa y no conviertea la escritura en un medio ade- cuado para mostrarlo todo. Doha Bérbara, sintetizando, puede producir imagenes por- que genera cambios y proyecta un sentimiento ambivalente, maniqueista: un odio amoroso. Ella suscita apaticiones, devuelve Jas imagenes que un dia acepfara en el pasado y anula distancias reflejando lo que un dia tuvo frente a si y ahora se halla en Ja leja- tifa, Después de todo, ella sabe que lo tinico que cura la herida es el hierro quela ocasioné. Este trabajo deja abierta otras oportunidades para futuras investigaciones. Hemos querido centrarnos en Dofia Barbara como un personaje “axis mundi”, pero también es cierto que ellaes lo dicho y mucho més. Por ello, hemos revisado una arista de tancom- plejo personaje, dejando en manos de futuras investigaciones otras ineas de trabajo. NOTAS 1. Juan Liscano, “Otra Dofia Barbara”, En: Relectura de Rémmulo Gallegos, Tomo l. p.174 2, Carmen Bustillos. El ente de papel. (Inédito, 1992) p.11. Actual 138 Ibidem. p:12 Bustillos. Ob. Cit. p.42 Ibidem. p35. Ibidem p.21. Tbidem. ‘Zulema de Felman y otros.“ Dofia Barbara: conciencia americana como contexto social”, En: Relectura de Rémulo Gallegos. pp.112-113. Francis Delprat” Dofia Barbara, vigencia de una leyenda”. En: Relectura de Rémulo Gallegos. Tomo I. pp. 206-207. 10, Rémulo Gallegos. Dofia Barbara. p.66 11. Fledman y otros. Ob. Cit. pp. 113-114. PNATPEY ~ REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bibliografia Directa. GALLEGOS, Rémulo. Dofia Barbara. Caracas, Ediciones del Ministerio de Educacién. Direccién de Cultura y Bellas Artes. 1964, Bibliografia Indirecta BARTHES, Roland. Mitologias. México, Siglo XX1 Editores, 1980. BUSTILLOS, Carmen. Elente de papel. Caracas, 1992 (Inédito). CAMPBELL, Joseph, El héroe de las mil caras. México, F.C.B. 1989. CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de Simbolos, Barcelona, Editorial Labor, 1979. GRIMAL, Pierre. Diccionario de mitologia griega y romana. Bar- celona, Ediciones Paidos, 1979. JUNG, Carl. El Hombre y sus simbolos. Barcelona, Biblioteca Univer- sal Caralt. 1981. 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