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ails, Rafael Estrada EL REY SOLITO HABIA UNA VEZ UN REINO TAN POBRE ‘QUE TODOS SE FUERON MARCHANDO, ‘8010 SE QUEDO EL REY: EL REY SOLITO CLARO. PERO ESTAR SOLO ES MUY ABU: RRIDO, POR ESO SOLITO INVENTO UN JUEGO. RAFAEL ESTRADA (MADRID, 1954) EMPEZO DIBUJANDO TIRAS OE HUMOR PARA OVER: ‘SAS REVISTAS. POR SUS COMICS HA O8- TENIDO IMPORTANTES GALARDONES. ES. ‘AMBIEN AUITOR E ILUSTRADOR DE VARIOS LUBROS PARA NOS. PRIMEROS LECTORES EL BARCO DE VAPOR Rafael &strada El rey Solito Hhistraciones de Jesds Gabdan EL BARCO 5 DE VAPOR El rey Solito Rafael Estrada Ilustraciones de Jestis Gaban Trroera eitonsjuaia 1984 Decronaereraechin: fbr 2005 Diicevin slicori: Bisa Agia ‘Coleccion se gis por Matilly Ter © del ext: Rafael Esninds, 1994 © dela iluscraciones esis Gabin, 199% © Ediciones SM, 1996 Impresores, 15. Urhanizacién Prado del Espino 2860) Bota del Moin (aadrid) ISBN 84345-43544 Ainpresa en Espana /Anitd ia Spay SA Bir de A 1 {Madrid pe a apse forma & reprnduccion. disibucibn, vomnaniacin piles y seansorma ‘tn de eves obra son coat cla auorbact6n de lor vlan de a roped nsec La infec dks deco te dfn de | SE puede cor commana de deo cones a prgpstad inthe | rte 2 y 6 del Caan feel El Green Fsgarol de Dated | Rengaiten & i dereen debe Habia una vez un reino muy pobr Era tan pobre, i que todos los que vivian en el castillo decidieron marcharse al reino de al lado. Los ministros, los condes, los marqueses y toda la gente importante hacia ya tiempo que se habian ido, en cuanto vieron al recaudador mirando las musaranias ¥ cazando moscas un dia tras otro, Las gentes del pueblo que rodeaba el castillo, al ver que la tierra no daba nada a cambio de su trabajo, se mudaron también. al otro reino, llevandose todos los animales. Al final, en el reino solo se qued6 una persona, Alguien que no podia irse, pues entonces hubiera dejado de ser un reino. Esa persona, naturalmente, era él] rey: el rey Solito. Todas las mafianas, cuando amanecia, el rey Solito se levantaba sin hacer ruido y se dirigia a la torre més alta del castillo, caminando de puntillas. Una vez alli, hacia sonar la trompeta para despertarse a si mismo. 10 1) Entonces, volvia corriendo a su real dormitorio y se metia de nuevo en la cama. —Mmm... —decia el rey Solito, desperezandose. Después, mandaba que le trajeran el desayuno, que para eso era el rey. Se deslizaba con mucho cuidado fuera de la cama, bajaba corriendo a la cocina y preparaba tostadas con leche. Seguidamente, subfa a toda prisa a su habitacién | a Sélo ento’ ces se levanitaba aba } los silencic y se servia el desayuno en la cama, —Gracias -se decia a si mismo, porque era muy educado y le gustaba tratar con respeto a todo el mundo. pas y meditalia los asuntos del Fue un dia asi, un miércoles durante su paseo, cuando se le ocurrié organizar una guerra. Y pensé, ademas, que era una excelente idea, —Por lo menos, mataré el tiempo —se dijo. Se puso su mejor armadura, se ajusté la cota de malla y preparé la ballesta, Ja lanza y la espada. 16 Cuando se encontré én la muralla mas alta, con el puente levadizo bajado, apuntd con la ballesta desde una almena y disparé una, dos, * tres flechas seguidas. —Es la guerra...! ~—grité, bajando a toda prisa por las escaleras dé piedra. 18 aw AAG, \ Ya abajo, después de cruzar el puente, se colocé frente al castillo, cubriéndose con el escudo. —{TO0C...! iTOC...! jTOC...! ~sonaron las tres flecha: cuando rebotaron en el escudo del rey. 20 Miré hacia la almena, desde donde él mismo habfa disparado las flechas, y apuntando fa la la arrojé con fodas sus fuerzas. El rey Solito volvié a cruzar el puente a toda velocidad ¥ subi6 por las escaleras hasta la almena mas alta de Ia muralla. Alli, esquive la Snza que él mismo se habia tiredo cuando se encontraha abajo 22 Asi estuvo toda la manana: lanzas arriba, flechas abajo, y hasta se tird piedras con la catapulta que tenia en la sala de armas... Pero al final se cansé, yy como ya era la hora de la comida, decidié acabar la guerra. Como le hubiera gustado tener algin enemigo. Asi no se habria cansado tanto bajando y subiendo las escaleras. fo Pero como noté que el ejercicio le habia sentado bien, decreté que todos los miércoles harfa un poco de guerra, Corrid a la cocina a prepararse el asado que se habia pedido a si mismo, lo adorné con patatas y zanahorias, y cuando estuvo listo, se lo sirvid con gran ceremonia. —Gracias —se dijo. 26 Por la noche, después de la siesta y de la merienda, se senté en la atalaya a contemplar las estrellas con. su telescopio, Al rey Solito Je gustaba la ciencia. Sabia que las estrellas estaban ah{ para algo. También sabia que la Luna daba vueltas alrededor de la Tierra por algun motivo, aunque él lo desconociera. Por eso, tenia que observarla. 28 29) Sin embargo, esa noche su mirada se sintié atraida por los guifios que se hacian las estrellas... y se encontré mds solo que nunca. Le hubiera gustado ser una estrella flotando en la noche, rodeada de brillos y de parpadeos. 30. Por eso se le ocurrid que seria buena idea tener una novia, ¢ Se y subir Jos dos juntos a la ataliva a ver los guifios de las estrellas, —Ya estd sonrid el rey Solito-, mafiana me caso. Bajé a la habitacion —pregunté el rey Solito, que tenia reservada emocionado. desde hacia mucho tiempo Se quité la corona, para la futura reina, colocé la diadema sobre su cabeza abrié el joyero del tocador y contesté: y cogio la diadema de plata —Claro que quiero. Solito. que guardaba para esa ocasion. —Entonces, Mahana mismo Juieres casarte conmigo, nos casaremos } -afirmé el rey, colocéndose de nuevo la corona. 32 BS A la manana siguiente, en el salén mas importante del castillo, el rey Solito, con su mejor capa y armado con su éspada mas brillante, esperaba nervioso el momento en que apareciera la princesa, Corrid fuera del salén, se puso la diadema de plata y bajé las escaleras, solemnemente pero con gracia. como hacen las princesas © en esas ocasiones. La princesa Solita miré el sitio donde antes se encontraba el rey y. olreciéndole la mano. le dijo: —Qué nerviosa estoy 36 37 s anda que yo -reconovid el vey Solilo, cambiando la diadema por la corowa. ron algunas veces, El rey cambiaba de sitio y se ponia unas veces la corena y otras la diadema, hasta que no puco aguantar mas los nervios \ > y pregunté de sopetén: —Prin... princesa Solita, éte quieres casar conmigo y... y Compartir mi castillo y mi reino para toda la vida...? Pu... pues claro que quiero —declaré, colocandose la diadema y cambiandose a toda prisa de sitio. La princesa se aclaré la garganta y le pregunto al rey st querfa casarse con ella. El rey, poniéndose de nuevo la corona, contesté: si que quiero ~y se miré la punta de los pies porque le daba vergiienza. Entonces ge le ocurrid que debja besarla, para que quedase claro que ya eran maride y mujer: —jMUAC...! Cambid quitandose la corona y colocdndose la diadema de plata, y vecogié aquel beso del aire. damente de sitio, ad Sonaron las campanas. El rey Solito tiraba de la cuerda con todas sus fuerzas haciendo que redoblaran por todo el reino, Aunque alli no habfa nadie, la noticia de la boda real debia volar por los aires a golpe de campana, como sucedia con todas las bodas importantes. Fue un dia dichoso y pleno para los reyes. 42 _ Juntos recorrieron el reino. Durante el paseo ' iban de la mano, y el rey Solito le regal6 margaritas y amapolas a la reina. J Por la noche, desde la atalaya, contemplaron las estrellas. E] rey le enseno a utilizar el telescopio, y juntos observaron el cielo, 45 —Mira qué bonito es Saturno, con sus anillos y todo -sehald el rey. —Hs precioso -asintid la reina, poniéndose la diadema. —Y aquello que brilla a lo lejos es Venus -senialé con el dedo Solito, colocandose la corona. Y ala reina, a partir de ese dia, también le gusté la ciencia. Desde la atalaya, riéndose con los guifios Is de las estrellas, con la Luna y los planetas acompahandolos, decidieron que estaria bien tener un bebé. 46 47 Asi pasaba el tiempo el rey Solito, jugando a creer que tenia una familia y gente en el castillo que le hacia comparifa. Y eso le ayudaba a no sentirse tan solo. Un miércoles por la mafana, mientras se encontraba haciendo la guerra, descubrié a una pastorcita observandole asombrada. 48 = —Quién eres tw? ~le pregunté el rey Solito, mas asombrado todavia. —Me llamo Florinda y vivo en el reino de al lado. é¥ qué haces aqui, si puede saber: -volvié a preguntar el rey. —Es que @ mis ovejas les gusta esta hierba ~dijo la pastoreita poniéndose colorada— Dicen que es mas fresea y jugosa. 49 iso dicen tus ove) -rié divertido Solito, —Bueno, a mf también me gusta venir por aqui ~anadié Florinda- Esta todo tan tranquilo y tan limpio... Y la pastorcita le contd que en el reino vecino se estaban quedando sin bosques, que la hierba escaseaba y que la gente se habia vuelto descuidada. —Casi todos los campos estan Nenos de basura... 50 -contaba Plorinda-, A otros pastores también les gustarfa venir, pero no se atreven. —Mmm... ¢De verdad quieren que sus ovejas pasten en mi reino? —quiso saber el rey. —Y las cabras, y las vacas, si puede ser —agreg6 la pastora con una sonrisa. Bl rey Solito comenzé a pasear con las manos en la espalda, meditando, 51 y al cabo de un rato le dijo a Florinda: —Diles a los pastores que pueden venir si quieren, siempre que sus ovejas estén de acuerdo, —2Y sus cabras y vacas... —pregunto la pastora riendo. De esa manera, el reino comenz6 a llenarse de gente. porque los pastores, como se cansaban de tanto tr y venir de un reino a otro, pidieron permiso al rey para quedarse a vivir alli, —Claro que podéis quedaros -les contest6 Solito. wr mw fa gh nes rar Después, comenzo a venit gente importante @ comprar a los pastores la leche, el queso y la mantequilia, porque estaban mis ricos que en los otros reinos. Se construyeron granjas y lecherias, con el permiso del rey. —Claro que si —contestaba el rey siempre a sus preguntas. Florinda y Solito se hicieron muy. buenos amigos. El rey le conté que habia jugado a casarse, a tener hijos y a hacer la guerra, porque se encontraba solo, —Yo también hablo sola en el monte, y les cuento a mis ovejas todos mis secretos. Juntos recorrieron el reino. Durante sus paseos iban de la mano, y el rey Solito regalé a Florinda margaritas y amapolas. Y como vieron que sé querfan, decidieron casarse. 54 55 Por las noches, desde la atalaya, contemplaban las estrellas. El rey ensefié a Florinda a utilizar el telescopio, y juntos observaron el cielo haciendo todo tipo de comentarios; —Mira qué bonito es Saturno, con sus anillos y todo -senalé el rey. —HEs precioso ~asintié la reina. —Y aquello que brilla a lo lejos es Venus ~apunto con el dedo Solito, Y a la reina Florinda, a partir de ese dia, también le gusto la ciencia. 56 ty, Desde la atalaya, riéndose con los guifios de las estrellas, con la Luna y los planetas acompanandolos, decidieron que estarfa bien tener un bebé. —Es curioso —comentd el rey Solito—. Me parece que esto ya lo he vivido antes. 58

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