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XIN. XICOHTENCATL EL VIEJO Setor de Tizatlan, cantor de la guerra florida (a. hacia 11-Casa, 1425 - m, 4-Conejo, 1522) La regién poblano-tlaxcalteca fue fecunda en poetas y sabios. Ya ‘os es conocida la figura de Tecayehuatzin, el sefior de Huexotzinco ‘empefiado en esclarecer el sentido mas hondo del arte y el simbolo que son “flor y ~ Hemos hablado también del sabio Ayocuan Cuctzpaltzin que sin cesar repetia por tierras de Tlaxcala y Huexo- tzinco aquellas palabras que parecen expresién del meollo de su = “iQue permanezca la tierra, que estén en pie los Tecaychuatzin y Ayocuan, oriundos respectivamente de Hue- xotzinco y Tecamachalco, tuvieron colegas y amigos, también forjadores de cantos, entre los sacerdotes y nobles de la nacién tlax- calteca. Por encima de rivalidades politicas y de frecuentes contien- das, los sabios y poetas de Tlaxcala eran sus allegados y compafie- +105, Prueba de esto nos la da el famoso convite que tuvo lugar en la casa de Tecayehuatzin, al que acudieron poetas de Tlaxcala, reci- bidos alegremente con estas palabras: ‘Vosotros de allé, de Tlaxcala, hablis venido a cantar al son de bri- Nantes timbales, en el lugar de los atabales. Particularmente existié esta relacién de simpatia entre los amantes del canto que vivian en Huexotzinco y algunos poctas de Tizatlan, una de las cuatro cabeceras de la que bien puede Hamarse “confede- racién tlaxcalteca”. En el didlogo al que se ha aludido se mencionan Justamente los nombres del sabio Camaxochitzin, de Xicohténcatl el Vigjo y de Motenehuatzin, todos ellos de Tizatlan, Interesante resulta destacar el hecho de la amistad entre quienes cultivaban la poesia, como herederos de una misma tradici6n cultural, que les per- 265 266 QUINCE Posras XICOHTENCATL EL VIEIO 267 mitia acercarse a pesar de las guerras y las frecuentes diferencias de partido, Ya desde Ja primera mitad del siglo xv los sefiorios de Tlaxcala habian alcanzado considerable esplendor. Establecidas primeramen- te las cabeceras de Tepeticpac y Ocotelulco “con gentes de cuenta y principales”, como lo refiere Torquemada," algiin tiempo después vinieron a crearse las de Tizatlan y Qui seiior de Tizatla Xayacamachan, conocido también como el principe Tepoldhuatl. A, 4 habra de aludir mucho tiempo después otro forjador tlaxcalteca de cantos, amigo de Tecayehuatzin, Haciendo recuerdo de este pri- | mer sefior de Tizatlan, exclamard: Oh Tepoldhuatl, ‘oh principe Tepoldhuatl, todos vivimos, todos andamos en medio de la primavera, con los tres seiiorios de la regién de los lagos, México-Tenocht Tezcoco y Tlacopan, tomé una decisién que a la larga habria de fener lamentables conseeuencias para Tlaxcala. Dialogando con Nezahuale6yotl de Tezcoco, Totoquihuat zoma y el eélebre Tlacaélel de Mé Pts cin de las guerras floridas o sagradas que habrian de Ilevarse a cabo de manera sistematica entre los aliados de la regin lacustre por una parte y los Sefiorios de Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula por Ia otra, Bien cla- Tamente procisa Ixtlixéchitl los objetivos de esta manera de guerras, Acordaron, nos dice: Asentada asi desde un principio Ia tradicién de una nobleza_ ama. te del canto en Tizatlan, nada tiene de extraiio que entre los suceso- res de Xayacamachan hubiera también quienes culti arte. Segiin el testimonio de Torquemada, tal se1 caso de Xicohténcatl el viejo. Era éste hijo del principe Aztahua, y nacié, a 1c puede colegirse, hacia el afio de 1425. A Xicoh- ‘éncatl tocaria vivir cerca de un siglo de historia plena de aconteci- mientos tan importantes como el encumbramiento de los aztecas, y ‘ya en su ancianidad, la destruccién de la antigua forma de vida con la Hegada de los forasteros de mas alld de las aguas inmensas, Segiin el historiador tezcocano Ixtlilxéchitl, Xicohténcatl se dis. ‘ingui6 en los dias de su juventud como valiente capitan que, aliado, primeramente al sabio rey Nezabualeéyotl, participé en importantes: conquistas y campaiias como la que se Ilevé a cabo en contra de los: huaxtecos.t!> Hacia el afio de 1455 Xicohténcatl, de comin acuerdo se sefialase un campo donde de ordinario se hiciesen estas batallas Y que los que fuesen presos y cautivos en ellas, se sacrificasen a sus doses... . De més de que seria lugar donde se ejercitasen tos hijos de los seftores, que saldrian de alli famosos capitanes y que esto se habia de entender sin exceder 1os limites del campo que para el efecto se se- falas, ni pretender ganarse las tierra y seiorios ... 14 ™ Tid, p. 207. 268 QUINCE POETAS Conocida es Ia historia de las guerras floridas, en las que ademas de buscarse, como se ha dicho, el adiestramiento de los guerreros y ccapitanes jovenes, entraba asimismo en juego la idea central del pen- Para mantener el orden con su sangre habian dad. hombres, también éstos debian contribuir con el ioso, fuente de energia universal requerida por Tonatiuh, “el que va haciendo el dia y el calor”, La voluntad de poder de los aztecas que Hlegaron a desarrollar plenamente una visi6n mistico-guerrera del mundo, los llevé a con- sumar grandes conquistas y a com ‘en sefiores de inmensas regiones. En medio de esa expansién siempre ereciente, los seiiorios ‘tlaxcaltecas se vieron al fin totalmente rodeados por tierras y estados sometidos a México-Tenochtitlan y a sus aliados. De este hecho ha- brian de derivarse no pocos infortunios para Tlaxcala y habria de originarse igualmente ese profundo antagonismo que tan claramente ‘se manifesté en los dias de la conquista. No siendo posible tratar aqui de las multiples actuaciones de Xi- cohténcatl durante los largos afios de su gobierno, afiadiremos tan s6lo que pudo él comprender como nadie el mas hondo significado de la ilimitada hegemonia de los aztecas. Contemporéneo de varios reyes de México-Tenochtitlan, de Motecuhzoma Ihuicamina, de Axayécatl, de Tizoo, de Ahuitzotl y de Motecuhzoma If, tocé a él Sinalmente actuar de manera decisiva cuando en 1519 se conocié la legada de gentes hasta entonees no vistas, A pesar de incertidumbre y vacilaciones, los gobernantes tlaxcal- tecas, y entre ellos muy especialmente Xicohténcatl de Tizatlan y Maxixcatzin de Ocotelolco, encontraron al fin en la presencia de los hombres de Castilla un medio para hacer frente al pueblo azteca Como lo indica el historiador tlaxcalteca Mufioz Camargo, tras mu- cho deliberar y después de ver como tan facilmente habian sido ven- cidos los guerreros otomies de Tecoac, decidieron recibir y acoger a los forasteros en son de paz." Xicohténcatl, que tenia entonces muy cerca de cien afios, estaba casi ciego. Por ello,: ™* Mutos Camargo, Dicgo, Historia de Tlaxcala, 6 edicién, México 1948, pp. Isi-d01. XICONTENCATL EL. vIEIO 269 ‘cuando salid a recibir a Hernando Cortés, segin lo consigna Torque- ‘mada, salié en brazos de dos caballeros de su casa y para poderle ver, Je Ievantaron los pirpados de los ojos porque con mucha vejcz los te- nia muy caidos El final de esta historia es bien conocido. Los tlaxcaltecas se convirtieron en decididos aliados de la gente de Castilla. El propio Xicohténcatl, con otros sefiores y nobles, recibié el bautismo. Y si antes de morir pudo contemplar la ruina total de México-Tenochti- lan, también hubo de sufrir grandemente, entre otras cosas por la muerte de no pocos tlaxcaltecas y muy en especial por la de su hijo, l joven Xicohténcatl, que tanto se opuso a Ia alianza de su pueblo on los recién Megados forasteros, Hemos dicho que por varias fuentes y referencias se sabe que el Viejo Xicohténeatl fue también forjador de cantos.i1” De los que | &pudo componer, conocemos tan slo uno. Cierto es que éste apa- rece en la Coleccién de la Biblioteca Nacional intercalado en una especie de largo poema mimico en el que hay obvias alusiones a ideas cristianas y a personajes més tardios. Sin embargo bien pue- de distinguirse la porcién atribuida a Xicohténcatl por la expresién de ideas, como Ia de las guerras flotidas, de manifiesto origen pre- hispdnico. Esta parte del texto probablemente proviene de los aiios en que el sefior de Tlaxcala aiin se uftinaba de esas luchas en cuya organizacién él mismo habia participado. Con un lenguaje en el que abundan tos simbolos, evoca las guerras con la gente de México, Los capitanes tlaxcaltecas marchan a la regién de Jos lagos. Van en busca del agua preciosa: sus escudos son como céntaros que hacen posible acarrear el agua florida. Con antigua manera de barroquismo indigena Xicohténcatl se re- crea acuiiando metéforas, apuntamientos distintos al simbolismo de Ja guerra sagrada: 270 QUINCE Porras iQue no vayan en vano...1 Ya esté en pic et precioso eéintaro color de obsidiana ..., con él hay que llevar a cuestas el agua, vamos a acarrearla alli a México, desde Chapotco (Chapultepec), en la orilla del Tago... En el poema exhorta a sus hijos, Como de paso alude a Cuauh- ‘encozili, capitin azteca que tambin fue poeta. Asimismo se dizige al joven Xicohténcatl-Axayécatl, a quien llama “hijo pequefio, he- chura preciosa”, animandolo a marchar también al ugar donde se hallan las aguas del sacrificio. Las palabras finales reiteran el aprecio por Ia guerra y son para nosotros la clave que permite comprender el sentido del poema: La guetta florida, la flor del escudo, han abierto su corola, Estin 6a pie los grandes drboles, Hueven flores escogidas ... ;Brota el agua del céntaro precioso! Extraiio y casi dramstico resulta que precisamente el dnico poe- ma que conocemos de Xicohténcatl se refiera a las guerras floridas gue al correr de los afios, mas que provecho, fueron carga para Tlaxcala. Si como lo reiteran Jas fuentes, poeta famoso fue Xicoh- téncatl, seguram: 0 objeto de sus eantos otros temas distintos. Al ofrecer aquf su recordacién de la guerra florida, nos parece en. la un feliz testimonio de su maestria en el arte de crear XICORTENCATL EL VIEIO 2n Tlaxcallan. ‘reneuenro de Kleohtéocat coo Hemén Corts (Lento de Placa, timina 23). 212 QUINCE POETAS Xicohiencatl ieuie i Xicohtencatl Teuetli: ixicana in mochimal: xochiacontzin! ‘Mohuicottzin, anozo iheac motolteca itzontzotzocoltzin, ica tamemezque, tazacatihui ye oncan ye Mexico, in Chapolcopa atitlan tazacatihui yenel! Nequiyeontzatzia in acheauhtzin, in ye Motetchiutzin, tocnitua, quilmach yeoe yohuac. chuiltc, in quetzalitz, Ye ic tonaciz oncan tecomatla, iya anentlaxiye! Mach nonoxicotaz ye Nanahuatl, Canto de Xicohténcatt Yo 0 digo, yo el sefior Xicohténcatl: ique no vayan en vano!, itoma tu escudo: cdntaro de agua florida! Tu ollita de asa, Ya esti en pie tu precioso céntaro color de obsidiana, con ellos a cucstas levaremos el agua, vamos a acarrearla allé a México, ‘desde Chapolco, en Ia orilla del lago. ivayamos todos!, i@ cuestas Hevaremos el agua, ‘amos a acarrearla en verdad! ‘Quiere pregonarlo el capitén Motelchiuhtzin, iamigos nuestros}, dizque todavia no amanece. Tomamos nuestra carga de agua: cristalina, color turquesa, preciosa, que se mueve ondulante. ‘Te acercards asf alli, al lugar de los céntaros, ino vayas en vano! Allé tal vez estard rumoreando Nandbuatl, IMi hijo pequefio! ‘Ti, comandante de hombres, td, hechura preciosa, pintura a la manera tolteca, con oro y plata, pinta el céntaro precioso, sefior Axayécatl, Nosotros juntos vamos a tomar, 24 QUINCE POETAS ye ic tonaci ye chalchiub atica, Ontzetzelihui, pipixabui, onneapanaltzia ye itech, ‘Noxochiazazacayatzini Huanitzin, ‘ye ic contzaquaco ‘yen oc on ana xiuhi iYenapilolotzin ienocoamemeya! (Ms. Cantares mexicanos, Biblioteca Nacional, fols. S7v. ~ 58.) XIOOHTENCATL EL vIEIO 275 ‘hos acercamos a las aguas preciosas, ‘Van cayendo, ilueven gotas, alla junto a los pequeiios canals. El que acarrea mi agua florida, Huanitzio, ya viene a dirmela, oh mis tios, tlaxcaltecas, chichimecas! 1No vayais en vano! 1La guerra florida, la flor del escudo, han abierto su corola, Estén haciendo estrépito tMueven las flores bien otientes, asi 4, ino a esconder el oro y la plata, toma los libros de pinturas del afio, IMI pequeiio canal, con mi céntaro va el agua! POETAS DE LA REGION DE CHALCO-AMECAMECA XIV. Chichicuepon de Chaleo (siglo xv) XV. Aquiaubtzin de Ayapanco (circa 1430-cirea fines del s, xv) en la orilla del bosque, ena cercanta de las nieves.. donde vive la codorniz blanca... (Chimatpain, IV Relaci6n, fol. 116 r.) ar XIV. CHICHICUEPON DE CHALCO. vecindad de los volcanes al oriente y con la riqueza derivada. iguo lago al nor- tey al poniente, ayuda a comprender por qué Ia region de Chalco fue de manera no interrumpida asiento de pueblos desde tiempos muy anteriores a la era cristiana. tarde Ia influencia de los misterios olmecas y de los artifices del es- plendor clisico y de la cultura tolteca, Finalmente, -como en otros lugares del altiplano central, la comarca de Chaleo se vio también poblada por grupos de inmigrantes chichimecas que comenzaron a hacer su aparicién por lo menos desde el siglo xu 4.C. La historia de Chalco y de los varios centros que alii lorecieron, como Amecameca, Tlalmanalco, Xicco, Tlaltecahuacan y otros mis, nos Ja ha conservado principalmente el historiador Chimalpain imeca a fines del siglo xv1, es- t6ricas y un diario personal, en -g6 acerca del origen y florecimien- to de su patria chica Testimonio del orgullo de la gente de Chalco por cuanto concer- nia a su antiguo esplendor y a Ia belleza de la regi6n en la que les. 280 QUINCE POETAS habia tocade nacer, nos lo ofrecen las siguientes palabras de Chi- ‘malpain que casi parecen un himno épico: Aqui esté el agua y el monte, aqui el altar de los jades, Amaquemecan-Chalco, cn el lugar del renombre, donde se dice Poyauhtlan, en el lugar de las nieblas, ‘en el patio florido, ceneel patio de niebla, donde vive la codoraiz blanca, donde la serpi Junto a la morada de los tigres, en Tamoanchan, en el lugar de nuestro origen, donde las flores se yerguen ..., Aqui vinieron a establecerse 10s sefiores chichimecas, 10s sacerdotes, los principes ... 1 Por el mismo Chimalpain sabemos que los principios del estable- cimiento de los chichimecas en la regién de Chalco ocurrieron en un afio 9-Casa, correspondiente al de 1241. En contacto con los oo imino tea 9 mation on ab y Tees ct bros nea ating oe a aes & imstpain, sigue schandone Se nnon'en elo completo Ses trabajos 1 Chimalpain, 1V Reacén fol 116 x CHICHICUEPON DE CHALOO 281 toltecas de Culhuacén y con la favorable influencia de gentes posee- doras de cultura superior, los famosos tlallotaque, procedentes del sur, el sefiotio de Chalco alcanzé envidiable prosperidad, A. prin cipios del siglo xv los chaleas habian logrado un florecimiento no alcanzado atin por los aztecas, Famosos legaron a ser por entonces, entre sus gobernantes, el se- flor Toteoci y el principe Cuatéotl. i dad de que gozaban los chaleas, pronto ‘una amenaza hasta entonces no sospecha Politica que habia privado en el Valle de México, cambié por com- Pleto. Los aztecas, y sus aliados, habian vencido a los antiguos do- minadores de Azcapotzalco ¢ iniciaban su incontenible expansi6n. Sometido ya el sefiorio de Coyoacan, la actitud avasallante de los axtecas se dejé pronto en Culhuacan, en Cuitlahuae, en Xochimileo y en Mi ‘A Chaleo tooé su turno enseguida. En México-Tenochtitlan reinaba Motecuhzoma Iihuicamina y en el aio 5-Conejo, que equivale al de 1458, como lo establece Chi- malpain “‘on este afio se inicié la guerra con Chalo”. Lo que entonces sucedié lo refieren con detalle varias crénicas y relaciones indigenas como las del mismo Chimalpain y las de! historiador azteca Tezozémoc. Fl sefiorio chichimeca de Chaleo, tras enconada resistencia, fin, Segin los Anales de Cuaubhtitlan en el aiio 9-Conejo chalcas quedaron bajo el dominio de Mo- Tse conservado esas relaciones en las cuales se consignan las fechas y sc ofrece el esquema general de los aconte- cimientos, tan grande impresién debié haber causado en Chalco la guerra y la derrota que su recuerdo pas6 a ser tema de cantares- En‘te las recordaciones poéticas de la pérdida de Chalco, en su ma. yoria anénimas, conocemos una particularmente interesante. Es un. Poema, a la vez canto épico y elegia, compuesto por un personaje del sefiorfo de Chalco, de nombre Chichicuepon. De él sabemos que e , conocemos también la fecha de su muer- te que tuvo lugar en el aiio 7~Conejo (1486). Chichicuepon pertene- 2 Chimalpain, 1 Relaci, fo. 98 x. 282 QUINCE POETAS cia a la antigua nobleza de Chalco pero, como consecuencia de la guerra, al igual que otros coterrdneos suyos, se vio privado de sus tierras y propiedades. Chichicuepon habia vivido dias de prosperi- dad. En su juventud se habia adentrado en el conocimiento de las antiguas tradiciones y habia Megado a formarse una idea de la his- toria de Chalco y dé su posible destino como parecia haberlo dis- ‘puesto el Dador de Ia vida, Prucba de ello la oftece el poema que de él conocemos en el cual confronta la desgracia presente con el antiguo esplendor y menciona nombres y hechos que evocan la per- dida grandeza. Pero Chichicuepon fue algo més que un poeta y un noble despo- seido, La derrota signific6 confusién. Como lo reficren los Anales de Cuauhtitlan, durante veintiin afios Chalco hubo de ser gobernado por un grupo de capitanes que tuvieron a su cargo cimentar la do minacién azteca, principalmente en lo tocante al pago de los tribu: tos.!21No fue sino hasta 1486 cuando sc restablecié Ia autoridad real con la aprobacién de los dominadores aztecas: En ese aiio, dicen los citados Anales, vino a empezar el reino de Chaloo-Tlacochealco. Lo comenzé Itzcahuatzin. Entonces se instal ‘como sefior, pero luego principiaron a abandonarlo los que tenfan me- recimientos de tierra, los chaleas poseedores de tierras, porque no les consideré mas como nobles. Sélo en Contlan y guieron considerando a si mismos como gente noble Entre quiencs se sintieron asi ofendidos pot el nuevo gobernante impuesto por los aztecas estaba precisamente Chichicuepon. Al ne- ‘irseles la calidad de nobl Jos de sus tierras. Pero ni Chichicuepon ni algunos otros aceptaron. Jo que consideraban afrenta ¢ injusticia. Por ello en calidad de litigantes se trasladaron a México-Tenochtitlan y hablaron alli en persona con el rey Ahuitzotl haciéndole of sus quejas: ‘Somos ya unos miserables en Techinantitla. Itzeahua se ha aduetia- do de nuesteas sementeras. Como a miserables s6lo nos queda barrer yy encender el fuego. Anoles de Cunukttan, fol “nates de Cuan, Fl. 38. oes ct. CHICIICUEPON DE CHALCO. 283 Tal vez con cl propésito de calmar resentimientos y detener posi- bles desdrdenes, Ahuitzotl dio oidos a Chichicuepon ya Tor otros ‘quejosos. Su respuesta fue: “tomad vuestras tierras”. A pesar de esto la historia no paré aqui. Si en su primera accién de litigante Chichicuepon tuvo éxito, el desenlace le fue desastroso, Los Anales de Cuauhtitlan relatan el final de este episodio: Cuando el seiior Itzeahuatzin de Chalco oy6 esto, se irité y dijo: ‘ng a ver al sefior Abuitzotzin. Llegé a su presencia y le dijo: Oh se- fior, ti les has devuelto sus tierras a los de Mihuacan, Tlilhuacan y Tlaylotlacan. Tu me has hecho sefior de las ticrras de Chaleo. Qué he conseguido con esto? Porgus asf ef mando caer. Has favor de mirar bien esto. Ya. de auevo quieren tenerse por nobles. Se levan- tan las gentes de Milnacan, Tlithuacan y Tlaylotlacan . El sefior Abuitzatt te dij, le respondi6: he escuchado tus palabras. Te lo digo, los dejo en tus manos. Ti ya lo sabes. Golpéalos, abér- ‘alos 2 todos los que se quieran tener por nobles. Y asi lo hizo Hucahuatzin. Dio muerte a todos los que se querian tener por nobles. Murié todo aquel que se decia noble... Este fue el triste fin de Chichicuepon, quien no sélo sufrié con la tuina de Chalco, sino que también pagé con su de justicia. Pero, si Chichicuepon fracasé como litigante, como poe- ta logré cierta fama, ‘La tnica composicién que de él conocemos lo @ para siempre con la memoria de Chaleo. Es ella alabanza de los antiguos gobernantes y canto triste, recordacién de la guerra. Por provenir de un hombre que conoc! su pueblo, el poema de Chichicuepon requiere, para ser comprendi- do, breve explicacién y comentario. Incluido en el manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacio- nal de México, se halla este poema al lado de otras composiciones Procedentes de la region de Chalco. En el folio 33 r. de esta Colec- ‘escuchad ya la pa- labra que dejédicha el sefior Chichicuepon, el eaido en la lucha” A continuacién se transcribe la recordacién poética dejada por nuestro personaje. 8 Loe, ett 284 QUINCE POETAS 1a guerra de Chaleo (CésdiceTelleriano-Remenss, 11) El poema se abre con una pregunta acerca de la vida mis alld de Ja muerte, Los antiguos sefiores de Chalco fueron jades y plumajes preciosos. Aunque han muerto, siguen siendo felices en Ia regi6n donde de algéin modo se vive. Alli gozan una vez més del calor y la luz del Dador de la vida. Entre los varios principes mencionados ‘ocupa lugar prominente Toteoci, el edificador de los palacios de Chalco y caudillo de Ia resistencia en los dias de la guerra contra los aztecas. En el pensamiento de Chichicuepon parece estar siem- re presente el recuerdo de Toteoci. A él se dirige varias veces y acerca de él exclama que, si con su muerte fue a hundirse en las” . ha brotado de muevo como sauce precioso. ci recuerda también a otros chalcas famosos. En- tre ellos estin Nequametzin que actué como emisario diligente, el sefior Cuatéotl que se opuso a la penetracién azteca, asi como Te zozsmoc, no el de Azcapotzalco, sino otro principe de Chalo, cuya palabra nunca perece. La primera parte del poema puede resumirse ‘como un elogio de los principes muertos que ahora son jades y plu- ‘ajes en la mansién del Dador de la vida. Abruptamente el pocta hace a un lado los recuerdos de a a1 ‘gua grandeza para fijar su atencién en la guerra: “quedard el dgui frente al rostro del agua. Habra transformacién en la tierra, m miento en el cielo... estén en confusién las gentes de Chalco ‘Con fuerza repite Chichicuepon que los enemigos “penetran al inte- (CHICHICUEPON DE CHALCO 285 rior de Amecameca. Se deflende el de Chalco ... ! Nadie tiene fle- cchas, nadie tiene escudos ...” Y tal vez en Ia regién de los muertos “llora el principe Toteoci”. Al final del poema queda el trauma al descubi el de Chaleo, se agita alld en Almoloya...” La ia es im- Putable a los aztecas y a sus aliados los acolhuas de Tezcoco y I ‘Tepanecas de Tlacopan: “Aguilas y tigres, algunos mexicanos, acol hhuas, tepanecas, han hecho esto a los chaleas". He aqui el meo del poema de Chichicuepon: recordacién de un pasado glorioso y contemplacién de un presente desventurado. Ignoraba él cuando 9i6 este canto que su destino personal iba a ser igualmente de- sastroso. En su pretensién de litigante perdié Ia vida. Al menos co- ‘mo poeta sabemos ahora que sobrevivié a la muerte. 286 QUINCE PoETAS Chichieuepon iewie ‘Ac ye xoconcaqui ca itlatol in concaubtchuac y Chichicuepon teuetli, ‘yeoceuhqui: {Machoc mictlampa ¥y guibualittozque ymihiyo, yntlatol in tepithuan? ¢Nebhuihuixtiuh chalchivhtli, nchhuifwixtiuh quetzalli, ‘oyaximoac, ‘quenonamican? wachotoc a in tepithuan, in pillin: lacuiloa ypalnemoani Ma xicyocoya, xichoca, xicelnamiqui in Toteoei teuctl, ma ya hualaquia in nahvalapan: itemolinin quetzalbuexotl. in Tezozomoctli. Ma xontlachia mibean, yahquin Teheonchua, Yyahquin Quappolocatl, in Quauhtecolotl, Ximohua in toteuchuan: yahqui Huetzi, in Cacamatl, in Tzincacahuaca, in Xoquahuatzi, Tozmaquetzin, ye Nequametzi. CHICHICUEPON DE CHALCO 287 El poema de Chichicuepon Escuchad ya la palabra que dej6 dicha el sefior Chichicuepon, lcaldo en la lucha: GAcaso en la region de los muertos habrin de proferirse Laliento y las palabras de los principes? éTrepidaran los jades, se agitarin los plumajes de quetzal en la regién de los descarnados, ‘en donde de algtin modo se vive? Piensa, Hora, recuerda al sefior Toteoci, ya va a hundirse fn las aguas del misterio: rota el sauce precioso. La palabra de Tezozomoetli ‘nunea perece. Contempla el lugar de los muertos, se ha ido Tehconchua, se han ‘Cuappolécatl, Cuauhtecdlotl. igar de los descarnados se fueron Huetzin, Cactmatl, Tzincacahua. 288 QUINCE PoETAS ‘Ayamo ypan timochihuaz, in chichimecatl, in Totcoci teucti In anchalea teuctin, ‘ma xachocaca: iTonmotlamachtian, ‘ypalnemoani! Tonilbuizotobuan Atlixco, in Toteoci teuctli, Cohuat! teuctli, yyehua mitzyollopoloa, in Ipalnemoa. i chalchivhtli, maquizti, YA ticneneloa in patlahuac quetzali, choquiztlaya, yxayotl in pixahui, zan ye onnenahuatiloc, Huitzilac teohua, tin Tozan, in teuctlat éCa ye tommoneltoc teohua zan Quateot!? ¢Zazo polihui ya moyollo? Caubtimaniz y quauhtli atl yxpan. In tlalli mocuepa, ya ilbuicat! olini, ‘oncan ye cahualo chichimecatl y Tlacamazatl. Moneneloa y zan chalea, nelihui huexotzineatl, CHICHICUEPON DE CHALCO 289 No te afijas por esto, ob setior chichimeca, Toteoci. Vosotros, sefiores de Chalco, no lloréis mas: ‘oh Dador de la vida! En vano estuviste en Atlixco, Seiior Toteoci, principe Chuatl, el Dador de la vida trastorna tu corazén, anchos plumajes preciosos, ‘hay lluvia de Hlanto, asi se dispuso, ‘oh sacerdote de Huitzilac, iptineipe Tozan! UH sacerdote Cuatéotl? ‘tAcaso hha perecido tu corazén? Quedaré ef Sguita freate al rostro del agua. ‘Habra transformacién en la tierra, movimiento en el cielo, alla ha quedado Tlacamézatl el chichimeca, Estin en confusin las gentes de Chalco, alterado el de Huexotzinco, s6lo Tailotlaqui, l sefior Quiyeuhtzin enetra al interior de Amecameca, 1Se defiende el de Chalco, Principe Toteoci? Alora ti dice: nadie tiene flechas, nadie tiene escudos, 290 QUINCE POBTAS Tocoyatitlani, tocoyaibtoa in Miccalcatl, y zan Tlailotlaqui, Quieuhtzin teuctl. ‘quenticalaquia yn Amaqueme. Zan ye chocan teuctli nscanaya Toteoci, Cohuatzin teuctla. ati in Temilotzin, in Tobtzi moneloa ye oncan Almoloya, ‘cequi yan quauhtl, ocelot, equi ya mexicatl, acolhua, tepanecatl ‘© mochihua in chalea. (Ms. Cantares mexicanas, Biblioteca Nacional, fol. 33), CHICHICUEPON DE CHALCO 291 Ta suplicas, ti dices a Miccélcatl, sélo Tlailotlaqui, <1 sefior Quiyeuhtzin, penetra al interior de Amceameca. ‘Sélo ya llora el principe Toteoci, sefior Coluatzin. afligidos Temilotzin y Tohtzin, ruye el de Chaleo, se agita alld en Almoloya, algunas fguilas y tigres, algunos mexicanos, acolhuas, tepanecas than hecho esto a los chaleas. XV. AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO El canto de las mujeres guerreras (1430 - c. fines del siglo xv) De la regiGn de Chalco y Amecameca, patria del cronista de noble éstitpe Chimalpahin, nacido en 1579, y asimismo de la gran Sor Juana, han Iegado hasta nosotros los nombres y algunas obras de dos for, Jadofes de cantos anteriores a la eonquista espafola. Chichicuepon de Chalco, poeta y litigante desafortunado, se nos volvié ya conoci do en el capftulo anterior, Aquiauhtzin de Ayapanco, vecino de Amecameca, es el otto maes- tro de la palabra, de quien también se conservan noticias y asimismo dos de sus composiciones. Una esté incluida en el largo texto conoei, do como “dislogo acerca de flor y canto”. Aquiawhtzin se muestra en cla escudrifiando los misterios de Ipalnemohuani, el Supremo Da. dor dela vida. Extenso y, para muchos, inesperado cantar erdtico es Ia otra creacién suya que, sien el manuscrito donde se conserva apare- cecomo anénima, sabemos ahora fue de Aquiauhtzin gracias a porme- norizado testimonio, que més abajo aduciré, del ya mencionado cro- nista Chimalpahin, Canto de primores, burl y cosquilleos es Esteem derezado al gran tlatoani Axayécatl,sefior de los mexicas de 1460 a 1481. Su antecesor, Motecuhzoma Mbuicamina, habfa consumade en 1464 la conquista de Chalco-Amecameca. Con el advenimiento de ‘Axayécatl a situacién de los chalcas —aunque seguia siendo la de un pueblo sometido— se habfa tommado més Nevadera. Aquiauhtzin buses sutilmente con su canto, por el camino de wn reto, nueva forma de acrecentar la benevolencia de Axayécatl respecto de los vencidos. Son ahora las mujeres de Chalco las que emprenden la guerra. El poo. {2 las hace hablar: invitan al sefior de Tenochtitlan a una lucha donde SGlo podré triunfar el muy bien dotado sexualmente. La guerra se transforma en asedio erético, acercamiento de contra: Fos, acto sexual con todos sus prembulos. El canto finamente por- 293 294 QUINCE PoETAS nogrifico —segén vamos a verlo— agrad6 por cierto, en extremo, al aludido y desafiado Axayéc Ya.en plan de anticiparnos, afiadiremos que, al parecer, Aquiauh- tzin fue sabio en la en las humanas, astuei ‘Trayectoria de Aquiauhtzin ‘Vino probablemente al mundo Aquiauhtzin hacia 1430 en Ayapan- 0, barrio de Amecameca por el rumbo del suroeste, Desconocemos la fecha de su muerte pero ésta debi6 de haber ocurrido después de da por el sefior Tecayehuatzin de Huexotzinco, Hacia 1430, el sefiorfo de Chalco-Amecameca conservaba atin su sefior chichime- su nombre comple- su pueblo, cultivar el arte del lenguaje cuidadoso, la poesfa y el saber acerca de las cosas divinas, Egresado del calmécac, joven todavia, Inubo de enterarse acerca de la actitud expansionista asumida por los mexicas, a partir de su victoria sobre los viejos dominadores tecpa- necas de Azcapotzalco, Guiados los mexicas por Itzc6atl, habian con- venlare- Un expresivo texto cin, aunque afitma que “ Chalco Motecuhzoma Xoco} hasta el monte Amaqueme. Al fin —t AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 295 Amecameca a participar en el trabajo para la edificacién del tem- plo de Huitzilopochtl. A tales riesgos y exacciones vino a sumarse la afliccién del hambre por cinco afios, desde 1450 a 1455. Hombres y znujeres se vendfan entonces como esclavos. Desde 13-Casa, 1453, quedaron plenamente al descubierto los Propésitos de Motecuhzoma Ilhuicamina decidido a incorporarse el Sefiorio de Chalco-Amecameca. S entonces Ia guerra en la que probablemente tuvo que participar el forjador de cantos Aquiauhtzin, Segtin diversas crénicas, en 11-Pedernal, 1464, los mexicas penetraron larga lucha— se consum6 la victoria de los guerreros de Tenochtitlan, cumpliéndose la profecia del hechicero que habfa anunciado escuetamente: “destruido serd en chalea”.? Varios rel Los dos poemas que de él se conservan en el manuscrito de Canta- res mexicanos de la Biblioteca Nacional, pueden situarse con cierta Precisi6n en el tiempo. El de tema erético fue compuesto hacia 13- Cafia, 1479, 0 en todo caso muy poco antes, ya que en el afio men- cionado, segiin lo refiere Chimalpahin, fueron los chalcas a cantarlo por primera vez en Tenochtitlan. Ello ocurri6 precisamente ante el Sefior de los mexicas, Axayécatl, el sucesor de Motecuhzoma Ihui- camina. El segundo de los pocmas lo sacé a luz Aquiaubtzin en Huexotzinco, hacia 1490, cuando particip6 allt. Poctas reunidos a invitacién del sefior Tecayehuat El cantar de tema erdtico: cireunstancias de su composicién Como ya lo dijimos, dos son las fuentes documentales que nos per miten acerearnos a esta composicién de Aquiauhtzin en su versién Original en néhuatl e igualmente a las circunstancias en que dicha ‘obra se dio a conocer. Por una parte encontramos en cuatro folios, ha- cia el final del manuscrito de Cantares Mexicanos, el texto del poe- * Chimalpahin, op. cit, fol, 99. 296 QUINCE POETAS ‘ma con el t{tulo de In chalea cihuacufcatl, “Canto de las mujeres con la siguiente anotacién: i6n de los chalcas. Con ella fueron a dar alegria al sefior Axayacatzin que los conquist6 pero s6lo a las mujercitas.? Por otra parte, en la Séptima relacién del cronista Chimalpahin con gran detalle se habla de la misma visita de los chalcas a Axayé- isindose que tuvo ella lugar en 13-Cafia.* Expresamente se dice allf que quienes se presentaron ante el gobemnante de Tenochti- tlan fueron a entonar el Canto de las mujeres de Chalco. Bl texto de Chimalpahin, cuya versién al castellano en seguida daremos, tras describir los pormenores de cuanto ocurrié en el patio del palacio de Axayécatl, de modo particular el peligro en que estuvieron los chal- cas de que se viera malogrado su propésito, consigna que el cantar que entonces se entoné —el Chalca Cihu I— era obra del noble Hamado Aquiauhtzin Cuauhquiyahuacatzintli “que era un forjador de cantos”. : : Hallazgo afortunado es el de la doble documentacién que permi- te correlacionar uno de los més bellos y extensos poemas de conte- nido erético en néhuatl no ya s6lo con su autor sino también con el contexio hist6rico en que fue compuesto y sacado a la luz paiblica. Antes de transcribir el relato de Chimalpahin recordaremos lo que ya insinuamos. Cuando los de Chalco fueron a hacer off a Axayécatl es- ‘te canto de las mujeres guerreras, hubo en su énimo intencién de ha- ago pero también picardfa, Riesgosa empresa fue ira retar a quien, como su antecesor Motecuhzoma, se ufanaba en sus proezas milit res, desafidndolo a que mostrara si era igualmente tan hombre frente ‘a las mujercitas que lo provocaban ahora al amor y al placer. El he- cho es que los chaleas, esta vez sin escudos ni flechas, aleanzaron Ta victoria: Axaydcatl —como lo refiere Chimalpahin— se regocijé en extremo al escuchar el canto de las mujeres guerreras. Més asin, “ zo propiedad suya este canto..., cuando deseaba alegrarse, siempre lo hacia cantar...” He aqui las palabras de Chit g0 al pooma mismo de Aquiauhtzi + Ms, Cantarer mesicanos, Bibtioteca Nacional de México, fo. 72. *Chimalpahin, Seprima Relaién, fol. 174 jpahin, marco para acercarnos Iue- AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 297 “Afio 13-Cafia (1470), Fue también entonces cuando por primera vez. vinieron a cantar a México los de Amecameca y los chaleas ‘almanaleas. Lo que entonces entonaron fue el canto de las mujeres de Chaleo, el Chalca cihuacufeatl. Vinieron a cantar para cl seior Axayacatzin, "Dio principio el canto y 1a danza en el patio del palacio, cuando Axayécatl se encontraba todavia adentro, en Ia casa de sus mujeres. Pero el canto cobré vida malamente. Un noble de Tlalmanalco toca ba la miisica con mucha torpeza, haciéndola resonar perezosamen- te con el erguido tambor, hasta que al fin se inclin6 sobre él y no supo ya més. sin embargo, junto al lugar de los tambores, estaba el Hamado Quecholcohuatzin, noble de Amecameca, gran cantor y también mi sico. Cuando vio que se perdfan, se estropeaban la miisica, el canto y la danza, en seguida fue a colocarse junto al lugar de los tambores. ‘Toms un tambor y puso remedio a la danza para que no decayera. Ast hizo cantar y bailar a la gente Quecholcohuatzin. ¥ el otro noble de Tlalmanalco se quedé solo con la cabeza inclinada en tanto que los demés proseguian con el canto. “Axayécatl, que atin permanecfa en el interior de la casa, cuando escuché cémo tan maravillosamente tocaba la miisica y hacia cantar a la gente el dicho Quecholcohuatzin, se enardeci6 en su corazén, se sorprendié. En seguida sc levanté y salié luego del interior delaca- sa de sus mujeres para ir é1 también a bailar. Acercéndose alli al Iu- gar de la danza, sus propios pies lo comprendieron: mucho se alegré Axays fr el canto y asf también él se puso a bailar y a dar "Cuando terminé la danza, dijo el sefior Axayécatl: ;Tontos, torpe que aqui me habéis trafdo y que ha tocado y ho habréis de dejarlo més! Los chaleas le respondi supremo sefior. "Y como habfa dado esta orden Axayécatl, mucho se atemoriza- Fon todos los nobles chaleas. Se miraron, dijeron, en verdad mucho se asustaron, Luego Io supicron: era ésa la primera vez que tocaba ¥ que dirigfa el canto aquel noble de Tlalmanalco. Y segtin lo refie- ren los ancianos, el nombre de ese tal era Cuateotzin... 298 QUINCE PORTAS *Y Ios mismos chaleas entonces espontineamente dijeron: Tal vez. quemaré, tal vez hard que apedreen al que asf dirigié el canto y la miisica, Dijeron los nobles chalcas: Nos estrope6, eché a perder ‘nuestro canto. ,Qué habremos de hacer? ;Acaso tal vez no se nos prenderé fuego aqué? "Mientras, habfa vuelto a entrar en el interior del palacio el sefior Axaydcatl, Se habfa ido a colocar allf junto a las j6venes, ‘sus mujeres. Luego ordend que fueran a llamar a Quecholcohuatzin, el que después habfa dirigido la danza y el canto. As{ lo dijo, to man- 46, lo comunie6 el enviado a los nobles chalcas: ;Quién es el que aca- ba de terminar vuestro canto, el que acaba de coneluir vuestra mé- sica? Lo llama el sefior, el supremo sefior. Venimos a buscatlo, pasar al interior de la casa. "En seguida respondieron, dijeron los chaleas: Aqufestd, que lo vea el seffor. Luego lamaron los nobles chaleas al joven Quecholcchua- |. Bien temfan no fuera a ser que el sefior Axayécatl los condena- Ta.a muerte, a ser quemados. "Y cuando ya pasé éste, estuvo al borde de la puerta, atisbaban los chalcas e6mo habria de salir la palabra del sefior, como si fuera de fuego. Se postraron entonces los chalcas; asi estaban atemorizados. "Pero cuando se acercé Quecholcohuatzin ante Axayé guida acereé tierra a su boca, se doblegé y dijo: Sefior, supremo sefior, fen compasién de mf, aquf estoy, tu siervo, hombre del pueblo, en verdad hemos cometido errores delante de tu rostro. "Pero el sefior Axayécatl no quiso seguir oyendo estas palabras. Dijo entonces a sus mujeres: Sefioras, levantos, venid a encontrarlo, ‘que permanezca éste a vuestro lado, aquf serd vuestro acompafiante cual si fuera también mujer. Mirad, sabed que ya lo tengo bien proba- do, que con esto, mujeres, se alegren vuestros corazones, porque és- te hizo que yo bailara, que yo cantara, este Quecolcshuatl. Nadie antes habfa logrado tal cosa, que yo saliera del interior de la casa para bai- lar. Este asf lo ha hecho. Por ello ser4 vuestro compaiiero para siem- pre, Ahora Io tomo para que sea mi cantor. "En seguida dispuso Axayécatl que se le dieran una capa y un braguero de los que tenfan el signo del propio Axayécatl, y otra capa AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 299 ¥ otro braguero y unas sandalias con adomos de turquesa, y un to- cado con plumas de quetzal y asimismo varios envoltorios de cuax- is o patios de determinado valor y también semillas de cacao, Esta fue In paga que se dio a Quecholcohuatzin, Mucho fue estimado por- que asf hizo bailar ala gente. Y tuvo a bien Axayécatl disponer que él s6lo cantara, no fuera a suceder que alguien con torpeza volviera a lirigir el canto, el sefior Axayécatl mucho dese6, se empefié en alegrarse con el canto de las mujeres de Chalco, el Chalca cihuacufcatl. Asi una ez més hizo venir a los chaleas, a todos los nobles, les pidié que le dieran el canto y también a todos los de Amecameca, porque era de ellos, de los Hailotlague, los regresados. Ese canto era su propic- dad, el canto de las mujeres guerreras de Chalco, Jo habia compuesto un noble Hamado Aquiauhtzin Cuauh- uiyahuacatzintli, que era un gran forjador de cantos. ¥ asf por este canto habia cobrado también fama aquel sefior llamado el viejo Ayo- cuatzin, noble chichimeca, que habfa gobemado en Itztlacozaucan Totolimpa. “Asi lo orden6 Axayacatzin y asi le entregaron el canto... En el afio que ya se dijo (13-Cafla, 1479), hizo propiedad suya este canto el seflor Axayécatl. Este fo hacfa cantar al que se ha nombrado ya, Quecholeohuatzin... A éste que mucho estimaba y que hacfa venir a cantar a México, “Y Axayécatl dej6 este canto en herencia a su hijo, el Namado Tezozomoctli Acolnahuscatl. Este a su vez 10 otorg6 a su hijo, el que se llamé Don Diego de Alvarado Huanitzin, que llegé a ser sefior de Ecatepec y que més tarde vino a ser gobernador de México-Tenoch- fitlan. Todos ellos hacfan que se entonara y se bailara este canto en sus palacios en México, porque en verdad era muy maravilloso y gracias a él tuvo renombre la ciudad de Amecameca, que ahora s610 se muestra como un pequefio poblado.” § El poema que, segtin lo refiere Chimalpahin, era obra del “noble Mamado Aquiauhtzin Cuauhquiyahuacatzintli, gran forjador de can- tos...", por haber cautivado el corazén de Axayécatl, pasé a ser pro- SChimalpabia, op, cit, fol. 174v-176e. 300 QUINCE POETAS piedad de éste y se convirti6 Iuego en herencia para sus descendientes. Incluido més tarde en el manuscrito que hoy conserva la Bi ca Nacional, ha llegado hasta nosotros. Con el propésito de facilitar la degustacién del poema, que debemos recordar fue compuesto hace més de medio milenio, atenderemos antes brevemente a su estructura ¥ @ algunos rasgos y elementos que presuponen cierta explicacién. Caracteristicas del poema erético de Aquiauhtzin Comencemos por reiterar cudl fue Ta intencién del poema. La ya da anotacién que aparece en el manuscrito de Cantares Mexicanos claramente la expresa: “Con esta composicién fueron a dar alegria (los chalcas) al sefior Axayacatzin que los conquist6 pero s6lo a las mujercitas.” Por su parte, el padre Angel Maria Garibay, que en 1967 se ocup6 por vez primera de este cantar, teniéndolo como anénimo, se del mundo néhuatl. Admitiendo con Garibay que el do haber dado pie @ formas més tardias de actu: mfmica, nos consta ahora, gracias al cronista Chimalpahin, que ori- ginalmente el poema fue concebido para entonarse, a modo de reto, en presente resulta in- acién més honda. dispensable para comprender ¥ valorar su si *i6n que hace una mujer de Chalco aotras \dose de bien conocidas met4foras de la len- ‘gua néhuatl, exhorta a sus hermanas a buscar y cortar flores, pero precisamente aquellas “del agua y del fuego”, in ail, ‘lachinolli, evo- cacién de la guerra, flores del escudo, las que se antojan a los hom- bres. Flor y canto del combate, para hacer cautivo de un modo nue- vo a Axayfcatl, es lo que importa a las mujeres de Chalco. El segundo tiempo nos da la palabra que explica el sentido del can- Asedio erético seré esta vez la guerra. Punzante se anuncia el re~ “Acompaiiante pequetio, t6, sefior Axayécatl,/ si en verdad eres hombre, aquf tienes donde afanarte...” La mujer de Chalco emplea ya « Véase: Garibay K., Angel Marfa, Poestandhuat! I, Méstea, nsiito de Investigaciones Histéricas, 1968, p. XLILXLII y $5-63, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 301 Sus armas: “;Acaso ya no seguiris, seguirés con fuerza? / Haz. que se yerga lo que me hace mujer... / pero no, no, todavia no desflores, / compaferito, ti, sefior, pequefio Axayécatl...” Propésito de entrega, no libre de temor, conlleva el tercer tiempo el poema: “Soy atrapada... ti mismo estropeards Io que es mi rique- 2a, la cabarés... / aqui est4, / a tu perforador hago oftenda...” No sa- lo qué es lo que ocurre, en Chalco las madres habrén de afligirse, ‘Menester sera dejarel huso y el palo del telar. Hay que embrazar el es- cud. Otra vez.el reto, cuarto momento del poema: “Haz hablar tu ser de hombre... / Todavia no empiezas, ya estés disgustado, compaiiero Pequefio... / Sabrosa es tu semilla, /1d mismo eres sabroso...” {Es todo esto locura? Una y otra vez la provocacién se repite: “Revuélveme como masa de maiz... ,Acaso no eres un dguila, un ocelote?” De alusiones burlonas parece ser la secuencia del poema, el que lamamos quinto tiempo. La mujer de Chalco se compara con Ayo- ‘cuan, el antiguo gobernante cuyo sefiorio conquistaron los mexicas, Si ella cautiva ahora a Axayécatl, lograré lo que no pudo entrever Ayocuan. ;Hay acaso mujeres como ella en Jas ciudades aliadas de Tenochtitlan, en Acolhuacan-Tezcoco y en Tlacopan, tierra de tepa-- necas? Vencido en la guerra fue el pobre chalca Cuauhtlatohua, No odré ahora Axayécatl apropiarse de la falda y la camisa de la mujer- cita que tiene sélo estas armas? La mirada se vuelve en seguida a Tlatelolco: allf el sefior de los mexicas fécilmente pudo desatar las faldas, vencer enemigos. Lo mismo también sucedié en Huexotzinco, en Tetzmolocan, y en Xaltepetlatpan, donde Axayécail hizo cauti. Vos a los traviesos habitantes de Cuetlaxtlan, El seflor mexica quiere ya lograr su placer. Tiempo sexto en que, si Subsiste el reto, Ia lucha cede al fina la entrega: “Tal vez asf lo quiere tu corazén... / asf poco a poco cansémonos, / de qué modo me lo haces...? / Hagdmoslo asf juntos. ConclusiGn es Ja diltima parte, hasta cierto punto ambivalente. La Joven guerrera, que asf ha comibatido por Chalco, teme ser tenida co- mo una alegradora mujer de placer. ,Podrfa alguien suponer que es ya vieja abandonada y sin jugo? Cierto que ha venido a dar y darse 302 QUINCE POETAS placer pero, como con femenina gracia lo deja entender, s6lo asf ha alcanzado Chalco 1a victoria, Con metéforas frecuentes en otros poemas, que se toman aguf adjetivo de realidades distintas, el asedio se transforma en suefio y reposo: “Mira mi pintura florida, son mis pechos.../ He aqui tus manitas... /En tu estera de flores, / compafiero Pequeiio, / poco a poco entrégate al suefio, / queda tranquilo, nif mfo / 16, sefior Axayscatl.” Sin pretender que este breve andlisis del poema alcance a mostrar- nos su més honda riqueza de significaciones, lo ofrecemos tan s6lo Por via de introducci6n. El canto de Aquiauhtzin merece, a no dudar- Jo, mucho més detenida consideraci6n desde otros puntos de vista, cen verdad se quiere atisbar un poco floraciones, como ésta, de ero- tismo en el México anterior a la conquista. Por mi parte aqui la mieva versién que he preparado del texto nahu: las mujeres de Chalco. ‘Bien pudo ufanarse Aquiauhtzin al conocer Ia acogida que dio ‘AxayScatl a este poema suyo. Y a su regocijo debi6 de sumarse el de los chalcas que, superando riesgos inminentes, lograron asi congra- ciarse de nueva forma con el sefior de Tenochtitlan. Desgraciadamen- te muy poco mis es Io que nos ha Ilegado de la producci6n pottica de este forjador de cantos. Otro poema suyo conocemos —muy distinto por cierto— y a él en seguida vamos a referirnos. Participacién de Aquiauhtzin en el didlogo de la flor y canto En otros trabajos he dado a conocer el texto completo de est 0 y las circunstancias en que verosimilmente tuvo lugar.’ Sélo una breve recordacién haré aqui. Tecayehuatzin, sefior de Huexotzinco, y asimismo sabio y poeta, reuni6 en su casa, hacia 1490, a varios ami- {gos suyos venidos de distintos lugares, para que se expresaran todos sobre el més hondo sentido de la creacién poética y del arte concebi- dos como “flor y canto”, Tecayehuatzin, se pregunta allf si acaso la metéfora y el simbolo —flor y canto— son tal vez.el tinico camino pa- 1a decir palabras verdaderas en Ia tierra. Muy variadas opiniones se » Véase: Le6n-Portilla, Migael L 3 cantares, México, Fondo de riguos mexicanas a través de sus erbnicas condmica, 1961, pp- 128-138, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 303 expresaron en seguida. Entre otras cosas, el sefior de Tecamachalco insinu6 que para é1 poemas y cantos eran lo tinico que, de sf mismo, podfa dejar el hombre en la tierra. Fue entonces cuando Aquiauhtzin, tomando Ia palabra, afirm6 que, por encima de todo, siendo flores y cantos acercamiento al Dador de la vida, éste através de ellos se volvia también presente entre los hombres. Al parecer, en el coraz6n de Aquiauhtzin di smo con los bumanos era algo en lo que todos debfan is por ello habja buscado que las mujeres de Chalco sefior Axayécatl. Ahora, al exponer su punto de vista, Propicia el didlogo refiriéndose a otros forjadores de cantos asi ‘mo participantes en la reuni6n: Ayocuan de Tecamachalco, otén- catl y Camaxochitzin de Tizatlan, Acerca del primero manifiesta que lo escucha y comprende; de los otros dos dice que con su poesia se alegran y aguardan la palabra del dios. Aquiauhtzin también ensayard la bisqueda del Dador de la vida. Quiere dare alegrfa y, por eso, lo invoca en el lugar de las flores y en Jacasade las pinturas. El péjaro cascabel, sobre la estera te preciosa es quizds la respuesta —flor y canto—, aquello que siem- Pre se espera, alegrfa del corazén, lo que existe en Ia tierra y puede ser comprendido como metéfora 0 simbolo. En la citcunstancia del dié- Jogo, en compaitia de los otros forjadores de cantos, las palabras de Aquiaubtzin, conservadas por la oralidad, nos dicen que é1 mismo, buscando inspiracién, encontraba refugio en tlahcuil terior de la casa de las pinturas”. Con esta evocacién suya, en Ia que convergen la palabra y la significacién de los libros de pinturas, Podemos ya acercarnos a disfrutar de su cantos, QUINCE POETAS Chalcacihuacuieatl ‘Yectli yan xochitl, ‘manocpac xochiuh ‘ma ie ninapan in noxochiuh, ni chaleat! ni cihuatl. Nicnenequi in xochitl, nicnenequi in cuicatl, aytzin in totzahuayan, in toyeyeyan. Noconehuitica icvie in tlatobuani Axayacaton, ‘A iuhqui in tlacuilolli yectli incuie, iuhquin huelic xochitt abuiac, noyolquimati in tllticpac. {Tien mach? Ipan niemati mottatoltzin, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 305 Canto de las mujeres de Chalco Levantéos, vosotras, hermanitas mias, vayamos, vayamos, buscaremos flores, vayamos, vayamos, cortaremos flores, Aqutf se extienden, aqut se extienden las flores del agua y el fuego, flores del escudo, Son flores hermosas, icon las flores que estén sobre mé, yo me adoro, aqui, donde hilamos, cenel sitio donde se va nuestra vida. ‘Yo entono su canto, al sefior, pequerio Axayécatl, lo entretejo con flores, ‘compatiero en el lecho, td, pequefio Axayscatl Con flores lo entretejo, con flores lo circundo, To que nos une levanto, a mi compaiiero en el lecho, ati, pequeiio Axayécatl 306 QUINCE POETAS ccuix nel ah oc ticuahcuahuitiuh? ‘Xoconquetza in nonexcon cena niman, xocontoquio. ‘Xie-hual, cui o xie-hual eui: jn nompaca, o xinechhualmaca, ‘in conetzinti, te xontlabteca tihvan. ‘Tonhuchuetztozave tzono, tonpaguitz, ‘Macamo, macamo, maca no tlaximayahui, xolotzin,titlatohuani, Axayacaton. ‘0 zo ninicuito, in cuecuetzoca ye nomaton, ye no cuel, ye no cuel, ‘tictzitziquiznequi in nochichibualtzin achi in noyollotzin. In ye ahcazomo nebuian tiemitlacalhuiz nonecuilol, tzontiquitztoz; xiuhquechol xochitica, nintic nimitztzonaquiz, nea yetoz: motenckalohtzin nimitemacochihuiz. In quetzalizquixochitl, in ye tlauhquechol, cacaloxochitl, in zan moxochicuach petlapan, tiya onoc ye oncan. ‘Teocuitlapetiat ipan tiya onoc, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 307 Acompatiante, acompafiante pequelio, tt, sefior Axayécatl Sien verdad eres hombre, ‘aqui tienes donde afanarte. tAcaso ya no seguirds, seguirds con fucrza? ucho de veras se encienda, ‘Ven a unirte, ven a uniste: Pero no, no, todavia no desflores, ‘compaiierito; ti, seflor, pequeiio Axayécatl ‘Yo, yo soy atrapada, mi mainita da vueltas, ‘veo ya, ven ya. Quieres tocar mis pechos, casi mi corazén, Quizds 16 mismo estropearés Jo que es mi riqueza, Ia acabarés; YO, con flores color de ave de fuego, ara ti har€ resonar mi vientre, aquf esté: a ti hago oftenda. La preciosa flor de maiz tostado, Ja del ave de cuello de bute, 308 QUINCE POETAS Anqui zo ye ichan ye nontlayocoya, azo huel nitzahua, in ic nihtoto in noquichhua. Tetlatlahuelcauh, ‘teyollocococan, in tlalticpac. Jn quenman on nontlatlayocoya, rinotlehvelnequi, nonexiuhtlatilco. ‘Nic-hual ibtoa, cue conett, ‘ma no ce nimiqui. ‘Ya cue nonantzin nontlaocolmiqui, ye nican ye noquichuacan a huel niquitotia in malacatl, ahuel nocontiaza, in notzotzopaz, noca timoquequeloa, noconetzin. ‘Auh quennel? ‘Noconchihuaz, noca timoquequeloa noconetzin. Xotowin, noconetzin, titlatohuani, 1” Axayacaton zan timonencahuan, nohuic timomahmana, tonmoguichitohua, Cuix nonmati, niguimiximati ye moyaohuan, noconetzin? ia zan nen ca niconetl tzon, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 309 Asf en su casa me aflijo, ‘6, madre mia, quizés ya no puedo hilar. ‘Tal vez no puedo tejer, s6lo en vano soy una nifia, Soy muchachita de mi se dice que tengo varén. Hay sufrimiento, ugar de tristeza en ta terra. Asftristemente cavilo, deseo la maldad, Me digo, ven nifa, ‘aun cuando del todo he de morir, Madre mfa, yo sufro, aqui tengo yo a mi hombre, no puede ya hacer bailar el huso, no puedo meter el palo del telar: nifito mio, de mi te burlas. {Qué me queda? iLo harét Como se embraza el escudo nel interior de ta lanura? Yo me ofreceré, me ofreceré, nifiito mio, de mf te burlas. Compaserito,nifito mio, ti, sefior, pequefio Axayécat, vamos a estar juntos, @ mi lado acomédate, hhaz hablar tu ser de hombre. tAcaso no con02z¢0, no tengo experiencia de tus enemigos, nifito mio? 310 QUINCE POETAS Zan timonencahua nohuic, Ma te ticihuantin, ahzo nel ah tiyecoz, ‘in yuhqui chahuayotl in ixochitzin, in icuicatzin noconewzin, A oquichpitli, notecuyo, titlatohuani, 1’ Axayacaton, ‘© nozo tonpeuh, ye no ticualani, xolotzin, ye noniauh in nochan noconetzin, ‘Anca zo zan nican tinechnahualan, yeetli ticehiuh ye motatoltzin. 12 im axcan tlahuanquetl, mah teh titlahuanguetl, azo no netlacamachon tochan? (Cuix nozo tinechcouh,tinechnocoui, noconetzin? Cuix tlapapatlaco, nahuihuan ye notlahuan? Zazo tictlacanequi ye no ticualani, xolotzin, ye noniauh in nochan, noconetzin, ‘Tieniuhtzin, ticihuatlamacazqui, ‘ma xontlachia in momach moman euicatl, in Cohuatepec, in Cuauhtenampan, ‘topan moteca panohua. Zo nocihuayo ninaitia, noyollotzin mococoht Ah quen nel noconchihusz ihuan noquiehtiz? Mazo oc cenca ye in cueye, ye in huipil? In toquichhuan, in toyocolhuan, Xic hualquixti nonextamal, in tilatohuani Axayacaton, Se ee ee ae mee me AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 31 Pero ahora abandénate a mi lado. Aunque seamos mujeres, tal vez nada logres como hombre, Flores y cantos de la compafiera de placer, nifito mio. Hombre y nifio, mi sefior, ti, gran seftor, ‘6, pequeio Axayécatl; todavia no empiezas ‘ya estis disgustado, compatiero pequefio. ‘Ya me voy a mi casa, nifito mio. Tal vez ti aqui me has embrujado, ‘has pronunciado hermosas palabras. ‘Aqui hay ahora embriaguez, ‘ui, embriggate ya. cAcaso hay alegrfa en nuestra casa? tAcaso ti me has compredo, ‘8 para ti me adquiriste, nifito mio? Tal vez cambiarés mi placer, mi embriaguez? Acaso desprecias, te has disgustado, Pequefio compafiero, ya me voy a mi casa, nifito mio, ‘Ti, amiga mia, ti mujer ofrendadora, ‘mira e6mo permanece el canto, en Cohuatepec, en Cuauhtenanpan, Sobre nosotros se extiende, luego pasa, ‘Tal vez mi ser de mujer hace locuras, ‘mi pequefio corazén se aflige. Como habré de hacerlo, ‘@ aquel que tengo por hombre, ‘aunque sean mfas falda y camisa? iLos que son nuestros hombres, son nuestra hechura! Revuélveme como masa de mate, 1, sefior, pequetio Axayécatl, 310 QUINCE PoETAs Zan timonencahua nohuic. Ma te ticihuantin, ahzo nel ah tiyecoz, ji chahuayotl in ixochitzin, i, notecuyo, titlatohuani, TAxayacaton, ‘© nozo tonpeuh, ye no ticualani, yectlitiechiuh ye motlatoltzin. Tzim axcan tlahuanquetl, ‘mah teh titlahwanguetl, 120 no netlacamachon tochan? Cuix nozo tinechcouh,tinechnocoui, noconetzin? Cuix tlapapatlaco, nahuihuan ye notlahuan? Zazo tictlacanequi ye no ticualani, xolotzin, ye noniauh in nochan, noconetzin. ‘icniuhtzin, tiihuatlamacezqui, ma xontlachia in momach moman cuicat, in Cohuatepec, in Cuauhtenampan. topan moteca panohua. Zo nocibuayo ninaitia, noyollotzin mococohua. ‘Ah quen nel noconchihuaz ‘uan noguichtiz? ‘Mazo oc cenca ye in cueye, ye in huipil? In toguichhuan, in toyocolhuan. Xic hualquixti nonextamal, in titlatobuani Axayacaton, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 31 Pero ahora aband6nate a mi lado, Aunque seamos mujeres, tal vez nada logres como hombre, Flores y cantos de la compatiera de placer, nifiito mio. Hombre y nifio, mi sedior, tf, gran seior, 10, pequefio Axayécatl; todavia no empiezas -yacestés disgustado, compafiero pequeto. Ya me voy a mi casa, nifito mio. Tal vez td agui me has embrujado, has pronunciado hermosas palabras. Aqui hay ahora embriaguez, td, embriggate ya, Acaso hay alegria en nuestra casa? tAcaso ti me has comprado, {1 para ti me adquiriste, nifito mio? {Tal vez cambiards mi placer, mi embriaguez? Acaso desprecias, te has disgustado, ‘Pequeio compatiero, ya me voy a mi casa, nifito mo, ‘4, amiga mia, td mujer ofrendadora, mira c6mo permanece el canto, en Cohuatepec, en Cusubtenanpan, sobre nosotros se extiende, Iuego pasa, Tal vez mi ser de mujer hace locuras, mi pequefio coraz6a se aflige. {4:COmo habré de hacerlo, 4 aquel que tengo por hombre, aunque sean mias falda y eamisa? {Los que son nuestros hombres, son nuestra hechura! Revuélveme como masa de mafr, 1, sefior, pequetio Axayacatl, 312 QUINCE POETAS in timittohua noconetzin? ‘Abzo moyaohuan inhuie ticuecuenoti? Meoe © noconexiuh, xocon ahuilti, Aya tle nocue, aya tle nobuipil, ‘Niquimelehuia nocihuampohuan, in acolbuague niquimelehuia nocihuampohuan, in tepaneca. Quen mach tontlaca ye nichaleacibuatl, n’ Ayocuan? ximomaxahuican antlatilolea, in anmiyaque, xihuallachian nican Chalo. Ma ninopotoni, ‘inonantzin, ‘ma xi nexabuaco, quen nechittaz, in noyecol? AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO. 313 yo. ti por completo me ofrezco, 50Y ¥0, nite mfo, soy yo, nifito mio, Alégrate, que nuestro gusano se yerga, ‘Acaso no eres un Sguila, un ocelote, ‘i n0 te nombeas {Tal ver.con tus hands travesuras? ‘Ya asi, niito mfo, entrégete al placer. ‘Nada es mi falda, nada mi camisa, Yo, mujercita, estoy aqui, viene él a entregar su Viene aqui a entregar Ia flor del escudo, iAcaso de algsin modo somos dos, Yo mujer de Chaleo, yo Ayocuan? Quiero que haye mujeres como yo, de alla de Acolhuacan, quiero que haya mujeres como yo, ue sean tecpanecas. ‘Acaso de algiin modo somos dos, yo mujer de Chalco, yo Ayocuan? Estén avergonzados: yo me hago concubina. Nitto mio, Acaso no me Jo harés al pobre Cuaubtlatohua? (Que yo me atavfe con plumas, madrecita mia, ‘que me pinte yo Ia cara, e6mo habré de verme ‘mi compatiero de placer? Ante su rostro saldremos, ‘quizés habré de irvitarse allé en Huexotzinco Xayacamachan, 314 QUINCE POETAS in Tetzmelocan. Nicihuatl, ninomaoxibuia, ninocxihuia, ye nochhuipil, niececentlamitaz, In quen oc zan in tlamati? ‘Nechmitlania in conett, in Watohuani, in Axayacaton, ‘le on in ma ic tepal no chachabuatlalia, Noca titlaomepiaz noconetzin. Azo iuh quinequi moyollo, ‘ma zo ihuian, ‘mocishuan, Cuix amoyollocopa, noconetzin, ye toconcalaqui in chahuayotl, in ic mochan, Azo iuh quinequi moyollo, ‘ma zo ihuian mociahuan, ‘Quen mach in tinechiubnoyecoltzin? Ma ca oc ic xi mochichihuacan, shuel ah ttlaoat? ‘Notzahuayan in mitzittoa, in nihquitian nimitzilnamiqui, xolotzin, Tie in ticnenelo ye noyollotzin? ‘Nabuil ilama, namonan, nicahvalilama, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 315 en Tetzmotocan. ‘Yo mujer me unté las manos con ungueatos, ‘me acerco con mi falda de frutoespinoso, i camisa de fruto espinoso, 3s perecer, tepetlapan & Jos huexotzineas, al cautivo de Cuetlaxtan, 8 los taviesos cuetlaxtecas, los veré a todos perecer. {De qué modo se sabe? Me Tlama el nfo, e sefior, el pequefia-Axayscanl quiere conmigo lograr su placer. Por mi causa «dos tendeés que cuidar, nisito mio, Tal vez asi lo quiere tu corazén, ‘asi, poco a poco, ‘cansémonos. Tal vez no de corazén, nifito mio, entras a la que es placer, at casa, Tal vez asf lo quiere tu corazén, sf, poco a poco, cansémonos. ‘eDe qué modo me lo haces, compafiro de placer? ‘Hagémosto ast juntos, zacaso no eres hombre? {qué es lo que te confunde? Mi coraz6n con flores circundas, son tu palabra Te digo el Ingar donde yo tejo, cl lugar donde hilo, te hago recordar, compafiero pequefio, éQuE es lo que te turba, corazén mio? Soy vieja mujer de placer, soy vuestra madre, soy anciana abandonada, 316 QUINCE PoETAS ma tonxiehualitta, no ‘Macazo can on nen huet ye moyollotzin U Axayacaton? Ica ye momatzin, Moxochinpetlapan moyeyeyan, xolotzin, ihuian xoconcoct xonyayamani, noconetzin, titlatohuani, 1’ Axayaca. AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 317 soy vieja sin jugo, es esto lo que hago, yo mujer de Chaco, He venido a dar placer ami vulva florida, mi boca pequefia, Deseo al sefior, al pequetto Axayécatl tAcaso caeré en vano tu corazén, equefio Axayécatl? He aqui tus manitas, ‘ya.con tus manos témame a mf, ‘Tengamos placer. En tuestera de flores istes, compaficro pequefio, 318 QUINCE PoETAS Noconcacon euicatl Noconcacon cuicatl, noconeaqui, in tapitza, xochimecatl Ayocanteuetti Zan mitz ya nanguili, © mitznanquil xochincaleitec, in Aquiauhtzin, in lacateuetli Ayapancetl. Can tinemi, noteub, Ipalnemohuani? Nimitztemohua. In quenmanian, {in moca nitiaocoyani, ni cuicanitl, Zan nimitzahuiltica... chalchi in huchuetitlan, Xochin poyon poyon, Xicotencatl teuctl in Tizatlan, Xochipetlatl ye onoca, AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO 319 He ofdo un canto Por allé he ofdo un canto, Io estoy escuchando, toca su flauta, sartal de flores, el Rey Ayocuan. de las flores, Aquiauhtzin, sefior de Ayapanco. Donde vives, oh mi dios, Dador de ta vida? Yoa tite busco. Algunas veces, yo poeta Por tiestoy triste, aunque procuro alegrarte, ‘Aquf donde Ilueven las blancas flores preciosas, en medio de la primavera, en la casa de las pinturas, {yo s6lo procuro alegrarte. Ob, vosotros que de alld de Tlaxcala habéis venido ‘cantar al son de brillantes timbales, cen el lugar de los atabales. Flores fragantes: el seiior Xiohténcatl de Tizatlan, (Camazochitzin, quienes se alegran con cantos y flores, aguardan Ja palabra del dios. En todas partes esti tt casa, Dador de la vida, Laestera de flores, 320 QUINCE PoETAS xochitica on tzauhtica ‘oncan mitztlatlauhtia in tepilluan, xochicuahuitl on icac, (Ms. Cantares Mexicanos, Biblioteca Nacional de México, fol, 10.) AQUIAUHTZIN DE AYAPANCO. 321 sobre ella te invocan los principes. Los variados érboles, floridos se yerguen cen el lugar de los atabales. Ties Con plumas finas entrevers hermosas flores se esparcen. Sobre Ia estera de la serpiente preciosa, anda el pjaro cascabel, anda cantando, s6lo le responde el sefior, alegra a Sguilas y tigres. Ya llovieron tas flores, icomience e! baile, oh amigos nuestros, cen el lugar de los atabales! 322 QUINCE POETAS Enis festa de Atamolualsl se eotonaban canoe y hacin offendas (Cotice Matrtens, ol. 541.) POSTSCRIPTUM A MODO DE INVITACION Como se ha visto, algo es lo que dicen las fuentes sobre Ia vida y la obra de estos quince poetas del mundo nahuatl. A pesar de limitacio- ‘nes manifiestas, quince volutas floridas han quedado ligadas con otros {antos rostros prehispénicos. Y vale la pena repetir que los poetas cestudiados tan sélo son una muestra, Cantores y sabios de nombre conocido hubo también en lugares como Azcapotzalco y Tlacopan, Cuauhtitlan, Culhuacan y Tlahuac, Ayapanco y Choluta. Y en las mismas regiones de las que provie. nen “los quince” hay otros mas que fueron autores de poemas que hasta hoy se conservan. Por via de ejemplo direm do de Tlaxcala, nos ocupamos s6lo de Xicohténcall el Viejo, es asi. estudiar el pensamiento y las obras de Xayacémach, (Camaxochitzin, Motenchuatzin y Cuitltxcatl, Pero si queda mucho por investigar acerca de quienes cultivaron Ja poesia en los dias de los aztecas, virgen esté el eampo por lo que {toca a tiempos més antiguos, En obras como los Anales de Cuauhti. idan, a Historia Tolteca-Chichimeca y las Relaciones de Chimalpain, Se conservan himnos y poemas que se atribuyen a sacerdotes, jefes y sabios de nombres conocidos que vivieron en épocas ejanas duran- te los affos de las peregrinaciones chichimecas y aun del esplendor {olteca. Las fuentes existen y, a pesar de obscuridades, el camino a {1 investigacién esté abierto. Por eso, en vez de conclusion, esta nota final es invitacién que apunta a lo mucho que queda atin por estudiar. fa nahuatl, con las otras formas de creaciGn artistica, es més humano, de lo que fue la vida y el pensamiento ico antiguo. Privilegio del investigador contemporineo es ‘como arqueélogo, los vestigios materiales de lo que fue simbolo y arte, y como historiador y fil6logo, lo que pudo conser. vase de la pelabra, sabiduria de flor y canto. Con certera expresi6n Sefial6 1a meta de nuestro estudio uno de los viejos poctas de Ané- hhuae. A modo de invitacién recogemos, aqui sus palabras: 323, 324 PosTscripTuM ‘Uno a uno voy reuniendo tus cantos, ‘cual jades los voy engarzando, con ellos hago un collar , 1 oro de sus cuentas es resistente. 1Adérmate con ellos! Son tu riqueza en la regién de las flores... Son tu riqueza aqui sobre Ia tierra... Masicos y poetas (Ciédice Florentino 1x) "* Ma, Cantares mexicano, Biblioteca Nacional, fl. 34. BIBLIOGRAFIA 1 FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA VIDA Y LA OBRA DE LOS. POBTAS PREHISPANICOS Alva Intlitxéchitl, Fernando de, Obras histéricas, 2 vols., México, 1891-1892, icién de E. O'Gorman, 2 vols., Universidad Nacional Aut6- 5. 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Hay varias reimpresiones. + Los antiguos mexice (Cultura Econémica, 82, edi ‘Aztec Thought and Culture, University of Oklahoma Press, Norman, 1963. reimpresiones. leraturas indigenas de México, México, Fondo de Cultura Econsmice, nds de sus erénicas y cantares, Fondo de 1992. Martinez, José Luis, Nezahualedyot, su vida y obra, México, Fondo de Cultura Econémica, 1992, Seler, Eduard, Gesammelte Abhandlungen zur Amerikanischen Sprach und ‘Altertuskunde, 5 vols., Ascher und Co, (y) Behrend und Co., Ber! t aus dem Geschchteswerk des P. Sahagiin, aus dem Autekischen Ubersetzt von Eduard Seler (Herausgebeben von C. Seler-Sachs in Gemeinschaft mit Prof. Dr. Walter Lehman), Stutigart, 1927. Hymns as the expression of the Mexican Internationales Archi fr Etaographle, vol. xevia, nim ui José Marfa, Nezahualedyotl,el rey poeta, Ediciones de Andrea, México, 1957. INDICE DE ILUSTRACIONES El pats de ta flor y ef canto (mapa) ‘Cantores con instrumentos (Céaice Floren Glifo de T2200 renee I con artistas de Tezcovo (Cédice Tlotzin) La corte de Tezcoto (Cédice Quinatzin) Cuscuaubizin, sefior de Tepechpan (Mapa de Tepechpan) . ‘Cuscuauhtzin y Azealxochitzin (Mapa de Tepechpan) . ‘Muerte de Cuscuauhtzin (Mapa de Tepechpan) ‘Tribatarios de Tezcoco (Cédice X6lot)... Nacimiento de Nezehualplli (Cédice en Cruz) Nezahualpli, sefior de Tezcoco (Cidice en Cruz) Cacamatzin de Tezcoco (Cédice Florentino) Matanza del Templo Mayor (Cédice de Dura) nochtilan : Axayéecatl y sus conguistas (Cédice Azcatitian) ‘Axayécatl en la guerra de Tlatelolco ( Mujeres forjadoras de cantos (Cédice Florentino). Maj ie ae Soci Weseri ia de Tlaxcala... Las casas y patio de Xayacémach... Xicohténeatl ct Viejo (Lienzo de Tlaxcala) . El eneuentro de Xicohténcatl y Corts (Lienzo de Tlatcale) Glifo de Chaleo La guetra de Chaleo (Cédice Telleriano-Remensis) La guerra de Chalco (Cédice Durdn) La fiesta de Atamaleualizti (Cédice Mairtense) ‘Miisioos y poetas (Cédice Florentino) ..rere 331 die ta ciudad y provin- 254 237 267 2m 2 284 303 322 324 INDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS (Nota: Los nimeros en megritas indican las paginas en las que el tema Se trata por extenso) ‘amoxohtoca, “soguit el camino del aconteceres cosmogénicos, en los li- bros indigenas 15, 16 José de 18 Anales de Tlatelolco 23, 24, 36, 50, 248, 219, 220, 325, Anales de Tlaxcala 31 Anders, Ferdinand 17, 326 Anderson, Arthur J.0. 326 1 13, 57 (véase Astronomia auianime, “alegradoras” pehispénicas 13-14, 15, 77-78, 301 268, 282-283 . oralidad 20 alfabeto, adaprado para escribir en nb 7, 20-25 (véase ineal alfabscica) fe (creaciones) 98, 180, 184, 302, 323 concepto néhuatl del 45, 230-231 astronomia y calendar 1 138, 180, 184, 201, 275 solar, Cuenta de los 322 Atequilizcuicatl,“centosde agua derra- ada" 40 Amaquemecan 51 ‘Amecameca (Amaquemecat 279, 280, 289, 293, 294, amistad -Axayicatl, poeta sefior de Tenocheitlan 49, 50, 52, 63, 90, 135, 197, 202, 303-205, 209, 21 268, 293-303, 305, 307, 309, 311, 177318) 317 334 «INDICE DE NomBRES Y DE TEMAS Axayscatzin 297, 299, 300 Anolohua, sefora de Coatlinchan 199, Ayapaneo 11, 39, 52, 255, 293-321, 323 Ayocuam Cuetzpalez de Tecamachalco 50, $1, 63, 83, 225, 235, 241-253, 255, 257, 263, 294, 301, 303, 313, 319, princesa desposa uhtzin y luego con Nezahualeoyotl 93, Axcapotzaleo 62, 86. Birhorst, John 48. Bonifaz Nuflo, Rut Borgonio, Guadalupe 12 Brinton, Daniel G. 29, 328, 329 Burkhardt, Louise M. 22 Cacamatzin de Tezcoco, gobernante (séase Astronomia y le 365 dias 60 ealmécac. centros de edueacion su- 48, 64, 87, 154, 180, ‘Camaxochizin, poeta de Tizatlan 265, 303, 323, Campos, Rubén M. 328, 329 antares corpus de los 27, 28, 323 108 de inveneién nativa 27, “3 ivinos, teocutcart 26 Canto de las mujeres de Chaco 296, 297, 289, 302, 305-317 Camtores 331 cantos “a la manera de ‘2 la manera de Tos huaxtecas” 40 ‘manera de los tlaxcaltecas” 40 ‘a la manera mexicana” 16 de ancianos” 39,-49, 192-197 “de cosg . mujeres de Chaleo” 296, 297, 299 52.55 “de los sefiores” 40 “de orfandad” 36, 40 “de pajaros” 40 “de peces” 40, “de tristeza” 40 saprados 34 327 Cristobal del, cronista mes- INDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS 335 “antos a la manera de 30” 40, 43 (Chatcacthuacuica,“carcode as ajeres ‘ée Chaleo™ 296, 297, 299 chaleas 40, 293, 295, 296, 297, 298, 300 Chafchiuhnenetzin, esposa de Mogui- huixtli, senor de Tlatelolco 135-137, Chalco 39, 43, 51, 71, 201, 202, 241, 277-291, 298, 294, 296, 301, 302, 305, 313 Chalco-Amaquemecan 51, 63, 293, gante desafortunado de Chaleo 63, 71, 279-291, 293, mingoF..,eronista 87, 88, 159, 277, 279-280, 294, 296, 299, 3 323, 326-327 Cholula 58, 63, 227, 241, 267, 323 cicuecuechcuicatl, “cantos de mauje- res" 40 Coanacochtzin, setor de Tezcoco 154 la Historia y del Real Palzcio) 14, 19, 26, 27, 30, 40, 48, 64, 74, 326, 327 Mendoza 221 Mexicano 47, 326 mixtecas 19 nnahuas 19 Ranttrez 326 Tellerianus-Remensis 207, 284 Tepechpan Tlowzin (Mapa) Vaticano A 17, 326 Xélotl 47, 73, 84, 87, 127, 326 Conquista 156-162, 216-219, 268- 269, 302 ias dela aparicion de “foraste- sefior de Culhuacéa 71 Coyoacén 281 Coyohua de Teopiazeo, setvidor de ‘Nezehualesyorl 90, creacién poética 302 Cronica mexicdyoul 14, 49, 302 cronistas 58 aahuas 14, 18, 43, 257 Cuscuuhern de Tepechpan, cao de Ia amis 282, 283, 323, 325 Cuawitlatobua 301, 303 Dias, Tonalpohualti 60 cuenta solar de 365 dias 57 antares 28 lahuae, setor de Tenoe 92, 156, 157, 185, 294 323 uacén 71, 62, 202, 281, 323 Cultura prehispénica 15, 22, 24, 25, 33, $4.56 Dador de la vida, Ipainemohuani $0, 58, 65, 5: 257, 284, 287, 289, 293, 303, 319. Dakin, Karen 53 Del Peso y Troncoso, Francisco 326, 327 faz del Castillo, Bernal 48, 157 ibble, Charles B. 19, 326 . 1, 227, 228-231, 244, 249-251, 256, 257, 266, 302, ‘palabras floridas” 13 “tosto y corazén" 15, $2, 95,93, 9s de Ia Lluvia, Tidloc 34 3 Dual 27, 34 idad (cantates acerca de la su- prema deidad) 91, 96-100, i 249-251, 253 Dualidad, omnipresente en ts cosmo- Visién néduatl 60, 71 Di Duefio del cerca y del junto 32, 60 (réase Tloque Nah Duran, Fray Diego 141, 163, 178, 180% 184, 228, 229, 327 Durand-Forest Jacqueline de 326 Ecatepec 299 eras edsmicas 57-58 racteristicas del poema erético 0 en que eseriben los poetas néhuat! 62-63 Estados Unidos 5 Fernéndez, Justino 328, 329 indigenas, descrites por frat- y conguistadores 13 filosofia (poemas de contenido filo- sofico) 83, 92-100, 244, 247, 249- 302, 303, 323 forjadores de antos, cuicapicque 12, 255, 295, 296, 299, 300, 301 25,26, 27, 37, 45, fuentes pare el est nahuas 28-44, 2 de los poetas . 323, 328-329 Quintana, Josefina 328 Garibay, Angel M. 11, 29, 30, 37, 38, 41,42, 43, 55, 123n., 300, 325, 326, 327,328, 329, 330, Garza, Mercedes de ia 17 ios y Galvez, Jos6 Joaquin 85 ss, Odena 327 guerra ‘concepto azteca dela 171, 177, 210 de Azcapotzalco 88 de Chaleo 281, de los matlatzineas 18 205 de Ios mexicas 255 ica” de las mujeres de Chaleo 32 guerres floridas $9, 265, 267-269 Havelock, Eric A, 20, 21 Hibueras 50 Himnos secros 28, 32, 323 Historia de fos mexicano por sus pin- 18 16, 330 ria Tolteca-Chichimeca 34, 35, 24L, 24, 243, 323, 327 iego de Alvarado, nieto de Axayacatl 299 “cantos ala manera de fos huaxtecas” 40 huaxtecos 40, ‘curso de los ancianos” 19, 20, 26, 6 Huexotzinco 39, 43, 48, 49, 50, 51, 52, 63, 64, 83, 88, 135, 5: 228, 233,239, 245,247. 253, 36, 40 n.. 326, 327-328 (vase Céice Florentino y Ma- 338 «INDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS hijo de Nezahualpilliy rival de Cacamatzin 62, 84, 87, 134, 155, 156, 160, 171-172 Tatwcethuatl, voleén 49, $1, 63 Teroglificas $3 (véase Bseritura) Tucces 89, 136, 137-138, 282-283 Juego de pelora 16 Kamath, indios norteameri Karuunen, France 27 Klor de Aiva, Jorge 22 nos 53 La Venta $6 Langley, James C. 13, Lee Benson, Nettie 42 Lehman, Walter 325 Le6n, Adrisn 327 Ledn-Portilia, Miguel 20, 26, 57, 156n., 230n., 302, 326, 327,328, 329, 330 Leyenda de los soles 15, 16, 17, 36, 327 leyes, de Nezahuslesyotl 89 Tibros ‘anoxtli, 25 existencia enla Mesoamérica prehis- panica 25 (véase también Codices) "05 13, 14,15, 16, 17, 18° 245, 256, 303 Lienzo de Tiaxcata 267, 271 teratura griega 21 Lockhart, James 27, 55 Lopez Austin, Alfredo 328, 330 Los 21 libros ritwales y monarguia in diana 328 Lugar de Ia Duatidad 60 hojas de papel pegadas™ Madariaga, Salvador de 155 maiz, su descubrimiento 16 Malinalco 205, 211 ‘Mapa de Tepechpan 122, 123, 126, 327, 328 Mapa Quinatain 327 Mapa Tiotzin 327 Martinez, José Luis 329 Matlaleihuatzin, madre de Nezehal Manixcaizin de Ocoteloleo 268 smayas 37 Ernst 241n., 325, 326, 327 Mesoamérica, existencia de libros en gua nated! 38, 300 seflorfo 155 Mexicacuicatl, cantar ala manera me- -ana 16 mexicas 14, 16, 36, 40, 45, 50, 57, 58, 62, 255, 293, 294, 295 (véase ‘Aztecas) Mexicdyotl, “cantosala manera mexi- cana” 23, 40 México-Tenochtitlan 39, 43, 49, 62. 63, 71, 83, 87, 88, 89, 122, 134, 138, 139, 154, 156, 158, 159, 169, 171, 177, 178, 182, 183, 187, 200, 202, 206, 215, 216, 217, 248, 227, 228-229, 267, 268, 269, 273, 281, 282, 299 leuicatl, “cantos de peces” 40 yoacin 49, 179, 182-183, 185, Micilan, 60, 61, 94, 223 (véase Muerte en la poesia’ néfuael) ioneros antropélogas 22 ‘isticismo guerrero de los eztecas [NDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS 339 teamericanos 53 sha de Nuestro Sustento 16 Oaxaca 56, 57 sefior de Tlateloleo, Motecuhzoma I 92, 139-140, 142, 143, 154, 155, 156, 157, 158-160, 162, 177, 185, 208, 228-229, 230, 268 ‘Motecuhzoma Iihuicamina, sefior de ‘Tenochtitlan 172, 177, 184, 191, 201, 255, 267, 279, 293, 295, 296 Motecuzoma Xecoyotzin 294 Motenehuatzin, nobley poeta de Tlax- ala 323, Mototinfa, Fray Toribio de Benavente 17, 327, 328 poesia nahustl 71, 73-74, 79 90, 94, 95, 129.131, 162, 167, 185, 189,191, 223, 233. 244, 251, 284, 287 Regién de los Mucrtas 60, 61, 94, 23 legradoras", ahuinamine 331 ‘como tema de'cantates 71, 73-74, 17-19 erOticamente guerreras 293-321 importantes actuaciones femeninas 205-207 poctisas en el México antigua 137- 38, 199-21 er, Mary Ellen 19 Mutioz Camargo, Diego 51,228, 268, 255, 256, 327, 328 misicos 324 Nahuas 18, 25, 29, 58 adbuatl, cultura antecedemtes y evolucién 15, 33, 35-56 cexpresion cuidadosa en ls lengua nenahuallecuicatl, “canto que eclara traicioncs y engaiios” 141 yotl de Tezcoco, pocta arguitecto y sabio en las coses di nas 36, 44, 46, 47, 48, 49, 62, 63, 65, 69, 71, 83-119, 121, 122-124) 133, 137, 141, 153, 156, 160, 162, 165, 171, 172, 178, 184, 191, 244, 266, 267 , sabio, poeta y sefior de Tezcoco, sucesor de Nezahual: syotl 45, 46, 48, 49, 63, 69, 83, 53, 154, 156, 162, Noguez, Francisco Xavier 327 ‘Nohnobuiatzin, pocta de Tenochtitlan 7 Nopaltziu, sefor de Tezeaco 72 Novomny, Karl A. 41 Nuestra Sefiora de la Dualidad 60 Onxaca 56, 57 @e'135 ico, Tlaxcala 266 Ocuillan 179, 205, 211 olmecas 56, 57, 279 Olmos, Fray Andrés de 14, 17, 18, 20, 327 Omecthuatl, Setiora de la Dualidad 60 Ometochtrin, Carlos, senor de Terco- 047 Ometecubtl, Sefior de la Duatidad 60 Ometeot!, Supremo Dios Dual 27, 340 60 Ong, Waiter 20 oralidad, en escuelas sacerdotales y templos21, 22, 23 y textos eseritos 20, 22 (véase Tradicién oral) organizacién social y politica 62-63, 72, 86, 88-89, 101, 155-156, 201. 202, 267-268 otomicayotl, “cantos a la manera tom!” 40) ‘tomes 37, 40, 50, 203, 203, 207, 211, 213, 268 340 INDICE DE NomBRES Y DE TEMAS Otumba 121 Pantla (véase Pénuco) Panweo 31 ‘Techotlala, Seftor de Tezcoco 72 Paso y Troncoso, Francisco del 326, 328 Petafiel, Antonio 241n Pimentel, Hernando 91 Pinturas indigenas (véase Cédices) pipilwzin, “noble” 61-62 pirimide, sentido cosmogénico 59 fuentes para estudiarla 28-4, 325- 329 mas de contenido erdtico 295, 296 recursos est poetas, 55, 58, 61, 256, 294, 295, 302, 323, 324 angedotas enire poetas 136-138 1 estudio de sus |. 323, 325-329 ‘mujeres dedicadas'a la poesta 137- 138, 199-203, posibilidad de relacionar sus vidas y Juan Bautista, cronista mes- , 28, 42, 44, 47, 48, 87, 92, Popocatepett, votcén 51, $5, 63 Preuss, Konrad 241n,, 327 Psalmodia christiana 37, 38, 39 izacullotzin, setior de e historiador 91 Quecholcohuarzin, noble de ‘Amecameca 297, 298, 299 Quecholeshuat! 298 Quetzalesat! 16, 30, 35, 36, 61, 72, 86, 156, 137 Quiabuiztlan, Tlaxcala 266 Quinatzia, selor de Tezeoco 72 Ramirez, José Fernando 159 Ramos, Samuel 328 rTeoursos esilisticos de la poesta ndhuatl 63-68 Regidn de los Muertos 16, 49, 54, 60, 61 (véase Mictlan) Relaciéin general de las cosas de Nue- va Espata 328 Relacién geogréfica de Tezcoco 42, 47, 48, 328 Relaciones de Chimalpain 323 i6n S8-61, 94-95, 243-245 culto religioso a Querzaleéatl 72 ideas de Nezahusleéyot frente al misticismo religioso guerrero de los sztecas 89, 93-100, 244 (véa- se Tloque Nehuaque y Dador de 1a vida) sacrificios 59, 61, 89, 181, 193 Rendéa, Silvia 326, 327 “Repiblica de Tlaxcala” 50 reuniones de poctas y sabios 173, 229-231, 242, 265 Reyes Garcia, Luis 327 Rig Veda Americanus 29, 328 “*Rituales de danzas de epareci¢os” (Ghosts Dance Ritwats) 53, 54 Romances de los seiores de Nueva Expatia24, 28, 42-44, 46,47, 48, 50, 325 Romero, José Rubén 326 “tostro y corazén” (concepto néhuatl e persona) $2, 55, 93, 251 *Sabedores de discursos™ 25 sabiog prehispanicos 19, 25, 26, 30, 52, 55, $8, 99, 61, 171, 185-16i 228, 265, 294, 295, 302, 323 (véa- se Tlamatini) sacerdotes nahuas 19, 26, 30, 34, 52, 58, 59, 323 sacrificios humanos 58-59 ‘Sshagin, Pray Bernardino de 14,17, 20,27, 29, 30, 37, 38, 39, 45, 204. 215, 216, 326, 327, 328, 329 (véae INDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS 341 ‘se COdices Florentino y Matritense) Schele, Linda 19 Schultze Jena, Leonhard 16, 17,325, Seler, Eduard 29, 30, 329, 330 *Seiiora de Tul isa dela corte de Nezahu 136-137, 153, 199 ‘Séptima relacion de Chimalpain 296 Serpiente de Nécar, advocacién de THiloc 64 Silva Galeana, Librado 20 eon, Remi 327 sioux 53 sistemas calendaticos $7 ‘Smith, Mary Ellen 19 Sol oncepto de edades césmicas $7, 86, 181, 193, 268, 328 lel Dador de la Vida suelo, Ia vida concebida comoun sue ‘0 171, 173, 175 "Tacuba (Tlacopan) 134, 158, 177, 185, 267, 285, 323 ‘Tamoanchan 31, 230, 233, 280 taraseas (purépechas) 49, 179, 182, 183, Teznauin, poetisa noble de Tezcaco 138-139 ‘Tecamachaleo 51, 83, 241, 265, 303 1 poeta y seior de Hue- ‘Tecpilpan 13: Jelpochcalli, casa de jovenes (véase Escuelas) noble azteca, padre de 123 ‘Temilotzin de Tlatelolco, cantor de la amistad y defensor de Tenochti- tan 49, 50, 63, 65, 169, 215-223, 233 ‘Templo mayor de Tenod 161-162, 163 tomplos, y tradicion oral 23, 59 ‘Tencoyozin, senor de Tepectpen 121 Tenochtitlan 50, $2, 63 169, 177, 215, 293, 295, 296, 300, 301, 302 (dase México-Tenochtitlan) teoculcatl, himnos sacros 9 “cante- es divinos” 26, 28 teoamoxili, “libros divinos” 27 ‘Teotinaacén 16,30, 33,57,58, 121, 127 1 159, mac, poeta de Tenot tepanecas 301 ‘Tepechpan 47, 48, 69, 85, 91, 121- BL ‘Tepepulco 28 Tepetiepac, Tlaxcala 266 Tercera Retacién de Cuimalpain 294 Tetlepanquetzalizin, pan 158 ‘Tetzmolocan 301 euceutcatl, “cantos de los sefiares” 40 Tezeatlanewtia, “espejo que ilumina 34 ‘Teamolocan 315, ‘Tezozémoc, Fernando Alvarado (véase Alvarado Tezozémoe, Fernando) TezoxSmoe, pedrede Axay&cat 109, 123, 177-178, 191 . Tezozémac, setior de Azcapotasleo 71,88 ‘Tezozomectli Avolnahudeat, hijo de Axdyacatl 299 prehispénicos en re- 242-243, 282-283 izatlan, Tlaxcala 11, 51, 225, 265, 266, 268, 303, 319 ‘Tizoc, seflor de Tenochtitlan 178, 184, 268 342. «INDICE DE NoMBRES Y DE TEMAS cconsejero de los seftores 8, 182, 183, 99, 200, 201, 202, 204, 268, sheuilogue, escribanos y pi Tiahuac 323 loque Nahuaque (Duefio del Cerca gel Tame) 32, 86, 89,96, 97,98 7 toltecas 33, 35, 72, 86, 323 Toluca 179, 180, 203, 209 tonalpohuaiti, “Cuenta de los Dias)”, ‘Torquemada, Fray Juan de 17, 47, 48, 87, 133, 134, 136, 141, 266, 267, 328, 329 cal, “camtos de pAjaros” 40 sefior de Tlacopan 67 poeta 71, 72 le Alianza 88, 89, 267, 268 ‘Tula 58 a “Senora de Tule”, poet corte de Nezahual 153, 199 (vease Toltecas) de le 137, Universo ‘concepio néhuatl del S8-61 cultural, de los compositores de can- tos 55) teflejo en las pieémides 59 Veteque, 325, 327 ones lta de I verdad 165 (véase Flor y canto) concepto néhua José Maria 329, 230 Virgen de Guadalupe 53 visién del mundo nvuath $8-61 delos aztecas 86, 181, 193, 268 (véa- ia y'Flor y can epresentacion 12, 13, 43, 323 Xayacdmach de Tizatlen, gobei nante sabio que cant6 acerca de si no 50, $1, 58, 63, 255-259, cantor de Ia guerra florida 50, INDICE DE NOMBRES Y DE TEMAS 343 63, 233, 255, 256, 265-278, 303, poeta ¢ historiador cuenta solar de 365 dias danza y el canto 201 XélotL, Seftor de los chichimecas 72 Zimmermann, Ginter 327 Zurita, Alonso de 18, 328, 329

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