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Conferencia introductoria En estas conferencias examino los conceptos de idcologia y utopia. Me ‘propongo situar estos dos fendmenos, generalmente tratados por separado, dentro de un solo marco conceptual. La hipétesis de trabajo es la de que la con- juncién de estas dos funciones opuestas o complementarias tipifica lo que podria lamarse la imaginacién social y cultural. (1) De esta manera, la mayor parte de las dificultades y ambigiedades que se encuentran en el campo de una filosofia de la imaginacién, que estoy estudiando ahora en una serie diferente de conferencias,(2) aparecerdn aqui pero dentro de un determinado marco. A mi vez creo (0 por lo menos ésa ¢s mi hipbtesis) que Ia dialéctica entre ideolo- sia y utopia puede arrojar alguna luz sobre la no resuelta cuestiGn general de la imaginacién como problema filoséfico. ‘La indagacin de la ideologia y de la utopia revela desde el comienzo dos rasgos que comparten ambos fenémenos. En primer lugar, los dos son en alto ‘grado ambiguos. Cada uno de ellos tiene un aspecto positivo y uno negativo, un apel constructivo y uno destructivo, una dimensin constitutiva y una dimen- sign patoldgica. Un segundo rasgo comiin es el de que, de los dos aspectos de cada fenémeno, el patolégico aparece antes que el constitutivo, Io cual exige que procedamos a trabajar partiendo de la superficie para investigar la profun- didad. La ideologia designa inicialmente ciertos procesos de deformacién, de disimulo, en virtud de los cuales un individuo o un grupo expresa su situacién ‘aunque sin saberlo o sin reconocerlo. Una ideologia parece expresar, por ejem- plo, la situaciGn de clase de un individuo sin que éste tenga conciencia de ello. Por lo tanto, e! proceso de disimulo no s6lo expresa sino que también refuerza esta perspectiva de clase, En cuanto al concepto de utopia, también éste tiene ‘una connotacién despectiva. Se lo considera como una especie de suefio social ue no tiene en cuenta los primeros pasos reales y necesarios para seguir un movimiento en, la direcci6n de una nueva sociedad. A menudo una visién U6pica se considera como una especie de actitud esquizofrénica frente ala so- ‘ciedad, como una manera de escapar a la l6gica de la accién mediante una cons- truccidn realizada fuera de la historia y también como una forma de proteccién ‘contra todo tipo de verificacién por parte de la accién concreta. ‘Mi hip6tesis sostiene que hay un aspecto positivo y un aspecto negativo en la ideologia y en la utopia y que la polaridad entre estos dos aspectos de cada 45 \érmino puede esclarecerse explorando una andloga polaridad entre los dos tée- Tinos. Creo due esta polaridad entre ideologta y wopfay la polaridad que hay enel eno de cada una de ellas pueden atribuirse a cieras rasgos estructuraleg Ge lo que he llamado imaginacién cultural. Estas dos polaridades abarcen lo {Re Para mi son las principales tensiones en nuestro estudio de laideologiay de utopia. ji Polaridad enire idcologia y wtopta no se ha tenido en cuenta como tema os Investigacion desde el famoso libro de Karl Mannheim Ideology and Uter ia. Ese libro, en el que he de apoyarme intensamente, se publicé on el ano ene, Creo que Mannheim es el nico autor, por lo menos hasia muy recienre, Fea nia nt de situr Ia ideologiay la utopia dentro de un mared comin y Desde la €poca de Mannheim, fa atencién prestada a estos fendmenos se Saar palrs Principalmente en la ideologiao en la utopia, pero no en ambos jure {os. For un lado, tenemos una ertica de la ideologta, principalmente ev, log socidlogos marxistas y posmarxistas. Estoy pensando particularmente ea a be (uela de Frankfun,representada por Habermas, Karl Otto Apel y ouos, Enos, wa scout esta critica Sociol6gica de la ideologta encontramos una historia y Tropa iB de ta utopia. ¥ Ia atencién prestada en este limo campo a la oa Gino tiene relacién con la atencign anterior que el primer campo pres, i6a la idcologia Sin embargo laseparacin entre estos dos campos puede cose cambiando; por lo menos se registra renovado interés en sus conexronce, on todo, ¢s comprensile la dificultad de relacionarideologia y utopia Poraue s las presenta de maneras muy diferentes. La idcologta es siempre un Ta peartopolémico. Lo ideol6gico nunca es la posicign de uno mismo: es sepre - {apostura de alain oto, de los demas, es siempre la ideologta de ellos Conde Toes a5 ls caracteriza con demasiado poco rigor, hasta se dice que la ideo, igeia es culpa de los demds. De manera que agente nunca dice que oe iceolégica ella misma; el término siempre estédirigido contra los demas Pes 3 de muchas manera que 0s ind o lectivas estén relacionados con sus} Ein dicane?, Cota realidad socal, no slo segin el modo de una participation Sin distancia alguna, sno precisamenteseginel modo de la incongrusnen ee 46 das las figuras de incongruencia deben ser parte de nuestra pertenencia ala so- cciedad. Creo que esto es cierto hasta el punto de que la imaginacién social es parte consttutiva de la realidad social. De manera que el supuesto consiste aqut Precisamente en que una imaginacién social, una imaginacién cultural opera de ‘manera constructiva y de manera destructiva como confirmacién y como re~ chazo de la situacién presente. Por lo tanto, podria ser una frucifera hipdtcs la, de que la polaridad de ideologia y wlopta tiene que ver con la diferentes figuras de Ia incongruencia tipicas de la imaginacién social. ¥ tal vez el aspecto posi tivo de la una y el aspecto positivo de la otra estén en ta misma relacion de complementariedad en que estén el aspecto negativo y patolégico de una con el aspecto negativo y patol6gico de la otra. Pero antes de decir algo ms sobre esta complementariedad que constituye el horizonte de mi indagacién quiero presentar brevemente por separado los dos fenémenos. Paniré del polo de la ideologia y luego consideraré el segundo polo, el polo puesto, el polo de la utopia, En nuestra wadicién occidental la concepcién predominante de ideologia procede de los escritos de Marx 0, mAs precisamente, de los escritos del joven Marx: la Critica de la “Filosofia del derecho" de Hegel, os Manuscritos eco- némicos y floséficos de 1844 y La ideologia alemana. En el titulo y en el con- tenido de este tltimo libro, el concepio de ideologia pasa al primer plano. ‘Mencionaré slo de paso una acepcién anterior y més positiva de la pala- bra “ideologia”, puesto que dicha acepcign ha desaparecido del escenario filo- s6fico. Este sentido del rmino derivaba de una escuela de pensamiento de la filosofia francesa del siglo XVIU, de unos hombres que se llamaban ellos mis- ‘mos idéologues, abogados de una teoria de las ideas, La suyaera una especie de filosofia seméntica que declaraba que la filosofia tiene que ver no con las cosas, ‘no con la realidad, sino con las ideas. Si esta escucla de pensamiento conserva atin algtn interés, ello se debe quizds al sentido despectivo de la palabra “ideo- ogia” dado precisamente a clla. Como opositores del imperio francés napoled. nico, los miembros de esta escuela fueron tratados de idéologues. Por eso, la connotacién negativa del término puede rastrearse a la época de Napoleén ‘cuando por primera vez fue aplicado a este grupo de filésofos. Esto tal vez nos advierte que siempre hay en nosotros algiin Napoledn que designa a los demas como idéologues. Posiblemente haya sicmpre alguna pretensién al poder en la acusacién de ideologta; pero luego ya volveremos a considerar este punto. En ‘cuanto a que haya una relacién entre este concepto francés de idéologie y la acepcién despectiva de idcologia en los hegelianos de izquierda, el grupo del ual surgié Marx, no veo ninguna transicién directa, aunque sobre el particular otros pucden estar mejor informados que yo. Pero volvamos a Mars. {Cémo se introdujo el término “ideologta” en sus primeros escritos? En las préximas conferencias volveré a ocuparme de esta uestion apoydndome en textos, pero por el momento permitaseme presentar tuna breve rese‘ta de los diferentes usos de esta palabra. Es interesante compro- bar que el sérmino se introdujo en los escritos de Marx mediante una metifora ‘tomada de la experiencia fisica 0 fisiol6gica, la experiencia de la imagen inver- tida que se-da cn una cémara oscura 0 en ta retina, De esta metafora de la ima- 47 ‘gen invertida y de la experiencia fisica que esté detrés de la metéfora obiene- ‘mos el paradigma o modelo de la deformacicn como inversiGn, Esta imagen, el Paradigma de una imagen invertida de la realidad, es muy importante para S_ {war nuestro primer concepto de ideologta, La primera funcién dela ideologia i ¢s producir una imagen invertida, — Este concepio todavia formal de Ia deologia se completa por una descrip- cin especifica de ciertas actividades intelectuales y espirituales consideradee Como imgenes invertidas de la realidad, como deformaciones por inversi6n. Como veremos, aqut Marx depende de un modelo expuesto por Feuerbach, quien habfa descrivoy discutido la religidn precisamente como um rcflejo inven Lido de ta realidad. En el cristianismo, decia Feuerbach, sujeto y predicado ¢stin invertidos, Mientras en la realidad ls seres humanos son sujelos que pro. yeetaron a lo divino sus propios atributos (sus propios predicados humanos) lo Certo es que lo divino es percibide por los seres humanos como un sujeto de! Cual nosotros somos el predicado, (Téngase en cuenta que Feuerbach expresa {odo esto en calegorias hegelianas.) El paradigma tipicamente feuerbachrans Geia inversiGn supone pues un intercambio entre sujcto y predicado, enue suje- to humano y predicado divino. Siguiendo a Feuerbach, Marx supone que las. jitign es el paradigma, el primer ejemplo, el ejemplo primitivo de ese reflejo invertido de la realidad que lo presenta todo patas artiba. Feuerbach y Mare ‘Fraccionan oponiéndose al modelo de Hegel que pone lo de arriba abajo; cles: {uerzo de ambos iende a volver a colocar las cosas en su lugar. La imagen dela HygctsiGn es notable y es la imagen generadora del concepto de ideologia de Marx. Ampliando el concepto de religién tomado de Feuerbach, que supone luna inversiGn entre sujeto y predicado, el joven Marx extiende a toda la esters de las ideas este funcionamiento paradigmatico, Quizds aqui pueda recuperarse ol concepto francés de idéologie dentro de Urmarco Poshegeliano. Cuando estén separadas del proceso dela vida, del pro- eso del trabajo comiin, las ideas tienden a manifestarse como una realidad au {Gnoma, y esto conduce al idealismo como ideologia. Existe una continuidad Seméntica entre la pretensidn de que las ideas constituyen una esfera de la reall. dad propia y autnoma y la pretensién de que las ideas ofrecen gufas o modelos 9.Paradigmas para explicar la experiencia, Por eso, no es solamente la religion ino también la filosofia como idealismo lo que se manifiesta como el modelo ca ideologia. (Como nota aclaratoria debertamos sefalar que cl cuadio det icealismo alemén presentado aqui —es decir, a idea de que la realidad procede Gol Pensamiento— representa una descripcin mas exacta de la manera popular de entender el idealismo que del lugar mismo de ese idealismo que'ee le Gene a hegeliana, La filosofia hegeliana pone de relieve cl hecho de que la ations, lidad de lo real se conoce através desu apariciGn en la historia esto es conor, Ho a toda reconstruccién platGnica dela realidad, de conformidad con modelos iGtales. La filosotia de Hege es mucho ms neoaristotlica que neoplatdnics) Fn todo caso, la intepretacién popular del idealismo prevalecia en lculturs da {2 {Poca de Marx, de manera que no so la religin sino tambien cl sdealiome, Fulsadido como una especie de religin de la gente laica, fueron elevados a funcién de idcotogia. 48 La connotacién negativa de la ideologiaes fundamental, porque la ideoto- sia, de conformidad con este modelo, se manifiesta como el medio general por obra del cual se oscurece el proceso de la vida real. Por eso inisto en que la principal oposicién en el Marx de esa época es, no una oposicién entre ciencia ideologia, como ocurre posteriormente, sino entre realidad ¢ ideologta. La al- temativa conceptual dela ideologia para el joven Marx es, no laciencia, sino la realidad. La realidad como praxis. La gente hace cosas y luego imagina que las hace en una especie de esfera nebulosa. Decimos pues que primero existe una realidad social en la que la gente lucha por ganarse su susielo, ec. y que &sia la realidad rea, como praxis, Esta realidad es representada luego en el cielo de las ideas, slo que se la representa falsamente como poseedora de una signi- ficacién aui6noma en esa esfera, como si tuviera sentido sobre la base de cosas que pueden ser pensadas y no sélo hechas o vividas. La impugnacién contra la idcologia procede pues de una especie de realismo de ia vida, un realismo dela vida préctica en el que la praxis es el concepto alternativo de la idcologia. El sistema de Marx es materalista precisamente porque insiste en que la materia- lidad de la praxis es anterior a la idealidad de las ideas. En Marx, la critica de la ideologia deriva de la idea de que la filosofia invinié la sucesién verdadera de las cosas, invirtié el orden genético real, de manera que lo que corresponde ha- cer es poner de nuevo las cosas en su orden real. La tarea es invertir una in- versién. . + Pariendo de ese primer concep de ideologia (y aqui insisto en que esta ideologia se opone, noaa la ciencia, sino a la praxis) la segunda fase del concep- to marxista aparece cuando el marxismo se hubo desarrollado en la forma de luna teoria y hasta de un sistema, Esta fase se presenta en El capital y en los ul- teriores escritos marxistas, especialmente en la obra de Engels. Aqui el marxis- 'o se presenta como un cuerpo de conocimiento cientifico. De este desarrollo $ sigue una interesante transformacién det concepto de ideologia. Ahora la ideologia obtiene su significacién de su oposicién a la ciencia, en tanto que la neces formadora nos leva a un concepto de ideo- lle depen, Ststamoraandarpores nd podem, pes dire ent concept de ideology alg de reducible Aun cuando separems de idclpfacae eguinasGndeunstmade rdenGpoicrqosala nei i egitimaci slemade orden o poder—, quedal 6 imearadera dela loi faci de conserva wnidenii Tal vermis une al ve vidupesposblsinenafunein iteggors Se euPOOmnesn na vem ufeneuento um singular similiud ene Gertz y Erk rkson, Exami- ‘amos brevemente xa cone, Ea deny: Youth and Criss de Erikson en- contro varias declaracons sobre la coogi que se aproximan mucho 2 _Dicasdeclaraciones etn completamente bres del indueneia de Geertz pues, observémosio, fueron escritas muchos afios antes que el articulo de 2 Geertz. (Geertz por su parte no hace ninguna referencia a Erikson.) Erikson [a= eee (Geologia la guardiana de laidentdad. “Pues la instituciGn social que &s Tr yuardiana de la identidad es lo que hemos llamado ideologia” (13°); Unas pé- finas después, Erikson dice "De maneramés general. un ssi ideolégicoes Bina de sPtoherene de imagenes, ideas eieales compartidos que suninis 2 {os participantes una coherente (si bien sisteméticamente, simplificada) orienta Sepigeneral en cuanto al espacio yel tiempo, en cuanto los mediosY Tos fines” £189.90), Como Erikson planta el problema dela condicign et jdentidad, di- (extue dcbemos ir mds allé del concepto propagandistico de idsolon, seguin el ea gpotogfa es “una forma sistemdtica de pseudologta coloctiva" (190) deer Bice de este andisisde la ideologia como funcin ntegradora, qui siera yo hacer resaltar ues puntos. Primero, al ransformar la maners ot Oh! sie 3 sel concepio de iealogta,subrayamos lamediacinsimbotcade laac- coat hecho de que no ay ninguraacciGn socal ue no ett yasimbsticaee” cae erminada. En consecucneia, yan pademos decir que a idcologia os 36- tees na de superestructra, Aquf desaparece por completo la dstinci¢n de ‘Siperestructura e infraestructra, porque ls sistemas simbeinos paren iP ehraestructura ala constituciGn bésica dl ser humano, El Gnico aspect del aan de superestrucura dl cual podemos decir que permanece ¢$ hecho Ge que lo simbulico es “extrinseco” en el sentido de que no perencee ta vida rganica, Sin embargo, gut! problema ese tal vezen ermine “extrinseco” Paes lo que se llama extrinseco es ain constuivo del ser humane, ‘Un segundo punto que quiero hacer resaltar esa correlacién establecidacn- tre ideologia y tetbrica. En cierto modo, Habermas nos preparé l ere Pi ee sea eaisa puesto que discuss el problema dela ideologia atendicndo 9 a es gna alia de comunicaciin. Pero ahora corelacin es més Po- Saiva porgue ia ideotogta es, no la deformacién de la comunicacion, Stet lare: eet comunicacion bisica, Exist una retorica de a comunicaciOn bisi Er porgue no podemos excuir de lengua os recursos relércos: éstos consti- fanen una parte intinseca dl lenguae corsiente.En su funcién integradora, la ideologia es andlogamente basica ¢ ineluctable. log es srpunto consste en pregunta sinos es Iicto hablar de ideologiss fuera de la situaciGn de deformacion y hacerlo slo con referencia 319 funcién Liaiea de integraciGn. 2Podemos hablar de las ideologias de culturas NO moder ve ultras que no entraron en el proceso que Mannheim caracsenra C20 el eae del acuerdo universal, siésteexisti6 alguna vez? Hay deoiogis Coo qerrethay conflicto de ideologias? Si consideramos so la funcién integradora oe tea cultura y siesta CunciOn no se ve desafiada por otra forma cap de dar rogracién, zpodemos hablar deidealogias? Mi dudaes la de si Poses te eck la idcologia a culturas que esin fuera de la sitaciGn posterior a la ilus- yectin, situacidn en que se encuentran todas las culturas mogerias envueltas ahora er nprocese no sélode scularizacio sino de fundamental conron 2°00 ara cdeales bésicos. Creo que la integracién sin confrontaciGn es preideol6gi- so ah abstane, continda siendo de suma importancia halla, ene fas Po sibilidades de una funcién deformadora una| funcidn legitimante y, por debajo de esta funcién legitimante, una funciGn integradora. . 29 Podemos asimismo observar que el proceso de derivar las tres formas de ideologia puede desarrollarse en la direccién inversa. Como lo observa Geertz muy exactamente, la ideologia se refiere siempre en ultima instancia al poder. “En virtud de la construccién de ideologias, de imAgenes esquematicas del or- den social, el hombre puede conventirse en animal politico”. “La funcién de la ideologia”, continia diciendo Geertz, “consiste en hacer posible una entidad po- Iitica auténoma al prover conceptos llenos de autoridad que le den sentidoal su- ‘inistrar imagenes persuasivas por medio de las cuales pueda captdrsela sensa- tamente” (218), Lanocién de Ia autoridad es un concepto medular porque cua do el problema de la integracién nos lleva al problema de un sistema de autori- dad, el tercer concepto de ideologia nos remite de nuevo al segundo. No se de- bea un azar el hecho de que el lugar especifico de la ideologia exista en la po- litica, pues la politica es el terreno en que las imagenes basicas de un grupo su- ‘ministranen definitivareglas para ejercerel poder. Lascuestiones de integracién cconducen a las cuestiones de legitimacién y éstas a su vez conducen a las cues- tiones de deformaci ‘manera que nos vemos obligados a marchar hacia aurés y hacia arriba jerarquia de conceptos. ‘Se podria plantear la/cuestiGn de preguntar por qué tomo la declaracién de Geertz (de que la ideologia suministra los “conceptos de autoridad” que hacen posible una entidad politica auténoma) como una declaraciGn de que la ideolo- ‘gia en ultima instancia se refiere al poder politico. ,No podrian ser su ‘dos los “conceptos de autoridad” por la religiGn, por ejemplo? En respuesta di- ria yo que consecuente con Jos temas tratados en estas conferencias, entiendo el cconcepto de autoridad como el paso por el cual se va desde la funci6n integra- dora ala funciéa de legitimacgn de a jerarqua, Aqu Geertz viene en mi ayu- siguiente observacién en una nota de pie de pai = to que acabamos de citar: ede péginapeesienclisx “Can tm nia ti con es “scan irene ofc hey Toshinranh ae cme ln dna steppin peas tute atin SoRTgaiya dina asa nance cremate He intentado mostrar que la ideologga tiene una funcién més amplia que la politica por cuanto es integradora. Pero cuando la integracién llega al problema de la funcién de los modelos de autoridad, la politica se convierte en lo central y lacuestiGn de la identidad se convierte en el marco. Lo que en definitiva est enjuegoencl Proceso de negracign —como lo sprendimos por Weber—esa ‘manera en que podemos pasar desde la idea general in soci tinge pater) pe ‘general de una relacién social a la problema de ia religién continda siendo un problema importante. Pode- mos compararelandlisis de a ideologia que hace Geertz con suandlisisdelareli- dn contenido en “La religiGn como sistema cultural”, un ariculo que esti bién incluido en La interpretacién de las culturas. No se trata de que la ide- logia reemplaza a la religin en la vida modema; Geertz no relega la religién sencillamente a las sociedades pasadas. Veo tres puntos fundamentales en los cuales Geertz establece el continuado papel de la religion. Primero, la religion sel intento de articular un ethos y una cosmovisién, Geertz nunca dijo seme- jante cosa de la ideologéa. Desarrolla un largo andlisis sobre el problema de los, sufrimientos y la muerte y dice que la funcién de un sistema religioso es, no evi- tar los sufrimientos, sino ensefiamos la manera de soportarlos. Es dificil afirmar ‘que ésta sea una funcién s6lo de sociedades pasadas, porque desde el momento ‘en que aprendemos a soportar los sufrimientos desaparece la diferencia entre lo tico y lo c6smico; se nos ensefia una manera de considerar la vida y también una ‘manera de conducimos en ella. La religiGn estd mas all de la oposicin entre lo tradicional y lo moderno porque su funcién le permite suscitar una disposici6n de dnimo. La religion procura una fundamental estabilidad en el nivel de nues- {ros sentimientos més profundos. La religiGn es una teor‘a de los sentimientos y como tal se refiere tanto alo ético como a lo césmico. El tercer punto sobre la re- ligién es el hecho de que ella pone en escena esos sentimientos por obra deritos, yen la sociedad moderna tenemos algunos residuos y quizds hasta algunas tra- diciones permanentes de esta acci6n religiosa. La ideologfa surge no por el de- rrumbe de la dimensién ritual sino por la franca situaci6n conflictiva de la mo- demidad. Los sistemas —aun los sistemas religiosos— se enfrentan con otros sistemas que formulan andlogas pretensiones de autenticidad y legitimidad. Nos hallamos atrapados en una situaciGn de ideologias, en plural. ‘Podemos decir que Geertz no se propone tanto eliminar las teorias corrien- tes sobre ideologia —la ideologia como expresién de intereses 0 tensiones— ‘como fundarlas en un plano mds profundo, Pero, en ultima instancia, Geertz se inclina mds por una teoria de la tensién en cuanto ala ideologia. El concepto de integracién precisamente tiene que ver con la amenaza de la falta de identidad, tema que Erikson discute desde el punto de vista psicol6gico y considera como crisis y confusién. Lo que més teme un grupo es no ser ya capaz de identificar- sea causa de las crisis y confusiones que provocan la tensién; la tarea consiste ‘en superar esa tensiGn, Una vez més la comparacion con la religién es pertinen- te porque los sufrimientos y la muerte desempefian el mismo papel en la vida per- sonal que el papel que desempertan lacrisis y laconfusiénen laesferasocial. Los dos andlisis tienden a superponerse. ‘Yoagregaria otroelemento positivode laideologia entendida como integra cién: el hecho de que la ideologia sustenta la integracién de un grupo no slo en clespacio sino también en el tiempo. La ideologia funciona no s6lo en ladimen- si6n sincr6nica sino también en la dimensién diacrénica. En este ultimo caso, et recuerdo de los padres y los hechos fundadores de un grupo es extremadamen- te importante; volver a imponer los hechos que fundaron un grupo es un funda- ‘mental acto ideol6gico. Se trata de la repeticién de los origenes. Con esta repe- tici6n comienzan todos los procesos ideolégicos en! sentido patoldgico porque tuna segunda celebracién tiene ya el cardcter de una reificacién. La celebracién ‘se converte en un recurso que el sistema de poder emplea para conservar Su pO- der; es pues un acto defensivo por parte de los gobernantes. Pero zpodemos ima- ‘ginar una comunidad sin la celebracién de su propio nacimiento en términos mis ‘o menos miticos? Francia celebra la toma de la Bastilla y los Estados Unidos ce- lebran e14 de Julio. En Moscti todo un sistema politico se basa en una tumba, la tumba de Lenin; quizds éste sea el inico caso en la historia, después de los egip- ios, en que una tumba es la fuente de un sistema politico. Este recuerdo perma- nente de los padres fundadores y de los hechos fundadores de un grupo es. pues, tuna estructura ideolégica que puede funcionar positivamente como una esinuc. tura integradora, Es posible que el punto de vista de Geertz como antrop6logo sea larazén de- cisiva de que ponga tanto énfasis en la integracién y, por lo tanto, en la teoria del ¢sfuerzo o tensin, Como antrop6logo, Geertz tiene una perspectiva diferente de lade alguien como Habermas, que es un sociélogo de la sociedad industrial mo- dema. En el género de sociedades que trata Geertz —los campos principales de su trabajo en el terreno son Indonesia y Marruecos—, la problematica no es la de la sociedad industrial o posindustrial sino que es la problemitica de socieda «des que estén en desarrollo, en todos los sentidos de este vocablo. En esas socie~ dades, la critica de la ideologia es prematura; estén més concentradas en la na- turaleza constitutiva de la ideologfa. Cuando los intelectuales u otros disidentes de esas sociedades utili instrumentos de la critica de la ideologta, ya en 1 sentido de Habermas, ya Qamds tipicamente) en el sentido de Althusser, se- ‘guramente se los encarceia ose los mata. Los disidentes se hacen elementos mar- ‘ginales cuando aplican los instrumentos criticos de una sociedad avanzada a una ‘nueva sociedad naciente, De manera que aqui la cuestién metodoldgica es con- siderar hasta qué punto la posicién de Geertz como antropélogo lo comprome ‘ea realizar un andlisis que no puede ser el de un Habermas. Pero seria demasiado sencillo afirmar que los paises en desarrollo sélo tie- ‘nen que considerar el caracter constitutivo de la ideologia, porque su ardua ta rea consiste en hallar su propia identidad en un mundo ya marcado por la crisis de las sociedades industriales. Las sociedades industriales no s6lo acumularon Yacapararon la mayor parte de los medios cinstrumentos de desarrollo sino que {su propio seno engendraron una crisis que ahora es un fendmeno piiblico y ‘mundial. Hay sociedades que estén entrando en el proceso de industrializacién yal mismo tiempo hay naciones que, en lacumbre de su desarrollo, se esti plan- teando cuestiones sobre ese proceso. Ciertos paises tienen que incorporar la tcc nologfa en el mismo momento en que comenzé la critica de la tecnologia some lida a juicio. Para los intelecwales de aquellos paises la tarea es especialmente Gifici! porque viven en dos eras al mismo tiempo. Viven a comienzos del perf. Odo industrial, digamos en siglo XVIM, pero también forman parte del siglo XX Porque se han formado en una cultura que ya entré en lacrisis de la relacidn en tre sus metas y la critica de la técnica. Por éso el concepto de ideologia se ha he. cho ahora universal; la crisis de las sociedades industriales es una crisis univer. sonas de los paises que estén en desarrollo se educan al mismo tiempo con k elementos intelectuales de supropiacultura y I lacrisisdelospate siementsintled Propiacultura y los elementos de lacrisisde los pai- Si ahora la ideologia es un fenémeno universal, el marxismo sostiene que el concepto de ideologia nacié con el desarrollo de las clases sociales. Los marxis- tas argumentan que la ideologia no existia antes del surgimiento de las estruct ras de clase. Althusser llega hasta el punto de afirmar que antes de la burguest no habia ideologia. Habia credos y creencias, pero s6lo la estructura de clases creé la situacién en la que una parte importante de la poblacién no compartia los valores de latotalidad. Segin vimos, a perspectiva marxista pone de relieve los aspectos deformadores de la ideologia antes que su funcién integradora, En res- uesta a esta postura, dirfa yo que el concepto primitivo de ideologfa entendida ‘como integracién no puede emplearse en la prictica politica salvo con el fin de. reservar, aun en la situacién de lucha, la problematica del reconocimiento. Si ‘entiendo que la funcién deformadora no puede aparecer sino hubiera una struc- tura simbélica de la acci6n, por lo menos sé que puede haber conflictos de cla- se porque esté en marcha un proceso de integracién. Los conflictos de clase no son pues nunca exactamente situaciones de guerra total. La realizacién del ca- récter integrador de la ideologia ayuda a conservar el nivel apropiado de la lu- ccha de clases que es, no destruir al adversario, sino llegar a su reconocimiento y aceplaciGn, Para expresarlo en términos hegelianos, la pugna se libra para alcan- zar el reconocimiento y no el poder. La subyacente funcién integradora de la ideologia nos impide llevar el elemento polémico a su punto destructor, el pun- to de una guerra civil. Lo que nos impide propiciar una guerra civil es ¢1 hecho dde que debemos conservar la vida de nuestro adversario; persiste pues un senti- do de que pertenecemos a un mismo género. Ni siquiera el enemigo de clase es uun enemigo radical. En cierto sentido, es ain un projimo, un vecino. El concep- to de ideologia entendida en su funcién integradora pone un limite a la guerra social impide que se convierta en una guerra civil. Algunos de los partidos co- ‘munistas europeos —especialmente de Italia y ahora de Francia y Espafta—for- ‘mularon la idea de que el problema esté en desarrollar una sociedad mejor inte- grada de lo que esté en la estructura de clases. La cuestién es pues realmente la integracién y no la supresién 0 destruccién del enemigo. ‘Los motivos de esta transformacién pueden ya existiren la sociedad de cla- ses. Hasta en la sociedad de clases estén en marcha procesos integradores: el sen- tido de una lengua comdin, de una cultura comtin, de una nacién comiin. La gen- te comparte por lo menos los instrumentos lingiisticos y todos los medios deco- municacién vinculados con el lenguaje; de manera que debemos situar el papel

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