Está en la página 1de 24
Poel a lershincn mart We Okigetawert Wich Cab & ca, ‘Coa 209 int de ecb aa Vinsy Exo A ‘ran Gre Waal, Fs © Dad tre Gi all. os Dard Maneater Primes bi: 2010 © Deland, Dai Nin 2010 ‘EDITORIAL ANAGRAMA,S.A.201 Felten MSS 2010 034 Bae Ban sa6sap.a909 Bap ga ab 00 Pita Spi Libris SU, ar BV 249, kn 74 Palo Ton (8791 Senay doy anaes NEGRO SOBRE BLANCO, Un extra ente alemanes Principescos son los jardines junto a los que hemos de pa- sar. El capicin de la barea, un tipo cachas, nos recibe en tse facto sain: sLes doy la més cordial bienvenida a bordo de mi barca. Durante el paseo rodeatemos la parte principal del parque de Werliz, en concreto, los jrdines del palacio.» Soy un pasajero que se ha presentado a tiempo y he sido ‘uno de los primeros en ocupar su asiento en a barca de remos, pequefa y plana y com bancos por daquier. Me siento en la parce casera, a mi lado todo est libre aunque en el ore hay cada ver mus gente. Uno de los pasjeros, an hombre de mi ‘dad que a primera vista no parece antptico tipo profesor de instruc, de Fisica y matemitias-, se arrima con cuidado desl- zindose por el banco, me mira y me pide algo como s yo fuera cl camarero: «Dos cerveras.» Como na reacciono, repite: Dos cervess, po fivorss 2Cémo se le ha ocurida? No llevo delantl ni botellas de cerver en la mano, nil vaos, ni un pao pars la villa ni se ‘quiera estoy de pe, sino sentado, com dy alli no hay servicio de bar ni restaurants, 2No es del servicio? Nix serice?-isiste. No -contesto-. Nix sevice. -¥ de momento me deja en pa Sin embargo, el hecho de que yo, con una sons, le haya frustrado los planes, no me hace ms simpatico asus ojos. Ea todo exo, el chor, delgado y canoso, mantene la distancia, aun- ‘que vamos cada ver mis apretujados. El pain de la barca pide a los passer que hagan l favor de avanza, pero hombre obje- 1a: Si queremos, a esl cust Al fin y l cabo, quito dif tarde ee paseo, dice con asperra. Pero el capitin no tolera ex: ‘ests y vuelve a pedi. Y finalmente el preavido no tiene mis remedio que sents a mi lado -emuévete un poquito jo ls rmiadas entre compasvas y diverts dels demi DDebe de ser por mi aspecto. Sy negro, Llevo una peluca ‘zea y negra, peto,y estos algo que ys me habia desconcet- tad durante mis investigaciones para el papel del turco Ali casi nadie mira de cera y le quita a uno el disfaz, ni sguiera ‘cuando uno slo chapurtesslemin como Ali ose hace pasar por negro. ‘Durante un ao entero emprendo ai disfazado de negro, un viaje por toda Alemania, tanto por el este como pore oct (Quiero set uno mas en la fess callers, busco piso, hago una excusin en bare, intento -con mi sfmilia negra al- 9 tase, Jo agita en el ate y me ace saber con un tonillo amenaza- dor: Si, es una precaucién. También por sllueve. Una medida de procucisn. ‘Al cabo de dot buenas horas de marcha por el itineatio prefer del grupo, legamos al aparcamienta del que ha sido la excursin. Vuelvo a pregunta por eleaé. En todas las cade- nas de television de Alemania comer y beber son un tema de moda, y alo largo de tad el camino he esperado ganar puntos con mis moras y mis manzanas.. Pero a esas alturas Ia roma ‘com las morta» hace tiempo que se me ha acabado, Ya no soy ‘onsciente de color de mi pel, negro; lo que experimento, des- pués de comprobar que as personas junto alas que he cain dose han mantenido todo cl iempo a distancia, es una dolor sa sensacin de inseguridad De repente ls excursionists huyen 2 refugiarse en sus co- ches, Ahora volvemos a cals, me miente las sehoras del pi mer coche, y cuando se marchanalcanao a vrles una expesiia de alvio en el rosto, ‘La segunda acompafante se alga y dice en vor bsja a mi colega, que habla apeado 2 su compasisn dicindale que me habria gustado ira tomar café con el grupo: «Ah, no, no quere- "También se hace vaer ls inca mujer que durante la cami- rata parecia un poco ms aierta ya la que sin duda mi ingenoa cordaldad le toc wna fbr, Su comentario ~que yo ssa busco compafla~ se extingue sin que nadie lo oiga. Tampoco nadie ‘quiere aceprame en el lub excursionista por el que apenas me da tempo a preguntas. Ni siguiera me dicen exo cesta la inscripeién. Que me diija eal ayuntamientos. Tampoco nadie seve capar de varme ala ciudad. Una de ls seforas die muy resuela a ln conductora de una furgoneear Ciera la puerta y La escena tiene algo de absurd, desde luego, En la plicla se advert con total claridad y mueve a rsa. Sin embargo, yo 20 hae sentido en mis propias catnes toda la humilacn que ee grupo de la tercera edad ex cxpse de prodigar aun desconocido so pore color de a pel. Neg Busco plana en un camping, pre stongo la negra» Mi siguiente prueba de penenenca den gt en wn eam ging cr de Minden, ene Bouue de Teaoburg. Apa el Merced yl caravans en a entrada, y ota ye no exy sls somos toda una fami: paps, mam, dos nfl, una ya es Adal, a ua peut y my ont, odes vamos muy bien esd. Un amigo dea Soi grmano-congaleta me pro ron el contacto, es pregunt sl exban apo 3p dpa en un proyecto de ode Las es son aad verdad recon que yo eb l soy, aia peta de mi mujer tn ap a inte como segundo pops ¥en un sana fnablamos untenable dain mu Dele dea rep del camping hla dos hudspades fips edi poner qu pn llc odor os Bis de tmana ex sempre ambi he vacacons, encode Ques a Inia no san isa menos ea eo ene camping ‘ldo des aproximadanent does plas donde par Girls exams con fr rr denon een pets Singers ambien empl amon na yas os Gh ten en hres come ese conce Sede hace ios js juga jntos, A todo eo hay qu amar ls cewes de tempor eps proceed es ops eins "Yall me plane yoy progunto por ona lara perma Als eampies, uct sadn na mesa vomando cee ‘asc sels cacle mandible y propia inten {desta demi Pern noes asics Mira a5 ade do, por st acu, pues sabe qu ca plea que me dt teed qe jsf ae lors a Si a acepta.-me dice, watanda de disuadirme de la idea de alquilar una plaza-, Se lo digo tnicamente porque es pe seta ‘Admico que no le entiendoy pregunto cui eel problema Si, el problema. el problema es de dénde « un, dic yo. No he dich ada sobre de dnde somos, si de Wanne-Eic- kel, Hoyerswerda, Timbuett u oxo lug. ¥ él no ha quetido mira el pasaporte. Por lo tanto, le progunto qué quite deci, Finalmente el propietaro del camping se decide a habla Bueno, zeimo le dria? Es et color dela pil, si uno es blanco o negro. Bso es un problema. Los evtaan siempre que peda. Trans y le pido que al menos nos permita pasar all una noche. Acepta de mala gana y nos sefala una plaza apartada de Jas demas. Yah oscurecido. Luego el hombre le cuenta sus pe- ‘as aun miembro de nuestro equipo, que Hega a todo corte, ‘también inceresado en alqular una plaza: «Todos son slema- res, luxemburgueses, holiness, hingaros, pero ya le diggin ‘Blancos [Mi colega pregunta siya rene experiencia con negros, El vigilante contesta: «Hasta ahora no, pero todos los que concaco vive de nuestro dinero. A nosotras nos da igual de dénde sco yo el dinero, Da igual que esos de ahi paguen [scala con la ca- bra hacia nosotros, que estamos en segundo plano dndonos consejos) ls oxos clientes se edn correndo. Lo han dejado bien claro: "Si dejas entrar aqui a esos gitanos, nos lrgamos"» ‘Una confusin singular, pero en algin lugar desu subconscien- te dche de haber una conexn ene negrosy agian —Tampoco sé qué clase de gente es ~dice vigilante a nuestro colegi-. fl habla alemén, ls ors no: son cosas que sempre. Un momento, Lo que ese hombre dice es un disparate to- tal amir mujer y smiss has no han dicho todavia una palabra. Estin asustadas, dolidas y estes, 2 ‘Ala maftana siguiente milvo a probar suerte: quiero ase rarme un sito fio. Pero el encargado nos dala espalda para {que todos lo vean y prefer seguir hablando con los colegas del ‘quip de flac, sentados a a mesa de al lado, Nos damos por vencidos y recogemos nuestosbittulos. Después conversimos. «Mi mujer, que vive en Alemania hace ocho afloe y ext unida sentimentalmente a un conocido fatbolist, dice, laces Para nosoros 6: normal, Sabemos que 2 muchos blancos no es gustan los negros. “Te ponen motes tonts -aiade «mio hija, que dene quin- ce afos, est entre los mejores lumnos de su colegio y habla tun alemdn perfecto. Loe chicos a veces me llaman negra» “chocolate, Piensan que no los ntiendo, También dicen: «Se ‘std quemanda algo en alguna pate» Todo eso me pone muy triste y me entran ganas de volver a mi pas, donde todos me centienden. Donde a todos les gusto tal cual soy. ‘Durante esta conversicién, que mantenemos en Ia catava- na me quitan el maqullaje. La mayor de las dos ais se queda alg pespleja cuando ve que soy blanco, «Mis hija poqucha eté casi indignada y se aparta de mi, Siente que a he engafado. Es luna sueree que tengimos tempo pas seguir un rato unas. Le cexplico mi intencin y la finaldad de la escena que acabamos yados en la barra, pegados uno al otro, y me cuenta que no es de ally que se siente un poco slo entre las bivaros. De ver en ‘cuando nos drigimos una sonrsa coral yal fnal me despido con estas palabras «Amigo! Que le vaya bien!» Me da muchos saludos para mi familia que esti en Somalia 40 Al lr de alli me apetoce entrar en la discreca P2 “No tienes cam ~dice el porero=, Lo siento, ~Puclo sacl aqui? ~Wuelve oto ds _Diinde se sical carne? “Te he dicho que wuelvs oro dia, Por que? “Da igual por qué Cuno cuesta un cane? Dénde puedo sacle? Que wuelvas oto dia {Cusndo? “La semana que viene Que dia dela semana que viene? Da igual la semana que viene Dos mujeres jvenes se aprtujan en ls entrada, donde ex 1 portero, que no se corresponde tanto con a cliché del gorila descomunal = Ya tenis learn de socias? No, todavia na lo hemar scado, Bueno, pues pasa directamente y pagad dos euros El portero la deja pasar con total naturlidad y hace exac- ‘amente lo mismo con un grupo de jdvenes de sexo masclino tampoce ellos tienen el cand que siguen las dos mujeres ‘Me paseo por el barrio de diversions de la ciudad de Ro- senlicim, donde se merclan lugares turbios com otros clegantes| x de moda, y me deengoen lx puerta del har Mojito, Me armo de todo el valor del que soy capare intento passe junto a dos hombres que me rodean y de un slo se ponen delante de mi pars negarme la entrada. Mucven los brazos camo locos y no son hip-hoppens sno auténicos quebrantaluesos de humor ett Tico y com ganas de pelea. “Por qué tan agresivos? ls digo Bueno, af estan las montahas, de all se baja me dice uno con un amplio movimiento del brazo que csi le hace per- a de eqivion y mis all, por el Mediersinco, sega en- Sequida Alice es liga -senencia, ye me plana de lane, aenzzador. ‘Um palabra cquivocads un movimiento en filo, y se me tran encima, Frncamente, etn al acho, lo not. Sea wn teluj de amor perdido crzareas con ellos en una dscuson En ey situaciones lo le igora as apesions, hacer el tonto yacerearse muy cordakmente «No entiendos, digo ye sono Hl ecerocpo de mb vulval tage Porque Afi s ra los monosy Eucops pra los Blancos. camo igo fine {Gy que naa de cao me enra en la cabers, repite, acenuando Sasa: Aiea pa los mono! Europa pra los anc No sé ofimo lo han vist los patcpantesen as muchas fess populares ue he vsado durante mi girs como onegrox Nadi me ha rigid la palabra. Ni sigur se digna mirarme al vendedor dun chiinguito de cere en una fea de Mag eburo,ymicho menos deme alg, ciando pido una 5 cura Eo ose que no sepa qué hacer eon la ion Ea vo oso, me wo obligado espera sentado asta que, cuando nin fin oo lint pide nada, el hombre se digna serie una fesvez ain a No obantes puedo sentarme en una de as mess de m= dena del hringst Delo akavoces sale una misicaensorde- color, canciones de moda Un animador os ba subi os tancosy os Balnceemos dindonos el brio. Las sets que css i mesa van aparcndose de mi con no pa thataa se seta en ots messy me dejan sol, Las canciones fablan del cra y del dolor, de nostalgia yaad desde Irjosvcven a elarme co el ded y yo sg slit y desam- parado en mi nebo. Aca en Mapdeburo. Europa par los Haneos. 2 Me reconecen En la fiesta calejera de Magdeburgo también ha mondo tun puesto un yendedor de auromeviles. Me aceco para solic- tar una vuela de prueba. Se queda perpljo un instante y dex pués dice: Sefior Wallraff, yoa usted lo conozco» EL miedo me impide moverme. Si se descubr! ji mafiana sale en los priios! Ya puedo olvidar de seguir haciendo e- tos vies ven negro. Slo sé hacer un gesto espntinco: me le- vo el indice 2 los labios, un inequivaco ruego para que no me delate,y me largo a toda pris Pero el tipo de los coches me sigue, yo corto, el eore,desa- patezco entre el geno yya wuelvo respira cuando de repent To Yeo otra ver delante de mi: saca un teléfono mévil eon cima ra, Slo me da ipo a eaparme la cara con ls manos. aso la noche muy inguieto remo que el papel se me haya terminado antes de empezar de verdad. Al dia siguiente voy a veral hombre a su lugar de trabajo y le euento mi plan de via- jar por Alemania disraada de negso, Por suerte conoce mi bajo y le parece bien mi proyecto de desenmascaat prejuicios racists abieros o disimalades, Sdlo teme que me aproveche el st6pico del este xendfobos. Le seguro que quiero darme tuna vel eanto por el este com por el ocste de Alematis, Y¥ me promete ao decir nada, ‘Cumplis su promesa,o casi. Hacia el inal de mi ecoerido como negro concedo una entrevista 2 un perio de Magde burg. El redactor me preguntas alguna ver me habtan reco nocido durante mi viaje de invesigacin por Alemania. Si contesto-. Una very aqui en su ciudad. -Lo st dice el perioista,y siento calor y elo a la ver Visjaba usted distrzado de negro. El hijo del hombre que lo reconocié trabajaba en prlcteas conmigo, Pero puede estar teanguilo, no voy a delatrla, Apoyo su proyecto. Es de esperar ‘que conuibuya a erradica la xenofobia de nuestro pais a Me alegré: mucho que personas come el periods y el ven- dldor de coches me acompataran en silencio durante evs. Yes doy le gracias. También doy las gracias aun colega de Weinchelmes, la pa nifiadora que fabri los panecillos de mala calidad para Lidl (véase la pina 169). Durante todo el siempo que curé all no ej escapar una soa palabra. Tal eas que nia mt me dio que sme habia reconocido. Slo me abordé cuando deé de trabajar en la punificadora. «No queria provocarte inseguridad, ej stenfas que hace lo tayo sin preocuparte de que alguien se varax Me hizo realmente fli recibir tanto apoyo. Como awn pero PPorun césped verde y lo larga de un estecho sendero que dlscurte entre arbusos se legaalterrapléns yaa lo js go a= dtidos de pertos, mis adelante lego aun jardin vallado, Abro Ja puerta, que est entornada, y entro en el patio delante de lx casera rectangular de tablones marrones done tenes sede la asoclacién para adistrmienta de perros. Me dirij a los hom- bres ya madurs, pero todavia robusos, que por lo visto pass allel tiempo libre y les pregunto si puedo inscribi a mi perro pra que lo adistren como guardién. Le set fan. enemas limite de insripciones -reacio- ‘na uno de ellos. Sontisas sutles en el rostro de os dem Hlago caso omiso de esa replica tan tjante yapelo al amor alos animales yal competencia de esos amigos de los perros Ahora esti en la edad prima, dos ais. Es un pastor. ¥ te ne peg es noble, iene un so en el apellido. Me han ataca do dos veers, radicales de derecha. Y por eso quiero que me prota Los pastoresalemanes no tienen la mejor imagen, pues ha- ‘en pensar en hombres dominantesy vides de pode, en ever “4 pos de gurdia brutaleso en la pliciaencargaa de prosege as, fronteras: pero de nada de eso tienen la culpa los peros, lar. ‘Bor qué, entonces, na deberia yo ener un petzo pastor Como ‘ice expresamente un orgllosoletrero en la entrada la ascia- cin forma tambien perzospolicia y guardianes, exactamente lo necesario para adiestrat a omiv pastor para que me protea de Ts ataques de los radicals de derecha, ‘Orra ver reacciona el mismo hombre el presidente resulta ser después y con una rapider desconcertante: «Agu cobra- ros una cuota anual de tescientos euros y una matricula de ddoscientor cincuenta.» Una vee més, una sonsa apenas per ‘cepuble en los rstrs de los demas, y otro hombre lo apoy ‘cn sentimiento fingido y fina ironfa en Is vor: «Pero ahora todo va a aumentar» ‘Con todo, hay en Alemania crea decenca, también entre los acistas. Los hombres no sedan golpes en los musls en mi presencia nse paren de risa cuando me roma el pelo. Es pro- buble que mis tarde slo hicieran. ‘A una mujer joven, miembro de nuestro equipo, que entra después de que yo me vaya, leva a una petra de dos fos de la ‘misma camada que mi macho-, la reciben con los brazosabit- tos, Pra ser miembro de la asociacid ~pero con mucho gusto 1 mejor partir de ahora mismo le cobran una cuota anual de fesenta cinco euros y sesenta euros de mauriula, que slo se aga una ve ‘Denigrar, ignorar, mofirse, amenazar... entre los métodos de la humillaién Ia degradacin que emplean los racisas se ‘cuenta rambign la romadura de pelo con premedizacin y ale vss. Por lo vst, los graciosos se sinten especialmente est pendos com esta clase de racismo chuseo. Poco despucs, cuando ya han despedido a mi colega con toda amabildad, velo a entear en ecena. Esa vez con el peo “Vengo com el pero para que me loadietren digo alvo, con el abusto macho atado a a eoetea. 45 No, nol Se ha equivocado de luga! ~refunfuna el pes dence de la socacion La hostildad es palpable, mbién mi orpllso pero pas- «or ladeainsegur, Vuelvo a proponerles que pasaté a recog al perro undo termine el adiesuamiento, pero nada, no me dan inguna posbilidad, Por favor, viyase de una vex El hombre se me planta delante con gesto amenazador. =zBor qu? me atrevo 2 pregunta. ‘Dargue eres negro», ev no To quiete deci “Pong st; Meche! Suerte que rengo un petro que me prorege, pienso, y, sea lindoseo, digo, en un tltimo intenco desesperado, que él al _menos es sbueno», Pero en ese momento no le seve de nada su pedige de pastor aleman, ya mf tampoco. Los hombres estin al acecho; el ire huele a paliea. Domi- nindose como puede, el presidente de la asociacién dice entre dienes: «Le digo que se vaya! -Entendido? De lo contato.. Y¥ con un nada amable gesto dela mano nos echa ami yal pe- 9 juntos De mele en la hermosa Colonia ‘Cuando, vniendo desde lex, atravieso uno de los puen- tes del Rin en coche o en tren, me invaden sentimentos entra fabless gran ciudad junto al gran rio es mi ciudad, la Colonia tolerant, sbiera al mundo, multiculral con sus habitantes venidos de todos los lugates del mundo. Una ciudad con dos mil afios de hisora de inmigracién y de convivencia. “También agut hay ests, por supuesto, pero la paciencia ‘on la que, por cemplo, se soportan muramente en Ehren feld, mi bari, personas de ls ms dstincas clturasy los ends dlisintos aspect, primera cjerce sobre mi un efecto eranquili= 6% ado. El nimero creciente de parce formadas por personas de los incones mis distinzs del mundo, que se han conocido aqui, me permite esperar quc en algin momenta el rscismo slo Sea, para las préximas generaciones, un capitulo diel de centender dels libeos de historia La noche de mi regreso a Colonia me entan ganas de to marme una carveza antes de quitarme el maguilsje. Por peu denca, «unas dos elles de mi casa; de lo contatio podria te- conocerme. Encuentro un bar de hinchas del 1, FC Kal, un local lamado Kalsche-Klingel, y el nombue me secuerda 3 Blick Foéss, una banda de Colonia gue ust dsleto local y cays cancin «Drink dach ene mite [Témate un conmigo] in ‘ita a la confiaeenidad cervcera con los solitatios y excuidos, ‘La mica y Las risus Hegan hasta la calle. Eneo ela cerve ceria. Es evidente que hoy no ha perdido el equipo de primers, ys, en la ciudad de la catedral, es suficiente para que los fo: ros sagan a bila dealer. En la bara y en las messs para consumir de pie codavia hay gente celebeindolo, Saboreo mi primera hah, brindo con el hombre que tengo a mi lado, cosa ‘muy habitual aqui, y a modo de respuesta recibo un «Salis Soy cualquier cosa menos audaz, pero de pronto veo, en una de ls mesas, a una mujer con La que me gustaria entablar conersacin, Me acerco a ella ya los res hombres que esin de piea su ado. No sé sen ese momento ellos se es pasa por la cabeza el cliché del negro sexualmente porente; en todo cas, uno me parca enseguid, En ere momento entra un vendedor de ross la acs ime viene de pets. Le compro un par de ross ys ls enerego 4 la bonita mujer, que me da las gracias con una sonrisa. El hombre que est 2 su lado parece hace vler algin derecho de propiedad y comenta ligeramente mosqueado: “Qué quite éte? Yo no lo conoreo, Pero a mi tampoco me conoces~dic ella, de lo cual debo deducir que su vecino no ess amig, sino mis bien alguien al a que acaba de conocer, Por ex me atrevo a pregunta si quite brilar conmigo. Suen una mica esupenda, poco habitual, y un par de clientes ya han empezado a baile ‘A decir verdad, una sinacién naturale inofensiva: no le ‘quito a dama a ninguno de los hombres presents, no me en- tremezclo en una aventura amorosa Ya iniciads, empieo con Jas mismas oportunidades que los dems en tuna pequeajusta por el favor de esa mujer y por lo visto ella no tiene nada en contra. :Dénde est, pues, el problema? Yo soy el problema. Dye, ahora mismo ex presencia aqul no nos gusta mada —me dae entender el due del local, y cuando pregunto por qué = cela misma fase So te oar -aiade dos vers. Todo huele a tens, tiene la agresion escrita en la car, Yyalgunos lentes también. De pronto se entromete la duet: Sime ace el fivor de. Pero qué pasa? Dies euros, Pague shor. ~Por gue “Porque yo quiero. De acuerdo, I sesiora no quiere lis, no quiere enemisarse con la clentla ij, es0loentiendo. Pero por qué no pregunta primero qué pasa, intenta teminae con la discsisn y volver a dejar que la paz reine en su bar? La decidida mujer, muy cerca yade los cincuenta, quite sacarme de local, pero yo me empe «ino y como minimo quiero rerminarme a cervera Enretant, el alma del pueblo empieza a hervir ami ale dddor, El duo llama a dos tipos especialmente furosos de la primera linea. Forman parte de un grupito que ha enfundado sus respetablesosamenta en camisetas que dicen Kalich Bloot (Sangre de Colonias, yen leas géviess)y alta a a vita que cesperan que haya accién, Naturalmente, ambidn hay tpos ast cn Iz ciudad del buen humor. Hace un aft unos racists con 8 ‘cazadora de piloto y botas de cuero negrsatacaon en el cant de Colonia a un congoleho de veintidés afiosy lo molieron a pales. ‘Vuelve a interven el duetio. A la manera campechana de ‘Colonia eta de convencerme de que me he comportado mal, ‘de que mais me habriaconvenido quedarme en la barra, quiete- ‘toy callado,y que ahora debeialargarme sn rechistar. Cuan- da iteneo poner demi ladoa un cliente que parece neutral y le pido que se beba tuna ami salud, que yoinvito, el hombre tam- bign toma distancia, Colonia es mi ciudad, Ehrenfeld es mi bari: cierto, es la primera ver que ent en ese hat, pero nada de lo que veo all ees extato, Sélo yo soy un extra, “Vosotros también 0s habeis puesto a mover el esquleto igo, intentando jusiticarme, Ya tengo claro que si me hubie se quedado callado quizd me habyiansoporado. Pero un negro ‘on ganas de litea y que se atreve a tanto, no, 80 no, ene de repent todos, clientes y duefio,estin de acuerdo No discutas, vete—dice el duefio y me sca del local a m= ppujance-, No os conoces y nosotros tampoco te conocemes a 15 es lo que oigo fuer, en la puerta. Aqui nos conocemos todos, zentiendes? Se acabd! En esta sociedad a los negrosaleranesy alos inmigranes ncgros les niga una y otra ver ln posbiidad de levar una vids normal. Enel ar, en el clu, en las fiestas, en ls huertos de Schreber, en las plaza y calles de este pals, en sus cindades, «en sus pueblos. En el mejor de los cass, los toleran y no los tratan con brutalidad, sea a puetaos o de palabra. Cuando las cosas van aia mejor, de vex en cuando conguisan un haga: ‘con un esferza color, con determinaci cotidiana y un in ‘menso despliegue de energia para dar de lado alas groseras y las humillacones. Admito los hombres, las mujeres y Ios ni- 49 fs que resisten el racism cotiiano y no le dan a espalda a ‘este pa que con eantaungenia los necesita. Pues sin ellos seriamos ms pobrs. Eso lo sé perfectamente como vecino de Ehrenfeld que soy, alguien que apreia el lado positivo del vecindad multicultural. De ahi que tanto més me chocara es lima experiencia, a dos pasos de la puerta demi ‘Seva una alegria que la mayoria de los habitants de este pais se armasen un dia de valor para enfrentare abietamente a los racisas en cuanto éstos empiezan a ponerse grostos 0 a = tnt En todas pares y en cualquier momento. 50 BAJO CERO 1a dignidad deta calle El dia de Nochebuena, poco despus de las cinco de la at- de, El centto de Colonia parce muerto, campanas de iglesias suenan aqui y all. En su perio, el director de una gran edi- torial de Colonia ha publicado que ef 24 de diciembre es el disque todos sienten como ef mis importante del aos, pero mi dnimo est lejos de sr navideno, El portro del allege noc mis aniguo y mis grande dle Colonia, la Johanneshaus, en la Annostase, me miea con desconfianza Es poible que yo haya exageado al vestime: he agvjereado los pantalones deshilachados, que ya tienen diet fos, y he estropeado un poco le ctzadors, comprada en una tienda de segunda mano. Los zapatones, sucis, son zapacos de teabsjo de mi épaca de abrera rurco en los afos ochents,cuan- do fui «Ali en Thyscen. Las gais de concha de ei juventud conttibuyen a reforzar mi extafio aspecto, Las llevaba cuando tenia veintdés ais y me pasé un aft viajando a dedo y, tras psa por los albergues nocturnos de Escandinavia,publiqué mi primer reportaje sobre el Pik As de Hambargo, ct albergue para indigenes mis grande de Alemania, Levo una bolss de viaje bastante vieja con la colehonetaenrollada yuna mockil El documento de identidad me lo ha prestado un amigo al {que conoct csando me enteré de que tenia un dable al que la st gente siempre confundia conmigo; después me hizo favor de inseribise como homed en la ofcina de empadconamiento, All le pusiron una etiquetaen el documento: «Sin domicilo Ajo. Sin esa etqueta no se puede pasr Ia noche en los alber gues de emergencia. También Ia necsidad tiene sus regs. La burocracia,y en adelane te sr un tema sobre el que volveré mis de una ver, le hace a uno la vida mis dificil rodava cua Ado se halegado lo mis bajo, “Me pongo octa ver en camino, pero este vise invernal no ‘me conduce al mundo del tabsj, sino al delos que leva mis cho tiempo viviendo sin absjo ni cast, Conozca a persons que viven en la calle, que a veces duesmen en albergues, que vi ven delimosnas ode alo eual vale de un seviio socal, pero nas a menudo despreciadas, y que también dan miedo, Porque parecen mostrar lo que ocure cuando se rompen toda as reds, sociales y familiares. En tiempos de esis aumenta el micdo a qué pasa centre aquellos que al parecer yu no senen nada que perder a Alemania son mis detcinta mil las personas sin tech viven y pasan Ia noche en la alle. A vees aparecen en tn dor ‘quedaral margen de a sciedad, Por eo qucto ira smitorio de emergenci, de los que habitualmente lamaamos al- bergue para indigenes. Esa gente no figura en ninguna eta ‘ica, tampoco forma parte de a eadisica de los win domicilio fjos de Alemania, alos que envian a alojamientos de emergen ia municipal, Segn la Bundesarbeisgemeinschafe Wohnung slosenhilfe, un grupo de abajo dedicado a asst alas personas sin vvienda, el nmero se sia entre los ta mil y los quiniento mil, y no para de creer desde que ha aumentado el desempleo. Las personas las que por lo comin liamamos indigenes los ssin techos, 0, con una akivee que ex reflgjo de desprcio por la persona human, «vagabuadoss, en el lenguaje ofl denominanssin domicilo fos, Son l magni cero de a bu rocracia amante de los datos, son los Fatasnas de a miseria, 32 Tras una nace defo en acl,

También podría gustarte