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Te encuentras siempre ante la alternativa de dejar hablar a Dios o dejar

gritar a tu yo herido, aunque deba haber un lugar donde puedas dejar que
la parte herida de ti obtenga la atencin que necesita, tu vocacin es hablar
del lugar donde Dios habita en ti.
Cuando permites que tu yo herido se exprese en forma de justificaciones,
disputas o lamentos, slo consigues frustrarte an ms y te sentirs cada
vez ms rechazado. Reclama a Dios en ti y deja que Dios pronuncie palabras
de perdn, de curacin y de reconciliacin, palabras que llamen a la
obediencia, al compromiso radical y al servicio. Se requiere mucho tiempo y
mucha paciencia para distinguir entre la voz de tu yo herido y a la voz de
Dios, pero en la medida en que vayas siendo fiel a tu vocacin se volver
ms fcil. No desesperes has de prepararte para una misin que ser difcil
pero fecunda

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