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Fraude procesal, sus caracteristicas, configuracién legal y represién HeRvanvo Devis EcHanpia Profesor de a Universidad Libre, de Bogots, (Colombia). (Trabajo presentado a las Primeras Jomadas de Derecho Procesal del litoral argen- tino, Rosario, septiembre 1969) LA BUENA FE Y LA LEALTAD EN EL PROCESO Generalmente el proceso contiene una pugna de intereses que persigue la solucién definitiva mediante una sentencia, sea aquél de naturaleza civil, comercial, laboral, contencioso-administrativa, fiscal y de aduanas. Con criterio amplio puede decirse lo mismo del Proceso penal, desde el momento en que el sindicado ingresa al pro- ees0 con calidad de parte, mediante su indagatoria, porque su in- terés en la absolucién o exoneracién de toda responsabilidad esta en conflicto (al menos, cuando es culpable) con el de la sociedad re- presentada por el ministerio piblico (0 por el juez investigador, si agué] no interviene) y en todo caso con el de la parte civil. Se ex- ceptian, en materia civil, los llamados procesos de jurisdiecién vo- Juntaria (cuando se tramitan ante un juez y se resuelven por una sentencia) y en materia penal los casos en que no hay parte civil o acusadora y por ser inocente el sindieado, persigue con su defense Ja misma finalidad que debe guiar al ministro publico, al funcionario investigador y al juez de la causa: que se haga justicia. Exe conflicto de intereses se traduce en una pugna, una espe- cie de iucha juridica, de pruebas y alegaciones, recursos y solici- tudes de otra indole, a lo largo del proceso. Pero tal lucha no signi- fica que el proceso sea un campo de batalla en el cual todos los medios sean Keitos para obtener la victoria, sin importar que el resultado y los procedimientos estén 0 no de acuerdo con el derecho, — 143 — HERNANDO DEVIS ECHANDIA Ja moral y la justicia, ni que se pueda recurrir al proceso para obte- ner, en connivencia con la parte aparentemente contraria, resultados ilegales o ilicitos, con o sin perjuicio de terceros. Esta consideracién elemental pone de presente el problema, gra- ve y de ocurrencia practica muy frecuente, del dolo o el fraude en el proceso, en oposicién al principio general, valido cualquiera que sea su naturaleza y la jurisdiceién a que pertenezca, de la buena fo y la lealtad procesales. Creemos que existe un verdadero deber Procesal de buena fe, para las partes, asi como lo hay para el juez. Este principio y la proseripeién del fraude en el proceso, rigen inclusive si se considera que, cuando es de naturaleza civil 0 comer- cial, es una actividad de interés particular, aunque exija la inter- vencién de un érgano del Estado; pero en el mundo juridieo moderno tal concepeién esté totalmente revaluada y archivada como un f6sil histérico, de tal manera que nadie discute ya que los procesos de cualquier naturaleza tienen una funcién de interés general, un fin de utilidad piblica, sin que importe que coineida con la satisfaccion de un interés particular (el de la parte que tenia la razon): la rea- lizacién del derecho y de la justicia, la tutela de los derechos huma- nos y, como consecuencia, la conservacién de la paz y la armonia sociales (1). Este interés general y tal funcién piblica del proceso resultan burlados, cuando las partes lo utilizan para propésitos fraudulen- tos, de comin acuerdo, y cuando una de ellas, por procedimientos vieiados de fraude 0 dolo consigue, en perjuicio de ia otra y de le Justicia, resultados ilegales o ilfcitos. Se trata de un cancer procesal, que corrompe la esencia misma del proceso y burla el interés que la sociedad tiene en su correcta y justa solucién. Como ocurre con el otro céncer, que corroe los cuerpos de millones de personas, la sociedad no ha encontrado el re- medio eficaz, que Jo elimine radicalmente. Pero como también su- (1) Covrure: Fundamentos de derecho procesal civil, Edit. De Palma, Buenos, Aires, 1958, pég. 31-38; Uco Rocco: Trattato de diritto proceamuais ‘oivile, 24 ed. Torino, 1966, t. I, pags. 45-49, 110-114; Lo ROSENBERG. Tratado de derecho procesal civil, Buetios Aires, 1955, t. T, pag. 45: REVENTI: Derecho ‘Procesal civ, Buenos Aires, 1944, t. 1, nim, 883 ¢ Instituciones, Buenos Alves, 1059, ¢. 1, pags. 22 y 27; MicuELI: La’ carga de ta prueba, Buetos Aires, 1960, Pégina 181; Devis EcuAxpts, Hernando: Nociones gonerales de derecho proce: ‘al civil, Halt. Aguilar, Madrid, 1966, nms. 20 y 36. — 144 — PRAUDE PROCESAL, SUS CARACTERISTICAS, CONFIGURACION. cede con éste, existe la conciencia universal de que es indispensable continuar luchando, sin descanso, hasta conseguir la solucién an- helads ‘2.—DIVERSAS CLASES DE FRAUDE PROCESAL La presencia corrosiva del fraude puede aparecer en distintas etapas del proceso y por conducto de cualquiera de sus sujetos, las partes y el juez, como también puede ser obra de los Hamados auxi- iares de la justicia (peritos, testigos, intérpretes, traductores, se- ‘cuestres 0 depositarios, sindicos de quiebras, ete.), y de los funcio- narios subalternos del despacho judicial (secretarios, notificadores, etoétera). En este trabajo nos interesa examinar el fraude procesal que ¢s obra, directa 0 indirecta, de las partes, tomado este concepto en ‘su sentido rigurosamente procesal, es decir, los demandantes, de- mandados ¢ intervinientes posteriores a titulo de principales 0 de simples coadyuvantes. Ese fraude puede aparecer en la etapa inicial del proceso, es decir, en Ja demanda o la denuncia penal y en la respuesta que el demandado dé para configurar Ia litis-contestacién (concepto que lo usamos tinicamente para referirnos al planteamiento que surge de la demanda y su respuesta, vale decir de las pretensiones del actor y Jas defensas del demandado). Pero puede surgir posteriormente, en Ia intervencién de tereeros, principalmente con el cardcter de ter- -ceristas en los juicios ejecutivos, de quiebra, de concurso de acreedo- res y similares; también puede aparecer con una confabulacién, ‘entre las partes opuestas, para no presentar las pruebas de los he- chos que sirven de fundamento a la demanda o a las excepciones, 0 para no recurrir de una providencia adversa a cualquiera de ellas y susceptibles de reforma por el superior. En los casos anteriores, el fraude es comin, hay acuerdo ilicito de las partes o de sus apo- derados, para producir un determinado efecto procesal, que se tra- ‘duzea en consecuencias sustanciales refiidas con el derecho, Ia moral © la ley, que, ademas, puede lesionar derechos subjetivos de otras personas o burlar su satisfaccién Puede presentarse también el fraude procesal como obra ex- clusiva de una de las partes, en perjuicio de las dems y, en oca- — 145 — HERNANDO DEVIS ECHANDIA siones, de terceros. Este tipo de fraude tiene multiples aspectos, oportunidades, procedimientos y fines. Puede aparecer también en Ia. demanda o en su contestacién, en las peticiones de otra clase, en los recursos, referirse a las actividades vineuladas con el debate Probatorio (falsificacin 0 alteracién de documentos, confesiones fraudulentas, obtencién de testimonios falsos o de peritaciones ciadas de parcialidad y eohecho, destruccién u ocultamiento de prue- bas, creacién de falsos indicios, ete.), 0 tener por objeto que otra de las partes ejecute un acto procesal 0 se abstenga de ejecutarlo, para de esa manera el autor de la maniobra conseguir ventajas 0 beneficios que no le correspondian o que, por lo menos, no debia. recibir dentro del tramite normal del proceso. 3.—EL FRAUDE 0 DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD EN LOS ACTOS PROCESALES Los actos procesales, como los extraprocesales y sustanciales, son el resultado de la voluntad humana y ésta puede estar libre de vicios 0, por el contrario, afectada por error, dolo, violencia o coaceién. Para conocer cual es la verdadera voluntad declarada, es indis- pensable adentrarse en el contenido de su expresién literal y no que- darse en la superficie de las palabras utilizadas; es decir, debe in- terpretarse el acto procesal en su realidad intrinseca, en busca de la verdadera intencién del autor, para evitar que los errores de len ‘guaje 0 de calificacién juridica puedan desviar el fin perseguido con ellos. Pero esa discordancia no intencional entre la realidad y Ia declaracién puede ser el resultado, no de esos errores, sino del dolo © el fraude de otra de las partes y entonces la interpretacién co- rrecta no puede servir de remedio para esa situacién y ni siquiera Para descubrirla, porque la forma corresponde a lo que se quiso decir, pero, precisamente, se tuvo esa intencién como resultado del error sufrido a consecuencia de ese dolo o fraude, sin el cual no se hubiera formulado la declaracién. CarNeLurTr lamé la atencién acerca que “el engafio tiene am- plio desenvolvimiento en el campo del proceso”, porque este terreno fértil para su ejecuci6n, en mayor medida que el contrato, por 1o — 146 —

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