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LA ARQUEOLOGIA DEL VALLE DE ACARI, AREQUIPA (Jel vale de Acar fei de acta sr en tener wna viensacon y asocacionpredominantemente noreehas”™ 4 historia de los estudios arqueolégicos en el F valle de Acari, ubicado en la costa sur del Pent (Fig, 1, est ligads alos trabajos de Max Uhl, Ente investigador parece haber Ilegado al valle de Acatt primero en 1900 (véare Valdez, 1998: 37-38) y Jaego en 1905 (véase Kroeber, 1944: 23; Rowe, 1954: 11), En 1915, J.C. Tello exploré el valle (Proulx, 1989: 73) ¢ hizo notar, de acuerdo a una comunicacidn personal citada por Lothrop y Malher (1957: 3). que Acari veniasiendo severamente aqueado porlos huagueros Entec 1925 y 1926 Kroeber (1944: 23) ambien habrialegado hasta el sitio de CChaviia(véase Valdez, 1998: 39-40) Si bien los trabajos arviba sefalados consticuyen los primeros esfuerzos de exploracién del valle de Acar, po- cos pueden dudar que fue el abajo iniiado por Dorothy ‘Menzel y Francis A. Riddell en 1954 el que més impacto hha tenido para trazar la secuencia culeural de dicho valle (véase Menzel y Riddell, 1986). Hfectivamente, durante Jos estudios en el sitio Inca de Tambo Viejo, Menzel y Riddell (1986: 117-118) reeostieron una seecién del va- Ue ubicando varios sitios arqueolégicos. La evaluacién del ‘material diagndstico, recuperado en superficie de dichos sitios, sirvi6 para establecer una secuencia cronoligica inicil. Junto con Menzel y Riddell, ese mismo afo John H, Rowe visté el valle de Acari: y en un trabajo publica do corto tiempo después, Rowe (1956) incorporé lai () Arguelogs (MENZEL, Dorothy y Pranct A. RIDDELL. Archaeological Investigations at Tambo Viejo, Acari Valley, Pera 1954. Sacramenca, California: California Insitute for Peruvian Saudie, 1986, pp. 105. formacin recuperada por Menzel y Riddell. Pos mente, Rowe (com. pers, 1998) volvié a vsitar Aca, y fue en base a las observaciones obtenidas durante estos de trabajos que discutié varios aspeetos de la arqueolo «este valle en un articulo que sigue siendo una impor fuente de informacion e inspiracién para la arqueologia peruana en general (véase Rowe, 1963). ‘Con excepcidn de las vistas de Rowe y sus estudian- tes, los trabajos realizados por Menzel y Riddell no fue- ron continuados. Como resultado, la snica fuente consti- tuyé el trabajo de Rowe (1963). En 1984, en un esfuerzo ‘orientado aesclarecer la secuencia cultural de la arqueolo- sia del valle de Acari, Francis A. Riddell, Presidente del California institute for Peruvian Studies (CIPS), inicié un nuevo programa de estudio en el valle (Riddell, 1986), ‘Como parte de tales investgaciones se efectuaron prospec cones en toda la zona (véase Riddell y Valder, 1988), asi como otrosestudiosdesitiasespecfias (Kent y Kowa, 1994: Robinson, 1994; Valdez, 1994). Acualmente hay una gran coleccdn arqueolégica depositada en las insalaciones de la Universidad Catdlica Santa Maria de Arequipa, institucién conta cual e proyecto drigido por Riddell iene establec: do un eonvenio de cooperacién cientiica De acuerdo 2 lor estudios arqueoldgicos, el valle de ‘Acar presenta una secuencia de ocupacidn peehispaniea continua desde el Petiodo Inicial hasta la epoca Inca, Ese hhecho hace difcl ofrecer un tratamiento completo de la secuencia en las presentes paginas, Por esta razda, en este trabajo mi mayor propésito es resaltar la dindmica del desarrollo cultural de dicho vale, que sin lugar dudases de mucha importancia. Asimismo, haremos referencia a los sitios més representatives de cada perfodo. Fiperad. Ubicacin de algunos sis argu puede encontrane on Riddell y Valdes, 1988). PERIODO INICIAL Elya famoso sitio de Hacha (PV 74-6), ubicado en el valle medio de Acar, representa el sitio tipo de uns ocu- pacién del Periodo Inicial (ctca. 1000-800 afios a.C.) En efecto, Hacha es el sitio clisico para esta regién por cuanto representa lainttoduecién dela tecnologia alfizera a [a costa sur (Rowe, 1963: Riddell y Valdes, 1987; Robinson, 1994). Ademés, los restos de varias plantas (excepto el maie)y de azadasagricoas de basato indican tuna horticultura relativamente avanaada, Junto estos ele- rmentos destacan los restos de recursos marinos y de ‘amélidos, lo que indica un economia mixta, aunque ly eos em el alle de Aart (alana compleua dels on ubicacién del sitio, clativamence lejos del mar, sugiere luna mayor orientacign hacia los recursos del vale. ‘Adem de los productos aisba seBalados, en Hacha se encuentran puntas de flecha en obsidian (véase Riddell y Vallee, 1987) Junto a los estos de carlidos, dichos proyectlesindican la importancia dela caus, posiblemente de guanacos En unadelas estructura excavadss por Roger Robinson, se detectaron 3 escenas que representan Varios animales (Fig. 2), que pueden ser guanacos, camélidos silvestre que hasta la actulidad siguen habitando en ls inmediaciones de Acai especialmente durante el invie sw, Allado de Hacha no se ha encontrado out sitio cons temporineo en Acari on fos vallesvecinos (excepto Eri- zo en Ica), y todo parece indicar que éste fue e poblado de este valle darance aque! perfodo. HORIZONTE TEMPRANO- Hasta la fecha, la ocupaein representativa del Hori- zonte Temprano sigue siendo desconocida en Acari. Sin embargo, merece hacesse notar que durante las prospec- ciones hemos encontrado ceriemica incisa en el sitio le Pagla (PV 74-84), ubicado en la parta alta del valle. En- tne las tumbas saqueadis se observ que los crineos exhi« ben una deformacién fronto-occipital. Otros sitios que pparecen tener componentes de este horizonte son Amato (PV 74-19) y Coquimbo (PY 74-33), ambos ubicados cenla parte media del valle (Valder, 1998: 135). Eni Amato sea enconttado cerimica incisa que guarda mucha af- nidad con el Ocueaje Taro, fo que parece reforzar la idea que ese sti fue, en efecto, inicialmenteesiablecido durante esta etapa. Deconfiemarse esta obsorvaciones, por cuanto a ce- mica presente en dichos sitios es distnta dela cerdmica Paracas, existe a posibilidad que un tipe de alfareria local fuera manufacturada en Acari durante el periodo. Esta alfareria, posiblemente, permanece indistinguible como resultado de Joe poco: trabsjos efectaados en Tos sitios arriba mencionados. Las rafces de la tradicién cerimica Huarato durante el siguiente periodo posiblemence seen ccuentran en dicha tradiciéa formativa. Especialmente si se considera que sitios como Amato y Cequimbo conti- nuuton siendo ocupados durante las fases tempranas del Perfodo Inermedio Temprane. ERIODO INTERMEDIO TEMPRANO Al contratio de lo que sucedié en Js etapa anterior, varios extends asentamientas son asignadas a este perio- do. Los sitioe que fueron ocupados durante las tempranas ° on » mh fases de dicho periodo son Harato (PV 74-20), Amato, Coguimbo, Tambo Viejo (PV 74-1, Monte Grande to (PV 74-59) y Boca del Rio (PV 74-66). Elst sitio ubice do-a corta distancia tio abajo de Hacha e inicialmente localizade por Rowe en 1962 (cone pers) fue oto asenta- riento acapado a inicios de este period. Una caracteris- tica sobresaliente de estos sitios es fa presencia de largos srutos periméttcos, pro cuya funcdn permanece incest En dichos sitios encontramas un tipo de alfaerfa local bastante imple, que recencemente fue identificado como la wadicién Huararo (Valdez, 1998: 98). Ente petfodo marca el inicio de una larga interacci6n cultural de los residentes de Acari eon sus wecinos de fos valles de Nascae fea Tal como se planted en otro trabajo (Valder, 1998), posiblementea rate del prestgio adquiri- do por el centro ceremonial Nasca de Cahuschi ‘Gilverman, 1993), fos habitantes del valle de Acar est blecieron contacto con sus vecnos de norte. El resultado fe la legada de deserminados objevos Nasca hasta el var Ue de Acati, que fueron recuperados en Tamho Viejo, Coquimabo, Huarato y Monte Grande Alto (1). Asteama Menzel y Riddell (1986: 106) observaran, dichos objetes fueron piezas selectas, que nunca reemplazaron aa teadi- cin local. El estilo Nasca haba servido como Fuence de inspiracidn para los habitences de Acari, quienes incor poraton algunos motivos Nasca a la alfaera local, Esta interaccién duré hasta la Fase Nasca 4, Paralelamenteala pérdida del prestigio ceremonial de Cabuachi, ocurrids sfurante tal fase, ls objetos Nascadejaron de Hegar has Acar Es importance subrayar que alrededor de esta fase los sitios de Acari fueron despoblados o, incluso, abandons- dos, al concentratse gran parte de la poblacién de este valle en Chavifia (PV 74-22), sito ubteado en las cerea- fas del mar. Una de las razones pudo haber sido una prolongada sequia. Bfectivamence, en Chavifa y otros tios establecidos con poseriordad como La Oroya (PY phe Figura 2. Rapreenceriy eanimele, enconvada e8 tine de Ue exrucrusar de Haba

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