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“El Amparo en Materia Penal”.

La colonización recurrió a dos expresiones indispensables de una misma


intención colonizadora: el dominio de la tierra, a partir de un nuevo derecho que
la repartiera y asignara, y el dominio del espíritu, a partir de una evangelización
que modificara las creencias, orientara la conducta y propusiera su propia
versión de la existencia: vida actual y vida futura. La síntesis de esta reforma y
de las otras que vendrían -con el signo modernizador del liberalismo, en la
segunda parte del siglo XIX- hasta los años de la Revolución triunfante, fue una
constante erosión de los derechos indígenas. México ha sido país de
dominaciones y revoluciones. Unas y otras se expresaron en el foro de la
cuestión agraria, a tal punto que todas constituyeron sustancialmente, hasta el
siglo XX, una disputa sobre la tierra. De ahí que la poderosa erupción social de
1910, cuyo factor profundo fue la reivindicación agraria -y un poco menos la
reivindicación política que enarboló Madero-, diese al traste con la organización
agraria del porfiriato y con las instituciones del Estado encargadas de
preservarla.

Así, al salir de la escena los tribunales ordinarios, civiles o de amparo,


era necesario que una nueva figura jurídica -que sería, inexorablemente,
jurídico-política- tomara el lugar que dejaba vacante la jurisdicción
desacreditada. Esa nueva figura debía ser heredera del proyecto revolucionario
y de los caudillos del movimiento social mexicano. Así, el relevo ocurrió en las
manos del presidente de la República. Sí, éste sería el jefe natural de la
corriente revolucionaria, del partido en la que se concentraba y de las
instituciones construidas a partir de aquélla y con la colaboración de éste, era
también "natural y necesario" que tuviese un papel eminente en la
administración de los conflictos que determinaron el movimiento armado.
Conflictos políticos, ciertamente, pero con signo específico: laborales y
agrarios. Por ende, el presidente sería el heredero de Emiliano Zapata, si se
permite la expresión, como reivindicador inmediato de los derechos
campesinos. Otro tanto ocurriría, con sus propias modalidades, en la vertiente
de la justicia laboral. Esa fue la investidura agrarista del Ejecutivo en turno
Esta nueva forma de ver las cosas, que impuso un "modo" y "un estilo"
distintos, perduró mucho tiempo. Fue definitoria y decisiva de la gran etapa de
la reforma agraria entendida, primordialmente, como distribución de tierras. En
torno al presidente, eje de las decisiones finales -en más de un sentido- y
"suprema autoridad agraria", como dijo la antigua fracción XIII del artículo 27
constitucional, giraban los órganos auxiliares, con mayores o menores
potestades. Esos órganos, personajes de la complicada trama, con títulos
adecuados para intervenir en el proceso, fueron los gobernadores de los
estados, el departamento o Secretaría de la Reforma Agraria -que había sido
Departamento Agrario, o de Asuntos Agrarios y Colonización-, el cuerpo
consultivo, las centrales campesinas, las comisiones agrarias mixtas, los
comités particulares ejecutivos, los comisariados ejidales. Los tribunales
permanecieron fuera de la escena, con la salvedad relativa de los órganos de
la justicia federal de amparo, cuya intervención siguió la suerte oscilante y
peculiar del amparo agrario. Así se hallaban las cosas cuando llegó la reforma
constitucional de 1992.

En efecto, la "cuestión agraria", un enorme problema de justicia -para


seguir el hilo de las monstruosas injusticias que caracterizaron este sector de
nuestra vida civil, como otros, recuérdense las aleccionadoras descripciones de
Mariano Otero y Ponciano Arriaga-, se resumió inicialmente en el reparto de la
tierra. La acaparación de los bienes rurales en formas de latifundismo que
mucho se asemejaban, mutatis mutandis, a las encomiendas coloniales
(entrega de tierras, operarios y poder sobre unas y otros), había de remediarse
con la devolución a los despojados y la dotación a los peones del campo.
"Toda la tierra y pronto", fue la nerviosa divisa de Cabrera.

Había que repartir la tierra, y en este empeño cifraron su energía


agrarista varios gobiernos de la etapa reconstructora. La distribución no podía
verse frenada por procedimientos laberínticos -aunque éstos llegaron, -trámites
prolongados que también proliferaron- y resoluciones formalistas. Si la tierra
debe pertenecer a quien la trabaja, y México era una república de trabajadores
del campo, había que difundir la tenencia de la tierra con celeridad y firmeza
irrevocable. Cualquier dique a este torrente sería visto como perturbador y
contrarrevolucionario. Andando el tiempo, el reparto amainó el paso y surgieron
los "otros temas" del agro, cada vez más urgentes: insumos, crédito, tecnología
y seguridad jurídica. El énfasis se trasladó de las instituciones a cargo del
reparto, a las instituciones -establecidas o por establecerse- a cargo de esos
otros bienes, tangibles o intangibles, pero determinantes de la suerte que
corrieran el campo y los campesinos.

Veamos ahora la petición de tribunales agrarios. No tiene caso traer a cuentas


la división de poderes, criatura de la experiencia inglesa y garantía de la
Constitución, como advirtió con rigor la Declaración Francesa de los Derechos
del Hombre y el Ciudadano, de 1789. El hecho es que, pese al descrédito de
los tribunales ordinarios -que suscitó el descrédito de los tribunales "en
general" para los hombres del campo y la fábrica-, hubo con frecuencia
solicitudes para el establecimiento de tribunales en materia agraria.

Un notable precedente de esta pretensión se halla nada menos que en


el Plan de Ayala, que previó la existencia de "tribunales especiales que se
establezcan al triunfo de la Revolución", ante los que llevarían sus
reclamaciones "los usurpadores que se consideren con derecho" a los bienes
inmuebles transmitidos a los campesinos despojados. A partir de ahí, con
regular frecuencia y acento diverso, hubo planteamientos en favor de los
tribunales. Fueron asunto de reuniones especializadas, como el Primer
Congreso Revolucionario de Derecho Agrario (México, 1959), el Congreso
Nacional Agrario (Toluca, 1959) y el VIII Congreso Mexicano de Derecho
Procesal (Jalapa, 1979). Esta corriente despuntó discretamente, asimismo, en
las reformas de 1982 al artículo 27 constitucional (fracción XIX).

Al llegar 1992, el gobierno fraguaba la reforma constitucional en materia


agraria. Llegaban a ella tensiones y expectativas que se habían desarrollado en
los años previos. El proyectista resumió los datos que sustentarían la reforma
en un breve conjunto, sobre el que se montó la exposición de motivos de la
iniciativa de ese año: incremento general de la población, destinataria final de
una producción agrícola que debía ser cada vez más abundante y oportuna;
aumento de la población campesina: no en números relativos -donde se
presenta un decremento drástico-, sino en números absolutos; agotamiento de
la tierra disponible; pulverización o atomización de las propiedades rurales o
áreas de tenencia; insuficiencias en la economía del campo; incompetencia
para afrontar las circunstancias y las demandas del mundo globalizado. El
efecto de esos factores se concentró en una palabra: injusticia.

Estos fueron algunos precedentes del movimiento favorable a la


judicialización de las controversias agrarias, que finalmente se acogió en la
reforma constitucional de 1992.

Los procesalistas suelen distinguir diversas categorías en la tipología


procesal: pública, privada y social, con venas comunicantes entre unos y otros.
El proceso agrario reviste carácter social, en la medida en que fue concebido
para rescatar los derechos de un sector desvalido. Por ello debe pretender la
igualdad por compensación -para emplear los términos de Couture-, concepto
que arraiga en la justicia social y en la certeza de que los desiguales no deben
ser tratados como iguales. Si lo fueran, se consumaría una nueva injusticia. Es
preciso restablecer el equilibrio a través de sistemas de defensa material -no
meramente formal- que se incorporan a la ley y rigen la conducta procesal de
los juzgadores. Esto no milita contra la justicia, sino en su favor. Implica la
posibilidad de hacer justicia de veras, en el caso concreto, bajo la luz de la
equidad. 1

En efecto, que tan importante ha sido el reparto de tierras en México,


que en el escudo del estado de Puebla se dibujó una mano desnuda en cuya
palma se advierte una milpa o verdura que representa el primer reparto agrario
efectuado al amparo del Plan de Ayala, suscrito en Ayuxuxtla de Zapata Puebla
el 28 de Noviembre de 1911. 2
De esa guisa, el amparo agrario fue creado en los tiempos del
presidente López Mateos, para hacer efectiva la justicia social en ese ámbito,
sin embargo, muchos piensan que el juicio de amparo en materia agraria ya no
tiene razón de ser, no existe o es anacrónico, nada de eso, hoy día todavía hay
ejidos y sigue existiendo la justicia agraria, pensar que después de la reforma

1
Cfr http://www.tribunalesagrarios.gob.mx/notas/Origen.html
2
Cfr http://www.emexico.gob.mx/work/EMM_1/Puebla/21000a.htm
constitucional del artículo 27, relativa a que se podría desaparecer el ejido y
transformarse en pequeña propiedad se haría en todos lados es una fantasía.
Cierto, debe de tomarse en cuenta que si ese fuera el caso ya no habría
tribunales agrarios ni en los juzgados de distrito y tribunales colegiados se
recibieran juicios de amparo en materia agraria, pero, también se debe
entender que ahora las nuevas figuras jurídicas y el reconocimiento de que
antes no era “tutelar” la defensa de los campesinos ejidatarios, sino una
máscara para tener votos y sujetos leales a los intereses de los líderes
campesinos, hecho que se palpa al saber que hoy día es aplicable la caducidad
en materia agraria, independientemente de quien haya promovido el amparo, lo
anterior conforme a las siguientes jurisprudencias:

Registro No. 185436


Tesis: 2a./J. 138/2002
“CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. ES IMPROCEDENTE EL RECURSO DE
REVISIÓN PREVISTO EN LOS ARTÍCULOS 198 DE LA LEY AGRARIA Y 9o.,
FRACCIONES I, II Y III DE LA LEY ORGÁNICA DE LOS TRIBUNALES
AGRARIOS EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN QUE LA DECLARA POR
INACTIVIDAD PROCESAL, PUES ESA DECISIÓN NO SE IDENTIFICA CON
LAS HIPÓTESIS PREVISTAS EN LAS FRACCIONES I, II Y IV DEL NUMERAL
18 DE LA MENCIONADA LEY ORGÁNICA. De la interpretación sistemática de
los artículos citados, se desprende que el recurso de revisión, competencia del
Tribunal Superior Agrario, es un mecanismo de defensa cuya procedencia es
excepcional y que no es apto para impugnar toda resolución que dicten los
Tribunales Unitarios Agrarios que le son inferiores en grado, sino
exclusivamente para controvertir sentencias que decidan en el fondo sobre
acciones en materia de: 1) conflictos de tierras entre dos o más núcleos de
población ejidal o comunal, o entre uno o varios sujetos colectivos de derecho
agrario y uno o varios pequeños propietarios, sociedades o asociaciones; 2)
restitución de tierras, bosques y aguas; y/o 3) nulidad de actos de autoridades
estatales en materia agraria. En ese orden de ideas, si las resoluciones que
declaran la caducidad de la instancia en términos del artículo 190 de la Ley
Agraria, no se identifican con alguno de los supuestos previstos en el artículo
18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, dicho recurso resulta
improcedente contra ellas.” CT 99/2002-SS.

Registro No. 185437

Tesis: 2a./J. 139/2002


“CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN EL JUICIO AGRARIO. EN CONTRA DE
LA RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL UNITARIO QUE LA DECRETA, ES
PROCEDENTE EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO. De la interpretación
sistemática de los artículos 103, fracción I y 107, fracción V, inciso b), de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 1o., fracción I, 44, 46 y
158 de la Ley de Amparo; y 37, fracción I, inciso b), de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, se concluye que el amparo directo de la
competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito es procedente contra la
resolución que declara la caducidad por inactividad procesal en términos del
artículo 190 de la Ley Agraria, en virtud de que ese acto importa la emisión de
una resolución que pone fin al juicio sin decidirlo en lo principal, dictada por un
tribunal administrativo, como lo es un Tribunal Unitario Agrario, respecto de la
cual, las leyes comunes no conceden recurso ordinario alguno por el que dicha
resolución pueda ser modificada o revocada, de manera que en ese supuesto
resultará improcedente el recurso de revisión en materia agraria contenido en
el numeral 198 de la Ley Agraria, e inaplicable la hipótesis de inejercitabilidad
de la acción constitucional relativa prevista en la fracción XIII del artículo 73 de
la Ley de Amparo.” CT 99/2002-SS.

En efecto, de los anteriores criterios se observa una nueva óptica que


tiende a aplicar, ahora sí, la celeridad en los juicios agrarios, recordemos como
en épocas pasadas era del conocimiento general que los juicios agrarios y sus
amparos tardaban años en resolverse, situación que hoy día, conforme a las
tesis trascritas se trata de abatir, pues lo importante ahora es la celeridad
procesal, así, se están acabando los abogados que tenían por años el asunto,
y el consabido “negocio”, pues siempre obtenían algún recurso o medio de
defensa que alargara el procedimiento, situación que hoy día en algunos
profesionales del derecho se presenta, pero son los de la vieja guardia, pues a
nadie, en este día, le conviene tener tierras ociosas, cosa que con anterioridad
si “convenía”, pues los campesinos seguían recibiendo recursos del gobierno
federal, por el simple hecho de ser “campesinos”, de ahí el nuevo punto de
vista que permite que la tierra pueda ser incluso vendida y que sea diversos los
tribunales que conozcan de la esencia de esas tierras, en términos de las
siguientes jurisprudencias:
No. Registro: 194,588
Tesis: 2a./J. 6/99
“SOLAR URBANO TITULADO. LOS TRIBUNALES DEL ORDEN
COMÚN SON COMPETENTES PARA CONOCER DE LOS CONFLICTOS
QUE SE SUSCITEN POR SU TENENCIA. De conformidad con lo dispuesto por
la Ley Agraria en vigor, en particular por su artículo 69, se consolida el derecho
de propiedad respecto de un solar de la zona de urbanización del ejido con la
expedición del título oficial correspondiente y su inscripción en el Registro
Público de la Propiedad, de tal manera que queda fuera de las prescripciones
de las leyes agrarias, como lo confirma la circunstancia de que la propia ley
reconoce la prescripción positiva, la enajenación y la embargabilidad de los
lotes urbanos de un ejido; de tal suerte, que si se otorgó a una persona el título
de propiedad de determinado solar, esta propiedad no se comprende dentro de
las previsiones de las leyes agrarias y, en consecuencia, su titular ya se trate
de un ejidatario o de quien no tiene ese carácter, en caso de menoscabo o
perturbación del dominio no puede recurrir a las autoridades agrarias para
obtener la protección de su derecho, sino que debe acudir a las autoridades
judiciales del fuero común, mediante el ejercicio de la acción que corresponda.”
CT 17/98.
No. Registro: 194,589
Tesis: 2a./J. 5/99
“SOLAR URBANO NO TITULADO, EL TRIBUNAL UNITARIO
AGRARIO, ES COMPETENTE PARA CONOCER DE LOS CONFLICTOS
SUSCITADOS POR SU TENENCIA. De la Ley Agraria en vigor, título tercero,
capítulo II, sección cuarta, que comprende los artículos 63 a 69 relativos a las
tierras del asentamiento humano, se infiere que una vez consolidado el
derecho de propiedad respecto de un solar de la zona de urbanización del
ejido, el mismo queda fuera de las prescripciones de las leyes agrarias, como
lo confirma la circunstancia que la propia ley prevé, de que procede la
prescripción positiva, la enajenación y la embargabilidad de los lotes urbanos
de un ejido; de tal suerte, que si se otorgó a una persona el título de propiedad
de determinado solar, esta propiedad no se comprende dentro de las
previsiones de las leyes agrarias y, en consecuencia, su titular ya se trate de un
ejidatario o de quien no tiene ese carácter, en caso de menoscabo o
perturbación del dominio no puede recurrir a las autoridades agrarias para
obtener la protección de su derecho, sino que debe acudir a las autoridades
judiciales del fuero común, mediante el ejercicio de la acción que corresponda.
Lo anterior significa que mientras el ejidatario o avecindado únicamente tenga
la posesión de un solar sin habérsele expedido aún el título de propiedad
correspondiente, tal predio seguirá sujeto al régimen ejidal y, por tanto, los
conflictos que deriven del mismo, deben ser legalmente resueltos por los
Tribunales Unitarios Agrarios.” CT 17/98.
Hoy, la propiedad social de ejidos y de comunidades comprende 52%
del territorio nacional, esto es, alrededor de 103 millones de hectáreas de la
superficie del territorio nacional.
La Ley Agraria expedida en 1992 y vigente en la actualidad, tiene
aplicación directa sobre la propiedad social, ejidal y comunal y, en algunos
casos, sobre la propiedad privada plena, como lo es en el caso de las
excedencias a los límites, en la adquisición del dominio pleno, y otros aspectos.
Debemos precisar que la propiedad social es una modalidad de la propiedad
privada consagrada por la Constitución Política, que esta modalidad de la
propiedad privada cuenta con una regulación federal, esto es, que cuenta con
una ley propia y no local, por el contrario, como son los códigos civiles; que
cuenta con características y limitaciones establecidas en la ley específica que
le rige, la Ley Agraria, y por ello, requiere de un control documental específico a
cargo del Registro Agrario Nacional, en contrapartida del Registro Público de la
Propiedad local.
Redondeando, diríamos que el régimen de la propiedad social de ejidos
y comunidades es un régimen de propiedad privada a nivel federal, con
normatividad propia y con un control y una administración especializada. Las
características particulares de la propiedad social y en general las de los
hombres del campo que son sus titulares, donde también podemos comprender
a los propietarios privados, conjuntándolos en la naturaleza de su propiedad
rural, hacen necesaria la existencia de una institución defensora de sus
derechos, así como de órganos jurisdiccionales especializados que resuelvan
las controversias que resulten de la aplicación de dicha normatividad y de la
3
tutela de aquellos derechos, tales tribunales se encuentran ya dentro del
organigrama de la administración pública federal, y que los interesados pueden
impugnar sus resoluciones en la vía de amparo, cuando sea procedente,
Ahora bien, hablemos de la tramitación del amparo directo en materia
agraria.
Cierto, en forma genérica, la Ley reglamentaria de los artículos 103 y
107 constitucionales traza los rasgos fundamentales de la tramitación del
amparo directo, abocándose a su reglamentación en el título tercero, que se
refiere a los juicios de amparo directo ante los Tribunales Colegiados de
Circuito, por este motivo, y por lo genérica que es la ley en cuanto a su
tramitación, muchas de las problemáticas que se presentan en esta etapa
inicial que se sigue ante la autoridad responsable, tienen que ser resueltas a
través de la jurisprudencia establecida por la Corte y Tribunales Colegiados.
En efecto, la Ley de Amparo, en el capítulo I (arts. 158 a l65), expone las
disposiciones generales para su tramitación y procedencia; en el capítulo II
(arts. 166 a 169) concreta los requisitos de la demanda y su presentación, y en
el capítulo III (arts. 170 a 176) regula sobre la suspensión del acto reclamado.
Ahora bien, el artículo 163 de la ley de la materia, dispone que “la
demanda de amparo contra una sentencia definitiva, laudo o resolución que
ponga fin al juicio, deberá presentarse por conducto de la autoridad
responsable que lo emitió...”, relacionado con este precepto, el diverso
previsivo 165 establece que “la presentación de la demanda en forma directa,
ante autoridad distinta de la responsable no interrumpirá los términos a que se
refieren los artículos 21 y 22 de esta ley”. En este sentido, y de una correcta
interpretación de los preceptos antes invocados, se precisa que las únicas
autoridades legalmente autorizadas para recibir demandas de amparo directo y
proveer sobre tal presentación, son aquellas que hayan dictado o emitido la
sentencia definitiva, laudo o resolución que pongan fin al juicio, lo que lleva a
concluir —y así lo ha determinado la doctrina y jurisprudencia— que si una
3
Cfr http://www.pa.gob.mx/publica/rev_22/Isaías%20Rivera.pdf
demanda de garantías se plantea en vía directa ante autoridad distinta de la
responsable, sólo por error o desconocimiento en la materia, deberá
considerarse que el término establecido por los artículos 21 y 22 sigue
transcurriendo y en consecuencia, cuando se intente la vía biinstancial, la
demanda, luego entonces, se considerará interpuesta extemporáneamente.
En este rubro, es importante destacar que en la práctica son muchas las
ocasiones en que los accionantes de la justicia federal confunden la vía
mediante la cual se intenta obtener el amparo y protección de la justicia, así,
tramitan el juicio de amparo directo cuando la procedencia correcta es la vía
indirecta y viceversa. Ante esta problemática, que se insiste es muy común en
la tramitación del amparo agrario, existen diversos criterios —ya sea que se
sustenten en tesis o constituyan jurisprudencia— respecto a la improcedencia
de la demanda de amparo por extemporaneidad, y ellos pueden encuadrarse
en la siguiente clasificación:
a. El criterio más recurrente, se contiene en tesis jurisprudenciales que
sostienen que al no existir precepto legal alguno que autorice a considerar
como extemporáneo el amparo que por error fue interpuesto dentro del plazo
legal ante una autoridad incompetente, su presentación interrumpe el término
que señala el artículo 21 de la Ley de Amparo.
b. Los Tribunales Colegiados han sustentado el criterio de que el Juez
de Distrito no debe estimar extemporánea la demanda de amparo, si ésta se
presentó ante la autoridad responsable en vía directa y por determinación
posterior de un Tribunal Colegiado se establece que la parte promovente
equivocó la vía; sin embargo, y en contraposición a lo expresado líneas antes,
tal criterio sólo se sustenta en casos en los cuales sea discutible la procedencia
de la vía, por lo cual no debe hacerse extensivo a los casos en que por mero
desconocimiento del derecho, se intenta la vía errónea.
c. No obstante lo anterior, el criterio más reciente y aplicable que
sostiene la Corte en pleno en la tesis jurisprudencial 1/95, visible a páginas 9 y
10 del Anexo al informe de labores de 1995, bajo el rubro “Amparo directo
planteado como indirecto. Para determinar la oportunidad en su promoción,
debe atenderse a la fecha de presentación de la demanda ante el juzgado de
distrito”, en su parte medular, de acuerdo con lo previsto por el artículo 49 de la
Ley de Amparo y acorde con la interpretación de este precepto, permite
concluir que se refiere al caso en que la parte quejosa equivoca la vía,
promoviendo amparo indirecto respecto de los actos contra los cuales procede
amparo directo, y dado que dicha equivocación no imposibilita la defensa del
quejoso, debe considerarse que se interrumpe el término legal de presentación
de la demanda de garantías y, por tanto, a fin de determinar la oportunidad de
su presentación, debe atenderse a la fecha en que se presentó ante el Juzgado
de Distrito y no a aquella en que la reciba el Tribunal Colegiado de Circuito
correspondiente, sin que resulte aplicable el artículo 165 de la invocada ley,
toda vez que su contenido no se refiere al caso de equivocación de la vía, sino
al de una demanda planteada como amparo directo pero que se presenta ante
autoridad distinta a la responsable.
Algunos aspectos importantes que reconoce la jurisprudencia en cuanto
a las facultades de la autoridad responsable en la tramitación de la demanda
de amparo directo son los siguientes:
1) Deben, presentado el escrito de demanda y sus copias, remitirlo
invariablemente al Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda, sin importar
a quien lo haya dirigido la parte quejosa.
2) Carece de facultades legales para desecharla, fijar competencias o
proveer en dicho escrito, excepción hecha de lo relativo a la suspensión del
acto reclamado.
3) Tendrá la obligación de hacer constar, al pie del escrito de demanda,
la fecha en que se notificó al quejoso la resolución reclamada y la de
presentación del escrito, requisito que no debe faltar, aun cuando en el oficio
de remisión se hagan constar estos datos (arts. 163 y 164).
De lo anterior, se puede concluir que la función de la responsable en
cuanto a la presentación de la demanda está concretamente determinada, y
sólo debe limitarse a:
• Recibir la demanda.
• Revisarla íntegramente.
• Acordar el emplazamiento a la parte tercero perjudicada.
• Pronunciarse sobre la procedencia de la suspensión del acto
reclamado.
• Integrar debidamente el expediente de amparo.
• Remitir íntegro el expediente de donde emana el acto reclamado.
• Rendir informe justificado.
• Remitirlo adjunto a los emplazamientos, expediente agrario y demanda.
Ahora bien en lo que atañe al impetrante, podemos decir que el artículo
166 de la ley de la materia establece una serie de requisitos que debe cubrir la
parte quejosa para la procedencia de su demanda de amparo, sin embargo, en
materia agraria el juicio de amparo, de carácter eminentemente tutelar y
protector, ofrece una gran simplificación de estos requisitos a los promoventes
a grado tal, que la suplencia de la queja en el amparo social agrario se extiende
no sólo a la queja misma y sus exposiciones, comparecencias y alegatos,
ofrecimiento o recolección de oficio de pruebas, omisión de exhibir las copias
requeridas por el artículo 167, sino a suplir la queja aun cuando no se expresen
conceptos de violación o agravios, como así lo ha sostenido la corte en la tesis
“Agrario. Suplencia de la queja. La falta de conceptos de violación o agravios
en la demanda o escrito de revisión, respectivamente, constituyen la máxima
deficiencia” y en su parte conducente expresa: “…Esta suplencia opera no sólo
cuando los conceptos de violación y agravios sean deficientes; o sea, se omita
alguno de ellos, sino también cuando no se expresen conceptos de violación en
la demanda o agravios en el escrito de revisión, que es lo que constituye la
máxima deficiencia de la queja; pues basta para que el órgano judicial pueda o
deba suplir la deficiencia de la queja, que se haya promovido el juicio de
garantías o interpuesto el recurso de revisión.” 4
Para continuar con el tema se transcribirá una sentencia de amparo en
revisión, para mejor conocimiento del tema:
AMPARO EN REVISIÓN: R. A. ___/2004.
RECURRENTE Y QUEJOSA: ___
MAGISTRADO RELATOR:
SECRETARIA:
México, Distrito Federal. Acuerdo del Séptimo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, correspondiente al día_____.

VISTOS
Y
RESULTANDO:
4
Cfr http://www.pa.gob.mx/publica/rev_22/Gabriela%20Hernández.pdf
PRIMERO.- Por escrito presentado el catorce de agosto de dos mil
tres, ante la Oficina de Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito en
Materia Administrativa en el Distrito Federal, LA QUEJOSA, por su propio
derecho, demandó el amparo y protección de la Justicia Federal, por considerar
violadas, en su perjuicio las garantías contenidas en los artículos 14 y 16 de la
Constitución Federal, en contra de las autoridades y por actos que a
continuación se detallan: "AUTORIDADES RESPONSABLES: 1) Como
ordenadora, el Tribunal Unitario del Octavo Distrito en el Distrito Federal. 2)
Como ejecutora, la Delegación del Registro Agrario Nacional en el Distrito
Federal. ACTO RECLAMADO: 1) De la autoridad señalada como ordenadora,
las actuaciones de privación de derechos agrarios que como ejidataria me
corresponden respecto del certificado número 775490, del poblado Huipulco,
Delegación Tlalpan, Distrito Federal, particularmente la Resolución de fecha 19
de septiembre de 1991, publicada en el Periódico Oficial del Distrito Federal el
24 de febrero de 1992, así como todas las consecuencias legales que deriven
de tal acto reclamado.- 2) De la autoridad señalada como ejecutora,
reclamamos el cumplimiento e inscripción de dicha Resolución dictada por la
señalada Comisión Agraria Mixta de fecha 19 de septiembre de 1991 y cada
una de sus consecuencias legales, como lo son la cancelación del Certificado
de Derechos Agrarios número 775490 a nombre de la suscrita quejosa del
poblado Huipulco, Delegación Tlalpan, Distrito Federal".

En la demanda de garantías se estimaron violados los artículos 14 y


16 de la Constitución Federal y no se señaló tercero perjudicado.

SEGUNDO.- Como antecedentes, la parte quejosa señaló los


siguientes:

"1.- Con fecha 10 de marzo de 1986, la Comisión Agraria Mixta


emitió resolución en el expediente número 36-XXII-P.D.A., relativo a
la Privación y Reconocimiento de Derechos Agrarios del Ejido de
Huipulco, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, publicada en la
Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal, que fue 15 de
abril del mismo año, resolución que fue impugnada por los
integrantes del Comisariado Ejidal en funciones a través del recurso
de inconformidad ante el Cuerpo Consultivo Agrario, quien en fecha
23 de febrero de 1989, emitió resolución que revocó la emitida por
ese órgano Colegiado para efectos de que se repusiera totalmente
el procedimiento llevado a cabo.- - - 2.- Por oficio número 185 bis,
de fecha 16 de enero de 1991, el C. Delegado de la Secretaría de la
Reforma Agraria en el Distrito Federal, remitió a esta Comisión
Agraria Mixta el expediente integrado con la documentación
resultante de la Asamblea General Extraordinaria de Ejidatarios,
celebrada en el núcleo agrario que nos ocupa, el día 17 de
noviembre de 1990, en cumplimiento a la resolución emitida por el
Cuerpo Consultivo Agrario.- - - 3.- La Comisión Agraria Mixta al
estudiar el expediente y los elementos consideró procedente la
solicitud formulada por la Asamblea General Extraordinaria, por lo
que con fundamento en el artículo 426 de la Ley Federal de la
Reforma Agraria, en fecha 17 de enero de 1991, inició el
Procedimiento de Privación de Derechos Agrarios de los
campesinos propuestos por la Asamblea que cubrieran los
requisitos existentes por la ley.- - - 4.- La referida Asamblea
manifiesta que ante la necesidad de depurar el Censo de
Ejidatarios, solicita se priven de sus derechos y se cancelen los
correspondientes certificados a 119 ejidatarios entre los cuales se
encuentra la suscrita, en razón de haber recibido supuestamente
algunos beneficios en especie y en efectivo derivados de la tierra,
situación que en ningún momento es cierta, toda vez que la suscrita
siempre ha estado en posesión y usufructuando las tierras que
amparan el certificado número 775490, mismo que me ampara
como ejidataria del poblado que nos ocupa.- - - 5.- Por lo que en
ningún momento, tuve conocimiento de que la suscrita estuviera
privada de mis derechos de ejidataria, violando así mi garantía de
audiencia, toda vez que nunca se me informó de la celebración de
dicha asamblea ya que en esa época no contábamos con
autoridades legalmente reconocidas y por tanto todas aquellas
asambleas que fueran realizadas carecía de veracidad por no cubrir
con los requisitos establecidos por la derogada Ley Federal de la
Reforma Agraria dejándome en estado de indefensión, es decir,
nunca agotó las etapas procesales a que tengo derecho como es la
notificación para ofrecer las pruebas que a mi interés conviniera y
mucho menos me dio la oportunidad de haber sido oída y vencida
en juicio violando flagrantemente las garantías constitucionales a
que tengo derecho.- - - 6.- Por lo que al haber acudido a la
Procuraduría Agraria; y que después de ello se solicitó a un
abogado, de la misma institución, investigara mi situación y en
donde finalmente me enteré de que mi derecho como ejidataria
estaba cancelado por una resolución emitida por la Comisión
Agraria Mixta y que constituyen la materia de este juicio de amparo.-
- - 7.- Con lo anterior, se denota la mala fe en que incurrió la
autoridad responsable y que con ello, se violó nuestra garantía de
audiencia y legalidad, porque jamás me mencionó la cancelación de
mis derechos agrarios".

TERCERO.- La demanda se turnó al Juzgado Quinto de Distrito "A"


en Materia Administrativa en el Distrito Federal y se registró con el número
_____/2003.

Seguidos los trámites correspondientes, en sentencia de cinco de


diciembre de dos mil tres, engrosada el veintiocho de enero de dos mil cuatro,
resolvió el Juzgador:

"ÚNICO. SE SOBRESEE en el presente juicio de garantías,


promovido por La quejosa, contra actos de las autoridades
precisados en el considerando segundo, por las razones y
fundamentos expuestos en el considerando quinto de la presente
resolución.- Notifíquese…".
CUARTO.- Inconforme con la resolución anterior, interpuso recurso
de revisión LA QUEJOSA, mediante escrito presentado el doce de febrero de
dos mil cuatro.

El pliego de agravios se turnó a este Séptimo Tribunal Colegiado en


Materia Administrativa del Primer Circuito y por acuerdo de dieciocho de
febrero de dos mil cuatro, se formó el toca R.A. ____/2004. Por auto de
veintiséis de febrero de dos mil cuatro se admitió el recurso. Se puso el
expediente a disposición del Agente del Ministerio Público Federal de la
adscripción quien se abstuvo de formular pedimento.

Encontrándose los presentes autos en estado de resolución, fueron


turnados al Magistrado relator para la formulación del proyecto respectivo
mediante acuerdo de uno de marzo de dos mil cuatro.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.- Este Tribunal Colegiado tiene competencia legal para


decidir el presente asunto con apego a los artículos 85, fracción II de la Ley de
Amparo y 37, fracción IV y 38 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación.

La promoción del recurso de revisión fue oportuna, en virtud de que


la sentencia impugnada se notificó a la recurrente el veintinueve de enero de
dos mil cuatro, y el recurso se presentó por conducto de la Juez Federal del
conocimiento el doce de febrero de dos mil cuatro.

SEGUNDO.- La sentencia recurrida se apoya en los razonamientos


siguientes:

"…SEGUNDO. Ante todo, en términos del artículo 77, fracción l, y


227, de la Ley de Amparo, deben precisarse los actos reclamados
que por esta vía se impugna, según confirma la tesis de
jurisprudencia P./J.40/2000, emitida por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en Pleno, misma que se publicó en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XI, abril de 2000, página 32, es necesario precisar en qué
consisten aquéllos, atendiendo a la integridad de la demanda, en los
casos en que tal proceder resulte necesario para una mejor
impartición de justicia. Se transcriben el rubro de la mencionada
tesis, para efectos ilustrativos: "DEMANDA DE AMPARO. DEBE
SER INTERPRETADA EN SU INTEGRIDAD".- - - En este orden,
tenemos que la quejosa reclama por esta vía: a) La resolución
emitida y aprobada por el Pleno de la Comisión Agraria Mixta del
Distrito Federal, en sesión ordinaria de diecinueve de septiembre de
mil novecientos noventa y uno, relativa al Procedimiento de
Privación de Derechos Agrarios, Nuevas Adjudicaciones y
Actualización de Derechos en el Ejido del Poblado "Huipulco",
delegación Tlalpan, Distrito Federal, por la que se cancelaron entre
otros certificados agrarios, el número 775490, de cuya titularidad se
ostenta la hoy inconforme, así como sus efectos y consecuencias
que se traducen la cancelación del mencionado certificado agrario,
ante la autoridad correspondiente.- - - También resulta aplicable al
aserto anterior, por identidad jurídica substancial, la tesis III.1o.A.31
K, que puede consultarse en la Novena Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VI, Diciembre de 1997,
página 647, que dice: "ACTO RECLAMADO. ESTUDIO INTEGRAL
DE LA DEMANDA DE AMPARO".- (Transcribe texto).- - -
TERCERO. Pese a que la autoridad Delegado del Registro Agrario
Nacional en el Distrito Federal, negó la existencia de los actos que
se le atribuyen, consistente en la cancelación del certificado de
derechos agrarios número 775490, a nombre de la quejosa La
quejosa, debe tenerse por cierto, toda vez que de las constancias
de autos, así como de la lectura al informe justificado rendido se
advierte que la extinta Comisión Agraria Mixta ordenó la remisión de
la resolución impugnada a la entonces Dirección General del
Registro Agrario Nacional, hoy Registro Agrario Nacional, tal como
se corrobora con la constancias que en copia certificada obran en
los presentes autos: primero, de la resolución aludida, a fojas de la
33 a la 40, y segundo, de la inscripción de referida la cancelación, a
foja 100, al advertirse la participación del ente jurídico público.- - -
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Séptima Época, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación, Tomo 91-96, Tercera
Parte, visible en la página siete, que dice: "ACTO RECLAMADO,
EXISTENCIA DEL. DEBE TENERSE POR CIERTA, AUN CUANDO
LA NIEGUEN LAS AUTORIDADES RESPONSABLES, SI DEL
INFORME RESULTA LO CONTRARIO".- (Transcribe texto).- - - En
ese contexto, contrario al argumento de la responsable, en el
sentido de que la delegación del Registro Agrario Nacional se creó
con base en los decretos de reformas al artículo 27 Constitucional,
publicados en el Diario Oficial de la Federación el seis y veintiocho
de enero de mil novecientos noventa y dos, y la resolución
combatida fue pronunciada por la entonces Comisión Agraria Mixta
el diecinueve de noviembre de mil novecientos noventa y uno, por lo
que dicha delegación distrital no participó en el procedimiento de
cancelación del certificado agrario ya mencionado, debe precisarse
que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 148 con relación
al 152, fracciones I, II y VIII, compete a la esfera de atribuciones del
Registro Agrario Nacional, como órgano desconcentrado
jerárquicamente subordinado a la Secretaría de la Reforma Agraria,
la materialización de las inscripciones ordenadas en resoluciones
judiciales o administrativas, y que la reforma constitucional de
referencia otorgó a la nueva institución la naturaleza jurídica de
órgano desconcentrado, conservando su naturaleza registral de la
propiedad agraria del país, con independencia de que dicha función
se realice o no por la delegación distrital, pues por el hecho de que
el órgano administrativo descentralice sus funciones en unidades
administrativas, denominadas delegaciones, no conlleva a
descentralizar su competencia, que por otra parte, esta determina
en la ley de la materia.- - - CUARTO. En cambio, debe tenerse por
cierto el acto reclamado que se le atribuye al Tribunal Unitario del
Octavo Distrito en el Distrito Federal, toda vez que al rendir su
informe con justificación aceptó la existencia del acto reclamado,
además que como ya se dijo, los Tribunales Agrarios fueron creados
por reforma al artículo 27 de la Constitución Federal, de fecha seis
de enero de mil novecientos noventa y dos.- - - Sirve de apoyo, por
ilustrativa al tópico en estudio, en este último aspecto, la tesis 4a.
XVI/94, sustentada por la entonces Cuarta Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que puede consultarse en el
Semanario Judicial de la Federación, Tomo XIII, Junio de 1994,
Octava Época, página 383, que dice: "INEJECUCIÓN DE
SENTENCIA. CUANDO UN TRIBUNAL UNITARIO AGRARIO
SUSTITUYE A LA RESPONSABLE PARA DAR CUMPLIMIENTO A
UNA EJECUTORIA, DEBE AGOTARSE EL PROCEDIMIENTO
PREVISTO POR LOS ARTÍCULOS 104, 105 Y DEMÁS
RELATIVOS DE LA LEY DE AMPARO".- (Transcribe texto).- - -
QUINTO. Sea que las partes lo aleguen o no, previamente al
estudio del fondo de la cuestión planteada, debe examinarse la
procedencia del juicio de amparo, por ser ésta una cuestión
preferente y de orden público, de conformidad con lo establecido por
el artículo 73, último párrafo, de la Ley de Amparo, que dice: "Las
causales de improcedencia, en su caso, deberán ser examinadas de
oficio".- - - El suscrito examina la causa de improcedencia prevista
en la fracción XV, del artículo 73, de la Ley de Amparo, ya que de la
demanda de garantías se desprende que la quejosa señaló como
acto reclamado la resolución de diecinueve de septiembre de mil
novecientos noventa y uno, dictada por la Comisión Agraria Mixta,
publicada en la Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal,
el veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y dos, por la
que se privan y cancelan derechos agrarios y sucesorios, y se
reconocen nuevas adjudicaciones a ejidatarios del poblado
"Huipulco", Delegación Tlalpan, Distrito Federal.- - - Asimismo, se
desprende que la quejosa promueve la instancia constitucional, en
virtud de que en la aludida resolución agraria, se cancelaron entre
otros certificados agrarios, el número 775490, cuyo titularidad fue
reconocida, a _________, pero que en la constancia registral (foja
41) aparece con el nombre de_________, derivado de que la unidad
de dotación que ampara tal certificado fue expropiada e
indemnizada, como a todos los afectados.- - - Argumenta en el libelo
constitucional y en posteriores alegatos, que la cancelación del
certificado agrario le causa perjuicio en su carácter de ejidataria,
toda vez que no fue emplazada al procedimiento de privación que
culminó con la cancelación del referido documento, pues en la
resolución agraria reclamada, se alude a _______ y no a________,
cuyos derechos fueron cancelados.- - - Como puede advertirse, en
la resolución de la Comisión Agraria Mixta, de diecinueve de
septiembre de mil novecientos noventa y uno, resolvió la privación
de los derechos agravios, entre otros, el identificado con el número
775490, cuya cancelación se ordenó en términos del séptimo
considerando: (Lo transcribe).- - - Ahora bien, el origen de la anterior
determinación se localiza en el acuerdo de la Asamblea General de
Ejidatarios para la depuración del censo ejidal del núcleo de
población denominado "Huipulco", perteneciente a la Ciudad de
México, Distrito Federal, ubicado en la delegación Tlalpan, (a fojas
42 a la 57), la que tuvo verificativo el diecisiete de noviembre de mil
novecientos noventa, que en la parte que interesa consigna lo
siguiente: - - -"LA ASAMBLEA CON LA FINALIDAD DE DEPURAR
EL CENSO DE EJIDATARIOS SEÑALADO AL PRINCIPIO DE LA
PRESENTE ACTA HACE LAS SIGUIENTES CONSIDERACIONES:
POSTERIORMENTE, POR RESOLUCIONES PRESIDENCIALES
DE FECHAS VEINTE DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS
CINCUENTA Y SEIS Y ONCE DE DICIEMBRE DE MIL
NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE SE DEVOLVIERON,
RESPECTIVAMENTE LOS PREDIOS "EL TRÉBOL" CON
SUPERFICIE DE 8-00-00 HECTÁREAS APROXIMADAMENTE A
VILLA LÁZARO CÁRDENAS, CAUSAHABIENTE DEL C. ALBERTO
P. PELLANDINI Y, DE 20-45-29 HECTÁREAS DEL SEÑOR
AUGUSTO RODRÍGUEZ..." "CON BASE A ESTAS
DISPOSICIONES JURÍDICAS, Y TOMANDO EN CUENTA QUE EN
AQUELLAS FECHAS NO SE DEPURÓ EL CENSO DEL EJIDO A
PESAR DE QUE LOS EJIDATARIOS AFECTADOS RECIBIERON
COMPENSACIONES EN ESPECIE Y EN EFECTIVO POR BIENES
DIFERENTES A LA TIERRA, ESTA ASAMBLEA RECONOCE Y
APRUEBA LA NECESIDAD DE DEPURAR SU CENSO Y PARA
TAL EFECTO SE SOLICITA PRIVEN DE SUS DERECHOS Y SE
CANCELEN LOS CORRESPONDIENTES CERTIFICADOS
CORRESPONDIENTE A LAS DEVOLUCIONES DEL "TRÉBOL" Y
86 DE LAS RESTANTES, CUYA RELACIÓN ES LA SIGUIENTE: - -
- No. 43 CERTIFICADO No 775490 TITULAR. MARGARITO
FLORES.- "ESTA ASAMBLEA HACE DEL CONOCIMIENTO DE
LAS AUTORIDADES AGRARIAS LO SIGUIENTE: PRIMERO. - -
-SEGUNDO. SE CONSIGNAN LOS NOMBRES CORRECTOS DE
LOS TITULARES YA QUE EN EL CENSO, BASE DE LA
INVESTIGACIÓN EXISTE UN CÚMULO DE ERRORES.
TERCERO. SE CONSIGNAN LOS NÚMEROS DE LOS TÍTULOS
AGRARIOS DE LOS CUALES SON TENEDORES LOS
TITULARES Y EN ALGUNOS CASOS LOS NÚMEROS DE LOS
CERTIFICADOS DE DERECHOS AGRARIOS CONSIGNADOS EN
EL CENSO QUE EL REGISTRO AGRARIO NACIONAL
INEXPLICABLEMENTE SUSTITUYO POR EL NÚMERO DEL
TÍTULO".- - - Bajo tales premisas, de acuerdo con el antecedente
antes reproducido, la asamblea ejidal tuvo, entre otros objetivos, la
depuración censal del núcleo agrario de referencia, tomando en
consideración las resoluciones administrativas dictadas por el titular
del Poder Ejecutivo, cuyo efecto fue devolver los predios a sus
originales propietarios, previa expropiación e indemnización a los
ejidatarios, sin que la autoridad agraria de ese entonces realizará la
depuración del censo ejidal.- - - De esa guisa, la depuración censal
realizada por la asamblea de ejidatarios y aprobada por la
resolución de la extinta Comisión Agraria Mixta, resolvió en ese
orden, privar de los derechos agrarios y cancelar el certificado
número 775490, defendido en esta vía, precedió de las resoluciones
presidenciales expropiatorias y la falta del censo ejidal que se
ajustará a las determinaciones del núcleo agrario y de la Comisión
Agraria Mixta, como autoridad competente para llevar a cabo la
privación de los derechos agrarios y, ordenar la cancelación de los
certificados correspondientes, a la entidad registral
correspondiente.- - - Del examen de las constancias descritas en
párrafos anteriores, se sigue que con independencia de que tanto la
asamblea ejidal de diecisiete de noviembre de mil novecientos de
noventa como la resolución de diecinueve de septiembre de mil
novecientos noventa y uno, haya consignado que fue a _____ a la
persona a quien se privó de los derechos agrarios; lo cierto es que
en ambos documentos se identificó el certificado 775490, por lo que
resulta indubitable que se trata del mismo número de certificado que
se reclama en esta instancia, como se corrobora de la simple lectura
de la copia certificada que de su inscripción obra en los asientos del
Registro Agrario Nacional, a foja 41.- - - En consecuencia, si se
arriba a la convicción de que el multicitado certificado de derechos
agrarios fue cancelado por la resolución de diecinueve de
septiembre de mil novecientos noventa y uno, dictada por la extinta
Comisión Agraria Mixta, por virtud de solicitud del núcleo de
población ejidal denominado "Huipulco", aprobada en asamblea
general de ejidatarios, por haberse ejecutado resoluciones
presidenciales de expropiación y haber recibido el ejidatario bienes
distintos a la tierra, lo que se traduce en el conocimiento de los
actos de los hoy se duele, se deduce que la parte quejosa promovió
en forma extemporánea el juicio de garantías de que se trata,
tomando en consideración que no presentó su libelo constitucional
en el término de 30 días que dispone el artículo 218 de la Ley de
Amparo, ya que de acuerdo con las constancias que obran en
autos, a juicio del suscrito, resultan reveladoras de que la impetrante
de garantías no desconocía la cancelación del certificado de
derechos agrarios identificado con el número 775490, y cuya
pretensión de desprende únicamente de que en la anotación
registral se haya establecido el nombre de ______ y no el
de_______, que es congruente con los antecedentes de la
documentación agraria de la que se ha hecho mención.- - - En ese
contexto, para una mejor comprensión del tema, debe tenerse
presentes los artículos 73, fracción XV, de la Ley de Amparo y 18,
fracción IV de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios.- - - Previo
a su transcripción, precisa hacer referencia que los Tribunales
Agrarios fueron creados por reforma al artículo 27 de la Constitución
Federal, de fecha seis de enero de mil novecientos noventa y dos.- -
- En la adición realizada a la fracción XIX del artículo 27
constitucional, quedó como segundo párrafo el siguiente: "Son de
jurisdicción federal todas las cuestiones que por límites de terrenos
ejidales y comunales, cualquiera que sea el origen de éstos, se
hallen pendientes o se susciten entre dos o más núcleos de
población; así como las relacionadas con la tenencia de la tierra de
los ejidos y comunidades. Para estos efectos y, en general, para la
administración de justicia agraria, la ley instituirá tribunales dotados
de autonomía y plena jurisdicción, integrados por Magistrados
propuestos por el Ejecutivo Federal y designados por la Cámara de
Senadores o, en los recesos de ésta, por la Comisión Permanente".-
- - Los artículos transitorios del mencionado decreto de reformas,
establecieron: (Los transcribe).- - - Ahora bien, en fecha veintiséis
de febrero de mil novecientos noventa y dos, se publicó en el Diario
Oficial de la Federación la nueva Ley Agraria, que en sus artículos
1o., 163 y primero a tercero transitorios, establece: (Los transcribe).-
- - Por su parte, la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, en sus
artículos 1o., 2o., 18, así como en los transitorios primero y cuarto,
dispone: (Los transcribe).- - - De los preceptos relacionados, se
desprende que en virtud de las reformas al artículo 27 de la
Constitución Federal, de la derogación de la Ley Federal de
Reforma Agraria, la vigencia de la nueva Ley Agraria y de la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios, como se deriva de la presente
reclamación, compete en el aspecto examinado, a los indicados
tribunales, pues a ellos corresponde, entre otras, las que se deriven
de resoluciones dictadas por las autoridades agrarias que alteren,
modifiquen o extingan un derecho o determinen la existencia de una
obligación de dotación de tierras y, consecuentemente, son los que
cuentan con competencia para resolver sobre la insubsistencia del
procedimiento que culminó con la resolución agraria reclamada.- - -
De lo anterior, se infiere que como el acto reclamado consiste en la
resolución agraria publicada en la Gaceta del Departamento del
Distrito Federal, el veinticuatro de febrero de mil novecientos
noventa y dos, fue emitida por una autoridad agraria, como lo fue la
extinta Comisión Agraria Mixta, y que en la aludida resolución se
altera o extingue un derecho, como lo es la cancelación del
certificado agrario número 775490, cuya titularidad pretende
ostentar Margarita Flores, es incuestionable que en su contra, previo
a la promoción del juicio de amparo, debió promoverse el juicio
agrario de nulidad que establece la fracción IV, del artículo 18 de la
Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, ante el Tribunal Unitario
Agrario, porque a través de ese medio de defensa del acto
reclamado pudo haberse modificado, revocado o nulificado.- - - Lo
anterior es así, además porque el artículo 166 del la Ley Agraria,
establece que los Tribunales Agrarios, "podrán acordar la
suspensión del acto de autoridad en materia agraria que pudiere
afectarlos en tanto se resuelve en definitiva. La suspensión se
regulará aplicando en lo conducente lo dispuesto en el Libro
Primero, Título Segundo, Capítulo Tercero de la Ley de Amparo"; lo
que implica que para el otorgamiento de la suspensión, no se exijan
mayores requisitos que los que al respecto establece la Ley de
Amparo, y además, porque la resolución agraria reclamada de
diecinueve de septiembre de mil novecientos noventa y uno,
publicada en la Gaceta del Departamento del Distrito Federal, el
veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y dos, se funda,
entre otros, en lo dispuesto en los artículos 12, fracciones I y II, 89,
431 y demás relativos de la Ley Federal de la Reforma Agraria, 57,
58 67 y 68 del Reglamento Interno de la Comisión Agraria Mixta.- - -
Brinda sustento a lo antes expuesto, la tesis de jurisprudencia 2a./J.
41/98, sustentada por la Segunda Sala la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo VIII, Julio de 1998, Novena Época, página 168, que dice:
"TRIBUNALES AGRARIOS. PROCEDE ANTE ELLOS LA ACCIÓN
DE NULIDAD PREVISTA EN LA LEY QUE LOS RIGE, AUN
CUANDO LOS ACTOS CUYA NULIDAD SE DEMANDA HAYAN
ACONTECIDO DURANTE LA VIGENCIA DE LA DEROGADA LEY
FEDERAL DE LA REFORMA AGRARIA".- (Transcribe texto).- - - De
lo antes expuesto, se impone sobreseer en el presente juicio de
garantías, respecto de la resolución que ha quedado precisada, en
términos de lo dispuesto en la fracción XV del artículo 73, en
relación con la fracción III del artículo 74, de la Ley de Amparo.- - -
Bajo esa orden de ideas, al resultar improcedente el juicio de
garantías respecto del acto concreto de aplicación reclamado por la
parte quejosa, igual consideración debe hacerse, respecto de los
actos de ejecución de los mismos.- - - En uso de la facultad que
confiere el artículo 30, párrafo primero, de la Ley de Amparo, se
estima necesario notificar personalmente a las partes quejosa y
tercero perjudicada la presente resolución en el domicilio que
señalaron para tales efectos".
TERCERO.- La recurrente hace valer los siguientes agravios:
"PRIMERO: Se me causa agravio porque el Juez de Distrito
dictó una resolución sin examinar cuidadosamente las constancias
que obran en autos y fue omiso en recabar de oficio todas aquellas
pruebas que puedan llegar a la verdad, como lo menciona el Libro
Segundo del Amparo en Materia Agraria, Título Único, Capítulo
Único, artículos 212, 224, 225, 226 y 227, así como los artículos 79
y 80 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria, tal como se probó, aun cuando sea distinto al invocado
en la demanda.- - - SEGUNDO: No se precisa la acción agraria
que causó el desposeimiento de mi parcela, ni se analizó
correctamente la causal de privación de los derechos agrarios que
la Asamblea Ejidal de fecha 17 de noviembre de 1990 aplicó, ya
que la causal acordada no se encuentra contemplada en el artículo
85 de la entonces vigente y hoy derogada Ley Federal de Reforma
Agraria, violándose flagrantemente este ordenamiento legal.- - - En
efecto, causa agravio el considerando quinto de la multicitada
resolución ya que violenta lo consagrado en el artículo 77, fracción
I de la Ley de Amparo, el cual dice a la letra: (Lo transcribe).- - -
También la sentencia recurrida viola en mi perjuicio las garantías
consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales, porque el
Juez para resolver el procedimiento agrario omite recabar diversas
pruebas documentales, por lo tanto dicha resolución no se
encuentra debidamente fundada y motivada, de conformidad con
lo dispuesto por el artículo 16 constitucional.- - - Asimismo, como
tercero perjudicado se acreditó el Comisariado Ejidal de Huipulco,
Delegación Tlalpan, D.F., en representación del Núcleo Agrario y
cuyos alegatos que obran en autos fueron presentados de manera
extemporánea dos días después de la celebración de la audiencia
constitucional, este documento superveniente aclara y precisa
hechos con los que se puede llegar a la verdad legal, a este
documento no le recayó acuerdo.- - - Ahora bien, el artículo 218 de
la Ley de Amparo, establece textualmente: (Lo transcribe).- - - En
mis alegatos que obran en autos señalé bajo protesta de decir
verdad, que por comparecencia ante el Comisariado Ejidal de
Huipulco, Delegación Tlalpan, D.F., de fecha 15 de julio del 2003,
con presencia de personal de la Procuraduría Agraria, fue cuando
tuvo conocimiento del acto reclamado que impugno por esta vía,
esto sucedió debido al Programa Nacional de Testamentos
Agrarios "Hereda" ante la imposibilidad que tuve para designar a
mis sucesores. (Anexo1).- - - La privación de los derechos agrarios
no fue un acto consentido por mí ya que en ningún momento tuve
conocimiento de que la suscrita estuviera privada de mis derechos
de ejidataria, toda vez que yo asistía a las reuniones que se
convocaban, porque como lo señalé en mi escrito inicial de
demanda, no había órganos de representación vigentes en el ejido
(Anexo 2), sin embargo, nunca se me informó de la celebración de
dicha Asamblea ya que en esa época reitero no contábamos con
autoridades legalmente reconocidas, así mismo, la Comisión
Agraria Mixta nunca agotó la etapa procesal a que tenía derecho
como es la notificación para ofrecer pruebas y alegatos que a mi
interés conviniera y mucho menos me dio la oportunidad de ser
oída y vencida en juicio dejándome en estado de indefensión,
volando flagrantemente las garantías constitucionales a que tengo
derecho.- - - En autos y en los informes justificados rendidos por
las autoridades responsables no obra constancia que acredite que
fue notificada, oída y vencida en el juicio celebrado ante la
Comisión Agraria Mixta.- - - El día catorce de agosto de 2003,
presenté ante la Oficialía de Partes Común de los Juzgados
Federales, la presente demanda de garantías formándose el
expediente en el que se actúa y el día 15 del mismo mes y año se
admitió la demanda en el Juzgado de Distrito correspondiente.- - -
Como se puede apreciar, estoy dentro de los treinta días
contemplados en el artículo 218 de la Ley de Amparo.- - - Ahora
bien, respecto de que la presente demanda debió presentarse
primero ante el Tribunal Unitario Agrario para demandar la nulidad
del acto que se reclama, si bien es cierto que es la instancia que
surgió en base a las reformas constitucionales al artículo 27
Constitucional, publicadas el 6 de enero de 1992 y con la
promulgación de la nueva Ley Agraria el 26 de febrero de 1992,
también es cierto que la Comisión Agraria Mixta ejercía funciones
de Tribunal, por eso el Tribunal Agrario es autoridad sustituta, al
expediente de privación le recayó resolución y se publicó en la
Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal, sin embargo
ya precisé cuando tuvo conocimiento del acto reclamado y con
fundamento en el artículo 212 fracción III de la Ley de Amparo que
literalmente dice: (Lo transcribe).- - - Por lo tanto resulta
jurídicamente ilógico aplicar la causal de improcedencia prevista
por la fracción XV del artículo 73 de la Ley de Amparo.- - - En
relación al acuerdo y afirmación de la Asamblea Ejidal, que
posteriormente el Juez del conocimiento se basa y da como buena
de acuerdo a hechos reales, para emitir la resolución y que dice lo
siguiente: (Transcribe texto).- - - El Delegado del Registro Agrario
Nacional en el Distrito Federal acredita esta aseveración con:
(Transcribe texto).- - - Sin embargo el citado funcionario omite
enviar copia certificada de las constancias de notificación de la
privación de los derechos agrarios o de que fue oída y vencida en
juicio, así como copia certificada del comprobante del pago de
indemnización en especie o en efectivo que supuestamente recibí
y el Juez del conocimiento también es omiso en requerirlas.- - -
Asimismo el funcionario y el comisariado ejidal tercero perjudicado
omiten decir quién indemnizó en especie y en efectivo a la suscrita
y el monto además de que nadie precisa la acción agraria que me
desposeyó de mi parcela, en virtud de que en autos no obra
ningún decreto expropiatorio y en la sentencia de mérito
reiteradamente se señala.- - - Al respecto, esta aseveración que es
fundamental para el A quo debe ser analizada y comprobada
plenamente con las constancias legales que obren en el juicio,
mismas que no obran en autos y que no fueron requeridas de
oficio por el Juez como lo señalan los artículos 224, 225 y 226 de
la Ley de Amparo, más aún supliendo la deficiencia de la queja
con base en el artículo 227 del ordenamiento legal citado.- - - En
su sentencia el Juez señala que el motivo del desposeimiento de
mi parcela entre otras fue por una expropiación debidamente
indemnizada en especie y en efectivo, lo cual resulta totalmente
falso.- - - En autos no obra el decreto expropiatorio aludido, ni
mucho menos las constancias de que fue indemnizada en especie
y en efectivo, sin embargo en mi escrito de alegatos le requerí a su
Señoría que requiriera al Comisariado Ejidal para que presentara
las constancias que acrediten que recibí la supuesta
indemnización en especie y en efectivo, lo cual no se hizo y fue
precisamente a él porque la Asamblea Ejidal fue quien
supuestamente me privó y para haber tomado ese acuerdo es
obvio que tenían los comprobantes del pago correspondiente.- - -
Ahora bien, tanto el Juez como la autoridad responsable Delegado
del Registro Agrario Nacional en el Distrito Federal fueron omisos
porque con fundamento en el artículo 224 de la Ley de Amparo el
primero debió requerir y el segundo presentar copias certificadas
de las resoluciones agrarias a que se refiere el juicio, de las actas
de posesión y de los planos de ejecución de esa diligencia, de los
censos agrarios, de las actas de asamblea relacionadas y de las
demás constancias necesarias para determinar con precisión los
derechos agrarios de la suscrita y del tercero perjudicado, así
como de los actos reclamados.- - - En este sentido omitió
presentar copia certificada del acta de asamblea de fecha 4 de
agosto de 1974, relativa a la investigación sobre usufructo
parcelario y depuración censal del Ejido Huipulco, en la cual se
demuestra en la foja dos que la suscrita estaba como ejidataria
titular sin conflicto y se demuestra en las fojas 12, 13 y 14 quiénes
fueron las personas que recibieron indemnización por devolución
de su unidad de dotación al propietario original (anexo 3).- - -
Asimismo, anexo a esa acta se encuentra un convenio que firman
estos ejidatarios en los que se puede observar la indemnización en
especie y en efectivo que reciben, sin que la suscrita aparezca
(Anexo 4).- - - Por otro lado, el Tribunal Unitario Agrario del Octavo
Distrito, autoridad sustituta de la Comisión Agraria Mixta también
fue omisa y no informó al Juez de Distrito que ya había cosa
juzgada sobre un caso similar, en el expediente 04/TUA24/97
(Anexo 5).- - - Los cinco anexos se adjuntan con fundamento en
los artículos 79 y 80 del Código Federal de Procedimientos Civiles
de aplicación supletoria.- - - También en autos obran los alegatos
presentados de manera extemporánea por el Comisariado Ejidal,
ahora información superveniente, mismos que no fueron tomados
en consideración, y establecen textualmente: (Transcribe texto).- -
- Como se puede observar la Asamblea Ejidal de fecha 17 de
noviembre de 1990 me privó supuestamente de mis derechos
agrarios y canceló el certificado de los certificado de los derechos
agrarios número 775490.- - - La violación que me causó la
Asamblea Ejidal de Huipulco de fecha 17 de noviembre de 1990,
así como la extinta Comisión Agraria mixta, quien dictaminó el
expediente, ahora Tribunal Unitario Agrario del Octavo Distrito fue
declarar la privación de los derechos agrarios de Margarita Flores
y la cancelación del certificado número 775490 del Poblado
denominado Huipulco, Delegación Tlalpan, Distrito Federal,
expedido a mi favor, en virtud de que la causal de privación
invocada no se encuentra prevista por el artículo 85 de la entonces
Ley Federal de Reforma Agraria, además de no ser oída ni vencida
en juicio previa notificación de la autoridad responsable antes y
después de la privación de los derechos agrarios.- - - En efecto, el
artículo 85 de la derogada Ley Federal de Reforma Agraria, en
vigor al desahogarse el procedimiento que se analiza,
expresamente señala que: (Transcribe texto).- - - En las
condiciones antes señaladas, se estima que con los elementos
probatorios vertidos, no queda legalmente demostrado en autos lo
siguiente: A) No hay constancias de que haya recibido
indemnización en especie o en efectivo alguna con motivo de la
"supuesta expropiación" de mi parcela que argumenta el Juez.- - -
B) La Causal invocada por el órgano Supremo del Ejido, la
Asamblea, para solicitar la privación de mis derechos agrarios, que
sirvió de base a la resolución de la Comisión Agraria Mixta, dictada
el 19 de septiembre de 1991 y publicada el 24 de febrero de 1992,
es indiscutible que dicha circunstancia de privación no está
contemplada como causal de privación de los derechos agrarios
en el artículo 85 de la Ley Federal de Reforma Agraria.- - - C) No
hay constancias de que haya sido notificada de mi privación de los
derechos agrarios o de que haya sido oída y vencida en juicio.- - -
Por lo tanto los argumentos que sirvieron de base para la privación
de los derechos agrarios así como la sentencia emitida por el A
quo violan flagrantemente los principios legales invocados al inicio
del presente recurso.- - - Finalmente, solicito a ese H. Tribunal
Colegiado que se me conceda la protección de la Justicia de la
Unión sobre los actos reclamados a las autoridades responsables
y se resuelva la restitución de mis derechos agrarios del certificado
número 775490, otorgándoseme nuevamente la calidad de
ejidataria".
CUARTO.- Son esencialmente fundados los agravios expresados por la
recurrente, de conformidad con las siguientes consideraciones:
En ellos aduce en síntesis que, el Juez Federal del conocimiento omitió
recabar diversas pruebas documentales, que por tanto la sentencia no está
debidamente fundada y motivada.
Cabe precisar que al formular su demanda de garantías, la recurrente
señaló que en forma indebida las autoridades responsables la privaron de sus
derechos agrarios derivados del certificado 775490 del Poblado Huipulco,
Delegación Tlalpan, Distrito Federal, sin que se haya respetado su garantía de
audiencia, pues a solicitud de la Asamblea General Extraordinaria, de diecisiete
de noviembre de mil novecientos noventa, tomó la decisión de depurar el censo
de ejidatarios, solicitó de las autoridades agrarias correspondientes la
cancelación de diversos certificados agrarios, entre los cuales se encuentra el
de la quejosa, sin que previa a dicha determinación estuviera privada de sus
derechos ya que afirma siempre ha estado en posesión de las tierras que
ampara el certificado; con base en la solicitud de la Asamblea la entonces
Comisión Agraria Mixta resolvió el diecinueve de septiembre privarla de sus
derechos agrarios, determinación que se publicó en la Gaceta Oficial del
Departamento del Distrito Federal el veinticuatro de febrero de mil novecientos
noventa y dos.
El Juez Federal del conocimiento sobreseyó en el juicio al considerar
que, del contenido de las constancias que obran en autos se desprende que
con independencia que del contenido del acta de asamblea general
extraordinaria y de la resolución que emitió la Comisión Agraria Mixta se haya
consignado que se cancelaron los derechos agrarios de _____ y no de _____,
el número de certificado sí coincide, y que dicha cancelación derivó de la
ejecución de las resoluciones presidenciales de expropiación y porque los
ejidatarios afectados recibieron bienes distintos a la tierra, lo que consideró se
traducía en el conocimiento de los actos reclamados y que por ello la
presentación de la demanda fue extemporánea, pues no se presentó en el
término de treinta días a que alude el artículo 218 de la Ley de Amparo.
El Juez consideró que también se actualizó la causa de improcedencia
prevista en la fracción XV, del artículo 73 de la Ley de Amparo, pues la
resolución impugnada la emitió la otrora Comisión Agraria Mixta, por lo que en
términos de la reforma al artículo 27 Constitucional y a la Ley Agraria procedía
el juicio agrario de nulidad a que se refiere la fracción IV, del artículo 18 de la
Ley Orgánica del los Tribunales Agrarios ante el Tribunal Unitario Agrario,
porque a través de este medio de defensa pudo haberse modificado revocado
o nulificado.
Debe precisarse que en el caso, la demanda de garantías se promovió
porque dice la quejosa que no se le respetó su garantía de audiencia en el
procedimiento de cancelación de sus derechos agrarios y que culminó con la
cancelación del certificado 775490, expedido a su nombre y no al de Margarito
Flores, pues con independencia que coincida el número de certificado en el
acta de asamblea general que se celebró el diecisiete de noviembre de mil
novecientos noventa y en la resolución que con motivo de ella emitió la
Comisión Agraria Mixta publicada en la Gaceta Oficial del Departamento del
Distrito Federal, el veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y dos, no
se trata de la misma persona como lo afirma el Juez del conocimiento.
Ahora bien, si el amparo se promovió por violación a la garantía de
audiencia, y la autoridad al rendir el informe justificado afirmó que la resolución
que tomó la Comisión Agraria Mixta derivó de la solicitud de la asamblea
general de ejidatarios de diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa,
en la que se acordó que los ejidatarios afectados por diversas resoluciones
presidenciales y debido a que recibieron compensaciones en especie o en
efectivo debía depurarse el censo, y que concluyó con la cancelación del
certificado de derechos agrarios de la quejosa, es necesario para resolver
conforme a derecho que los documentos que sirvieron de base para la
determinación anterior obren en autos tal y como lo consideró el Juez al dictar
el proveído de seis de octubre de dos mil tres, en el que dijo:
"…Visto el estado procesal que guardan los presentes autos, de los
cuales se advierte que no obran la totalidad de las constancias que
tengan relación con el acto reclamado, tales como resoluciones
agrarias, actas de posesión, planos de ejecución, censos agrarios,
certificados de derechos agrarios, títulos de propiedad y demás
constancias que sean necesarias para determinar con precisión los
derechos agrarios de la quejosa; en consecuencia, con fundamento
en los artículos 226, 152, parte final, de la Ley de Amparo y 297,
fracción II, del Código Federal de Procedimientos Civiles de
aplicación supletoria a la Ley de la Materia, por disposición expresa
de su artículo 2° y suplementarios, así como en el artículo 11,
fracción X, del Reglamento Interior de la Secretaría de la Reforma
(sic), requiérase a la autoridad DIRECCIÓN GENERAL DE
ASUNTOS JURÍDICOS DE LA SECRETARÍA DE LA REFORMA,
para que en el término de tres días, contados a partir de su legal
notificación, remita las constancias enunciadas con antelación, toda
vez que resultan necesarias para resolver el presente asunto…".
(foja 63 del cuaderno de amparo).
Del análisis de las constancias que obran en autos no se desprende
que la autoridad haya cumplido con el requerimiento apuntado, por lo que en el
caso existe una violación al procedimiento en perjuicio de la quejosa que debe
repararse, máxime que en el caso se trata de privar de sus derechos agrarios a
un miembro del ejido, por lo que con apoyo en lo dispuesto por la fracción IV,
del artículo 91 de la Ley de Amparo, procede revocar la sentencia que se
estudia para que se reponga el procedimiento a fin de que se recaben las
pruebas necesarias para poder resolver el presente asunto conforme a
derecho, partiendo de la base de que la quejosa se ostenta como tercera
extraña a juicio, alegando la falta de notificación al procedimiento reclamado y
violación directa al artículo 14 Constitucional, o sea la garantía de audiencia.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos 83,
85, 91 y demás aplicables de la Ley de Amparo, se resuelve:
PRIMERO.- Se revoca la sentencia.
SEGUNDO.- Se ordena reponer el procedimiento.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse
los autos al Juzgado de su procedencia y en su oportunidad archívese el toca;
regístrese la presente ejecutoria en términos del Acuerdo General 87/2003 del
Pleno del Consejo de la Judicatura Federal.
Así por unanimidad de votos, lo resolvió el Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito que integran los
Magistrados, Presidente ______, _______ y ________. Fue Ponente el
primero de los señores Magistrados antes mencionados.
Firman el Magistrado Presidente y Ponente, con la Secretaria de
Tribunal que autoriza y da fe.
Del ejemplo analizado, se observa que el juicio de amparo en materia
agraria persiste, pues aún tenemos muchos asuntos que han quedado en
términos de la anterior legislación, y que tendrán que ser resueltos, dado el
interés que hoy día tiene las tierras que hasta hace años no se podía enajenar
y hoy ese supuesto ya no existe, concluyéndose que no ha cambiado el
amparo en materia agraria, los que han cambiado son los actores y la celeridad
del juicio de amparo.

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