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Introduccién a los métodos cualitativos de investigacién Paidés Bisien iuattari ~ EL AnticEdipe Su significade y funciones en ta Aatigiiedad y otras eulturas Deutwch = Los nervios ated gobierno M. Mead ~ Educaciéa y cultura en Nueces Guinen Loreng ~ Fundementos de to etadoxia . CG. Clark - fa identidad del hombre J. Kogan - Filosofia de Ja imaginacién CS. Kirk - Bat pocmins de Homera Austin y P, Vidal-Naquet - Eeonomia y sociedad en te antigua fireeia nell = Entroducein a ta filonofin mawomésion > Europe en ta Edad Media traiann = Lat clfarerd eetose - adre Zandew - Maaual de paivafogia waciat 8 Piaget yo reins patidarnan dle fe teortte ster SD Taylor y We Mogdunn + Ftroaduce iin e fas aubtonton cutis ILM, Feinstein - a formaciéa de Filtiam Jamen Hi Garduor = Arte, mente y cerebro W. FL Newton-Smith ~ fi tacianatidad de ba ciencia C. Léei-Steansa + Antropotogta estructural L. Keatinger yD. Kate = Lox métadas de investigaciéin en tas ciencias suciales R. Arvillaga Torrens - La nattiraleza del conocer |. M, Mead = Experiencias personales y cientificas de una antrepdlogn © LAs Seautn © Tristen tnipicns Deleuze + Légicn def sentido 47. R. Wuthnow + Andlisis cultural 48. 6. Delowse - EL pliegate 49. RL Rorty, J. B. Schnerwind y Q. Skinner = La filosafia en te historia 50, J. Le Goll - Pensar ta historia SI. J. Le Golf - Ef oriten de ka memoria twin y J. Gondfield = £f descubrimionto det tiempo = Nosedien = day nnfolaghi potitien ile Martin Heidegger SA. 1 Rarty = Gontingenvin, isonen y suliehacidael 2 ~ Filosofia dn ta historian |. Hl espacio kiterny 57, T. Todaroy ~ Critica de ta eritien 5B, U1, White + El contenido de ta forma Retla - El silencio y tos palabras ‘Todorav = Lnx morales de ta historia G1. KR. Kosellvek - Fusuro pasadn 62. A. Geblen ~ Atntropologia fitosified Gt. K. Rorty + Ensayus sobre Heidegger y otras pensadares contempordnens 6, (, Gieerte + Canociotienta focal G7. A. Sebiite + dat conseruccitin significativa def mania sorial 68. GE. 09. 70. invrstigacisin Solis ~ Hazones # intereses $.J. Taylor y R. Bogdan Introduccién a los métodos cualitativos de investigacion La biisqueda de significados aX ediciones PAIDOS Barcelona Buenos Ares Manco Titulo original: fndroduction to Qualitative Research Methods. The Search for Mecnings Publicado en inglés por John Wiley endl Sons, Nucea York Tenduceién de Jorge Pintigorsky Cubierta de Mario Eakenati y Pablo Martin LS eddicitm, 1987 AE reimpresin, 194: (Queda ciguroumente prohthider, sla bs muotlesri escrig Yo ul “Copyright. bajo low sencionne cuiabtecidn en las Ieyo. e £6 por euclguier medi © 1984 by John Wiley and Sans, Inc., Nueva York las ediciones en castellano, idéu Ibérica, S.A., ine Cabl, 92 - OROZ] Marcelona, Fditorial Paidés, SAICF, fensa, 599 - Buenos Aires. ISBN: 84-7509-816-9 Depésito legal: B-39.492/1994 Impreao en Novageafik, .1. Puigered’, 127 = OBOL9 Harcetona Imprasa on Eapana + Printed in Spain INDICE PREFACIO .....,-2---0005 Web ee erent e eerste eetee ie . LA OBSERVACION PARTICIPANTE EN EL CAMPO INTRODUCCION. IR HACIA LA GENTE . Una nota sobre la historia de los métodos cualitatives. Metodologéa cualitativa . Teorta y metodologia. Primera parte Entre la genie. Cémo realizar investigacién cualitativa . LA OBSERVACION PARTICIPANTE. PREPARACION DEL TRA- BAJO DE CAMPO ‘Acceso a las organizaciones Acceso a los escenarios publicos y cussi pilblicos. ‘Acceso a escenarios privados ...... . Qué se les dice « porteros e inforinantes? Recoleccién de datos . Investigacign encubierta . ‘La entrada en el campo. . La negociacién del propio rot. El establecimlento del rapport . Participacion ..... Informantes claves, Relaciones de campo dificiles . “Véetivas de campo, EL aprendizaje del lenguaje ., . 7 Notas de campo . 14 Sugerencias para recordar palabras y acciones seve 75 Grabacién y toma de notas en el campo. . 79 La forma de las notas.. . 81 Comentarios del observador. . . 82 Descripciones de exeenariot y act « 84 Descripciones de personas . 86 Registro de detalfes rccesorios del didlogo 88 Registro de las propias observaciones y acciones . 88 Registro de lo que no se comprende 89 Los limites de un estudio . 89 Retirada det campo 90 ‘Trienguiaciéa 9 La dtica en 0] campo 94 4; LA ENTREVISTA EN PROPUNDIDAD. Tipos de entres Optando por entrevistar . La seleceton de informantes Aproximacion & los informantes. El commienzo de las entrevistas La guia de le entrevista. . La aituacton de entrevista El sondeo. . . Controles cruzados . Las relaciones con los informantes . Entrevistas grabadas... . El diario del entrevistador . . 54 DESCUBRIENDO METODOS ... Deairozando el “mundo del sentids rold Garfinkel, . « Los impostores: D. L, Roser Entrevistas, Brulee Documentos personales Palabras e imdgenes: Michael Lesy . . ‘Métodos no intrusives .<.. Fotografia y metodologta. . «Registros oficiales y documentos piblicos .... - 6 EL TRABAJO CON LOS DATOS. ANALISIS DE LOS DATOS EN LA INVESTIGACION CUALITATIVA . Estudios descriptivos y tedricas . . . Devarrollo y verifiescion de Ia teoris ~ 1 Andlisis en progreso . 158 EI trabajo con los dato: La construccién de historias de vide Segunda parte La redacci6n de los informes LA PRESENTACION DE LOS HALLAZGOS 119 Lo que sele debe decir alos lectores . 180 Una nota sobre el escribir 433 La presentacién de los hallazgos: estudios selectos . 185 . EL QUE ES JUZGADO, NO LOS JUECES. UNA VISION DESDE ADENTRO DEL RETARDO MENTAL .... ++ 188 ‘Una visién desde adentro . 19 Conclusion. 198 . SEA HONESTO PERO NO CRUEL. LA COMUNICACION ENTRE, LOS PROGENITORES Y EL PERSONAL EN UNA UNIDAD NEONATAL « Introduccién . Método y procedimiento Fl contexto de la comunicacién en unidades neonatales Conclusién . QUE COMAN PROGRAMAS. LAS PERSPECTIVAS DEL PERSO- NAL Y LOS PROGRAMAS EN LAS SALAS DE LAS ESCUE+ LAS ESTADUALES .. 2.000 cc eee ee ene ee 230 “los no ashen reximente eo et": perpetins rapecto de los superiores Perspectivas sabre el trabajo: Perspectivas sobre lat interned “Un empleo es un empleo "gmdos bajos”, “rechazos” y “de- Hacuentes™. 0.6. eee 237 La fraternidad en el fondo. 241 Los programas innovadores - 241 Conclusion... . . beeeneene 246 . POLITICA NACIONAL Y SIGNIFICADO SITUADC. EL CASO DEL HEAD START Y LOS DISCAPACITADOS Encuesta previa, Definiciones oficiales , : ts Reacciones del personal... teens 250 En busca de los severamente dlacapa aos « 250 Trazando {os lita 251 1 5 Efectos de la rotulacion . .. Lo que modificé el mandato Conclusion, 6... ..65- . DEFENDIENDO ILUSIONES. LA LUCHA DE LA INSTITUCION POR LA SUPERVIVENCIA Bl ataque desde afuera La transformacién simbélica de las instituciones . E] manejo de las relaciones con ¢! mundo exterior Conclusién. INDICE COMENTARIO FINAL. oc. eee APENDICE. NOTAS DE CAMPO . BIBLIOGRAFIA...... » 252 PREFACIO En el prefacio a la primera edicién de este libro afirmamos que Ja década pasada fue testigo de un creciente interés en el lado sub- jetivo de la vida social, es decir, en ci modo en que las¢personas se ven a sf mismas y a su mundo. Escribimas entonces que este interés requerfa métodos descriptivos y holfsticos: métodos cua- litativos de investigacién. Desde ia publicacién de la primera edicién, en 1975, el inte- rés en el estudio de los significados y perspectivas sociales median- te métodos cualitativos ha seguido siendo fuerte, Por cierto, los enfoques cualitativos de la investigacién estén teniendo una acep- taci6n de la que nunca disfrutaron antes. Existen ahora periédicos exclusivamente dedicados a informar sobre estudios cualitativos. Un creciente nimero de libros y articulos abordan los temas de Ja investigacién de campo, la fotografia y. otros métodes cualita- tivos, En educacidn, asistencia social, evaluacién y campos apli- cados, los métodos cualitativos estén exigiendo una atencién se- ria, La investigacién cualitativa est4 lierando a la mayorfa de edad. Este libro trata sobre cdéio conducir la investigacién cuali- tativa, Existen algunas obras excelentes sobre enfoques cualita- tivos especfficos, en especial la observacién participante, la na- rrucién personal perspicaz de investigadores de campo, y tratados sobre los basamentos teéricos de {a investigacién cuslitativa. Pe- 12 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION fo ellas no proporcionan a quienes no estén familinrizados con Jos métodos cualitativos una introduccién adecuada, una perspec- tiva general de la gama de enfoques diferentes ni una gufa sobre el modo de conducir realmente un estudio. La finalidad de este libre es cubrir esas carencias. El libro se basa en nuestra propia experiencia como inves- tigadores, en nuestra perspectiva tedrica (de la cual surge el mo- do en que concebimos nuestra interaccién con las personas de nuestra sociedad), en nuestros conocimientos culturales acerca de cémo actuar en Ja vida cotidiana, y en nuestro sentido ético. También hemos recurrido extensamente a relatos directos de otros investigadores y a varios de los escritos recientemente publicados que ponen en cuestién las concepciones tradicionales de! trabajo de campo, Lata obra conticne una introduccién y dos partes principa- les, Lu Introducclén trata sobre los métodos cuulitutives en gene- ral y la tradici6n teérica subyacente en la investigacion cualitati- %, La primera parte contiene un enfoque del tipo “‘cGmo hacer- . Los capftulos 2 y 3 tratan sobre la observacién. participante. En “el capftulo 4 examinamos la entrevista en profundidad, El ca- pitulo 5 considera uma gama de enfoques creativos de {a investi- gacién cuatitativa, El capitulo 6, describe el andlisis de datos en la investigacién cualitativa. En la segunda parte pasamos a la presentacion de resultados de la investigacién cualitativa, Después de una breve introduccién, incluimos una cierta cantidad de artfculos basados en los métodos descriptos en la primera parte, Muchos de los ejemplos utilizados en la primera parte provienen de los estudios sobre los que se. in- forma en la segunds. Todos estos articulos son de nucstra auto- tia, Loa prosontamos porque ilustran algunos de los modos en que se pueden asentar por escrito los resultados de la investigacion, También los hemos elegido para aferrar el interés y la imaginacién de los recién llegados al campo de la investigacién cualitativa. Debemos. algunas palabras de agradecimiento a quienes nos han ayudado. Queremos agradecer a los numerosos colegas que a lo largo de los afios contribuyeron directa o indirectamente a ia realizacion de este fibro, en especial a Burton Blatt, Douglas Biklen, Blanche Geer, Betsy Edinger, Stan Searl, Janet Bogdan, Irwin Deutscher, Bill McCord, Michael Baizerman, Seymour Sara- son, y nuestros amigos del Center on Human Policy, También agra- decemos a las numerosas personas que trabajaron con nosotros en la realizacién de investigaciones cualitativas. A muchas de eilas PREFACIO. rey se lis consideraba estudiantes, pero también fueron nuestros maes- Gros. Agradccemos especialmente a Sue Smith-Cunnion por su au- torizacion para que incluyéramos fragmentos de sus notas de cam- po en el capftulo 3. También queremos agradecer a Dianne Fe guson por sustraer tiempo a sus estudios y muchas otras acti dades para ayudarnos en la preparacién del manuscrito, y a He- len Timmins por su apoyo general, Finalmente, agradecemos a Herb Reich, de John Wiley & Sons, por alentarnos a escribir este libro. Steys J. Taylor Robert Bogdan ‘Syracuse, Nueva York Settembre de 1984 Capitulo 1 INTRODUCCION IR HACIA LA GENTE Ex término meto. odo ¢ ‘problemas _y_buscam: pues Ss aplica’a la manera de realizar Ta in acién. Nuestros supuestos, intereses y propésitos nos llevan a elegit una u otra metodolog{a. Reducidos a sus rasgos esenciales, los debates sobre metodologfa (ratan sobre supuestes y propdsitos, sobre teor(a y perspectiva. En las ciencias sociales han prevalecido dos perspectivas te6- ricas principales (Bruyn, 1966; Deutscher, 1973). La primera, el positivismo, reconoce su origen en el campo de las ciencias socia- fes en los grandes teéricos del siglo XIX y primeras décadas del XX, especialmente August Comte (1896) y Emile Durkheim (1938, 1951). Los positivistas buscan los hechos 0 causas de los fenémenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los indi- viduos. Durkheim (1938, p4g. 14) afirma que el cient{fico social debe considerar los hechos o fendmenos sociales como “cosas” que ejercen und influencia externa sobre las personas, La segunda perspectiva teérica principal que, siguiendo a Deutscher (1973), describimos como fenomenoiégica, posee una larga historia en la filosoffa y la sociologfa (Berger y Luckmann, 1967; Bruyn, 1966; Husseri, 1913; Psathas, 1973; Schutz, 1962, 16 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION 1967). EL fenamendioge quiere catender lox fondmens sovia~ les desde la propia perspectiva del actor, Examina e] modo en que se experimenta ef mundo. La realidad que importa es lo que las Personas perciben como importante. Jack Douglas (1970b, pdg. ix) escribe: Las “fuerzas? que mueven a ios seres humanos como setes humanos y Ro simplemente como cuerpos humanos.., son “materia significativa”. Son ideas, sentimientos y motives internos. Puesto que {os positivistas y los fenomendlogos abordan dife- rentes tipos de problemas y buscan diferentes clases de respues- tas, sus investigaciones exigen distintas metodologias. Ado} ei modelo de investigacién de las ciencias naturales, ef posi busca Ins causas mediante métodos tales como cuestionarios, in- venturios y estudies demogriificus, que producen datos suscepti- bles de andlisis estad(stico. Et fenomendlogo busca comprensién por medio de métodos cualitativos tales como la observacion par- ticipante, la entrevista en profundidad y otros, que generan datos descriptivos. En contraste con to que ocurre en el caso de las cien- cias de la naturaleza, el fenomendlogo iucha por lo que Max We- ber (1968)'denomina verstehen, esto es, comprensién en un nivel personal de los motivos y creencias que estan detris de las acciones: de la gente. Este libro trata sobre la mefodologia cualitativa: sobre como recoger datos descriptivos, es decir, !as palabras y conductas de las personas sometidas a la ‘investigacion. Su tema es ei estudio fenomenoldgico de la vida social. No estamos afirmando que tos positivistas no puedan emplear niétodos cualitativos para aborder sus propios intoreses investi« gativos. Ast, Durkheim (1915) utilizd abundantes datos descrip. tivos recogides por antropélogos como base para su tratado The Elementary Forms of Religious Life. Lo que decimos es que este ‘Lo mismo que Deutscher (1973), empleamos el término fenomenologia en sentido amplio para designar una tradicién de las ciencias sociales preocu- pada por fa comprensién del marco de referencia de! actor social. Psathas (1973) y Bruyn (1966) proporcionan una bitena visiGn general de los origenes de esta tradicién, Algunos socidlogos utilizan la palabra con un sentido més estre- cho, con relaciin a la escuela europea de pensamiento filosifico representada por los escritos de Alfred Schutz (1967). Heap y Roth (1973) sortienen que se ha perdido el tignificado original de la palabra, INTRODUCCION. IR HACIA LA GENTE i libro na se propone Ia biisqueda de las causas sociales y que en ese tema no reside nuestro interés investigativo. Volveremos a considerar In perspectiva fenomenolégica en este capfiulo, pues ella estd en el nucleo de ests obra. Es la pers pectiva que gufa nuestra investigacion. UNA NOTA SOBRE LA HISTORIA DE LOS METODOS CUALITATIVOS La observacién descriptive, las entrevistas y otros métodos cua- litativos son tan antiguos como la historia escrita (Wax, 1971). Wax scflala que los orfgenes dei trabajo de campo pueden rastrear se hasta historiadores, viajeros y escritores que van desde el griego Herédoto hasta Marco Polo. Pero sdlo a partir del siglo XIX y prin- cipios del XX lo que ahora denominamos métodes cualitativos fueron empleados conscientemente en la investigacién social, FL estudio de Frederick LePlay de 185$ sobre familias y co- munidades curopeas representa una de las primeras piezas auténti- cas de observaci6n participante (Bruyn, 1966). Robert Nisbet (1966) escribe que el trabajo de LePlay constituye la primera investiga- cibn sociolégica “cient {fica: Pero The European Working Class es una obra que pertenece sin dudas al campo de la sociologia, bi primera obra sociolégica auténticameate cie fica del siglo... Por lo general se considera quo Suicide de Durkheim ¢s la pri- mera obra cientifica de sociologia, pero en nada cmpafia el logro de Duck- heim la observacién de que en tos estudios de LePlay sobre parentesco y ti- pos de comunidad europeos se encuentra un esfuerzo muy anterior de la s0- ciologfa europea por combinar la observacién empirica con la extracciin de inferencias esenciles, y por hacerlo reconocidamente dentro de los criterios de la clencia. En antropologta, la investigacién de campo hizo valer sus mé- titos hacia principios del siglo. Boas (1911) y Matinowski (1932) establecieron e] trabajo de campo como un’ esfuetzo: antropols- gico legftimo. Como Io sefiala Wax (1971, pags. 35-36), Malinowski fue el primer antropélogo profesional que. proporcionéd una des- cripcién de su enfoque investigativo y un cuadro del trabajo de campo. Quizds debido a la influencia de Boas y Malinowski, en los cfrculos académicos la investigacién de campo o Ja observacién participante ha continuado siendo asociada con ia antropologia. Sdlo podemos especular acerca de las razones por Ins cuales los métodos cualitalivos fueron ian prontamente aceptados por 18 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION los antropdlogos y tan facilmente ignorados por tos socidlogos. El Suicide de Durkheim, que equipard andlisis estad{stico con so- ciologfa cientffica, ha tenido gran influencia y proporcioné un modelo de investigacién a varias generaciones de socidlogos. Ha- brfa sido diffeil para los antropéiogos emplear técnicas de inves- tigacién tales como los cuestionarios de relevamiento y las esta- disticas demogréficas que desarrollaron Durkheim y sus prede- cesores, Es obvio que no se puede entrar en una cultura tribal y pedir el registro de entradas de una seccional de policfa o admi- nistrar un cuestionario, Ademds, mientras que los antropdlogos no han estade famillarizados con la vida cotidiana de tas culturas que estudiaban, y por Io tanto ella les interesabn profundamente, con toda probabilidad los sociélogos daban por sobreentendido que ya sabfin lo bastante sobre [a vida diaria de las personas de su propia sociedad como para decidir qué mirar y qué preguntas hacer. Pero los métodos cualitativos tienen una rica historia en la sociologia norteamericana, incluso aunque hasta el momento no hayan sido objeto de una amplia aceptacién.-El empleo de méto- dos cualitativos se divulg6 primero en los estudios de la “Escue- In de Chicago” en el perfodo que va aproximadamente de 1910 a 1940. Durante ese lapso, investigadores asociados con la Uni- versidad de Chicago produjeron detaliados estudios de observa- cién participante sobre la vida urbana (Anderson, The Hobo, 1923; Cressey, The TaxtDance Hail, 1932; Thrasher, The Gang, 1927; Wirth, The Ghetto, 1928; Zorbaugh, The Gok? Coast and the Shan, 1929); ricas historias de vida de criminales y delincuentes juveni- les (Shaw, The Jack-Roller, 1966; Shaw, The Natural History of a Delinquent Career, 1931; Shaw y otros, Brothers in Crime, 1938; Sutherland, The Professional Thief, 1937) y un estudio clsico sobre la vida de los inmigrantes y sus familias en Polonia y los Es- tados Unidos basado en documentos personales (Thomas y Zna- niecki, The Polish Peasani in Europe and America, 1918-1920). Antes de la década de 1940, quienes se consideraban estudiosos de la sociedad ya estaban familiarizados con la observacién par- ticipante, la entrevista en profundidad y los documentos perso- naks, Por importantes’ que fueran estos primeros estudios, el inte- rés en fa metodologfa cualitativa decliné hacia el final de la déca- da de 1940 y principios de fa de 1950, con la preeminencia cre- clente. de grandes feortas (por elomplo, Parsuns, 1981) y de los métodos cuantitativos. Todsvfa hoy es posible graduarse en socio- INTRODUCCIOW. IR HACIA LA GENTE i9 logfa sin haber escuchado nunca la expresién “documentos per- sonales”. Desde la década de 1960 resurgié ¢1 empleo de los métodos cualitativos. Se han publicado tantos estudios vigorosos y profun- dos basados en estos métodos (por ejemplo Becker, 1963; Goff- man, 1961) que ha sido imposible restarles importancia. Lo que alguna vez fue una tradicién oral de investigacién cunlitativa, ha quedado registrado en monograffas (Lofland, 1971, 1976; Schatz- man y Strauss, 1973; Van Maanen y otros, 1982) y compilacio- nes (Emerson, 1983; Filstead, 1970; Glazer, 1972; McCall y Sim- mons, 1969; Shaffir y otros, 1982), También se publicaron libros que examinan los fundamentos filosoficos.de la investigacién cua- litativa (Bruyn, 1966), relacionan fos métodos cualitativos con el desarrollo de la teorfa (Glaser y Strauss, 1967) y contienen re- latos personales de las experiencias de tos investigadores en €l campo (Dougtas, 1976; Johnson, 1975; Wax, 1971). Hay incluso perié- dicos dedicados a la publicacién de estudios cualitativos (Urban Life, Qualitative Sociology). Los enfoques de socidlogos, antropélogos, psichlogos y otros estudiosos dedicados a la imvestigacién cualitativa actuaimente son sorprendentemente similares (Emerson, 1983). Por cierto, a veces es diffcil, si no imposible, distinguir entre le antropolo- ala cultural y la sociologfa-cualitativa. As{, la sociologfa emplea términos como efnogmfia y cultura; que poseen una clara reso- nancia antropolégica; antropélogos como Spradiey (1979, 1980) adoptan el interaccionismo simbélico (una perspectiva sociolégi- ea) como marco tedrico. El estudio “antropolégico”™ de Liebow (1967) titulado Tally’s Corner, no difiere de los estudios ‘'socio- I6gicos” de Whyte (1955), Street Corner Society, y Suttles (1968), The Sociai Order of the Sium, Andlogamente, Coles (1964, 1971) y Cottle (1972, 1973), ambos psicélogos, podrfan ser considera- dos soci6logos 0 antropélogos. Nuestra descripcién: de la inves- ‘tigacion’ cualitativa refleja la tradicién sociolégica; la mayor par- te de las obras que citamos y de los ejemplos que utilizamos pro- vienen de la sociologfa. No obstante, lo que decimos en ios capf- tulos siguientes se aplica en general a ia investigacién cualitativa, con independencia de la disciplina del investigador. METODOLOGIA CUALITATIVA La frase metodologia cualitativa se refiere en su mAs amplio sen- 20 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION tide a da investigacin que produce luros descripttvos? las proplas ‘palabras de las personas, habladas o Gscrltas, y*litonducta obser Tvable~ Corio To “sefiala Ray Rist (1977), la metodolog(a cualitati “Vaya semejanza de ia metodologia cuantitativa, consiste en” mds “que “ur conjunto” de “técnicas para-recoger datos. Es un modo de “encarar e] mundo empirico: uo 1, La investigacién cualitativa es inductiva, Los investigadores desarrollan conceptos, intelecciones y comprfensiones partiendo de pautas de los datos, y no recogiendo datos para evaluar mo- delos, hipdtesis o teorfas preconcebidos. En los estudios cualita- tivos, los investigadores siguen un diseflo dé la investigacion fle-_ “xible, Comienzan sus estudios con interrogantes solo vagamente Tormulados. 2, &n a metodologia cualitativa el investigador ve al escena- rio y a las personas en una perspectiva hultstica, las personas, los escenarios a los grupos no son reducidos a variables, sino consi- derados como un todo. Et investigador. cualitativo estudia a las personas en el contexto de su pasado y de las situaciones en las gue se.hallan. 3. Los investigadores cualitativos son sensibles a los efectos que ellos mismos causin sobre las personas que son objeto de su estudio, Se ha dicho de ellos que son naturalisias. Es decir que interactdan con los informantes de un mode natural y no intrusi- vo, En la observaci6n participante tratan de mo desentonar en la estructura, por lo menos hasta que han legado a una comprensién del escenario. En las entrevistas en profundidad siguen el mode- lo de una conversacion normal, y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas. Aunque los investigadores cualitativos no pueden eliminar sus efectos sobre Ins personas que estudian, intentan controlarlos o reducirlos a un minimo, o por lo menos entenderlos cuando interpretan sus datos (Emerson, 1933). 4. Los investigadores cualltativos tratan de comprender a las personas dentro del marco de referencia de ellas mismas, Para la perspectiva fenomencldgica y por lo tanto para la investigacion cualitativa es esencial experimentar la realidad tal como otros Ja experimentan, Los investigadores cualitativos se identifican con las personas que estudian para poder comprender cémo ven las cosas. Herbert Blumer (1969, pig. 86) lo explica como sigue: Tratar de aprehender el proceso interpretative permaneciendo distanci do como un denominado observador “objetivo” y rechazando e! rol de uni- INTRODUCCION. IR HACIA LA GENTE a dad actuante, equivale a arrieagarse 11 poor tipo de mbjetiviamo: en el proceso de Interpretacisn, es pr que el observador objetivo Nene con sus pro- pias conjeturas lo quo le falto en in aprehensién del proceso tal camo él so da tn la experiericia de la unidad actuante que lo emples. 5 =, 5. El investigador cualitativo suspende o aparta sus propias creenclas, perspectivas y predisposiciones, Tal como lo dice Bruyn (1966), e] investigador cualitativo ve las cosas como si ellas estuvie- tan ocurriendo. por primera vez. Nada se da por sobrentendido. Todo es un tema de investigacién, 6. Para el investigador cualitativo, todas las perspectivas son valiosas. Este investigador no busca “la verdad” o “la moralidad” sino una comprensién detallada de las perspectivas de otras perso- nas. A todas se las ve como a iguales, Asi, 1a perspectiva del delin- cuente juvénil es tan importante como Ia del juez 0 consejero; la del “pardnoide”, tanto como la del psiquiatra. En los estudios cualitativos, aqueilas personas a las que la sociedad ignora (los pobres y ios “‘desviados") a menudo obtienen un foro pata exponer sus puntos de vista (Becker, 1967), Oscar Lewis (1965, pdg. xii), célebre por sus estudios sobre fos pobres en América latina, escribe: “He tratado de dar una voz a perso- nas que raramente son escuchadas”. 1, Los métodos cualitativos son humanisias. Los métodos me- diante los cuales estudiamos a las personas necesariaménte influ- yen sobre el modo en que las vemos, Cuando reducimos las pala- bras y actos de la gente a ecuaciones estadfsticas, perdemos de vis- ta el aspecto humano de la vida social. Si estudiamos a tas perso- nas cualitativamente, Ilegamos a conocerlas en lo personal y a expe~ rimentar lo que ellas sienten en sus luchas cotidianas en la socie~ dad. Aprendemos sobre conceptos tales como belleza, dolor. fe, sufrimiento, frustraci6n y amor, cuya esencia se pierde en otros enfoques investigativos. Aprendemos sobre"...la vida interior de la persona, sus luchas morales, sus éxitos y fracasos en el esfuerzo por asegurar su destino en un mundo demasiado frecuentemente cn discordia con sus esperanzas e ideales” (Burgess, citado por Shaw, 1966, pag. 4). 8. Los investigadores cualitativos dan énfasis a la vatidez en su investigacién. Los métodos cualitativos nos permiten permane- cer proximos al mundo empirico (Blumer, 1969), Estén destinados. a asegurar un estrecho ajuste entre los datos y lo que la gente real- mente dice y hace, Observando a las personas en su vida cotidiana, escuchdndolas hablar sobre lo que tienen en mente, y viendo los 22 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION documentos que producen, el investigador cualitativo obtiene un conocimiento directo de la vida social, no filtrado por conceptos, definiciones operacionales y escalas clasificatorias. Mientras que fos investigadores cualitativos subrayan la validez, los cuantitatives hacen hincapié en la confiabilidad y la reproduci- bilidad de la investigacién (Rist, 1977). Tal como lo dice Deuts- cher (1973, pég. 41), a la confiabilidad sc Je ha atribuido una im- Portancia excesiva en la investigaci6n social: Nes concentramos en la ccherencia sin preacuparnos mucha por si esta- mos én lo carrecto 9 no. Camo consscusneia, tx] vez hnyamios aprendido una enonnidad sobre la manera de seguir un curso incorrecto con un nidxime de Precision, Esto no significa decir que a los investigadores cualitativos no les preocupa la precisién de sus datos. Un estudio cualitativo no es un andlisis impresionista, informal, basado en una mirada super- ficial a un escenario 0 @ personas. Es una pieza de investigacion sistematica conducida con procedimientos rigurosos, aunque no necesariamente estandarizados. En los capfiulos «ue siguen exami- naremos algunos de fos controles a los que los investigadores puc- den someter Ja precision de los datos que registran. No obstante, si deseamos producir estudios vélidos del mundo real no es posi- ble lograr una confiabilidad petfecta, LaPiere (citado en Deuts- cher, 1973, pag, 21) escribe: Bl estudio de la conducta humana demanda mucho tiémpo, es intelec- tualmente fatigante y su éxito depende de ia capacidad del investigador... La mediciones cuantitativas son cuantitativamente precisas; las evaluaciones cua- litativas estén slempre sujetas a los errores del juicio humano. No obstante, parecerfa que vale mucho més Ia pena una conjeturt perspicaz acerca de ko esencial, que una medicin precisa de fo que probablemente revele carecer de importancis. 9. Para el investigador cualitativo, todos los escenarios y perso- nas son dignos de estudio. Ningun aspecto de ‘a vida social es de- masiado frivolo o triviat como para ser estudiado, Todos los esce- narios y personas son a la vez similares y unicos. Son similares en el sentido de que en cualquier escenario o entre cualquier grupo de personas se pueden hallar algunos procesos sociales de tipo ge- ueent, Son dnicoa por enante en cada escenario: oa través dle cada informante se puede estudiar del mejor modo algin aspeclo de la INTRODUCCION. IR HACIA LA GENTE 23 vida social, porque alli es donde aparece mds iluminado. (Hughes, 1958, pag. 49), Algunos procesos sociales que aparecen con relie- ve nitido en ciertas circunstancias, en otras sélo se destacan tenue- mente, 10. La investigacién cualitativa es un arte. Los métodos cuali- tativos no han sido tan refinados y estandarizados como otros en- foques investig Esto es en parte un hecho histérico que ostd cambiando con {a publicacién de libros como el presente y de na- rraciones dircetas de investigadores de campo; por otro lado, tant- bién es un reflejo de la naturaleza de los métodos en sf mismos, Los investigadores cualitativos son flexibles en cuanto al modo en que intentan conducir sus estudios. El investigador es un artffice, El cientifico so cualitativo es alentado a crear su prapio méto~ do (Mills, 1959), Se siguen lineamientos orientadores, pero no regias. Los métodos sirven ai investigador; nunca es el investigador el esclavo de un procedimiento 0 técnica: $ Si fuera posible elegic, yo naturalmente preferirfa métodos simpies, répi- dos ¢ infalibles. Si pudiera encontrar tales métodos, evitarfa las vatiantes con- sumidoras de tiempo, dificiles y sospechables de la “observacién participan- te” con la cual he venido a asociarme (Dalton, 1964, pag. 60). TEORIA Y METODOLOGIA La perspéctiva fenomenolégica es esencial para nuestra concep- cién do la metodologia cualitativa. De la perspectiva tedrica depen- de lo que estudis la metodolog(a cualitativa, el modo en que to estudia, y en que se interpreta !o estudiado, Para el fenomendlogo, la conducta humana, lo que la gente di- ce y ltace, es producto del medo en que define su mundo. La ta- rea del fenomendloge y de nosotros, estudiosos de la metodologia cualitativa, es aprehender este proceso de interpretacién. Como lo hemos subrayado, el fenomendlogo intenta ver las cosas desde el punto de vista de otras personas. La perspectiva fenomenoligica esté ligada a una amplia gama dle marens te6ricos y escuelss de pensamionto on las ciencias sovia- les.? En este tugar no podemos examinarlas 4 todas. En cambio, Durante los tiltimos veinte afios aproximadamente ha habido una proli- c rspectivas tedricas y escuelas de pensamiento asociadas con la clog nie los 28 cvsatan al models drematinlco de Goffman 2 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION nos centraremos an doa onfoques tedricos principales, el interue- cionismo_simbélico y la étnonietodologia, que se han convertido en fuerzas dominantes en ‘las ciencias sociales y pertenecen a la tradicion fenomenologica. El interaccionismo simbélico parte de‘las obras de Charles Horton Cooley (1902), John Dewey (1930), George Herbert Mead (1934, 1938}, Robert Park (1915), W. L. Thomas (1931) y otros, La formulacién de Mead (1934) en Mind, Self and Society fue la més clara e influyente presentacion de esta perspectiva. Los segui- dores de Mead, entre ellos Howard Becker (Becker y otros, 1961; Becker y otros, 1968). Herbert Blumer (1962, 1969) y Everett Hughes (1958) ‘han aplicado sus perspicaces andlisis de los proce- sos de interaccién a la vida cotidiana.? El interaccionismo simbélico atribuye una importancia primor- lin] a los slanifteados sociales"quo las personas usianan al mundo que las réden:-Blumer (1969) iifirma que el interaccionismo slnbd- ‘lied Feposa sobre tres premisas basicas, La primera es que las perso- nag actéan respecto de las cosas, e incluso respecto de las otras personas, sobre la’ base de los significados que estas cosas tienen para ellas: De modo que las personas no responden simplemente a estfmulos o exteriorizan guiones culturales. Es el significado Jo que determina la accién, La segunda premisa de Blumer dice que los significados ‘ ‘son productos sociales que surgen durante la interaccién--“El ‘signifi- cado que tiene una cosa para'una persona se desarrolla a partir de fos modos en que otras personas actian con respecto a elia en lo que concierne a la cosa de que se trata” (Blumer, 1969, pdg. 4). Una persona aprende de las otras personas a ver ¢] mundo. La tercera premisa fundamental del interaccionismo simbdli- co, sin Blumer, es que los actores sociales asignun significados a situaciones, a otras personas, a las cosas y a sf mismos a través de un proceso de interpretacién, Blumer (1969, pg. 5) escribe: (1939), Ia soctologia del conocimiento tal como Ia definieron Berger y Luck- mann (1967), la teoria de la rotulacién (Schur, 1971), la sociologia existen- cial (Douglas y Johnson, 1977), Ia sociologta formal (Schwartz y Jacobs, 1979) y una sociologia del absurdo (Lyman y Soott, 1970), ademés del interaccionis- ma simbélico y la etnometodologia. Con frecuencia resulta diffeil percibir en qué differen estas perspectivas, si es que difieren en algo. 3Véage Kubn (1964) pare un examen de fas tendencias del interaccionis- mo simbélico. INTRODUCCION, IR HACIA LA GENTE 25 Esto proceso tiene dos pasos distintos. Primero, ol actor se indica a sf mismo las cosas respecto de las cusies estd actuando; tiene que sefialarse a ai mismo fas cosas que tienen significado. En segundo lugar, en virtud de sate proceso de comunicacién consigo mismo, la interpretackin se convierte en una cuestién de manipular significados. El actor selecciona, controls, suspende, reagrupa y transforma los significados a la luz de ja situacién en la que estd ubicado y de la direccién de su accién, Este proceso de interpretacién actiia como intermediario en- tre los significados 0 predisposiciones a actuar de cierto modo y Ja accién misma. Las personas est4n constantemente interpretando y definiendo a medida que pasan a través de situaciones diferentes. Podemos ver por qué diferentes personas dicen y hacen cosas distintas. Una razén es que cada persona ha tenido diferentes expe- tiencias.y ha aprendido diferentes significados sociales. Por ejemplo, cada persona acupa una posicién dentro de una crganizacién, y ha aprendida a ver las cosas de cierta manera. Tomemos el ejemplo del estudiante que rompe una ventana en Ja cafeteria de la escuela. El director podria definir la situaci6n como un problema de conduc- ta; el consejero lo ve como un problema familiar; para el bedel es un problema de trabajo; para la enfermera, un problema de salud; el alumno que rompié la ventana no percibe ningun problema ¢: absoluto. : ‘Una segunda raz6n que hace que las personas actiientde. modo diferente reside en que ellas se hallan en situaciones diferentes, Si queremos entender por qué algunos adolescentes se convierten en “delincuentes” y otros no, tenemos que considerar las situacio- nes que enfrentan. Finalmente, e] proceso de interpretacién es un proceso dind- mico, La manera en que una persona interprete algo dependerd de los significados de que se disponga y de cémo se aprecis una situacin. Desde una -perspectiva interaccionista simbélica, todas las or- ganizaciones, culturas y grupos estin constituidos por actores en- vyueltos cn un proceso constante de interpretacion del mundo que los rodea. Aunque estas personas pueden actuar dentro dei marco de una organizacién, cultura o grupo, son sus interpretaciones y definiciones de la situacién lo que determina ja accién, y no nor- mas, valores, roles o metas. Abundantes controversias han rodeado los influyentes escri- tos de Harold Garfinkel (1967) y sus colegas etnometoddlogos (Mehan y Wood, 1975; Turner, 1974; Zimmerman y Wieder, 1970). 26 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION Para algunos, la etnometodologfa se adecua perfectamente a la perspectiva del interaccionismo simbélico (Denzin, 1970), Para otros, representa un desprendimiento radical respecto de las otras tradiciones sociolégicas (Zimmerman y Wieder, 1970). Mehan y Wood (1975) caracterizan a la etnometodologfa como una em- Presa separada de la sociologfa.’ En este examen, nosotros bos- quejaremos ciertos antecedentes intelectuales comunes que se en- cuentran en las obras de los etnometodélogos.> La etnometodologia no se refiere a los métodos de investiga- cién sino al tema u objeto de estudio: como (mediante qué meto- dologta) las personas manticnen un sontido de la realidad externa «Mohan y Wood, 1975, pig. 5). Barn lox elnemectodélogos, tos sig- nificados de Jas acciones son siempre ambiguos y problemiticos. Su tarea consiste en examinar los modos en que jas personas apli- can reglas culturales abstractas y percepciones de sentido comin a situaciones concretas, para que las acciones aparezcan como ruti- narias, explicables y carentes de ambigtiedad. En consecuencia, Jos significados son un togro practico por parte de los miembros de Ja sociedad. Un estudio de D, Lawrence Wieder (1974) ilustra la perspecti- va etnometodoldgica. Wieder explora el modo en.que los ‘“‘adictos”” ‘en un hogar de transicién utilizan un “cédigo de convicto: mas tales como “no sobar’’ o “ayudar a los otros residentes”) para TYisto oa téplco do los etnomatodélogos, que recorren grandes caminos pa rm distanciarse de otras perspectivas sociolégicaa, en especial del interacclonis- mo simbélico. Por esta raz6n, han sido acusados de actuar como la camariila de un chib privado, con sus propios héroes (Garfinkel, pero nunca Mead o Blumer), su propio lenguaje (“indexicalidad”, “‘reflexividad”, “principio et- cétera”) y su propia sede (California), Es dificil evaluar tos puntos de contac- to entre la etnometodologia y Ins otras perspectives de la teadicisn fenomeno- Iégica, Como socidlogos que se identifican con el interaccionismo simbélico, encontramos muchas ideas dtiles en los escritos de los etnometodslogos. No obstante, sospechamos que la mayor paste de ellos se desvincularian ripida- mente del modelo de investigacién descripto en este libro. Esto no es tan fécil como parece, En primer ugar, muchos etnometad6- logos sostienen que la etnometadologia s6lo puede ser vivida, y no deseripta (véase Mehan y Wood, 1975). En segundo término, no siempre estd claro quién 8 ¥ quidn no es un etnometoddiogo. Douglas parece ser unio de ellos en libros publicades en 1970 y 1971, Sin etubarge, ae deaviiewlo de esta perspectivs en su obra posterior (véase Douglas, 1976, pdgs. 117-114), INTRODUCCION, IR HACIA LA GENTE 27 explicar, justificar y dar cuenta de su conducta. Muestra cémo los residentes “hacen cqnocer el codigo”, aplican maximas a situa- ciones especfficas, cuando se les pide que aclaren las causas de sus acciones: El cédigo, entonces, es mucho més un méfodo de justificacién y persua- sion moral que la descripcién sustancial de un modo de vida organizado. Es un modo 0 conjunto de modos de determinar que las actividades sean vistas como moral, repetitiva y obligatoriamente organizadas (Wieder, 1974, pig. 158). Ast, los etnometodélogos ponen entre paréntesis o suspenden su Proy ereencia en ta realidad para estudiar la realidad de la vida cotidiana, Garfinkel (1967) ha estudiado las reglas det senti- do comin o sobrentendidas que rigen la interaccién en la vida co- tidiana a través de una variedad de experimentos maliciosos que 41 denomina “procedimientos de fractura” (véase cl capftulo 5). Mediante ef examen del sentido comin, el etnometodélogo trata de entender cémo las personas “emprenden la tarea de ver, des- cribir y explicar el orden en e] mundo en el que viven”’ (Zimmer- man y Wieder, 1970, pg. 289). En este capstulo hemos intentado proporcionar una cierta idea de algunas de las dimensiones metodoldgicas y teéricas de la inves- tigacién cualitativa. El resto del libro est4 dedicado a la reunién y andlisis de datos, y a la presentacién de los descubrimientos de dicha investigacién. . La Parte 1 trata sobre el modo de realizarla. Examinamos la observacion participante, las entrevistas en profundidad y una muk titud de enfoques cualitativos creativos. En la Parte 2 consideramos Ja presentacién de los resultados de la investigacién cualitativa y ofrecemos una scric de articulos basados cn datos cualitativos, Después de una nota de cierre en el capftulo 13, en el Apéndice inchiimos una muestra de notas de campo. Primera parte ENTRE LA GENTE COMO REALIZAR INVESTIGACION CUALITATIVA Capitulo 2 LA OBSERVACION PARTICIPANTE PREPARACION DEL TRABAJO DE CAMPO En éste y el préximo capitulo examinaremos la observacién participante, ingrediente principal de fa metodologia cualitativa. La expresién observacién participante es einpleada aqu{ para desig- nar la investigacién que involucra ta interaccién social_entre ef investigador v fos informantes en el milicu de los tiltimos, y duran- te la cual se recogen datos de modo sistemdtico y no intrusivo. Comenzamos nuestro examen del (ema con la etapa del trabajo de campo previo: ubicar el escenario que se desea estudiar e ingre- sar en él. El siguiente capftulo trata sobre ia observacién participan- te en el campo. DISERO DE LA INVESTIGACION En conttaste con la mayor parte de los métodos, en los cuales las hip6tesis y procedimientos de los investigadores estén determi- nados a priori, el diseno de fa investigacion en In observaci6n parti- cipante permanece flexible, tanto antes como durante el proceso real. Aunque tos observadores participantes ttenen una metodolo- 32 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION gia y tal vex algunos intereses investixativos generales, los rasgus especificos de su enfoque evolucionan a medida que operan.! Hasta que no entramos en el campo, no sabemos qué pregun- tas hacer ni cémo hacerlas, En otras palabras, la imagen preconce- bida que tenemos de la gente que intentamos estudiar puede ser ingenua, engafiosa o completamente falsa. La mayor parte de los observadores participantes trata de entrar en el campo sin hipdte- sis 0 preconceplos espec(ficos. Melville Dalton (1964) escribe: 1} Nunca estoy seguro de fo que 0s significativo como para formular hi- pétesis hasta que he Wegado « alguna intimidad con la situaci6n; pienso que ‘una hipdtesis es una conjetura bien fundada; 2) una vez formulada, toda hipd- tnsis t¢ convierte en obligatoria hasta cierto punto; 3) existe el peligro de que la NipStesis wen eatitmds por sf mima y aciie como un simbolo abusivo de clencla, Uno de los autores de este libro participé en un proyecto de investigacién en gran escala que destacaba los peligros de comenzar un estudio con un disefio investigativo rigido. El disefio de la inves- tigacién de este estudio giraba en torno de la distincién entre fami- lias de uno o dos progenitores, una diferenciacién coman en ia investigacién en ciencia social. Tanto el muestreo como tos proce- dimientos analiticos fueron diseflados en torno de esta distincién. No obstante, cuando los investigadores de campo entraron en los hogares descubrieron que la diferenciacién entre familias de uno © dos progenitotes representa una simplificacién grosera de la si- tuacién’ de vida de las familias actuales. Por ejemplo, en “familias de dos progenitores” hallaron parejas en las que uno de los cényu- ges no asumia ninguna responsabilidad respecto de los hijos, y otras en las que 6! esposo «ue trataba de cumplir con el rol paren- tal se ausentaba del hogar durante semanas, En familias de ‘un progenitor’ encontraron parejas convivientes en las que ¢! no pro- genitor compartfa en téminos de igualdad las responsabilidades por los hijos; parejas divorcindas que habfan vuelto a unirse, a ve- ces de modo permanente y otras por ung sola noche, parejas con- vivientes en las que el no progenitor ignoraba a los nifios, y una muititud de otras relaciones. Ademds, los investigadores de campo 1por aupuesto, las propuestas por escrito destinadas a obtener fondos del exterior requieren que ¢ investigador especifique el diseio de la investigacién, Cuando redactamos propuestas para estudios cualitativos proporeionamos una revisi6n de ia bibliografta cualitativa sobre la materia y una descripcién deta- linda de los métodos cualitativos, similar 8 la de este libro. LA OBSERVACION PARTICIPANTE 33 aprendieron que vivir juntos (tanto para parojas casadas como no casadas) puede ser una situacién fluida; las circunstancias de la vida cambian regularmente. Complicando aun més el estudio, algu> nas familias, especialmente las que recibfan subsidio publico, tra- taron de ocultar su situacién de vida a los investigadores. A pesar de estos descubrimientos, ei estudio quedé ligado a la distincion arbitraria entre familias de uno o dos progenitores, y se procedié segtin e] supnesto de que esto correspondfa a Ja naturaleza actual de las relaciones familiares, Desde lucgo, ia mayor parte de los investigadores ticnen en mente algunos interrogantes generales cuando entran en el campo. Es tfpico que esos interrogantes pertenezcan a una de dos amplids categorfas: son sustanciales o teéricos.* Entre los primeros se cuentan interrogantes relacionados con problemas especificos en un particular tipo de escenario, Por ejem- plo, podriamos estat interesados en estudiar un hospital para enfer= mos mentales, una escuela, un bar, una pandilla juvenil, La segunda categoria, la teérica, estd ms estrechamente ligada con problemas sociolgicos basicos tales como la socializacién, la desviacion y el contro! social, Ast, el propésito enunciado por Goffman al estu- diar un hospital para enfermos mentales era desarrollar una versién sociologica de! “‘sf-mismo" (self) mediante el andlisis de situacio- hes en las cuales el s{-mismo es atacado. Ambas categorfas estén interrelacionadas. Un buen estudio cualitativo combina una comprensién en profundidad del escena- tio particular estudiado con intelecciones tedricas generales que trascienden ese tipo particular de escenario. Después de entrar en el campo, los investigadores cualitati- vos con frecuencia descubren que sus dreas de interés no se ajustan a sus escenarios. Sus preguntas pueden no-scr significativas para las perspectivas y conductas de los informantes, En un estudio sobre salas institucionales para “retardados severos y profundos”, uno de los autores de este libro comenz6 con {a intencién de inda- gar las perspectivas de los residentes respecto de Is institucion, pero se encontré con que muchos internados eran ‘‘no verbales” y otros muy tenuentes a hablar sin trabas (Taylor, 1977), Volvid entonces su atencién hacia las perspectivas del personal, lo que demostré constituir una linea de indagacion fructffera, Lo mismo ccurrié en un estudio sobre un programa de entrenamiento para Glaser y Strauss (1967) distinguen entte (sora “sustancial” y “formal”. Esta ¢s una diferenciacién andloga a la que realizamos aqui. 34 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION el trabajo de desempleados “resistentes” (Bogdan, 1971). Los in- vestigadores esperaban estudiar la “resocializaci6n”, pero pronto advittieron que otros factores eran mucho més importantes para comprender el fendmeno. Una vez iniciado el estudio, no debemos sorprendernos si el escenario no es como pensibamos que era (Geer, 1964), En parti- cular, probablemente el investigador interesado en cuestiones teé- ricas encuentre que un escenario determinado no es el convenien- te para satisfacer sus interrogantes, Quien estd ligado a cierta cucs- tion tedrica en especial debe estar preparade para cambiar un cs cenario por otro. Nuestro consejo ono sferrarse demasiado a nin- gin interés tedrico, sino explorar los fenémenos tal como ellos emergen durante la observacién. Todos Ids escenarios son intrin- secamente interesantes y suscitan importantes cuestiones tedricas. * En ef momento en que tos observadores participantes inician un estudio con interrogantes € intereses investigativos generales, por lo comiin no predefinen la naturaleza y numero de los “casos —escenarios o informantes— que habrdn de estudiar. En los estudios cuantitativos tradicionales, los investigadores seleccionan jos casos sobre la base de las probabilidades estad/sticas, El muestreo al azar © estratificado y otras técnicas probabilfsticas tienen la finalidad de asegurar la representatividad de los casos estudiados respecto de una poblaciéni mayor en la cual esté interesado el invesligador. Los investigadores cualitativos definen tipicamente su mues- tea obro una base que ovdluciona a medida que el estuilio progre- so. Glaser y Strauss (1967) utilizan la expresién “muestreo tedri- co” para designar un procedimiento mediante el cual los investi- gadores seleccionan conscientemente casos adicionales a estudiar de acuerdo con el potencial para el desarrollo «le nuevas intelec- ciones o para el refinamiento y la expansién de las ya adquiridas. Con este procedimiento, los investigadores examinan si los des- cubrimientos de un escenario son aplicables a otros, y en qué medi- da, De acuerdo con Glaser y Strauss, el investigador deberfa Nevar a Un tendimiento maximo la variacién de casos adicionales seleccio- nados para ampliar la aplicabilidad de las intelecciones tedricas. En ia observacibn participante, el mejor consejo es arreman- garse los pantalones: entrar en ef campo, comprender un escenario tinico y sélo entonces tomar una decisién sobre el estudio de otros escenarios. Cunlquicr estudio sugiere una cantidad casi ilimiteda de linens adictonales de indagacion, Hasta que uno no se conpro- mete realmente en e] estudio, no puede saber cudl de esas Ifneas serd la mas fructffera. LA OBSERVACION PARTICIPANTE, 35 En el estudio de la institucién estadual para retardados, of investigador pasd el primer afio en observacién participante on una tinica sala. Hacia el fin de ese afio habia adquirido una com- prensibn cn profundidad de las perspectivas y rutinas dei personal de esa sala. En los términos de Glaser y Strauss (1967) habla al- canzado el punto de “saturacién teérica”, Las observaciones adi- cionales no conducian a comprensiones adicionales. Una vez de- cidida la continuacién del estudio, eb investigador enfrenté la nece- sidad de seleccionar otros escenarios para observar. Podia satis(a- cer intereses sustanciakes o teéricos (formals). Entre las princi- pales posibilidades se contaban las siguientes: Foco sustancial Otros aspectos de la vida del personal de atencién. Otros aspectos del trabajo del personal (por ejemplo, progra- mas de entrenamiento). Otras salas de la misma instituci6n. Otras salas en otras instituciones. Otro tipo de personal en ta institucion (por ejemplo, adminis- tradores, profesionales). Foce tebrico Oto tipo de instituciones totales (por ejemplo, hospitates psiquidtricos, prisiones). Otro tipo de organizaciones relacionadas con tos sujetos men- talmente retardados. Otro tipo de organizaciones que “procesan personas” (por ejemplo, escuelas, organismos de asistencia social). Otro tipo de organizaciones (por ejemplo, fabricas). El investigador prosiguié con su interés sustancial en institu ciones para retardados mentales, estudiando al personal de aten- cin y a los administradores de otras instituciones. Otros investi- gadores podr{an haber adoptado un diferente foco sustancial, de- sarrollado un foco tedrico o concluide el estudio como una des- cripcién etnogrdfica de una dnica sala, 36 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION SULEOCION DE ESCENARIOS E] escenario ideal para la investigacion es aquel en el cual el ob- servador obtiene facil acceso, establece una buena relacién inme- | diata con los informantes y recoge datos directamente relaciona- | dos con los intereses investigativos. Tales escenarios s6lo aparecen raramente, Entrar en un escenario por lo general es muy dificil. Se necesitan diligencia y paciencia, El investigador debe negociar el acceso, ‘gradualmente obtiene confianza y lentamente recoge datos que séfo a veces se adecuan a sus intereses. No es poco fre- cuente que los investigadores “‘pedaleen en el aire” durante set nas, incluso meses, tratando de abrirse paso hacia un escenario. No siempre se puede determinar. de antemano si se podré ingresar en un oscenario y satisfacer los propios intereses, Si se Wopieza con dificultades, hay que insistir, No hay gufas para sa- ber cudndo so deberfa renunciar a un escenario. Pero si el invos- tigador no puede realizar sus mejores esfuerzos para obtener acce- so a un 4mbito de estudio que Je interess, es improbable que sepa abordar los problemas que inevitablemente surgen en el curso det trabajo de campo. Recomendamos que los investigadores se abstengan de estu- diar escenarios en los cuales tengan una directa participacién per- sonal o profesional.’ En los obsetvadores novatos existe la tenden- cia a estudiar el medio de amigos y parientes. Cuando uno esti directamente involucrado en un escenario, es probable que ver las cosas desde un solo punto de vista. En la vida cotidiana, las personas asumen modos sobrentendidos de ver las cosas, y equi- paran jo que ven con Ia realidad objetiva. El investigador debe aprender 'n’ considerar que su vision de ia realidad es sdio una entre muchas posibles perspectives del mundo, Por otra parte, cl temor pe 3Este problema es mucho ms complicado de lo que to presentamos aqu(. Ha habido algunos estudios destacados escritos por personas que fueron par- ticipantes de los escenarios que observaron. El estudio de Becker (1963) so- bre los misicos de jazz y el estudio de Roth (1963) sobre un hospital para tuberculosos son ejemplos excelentes. Riemer (1977) proparciona una bue- mm resefia de investigaciones realizadas por participantes en escenarios. Por as razones que hemos enunciado, sostenemos que es prefecible no estar inti- mamente ligado al objeto de estudio, en particular si no se tiene experiencia en Js observacién participante. Cuanto mds préximo se esté a algo, més di cil resulte desarrollar la perspectiva critica necesaria para conducir wna inves: tigacion consistente. LA OBSERVACION PARTICIPANTE 37 a ofender a amigos podria tender a limitar lo que se escriba en Jos informes sobre la investigacién. Quienes observan on tos dominios de su propia profesién en- frentan problemas similares. Es diffcil para personas entrenadas en un dea profesional mantener en suspense sus propias perspec- tivas y sentimientos, Tenderén a compartir con los informantes supuestos de sentido comtn. Por ejemplo, conocemos a un obser- yador de un programa de “modificacion conductal” que caracte- Tizabe, la conducta de Jos clientes como “‘apropiada’™ 0 ““inapro- piada”, Jack Douglas (1976) sostiene que los investigadores deberian mantenerse alejados de dreas en las cuales se sicnten profundamente comprometidos. Aunque éste es un sano consejo general, la inves- tigacién nunca estd “libre de valores” (Becker, 1966-1967; Gould- ner, 1970; Mills, 1959). Los investigadores casi siempre desarro- Man algunas simpatias hicia las personas que estudian, Ademés, como to aprendié el investigador on Ia institucién para retardados, algunos escenarios ofenden a tal punto la sensibilidad humana del investigador que resulta imposible permanecer desapégado y de- sapasionado, ACCESO A LAS ORGANIZACIONES ‘ Los observadores participantes por lo general obtisnen el acceso a las organizaciones solicitando el permiso de ios responsables. A estas personas las denominamos porteros (Becker, 1970). Ingre- sar en un escenario supone un proceso de manejo de la propia iden- tidad, de proyectar una imagen que asegure las mdximas probabi- lidades de obtener cl acceso (Kotarba, 1980), Se trata de conven- cer ul portero de que uno no es una persona amenazante y que no dafard su organizacién de ningun modo, Es especialmente probable que los porteros se sientan cOmodos con fos estudiantes. La mayor parte de las personas suponen que los estudiantes deben cumplir con tareas asignadas en sus clases © con exigencias de los programas. Los estudiantes ingenuos y ansiosos con frecuencia atraen simpatia y ayuda. Es muy proba. ble que los porteros den por sentado que quieren aprender hechos y tarcas conerctos en contacto con “expertos”, En muchas casos dard resultado ¢l enfoque directo. La gente suele sorprenderse de lo accesibie que suelen ser la mayoria de Jas organizaciones. Uno de los autores de este libro realizé un es- 38 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION tudio sobre vendedores a domicilio en dos compafifas (Bogdan, 1972). Aunque estas compafifas entrenaban a los aspirantes a vende- dores on la técnica de la tergiversacién calculada, los jefes de ofi- cina de la sucursal abrieron sus pucrtas al investigador al cabo de minutos de haber formulado su solicitud de autorizacion para ob- servar. De hecho, uno de los jefes de la sticursal dio el permiso por teléfono cuando el investigador respondié a un “‘Ilamado” en el periédico para atraer postulantes dispuestos a recibir el en- trenamicnto del programa. No todas fas organizaciones son tan ftieilmente estudiables. Los escalones superiores de las corporaciones (Dulton, 1964), hos- pitales (Haas y Shaffir, 1980) y grandes organismos gubernamen- fales son de penetracién notoriamente diffcil. El investigador pue- de esperar que se le consienta sdlo una rdpida recorrida o que se Jo rechace abiertamente. E] mismo investigador que estudié a los vendedores a domicitio intenté primero observar un programa de entrenamiento para bomberos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Oficiales de distintos niveles quisicron entrevistarlo perso- nalmente. Después de cada entrevista le decfan que para permi- tirle el acceso debfan obtener el permiso escrito de alguna otra persona. Cuando finalmente recibié una autorizaci6n a prueba para conducir e] estudio, ya hab{a perdido las esperanzas y estaba dedicado a los vendedores. Cuando el enfoque directo no da resultado, es posible emplear ots (elicas pare obtener acceso a un escenario, Muchos inves: tigadores han logrado el ingreso en organizaciones gracias a que alguien respondia por ellos, Ta) coma lo sefiala Hoffmann (1980), la mayor parte de los investigadores cuentan con amigos, parien- tes y conocidos que tienen contactos dentro de organizaciones. Esas personas pueden ser recfutadas para que ayuden a persuadir a porteros renuentes, Del mismo modo, un mentor o colega puede escribir una carta de apoyo con membrete oficial a porteros en perspectiva (Johnson, 1975). Si todo lo demés falla, se puede tratar de ingresar a una organi- zacién “‘por ja puerta trasera”, Por ejemplo, hemos observado ins- tituciones siguiendo a miembros de la familia y personal desde otros organismos. En un caso uno de nosotros obtuve permiso oficial para visitar, y después negocié el acceso regular con pers hal de nivel inferior. Aunque el caricter de voluntario pucde obs tacullaae In Inveatiqactén, ditunos obsorvadores lograron. st ingre= so inicial en un escenario asumiendo aquel rol y demostrando que eran individuos dignos de confianza, LA OBSERVACION PARTICIPANTE 39 Una de las ironfas de la observacion de organizaciones reside en que, una vez que los investigadores han logrado que los porteros autoricen su acceso, es tipico que deban tomar distancia respecto de éstos (Van Maanen, 1982, pags. 108-109). Muchas organizaciones se caracterizan por la tensi6n, si no por el conflicto, entre los nivo- es superior e inferior de la jerarqufa. Si a los investigadores les interesa estudiar a personas de los niveles inferiores, no deben apa- tecer como colaborando con porteros y funcionarios, o flanquedn- dolos, Deben tener también en cuenta la posibilidad de que los porteros les requieran informes sobre to que han observado. Cuan- do negocian su acceso, la mayor parte de los observadores slo se comprometen a proporcionar a los potteros un informe muy gene- ral, tan general que nadie pueda ser identificado. Debe quedar en clato que entre el intento inicial por lograr el acceso y el comienzo de las observaciones puede mediar un lapso significative. En algunos casos no se podré obtener Ia autorizacién para observat, y habré que empezar todo de nuevo en alguna otra orgunizacién. Esto hay que tenerlo presente cuando uno disefia su estudio. No es poco corriente entre investigadores no experimen- tados (especialmente estudiantes que preparan disertaciones 0 tesis) que no prevean el tiempo necesario para lograr el acceso y completar el estudio. ' ACCESO A LOS ESCENARIOS PUBLICOS ¥ CUASI PUBLICOS Muchos estudios son realizados en escenarios pablicos (parques, edificios gubernamentales, acropuertos,’ estaciones ferroviarias y de émnibus, playas, esquinas de Ja ciudad, salas piblicas de reposo, etcétera) y semiptblicos (bares, restaurantes, salones de pool, tea- tros, negocios, etcétera). En estos escenarios por lo general los investigadores no deben negociar su acceso con los porters, A esos lugares todos pueden entrar. Desde luego, en los escenarios cuasi publicos (establecimientos privados) para continuar las ob- servaciones el investigador debe obtener cl permiso de! propietario. Aunque obtener acceso a estos esconarios no representa un problema, ¢l obscrvador participante (en tanto participante come opuesto a pasivo) debe desurrollar estralegias para interactuar con los informantes. Si uno se ubica durante el tiempo suficiente en la posicion correcta, un poco antes 0 un poco después ocurrird al- ga. Prus (1980) recomienda que en los lugares pablicos el observa- dor se ubique en “puntos de mucha accién”. En otras palabras, 40 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION ir hacia donde estén las personas y tratar de iniciar con alguna de ellas una conversacién casual. Liebow (1967) describe cémo encontré a Tally, el informante clave en su estudio sobre hombres negros de un grupo de esquina, mientras conversaban sobte una trivialidad en la calle frente a un vestaurante de comidas para llevar, Ese dfa Liebow pasd cuatro horas con Tally, bebiendo café y hoigazaneando en el restaurante. Después de su encuentro con Tally, el estudio de Liebow prosperd. Antes de mucho, Tally lo present6 a los otros y respondié por él como por un amigo. . Pero cuando se va a permanecer en un punto durante largo tiempo, es preferible asumir un rol aceptable. Aunque no es mal visto que personas que no se conocen inicien una conversacion casual, la gente sospecha de las motivaciones de alguien que de- muestra demasiado interés en ios otros o formutn demasiadas pre- guntas. El observador participante es facilmente confundido con el-cuentero, el voyeur, el] tenorio o, en ciertos circulos, el agente encubierto (Karp, 1980). William Foote Whyte (1955) narra sus esfuerzos por ubicar un informante en su estudio “Cornerville’, Siguiendo el consejo de un colega que le recomendé concurrir a un bar, pagarle un trago a una mujer y alentarla a que ie conta- ta la historia de su vida, se encontré en una situaci6n embarazosa. Whyte (1955, pig. 289) escribe: Miré a mi alrededor nuevamente y adverti a un terceto: un hombre y dos mujeres. Se me ocurtié que las mujeres estaban mal distribuidas y que yo po fa reclificar Is situacién, Me acerqué al grupo y dije algo asi como “Perdén... {Me permitirian unirme a ustedes?” Hubo un momento de silencio mientras el hombre me mirada Dlamente, A continuacién s0 ofrecis a lirarme escale- tas abajo. Le aseguré que no era necesario y lo demosteé sallendo del lugar sin ninguna ayuda, Algunos investigadores que han conducido con éxito estudios sobre escenarios ptiblicos y cuasi publicos adoptaron un rol par- ticipante -aceptabl. En un estudio sobre rateros y delincuentes, Polsky pasd horas jugando al pool. Segin él, si se quiere estudiar criminales, se debe ir a los lugares donde pasan sv tiempo de ocio y ganarse la confianza de algunos de ellos. Laud Humphreys (1975), cuyo estudio ha sido criticado desde ¢! punto de vista ético, pero que ha demostrado una enorme sensibilidad ante las personas es- - tudiadas, desempefié ef rol de “voyeur” y “mozo” en un estudio sobre el sexo impersonal en as salas piblicas de repose. LA OBSERVACION PARTICIPANTE, 4a Aunque no es necesatio que los observadores en estos escena- rigs se presenten como investigadores y expliquen sus propésitos a las personas con las que slo tendr4n contactos efimeros, debe- rfan en cambio explayarse con aquellas con las que mantendrén una relacién prolongada. /dentifiquese antes de que ia gente co- mience a dudar de sus intenciones, en especial st estd envuelta en actividades Hegales o marginales, Asi, Liebow explica sus propé- sitos a los informantes después de su primer o segundo contacto con ellos, mientras que Polsky aconseja identificarse ante los delin- cuentes poco después de haberlos conocido. ACCESO A ESCENARIOS PRIVADOS La tarea que debe realizar el observador participante para lo- grar acceso a esconerios (casas) y situaciones privados (algunas ac- ades tienen lugar en toda una gama de escenarios) es andloga a la del entrevistador para ubicar informantes, Tanto a los escena- rios como a los individuos hay que encontrarlos; e! consentimiento para el estudio debe ser negociado con cada individuo, El enfoque bdstco para obtener acceso a escenarios privados es la técnica de ia bola de nieve: comenzar con un pequefio niimero de personas, ganar su confianza y a continuacién pedirles que nos presenten a otras. Polsky (1969, pag. 124) escribe: En mi experiencia, la técnica ms apta para constitulr la propia muestra es Ia de “la bola de nieve"; fograr ser presentado a un delincuente que respon- derd por nosotros ante terceros, que a su vez nos recomendarin 2 otros. (Des- de luego, es preferible empezar tan alto como se pueda, es decir, siendo pre- sentado a a persona de mayor prestigio del grupo que se quiere estudiar.) Hay varios lugares por los que se puede comenzar. En primer término, averigiie ‘con amigos, parientes y contactos personales. Por lo generaj la gente se sorprende de} niimero de personas dife- rentes que conocen los individuos con los que ticnen contacto. En un experimento llevado a cabo con una clase de estudiantes, Polsky informé que un tercio de los estudiantes hallaron que ami- g0S y parientes podrian presentarlos personalmente a un delincuen- te de carrera, En segundo lugar, compromélase con la comunidad de perso- nas que desea estudiar. Para su cstudio de un vecindario étnico interior. de ta ciudad. de Boston, Herbert Gans (1962) se mudé a 42 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION ese vecindario y se convirtié en miembro de esa comunidad. Se hizo amigo de fos vecinos, utilizé ios negocios y servicios locales, concurrié a las reuniones piblicas, A través de esas actividades, logré finalmente recibir invitaciones a hogares, tertulias y reunio- hes informales en el vecindario. En tercer término, concurra a los organismos y organizaciones sociales que sirven a las personas en las que est4 interesado, Por ejemplo, segan sean sus intereses, podria dirigirse a las iglesias loca- les, a los centros vecinales, a los grupos de autoayuda, a las escue- las © a las asaciaciones fraternales, Bercovici (1981) realizé un es tudio con absorvacién participante sobre residencias y otros exee- narios para retardados mentales acorgpafiando a un equipo de te- rapistas ocupacionales que visitaba los establecimientos. El estu- dio de Whyte (1955) vio despejado el terreno cuando el autor fue presentado a Doc, quien iba a ser su informante clave y apadrina- dor, por un asistente social en una. institucién del vecindario. A diferencia de lo que ocurria en la época en que Whyte comenz6 su estudio (fines de la década de 1930), los investigadores de hoy pueden esperar que Jas organizaciones pongan vallas en su camino bajo la forme de exigencias de confidencialidad y privacidad. Una tactica final que ios investigadores han ulilizado para ubi- car escenarios ¢ informantes privados es la publicidad (Kotarba, 1980). Los investigadores han publicado avisos en los periddicos locales, han participado en mesas tedondas en la zona y prepara- do volintes para entregar en mano, distribuyéndolus entre los gru- pos locales, en los que describen sus estudios. JQUE SE LES DICE A PORTEROS E INFORMANTES? La explicacién de los procedimientos e intereses de ta investi- gacién a los porteros ¢ informantes ¢s uno de los problemas mas delicados que se enfrentan en la investigacién de campo. Nuestro propio enfoque debe ser veraz, pera vago e impreciso.* Esta acti- tud no s6lo tiene bases éticas, sino tambitn practicas. Si se falsean deliberadamente las propias intenciones, habr4 que vivir con el temor y la angustia de ser descubierto. Existe también la posibi- lidad real de que nuestra coartada se descubra y seamos expulsa- dos et escenario o se hagan afiicns nuestras relaciones con os in- 4No obstante, véase on este capitulo ol examen de la observaciin encu- bierta. LA OBSERVACION PARTICIPANTE, 43 formantes. Quizds la mayor desventaja de ia investigacién encu- bierta resida en las limitaciones que impone al investigador. El investigador declarado puede trascender los estrechos roles que desempefian las personas en un escenario, y comprometerse en reales actividades investigativas. Ademds, muchas personas serdar mds abiertas y estarén mds dispuestas a compartir sus perspectivas con un investigador que con un compafiero de trabajo o colabora- dor participante. No es prudente proporcionar detalles concerntentes a la inves- figacién y a la precisién con la que se tomardn las notas. Si tienen noticia de que serdn observadas estrechamente, la mayorfa de las personas se sentirdn inhibidas en presencia dei investigador. En el caso improbable de ser presionado para aclarar el punto, s¢ le puede decir a la gente que se fomaran algunas notas més adelante o que se Hevard un diario. Un modo que hemos descubierto util para explicar los inte- reses de la investigacién consiste en hacer saber a fos sujetos que No necesariamente estamos interesados en esa organizacién parti- cular ni en las personas especificas que encontramos en ella, En todos los esludios los intereses del investigador abarcan mas que un escenario particular y conciernen al tipo general de organiza- cién. Si procutamos acceso a una escucla, por ejemplo, deberfa- mos sugerir que estamos interesados en comprender como’ es una escucla, y no en la naturaleza de esa escuela en especial. Podrfa- mos explicar por qué esa organizacién particular constituye un escenario idcal para la investigacion, especialmente si la gente se enorgullece de lo que esta haciendo. Es una experiencia comtn entre los investigadores de campo en grandes organizaciones que:los informantes supongan que aqué- llos estan alli para aprender cosas sobre las personas de otro nivel. En el estudio institucional, el persona! naturaimente supuso que el observador debfa tomar nota de las pautas de conducta de los “severa y profundamente retardados", aprender sobre los retarda- dos lo que pod {a enscfiar el personal de atencion. Sea que los inves- tigadores cultiven o no falsas impresiones, como lo sosticne Dougtas (1976), no hay ninguns necesidad de corregic aquella idea errénea. Algunos porteros exigen una claborada explicacién y defensa de la investigacién. Al tratar de entrar en una organizacion, ios observadores participantes pucden empantanarse en_prolongadas discusiones sobre In metodologin de la investigacion. Entre las ob- jeciones normaies a la observacién participante se cuentan: “Te- a4 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION memos que proteger la privacidad y confidencialidad de nuestros clientes”, “Estamos demasiado ocupades como para responder a una ristra de preguntas”, “Usted obstaculizarA lo que estamos haciendo”, “De todos modos aqui no va a encontrar mucho de interesante”, y “Su estudio no parece cientifico”’. Anticipese a las objeciones y tenga las respuestas preparadas, Por Io general podemos darkes ciertas garantfas a los porteros. A esto a veces se lo denomina e/ pacto. Los observadores deben su- brayar el hecho:de que su investigacién no desbarata ¢) escenario. Los porteros con frecuencia suponen que la investigacién incluye cuestionarios, entrevistas estructuradas, uso de anotadores y- otros métodos intrusivos..En cambio, ia observacién participante envuel- ve actividades no perturbadoras ni intrusivas, En realidad, para la mayor parte de lox luveatigadotes porturbar to winimo es tan im- portante como para los porteros. . También corresponde garantizar la confidencialidad y ta priva- cidad de las personas que estudiamos. Haremos saber a los informan- tes que las notas que tomemos no contendran nombres ni identi- ficardn informacién sobre los individuos o la organizacién, y que estamos tan obligados a respetar la confidencialidad como la gen- te de la organizacién. De la forma én que evaluemos a la gente de la organizaci6n de- penderf la exactitud con que habremos de responder a las pregun- tas sobre e! disefio de la investigacién. Las preguntas criticas sobre el disefio de la invesligacién por lo general reflejan preocupacio- nes acerca de los descubrimientos o resuitados (Haas y Shaffir, 1980). Por ejemplo, los porteros de instituciones a veces se escudan en la confidencialidad del cliente para ocultar condiciones inferio- reso las normales. En el estudio institucional, el observador pasé horas defendion- do la integridad de su investigacién ante funcionarios que tenfan preparacion en- psicologfa.’ Hasta que no encontr6 Ja frase “medi- das no intrusivas” Jos funcionarios no le otorgaron autorizacién para observar. Johnson (1975) informa que su desempefio chapu- cero at explicar su investigacién a un grupo de asistentes sociales fue un factor esencial para obtener el acceso a un organismo de asistencia social. Los asistentes sociales Megaron a 1a conclusion de que no tenian nada que temer de alguien que experimentaba tales dificultades para explicar sus propdsitos, Douglas (1976) aboga por “‘hacerse el bobo” o el “académico con cerebro de ratén” cuando la gente parece temer la investiga- cidn. Es decir que el investigador trata de convencer al portero de LA OBSERVACION PARTICIPANTE. 45 que ci estudio es tan académico y abstracto que no es posible que amenace a nadie. Douglas (1976, pag. 170) proporciona un ejemplo: Resulta especialmente eficaz decirles algo detalladamente que “estamos realizando una reduccldn etnometodoldgica-fenomenolégica de su actitud jural para exhibir y documentar los procedimientos interpretativos inva- riantes que son constitutivos de! ego trascendental y por lo tanto de la cogni- cidn intersubjetiva”. Suponiendo que este tipo de maniobra dé resultados, el inves- tigador deberd asumir durante cierto tiempo la identidad conse- cuente. Conocemos a un observador que se identificé ante los in- formantes como “etndgrafo”. Mds tarde oyé que una persona Is susurraba a otra: “No hagas ningin tipo de -broma racial delante do ese tipo, Es un etndgrafa”. No es poco comin hoy en dfa que los porteros soliciten a los observadores ‘participantes la preparacién de una propuesta escri- ta © que sometan el disefio de su investigacién a un “comité de pro- teccién de los sujetos humanos”, Las mismas orientaciones genera- les se aplican a los documentos escritos: ser honesto, pero vago. Por lo general bastar4 con una consideracién superficial e impreci- sa de los métodos de investigacién cualitatives, la teorfa fundamen- tada, etcétera. RECOLECCION DE DATOS Durante el proceso de obtener el ingreso en un escenario se de- ben llevar notas de campo detalladas, Como en el caso de Ia inves- tigacién ulterior, las notas deben registrarse después de encuentros cara a cara y conversaciones telefénicas, Los datos recogidos en esta elapa pueden ser extremadamente valiosos mds udelante. Du- rante el perfodo de obtencién del acceso del estudio institucional, cl investigador pasé tempo con {a directora de la entidad. Ade- més de sentar las reglas basicas, ella presenté su perspectiva de la instituci “Nadie es perfecto”, “Estamos atestados’ mos utilizar mds dinero del Estado". Después de concluir su estu- dio del personal de atencién, el investigador estudié las perspecti- vas de los funcionarios. Aquellas afirmaciones de la directora lo ayudaron a entender cl modo en que los funcionarios institucio- nales proyectaban hacia el mundo exterior una imagen favorable de si mismos, 46 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION El proceso de obtener acceso a un escenario también facilita la comprensién del modo en que las personas se relacionan entre sf y tratan a otros, Un buen modo de adquirir conocimientos sobre Ja estructura y jerarquia de una organizacién consiste en ser pasado de uno a otro a través de ella. Finalmente, las notas recogidas en esa etapa ayudarén mds adelante al observador a entender cémo es visto por la gente de la organizacién. INVESTIGACION ENCURIERTA A Io largo de todo este capitulo hemos subrayado el tema de Ja investigacién manifiesta, es decir, de estudios en los que los in- vestigadores comunican intereses investigativos a los porteros e informentes en perspectiva. Pero muchos fructuosos e importan- tes estudios de observaci6n participante fueron realizados con un enfoque encubierto (Festinger y otros, 1956; Humphreys, 1975; Rosenhan, 1973; Roy, 1952a). Con independencia de las conside- raciones prdcticas, da investigacion encubierta suscita graves proble- mas éticos. Las decisiones éticas necesariamente involucran Ja propia mo- ral personal. Se debe optar entre cierto niimero de responsabili- dades y alternativas morales. Algunos cientificos sociales, como Kai Erikson (1967, pag. 254), sostienen que [a investigacién encu- bierta y ef engano comprometen la buena voluntad de Ins poten- clales sujetos de investigacién y del pablico en general, de ios cua- les tos investigadores dependen: “Innecesario es decir que la inves- tigacién de este tipo puede dafiar la reputacién de Is sociologfa en la sociedad mds amplia y clausurar Areas promisorias de inves- tigacién para los investigadores futuros”. Andlogamente, Warwick (1975) previene que una actitud de “al demonio con el ptiblico” entre {os investigadores de campo ya ha creado un retroceso social en detrimento de la investigacion social. ‘Otros investigadores creen que el conocimiento cient{fico ob- tenido mediante la investigacién justifica prdcticas en otros senti- dos desagradables.> Glaser (1972, pdg. 133) informa que Arthur SAparentemente son pocos los cientificos sociales que Hevacian esta exsoncla hasta su conetision Kigica, Lolinnd (186%, pag, 201), quien Justificn su propia InvestigackSn encubier re grupos de Alcohéileas Andénimas, escribe: “Las actividades de ‘investigacion’ de la Alemania nazi nos ensefaron LA OBSERVACION PARTICIPANTE. a Vidich justified 1as seguridades engafiosas: proporcionadas sobre la proteccién de la identidad como precio de una contribucién al conocimiento. Denzin (1978) asume Ia posicién de que cada inves- tigador deberfa decidir cud! es la conducta ética. Denzin (1978, pdg. 331) aboga por “...la absoluta libertad para proseguir con las propias actividades tal como uno lo juzga adecuado”. Jack Dou- glas (1976) caracteriza a la sociedad como un mundo de “cornadas entre bueyes”. Puesto que, segtin Douglas, las mentiras, las cvasi- vas y el engafio Forman parte de la vida social cotidiana, los inves tigndores deben mentir, eludir y engaflar a sus informantes para obtener “la verdad”, Oltos cientfficos socinies suscriben una ética de situacién (Hum phreys, 1975). En otras palabras, dicen que los beneficios sociales practicos de la investigacion pueden justificar pricticas engafiosas, Para Rainwater y Pittman (1967) la investigacién en ciencias socia- Jes acrecienta la responsabilidad de los funcionarios piblicos. Finalmente, esiin quicnes condenan el engafio por sf mismo y defienden un “derecho a no ser investigado” (Sagarin, 1973). Asf, algunos cientificos sociales aducen que los investigadores nunca tienen ef derecho de dafiar a las personas, y que los tnicos que pueden juzgar si la investigacion dafla, aunque sdlo sea por la expo- sici6n de secretos grupales, son los informantes mismos (Sprad- ley, 1980). De modo que en materia de ética los investigadores dében ba- lancear sus responsabilidades miltiples para con su profesion, la busqueda del conocimicnto, la sociedad, los informantes y, en Gitima instancia, tenerse cn cuenta a sf mismos. Nuestro propio punto de vista es que hay situaciones en las que la investigacién encubierta es al mismo tiempo necesaria y estd éti- camente justificada, Depende de lo que se esiudie y de lo que se pretenda “hacer con los resultados, Puesto que es menos probable que los grupos poderosos de nuestra sociedad autoricen el acceso de los investigadores, la investigacién en ciencias sociales tiende a concentratse entre los que no tienen poder. Contamos con mu- chos més estudios sobre trabajadores que sobre gerentes de corpo- raciones, mds sobre pobres y desviados que sobre politicos y jueces. Los investigadores exponen las faltas de los débiles, mientras que los poderosos permanecen intocados. En consecuencia, estudiar muy bien (0 deberian haberlo hecho} que hay ifmites morales definidos sobre lo que puede hacerse en nombre de la ciencla™. Véase también Lofland (1961). aa METQDOS CUALITATIVOS DE INVESTIGATION de modo encubierto tos grupos poderosos puede resultar recomper satorio. Pero encontramos diffcil justificar el engafio abierto con 1 objeto Gnico de cumplir con exigencias de la graduacién o de afladir'a un curriculum Ja publicaci6n de un articulo en un oscuro periédico especializado. Es también cierto, como lo sefiala Roth (1962), que la distin- cién entre investigacién manifiesta o abierta € investigacién encu- bierta es una simplificacion excesiva. Porque toda investigacién es en alguna medida secreta en el sentido de que los investigado- res nunca le comunican todo a sus informantes. ;Qué decir de los investigadores que observan en lugares piblicos? ;Deben informar a la multitud de personas que estén siendo observadas? ;Deberfan Jos ‘investigadores ser obligados a proporcionar a los informantes rondiciones de cusntas punto por punto de las hipdtesis y conje- turas omorgen tos? En el reino de Ia ética no hay regias estrictas, La investigacién en el campo debe involucrar al investigador en una gran medida de brisqueda del tono espiritual® Sea cual fuere 1a decisién ética que los investigadores tomen, no deberfan ser sencillamente caba- llerescos ni faltos de método en lo que respecta al engafio de ter- ceras personas, ° Este cap(tulo trat6 sobre la etapa previa al trabajo de campo de Ja investigacién mediante la observacién participante, Mas espe- En afios recientes, los comités de “proteccién de los sujetos de investi- gacién humanos” han surgido en las universidades en todo el pais, en gran me dida como respuesta a las orientaciones federaies para fa investigacién (Depar- tament of Health, Edueation and Welfare, 1974, 1978). Con frecuencia, es tos comités parecen destinados a protoger a ias universidades yn los provee- dores do ‘fondos, salvandolos de la controversia, més que a la saivaguarda de Jos intereses de potenciales “sujetos". En todo caso, el hecho de que una pro- puesta de investigacién haya pasado por el escrutinio de un comité de “protec- cin de aujetos humanos” no libera al investigador de tomar decisiones éticas ‘en el caso. Es también clerto, como Io sefialan Klockars (1977) y Wax (1983), que los procedimientos federsles del “‘consentimiento informado" parecen ina- decuados en los estudios cualitativos, puesto que eb investigador no siempre puede (si es que puede alguna vez) especificar de antemano qué personas 0 escenarios serin estudiados, qué preguntas se harén y qué riesgos correrin os informantes. Klockars (1977, pdg. 217) cita un maravilloso enunciado de Margaret Mead relacionado con las orientaciones federales para la investigacién: “La investigacién antropolégica no tiene sujetos. Trabajamos con los infor- mantes en una almésfera de confianza y respeto mutuos”. LA OBSERVACION PARTICIPANTE 49 cificamente, enfocamos materias telacionadas con las decisiones que los observadores deben tomar antes de entrar en. el campo y con ios contactos iniciales que deben hacer. El cap(tulo siguiente pasa a fos problemas y alternativas que el observador enfrenta en el campo: “Ahora que ya esté dentro, jadénde ird a partir de aqui?” Capitulo 3 LA ORSERVACION PARTICIPANTE BN EL CAMDO En este capftulo consideraremos Ia fase de trabajo de campo de la observacién participante.. El trabajo de campo incluye tres ac- ‘tividades principales. La primera se relaciona con una interaccién social no ofensiva: lograr que los informantes se sientan cémodos y gonar su aceptacién. El segundo aspecto trata sobre los modos de obtener datos: estrategias y ticticas de campo. Ll aspecto final involucra el registro de los ‘datos en forma de notas de campo es- critas. En este capitulo examinaremos estos y otros problemas que surgen en el campo. LA ENTRADA EN EL CAMPO Los observadores participantes entrah en el campo con Ia es- peranza de establecer relaciones abiertas con ios informantes. Se. comportan de un modo tal que Hegan a ser una parte no intrusiva de Is escena, personas cuya posicién tos participantes dan por so- breentendida. Idealmente, los informantes olvidan que el obser- vador se propone investigar. Muchas de las técnicas empleadas en la observacién participante corresponden. a reglas cotidianas sobre la interaceiin social no ofensiva; las aptitudes en esa drea son una necesidad. LA OBSERVACION PARTICIPANTE st Los observadores permanecen relativamente pasivos a lo largo del curso del trabajo de campo, pero en especial durante los prime- ros dias (Geer, 1964).! Los observadorcs participantes “palpan la situaci6n”, “avanzan lentamente”, “tocan de ofdo” Gohnson, 1975) y “aprenden a hacer los nudos"” (Geer, 1964). Los primeros dfas en el campo constituyen un perfodo en el cual los abservado- res tratan de que la gente se sienta comoda, disipan cualquier idea en cuanto a que el enfoque de la investigacion ser4 intrusivo, esta- blecen sus identidades como personas inobjetables y aprenden a actuar adecuadamente en el escenario. ;Qué ropa me pondré? jPuedo fumar? ;Quién parece demasiado ocupado como para ha- blar conmigo? ,Dénde puedo sentarme sin molestar el paso? ,Pue- do caminar? ,Qué puedo hacer para no tesaltar como una ufia encarnada? ;Puedo hablaries a los clientes? yQuién parece accesi- ble y comunicativo? * Durante el periodo inicial, Ja recoleccién de datos es secunda- ria para ilegar a conocer el escenario y las personas. Las preguntas tienen la finalidad de ayudar a romper el hielo. Puesto que algunas personas pueden preguntarle al investigador qué quiere saber, es una buena idea anotar algunas preguntas generales antes de ingre- sar en el campo. Por Jo general, son buenas aperturas preguntas como “;Podrfa darme una perspectiva de este lugar?” y ‘;Cémo entré usted en esto?” Diferentes personas probablemente presentaran diferentes grados de receptividad ante e1 investigador. Aunque el! portero haya autorizado cl estudio, otros pueden objetar su presencia. Sue Smith-Cunnien, en el primer dfa de un estudio con observa- cién participante alcanz6 a ofr que una persona le preguntaba a otra: “*;Qué es lo que ella va a hacer... dar vueltas y observarnos todo ei tiempo?” Como lo sefiala Johnson (1975), no es poco comin que los observadores sé encuentren en medio de una lucha de pode- res a proposito de su presencia. Es importante explicar quién es uno a fodas las personas del escenario. En un estudio sobre el empleo de los medios de comunicacién por los maestros, por ejemplo, "Un nitmero creciente de investigadores de campo subrayan la importane cla de comprender ef efecto que el observador produce en ef escenario, en lugar de tratar de eliminarlo enteramente (véase Emerson, 1981). Algunos investigadores también defienden ef compromiso activo en el campo como me+ dio pars tevelar procesos sociales que de otra manera quedarian ocultos (Bode- mann, 1978), Aunque estas posiciones tienen sentido, seguimos sintiendo que ¢s esencial “avanzar lentamente” hasta que uno ha desarrollado una compren- sign del escenario y de su gente. 52 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION tos investigadores entrovistaron a cada docente individuaimente para explicarle el estudio y obtener su permiso a fin de observar en cada salén de clase, por mas que esto ya habla sido autorizado por fos administradores. Asimismo, de modo sutil, se deber(a hacer saber a la gente que Jo que nos-diga no sera comunicado a otros. (Desde luego, uno no se presenta diciendo que es un investigador y estd éticamente obli- gado a no violar su confidencialidad.) En la segunda observacion en el estudio institucional, uno de los miembros del personal de atencién le pregunt6 al investigador: “;Le hablé usted {a ia directo- ra) sobre los muchachos de esta sala?” £) investigador respondié ‘algo asf como: “No, ni siquiera lo dije dénde estoy. Yo no le hablo sobre Ia institucién a tas personas del exterior, de modo que por qué habrfa do habiarle sobre tados ustedes?" En el estudio de Smith- Cunnlen, ella aprovechd la oportunidad de asegurar la confidencia- lidad de su Investigacion durante ol intercam bio siguiente: JQuiere usted ser editor en jefe el préximo afio?™” quién va usted a hablarle de esto, en todo caso?” Hento, deby haberle dicho desde e) principio que todo lo que me diga es confidencial. Yo no voy a repetir nada de esto. fuera de aque’. Durante los primeros dias en el campo, los investigadores se sienten invariablemente incémodos. Muchos de nosotros rehuimos Ja interaccién innecesaria con exisafios, Nadie se siente cémodo en un nuevo escenario sin ningdn rol definible que desempefiar, Smith-Cunnien reflexions sobre su primer dia observando: Me alento totalmente incdmoda en este escenario. Creo que esto se debe sobre todo 3 mi propia timidez, sunque algo proviene definidamente del hecho de que allf se destaca un escenario extrafio y yo no estoy haciendo nada sal- yo mirar... no tomé notes de campo. Parte de la incomodidad se debe al he- cho de que en algunos momentos hay literalmente muy poco que observar: toda fs aceién continds en fos despachos y yo sélo puedo afcanzar a off algu- fas cosas, La préxima vez que observe, trataré de‘ ser un poco mis agresiva sin serlo demasiado... tendré que tratar de observar escenarios més especifi- vos y de descubsir quién es cada cuslentre un mayor nimero de personas. Todos los observadores enfrentan en el campo situaciones desconcertantes. Aunque es cierto, tal como Io escriben Shaffir, Stebbins y Turowetz (1980), que el trabajo de campo se caracte- LA OBSERVACION PARTICIPANTE 53 riza por sentimientos de duda en st mismo, incertidumbre y frus- tracién, confértese pensando qué se sentird mds cémodo en ef esce- nario a medida que el estudio progrese. Cuando entran por primera vez en et campo, los observadores se encuentran con frecuencia abrumados por la cantidad de infor- macién que reciben. Por esta razén, se debe tratar de limitar el tiempo que se pasa en el escenario durante cada observacién. Una hora es por lo general suficiente. A medida qué uno se familiariza con un escenario y gana en pericia para la observacién, se puede aumentar e] lapso que se pasa en'¢] escenario. La investigacién de campo puede ser especialmente excitante al comienzo det estudio. Algunos observadores se inclinan a perma- necet tanto tiempo en un escenario que dejan el campo agotados y lenos de tanta informacién que nunca llegan a registrarla. Las ‘abservaciones son utiles s6lo en Ia medida en que pueden ser re- cordadas y registradas. No permanezca en el campo si olvidard inu- chos de los datos 0 no tendrd tiempo para tomar notas. LA NEGOCIACION DEL PROPIO ROL Las condiciones de la investigacion de campo —qué, cudndo y a quién observar— deben ser negociadas continuamente. Hay que establecer un equilibrio entre ia realizacién de ia investigacién tal como uno to considera adecuado y acompaftar a los informantes en beneficio del rapport. E! primer problema que probablemente se tenga que enfrentar es el de verse forzado a un rol incompatible con la realizacién de la investigacién. Es frecuente que las personas no entiendan la observacién participante, incluso aunque es haya sido explicada cuidadosamente. En muchos escenarios los porteros ¢ informantes ubican a los observadores en roles coméinmente desempefiados por extrafios. El personal de las escuelas, hospitales psiquidtricos y otras instituciones con frecuencia tratan de forzar a los observa- dores a asumir el rol de voluntarios, especialmente en el caso de mujeses y estudiantes. De los observadores se espera a veces que firmen el litro de entradas y salidas de los voluntarios, que traba- jen con ciertos clientes y que informen al supervisor-de volunta- rigs. Cohocemos a un observador que fue empujado a una relacién de tutor con un muchacho en una cdrcel de menores encausados, a pesar de que habfa explicado sus intereses al director de la insti- tucién. Andlogamente, Easterday, Papademas, Schorr y Valentine 34 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION (1977) informan de investigadoras que, en escenarios dominados por hombres, han sido levadas a asumir roles inadecuados. A veces cl desempefio de un rol familiar en un escenario repre- senta algunas ventajas: se obtiene el acceso con mayor facilidad; el observador tiene algo que hacer; las personas no se inhiben en SW presencia; algunos datos se pueden obtener con menos dificul- tad. Conocemes a un observador que, en un estudio sobre una or- ganizacién de caridad, fue designado como voluntario para repis- trar informacién sobre donantes, Sin embargo, a medida que el estudio progresa el observador perdord control sabre él y sufriré limitaciones en ia recoleccién de datos si se vo confinado a un ¢s- trecho rol organizativo, Un segundo problema que enfrentan los investigadores de cam- po consiste en que se les diga qué y cudndo observar, Ante los extrafios, todas las personas tratan de presentarse bajo la mejor luz posible (Goffman, 1959). Los informantes compartirén aque- ilos aspectos de su vida y de su trabajo que se prestan 4 una vision favorable, y ocultardn los otros, 0 por lo menos los Ilevarén a un segundo plano, Muchas organizaciones tienen gufas que programan las visitas y recorridas de extrafios, Aunque tales recorridas son va- Tiosas en ciertos aspectos, tienden a proporcionar una perspectiva selecliva del escenario. En ‘las instiluciones totales, por ejemplo, los gufas con frecuencia muestran a los visitantes las mejores sa- Jas y los programas modetos, y desalientan el recorrido en otras partes de la institicion (Goffm: 1961; Taylor y Bogdan, 1980), Ln muchas otganizaciones, las personas tratan de estructurar los tiempos en que se autoriza la visita de los observadores. Las instituciones totales son bien conocidas por -negar las visitas los fines de semana, puesto que es entonces cuando sucede lo menos programado y Ia mayor parte de los miembros del personal estén de franco. Es tfpico que los funcionarios y el personal de direccion de las organizaciones traten de imponer a los observadores los M- mites de ciertos acontecimientos, como reuniones en dias de fies- tao en dfas de puertas abiertas. ‘La mujeres a veces enfrentan problemas especiales con los in~ formantes, que limitan su investigacién (Easterday y otros, 1977); Warten y Rasmussen, 1977). Por ejemplo, Hasterday y otros anotan que los varones de” mayor edad con frecuencia actuan de modo paternal con las mujeres jOvenes; en wn estudio sobre una morgue, un medica intentd “protege” a una joven investigider tratndo de que no viers Ios “casos feos", + Se debe tratar de resistir a ios intentos de los informantes ten- LA OBSERVACION PARTICIPANTE 5S dientes a controlar la investigacién, idealmente, son ‘os propios investigadores los que deben elegit los lugares y momentos para observar. Cuando los observadores establecen algin grado de rapport, por lo general logran acceso a mas lugares y personas. EL ESTABLECIMIENTO DEL RAPPORT Establecer rapport con los informantes es la meta de todo inves- tigador de campo. Cuando se comienza a lograr el rapport con aque- lias personas a las que se esté estudiando, se experimentan sensa- ciones de realizaci6n y estimulo, El de rapport no es un concepto que pueda definirse fécilmente. Significa muchas cosas: Comunicar fa simpatfa que se siente por los informantes y lograr queellos la acepten como sincera, Penetrar a través de las “defensas contra el extrafio” de Ia gen- te (Argytis, 1952). Lograr que las personas se “abran” y manifiesten sus senti- imientos respecto del escenario y de otras personas, Ser visto como wna persona inobjetable. Trrumpir a través de las ‘“fachadas™ (Goffman, 1959) que las personas imponen en Ia vida cotidiana. Compaitir el mundo simbéiico de los informantes, su lenguaje y sus perspectivas, El rapport aparece Jentamente en la mayorfa de las investiga- ciones de campo. Y cuando aparece, puede ser tentativo y frdgil Es dudoso que cualquier persona confie por completo en otra, en todos los momentos y circunstancias, Tal como nos lo dice John Johnson (1975), el rapport y Ja confianza pueden crecer y disminuit cn el curso del trabajo de campo. Con ciertos informan- tes nunca se llega a establecer un verdadero rapport. Johnson (1975, pags. 141-142) escribe: Hacia cl finnt de las investiguciones sobre el bionestar flegué a la conchae sién de que no existe la posibilidad reslista de desarrollar relaciones de confian- 56 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION 24 camo tales, Esto era especialmente certo en un sacenario que inclufs a un lzquierdisia, una militate def movimiento de lberacién femenina, personas de edad, personas jévenes, extravagantes ¢ individues formales, republicanos, demdcratas, miembros de. terceros partidos, jefes y comandantes navales, sa1 gentos mayorer del ejército de reserva, pa ‘objetorés de concien etoétera... Durante los meses finales de Ix investigacién de campo desarrall aredualmente ta nocién de “conflanza suficente” p para reemplazar a los pre- ‘supuestos anteriores adquiridos a través de la lectura de la bilbiografia tradi- sional, La confianza suficiente supone un juicio personal, de sentido comin, sobre fo que puede lograrse con una persona determinada. Aunque no hay reglas rigidas sobre el modo de lograr rapport con los informantes, se puede ofrecer un cierto numero de orien- taciones generaies, Reverenchar ws rutinas Los observadores sdlo pueden lograr ¢l rapport con Ios infor- mantes si se acomodan a las rutinas y modos de hacer las cosas de estos ditimos. A todas las personas les gusta hacer las cosas de cier- ta manera y en ciertos momentos. Los observadores no deben in- terferir. Polsky (1969, pig. 129) ofrece un consejo sobre cémo ob- servar delincuentes que se aplica a la observaci6n de cualquier tipo de personas: “Si éi quiere sentarse frente a su aparato de televi- sion y beber cerveza mientras ve un partido durante un par de horas, usted haga lo mismo; si quiere caminar por la calle o ir de bar en bar, acompdfielo; si quiere ir al hipSdromo, vaya con él; si le dice (nor cualquier razon) que ya es hora de que usted se pierda de vista, desaparezca™, Conocemos a un observador que. en un estudio sobre un hospital, llegé tarde a dos reuniones y después Ies pidié a los médicos, que tenfan sus propios problemas de tiem- Po, que feprogramaran sus encuentros adecudndolos a la agenda del investigador. Este tipo de personas le crean una mala reputa- cién a los abservadores participantes, Establecer lo que se tlene en comin can ta gente Es probable que ef camino mds ficil para consolidar las relacio- nes con [a gerite consista en establecer lo que se tiene en coman con: cila, El intercambio casual de informacién es con frecuencia LA OBSERVACION PARTICIPANTE 37 el vehfculo mediante ¢l cual los observadores consiguen romper el hielo, En el estudio sobre el programa de entrenamicnto para desempleados, el observador llego a conocer a muchos de sus in- formantes a través de conversaciones sobre pesca, sobre {os hijos, sobre enfermedades, ocupaciones anteriores y comidas, Es natural que la gente quiera conocer los intereses y pasatiempos del obser- vador. Ayudar a la gente Une de los mejores modos de comenzar a ganarse la confianza de la gente consiste en hacerie favores. Johnson (1975) informa que durante su trabajo de campo sirvié como chofer, lector, aca- rreador de equipajes, baby-sitrer, prestamista, acomodador en una conferencia local, tomador de apuntes, telefonista cn momentos de. mucha actividad, asesor en la compra de automéviles usados, guardaespaldas de una trabajadora, mensajero, ademas de haber prestado libros, escrito cartas y otras cosas, Conocemos a un inves- tigador que estudié una sala con personal insuficiente para 40 ni- flos, en una institucién para retardados mentales, que pasé ung época terrible en sus relaciones con aque! personal. Esas mujeres eran bruscas con él y trataban de ignorarlo por completo. La si- tuacién se hacia cada vez mds incémoda hasta que el observatior se ofreciéd un dia a ayudar a los dos miembros del personal de aten- cién que te daban de comer a los nifios. En cuante comenzé a dat- le de comer al primer nifio, esas personas sc abrieron y comenzaron a compartir sus preocupaciones y quejas. Por primera vez lo invi- taron a unirse a ellasen una pausa en el saién de descanso. Ser humilde Es importante que.ta gente sepa que el investigador es el tipo de persona con la que pueden expresarse sin temor a revelar algo o a una evaluacién negativa. Muchos observadores, entre fos cua- les nos contamos nosotros, tratamos de “parecer personas humi!- des que son tipos normales y no le harfan a nadie ninguna vileza’ (Johnson, 1975, pag. 95). Con frecuencia, los observadores se convierten en las personas que mejor conocen y entienden lo que piensa cada uno en el esce- nario de que se trate. Resérvese ese conocimiento para usted mismo. 58 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION Los investigadores deben ser cuidadosos en cuantp a no revelar ciertas cosas que los informantes han dicho, aunque no lo hayan hecho en privado. Desplegar un conocimiento excesivo hace al observador amenazante y potencialmente peligroso. Los informantes pueden también ser renuentes a expresar lo que sienten si el observador actta como demasiado enterado. Per- mita que la gente hable con. libertad. Descubrird que muchas per- sonas tienen creencias que son imprecisas cuando no patentemente absurdas, No es necesario corregir esas ercencias, con lo cual sélo se consigue que la gente se inhiba on nuestra presencia. Interesarse Innecesario es aclarar que hay que interesarse en fo que la gen- te tiene que decir. Si, 2 veces es facil aburrirse en el campo, en especial si uno se encuentra en la situacién de que alguien monopo- lice la conversacién con temas aparentemente triviales o irrelevan- tes. Hay modos para canalizar una conversacién y evitar sutilmente a ciertas personas. A algunos de estos tillimos nos referimos en este cap{tulo y en nuestro examen de las entrevistas. PARTICIPACION Cuando ef compromiso activo en las actividades de las perso- nas es esencial para lograr la aceptacién, hay que participar por todos los medios, pero sabiendo donde trazar ia linea divisoria, En algunos escenarios se debe participar en actividades margina- les. Van Maanen (1982, pag. 114) que presencid muchos casos de brutalidad policial, escribe: “Séio las pruebas practicas demostra- rin que uno es digno de confianza”. EJ personal de atencién del estudio institucional con frecuen- cia molesté a los individuos que estaban a su cargo y abusd cruel mente de ellos: recibieron baldazos de agua, fucron golpeados, obligados a practicar fellatio, a tragar ciyarrillos encendidos, indu- cidos 1 golpear a otros internados y atados.2 lis camas (el perso- hal sofia cémo hacer estas cosas sin dejar marcas), Atingtie ef obs sorvador fue sutitmente lentado a sumarse a esos ubusos, nunca se ejercié sobre 41 una fuerte presién en tal sentido. No obstante, se lo observaba a su vez muy estrechamente, por si daba alguna LA OBSERVACION PARTICIPANTE. 39 muestra de desaprobacién, Por su parte, trat6 de ignorar estos actos del mejor modo que pudo. Fine (1980) informa que fue puesto a prueba por los nifios en su estudio sobre la pequefia liga de béisbol, Por ejemplo, iniciaron desérdenes ruidosos y se instalaban desapaciblemente en sus alo- jamientos, en presencia del observador, para evaluarto, En vista de las dificultades presentadas por la diferencia generacional, era importante para é1 tomar distancia respecto de un rol adulto de supervision, para ganar la confianza de los pequefios, EI observador participante camina sobre una delgada Ifnea que separa al participante activo (“participante como obscrvador”} y el observador pasivo (“observador como participante"’) (Gold, 1958; Junker, 1960). Hay claras oportunidades en las que es pre- fetible no ser aceptado como auténtico miembro de! escenario o grupo. . Cuando el compromiso coloca al observador en una situacién competitiva con los informantes, lo mejor es retirarse. A veces 28 diffcil dejar a un lado al propio ego. Lo mismo que las otras per- sonas, tos observadores tienen un concepto de sf mismos que de- fender y quieren que se piense de ellos que son ingeniosos, brillan- tes y sexualmente atractivos, En un estudio sobre una sala de re- daccién, Rasmussen halié que aunque presentarse como el “tipo joven y lindo con ‘el que se pueden hacer citas” permit(a conquis- lar a periodistas de sexo femenino, enajenaba a los de sexo: Mmascu- lino (Warren y Rasmussen, 1977), También se debe evitar actuar y hablar de madas que no se ade- cuan a la propia personalidad, Por ejemplo, aunque es preciso ves- tise como para no desentonar en el escenario (usar ropa informal © formal si las personas hacen una u otra cosa; si ellas visten de maneras diferentes, tratar de hallar un estilo neutro), uno no de- berfa’ ponerse nada que lo haga sentirse incémodo o no natural. Andlogamente, es sensato no emplear ef vocabulario y la forma de hablar de la gente hasta que uno fos domine y surjan en su con- yersacion naturalmente. Whyte (1955, pag. 304) aprendi6 esta lec- cién cuando, caminando por la calle con un grupo ds esquina, tratando de entrar cn ¢l espiritu de la conversacién trivial, se de- saté en una sarta de obscenidades. Whyte informa lo que ocurrié: “Doe mened la cabeza y dijo: ‘Bili, no se supone que seas asf. Eso no suena como algo tuyo’ ”. 2Véase In seccién “La ética en el campo”, en este capitulo, pars un exa- men de fos problemas éticos suscitados por esta investigacién. 60 METODOS CUALITATIVOS DE INVESTIGACION E] “pelotoo” era un pasatiompo comin entre los entrenados en el programa para desempleados. Por “‘peloteo” se entend{fa un intercambio verbal competitive cuyo objeto era hacer callar y de- rrotar a otra persona mediante el h4bil empleo de frases con doble sentido (Hannerz, 1969; Horton, 1967). El observador fue objeto de las bromas de los entrenados y, después de unos dias de obser- vacién, fue alontando por ellos a compromcterse en intercambios verbales sobre su potencia como amante y su capacidad como bebe- dor. Aunque él gradualmente comenz6 a participar en tales inter- cambios, pronto comprendié que le faltaba habilidad para desem- pefiarse bien, Primero consideré su ineptitud para “pelotear” co- mo una barreta. Pero a medida que ei estudio progresaba descubrié que en realidad se tratabs de una ventaja. Como no sabfa jugar bien, no #¢ lo forzaba a intervenir en esos intercamtbios, que eran cada ver mds repetitives, y podia concentrarse on la recoleccién de dae tos, También extsten situaciones en tas cuales uno desea apartarse de su estilo para sefalar las diferencias que lo distinguen de los informantes, Polsky (1969) examina les cuerdas flojas por las que se desplazan los investigadores al tratar de no desentonar con el escenario social sin fingir ser algo que no son. En un estudio sobre consumidores ‘de herofna, Polsky insiste en usar camisas de mangas cortas y un reloj costoso; ambas cosas permitfan saber @ cualquier recién Ilegado que él no era adicto. Debe evitarse cuolquter participacién que obstaculice ta capa- cidad del investigador para recoger datos. En su ptisa por ser acepta- dos por los informantes, algunos observadores quedan absorbidos en la participacién activa. Conocemos a un observador que, en su primer dia en una escuela, alcanzé a ofr que fos maestros expresa- ban of deseo de tenor un taller de entrenamienta sensorial, Puesta que él habfa conducido cierto numero de tales talleres previamen- te, de inmediato se ofrecié para ayudarlos. Terminé abandonando la investigacion. Los investigadores de campo tienen también que cuidarse de no ser explotados por los informantes, Existe una diferencia en- tre establecer rapport y set tratado como un iftere. Polsky sostie- ne que los investigadores deben saber poner limites a los informan- tes, Polsky (1969, pdg. 128) ofrece el ejemplo siguiente: “He teni- do noticias de un asistente social que trabajsba con pandillas vio- lenias, tan inseguro, tan incapaz de ‘trazar ¢! Mfmite’ por miedo 2 ser dominado por la fuerza, que llegé a retener y ccultar armas que hab/an sido utilizadas en asesinatos”. LA OBSERVACION PARTICIPANTE 61 Ningtin examen sobre el rapport seria completo sin la mencién del rapport exceslvo (Miller, 1952). Aunque existen ejemplos de investigadores de campo que se convirtieron en “nativos”, abando- nando su rol y uniéndose a los grupos que estaban estudiando, el problema mas comin es la identificacién excesiva con los infor- mantes. Como lo seflala Miller, es facil ser afectado por amistades _del campo al punto de renunciar a iineas embarazosas de indaga- cién 0, lo que es peor, de abandonar la perspectiva erftica que el trabajo de campo requiere. Ei problema del rapport excesivo subra- ya la importancia de establecer relaciones cooperativas tales como las de la investigacién de campo en equipo. INFORMANTES CLAVES Idealmente, los observadores participantes desarrollan relacio- nés estrechas y abiertas con todos los informantes. Pero, como ya Jo hemos dicho anteriormente, el rapport y la confianza aparecen lentamente en la investigacién de campo. Con algunos informan- tes, el investigador nunca Hlegaré al rapport. Por Io general, los investigadores de campo tratan de cultivar relaciones estrechas con una o dos personas respetadas y conoce- doras en las primeras etapas de la investigacién, A estas personas se las denomina informantes claves. En el folklore de la obsérva- cién participante, los informantes claves son casi figuras heroicas. Son los mejores amigos de los investigadores en el campo. El Doc de Whyte (1955) y el Tally de Liebow (1967) constituyen ejemplos notables. Los informantes claves apadrinan al investigador en el escenario y son sus fuentes primarias de informacion (Fine, 1980), En espe- cial durante el primer dfa en el campo, fos observadores tratan de encontrar personas que “los cobijen bajo el ala”: los muestran, ios presentan a otros, responden por ellos, les dicen cémo deben actuar y le hacen saber como son vistos por otros. Whyte (1955, pig. 292) refiere las palabras que Doc le dirigié en su primer en cuentro: “..Digame qué es lo que quiere ver, y yo me ocuparé de arreglarlo, Cuan do quiera alguna informacién, yo preguntaré y usted escuche, Cuando quiera conocer ko filosofta de vida de ellos, yo iniciaré una discusién para que surja y usted so entere. Si hay ulguna otra cosa que quiere conseguir, haré teatro para usted. No fendré ningin problema; viene como amigo mio... Hay una

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