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Bibliotecas y escuelas Retos y posibilidades en la sociedad del conocimiento Eisa Bontiza, DaNiet Gotpin, RAMON SaLaBerRiA 238 LA MBIIOTECA PAIA LOS QUE“NO SABEN LEER”. masiado tarde. Precisamente lo que nos ensefian los mis pequeiios es esa relaci6n apasionante y de doble via entre el texto y el lector: ese movimiento de vaivén que forma Ja estructura cognitiva y emocional a partir del lenguaje (y que, simulkincamente, va transformando el lenguaje) La relaciGn estrecha y miiltiple entre leer ¢ interpretar la vida es la que suele perderse de vista en el acercamiento a la alfabetizacion convencional y tal vez explica la reticen cia de aquellos lectores “alfabetizados” que mencioné al comienzo del articulo, que habian perdido, justamente, la ‘inica conexién indispensable para otorgar sentido a Ja lec ura: la conexién con la propia historia. Mas alld de offecer recetas, el desatio para las bibliotecas escolares 0 de aula, lo miismo que para los maestros y los padres, como textos pri- mordiales de los nitios, seria rescatar esas funciones vitales de la lectura y acompafiar a crecer a los nifios entre libros —con y sin paginas. Dejarlos tocar, morder y probar. En fin, mantener viva esa conexién que traen como parte del cequipaje simbélico de la especie, y que los impulsa a tra~ bajar en las palabras para ganarse un lugar en la vida de los otros. (Aserrin, aserrin:acercarse y alejarse). Dejarlos leet y leer con ellos. Quizis es asi de sencillo al comienzo. Bibliografia Karmilof,Ky Karmilof-Smith, A. (2005), Hac el lengusje Del eo af adolescents, Madi, Ec Reyes ¥. (1999), Diario set de La Bebe (Bocrador de Teabsjo). “Vygosty IS. (1996), Posaminto y lenguje, Buenos Aires, Ediciones nes Morata, Serie Bruner. Faust. También una biblioteca en el aula Myriam Nemirovsky Los libros, los text os publicados, distribuidos, disponi- bles, constituyen un mundo al aleance de... algunos. Ese mundo abre infinidad de opciones, tal como sefiala Michéle Petit (2004) “...me han ayudado a formarme una inteli- gencia analitica 0 postica; a sumergitme en la experiencia de los demis,a sosegarme,a exaltarme, y atravesar los abis- mos de los que esti hecha toda vida, Tengo la suerte de ha- ber vivido siempre entre libros que, lejos de separarme del sabor de las cosas, frecuentemente me lo han desvelado”” Esa “suerte” que menciona la autora dista de estar ge- neralizada y las bibliotecas intentan extenderla, hacerla llegar a mayor niimero de personas, intentan que sujetos que no tendrian acceso a textos por cuenta propia lo ten- gan por cuenta de las bibliotecas. Asi es como hay textos que estin en lugares a los cuales los lectores pueden acu- dir (las bibliotecas de diferentes instituciones) y hay tex- tos que viajan buscando a posibles lectores (las bibliotecas méviles). Tanto en un caso como en el otto, de lo gue se trata ¢s de ampliar fa relacién entre textos y usuarios, de que el mundo letrado sea mas extenso, que fracture ciertas fronteras sociales, que reduzca abismos. Incluso “para los nifios pequefios de sectores carenciados se trata de una posibilidad privilegiada (en muchos casos la nica) de ac- ceder a pricticas sociales de la lectura y la escritura en un ambiente que proporcione un contacto fructifero con textos de calidad” (Kaufinan, 1998). 2 a lectura en cualquiera de sus funciones tiene en la biblioteca uno de sus espacios mas naturales para educar en la lectura y en el dominio auténomo de Jos caminos de acceso a la informaci6n y asu selecci6n, reto educative absolutamente imprescindible en una sociedad como la actual en la que el crecimiento de Ia informacién de la que se dispone no deja de aumentar de forma espectac- lar, a la vez que se mulkiplican las formas de acceder a ella” (Colomer y Camps, 1996). Y por nuestra parte, en la escuela, institucion donde la lectura es pilar, fundamento, anclaje, qué hacemos 0 podemos hacer al respecto? Por supuesto, buscar todos os medios para tener una biblioteca, amplia, rica, variada, para el conjunto de Jos alumnos y personal que alli tra~ baja. Como seitala Reimers (2006): “El gran reto hacia adelante es lograr it més alld de la presencia actual de los, libros en las escuelas para lograr su natural y permanente incorporaci6n al trabajo escolar, en el aula y fuera del aula, Que el uso cotidiano de los libros genere familiaridad con ellos, esto es, condiciones para el encuentro con los textos, que se traduzcan en que alumnos y maestros incorporen también Ia lectura a su esfera personal, mis alli de los de~ beres escolares”. ~La biblioteca escolar se transforma en el espacio de referencia al cual acudir para consultar, buscar informa ‘ci6n, ampliar, indagat, profundizar, disfrutar... a través de ‘ta lectura,a través del uso intensivo de textos de todo tipo. “Ademis, cuando en dicha biblioteca existe un profesional que asume su funcionamiento, ¢s también quien impulsa, orienta y asesora acerca de las distintas biisquedas posibles Asi, la biblioteca escolar es para docentes y alumnos el punto de referencia donde consular y resolver las diferen- tes necesidades e inquietudes vinculadas con la Iectara. Si de considerar la organizacién de una biblioteca en cada aula porque implica tener textos a mano, al alcance de la mano, para cogerlos, consultarlos, hojeatlos, compartitlos, disfrutarlos,... en cualquier momento oportuno de la jor~ embargo, ademés de la biblioteca escolar, se pue~ nada escolat. La biblioteca de aula significa favorecer una estrecha cercania y la posibilidad de usar textos sin mediar protocolo alguno: no es necesario desplazarse por la escuela especialmente para localizarlos, no hay que solicitarlos, ni llenar un impreso, simplemente uno se acerca, los toma y los usa casi en cualquier momento. Ello promueve un vinculo fisico, de proximidad, una relacién fluida e incli~ so imprevista entre nifios y textos. La biblioteca de aula busca que los nifios cuenten con tun espacio, con textos y alternativas que representen, de alguna forma, el mundo letrado, mundo del cual vayan constituyéndose en usuarios competentes. Para impulsar~ Jo tenemos en cuenta algunas variables vinculadas con su onganizacién y funcionamiento. Espacio dinémico Entendemos la biblioteca de aula como un espacio dind~ mico, vivo, cambiante. Por lo tanto, los textos permanecen cierto tiempo, van y vienen, se sustituyen, se intercambian, regresan y vuelven a retirarse... Esta caracteristica tiene el propésito de incrementar la curiosidad y la consulta frecuente de los nifios, lo cual no sucede cuando siempre ys6lo estin los mismos textos desde el inicio del curso es- colir hasta su finalizacién. Por eso, cuando un texto no se 242 TAMBUEN UNA BIBLIOTECA BN FL AULA utiliza durante un periodo prolongado lo retiramos y, tal ver, si posteriormente lo consideramos pertinente, volve- mos a incorporarlo, En otras ocasiones el propio docente Jo utiliza, a la vista de sus alumnos, y luego comenta algo que le ha lamado la atencién © que no le ha quedado claro de dicho texto. Es frecuente que ante intervenciones de este tipo haya nifios que acudan a él nuevamente La biblioteca de la escuela, por supuesto, es una fuente permanente y regular de pedidos y devoluciones a través de la cual incrementamos y cambiamos lo que disponemos cen la biblioteca de aula. Otra via que utilizamos para agilizar el ir y venir de los textos es el intercambio entre docentes de diferentes aulas:“Te doy estas tres revistas y me pasas este libro”, “Van estos folletos y me facilitas esa biografia”... Por eso visitamos frecuentemente las bibliotecas de otras aulas, a fin de notar qué quisiéramos de cada una de ellas en dife- rentes momentos, y qué podemos aportarles. Las bibliotecas de ayuntamientos, de algunos familiares, vecinos, amigos, las de los propios docentes... son otras fizentes que contribuyen a esa dindmica a la que nos re- ferimos, Cantidad de textos Alo largo del curso escolar impulsamos que circulen por la biblioteca de aula unos quinientos textos. “;Quinien- tos textos!” puede parecer una magnitud inalcanzable, sin embargo, en casi todas las aulas donde lo hemos intentado logramos rondar esa cantidad. La fuente principal de don- de se nutre es, como dijimos, la biblioteca escolar, a la que acuden docente y nifios en busca de aquello que estén tratando de localizar. ETECAS V ECUELAS. RETDS ¥ POSIBILIDADES.. 243) ‘Ademis, seitalemos que decimos textos, por lo tanto, incorporamos, utilizamos, consultamos. .. todos los textos, de uso social que podemos obtener: desde cl ment de tun restaurante hasta una receta médica, un folleto pu- Dlicitario y revistas de comics y de temas de actualidad, periddicos de diferentes tipos, manuales de instrucciones, pata la instalacion de electrodomésticos, y libros, libros de toda clase: de literatura y de ciencias, ensayos y biografias, de historia y de arte. Claro esti, también contamos con variedad de textos que los propios nifios producen, algunos de los cuales permanecen temporalmente en la biblioteca de aula. Por ejemplo: cuentos que ellos escriben y con los cuales edi- tan conjuntamente libros; documentos informativos que claboran acerca de temas que investigan; biografias que escriben de personajes acerca de los cuales indagan; reco- pilaciones de anuncios publicitarios que elaboran para dar a conocer algin suceso, hecho o situacién Dado que los nifios escriben, como todos los autores de textos, para dar uso social 2 sus producciones ~para que otros las lean~ la biblioteca de aula es un espacio idéneo para que estén disponibles y todos los nifios de la clase puedan acceder a ellas ¢ incorporatlas a circuito del prés~ tamo a domicilio. Calidad de los textos Sin duda es fundamental que los nifios dispongan de tex- tos de alta calidad en todo el sentido de Ia palabra: por lo que dicen, por cémo lo dicen, por cémo estén editados, por su rigurosidad y respeto al lector. En este sentido, in teresa que los textos no estén simplificados haciendo banal 244 rami UNA aIBLIOTECA EN HL AULA © superficial lo que alli se expresa~. Tal como, en el m- bito de los cuentos clisicos, seftala Patricia Calonje Daly (2007): “Puede afirmarse que los cambios introducidos, hechos en nombre del moralismo, del didactismo o de lo ‘politicamente correcto’, deforman su versién canénica, impidiendo apreciar su riqueza simbélica”. Lo mismo es extensivo a cualquier género textual, donde la aparente simplificacién trastoca, deforma, tera y provoca la pérdi- da de sentido del texto. Sabemos que los nitios, incluso a edades muy tempra- nas, son capaces de valorar la calidad de un texto y pre- ferirlo a versiones empobrecidas. Podemos verificarlo en cualquier aula: cuando los nifios conocen un texto con toda su riqueza de contenido y forma, si les ofrecemos ‘otra versin light, supuestamente escrita para nifios, y luego les damos la opcién de escoger, generalmente eligen la de mayor calidad. Asi, no reducimos su capacidad de vincular- se con textos valiosos sino que la potenciamos, dandoles la oportunidad de conocerlos y utilizarlos. En esta direccién y con la ayuda de la biblioteca escolar, consideramos la re- levancia de localizar textos de alta calidad, sean biografias, informacién cientifica, recetarios de cocina, periddicos, ‘obras teatrales, cuentos, historietas, publicidad, ete Diversidad de textos Intentamos que la biblioteca de aula sea lo mas variada posible desde diferentes puntos de vista 44) Diversidad de géneros textuales ‘Tenemos en la biblioteca de aula, como dijimos, todo tipo de texto de uso social, ademés de algunos producidos por DIMRJOTECAS Y BSCUELAS.RETOS Y POSLBKLIDADES.... 245, los mismos nifios. Los diferentes géneros textuales se en— cuentran allt representados y se acude a ellos para resolver diferentes situaciones y necesidades. Cuentos para pasar ratos vinculados con la fantasia, envueltos en la belleza literaria; periédicos para actualizarnos acerca de hechos sociales que suceden en diferentes lugares del mundo; c6- mics para involucrarnos en las aventuras de personajes de historietas; enciclopedias para consultar y contrastar da tos; recetas para ampliar nuestro repertorio de opciones para preparar alimentos; textos cientificos para indagar e informarnos acerca de temas y Ambitos de los que nos ocupamos; ete. b) Diversidad de soportes ‘Tal como sucede en el mundo letrado —hay textos en li- bros, pésters, revistas, periddicos, folletos, tripticos, pagi- nas de Internet. .~, la maxima diversidad de soportes esti, presente en la biblioteca de aula Incluimos también archivadores carpetas de argollas para colocar hojas-sobres de plistico transparente donde organizamos recopilaciones de textos que se obtienen en papeles sueltos. Segtin el tema del que nos estamos ocu- pando incorporamos un archivador especifico, y cada tex- to pertinente que localizamos escrito en una hoja suelta lo colocamos dentro de una hoja-sobre en su correspondiente archivador. Por ejemplo, si estamos trabajando sobre temas de salud organizamos un archivador para agrupar recetas ‘médicas; si nuestra tarea esti centrada en analizar procesos de compra y venta agregamos un nuevo archivador para colocar facturas de compra; si estamos encarando las ca racteristicas de los juegos sociales en diferentes contextos 246 TaMarél UNA pIRLIOTECA BR BL AULA y épocas habilitamos un archivador con instrucciones de juegos. De esta manera, ante cada proceso didactico, incre- mentamos los materiales de consulta y los archivadores van ampliando las existencias de nuestra biblioteca. Usilizamos ademés ficheros o tarjeteros. Son cajas pe- quefias que usamos para guardar anotaciones de diferentes, tipos que hacemos en tarjetas. Un fichero especifico es el de los nombres propios de los miembros del grupo, alli colocamos una tarjeta con el nombre de cada nifio de la clase, del docente y, a veces, incluimos tarjetas con los nombres de familiares y amigos. ,Cémo y cuando habili- tamos nuevos ficheros? Lo hacemos durante el desarrollo de cada proceso didactico para agrapar palabras que estén vinculadas directamente con el tema que nos ocupa. Por ejemplo, si estamos trabajando acerca de la alimentacién habilitamos un fichero para colocar palabras que designan ingredientes que encontramos en los diferentes textos de consulta 0, también, uno donde vamos agrupando verbos especificos de las recetas de cocina. Si trabajamos sobre historia del arte agregamos un fichero para colocar tat~ jjetas donde apuntamos cada una de has corrientes 0 es cuelas artisticas que vamos conociendo, Si trabajamos en la revision y anilisis de cuentos incorporamos un fichero donde escribimos los adjetivos mis lterarios que localiza mos en los cuentos. Si trabajamos acerca de procesos que afectan a nivel ecolégico, organizamos un nuevo fichero para incorporar tarjetas donde apuntamos el nombre de Jos elementos mas contaminantes y perjudiciales... Las ficheros los utilizamos en diversas situaciones di- dicticas, a veces para promover reflexién acerca del siste- ma de escritura,en otras para analizar los términos con los, SIRLIOTECAS Y ESCUBIAS.FETOS Y POSIRTIDADES... 247 que vamos interactuando ante cada temitica. Ademés, en, miltiples ocasiones, cuando los nitics estin produciendo textos vinculados con el tema de trabajo, promovemos que hagan uso del o los ficheros correspondientes para que empleen los términos mis apropiados en cada caso. Otro tipo de fichero que incluimos es donde anota- mos los titulos de los textos que vamos consultando, los autores, ete, transformandolo en un referente bibliogr’- fico. También tenemos un fichero donde guardamos los carnets de usuarios de la biblioteca. Una clase de soporte diferente la constituyen los cd. Recopilamos grabaciones de textos lefdos en voz alta que los nifios pueden escuchar con auriculares. Generalmente En algu- nos casos los tenemos en ambas modalidades: escrita y grabada; cuando es asi, pueden escuchar y seguir con la vista la leceura del texto. Notamos que este tipo de situa~ ciGn contribuye decisivamente al proceso de avance hacia se trata de cuentos, leyendas, reffanes, poesias Ia lectura auténoma. ) Diversidad de lenguas “Tenemos textos escritos en diferentes lenguas porque una biblioteca monolingiie restringe y sesga la mirada hacia el mundo, en cambio una biblioteca plurilingtie amplia y enriquece (Nemirovsky, 1999). No queremos decir que eemos necesariamente en diversidad de lenguas, pero si las comparamos, contrastamos textos escritos en unas y otras orientando el andlisis de las semejanzas y las diferen- cias. En ocasiones comparamos un texto que conocemos y est escrito en la lengua de mayor uso en el aula con el mismo texto escrito en una lengua que desconocemos, et 29% TAMMIGN UNA IRLEOTECA BN EL ALLA revisamios si varia la extensi6n total del texto, tratamos de localizar algunos términos clave y detectar como se escri- be en cada lengua, buscamos grafias frecuentes en la len gua més utilizada en el grupo y localizamos otras que slo ‘estén en lenguas diferentes, asi como grafias que compar- ten varias lenguas, intentamos indagar acerca de las carac- teristicas de la direccionalidad del sistema de escritura en cada caso, comparamos la extensidn de las palabras... En la medida de lo posible, localizamos lectores que puedan venir al aula a leer en voz alta algiin texto en otra lengua y respondan a las inguietudes y dudas que surgen por parte de los nifios y docentes. La presencia de textos publicados en diversas lenguas, usarlos y revisarlos en distintos momentos, implica legi- timar todas, validarlas, evidenciar que tienen una rele- vancia equivalente a la lengua de uso mis frecuente en la escuela. d) Diversidad de versiones Varios géneros textuales admiten la existencia de distin: tas versiones: cucntos clisicos, noticias periodisticas, bio sgtafias, recetas de cocina... Promovemos que este tipo de diversidad esté presente en la biblioteca de aula para dar lugar a la consulta y comparacién de versiones diferentes de un mismo texto. Asi encontramos Jo que comparten y en lo que difieren. Haciendo este tipo de anilisis fi— vorecemos la obtencién de ideas que estén presentes en cada uno de los textos consultados, hallar lo que puede ser com Jementario,1o que estS reiterado en todas las versio nes, Jo que son solamente diferencias de matices, lo que constituye divergencias sustanciales. {WAS Y HACUBIAR RETON Y PONTRRLDADIS... 249 Por ejemplo, ante diferentes recetas de arroz con leche, de las cuales los nifios de un aula obtuvieron veintidin versiones, noraron finalmente que en todas habia tres in gredientes comunes: arroz, leche y azticar y que en todas habia un proceso de coccién. Fuera de esas semejanzas, variaban totalmente las demas caracteristicas: las cantida~ des y proporciones, la manera y tiempo de coccién, otros ingredientes aiiadidos, cl modo de servirlo, el modo de comerlo... y pudieron notar que es un alimento amplia- mente difundido en regiones y culturas diversas. Por supuesto, encarar este tipo de anilisis con una no ticia periodistica publicada en distintos periédicos, repor- tando el mismo hecho o situacién, da lugar a establecer re~ laciones y a obtener un tipo de informacién que en nada se parece a cuando se hace con recetas de cocina. Cuando estamos estudiando determinado periodo 0 hecho histérico, al consultar diferentes fuentes bibliogri- ficas, notamos ~y promovemos que lo noten los nifios— cémo cada autor nos offece su versién, cierta perspectiva desde la cual relata, comenta y analiza lo sucedido, Com: parando y contrastando las diferentes versiones logramos una aproximacién mis rica, compleja y, por lo tanto, mis fidedigna del objeto de estudio. De ahi que el encarar este tipo de tarea (revisar y com- parar versiones de un mismo texto) con diferentes géne- 105 textuales abre opciones que implican abrir derroteros en los modos de leer. Por lo scfialado, es evidente que la diversidad carac~ teriza y atraviesa la totalidad de auestro trabajo: a nivel de las existencias en la biblioteca de aula, en cuanto a su permanente cambio, a las formas y variantes de las situa 28 ram UNA BITOTECA BN HL AULA ciones didacticas que onganizamos, a los temas y asuntos sobre los que trabajamos con y en ella, Porque impulsa- ‘mos y promovemos Iz diversidad en todo lo que afecta a la vida del aula, por la trascendencia que le atribuimos como variable que enriquece y potencia las relaciones centre los nifios, entte nifios y textos; por el papel que jue- ga en el aprendizaje, vamos a complementar este énfasis citando a cuatro autoras que se refieren a la relevancia de la diversidad. Plantea LilianaTolchinsky (1993), cuando relata el plan de trabajo de una docente: “Este afio habria una enor me variedad de material ‘bibliogrifico’. Toda su familia y muchos amigos habjan colaborado, y no habia resultado nada dificil proveerse de una nutrida biblioteca. Libros de cocina, guias de viajero, catilogos, libros de poesias, varios titulos de “autores famosos” y revistas del corazén eran algunos de los nuevos materiales incorporados. Habria li- bros y folletos en catalin y en castellano, y algunos en inglés y en francés, Pensaba que seria divertide descubrir en qué momento los nifios se daban cuenta (si se daban cuenta) de que estaban escritos en diferentes idiomas”, Mis adelante, refiriéndose a otra docente, sefiala: “Habia clegido algunos grandes autores: Borges, Ecco, Perec, Cela, Pla. Esa cuestién la tenia fascinada, aunque también apre~ hensiva, Siempre habia escuchado Ia importancia de que Jos libros ‘estuvieran al nivel de los nifios’. Eso convertia a ciertos autores en prohibidos, porque no son para nifios. En estos momentos abordaria la cuestién exactamente al revés, en lugar de decidir qué no entienden, comprobaria qué entienden y buscarfa miltiples maneras de que lega- sen a entender.” EMLIOTUCAS ¥ ESCUELAS.RETOS ¥ POSIBLIDADIS... 281 En el marco de la diversidad, Celia Diaz Argiiero (2005) nos dice que en el proyecto Los libros del Rincén de la Secretaria de Educacién Piiblica de México, entre las caracteristicas de Jos acervos:“La primera es que desde el inicio esta coleccién aboga por la diversidad; diversidad de destinatarios, géneros, contenidos, tratamiento de los, temas, procedencia de los autores y formatos grificos. La intencién es ofrecer a los nifios, sobre todo a aquellos cuya experiencia se reduce al contacto con los libros de texto, un vasto universo de materiales en el que puedan ampliar su conocimiento del universo escrito” ‘A propésito de puntualizar la importancia de lo diver- so en el dmbito de la lectura, Delia Lerner (2001) sefiala: “Diversidad de propésitos, diversidad de modalidades de lectura, diversidad de textos y diversidad de combinacio- nes entre ellos... La inclusi6n de estas diversidades (Fe- rreiro, 1994) asi como su articulacién con las reglas y exigencias escolares~ es uno de los componentes de la complejidad didéctica que es necesario asumir cuando se ‘opta por presentar la lectura en la escuela sin simplifica~

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