la tristeza nos arrebata y hunde en das de llantos y olvido, cobijados por melodas fnebres, ahogamos nuestros plidos sueos en mares de oscuridad, vagando por los recuerdos caminamos entre las brumas del ayer, donde an queda el susurro de la vida impregnado en el silencio, los jardnes desolados girando en el vaco, las lpidas de cristal sepultadas bajo lgrimas reflejando nuestro rostro muerto sobre rosas marchitas, el cielo ennegrecido nos oprime y no respiramos, las hojas secas cubren el sendero y nos perdemos, hay visiones tan horribles que, si se apoderan de la mente, inventan fantasmas de hielo y fuego que danzando y rindo entre escalofros y ardores, nos sumergen en la nada y morimos.