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El viejo cura yacía

muriéndose en el
Hospital General de
Cataluña.

Durante años había


servido religiosamente a
sus fieles en la
parroquia de
Castellfollit de la Roca.

Le hizo señas a su
enfermera para que se le
acercara.
"Sí, Padre?" dijo la enfermera.

”Quisiera ver al Sr. Prenafeta y a Don Macià Alavedra


antes de morir” susurró el cura.

"Veré qué puedo hacer, Padre" respondió la enfermera.

La Dirección del Hospital se movilizó: habló con


Garzón, con Rubalcaba y ZP, y esperó una respuesta.

Pronto llegó la respuesta desde Madrid: los dos estaban


autorizados por el Juez a salir de la trena, y ambos
estarían complacidos en visitar al cura de Castellfollit
de la Roca.
En el camino al Hospital, Macià le dice a Prenafeta :

”No sé por qué el viejo cura quiere vernos, pero seguro


nos va a ayudar a mejorar nuestra situación e imágen
ante el auténtico pueblo de Cataluña, pues siempre hemos
tenido mucha complicidad con nuestro clero, y no
digamos con el Abad de Montserrat y con el de Poblet”.

Prenafeta estuvo de
acuerdo. Sería una
positivo para su
imagen una vez que
se publicara la visita
en los medios de
prensa de Cataluña.
Una vez en la habitación, el viejo cura agonizante tomó la
mano de Prenafeta con su mano derecha y la de Macià
Alavedra con su izquierda.

Hubo un silencio solemne y una mirada de serena de


felicidad alumbró el rostro casi sin vida del viejo cura.

Finalmente Macià habló: "Padre, de todas las personas que


podría haber elegido, por qué nos eligió a nosotros para
estar a su lado en éste momento trascendental de su vida?"
El viejo cura lentamente
respondió: "Siempre he
tratado de moldear mi vida
siguiendo el ejemplo de
Nuestro Señor Jesucristo."

"Amén" dijo Macià.

"Amén" dijo Prenafeta.

El viejo cura continuó: ”Él


murió entre dos ladrones y
yo, .......QUERIA HACER
LO MISMO."
Ja ja ja
Ja ja ja
Ja ja ja
Ja ja ja

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