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eae Icjada tanto del repertorio. de mitos como del manual de mitograia a presente INTRO- DUCCION A LA MITOLOGIA GRIEGA pretende faciltar la aproximacion a estos antiguos relatos y ofrecer algunas rflexiones previas a su lectura 0 re- lectura.Partiendo de un estudio de su peculiar tradi , sel mito dela unidad arabe», ose dictamina que «el instinto maternal s solo un mito necesario», La calificacion de una ‘dea, una teoris incluso una determinada figura como «un sito» expresa una cierta valoracién, no siempre negativa Hay un perfume lamado «mito» yla palabra aparece referi- da tambien a cierto automévil como un elogio superlative. Noes tan s6lo en el uso coloquial y periodistico dondeapa- rece el téemino cargado de connotaciones varias. Hace ya tiempo E, Cassitertitulé un espléndido libro El mito del Es tado; hace anos Octavio Paz escribié que vel moclernismoes tun mito vacio», yJ.Gil de Biedma, refiriéndose su nifez, confesaba en un poema que «/2e mi pequefio reno afortu nado / me quedd esta costumbre de calor/y unaimposible propensidn al mito Nosirvede mucho acudiral Diccionario de la Real Acade- ‘mia, (Sirve tan solo para advertie qué anticuada ha quedado u 2 oats Ja definicin all propuesta.) Porque defini mito como aft- bula,ficeidn alegérica, especialmente en materia religiosay es remitir a tina acepcisn arqueol6gica, un t chesca, vilida tan s6lo para ilustrados y retWricos de hace ‘mis de dos siglos. (Esa definiei6n ya estaba anticuada cua doa Academia clecidié recogerla palabra en su su edicin de 1884, hacealgo mas de cien aos.) La men- «ign del término «fabulay remitea un vocablo latino utiliza~ «lo para traducir el griego mythos: pero hoy fidbula en un sentido tan generico resulta un latinismo, Que el mito sea tuna aficci6n alegdrica» es el resultado de una vision silus- trada» y eracionalista», una concepcin muy antigua y de larga persistencia, pero hoy totalmente arrumbada y en de- Para explicamos el amplio uso del término en la actual «dad podemos pensar en sus atractivas connotaciones y en imprecisa denotacién. A lo que aparece como fabuloso, extraordinario, prestigioso, fascinante, pero, an vez, como increible del todo, incapaz de someterse a verficacion ob- jetiva, quimérico fantastico y seductor, parece convenirle el sustantivo mio o eladjetivo mitico. En su aspecto negativo, el mito esta mas allé de lo real, pertenece al smbito de lo «fabsilosor y dela wiccién», Fulgurantes figuras del espec- téculo, eatapultadas por sus éxitos deslumbrantes y la pro- ppaganda exagerada a sublimes alturas, se convierten en ‘mitoso. Ideas fundamentaleso creencias de secular solider pueden ser ealificadas de smitos», y eon ello se les niega su bjetividad y se las encuadra en el ambito feticio y quimé- rico de lo imaginario, Eltérmino mito puede ser una ambi- guaetiqueta. ‘Atal propdsito, no estar de mss evocar el brillante eptlo- ‘go de Roland Barthes en sus Mythologies (1957), que eva el titulo de «Et mito, hoy», donde trata con perspicaz agudeza delos sentidos y uss dela palabra mito, en el contexto con- {emporaneo, Frente los mitosantiguos estan los mitos mo- ‘dernios que Barthes analiza y de los que investiga su trasfon do ideoldgico. Con su enfoque semidtico ese ensayo de Bar- thes merece una relectura. Pero no es de esas mitologias ni deesos mitos construidos por la modernidad y manipula dos por In politica y a propaganda de los medios de comu- nicacién delo que vamos, tratar en estas paginas ‘Nuestro objetivo es acercarnos alos mitos antiguos, ala ‘mitologia griega, tal como esté constituida en su propia tra: diciény tal como ba sido heredada porla tradicién de acu: tura europea. Vamos atratarde e508 mitos, en el sentido mis «lisico y antiguo, no de los nuevos, renovados o modernos ‘mits. De ex0s mitos delos que eabe preguntarsesilos grie gos creyeron en ellos y hasta dénde y cuando funcionaron como tales, como hace P. Veyne. Pero que estda ah, en los textos dela literatura elsica y en las imagenes del arte grie- ‘g0.7 forman un repertorio bien delimitadosla mitologia clé- sica. Parece, en principio, que definir el término en esta acep- iin ha de resultar bastante més facil ¥, sin embargo, tam: bien en este uso, mashist6rico y cientfico, encontramos di ficultades, Antropdlogos,fldlogos, psicdiogos, socislogasy tedloyos mangjan el término con tales divergencias que se hhadicho quela palabra puede recubrir sconnotaciones ini hitas», aun cuando toviera una denotacién comin a todos ‘s0susos. Las distintas perspectivas, en susenfoques particu ares, privilegian aspectos del mito y acepeiones convenien~ {88 su propia teorizacidn, de modo que no estan evidente hallar un nicleo semantico comin a todos ellos. Se podria ‘exagerar y decir que las definiciones del mito son casi tantas camo las perspectivas metédicas sobre él, Nisiquieralos es- tudiosos de los mitos griegos y las mitologias hist6ricas coinciden en susdefiniciones. ‘Unas veces, por un exceso de simplicidad, se proponen definiciones demasiado precisas, Por ejemplo, ade Jan de ‘Vries, que dice: «Mitos son historias de dioses. Quien habla “ 1 outconts| de mitos tiene, por tanto, que hablar de dioses, Delo que se deduce que la mitologia es una parte de la religidn» cierto que muchos mitas tratan se dioses, pero no todos muchos y los mayores mitos tienen un fondo religioso, pero no todos; algunos se relacionan con el seuento popular, ef Joiktale,y no requieren a fe religiosa,) Larelacion entre tologiay religidn es importante, pero més compl que frases tan répidas presuponen. Los antropélogos, tanto los funcionalistas come los es- tructuralistas, han enlocado el mito desde una perspectiva amplia y con una coneepeidn penetrante de su configura cidnyfuncién, destacando su significado en elcontexto social ‘ou valor como instrumento mental en la representacin colectiva del mundo de la mentalidad arcoica, Tanto unos como otros han vistoen el mito una forma de representar la realidad, in molde imaginario de comprendery dar sentido ala situacidn y actuacién del hombre en ese mundo com- prensible y domesticado graciasalos mitos. Esa mirada am- plia de los antropologes es, para el estudioso actual, algo irvenunciable. Pero tanto contta los simbolistas, como contra los funcio~ nalistasy los estructuralistas ~contta Malinowski, M. liagle yC. Lévi-Strauss, por ejemplo=, cabe expresar una protesta ‘ritica, como hizo G, S. Kirk en su excelente libro sobre El ‘mito (1970); «No hay ninguna definicién del mito. No hay ninguna forma platdnica del mito que se ajuste a todos los «2909 reales. Los mitos [.. differen enormemente en su -morfologia y su funcisn socialy’ Losreparos ycautelas del profesor Kirk han sido aleccio- nadores. Desde su perspectiva de helenista ehistoriador del pensamiento griego, conocedor riguraso de tradicién helé- nica, pero también como buen lector de la moderna biblio- _gtafia sobre estas cuestiones, Kirk se muestra eseéptica en ‘cuanto a definir de modo univoco y preciso el vocablo ‘milo. Aceptar una definicién sesgada supone ya decantarse 1 moyuata nese men) Ato 5 por un enfaque definido, parcial que excluye otvos posibles; supone privilegiar cierios mitosy recortarydescartar otros. ero, ;no resulta excesiva esa renuncla a cualquier defi cid unitaria? No conlleva estouna exagerada asepsia crti- a? Sin una cierta delimitacidn, ¥ la definicién no es ot cosa, de objetos y objetivos, geémo trazar una aproximaci ‘metédica ala mitologga? ‘Andamos que el térmsino mitofogia tampoco le parece stil 4G. S. Kirk. Quien, sin embargo, traza una distincién muy dlata de sus dos acepeiones bisicasrepertorio de mitos yes- tudio de los mitos. Pero sobre este punto yolveremos mis adelante. Por de pronto, sefialemos que aquiino vamos a tra tardel mito»: como una forma de pensainiento primitivo, ‘como Denkfarm, en esa acepeisn un tanto idealista que esta ‘en la visiGn de la cultura helénica como un progreso «del mito allogoso, Von Mythos zum Logos, segin elfamoso tita- Jodeunclarolibro de W, Neste 2 ‘Aiadamos las dificultades mencionadias las que algunos testudiosos han senalado respecto de Ios usos del término griego mythos. Sin etimologta clara, puesto que no aparece ‘ningain término de la misma raizen otras lenguas indoeuro- peas, la palabra se va definiendo en ta literatura griega M, Detienne, L. Brisson y C, Calame han estudiado bien’, desde una precisa observacidn filolégicaycon finos andlisis, Ja progresiva definicion del término desde Homero hasta Plat6n. Ln oposicion a ligos, la palabra mythos pasa a des narel srelato tradicional, fabuloso yacaso engatiaclor (y ya Piadaro loemplea ental sentido*), en contraste con elrelato razonadoy objetivo, Platon inventa sus mythoi, que preten den encubriralegsricamente verdades que estan masallide ‘o comprobable mediante el l6gos. Hs probablemente en los 16 ti: onsccon | tiempos de la Sofistica cuando mythos -en contraste con {dgos- se perfila con ese significado dle «viejo relator (cer- cano @ Jos euentos de vieja, fabulacidn fantasiosa, pero no forzosamente falsa, no siempre pscuudos, aunque no garanti~ ce tampoco la alétheia, la veracidad), Los usos del vocablo ‘mythos en Platon son muy sintomsticos de su evoluci6n se- ‘midntica yde sus varias connotaciones, Por otrolado, Platén utiliza ya el término «mitologia», mythologia, en una acep= cidn plenamente moclerna, con una precisa conciencia dele que un repertorio mitico supone para una sociedad tradi- cional. ‘Aunque no todos los empleos del término en lagépoca cli~ sca indiquen ese valor léxico bien definido, parece razona ble pensar que Platén ha tomado de Ia época esa oposicién. entte mythos y ldgos, y que otros coetineos suyos eran bien icacidn de mythos que Platém atesti- gua, pero no inventa’, Es muy interesante que Atist6teles,en su Pa¢tica, emplee la palabra en dos senticos: como relato tradicional y como argumento dramitico. (Recordemos que los argumentos trégicos eran «relatos heredados», mythoi ‘piradedoménoi®.) Para uno y olz0 siguieton los atinosem- pleando una misma palabra: fabula, A partirdela Poeiica de Aristoteles seacentua, pues esta coincidencia entre esos dos aspectos del mythos el relato tradicional yarcaico, venido de muy atrés, ya ficcién ltera- ria, que] dramaturgo erea sobre una pauta «mfticay. Fabu- on para un latino tanto lostextos de un Apolodoro. Higino, repertorios mitolégicos, como las tragedias de Erk pides ofas comediasde Aristolanes. Los poetashelentsticos yylosromanos, que uilizan los antiguos mits en sus alusio- nes en sus recreaciones posticas, contribuyen también & jdleracion cle los mitos como fabulae, ficciones 0 fa- 13, Las Metanvorfosis de Ovidio son mitos yarecon- tados como literatura, guiada por el mero placer de narra, su Lustzufabulieren,seginla frase goethiana; donde losmi sri noi We EMO MO 7 {os son argumentos para la poesia cuyo origen y trasfondo religioso se perciben apenas como una gracta arcaica que Tate en la trama ingenua que el poeta Ovidio sutilmente re pintay recrea. Esa confusi6n entre los relatos arcaicos y las fiectones poéticas, designados unos y otras con el vocablo fabulae, persiste a lo largo de la tradiciin medieval y renacentista, Solo en el siglo Xvi, graciasal descubrimiento de otras mi tologias y de las rflexiones ce lossimbolistas acerca de los pueblos primitivos, volverd a distinguitse cl «mito» de la tficeién» postica’. Send Christian Gottlob Heyne, a finales del siglo, quien introdurca, en su docta prosa latina, el tér= nino mythos lo redefina ~en oposicidn a fabula~con una significacién sorpzendentemente moderna Su ensayo «la~ terpretacién del enguaje mitico 0 simbvlico de acuerdo con sus origenes y las reglas derivadas del mismo» (Sermonis mythic sive symbolic interpretatio ad casas ed rationes duc~ tasinde regulas revocata), de 1807, le acredita como el fun~ dador de los estudios de Mitologia con perspectiva moder- ina. Esla 6poca de Vico, os Schlegel, Herder, Schelling, ete. {Los Prolegomena zu einer wissenschafiliche Mythologie de K. 0, Muller aparecen algo después, en 1824. La Mitologia como disciplina «cientifica» avanza ya sobre un camino firme, 3 on todo esto se perfila el campo de investigacién. Pero el problema ce definirel término mio sigue en pie. Mantener tescépticamente el rechazo de una definicidn general méni- ‘ma, que nos permita distinguir qué esto que consideramos propiamente un mito y qué no, ¢s decir, advertir qué usos ddl término consideramos pertinentes y qué acepcionesde- sestimamos en Ia batahola de sus aplicaciones, nos parece 8 ‘omen extremado, Intentemos partir de una definieién minima, que permita delimitar el objeto del que vamos a tratar’. En ese sentido, propondréla siguiente: «Mito es ui relato tr cional que refiere la actuacién memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso. igjanon, patede El mito es un refato, una narracién, que puede contener elementos simbslicos, peto que, frentea lossimbolos0o alas imagenes de cardcter puntual, se caracteriza por presentar ‘una «historia», Este relato viene de tiempos atrisy es cono- cido de muchos, y aceptado y transmitido de generacign en ‘generacién. Eso contrario de los relatos inventados edlelas ficciones momentineas, Los mitos son historias de la tri- bu» y viven «en el pats de la memoria» comunitaria La tra- dicién mitica es un fensmeno social que puede presentarva- riaciones culturales notables, pero que existe siempre, yen Grecia presenta una singular libertad, com destacaremos Juego". £1 relat mitico tiene un cardeverdramdtico y ej plar. Se trata siempre de acciones de excepeional interés para Ja comunidad, porque explican aspectos importantes de la Vida social mediante la nerracion de cémo se produjeron ‘Por primera vez tales o cuales hechos. Ese valor paradigmd. tio de los mitoses uno desustrazos mas destacados por los funcionalistas (Malinowski, y también M. Eliade), El dra- ‘matismo de los mitos los caracteriea con una alegre y feroz espontaneidad. En el émbito narrativo desfilan fulgurantes Aactores y alse cumplen las aceiones ms extraordinarias: ‘reaciony destruccidn demundos, aparicidn de diosesy he. foes, teribles encuentras con los monstruos, etc; todo es posible en ese mundo coloreado y migico de! mito". Bseca- récter dramatico caracteriza a estos relatos frente alas tra mas verosimiles de otras narraciones, o frente al esquema abstracto de las explicaciones logicas, EI mito explicae ilus- {rael mundo mediante la narracién de sucesos maravillosos yejemplares", 1, raowoet be brmsxou bu enn 37 » Los actores de los episodis miticos son sezes extraordi- ratios, fundamentalmente sees divinos, ya sean dioses 0 {guris emparentadascon ellos,comoloshéroes dela mitolo~ sia griega, Son més que humanos y acttan en un marco de posibilidadessuperior aldelarealidad natural, Ahvestinlos seresprimigenios, cuyaaccidn da ugar al mundo, ylos dioses {que intervienenen cl orden delascosasy dela vidaumana, 4 loshévoes civilizadres, quealbren caminos y los despejan demonstruosy de sombras, En fin, ahesti los seres extra rdinarios cuyas acciones han marcado y dejado una huella perenne en el curso del mundo, Mediantela rememoracién de es0s sucesos primordiales ylaevocacidn dleesas hazavias hheroicas y divinas, la narracién mitica explica por qué las ‘cosas son asiy sittia las causas de esos procesos originales en ‘up tiempo primordial, Hay unos temas esencialmente miti- 0s, los que se refieren al comienzo de las cosas a cosmogo- nnfayla teogonfa, ylos que se refieren al final de todo, al mis allé de la muerte y del tiempo terrestre: a escatologia. Pero Jos mitos explican también la causa de muchos usos y cos~ jumbres, de mis 0 menos importancia, que son de interés colectivo'”, Los mitos tratan del comicizo, del arc, y de las ‘ausas, ata, del universo yen especiah dela vida humana. En ese interés explicativo y etiologico (aitias-légei) sufren luego la competencia dela filosofia en la cultura griega (des- deel siglo via)" bi Perolla explicacin mitica es la mas antigua, , en cierto ‘modo, subsiste replegindose a ciertos temasal enfrentarse ‘con otros tipos de explicacién, mas ldgicos ocientificos. Los hhechos narrados por los mitos revisten una forma draméti- cay humanizada, de modo que sus actores pueden tener for- ‘ma humana, un tanto magnificada, como losdiosesy heroes siegos, por ejemplo; ono, como los seres monstruosos pti- migenios le muchas mitologfas, pero actin y se mueven. Aanimados por impalsos como los de los humanos. Asi por sjemplo, el Cielo y la Tierra, que estan en los comienz0s de 20 1 pune Jos relatos cosmogénicos, se aman, se unen y se separan como una pareja deamantes,ylospoderes sobrenaturalesse ‘engendan y destruyen como losanimales. En cierto modo, podemos decir que la configuracién de Jas fuerzas naturales en formas préimasalo humano es un rasgo basico en la representacién mitica, Elantropomorfis- ‘mo de los dioses es uno de os trazos mds caracteristicos de Jamitologia griega. Pero tal vez podriamos postular que ese +umanizar la naturaleza, en cuanto a representarla como ‘pobladiao animada porseres sobrenaturales dotacos de for- ‘mas, deseos, ¢ impulsos, préximos alos de los hombres, se ‘encuentra en la rate de todo el pensar mitoldgico, Hay dio- Son foxmas monstruosus como os epiplos con cabeza animales, o los de a India, que multiplican sus brazos 0 aparecen como tremendas fieras o sabios elefantes, cierta- _mente, Pero bajo todas esas mascaras se mueven como seres Jhumanoss como seres humanos dotados de una inmensa i bertad de acci6n y un incalculable poderfo, Los mitos nos offecen una cxplicacon del universoanimado porfeerzasy igurasde rostro humano, es decir,con unsentidos laaltura Saat ‘unsentidoslaalt Yasea que esto se explique porque Dios hizo al hombre a suimagen y semejanza,o al contrario, esta humana anima- «ign del cosmios nos parece algo muy significativo. La auidad del mito no se plantea ninguna duda sobre este supuesto. La explicacién filosfica significa, desde un co- ‘mienzo, la renuincia al, Entre afirmar que el fundamento y origen delmundo, larehéde todo, es Oofano, como dice un Antiguo mitohelénico, oafirmar quees vel agua», como afir- tn las de Milt hay vnn nore dane Lact. Pittual con que el fil6sofo se enfrenta alas cosas ests opues- taa ladel creyente en los mitos, para quien toda la vida estat ‘marcada por los efectos de una historia sagrada, que ve en la ‘naturaleza as huellas delas divinidades ereadoras,y organi- ‘adoras del mando, Pata las cosas son asf porque los dio- | monvrsta De NK BAND MO a ‘esas hicieron asf, yhay que vivir segiin unas pautas quelos ioses, oloshéroes, marcaron con suaccidin ejemplar En las ceremonias festivas, en los ritos yen la mimesis de los dra ‘mas sacros, el ereyente revive yrememiora esa historia sages dda,y asi participa ena recreacién deesos hechos. 4 [Lanarracién mitica nos abla de un tiempo prestigioso y le {ano, el tiempo de los eomienzos, el delos dioses, 0 el de los hhéroes que ain tenfan tratos con los dioses, un tiempo que sel de los origenes delas cosas, un tiempo que es distinto del de la vida real, aunque por medio de la rememoracion y evocacién ritual puede acaso renacer en éste. Ese Otro ‘Tiempo, que los mitos australianos llaman «el tiempo del suerto» 0 alcheringa, es aquel en el que los seres sobrenatu- rales, dioses o monstruos originarios, actdan y con sus ac~ cones crean las cosas, esel tiempo de los orfyentes Los ritos| ‘unidosa la recordacidn de tales o cualessicesos miticos xa- tan de establecer una comunicacién con ese tiempo fanda- ional, sagrado". En muchas culturas encontramos un mito que nos cuenta ldeterioro progresivo o simplemente la ruptura temporal entreel tiempo primordial yelde nuestra vida. Asien el Pro ‘ximo Oriente yen Grecia tenemos mito de las Edades, de- signadas con nombre de metales para referiresta decaden~ cia, En la versién hesiddica son las Edades de Oro, de la Plata, del Bronco, de los Héroes (un claro attadido tipica- ‘mentehelénicoal esquema general) ydel Hierro. Loshum nnos-vivimos en esta edad, la del Hierro, lamentable yoscura. Serie ficil encontrar ejemplos paralelos en otros pueblos, Tnsistiren la funcién social que tienen los relatos miticos: ‘es muy conyeniente. Tanto Malinowski como Mircea Eliade, por citar s6lo dos nombres bien conocidos, han destacado ue 1 ber esteaspecto funcional delos mitos. Ahi podemos encontrar tun punto de apoyo paral dstinciin entre mitos ycuentos popiilanes. (Yao senalé también V, Propp en su obra Las re s segiin la expresién homéica, en contras- tecon los mortales, los humanos que sufien y se esfuerzan por vivirun dia mds efimeraseriaturas, que tienen una n0- toriasemejaniza con los doses en sus figuras y sus pasiones, Y que alguna rava ver rovan a un dios o reciben su epifania extraordinaria, Junto a esos dioses hométicos hay otros poderes divinos ‘que se a ajustado luego al conjunto familiar: Es el caso de Eros, integrado en época posthomérica como hijo de Afro- dita y epresentado luego como un nino lechero yalado. En ‘un comienzo ese diosque representa el deseo amoroso estuna fuerza divina que poco tiene que ver con los otros dioses. En. la Teogonta de Hesfodo figura como une de os pristeros se= tes en los comienzos del cosmos. Otras teogorilas como la Grfica, le atribufan también un papel primordial en la gene- racién de todo el universo. Al margen del Olimpo quedan los dioses vencidos en la lucha porel poder celeste, como los Titanes, y tambien algu- na divinidad de actuacion especifica, como el eapripedo an, dios agreste, pastor y buseador de un retiro bucdlico, amigo de las ninfasy los sétiros, apartado delos nobles prin cipes del Olimpo. Lapersonslidad de un dios grieyo puede ser notablemen- tecompleja. Sus cultos, ysobre todo los mitos, configuran el perfil de cada divinidad, dentro de este juego de oposiciones aan euica n ‘yrelaciones, Gada dios tiene su historia”, Unos une muy breve, como es el caso de Hestia, tan inmovilizada junto al fuego familiar: Otros tienen una larga historia deaventurasy epifianias, como es el caso de Apolo, o de Hermes, Pero el dios mas ambiguo y multiforme es Dioniso, el dios de la ‘mascara, del entusiasmo, dela vid y a embriague7, el dios {quettiene vocacién de extranjero, pero que inspira a sus ie- Jes una extraiaidentificaci6n, con su vestimenta pintoresea ‘ysuaireafeminado, ferozy dulce dios del vino, de éxtasisy ‘del menadismo. Enfrentado 1 Apolo -no en los mitos anti- {guos, sino en su significacién peculiar, sega la tesis de tasche~, ofrece un contrapunto colorido ala tan celebra- da serenidad de los dioses olimpicos, esa serenidad divina ‘ques dibujacomocontrasteal patetismo humano, pero que estallena de vivaces contrastes, una armonta superadora de tensiones particulares, luminosa aura de lo divino en su conjunto. 4, La Teogonta: esquema general y temas principales En su poema sobre el origen de los dioses Hesiodo se haes- forzado, como ya apuntamos, en ofrevernos una perspect va de conjunto sobre la formacién y organizacién del mun- slo divino. Es una narracién mitica que incluye un amplio, ‘material de muy lejana procedencia, que el poeta ha sistema- tizadoy reelaboraclo con la inalidad de presentar una visién global en la que no solo se describe el comienzo ylacomple- jidad del entramado mitico, sino también el desarrollo del ‘mundo diving, desde elcaos inicial hasta el triunfo de Zeus, ‘omnipotente defensor de la Dike”, La Teogomta es, pues, tambien una teologia y una teodicea, al tiempo que una cos- ‘mogonia, puesto que esos dioses wriegos son inmanentes al mundo, y el desarrollo del mundo divino a través de una progresion genealégica concluye en una explicacién del triunfo del bien sobre el mal y del cosmos sobre el desor- den, El dominio de Zeus es el establecimiento del reino de la justicia en los cielos mediante su poder providente, firme yjusto. Hay que advertir en el poema hesidico la recoleccién de diversos mitos que el poeta épico toma de una tradicién an- terior, ema que destacar las influencias orientales, ya siste- n “41a recomas wen const YON AGIA 7 matizacién que él ha impuesto sobre ese material, a fin de ‘frecernas esa mitologia organizada y ordenada, Se ha di- cho que Hesfodo no silo es el primer teslogo griego, sino también un pensador que anuncia yaalos ilésofos dela na: turaleza, por su afin de introducir una explicacién global ‘en ese repertorio mitico, Conviene subrayar esto desde un comienzo: Hesfodo, que se confiesa inspirado por las Mu- ‘as, tiene la pretension de contar la verdad respecto de los doses. Esa altheia de Hesfodo, esa revelacién reconstrui~ dda por el poeta, significa, por lo pronto, un contraste con la narracién homérica, donde los dioses se presentaban sin in desusorigenes y actuaban frivolamente juntoa Jos heroes gloriosos de la guerra de Troya. El contraste en- tre la perspectiva mitol6gica de Hesiod y la homérica ests lato. ‘Lo que a Hesiodo le interesa es subrayar imo se a llega doa formar el actual dominio divino, c6mo todo he sido or denado para el establecimiento del reinado de Zeus. La teo- {gonta hesiddica es un eanto en honor de Zeus, es una aris tel Crdnida, del Padre delos dioses y los hombres, que rige elcosmos, Como «maestro de verdad», poeta inspixado, He- sfodo se siente investido de esa misi6n religiosa. Bucea en los comienzos de todo, indaga ia arché mitica delo divino, para abocara.csa visién optimista del triunfo del orden en los cie~ Jos, con una firme conviecién moral: ese triunfo de la Just cinentrelosdiosesha de refiejarse en el mundo de los hum: nos*. ‘Tras una extensa iavocacién a las Musas, que incluye esa afirmacién de la misién veridica del poeta, Hesfodo pasa a cantar alos dioses y su sucesién significativaen la creacibn del orden de las cosas, Bs «la estirpe sagrada de lossempiter- ‘nos Inmortales, los que nacieron de Gea y del estrellado Urano, los que nacieron de la tenebrosa Noche y los que cri6 ‘lsalobre Ponto» (vv. 105 yss.),ylos deseendientes de éstos. ‘Los dioses primigenis, los que estén en los orfgenes de 10- m owas ¥ wes daslascosas tienen una clara referencia espacial, formande algiin modo el nicleo ya la verel marco de toda la existen- cia, Carecen todavia de una figura propia y de una contigu- racion personal; son el fundamento tltimo, el Urgrimnd del que surge progresivamente todo el pantedn posterior. Cielo y Tierra, Noche y Mar profundo, y junto a ellos otra ilustre potencia primordial: Eros. Sobre ese mismo fondo se han Construido otros esquemasteogénicos, que conocemas muy fragmentariamente, comoeldelos drticos. Fa prime logar exists el Caos. Después Gea lo Tierra~ la deatn- pio pecho, sede siempre segura de todos os inmortales que hab {unlinevada cumbre dl Olimpo. En el fondo de atierra deanehos ‘aminos exist el tenebroso Tarcaro. Por tito, Eros el masher- ‘moso entre diosesinmortales, que afloja los miembrosycautiva de todos os diasesy todas os hombres el corazin ya sen sata vo- Tuntad en suspechos. Dal Caos surpieron frebo y lo negea Noche. Dela Noche a su vez surgieron el Btery el Dia, aos que ella alumbré pretada en contacto amoros0 eon Erebo, Gea alumbri primerolestrellado Urano con sus mismas pro pporciones, para que l contuviera por todas partes y poder se as sede siempre segura para los felicesdioses, Tambien dio aluzalas {grandes Montara, det iclosa moraca dens Dios, las Ninfas que hhabitan en los hoscasos montes. Ella igualmente pari al ester pidlago de gitadas ola, ef Ponto sin medliarel grato encuentro sexual, ‘Lucgo, acostada con trano,alumbré a Oeéano de profundas corrientes,a eo, aCrio,aHliperién, aépeto,aea,a Reo, Teris, aMneridsine, 0 Febe de sures corona yalaamable Tei Despues deellos nacis el mis joven, Crona,dementeetorcida, el msterti= biedeloshijosyselleno de unintenss odio haciasu padee, Dioauzademasalos Ciclopese sobetbioesptritu,a Brontes, ‘a Bstéropes, yal violento Arges, que regalaron a Zeus el tueno yl faricaron ayo, (Wy. 116143.) He citado estos versos porque me parece gue ya en ellos puede verse bien la diversidad de seres que Hesiodo evoca 1 at sa abe eS PAS % para exponerla complejidad del mundo que va forjandosea partir de las combinaciones primordiales, Hay una linea fundamental, la descendencia de Gea y Urano, Tierra y Cielo son la pareja primigenia y primordial, la que a través de ge- ;eraciones sucesivas, en un entramado genealdgico que des- ciende hasta los olimpicos mas jovenes, los hijos de Zeus, ‘arta generacion a partir de os origenes eésmicos, produ- celaprogenie esencial de diosesy hombres los queel mun- doles esté encomendado yn quienes Gea y Urano ofrecen tun sdlido marco que losarropay rodea. Pero, al margen de ta descendencia de Gea, est el con- junto die seres que vienen del Caos, ese vacfo originario del que proceden el abismal Erebo y la negra y prolifica Noche”. Ella es la fuente de donde surgen otros muchos setes, en su mayoria oscuros y enigmiticos, pero también, en caro contraste, el alto y limpido Fer yel propio Dialu- minoso. ‘Todas estas eriaturas primosdiales son seres un tanto im- personales, entre los que hay entidades de tipo natural, comolas grandes Montatiasy eLagitado Ponto, yotras de un sentido mis abstsacto, como Temis (Ordenacién) y Mne~ ‘mésine (Recordacidn). También estas entidades estéa Lla- rmadas a tener un papel en la progresiva construccién del ‘cosmos, destinado a ser regido por Zeus. Los Giclopesy ‘monstruos violentos, dela misma generaci6n de Crono, son presentadosa continuacién deestas figuras, con unaalusion precisa a sa conteibucion al orden: fueron ellos quienes fa~ bricaronlas armas cle Zeus, ! trueno y elxayo, Otzos hijos de Urano Gea son los tres gigantescos Cent “manos, con cincuenta cabezascada uno yuna enorme fuer za, poderosos monstruos de estos primeros tiempos, her ‘manosdelos Ciclopesy de los Titanes. Hesiodo relata a continuaci6n la casteacién y destrona- “miento de Urano por Crono, elmasastuto delos Titanes,que Jibra asia su madke Gea y asus hermanos del sometinsiento % i mexnasy wane brutal a su progenitor. Con una hoz enorme y de afilados ientes segé Crono os genitales del opresivo Urano, y los arrojéalla mass Dela espuma surgi entonces Afrodita, que se ditigié en primer lugar a Citerea y la isla de Chipre, de donde proviene su sobrenombre de Cipria. Ensunacimiento ‘yensu presentacion antelos dioses a acompaitaban Himero'y Eros, paracorroborarsu poder enel dominio del amor, ‘iene luego en el relato el tema de los hijos dela Noche, Dennuevo voy'a dar unas cuantas ineas del texto, porqueme parece que tambien en este esboro genealdgico se advierte bien ese fin explicativoyteoldgico de Hesfodo,teeaboran- do datos muy antiguos: Pariéla Nocheal Maldito Moros, ala Negra Kery aTinatos, pari tambigna Hlipnosy engenéré la triba delos Suenos, Lueyo ludio= sis la oscura Noche, dio alsin acostarsecon nadie Ia Burlay al doloroso Lament, y a is Hespévides que,al otro lado del iustre ‘Gcéano,euidan as ellasmanzanas deoroylos rboles que prodi- ceenelfruto. Parid igualmentes fas Moirasy alas Keres, vengadorasimpla- cables: Coto, a Liquesis a Atropo que conceden alos morals, fewando nace a posesién delbien y del aly persiguen los delitos| deloshombcesy dioses Nuncacejan as diosayen su terrible cers “antes deaplicar unamargo castigo quiencomete delits. “También aluimbréa Némess, azote paralos hombres mortals, Ja funesta Noche, Despuis della tuvo al Engaio, a Terra yla funesta Vejersyengendré alaastuta Eris Por ss parte la malita Eris parié aa dolorasa Patigas al Olyi- {loyal Hambre y los Dolores que causa Tianto, alos Combate, Guerras, Matanzas, Masacres, Odios, Meatirss, Discutsos, Ambi- friedades. al Desorden y lt Destruccin,compaierosinseparebles, YyalJuramento el que mas dolores proporeiona alos hombres de a tierra siempre que lguno pera voluntariamente. (Vv. 211-215.) No hay en la mitologia griega ninguna divinidad del mal, ning Satands 0 Ahriman, que cepitanee una turba de de- ‘monios malignos, pero hay toda una serie depersonajes que 4 roc gM GENERAL TIMAS PINOLE 7 Hesiodo tememora como procuradores de Indo oscuro de la existencia, Son hijos de la Noche, se mueyen en silencio, pero acosan alos humanos asedian su destino. Siempre al final estan las Moiras:latejedors, la distribuidora dela suer- fey la cortadora del hilo dela vida, ls tres Parcas implaca- bles, loto, Liquesisy Atropo, ‘En este catdlogo figuran una serie de personificaciones, como la Veje, e] Engaio, el Olvido, el Hamre, et. peroes Eris, la Discordia, la que, en la etabrla de nombres evocada pore poet, alcanra un lugar destacado, Es la Discordia, a causa de inmumerables males entre los humanos, una diosa antigua y malévola algo asi como la bruja iertada de clet- tos cuentos dehadas-, le que se muestra mds proiiea para desdicha humana. (Le interesa a Hesiodo, por motivos pe sonales, destacar su papel en los conflictos, yvolverd sobre ello.en Trabajs y dias, con otroacento.) Prosiguen los catélogos de dioses de segunda ytercerage- neraci6n: jos de Gea y Ponto (vv. 233-239), Nereida (240- 264), hijos de Taumante y Electra (265-269), deseendientes de Coto y Forcis (270-336), hijos de Tetis y Océano (337- '370),hijos de'Tene Hiperivin (371-374), hijos de Ceioy Bur- bia (375-388), hijos de Febe y Coos (404-452) ehijos de Cro- ‘no y Rea (453-506), seguidos de los de Japeto y Climene (507-534) Encontramos aqui un ejemplo de esa poesia de catélogo, con largas nomenclaturas, muy del gusto de este tipo de repertoris. La genealogiaesla forma por excelencia derelacionara todas estas divinidades, entre las que se en- cuentran personajes de muy diverso relieve; asi por eiem- plo, tras mencionara las cincuenta Ocednides Nereida, el poeta dedica muy breve espacio alos vistogos de Hiperion, nada menos que Helio y Selene, Sol y Lana, de tanto fulgor eésmica,y huego introduce alguna digresién, como el Him- rng aHécate (410-453). ‘Al tratar de la descendencia de Crono y Rea, el poema pasa ya hablar de Zeus, de su ocltamiento infantil, de su " 1 mounas wore infancia en Cretay de suenirentamiento posterior con Cro- no, al que derrocd, obligindele a vomitara sus hermanos, 8 Jos que para eliminarlos se habia tragado, asf como libers también alos Ciclopes,ocultos por laenorme Gea, para esta- blecer sureinado sobre mortaleseinmortales Viene luego el relato sobre Prometeo (535-616), La razéin porla que se cuente antes su genealogia es, evidentementeali depresentarnos ala familia de este diosastuto, adversario de xii no por la violencia, sino en el plano de la astucia, So- breeste mito de Prometeo, tan atractivo porsu sentido miil- tiple, volveremos mas adelante, Situado en este punto de la ‘Teagonia, sirve para recordar la posicién de los hombres frente a los dioses y para preludiar el relato de las luchas por lasoberania celeste alas que Zeus tiene que enfrentarse para obtener el poder indiscutible, sobre el mundo de los dioses, domesticado traslacontienda,y sobre loshomibres efimeros yleriestres. ‘has hchas porel poder celeste*—que en algiin modo ya cstaban comenzadas con la castracién de Urano por Crono, -ypor el derrocamiento de éste porsu hijo Zeus~ tienen aho- rados nuevos episodios: el combate contra os Titanes o Ti- tariomaquia (617-728), que va seguido de la descripcién del ‘Rartaro sombrfo (729-819), yla batalla contra el monstruo- 30 Tif (820-868), Breve excurso sobre sus hijo, los vien~ tos (869-885). ‘Teas estos combates de terrible violencia, en los que triunfa ya para siempre Zeus, se nos habla de la cuarta ge- netacidn de dioses, los hijos de Zeus, la familia olimpica. Son algo menos de cien versos (886-962) los que Hesfodo edica estos dioses dela generacién mids joven, los dioses «que vemos moverse en Homero como tos Felices Inmorta- les de vida ficil, agrapados en torno alla égida del padre, el justiciero Zeus. Me parece conveniente volver al texto de Hesiodo paraci- tar, seguin él lo cuenta, as divinidades que nacen de Zeus: “4 ueruocewarmauin chen Yomas meas 2 “Zeus, rey de dioses torn como primera esposa a Metis la mis st- bia de los diosesy hombres mores, Mas euando yafaltaba poco para que nacierala dios Atened de ojos lavcos, engananndo astuta- ‘mele su esprtu con ladinas palabras, Zeus se a tag por indica cin de Gea y det estrllado Urano, Asi se lo aconsejaron amivos pata qu ning otro de los diosessempiternos tuvierala dignidad real enlugar de Zeus, Pues estaba decretado que nacieran de ella hijos muy pruden- tes: primero la donellade ojos glaucos Trtogenia queguala asu paclicen coraje sabia decision, yluego, era de esperar que un bijo, rey dedioses yhombresconarrogante corazan, Pero Zeussela tra: ‘goantes para que la diosaleavisarasiempre delo buena ylo malo, En segundo lugar, se lev6 a labrillante Temnis que paris alas ‘Horus, Eumomna, Dike y la flreciente Eirene, la cuales protegen lascosechas de los hombres mortals, ya las Moieas alas que Zeus ‘olorgd lamayordistincion, aCloto, -Aguesisy Atropo, que conce- ‘den ilos hombres morales elserfelicesydesgraciados. Furinome; hija del Océano, de encantadora belleay edo las tres Gracias de hermosas melas, Aglaya, Eulrosine y ladeliios saTalia, ‘Lucgo subiéal echo de Deméter muticia de muchos. sta paridaPersefone de biancos brazos ala que Faoneovine- bats de id de su madres el prudente Zeus so habia concedido También hizo elamora Mnemésine dehermosos cabellosyde tlla nacieron las nueve Musas de dovada frentea las queencantan Jas fiestas yo placer del ant, ‘Leto pari Apolo y a flechadora Artemis, prote ms desea be que todos los descendientes de Urano, en contacto amoroso con Zeus portador dela ggida, En gino ugar tom por esposs ala florecionte Heras fst pa ‘ida tebe, res eliia en contacto amoroso coi el rey de doses y hombres ¥ dh de su cabera, dio aluza Atenea de ojos glaucossterible, belicsa,conductora deeercitos, invencible augusta, ala que en- tucia, te alegras de haberme burlado con el robo del fuego! ero habré una gran desgracia para ti y pata los hombres del futuro, 4 ellos les proporcionaré un mal ya, a cambio ae aE seb uo om moun as del fuego, y com dl se goraran encarindndose con su propia ddesgracias. Echdsea reft entoncesel Cronida ylamé asuhijo Hef topara encargarlela fabricacion de una bella figura femeni- tna semgjante a as diosas en su aspeeto y atractivo. Y orde- nid @ Atenea que ensenara a esta recién formada las Iabores caseras, a Afrodita que infuncliera en ella gracia y seduc~ ‘ign, a Hermes que la dotara de un talante desvergonzado y tun dnimo taimado y voluble. ¥ los dioses obedecieron sus mandatos. Y asf surgié, adornada por todos, Pandora, la primera mujer. Su nombre Pan-dora, Todo-regalo, aude a {que recbié reyalosde todos losdiosesy quetodaellafueun regal, Una vez.construlday bien dotada ladoncela, de ircesist- Dleencanto, Zeus encargéa Hermes que selaofreciera a Epi- rmeteo, el hermano gemelo de Prometeo -el hermano dis- traido del Previsor, como sugiere su nombre-. En contra de lasadvertencias quelle habia hecho éste, Epimeteo acepts el presente oftecido pore dios y,cautivado por los encantos dePandora la acogié en st casa, desposdndola, Perolabella Pandora llevaba ademés consigo un don suplementario: ‘nora en la que los dioses habfan escondido une serie de ‘males. Y cuando lajoven, guiada por su curiosidad, abr Ja jarta,éstos se esparcieron volando por el mundo, Las enfer- rmedidesy calamidades surgieron a laluzal levantar Pondo- tala tapa de la vasijay se derramaron sobre los humanos, ‘Cuando ella presurosa lacerré de nuevo, solo quedaba en el fondo la Esperana, Desde entonces diez mil penas vagan entre os humanos,ylas enfermedades acosan alas genes, censilencioyal azar, Pandora, primera mujer, ela introductora detales ma- les, y de un nuevo modo de reproduccion (Antes los hom- bres nacfan dela tierra, seguramente.) Fue la predecesora de todo el linaje Femenino, de todas esas mujeres seductoras y criss de las que ya no pudieron prescindir los hombres. We 1 moss woven Fue.eve shermoso mab, esa ambigua ventura que Zeus ha biaprofetizado. ‘También a Prometeo le sobrevino un tremendo castigo. Zeus ordend quelo apresaran y clavaran sobre na escaypa- da cima del temmoto Citucaso, donde Hefesto lo encadend. Y anadié nesa tortura de e ocala vista cotidiana de un dguil ‘queatacaba cada dia al Titén inmovilizado para desgarcatle ‘on sus corvas as y pico el higado. No podia Prometeo ‘orir, porsu indole inmortal, pero si suftir eternamente, ‘Ast expiaba, en la atalaya desierta del congin oriental del ‘ound, surebeldia feniea Zeusyy su excesivoamoraloshe- ‘manos, crucificado Prometeo, (Mas tarde Heracles abatira al dguilay librard, con eleneplacito de Zeus, al Titan flin- ‘ropoy astuo.) ‘Tales, en suslineas esenciales, el mito de Prometeo divini- ad civilizadora no un olimpico, sino un adversario de Zeus ‘eneltertenodelaastucia, un ¢ricksterqueaporte aloshuma- ‘ementos decisivos dels instalacion enel mundo:el sacrificio que regula su relacidn con los dioses, el fuego.que funda la civlizacion y el progreso ya creacién de a primera mujery.con llael matrimonio ylafamiliamedianteelambi- ‘gu presente de los dioses, Del mito tenemos tres versiones ‘can interesantes y sgnificativas variantes: a de Hesfodo (en. 4h Reogontayen Trabajosy dias) lade Esquilo (en sutragedia Prometeo encadenado, parte de una trilogia dela quetan solo hemos conservado esta pieza) y la de Platén (en el dislogo Protégoras), Mientras que el poetaépico presenta a Prometeo com un osado rebelde que desafia cl designio supremo de Zeus queen sus tretas, acaba por acarrear alos humanos muy dudosas ganancias, Esquilo nos presenta al Titan como tun sabio filintropo rebeldecontracl despotismo de Zeus, un joven tirano establecido en el Olimpo con tremenda arro- gancia,yPlaton (poniendoc!relato en bocadelsofista Proti- {oras.deguien probablementelo tomd, denn tratado solistico perdido para nosotros) nos da una version en la que Prome- 5 Lato pe aonesEo # {eo s el introduictor del progreso técnico, pero no dela con- Vivencia politica, base de unacivilizacion asentada en la mo- ralylajusticia, que son dones de Zeus. ‘No vamos ahora a detenernos en diseutir las connotacio- nes del relato en tno u otto autor. Queremos destacar, sin ‘embargo, cémo éste resulta un buen ejemplo de esa tradi cignllterara y sus einterpretaciones ala que ya hemos alu- dido como caracteristica de la Grecia antigua. Es notable que mientras Hesfodo esté por completo de parte de Zeus, n su enfrentamiento con Prometeo, Esquilo se plantea el ema con nuevos acentos, También el rebelde filintropo tic ne sus razones y su sentido de lo justo, y asf Esquilo propor- ciona una imagen ms noble y generosade Prometeo, tal ver apoyadaen uaa tradicion popularateniense. El mito puede retomar nuevos tonos en algunos motives. or ejemplo, el fuego de Hesiodo esante todo et que protege del rio y det hambre, el fuego evlinario (que necesitan tos hombres comedores de alimentos cocidos, dstinguidas en exe trazo bisico de los animales earnivoros), Pero el fuego de Esquilo representa mucho mas quel instrumento de cocer Jos limentosya defensadel fifo, Esla ase detoda unacultu- ray del progreso téenico. Su posesién infunde a los hombres {inimos confiadosparaenttentarse los rigoresde a naturale- za hostil (como en la narracidn de Protigoras), y gracias al fuego inventan los hombres, guiados por Prometeo, lasartes| yas téenicas:laconstruccién deviviendas la mineria, a agri cultura, la navegecién,laescrtura, laadivinacién,laastrono- mia la misma ciencia delos nimeros, «el més excelso de los salbetes» lo obtuvieron los hombres mediante el ingenio ye) apoyo prometcico, Texas la téhiai,en resumen, dice el pro- tagonista del drama esquileo,procesien ce dl, En honor de Prometeo se celebraban fiestas en distintos gates de Grecia, y de modo regular y conocido en Atenas, en el barrio del Cerdmico, donde era honredo ~junto con, ‘Atenea y Hefesto= como patron de los artesanos, de los he- as aguas em rrerosy ceramistas. En sn honor en recuerdo dela introdiuc- ‘ign del fuego, se celebraban carreras de antorchas con rele- v0 lampadodiromias. ‘Mastarde ~en una versidnatestiguade ya en un fragmen- toe comedia del sig va.C, y mucho después en algunos sare6fagos y en escritoreslatinos~ se contaba que Prometeo fue el ereusor de los primeros hombres; moldesndolos del barro, como unalfarero en staller de imagenes habria for- ‘mado las figuras de os primeros humanos, alos que luego ‘Zeushabria dado vida iniundiéndoles un haito 6 soplo vi- vificante, es decir, la psyché, principio de vida. Pero éste es ‘un trazo probablemente tardfo y desconacido tanto de He- siodo como de Esquilo y de Patan, Como en la tradiciGn mitiea hebraiea, también para He siodoes la mujer la culpable, en su curiosidad inconsciente, ,evoean ‘ese aspecto del soberano celeste y senor de las tormentas. Sueleasentarse en las cumbres montariosasy desdeallfoteae Jmpera. Es el olfmpico por excelencia, (Es probable que el Olimpo, antesque un nombre propio de una corillraen Te> salia,haya signifieado paralos prehelenos ypromontorio ele- vaclo»,«cumbrer 0 algo as) Zeus tienes moracaen esasal- {a6 atalayas, como el Olimpo en Tesalia, el monte Dicte en Greta, el Licadn en Arcadia, el promontorio central deEgina, ‘yenel Ida cercano. Troya, Deserlacumbre inaccesible nego pas6 el Olimpo a denominar el alto cielo donde moran los toss ai Zeus esta muy por encima de los demés dioses por su fuerza y su poderio. Como él mismo proclama en la Miada, VIL 8-28, Sitodos los demésdioses se colgaran del extremo ddevuna cuerda, solo podria balancearlos desde la cummbre dl Olimpo. Cuando asiente a una peticidn, maviendo las ¢jas.en un gesto afirmativo, todo el Olimpo se estremece, No interviene directamente nunca en los combates de los !héroesy los hombres, como hacen otros dioses, Su impat- ticiason intrincados y quelosgriegos no imaginaron nines 4 Zeuscomo un juer fctikinco oun verdugo rip, a edle~ radelos diosesesa veces répida yu justicia es muchasveces Jena EI mismo Zeus recurre al engaiio cuando le conviene. (Worejemplo,enviandoa Agamenkinnsueitoengafioso para extraviarlo y complacera Aquiles) Lossuftimientos de He racles,e! hijo mas esforzado del mismo Zeus, son una pre bade estas demoras, Zeus, elomnisapiente,resultaen tn fa- ‘moso episodio homérico engaiado y distraido por Hera; reo advierte pronto el engano, Pama responcble dl orden soca Zeus yelab sobrelos reyes, y tambien sobre la justicia de las sentencias. Era el protector delos juramentos, yamparabaa los huéspedes y Jos suplicantes. Los epttetos con los que era invocado dan ‘una idea de esas funciones de Zeus: «Protector del cercado familiar, de la propiedad, del hogar (Herketos, Krésos, Fphéstios), Garantede losjuramentos» (Hrkos), Protec tor delossuplicantes ylos huéspedes (Hikésios, Hiketésios, eins; fue luego introducido en los cultos ciudadanos, ‘como «Protector» y «Salvador» (Amjntor, Sater), wdios dea 1 tes tocremes 101 ciudad (Potiéus,Polfouichos), «de la plaza-y del conssjo» (Agoratos, Boulaios)y sliberador» (Bleutérios)”. Ya desde una época anterior ala aparicién dela teologia filos6tica se deja notar una tendencia a convert el politeis- mo en un sistema donde los dioses estan sometidos a un gran dios omnipotente y providentesobretodo, quees Zeus, dlesivando hacia un henotefsmo, que luego los fildsofos re- frendarin,Pezo ese dios mis abstracio es como el de Heri- alito, que vquiere y no quiere ser llamado Zeus» (frg. 32 DK)" Son nuumerosos y proificastos amores yamorios de Zeus, Su esposa legitima, la que comparte el trono en la mansion ‘olfmpica, es Hera, hermana y mujer celosa del monarce c este. En ls tablillas micénicas aparece mencionada Diwiyay ue por su mismo nombre se presenta como empatejeda con él. También Dione, la madre de Afrocita ~segii la ver~ sion homeérica-, estéen los comienzos vinculada aZeus,y a su lado recibe cult en elantiquisimo santuario de Dodona. Pero Zeus ha tenido trato sexual con otras grandes diosas. Desus amores con emis proceden las Horas, as Moiras y Ins Gracias, segiin Hesiod, y de Mnemdsine y Zeus son hi- {us las nueve Musas. De su unién con suthermana Deméter ‘nacié Core-Perséfone. A Metis sela tragé, antes de dar a luz 4 Aenea. De Leto le nacieron Apolo y Artemis, Desu matri mono con Hera nacieron Hefesto, Ares y Hebe. De a ninfa Maya tuvo al astuto Hermes Pero son también numerososlosamorios del Padre delos ioses y los hombres con mujeres. Mas de un centenar de nombres de mortales amaclas por Zeus han repistrado los snitgrafosantiguos. Los eneuentros de Zeus con estas mit- Jetes asumen variadas formas segrin los casos el dios rect~ ‘rea uno w otto truco o disfraz, De esos encuentros amoro: 808 nacen, como era previsible, los mas famososhécoes, Los dios grandes heroes que se convierten en doses: Dioniso y Heracles, son hijos del providente Zeus, que se unié a la te- maz neuen bana Sémele ya Alemena, También de Zeus es hija Helena, nacida de Leda (0 de Némesis, segtin otra variante),a ln.que Zeus eunié en forma decisne, Sobre la enclaustrada Dénae bajé Zeus em forma de lavia de aro, y de esa unién nacié Perseo, otro intrépido héroe, Por mas que Hera trate de obs- taculizar sus amorios, el ingenioso Zeus logra siempre su propésito:a la peregrinacidn, metamorfoseada en vaca, se ayunts en Egipto y de ahi nacio Epago, Hijos de Zeus y la raptada Europa son los cretenses Minosy Redamantis. ¥al- bin héroe de trégico fin, como Sarpedén, que muere en la Hada, 2, Hera’ Elnombre dela diosa parece provenirde i suizindocuropes {ej (como el griego Hora yl alemsn Ja) eindicaria a «la que estden sazéin», «mada para el matrimonio». Es la «venerable esposa de Zeus», Aunque muchas otras compar ten lecto del dios, ydlo Hera sesientajunto aéleneltrono, presidiend la reunidn delosdioses. Como tal esposa legiti- ma, Hera no tiene ottosamores ni aventuras terrenas. Ya en las tablilas micénicasaparece mencionada como compane- rade Zeus, ‘Aunque su culto tuvo especial relieve en Argos, y sela ce- lebra como a argiva», los emplos en su honor se extendie- fon may pronto por todas as zonas pobladas por griegos. ‘Ademis de Jos templos de Argos y Peracora, se erigieron otros en Samos, en Delos, en Tirinto, en Crotona y en Pes- tum. Probablemente fuela potia del palacio de Argos, y ya e11€poca micénica se extend su cults remontan los tem- plos mas antiguos en su honor ala época de los primeros templos,haciael 890a.C. ‘Sumatrimonio con Zeus es un herds gdrmos *, repres tado en algunos relieves antiguos. Segiin el mito, habria te 2 Lesnar ms 103 nido lugar a esconclidas primero y hiego en las bodas cele- bradasen el jardin delas Hespérides, Hera, como modelo de esposa, es Parihenes a legar al matrimonio, Remueva su doncellez mediante un baiio migico y con laayuda de Alro- dita sigue atrayendo eréticamenteu Zeus, Pero, segiin otros relatos miticos, Hera es también lnes- pos celosa, irvtadla por losamorfos yaventuras de Zeus, y slisputa aveces con su divina esposo, como cuenta a lia, en mas de unaocasidn, En esos arrebatos abandonac! hogar celestey llega.aengenctrar por sso, para vengatse, al mons- truoso Tiffin (al que Zeus debers vencer en feroz contienda), ) segtn una versidn antigua, a Hefesto, el dios cojo, que fuarda una ambigua relacién hacia su madre, Del matrimonio con Zeus tiene algunos hijos: Ares, He- festo (segtin otra variante del nacimiento del dios), Hebe e iti, Se ha subrayado que ninguno deelloses una gran gu raenel pantedn: Ateses un dios torpe que solo en la guersa brutal despliega su valor; Hefestoestétarado yes engattado or su esposa Afrodita, la misma Hera lo arrojédel Olimpo, yy4l se vengé atrapsindola en un asiento trucadosy Hebe ell tia son figuras un tanto secundarias entre las divinidades, Hera, vengativaycelosa, persiguealasamadasde Zeus, como aleto ya lo,yaloshijos nacidos de has relaciones extramat- rimoniales desu esposo, como a Dioniso nino ya Heracles. Es una diosa de gran poder, pero rencorosa y poco simp. a, porque esta muy limitada a su funcién de esposa y pro- tectora del matrimonio legitimo, ‘iene muy poco deimaternal,y no sel invoca como «ma: dre», (Lo que no deja de tener interés, cuando se piensa que hha heredado a la Diosa Madre de época anterior.) Son otras figuras Jas que toman un aspecto més maternal, como De- anéter (aunque sélo tiene una hija) y la misma Airodita, ‘Tampoco se encargo del hogar (funcidn asignada a Hestia), Comparte desde su posicidn deesposalegitima el trono real yllevala correspondiente corona, 104 sh oonas orto En la iliada esté decididamente de! lado de los aqueos, ‘como Atenea (conla que mantiene buenssreliciones) como ‘es propio deuna diosa de Argos y Micenas. Seguin el famoso mito del juicio ce Paris, es por la ofensa causada por la pre- ferencia dl principe troyano que entregsla manzana de oro 2 Mfodita, Es una representante dela soberania, la primera funcién en el esquema de Duméail, (Mientras que Atenea representa la segunda, la guerrera, y Afrodita a tercera, Ia productiva,) Su epiteto mas caracteristico en Homero es el de baopis: «ale ojos de vaca». La vaca esel animal que le esté especial- mente consagrado, Varios festivales ~en Argos.en Platea, en Samos-,se celebran en su honor, rememoranda susbodasy sus rencillas con Zeus, mediante rituales muy antiguos y pe- culiares. 3, Poselidén® El nombre del dios se suele interpretar como un érmino compuesto: potei- «sen, esposo», en vocativo, y da-«Tie- tra», Serfa en sus orfgenes vel sefiorespos0 de a Tierra» & Ja que abraza y agita, segiin su titulo de wEnnosigaios» (0 ‘ tes van a danzav al monte (oreibasfa) yen alegres tropeles celebran sus itos (6ngia), que incluyen el perseguir a alga nos animalesageestes y devorar su earne eruda (omopha- _gia) sintigndose entusidsticamente poseidos por el dios. Cada fiel de Dioniso se siente é1 mismo inundado por el dios; cadabacante es Buco. Eldios leva un aluendo caracteristco: cite ussienes una corona de yedra -o de pémpanos de vid-y lleva sobre sus hhombros.una piel moteada de corzo -lanebride- yen susma~ nos blande un trso, el bast6n ornado de yedra. Losadeptos comparten ese habito, La danza biquica es frenéticay las ba~ cantes agitanal uelo sus largas melenasal ear cia ateés la cabeza en un movimiento caracteristico entre saltos y bbrinces. La sien es de panderetasy timbales, instrumen- tosde origenasitico. wesc ons By Dioniso aparece en el arte de la épaca arcaica como un dios barbado, acompafiado por un grupo de aleges sitiros ‘ydanzantes ménades, Luego, en la Epoca clasica, se rejuve nece (como Hermes) y aparece como un joven de delicada bolleza. (La figura cle Baco un tanto gordinflén.y ebriaes ya, romana y tarda.) Lleva entonces bajo la nébride un vestido ‘wzafranado -krokorts— y ofrece un aspecto un tanto ambi- ‘gu, afeminado, En las procesiones en honor de Dioniso se Tieva unenorme flo, simbolo del dios; mas que de su fertili- dad loesdesu impulso.ereador; lacionyla tensidnvitalque el dios provoca. Losmitos sobre Dioniso hablan dea oposicion dealgu- nos tiranos, defensores de un orden demasiado estricto en Japolis, contra el dios, Ya Homero alude a eémo el tr Jicurgo persigui al joven diosya susnodtrizas (Iiada, VI, 135-6). Pero es Euripides, en su tragedia las Bacantes, ‘quien nos ha dejado un relato mis claro de ese enfrenta- sniento™, En este caso, entre Dioniso, legado a Tebasy la ida de su madre, yl joven tirano Penteo, su primo, nie- to, como el dios, del viejo Cadmo, Fl castigo del dios es siempre terrible yeruelmente ejemplar. Penteo, eljoven te- ‘maco, es descuartizado por las bacantes dirigidas por su propia madre, Agave, enloquecida por Baco. El joven rey, ‘que ha acudido al bosque espiar las fiestas biquicas, yaha sido seducido por el dios cuando, advertida su presencia, 5 desarzonado del drbol al que se habia encaramado, ¥, asaltado porel tropel de las ménades,cesmembrado como ‘un animal eazado por las enfurecidas seguidoras del dios. ADioniso, como alosotros dioses,le gusta ser reconocido yyenerado, ‘Tambien castigo duramente alos campesinos del Atica, que habfan dado muerte aleario,¢l buen vigjoa quien Dio- niso dio e primer vino, ya cuya muerte se suicid ahoredn- dose su hija Frigone. Dioniso se venga enloqueciendo a las ‘muichachas, que se cuelgan de los drboles del Atica, hasta imbolodelaexci 1 HOURS Yoo ‘que los pobladores de la comarca establecen unas fiestas anuslesen recuerdo dela joven Erigone. Porotra parte, Dioniso, dios de la vegetacion, es una di nidad que muere y renace. En Delfos, al pie del Parnaso, se mostraba latumba de Dioniso, Los érficos narraban el mito del despedazamiento del nitio Dioniso porlos Titanes, Estos habjan atraido al pequeno dios # una trampa, ofveciéndole juguetes frutas. Luego lo habian deseuartizado, y habian asado y hervido su carne, yla habian devorado en un ban= quete Tun y6loelcorazdin divino habia quedado sin devorar, cuando Zeus los castigo fulmindndolos con su raya. ¥ de las cenizas de los feroces Titanes devoradores de Dioniso ha- brian sido creadostos humanos, Porello, segin el mito drfi- 0; los hombres tienen un componente titénico,feraey cul- pablo, yun algo divino,la poreién dionisfaca que se quedé agreyada a aquellas cenizas, Es dificil precisarlaantigiiedad deeste mito. Otra leyenda cuenta -en ef Hino homérico « Dioniso= ‘¢6mo unos pitatas pretendieron raptar al dios, y como éste transformé alos piratas en animales salvajes que devoraron su capitén y-saltaron luego al mar y se volvieron delfines. Sélo el piloto, que protestara contra el rapto, quedé a salvo. El dios hizo crecer la vida a lo largo y ancho del navio. Una famosa copa de Exequias nos muestra al dios navegando.en tun barco cuyo mastil esta florido de pampanos y racimos, En ciertosrtos se invacaa Dionise bajo figs de toro. Y cn las Biacantes se alude a esa trasformacidn del dios. Bn el furor del tro se perce algo de poderio de Dioniso. Eldios recibe honras en muchos festivales antiguos, Asi en el Atica en Jas Apaturias, las Antesterias lag Dionisias Aisticas yl grandes Dionisiasy en las Leneas. En estas dos ‘rims fiestas se celebran los festivalesde teatro =tragediay comedia- en el gran seiicirculo al pie dela Acropolis, Diontiso esel dios del teatro. No porque los dramas repre sentados tengann un tema dionisfaco, Con excepeidn de las tose nios 15 ‘Bacamtes de Furipides, una de las sltimas tragedias conser ‘vada, y de las Raitas de Aristolanes, en la que Dioniso api rece en un papel sorprendente al viajar al Fades para rest tar auno de los grandes autores de tragedias para reavivar la escena ateniense, Jos temas llevados a escena no tienen que ‘ver «nada con Dioniso», como ya decfan los mismos grie~ fos: Pero es el dios de la mascara, el dios de la alteridad y el tntusiasmo, el dela farsa y la fiesta Sobre el pequenio altaren, eleentro de las orchesira secelebraba um sacrificioen honor de Dioniso antes de las representaciones, y su sacerdote presidia los actos, sentado en la primera fila del enorme raderfo. Segtin la tradicién local, Dioniso habia llegado a Atenas desde la aldea de Bledsherai era amado Eleuthereus: «de Eletteras», pero tambien aliberador». Habia también fiestas isticas en su honor como diosdel vino, Otro mito relata cémo el dios se unig a Ariadna, la prin= esa cretense abandonada por Teseo en la isla de Naxos. Allt €l dios habia celebrado sus bodas con la joven, seqiin una versién local, luego muy extendida, Ariadna —Ia «muy san- tay: arishagne= era en el culto de Naxos una antigua divini- dad agreste, que se unia.a Dioniso, dios también dela fertilidad iagraria, que acudiacon su acompanamiento de sitivos y ba- caniesen procesidn triunfal, Allado de Dioniso iba Ariadna. en el cortejo festivo, Fn época helentstica es frecuente lare- ptesentacidn en la queambos presiden un festivo cortejo,cle uncarro del que titan tigres y moteadas panteras, yal que s- ‘guen con sus abigarradas ropasy atuendos las ménades ylos ‘itiros, al son de panderetasy timbales. Ll colorido oriental ‘dol dios y su séquito aumenta en esa época: Dioniso llega de ‘uy lejos, ela India fabulosa, Pero suculto std tambicn en el corazsin mismo de Grecia. En Delfos los misimos sacerdotes del santuario de Apolo c Iebran titos para Dioniso en tna época del ano ~mientras Apolo viajaal Nortey visita allia los piadosos Hiperbéreoss 16 Ui GUESS Ja relaciéin de Dioniso con Apolo es extrana y compleja am= bos saben convivir en los mismos espacios- y fue Apolo guien recogis los restos del cadaver de Dioniso ylo lev a enterrar ala falda del Parnaso, y es Dioniso quien brinca danzante sobre las altas cumbtes vecinas al santuario, (Des- de otro punto de vista lo dionisfaco yo apolineo se contra~ ponen, como ya hemos sefialados pero la antitesis es tam bien complementariedad.) Dioniso noesun dios dela guerra, sino una divinidad pa- ciflen ybienhechora, Junto a Deméter figura como un dios dela fertilidad campesina yaportalaategriay elconsuclo del ‘vino! La diosa del trigo Figura junto al dios de la vid como dlivinidades que han ofrecido a os humanos un don baisico ‘paral sustento, Pero, al mismo tiempo, Dioniso conserva su poder salvaje: es omestés,«devorador de carne erudan, brémios, «bramador», como una fiera y yahemosdicho que Producela mania (santa y destructora), einvita afiestasque ‘comportan un temporal transgresién de las normas civi- ‘as, Sus adeptos seretinen en un grupo fervoroso, el thiasos, que lo celebra con danzas y gritos rituales de jevohe, al ‘margen dela polis, em fos bosques y montes, Le gusta este dios presentarse como extrano -como viniendo de Asia, de facia, cle Lidia y Frigia, ode Creta-, como taumaturgo, en- treun rumor de misicas birbaras, 6 en el fragor del beami~ «lo; pero es el dios que penetra en el énimo de sus fielesy pprovoca el entusiasmo. Un dios ambiguo, wel masduleey el mas eruel para los humanos», como dive Euripides en las Bacurites. 8. Divinidades menores Junto a los grandes diosesexistian una serie cle divinidades menores o dealcance maslimitado, bien porque en elcurso, del tiempo hubieran decaido, bien porque su funcién los restringiera a ciertos émbitos, bien porque estuvieran en= sombrecidos por las figuras prominentes de los Olimpicos. Asi, por ejemplo, Hestin, diosa del hogas, figura en algu- ‘nas listas como una de los dace olimpicas, Diosa del hogar, hija de Crono y Rea, es hermana de Zeus y Hera, de Posei= din y Demiter,y de Hades, Diosa que permanece virgen, sin aventuras,ligadaal interior de a casa, protectora de iafa- imilia, se identifica con el fuego hogareno. Hest es el no bredel shogar» comin, i Hermes ese dios de los espaci abiertos, delos viajes azarosos yla comunicacién afortun. da, Hestia, en oposicién, representa la seguridad del fuego doméstico, el espacio interior de la morada familia, el fue- 'go que no debe extinguirse, del que euida la esposa fie yla Joven hija, Al dejarle su lugar a Dioniso el bullicioso en el ‘grupo delosDoce, Hestia cederial sitio con su silencio ha- bitual, como apunta WK, Guthrie. Una diosa menor, encargada de una ayuda precisa, la de cuir en socorto de las j6venes parturientas es lita, que wr 138 i aes yer aparecelligada a Hera ya Artemis en su funcién auxiliadora. Su nombre antigo parece ser Feuthyia, ela que lega» (en el ‘momenta de daraluz), Aparece representaca muchas veces, si bien como figura secundaria, en escenas de parto. Al- suinas veces se escinde en dos o tres Hits, diosas del naci- miento, Diosaantigua, de origen minorasiatico, es Hécate, queen algunos aspectos coincide con Artemis, Es ladiosa de as en- crucijadas y de loseaminos: Enodia o wcarsineray. Lleva en as manos antorchas y va de noche, por los espacios soit rios, terrorifica, seguida por un tropel de perros aulladores. ‘a nvocan las brujas de Tesalia en sus conjuros, y esta aso- ddr, Zeus Crbnida lesconceié vida moradalgosdelositumanosen Tosconfinesdelatera.Asiquedsoshaitan con airuo exento de pe- ‘ses en is sas de os Bienaventrades, a ila del Oceano de pro- findos remolinos Flies heroes alosque dulcecosecha, oreiente Ares vecesal a, esc tiera fecunda ejosce os Inmoaes. Rein sobecllos Crono, Porqueel mismo Padrede loshombres yiioses libro, y ahora porsiempre mantiene su gloria allicomo justo, De nuevo Zeus estabecié tr raza de humanosde You liclada sobre ltl tieraslos que ahora vive Tobie pre dono esaryo enirelos hombres de esta quintageneracion sino ‘morie antes haber nacido despucs. Puesia queahors existe esa taza dehierr, (Vi. 156-176.) Mi a newnasy onvos Ya hemos anotado que en el esquema de las edades, la de los héroes representa una pausa brillante en la progresiva decadencia, Bs «ina raza mis justa y més noble» (génos die aidteron kat dreion) que la del Bronce y, por supuesto, que la del Hierro, En esa Edad encaja el poeta el tiempo de las {grandes hazafias miticas celebradas por la épica,Ahi coloca, él tiempo de los héroes familiaresal pueblo griego, los gue= rrerosdel ayer esclarecido por la epopeya, los magninimos aaqueos dehermosasgrebas, alos que Homero yotrosaedos yy rapsodas habfan rememorado en su cantos. En el esque ‘mamiitico dela progresiva degeneracién seabre unespacio para la estirpe heroica, Gomo J P, Vernanthta destacado en ‘un fino anilisis, ef contraste entre los guerretos de la Edad. de Bronce y los héroes es muy expresivo, porque éstos vie- nen a representarel aspecto positivo de la funcién guerte- +4, segin el esquema funcional tripartito (seguin G. Dumé- zil) que ate bajo el texto mitico tal comoloha esteucturado Hesfodo, “Tanto para Homero como para Hesfodo, os héroes perte- necen.a un pasado memorable. Tal yez:n0 demasiado lejanos ‘unas cuanias generaciones, pensaban los poetas e historia lores primeros,separaban los tiempos dela guerras de Te~ ‘bas de raya dela época en que ellos componfan sus rela~ tos, Ninguno de los mortales podia ya compararse a los héroes, Yael viejo Néstor en lalfada (I, 271-272) airma que sninguno delos que ahora viven en la tierra podrfa pelear con aquellos de antafto», La formula que habla de alos de ahora», Hoi-tJn, como muy inferiores a los de antes vale para distanciar también a los héroes, superiores en mucho ‘por su vigor corporal, pero también porla geandeza anim «a, sein dice Ariststeles ‘Como Hesiodo cuenta, a algunosde os héroes les esta re- servado un retiro feliz y eterno en la Islas de los Bienaven- {uradas 0 en los Campos Eliseos, Tal eel caso de Menelao, clesposo de Helena, yerno del gran Zeus. sus eronsnaos 5 Al margen del prestigio conferido por los eantos épicoss los cultos heroicos estuvieron muy difundidos en Grecia y {gozaron de enorme arraigo en sus ariantes locales. Muchas familias nobles pretencifan descender de un famoso héroe,y numerosas ciudades tenfana un glorioso héroe como fun- dador mitico, Asfen el supuesto sepulero de un héroe se le- ‘vantaba un culto local, con susritosy sacrificiosespectficos. Salo Heracles, hérae convertido en dios por su singular ¢s- fuerzo y mérito,carecia de una tumba propia, aunque en el ‘monte Eta se venerara el lngar en el que se levanté la pira en queardidsu cuerpo. Hesiodo alude ya a que los hombres de la raza de Oro se habban transformado, su muerte, en datmones, especie de espititus o genios, o divinidades inferiores, que vagan ob- servadores'y henéficos por la tierra. Los héroes, sequin una concepeidn popular tuvieron un destino parecido, Como espititus de difuntos, fantasmasnocturnos casi siempre, s0- lian aparecerse y manifesta su fantasmal poder en lugates ‘proximos a su tumba, Tener un héroe enterrado cerca era tuna buena proteccién para una ciudad o una tierra, (Ast Eaipo en Colono,) Los cultos estaban en relacién con esa pervivencia de ultratumba. Fl radio de actuscién de un hé- roceera, pues limitado, a partir de su timulo odel santuario local. Ladistincidn entre dafmonesy espfrtusheroicosesta- ‘ba poco clara, (Aunque la categoria de daimon es bastante ‘mésamplia) Por otro lado, ls héroes habjan fondado no solo ciuda- es, sino también fiestas, festivalese insituciones. Ast Me- raclesy’Teseo eran los fundadores de los Juegos Olimpicos y los fstmicos, y de otros cultos y fiestas alos que se asociaba sunombre. Son numerosos los estudios dedicados aos héroesen la ciltara griega =desde os apitulosde |. Burckhardty F. Roh- deal libro ya mencionado de A. Brelich-, En la mitologia friega, los relatos de los héroes ocupan tanto espacio como 46 obs yur vo los de los dioses. Su relacidn conta épica noes caracteristica del repertorio griego, sino general, como sefala G, M. Bow= raensu Heroic Poetry. También a lirica coral ylatragedia se ‘nutzen esencialmente de relatos sobre el destino y las haza- thas deloshéroes. Como dijo Hericlito (frg. 29 DK): «Son los mejores quienes eligen una cosa por encima de todas: gloria impe- tecedera entre los mortales», Esa fama imperecedera, aé= tnaon Klos, es lo que han buscado los héroes, La eleccién Lipicamente heroica es lo que se cuenta de Aquiles: una Vida breve y gloriosa mejor que una existencia larga y 08 ‘cura. F1klf0s, «gloria» es elcorrelato del sonora int ue los héroes apetecen y reclaman. Para los nobles mage ‘inimos esa fimé es sel mayor de los bienes externos,se- suin dice Aristételes en sus Bricas. Por esa timé compiten Jos heroes magniinimos en audaces empresas y por ella arrostran los mayores rieygos y la muerte misma, valero- sos yesforzados. El mismo Sécrates ~personaje bien distanciado deo toldgica- recuerdall eleccién heroiea al escoger su fin, Pre- fiere morit aescaparcon deshonra, como Aquiles, al que Te- cuerda en el trance. De algin modo los héroes resultan ‘ejemplates, por esa magnanimidad y arrojo, a pesar de sus aspectos desmesurados y desu orgullo excesivo. Cada héroe tiene su propia historia y su personalidad, Y tuna carrera heroica més o menos larga: Heracles es el que ‘cuenta con més aventitras; otros son de breve vida, como Proteslao, el primer cafdo en la guerra de Troya, tumbado. por un lanzazo al echarpie tierra. Solo Heracles obtiene la inmortalidad por sus denodados esfuerzos; es el «supethé= t0¢», el primero y el mayor. Pero también Asclepio, hijo de Apolo, se vio realzado, en época posterios, ala condicién dedios, por sus beneficios médicos, Dioniso, hijo de Zeus y luna mortal, posee~a pesar de su origen mixto= ya desde st rnacimiento esa divinidad, “sitions cameos w ‘Delos semidioses, unos tienen a un dios o una diosa en- {re sus progenitores (Heracles, Aquiles, Eneas, ete.) mien- tras que otros tienen un abolengo divino mucho mis leja- no, Talesel caso, entre otro» de Ulises (Oise) y de Edipo. ‘Muchas leyendas heroicas, como ya apunté MI P. Nilsson, parecen tener su centro en alguna ciudad del perioddo micé- nico, como son las de los Pel6pidas en Argos o las de los, Labdacidas de Tebas,o los Minias de Orcémenos. Tebas, Micenas, Tirinto, Pilos, Atenasyy otras antiguas fund: nes micénicas son el hogar de prestigiosos heroes, lo que probablemente indica que las sagas correspondientes se Criginaron en esa época, Algunas de ellas pueden guardar, ‘rasformadosen relatos miticos, elementos de ejanos acon- tecimientos hist6ricos, como es el caso, por ejemplo, dela leyenda de ‘eseo, vencedor del Minotauro terrible, que li- hher6a Atenas de sutributo a Minos, el poderoso soberano deCreta sas leyendas heroicas han sufrido también algunas mo- dificaciones en el curso dela tradici6n, yhan sido utilizadas ‘por la propaganda politica en algunos casos. Ast, por ejem- plo, Tesco, un antiguo héroe jénico, ligado a ritos de ini- Ciacidn, con un curioso repertorio de aventuras y armorios, fue adoptado como héroe nacional de Atenas en tiempo de istrato, En la Teseida, de mediados del siglo ¥), un poeta pico ateniense, oa servicio de esta ciudad, celebt una se- rie de hazafas en las que el joven Teseo habia limpiado de ‘monstruos y bandidos el camino de la Argélide a Atenas, cmulando, en una serie mésbrevey en un espacio mas reda- ido, las hazafas de Heracles, un héroe adoptado por los dorios. tra saga con numerosas variantes, influida por la tradi- ‘ign literaria secular es a referida a Helena, que en sparta recibia culto como una antigua diosa local, Bl lirico Estest- coro (siglo vi) modificé la leyenda en su Palinodta, al contar que Helena no habialllegado. Troya en lanave de Paris, sino 1 nouns rare {que su persona habia sido sustituida poriun doble, una fala imagen forjada porlos dioses, y por ella lucharon aqueos y troyanos, mientras la verdadera Helena permanecia en Egipto, 10. Héroes mas famosos Resulta imposible ofrecer en el breve espacio que concede Lun trabajo introductorio como! presente un catélogo com- pletode los héroes griegos, aunque fuera sucinto y exquems- tico. Renunciando a tal empefo, intentarécitaralos mas fa ‘mosos, los que han trascendido el prestigio local de sus ‘orfgenes.Son los grandes héroescantados por la épicayal~ dios por los liricos y evacados en las tragedias. La saga he- roica que, en un comienzo, fue oral y tuvo sus centros geo- {gificos precisos, ha sido luego difundida por literatura, ‘Aunque hay que recordar que el introductor dela cultura ‘yel progreso humano, el inventor de as téhinai de metal y del fuego,es un Titan -un dios yno un héroe- Prometeo, se atribuian a algunos héroes aportaciones culturales singula- res, (Asia Triptélemo el cultivo de los cereales y especial- ‘mente del trigo, aquetlola invencién delarado, a Foroneo Ia invencidn del fuego ~en eompetencia o vatiante de Pro ‘meleo~,a Palamedes algunos juegoss ete.) Podemos consi derar también héroes civilizadores a aquellos que exten- dlieton los caminos por donde podian avanzar después los hombres, los que yencieron y eliminaron alos monstrwos, los que abrieron nuevas rutas-en el horizonte desconocido, Ww 150 1 auras yorivos Son figuras como Heracles, Jasin, Tesea , mis moderno, Ulis De un lado estén e505 héroes -solitarias o acompanados por uno ovarios camaradas de aventura= y porotrolos cau dillos guerteros, los quelucharon en las batalla ylos asedios | en torno a una ciudad amocallada como Tebas 0 Troya Hé- 08s como Agamendn, Aquiles, Adrasto, Polinices, Tideo, Alemedn, ete. Los primeros se enfrentan contra monstruos ‘remendos: dragones y fieras diversas, mientras que los se- _gundos son jefes de tropas, que combaten segin las reglasde Jatéctica belia, bien armadosy en peleasindividuales, due- losde lanza y escusdo. Estos segundos son mas recientes. Es {cil hacer esa cistinef6n en abstracto, En la préctica puede un héroe serdeuno y otro grupo, como Tesco © Ulises. Laluicha contra el monstruo que guarda tn lugar o.un te- ‘oro es un tema mitico repetido en muchas mitologias. El hhéroe fundador debe climinar al dragon tenebroso que pre- vviamente lo octpa con todo su tremendo poder. No es une lucha espeetficamente heroica, ya que también a.un dios le puede tocar el mismo papel. Asi, porejemplo, en Delfos es Apolo quien dio muerteen combate al terrible dragon -una dragon para ser-més exactos~ que cominabs el encarama- do valle, para fundar hiegoallisu propio santuario. En Beo- cia Cadmo debe dar muerte al dragon, hijo del dios Ares, que guardaba el paso, para fundar ali la ciudad de Tebas, Camo plants luego los dientes del monstruo para obtener dela tierra una eosecha de guerrerosautdctonos, los prime- 105 Espartos (Sparioi = oplantados»).. tras veces a lucha contra el dragon es para obtener la ‘mano de una princess -asf Perseo reseata a Andrémeda, ofrecida como victima propiciatoria al gran monsteuo ma- Fino, para conquistarun tesoro -Jas6n, ayudado por Me- dea, se enfrenta al dragén que guarda el vellocino en la Colquide-,0 bien paralliberara su gente de un astimoso tri- bbuto -asi Tesco penetra en ellaberinto de Creta para aniqui- a No KS HHS 151 aval Minotauro-. A veces elhéroe cuenta con algin auxiliar ‘nidgico para su empresa: asf Belerofonte ataca laespantosa Quimeramontada en si alado Pegaso, El mito més semejanie a un cuento matavilloso, un Mair= chen tipieo, con sus ingredientes fantasticos, es el de Perseo, «el matador de la Gorgona Medusa, Nacido de Danae y de Zeus (que lleg6 hasta Inencertada princesa en forma de Ii- ‘f0) tas haber escapado cel mar (adoncdle sw abuelo Acrsio, rey de Argos, lo habia arrojado con sti madre en un area claveteada) el hévoe se dirige ala aventura lejana eim- posible. Como aurxiliares magicos le protegen Atenea, Her~ mesy las Ninfas, Le ofrecen para su viaje unas sandalias con alas, un easco que hace invisible a su portador, una hoz de acero y un zurtén para guardar la cabeza de la Gorgona, Para legar hasta ela, Perseo debe informarse de camino, e interroga las tres Grayas,situadas en os confines del AUas: {esroba su tinico diente para hacerlesrevelarelsccreto pars- eto de las terribles diosas. Luego con sus apoyos mndgicos ilegahastacl remotorefugio de las Gorgonas y, protegiéndo- secon su escudo de la mirada petrificante de Medusa, diti= ido por Atenea, le rebana el pescuezo. ¥ escapa dela perse~ Cucién de as otras dos hermanas mediante el casco que lo hace invisible, Mas alli mata al terrible dragon marino que asediaba el reino de los padres de Andrémeda y salva a ka princesa, con ln que se desposs. Vuelve a Sérifosa rescatara su madre del acoso de Potidectes, a quien convierte en pie- dra, con todos sus cortesanos, con s6lo sacar del zurt6n la cabeza de Medusa, Algo semejante ya habfa hecho con el gi- ante Atlas, que intentara asaltarle, Después devolvi6 alos dioses Ios abjetos maravillosos,y distruté del trono de Ar- fg0sy/del final feliz I mito de Perseo contiene dentro de una secuencia ar- quetipica muchos de los ingredientes del éuento maravillo~ 50, Fl protagonista, porotro lado, cumple los requisitos del ~ haéroe mitico: sa nacimiento mismo se ajusta ala pauta he- 132 1 ours Honvon roica (estudiada por O, Rank), y su carrera oftece los epi ssodios mas habituales de esa aventura fabulosa, iniidtica y ). En la Hide compitis en la carrera de carros con Enomao, que ofrecia la manos de su hija y su reino a quien Jograra vencerle. Con la ayuda del cochero del rey, Mittilo, Pélope consigui6 a victoria, mientrasque Enémaoal fallar~ eun eje desu carro, murid en a carrera. Luego Pélope des- ‘posé a Hipodamia, la joven princesa, y eliminé a Mirtilo, que al morirlo maldijo,aély asus descendientes, ‘Varioshijos tuvo el matrimonio. {nstigados porst madre, fos dos mayores, Atreo y Tiestes, mataron a suhermano Cri- sipo, el prefetido desu padre. Tuvieron que exiliarse en Mi- ‘nas. Alli pretendicron ambos el trono de Micenas, Des- ‘pués de unas mutuas aiiagazas en las qui interviene Ia apuesta sobre un carnero de oro, regalo de Hermes, y el adulterio de Aérope, a esposa de Atteo, con su cunado, yla detencidn del sol en su curso celeste~ fue Atreo quien logrs hhacerse con el poder real. Luego cometid una horrible ven- ‘ganz le sirvi6 a su hermano Testes en un banquete la car- nnede sus propioshijos(losde Tiestes), Después del festin re- ‘el6 al aerrorizado padre lo que habia devorado, Testes se alejé maldiciendoasuhermano. Para cumplir esa venganza,siguiendo un oréculo, Tiestes cengendr6 en su propia hija, Pelopia, a Egisto, que con el tiempo acabarfa con el primogénito de Atreo, Agamendn. De los Atridas éste fue el heredero del reino de Micenas, ‘mientras su hermano Menelao, al casarse con Helena hi del espartiata Tindreo, reinaba en Esparta. Tras el rapto de Helena, ambos marcharon contra ‘Troya, Para asegurar la 158 1 noveasy worn navegaci6n hacia el Asia, Agamendn sacrificé en Aulidea su jas Ifigenia, ¥ estuvo ausente durante los diez afios de la ‘guerra famosa, En Micenas Clitemnestra, esposa de Agamendn, irritada por el sacrificio de su hijayy mujer de cardcter apasionado, traicions al ausente con su primo Egisto. ¥ al regresar Aga- menén, vencedor y destructor de Troya, lo asesind ~junto con su cautiva Casandra, la profetisa hija de Priamo=. Los hijosde Agamenén, Orestes y Electra, unos anos despues, se encargaron de vengar a su padre, matandoa su madre. EL dios Apolo yla prudente Atenea aprobaron el matricidio, Eljoven Orestes, después de matara su madre ya Fgisto, fue perseguido por las Erinias, pero fue absuelto del crimen de sangre al final, y, después de algunas otras peripecias, se «eas6 con Hermione, la hija de Menclao y de Helena, reinan- do sobre Micenas y Fsparta, (La version de Bsquilo en la Orestiada sitvia la abyolucidn de Orestes en el Aredpago de ‘Atenas, donde Apolo defiende al matricida yel voto de Ate~ nea solventala decisién final.) ‘Tan traigicn como la de los Pel6pidas es la saga de los Lab~ dcidas de"Tebas, Hijo de Libdaco fue Layo que, traicionan- dola amistad de Pélope, rapt6 al adelescente Crisipo y fue ‘maldito por el padre ultrajado, El oraiculo del Delfos advir- tid Layo que se guatdara de tener descendencia, porgue,en {al caso, su hijo le matarfa y se casaria con su propia madre, com la esposa de Layo, Yocasta, Pero el rey de Tebas la dejé encinta una noche, dominade porla pasién olaembriague7, y Yocasta dio luz a Edipo. Por terror al cumplimiento del orécuto, sus padres deci- dieron abandonar al nino en el monte Citerdn para que alli fuera devorado por las fieras. Para inmovilizarlo le traspasa- ron los pies con una fibula, Ast qued6 E:dipo el de los pies hiinehados (Oidi-pous) expuesto en el monte, De allo res- ato wn pastor qui lo entregé alos reyes de Corinto, Pélibo y Mérope, un matrimonio sin hijos que lo adoptaron como es sam 159 ‘suyo, Mas tarde Tidipo fue a consultar al orgculo de Delfos, ‘quelle advirti6 de que mataria a su padre y se casaria con su madre Enunaencrucijada Edipo tuvo un violento encuentro con tun desconocido. Lo mats en la reyerta: era el tebano Layo, per elenigmade in espantosa Esfinge queasolaba laregivn, ‘Alyencer al monstruo, obtuvo en premio la mano dela rei- no, viudla de Layo. Asi Fdipo realiz6 la profecia delta, Segiin la version tragica mas notable (lade Sofoclesen su Feipo rey), no fue sino muchos anos después cuando el ya venerado rey de Tebay descubric la verdadera historia de su ascendencia y sus erimenes. Ya entonces habia tenido con su madre y esposa euatto hijos: Etéocles, Polinices, Antigo- nae Ismene. Abrumado por esa conciencia de su terrible pa- sado, Edipo se exili6 después de arrancarse los ojos, segtin Séocles, y de conocer et suicidio de Yocasta, (Pero los deta- les varian segtin os tragicos,y segiin los mitografos.) Vigndose abandonado por sus hijos mayores, Edipo los maldijo, Etgoclesy Polinices se disputaron el trono, Etéocles logré quedarse con élexpulsandoa su hermano. Quien acu- dia solieitar auxilio al rey de Argos, Adrasto. Se eas6 con tuna hija de éste, ys com la ayuda de su suegro, prepard una expedicién armada contra Tebas. Es la lamada expedici6n dels Siete -por el nimero de los causlllosargivos que em- preadieron elasedio dela ciudadela de las siete pucrtas-.En [a batalla perecieron los dos hijos de Bdipo, enftentados en tun duelo fratricida. (Laciudad se salvé cle la destruccién, ya que vencieron los tebanos y slo uno de los Siete salié con Vid: Adrasto, que poseia un caballo prodigioso, Ari6n.) Tntent6 Antigona, contra las érdenes del nuevo regente, enterrar a Polinices, y Fue condenada a muerte por Greonte. Enterrada en vida, Antigona se suicidé, Con ella muri sa prometida Hemén, hijo de Creonte; yl suicidio de Hemén incitdasu madre suicidarse también en el palacio. 160, 1 aay Seqyin a leyenda, Edipo acabé sus das en Colono, unaal- dea de Atica,y ali, acogido por el rey Teseo, quiso dejar su sepultura, como un favorable augurio para laciudad. Edipo cel mayor ejemplo de un destino trigico. Queda en pie, sin ‘embargo, elintertogante sobresu responsabilidad eri los su- ‘ces0s que lo determinan, zFsacaso la fatalidad la queha pte- fijado la oseura cadena de muertes? No es el héroe con su voluntad quien se abre un eamino hacia lalvz-yla memoriaé Estehéroe quetratade esquivarlafatica profecia y que, sin saberlo, comete los dos mayores crimenes, el parricidio y el incesto, es -en la version trdgica- un hombre inovente y un rey justo, un syranmos que quiere salvar a su ciudad, que no puede escapacra su destino. Esinnegableen cualquier caso la sgrandeza de Edipo, en la bisqueda dela verdad y en el dolor Ese héroe trigico por excelencia. Hiay ottos héroes de trigico destino. Entre aquellos cuya leyenda puededar argumentos abuenastragedias, Aristteles citajuntoa ipo, Tiestesy Orestes—a Alemesny Meleagroy ‘Télefo™, ¥ hay mas (Penteo, Ayax, Filoctetes, et.), Pero ‘quisiera ya concluir este incompleto catslogo nombrando & unhéroe distinto deestos jévenes guetreros y monatcas vio~ Jentos, Un héroe muy diferente y con otras vietdes yprest gioste tracio Orfeo, E1 hijo del rey tracio Eagro y de la musa Caliope, Orfeo, cera un maravilloso cantos al son dela tara (que él habria inventado, 0 ala que habia afadido dos cuerdas), Con sus dulces cantos atzaia a los animales del bosque, reunidos en pacifico corro, amansando alas fieras, y conmoviendo a los mismosadrboles alas penas, Figaré entre los héroes que se ‘eanbarcaron en le Argo calmando las tempestades y derro- tando en el encuentro alascantoras Sirenas con su melodica Se casé con Burfdice, que murid al ser mordida por ana serpiente escondida entre la hierba. Orfeo la lloré y fue al Hades arescatara,logeando hechizar con su lira los treme is as ramos 151 bbundos guardianes del reducto infernal, Hades accedi a de- ‘yolvérsela, con la condicién de que no se volviera a miratka hhasta transponer el umbral de sus dominios. Orfeo, amoro- so y desconfiado, se volvié a mirar a Furfdice antes de fran- ‘quearlo, y su esposa tuvo que permanecer en el mundo de las sombras, adonde Eermesla recondujo de nuevo. Orfeo difundia ciertos cultos mistéricos en ‘Tracia, admi- tiendo sélo aloshombres, despreciando a todas las mujeres. Por ello las tracias, incitadas acaso por Dioniso 0 por Afto- dita, se lanzaron furiosas contra él y lo descuartizaron. ‘Arrojaron su cabeza y su lia al fo Hebro, que las transport hasta la ila de Lesbos, afamada por a dulzura de sus poetas liricos. A Orfeo sele atribuian doctrinas sobre la vida en el ‘Mis Alldylasecta detos lamados 6rficos sell con su nom- bre toda una teologia y una ética de singular alcance y fasci racion, 1, Interpretaciones de los mitos: el alegorismo y el evemerismo Gon los primeros fildsofos aparece en Grecia Ia criti ‘ito como forma de explicar el mundo, Desde un. con larazén, un fundamento y unas causas alos mismos fend~ menos queel mito daba como producidos porlos seresdivinos ‘yheroicos de tiempos lejanos. Frente ala narracidn mitica ‘sobre el origen del mundo y de las cosas, ahora los fil6sofos plantean la pregunta por Ja verdad de un modo radical, ¥ ‘ste poner en cuesti6n todo el munclo mitico supone un en frentamiento ala tradicién. En gricgo la palabra que signiti- x everdad» es aldtheia, que significa etimoldgicamente sdesvelamiento»,o negacién de a létheu solvidov delo re «desde sus comienzos, la filosofia se plantea como una tarea "critica. Ese sentimiento de desconfianza en as explicaciones ‘tradicionales, que es caracteristico de los pensadores dels: "glo via.C,, de un Jen6faneso un Heréclito, upone un techa- ‘0 de lo mitico, Es decir que, cuando Tales de Mileto dice "queeel origen y principio fundamental de todo es el agua, ya ‘ests negando cualquier mythos sobre el arché casmico que ~ no sca un elemento natural. Con una respuesta de ese tipo, 165, 166 notations ‘queda ya en entredicho el relato sobre los dioses primige- nios, sean Urano y Gea, ol prolifico Océano. Fl enfrentamiento entre el mythos yellégos no es momen tineo, sino que mas bien podemos verlo como una larga contienda en la que el mito va cediendo el terreno, con una cierta displicencia, esfumindose ante las luces de la ilustra- ion. La marcha del mito al logos (segxin un famoso libro de ‘W. Nestle: Vont Mythos zum Logos™) no es una peripecia ca~ tastrfica, sino un progresivo avance de la observacion y la reflexién como bases de la explicacién racional del mundo, sobre las cuales|a especulacidn filosoficaconstruyesu inter- pretacién. Lahistoria del pensamiento griego ha sido bien estudi dadescie esta perspectiva, Cualquier manual dela historia de la filosofia antigua recoge lo esencial de este proceso. Junto al ya citado W. Nestle, podriamos recordar estudios importantes de Cornford, Untersteiner, Fraenkel, Jaeger, Burnet, Gigon y otros, que nos han comentado con aguce- zay hondura cémo la flosofia a0 supuso un bruseo corte ena cultura helénica, sino un progresivo avance de la in- ‘quisicién racional sobre terrenos antes dominaclos por los mitos, Pero en las mismas explicaciones miticas habia ya algunos puntos que facilitaban ese avance critico, Pense- ‘mos, por ejemplo enllos intentos de un orden en el proceso ‘cosmogénico descrito por Hesfodo, Frente aotras mitolo- gias lahelénica esta singularmente bien ordenada y desta- a por su seneillez y su referencia @ asuntos familiares, como G, S. Kitk ha destacado, El amplio margen de liber- tad critica existente en Ia sociedad griega al respecto de la religidn favorecid ese avance critica, (Aungue hubiera al- sguin que otro enfrentamiento grave, como cuando Anaxa- goras fue condlenado en Atenas por sastener que el sol era ‘una enorme roca candente suspendida en el velo, ocuan- do Séerates fue ajusticiado tras un proceso de impiedad espectacular.) 1 ISTIMRETACIONESDLOSBITON x ALEGORSUD YELFWERNENO 167 Es claro que en cuanto sel plantea al mito la cuestién dela veracidad de lo que narra, no puede dar razén de ello. ‘Dar razén de acuerdo con los datos reales es algo propio del logos. En cuanto se plantean dudas sobre su veracidad los mitos se encuentran en una posieidn debil, ycomo ereencias tienen una dudosa vigencia, La cuestion de hasta qué punto ‘refan los griegos en sus mitos es bastante complejas In res- ‘puesta varia mucho segtin la época.y el nivel intelectual y el tipode mitos. P.Veyne, que selaha planteado en un brillante libro, reconoce que sf, pero a grandes rasgos y partiendo del hecho de que el ereer no es unacto simple. Ortega, en su Ideas,ycreencias, ina, pensamos, en sefalar que en las cre- ‘encias se esta instalado, y que es slo cuando éstas se ponen ‘en cuestién cuando surgen las ideas como nuevos insteu- ‘mentos para aprehenclerlarealidaci cuestionad: Pienso que el progresarde ia filosofia en Grecia puede en- focarse con aytida de ese exquema. A medida que tos mitas, como creencias van siendo sometidos a critica, yan cediendo su Tugar a los razonamientos y las ideas. Por otro lado, all «onde no llegan las ideas 0 los razonamientos siguen insta- andose los mitos. Asi, por ejemplo, cuando Platén quiere hhablarnos de la vida del alma inmortal tras la muerte ha de recurrira un mito (que, como hemos dicho, es una recrea- «id platénica sobre una pauta tradicional) ‘Ahoraquisiéramoy no insistir sobre este enfrentamiento, ‘ino tan solo enfocar un aspecto del mismo: como se reha bilita el mito ante los embates de la explicacidn racional, Para algunos lustrados, como lo eran los sofistas, los mitos aparecen como reliquias fabulosas de un pasado ignorante, ‘que explicaba el mundo de un modo fantéstico e infantil, 0 bien como mentiras y patranas urdidas para engano de las ‘gentes. Ante el tribunal de larazén los mitosquedaban con- denados como no veraces, como sficciones de los anti _guos»,plasmata :0n protéron, podriamos decir con una ex- jpresiGn de Jendfanes, Jenéfanes fue el primero en atacar la 168 1 eeiRrRercios tecologia mitica de Homero, con sus dioses antropomér cos, violentos ¢ sinmorales», Es decir, unos dioses inadmi- sibles desde las exigencias critieas del pensadorilustrado delsiglo via.c. Yes probablemente frente a ese ataque cuando surge ka teoria alegsrica, que goraré nego ce gran aceptacisn por fi- losofos posteriores (en algunos sofistas, en los estoicos, yen los neoplaténicos). Le teorta alegorica, un intento por salva- guardar la leccin veridica de los mitos, sélo en apariencia «escandalosos, es tambien un signo della iustracion, ya que parte deaceptar que el lenguaje del razonamiento es el nor- ‘mal y que los mitos se expresan en otro enguaje, secundario ‘ypodtice, quehay que traduciral cédigo dellogos para com prenderlo en toda su hondura y valot. El primer alegorista fue Teagenesde Regio, un sagor comentador de Homero, del siglo via.C. (Sudoctrina esté expuesta en un escolio al Iia- du XX.67, en unaccita breve, pero muy jugosa.) Flescolio Bal itado pasaje dela ifada dice ast ta enseianza acerca de los diosesgeneralmente 07a lo violento y sun loinmoral. Pues yal Porfirio?) seniala que losmitos de los dioses son escandalosos, Frente ataluici, algunos buscan trasia ‘pariencia de sufgura verbal una soluciénaladfculag en ncreen- cia de que todo esti dicho alegérieamenie de ka oaturaleza de los clementos asi seria, por ejemplo, ewando se habla de os encuen- ‘ros hostiles de los dioses,Sealan «ue también lo seco combate contra himedo ylo cide conlo fro, yloligero contra lo pesa- do, Tarbes el agua ienelafacultad de apagar el fuego, yl foeyo Jae secar el au Vasisubyaceentcelos varios elementos, de los {quese compos el universomundo, un oposieén, yen parte sub- yace ésa también al proceso desu destruscidn, Pero el conjunto Permanteceen|a eternidad. Asi gueel poe's[Homero] permiteque tenga Lagat ls batalles [entre doses] y nombra al fuego Apolo y Melos, y también Hefesto; ya agua Poseidon y Escamandro; ale Juma Artemis a aire Hera, ee, De manera pacecida da é, por lado, nombres dioses alas faciliadesy propiedadesespritual asiliceen har dela inteligencia Aenea, en verde snraz6 L OERIRENGOWSOELESNETDK HL ALOT HLAVENNE 69 rd pan finn pr de ass Hess te mode de xpleaclon [del poss bomncol et muy antigo; o- tied api de Tedgenes de Regio qe fueel primero ne birastacbreHomete Podemos figuracnos como surgi esta delensa poetica de ‘Homero, que ecurrea lateoriade quel seexpresabaalegs- ricanwente, Alegorfa es, elimolégicamente, wotro hablat>s es decir, una expresion figurada, cifrada, metaforica. El co- ‘mentador salva la verdad profuunda del mensaje homéri- co, que puede traducirse asentencias como las de los fildso- 05 (la oposicisn de los elementos naturales, tan destacada por Hericlito y otros presocraticos, esta bajo la alegoria de os combates entre dioses en la liad). Dando por aceptado ‘que las nacraciones miticas son escandalasas (ante el canon etica de la moralidad convencional, civica y cotidiana), se intenta justficar la sabidura del poeta alegando que se ex- presaba de un modo criptico, mediante un eddigo postico. Con tal enguaje alude y revela los entendidos verdades profundas ocultas tras un velo de metiforas, tras un ropaje tembellecido por imigenes plasticas. La tworfa alegorica goz6 de un enorme éxito en el mundo ‘antiguo y ha perdurado en variadas €pocas, con algunos Iiatices nuevos, Yalos estoicos se sirvieron deeelia contealos ‘escépticos y los epicireos, en un intento de rescatar la doc- religiosa de los mitos venerables, y los neoplaténicos icieron algo parecido frente alos cristianos (que no que- riannegorla existencia delos dioses paganos, sino ante todo destacarsu inmoralidad escan dalosa); mastardelos gn6: os recurtieron a la hermenéutica slegérica para expresar luna concepcién semifiloséfica del universo, envolviendo sus doctrinas en relatos metafricos y fantisticos, al modo de-los antiguos mitos. Fundada en el principio de la alegoria se despliega una sutl hermenéutica que busca el sentida simblico de as figuras ylos actos narrados en el mito para 170 vn mvapeeracions traducirloen un plano mésabstracto, Astel mito queda tocomounlenguaje ciftado que cela un saber profundo que hay que interpretar y descifrar. Frente al modo ligico de ex- presarse, cabe una alternativa, la del mito como lenguaje criptico, cuya hondura espiritwal requiere tal vez esa forma figurada de expresién posticay religios No se discute, pues, que el modo ldgico sea el vilido para a comunicacién habitual, sino que se alega, en defensa de losmitas, que ese lenguaje mitico posee un oblige propio y ‘unas referencias cifradas, que los sabios saben encontrar y rastrear.E mito dice verdades profiindas, ntuiciones extraor= dinarias, que,con una notable pérdida desu vigor postico y su plasticidad espiritual, los entendidos pueden traduciral lenguajemostrenco y normal dela expresidn ligica, Losmi- tos, para ser entendidos, requieren tina exégesis que expri- ima todo elsentido desu forma alegsrica. Elempleo del métoclo alegorico ena interpretacion de los iitos permite descubrie tras su ingenua y escandalosa apa- riencia mensajes con senticos profundos y dealcasice filos6- fico, Pero, en la interpretacion de alguiios alegoristas, esa traduceidn de los mitosaboca a resultados dena asombro~ satrivialidad, Ast, pr ejemplo en las Historias increibles de Palefato, un mediocre eseritor del siglo Wa.C, se nos da uma ‘yersi6n «racionalizaday delos mitos, quenos sorprende por lo anecdética y facilona. De este Palétato no tenemos datos. personales. Como sefiala W. Nestle, 4 lpio teslogo de compromiso ymediaein, ques separa tan- todela réula machedumbre como delos patecido dela memoria e imaginaci¢n de los hombres» En su supervivencia os dioses antiguos fueron conociclos de los autores medievales, es verdad, y en ese aspecto no hay tuna ruptura entre la cultura dela Bs)a Edad Media y el Rena- cimiento, Seznec apoya su tesiscon un esfterzo erudito con- siderable, Sin embargo, el enfasis con el que se recobra en el Renacimiento lamitologia tiene mucho de singular: Nosélo porqueaquilos antiguosdioses recobran sus figuras, queen In Edad Media habian ocultado bajo disfraces diversos y es trambéticos,sino pola intensidad vital con la que ahora se Jes invoca, con un sentimiento que es muy distinto alo me- dioval, ‘Lacultura humanistica renaseatista fue riguisims en experienelas -miticas.Esceibe con raz6n Kerényi que, en la pintura de Boticell, sobreli Primavera, ehay al menos tara micologiavivacomo cuan> {a pueda haber en el Hinmo homérico a Afrodiva, traducid por Marsilo Fcino ytranscrito en las Stanze de Poliziano», Mas pr samente esta excepcional riqueza de epifunfas micas y esa singu> Jary apasionad cisponibilidad w acogerlas mantuvieron al hums nisiio renacentistaalejado dela wciencia del mitor,o sea,deaguella aclvidad extica que indaga en tntuinos acionales elorigen, la for 2 Lapmovacti e494 FL AINsciMNTO 18s acid la historia ys valores delos mitos, encontrando en suri -gorracionalista una compensicién ala nostalgia por la pérdida de ‘telacin directa con las figuras miticas.Enten dia ast, la wciencia del mito» es propia de¢pocas yculturas pobresen genuinarnitolo= sla, yn0 debe, por tanto resultarextrania su escasa presencia en el Renacimientos'®, Hasta qué punto pueda percibirse como una experiencia initica propia lade revivir ese repertorio mitico prestado, que ha perdido sus ra(ces en In religiosidad dela época,y que se oponea la piedad coticiana, es deci, ala eligiosidad cris- tiana de los siglos xv y xv, es algo dificil de precisa: Si el ‘ito iene ser, como ha subrayaclo Malinowski, wen su for- ma profunda y esponténea, no una explicacion aprendida, sino una realidad vividay, esta claro que toda esta mitologia, ‘que se recobraba en un contexto historico tan distinto‘a su fondo originario, na podia funcionar como tal, sino como tuna mitologia secundaria, La tecuperacién de fos mitos paganos slo pudo hacerse desde una perspectiva escobistica y culta, su reaviva 10, en tales condiciones, fue un irdnico evocar las imagenes de os dioses perdidos, aunque la evocacidn se revistiera de ‘pomposa ceremonia, La ereencia en tal mitologia fue iréni- «3,0 que no quiere decir que fuera siempre desapasionada ‘que no hubiera tras ta docta feciin mucho de vivaz.Justa- ‘mente eso es lo singular en el Renacimiento; como artistas y ‘poetas acertarona insuflar un hit joven yun gozo tal en la seduccidn de as figuras de antiguosdioses, a experiencia mitica resulta aqui més estética que reli= ‘goss, cierto, ¥ es menos colectiva que propia del artista. eto, aun asf, hay en ella chispas de religiosidad y de popu- Tatidad. Las teorias sobre el mito como alegoria 0 como deformacién de unos hechos o personajes de antafo dees- pecial grandeza, de acuerdo con la tesis de Evémero, perda- ‘Taron en ls Edad Media y en el Renacimiento, Pero, junto con la admiracién por todo el mundo grecolatino, en esta 7 ta, aurareAcrons poca se recobra una notable simpatla —sympdtheia~ hacia Jamitologi, y eso nos parece lo caracteristico de esa rectpe= én nostilgieaa veces ysimbdlica siempre. Hay, como in- jcaremos, un cierto eclecticismo al mezclar motivos helé- nicos con otros cristianos, e incluso en la manera de ver y sentirlos mito Con todo, esa comprensién y afinidad estética y senti- mental no es un mero areafsmo, ni se contenta con el apren- dizaje escolar y la reproduccidn de las historias antiguas, ‘sino que se prolonga en un mitologizar activo, segiin las pautas de la conformacién clisiea, para la recreacién de nuevas historias y leyendas épicas y elegiacas. Fsto yalo se- ‘ul J-Bucekhard: “2 irorociacasca ea cane 187 ‘Balbo, la prediciones de Manto, la hija de Tiresias, sobre el na ‘niento del nino Mincio, la fandacidn de Manta y la gloria futur de Virgilio, que macerd dels unién de Mincio eon lanintade Andes, Maya. Sobre estebellorocoed humanista, Bemba logre hermosos. Versos y, al final una inyocacién a Virgilio que cualquier poeta puede envidiarle™, Sigue Burckhardt citando otros ejemplos. Entre ellos ese mis interesante el de Sannazaro, que logra una admirable fusidn de elementos cristianos y paganos en su delicada ‘poesia, Pero vamos a recoger lo que parece ya un extremo producto de ese furor mitologizante: el poema de Hercules Strozza sobre la muerte de César Borgia, que es una pieza ‘ocasional de esta retérica, ‘Seoyen las quejas ce Roma, que habia puesto todasu esperanza en JosPapasespanoles, Calixto Illy Alejandro VI,yque, tras ellos, mi aba a César como athiombreprovidencial. E] poeta aproyecha la circunstancia para contar toda la historia del principe hasta el desastre de 1503, Después pre- gunta ala Musa cules fueron en cl momento las decisiones delosdioses,y Erato lecuentalo siguiente:encl Olimpo Pa- las toms partido a favor de los espanoles, Venus por los ita lianos, Ambas diosas se echaron alas rodillas de Jipiter, con To que el jefe de los dioses lasabraz6, calméauna yacotra,y se excusé deno hacer nada porque é era impotente contra el destino hilado por las Parcas, pero las promesas de los dio 5 les dijo, se realizaran por medio del hijo de la casa de Este-Borgia, Después de haber contado las aventuras mara- villosas de las dos familias, firma que no lees posible con- ‘eder a Césarla inmortalidad que tuvo que negar antano a lun Memnén o aun Aguiles, a pesar de intercesiones podero- sas, termina con laafirmacién consoladora de queantes de ‘morir César mataré auin mucha genie en os eampos de ba- “tll, Marte se vapor tanto a Napoles« preparar all ladis- 188 ty nenergcoms cordia y la guerra, mientras que Palas corre a Nepi y alli se aparece a Césarenfermo, bajola apariencia de Alejandro V1, {que tras exhortarle a resignarse y contentarse con la gloria de su nombre, desaparece -Ia diosa pontiical- como un pajaron. {La poesfa que se empena en prolong imitndola, ls an- tiguaépicay lirica grecolatina nos da muchas veces una ci- rosa impresidn de falsa, nos suena vacfa y retrica, adverti- mos enseyuida la parodia y nos parece un tanto edmica por sunire carnavalesco. Nuestra actual sensibilidad tiende a de- sacreditar enseguida esta retdrica, Sin embargo, no debe- mos olvidar que tras ese manto pudo encubrirse un fervor paganizante que, en oposicién ala tradicidn cristiana, de- fendia otros valores, recurriendo para su expresidn a imitar losenredos descritos por Hlomero, aese Olimpo acartonado Co ingenuo, No deja de ser extraio y significative queen este ppoema de consolacién antela muerte, ditigido al hijo de un apa, nose recuercen las promesas trascendentes cle Cristo, sino tan sélo la universal condena de la muerte, la obligada sumisign al destino comin el tinea consuelo dea fama te- En muchos otros poemas y en muchas pinturas lo que advertimos es una fusién de notas paganas y cristianas. Ve- ‘us presta su graciaa una Madonna o una Magdalena, pero asuvezrecibe rasgos dela mater dolorosa!Y Convertida en tuna prictica universal, esta mezcla de elementos se encuen- tra con mucha frecuencia en el arte. Pero, como sefala E,Wind, seria ab urd buscar un misterioen cada imagen hibrida del Rena> imiento, En principio, sin embargo, la costumbreartistica de ex- plorar estas osclaciones y jugar con llas fue sancionada por una. Keorts de la concordancia que descobria un misterio sagrado en la belleaa pagana, instrumento poético al servicio dela ta de esplendor divino'™, 2. UNNHTOLOUIA CLAS HSH SAIS 19 Los mitos, segtin Pico della Mirandola, encubrian bajo su yelo poético un significado mistérico que sélo los sj ‘nds perfectos y clevados consiguen recobrar, yen esta sabi- dlurfa enigmatica coinciden los mitos de la tradicién pagana vylosdela Biblia. Elsentimiento deista o pantefsta que anima la obra de al- sgunos artistas acentuia su simpatia hacia esas figuraciones ‘miticas, tan vilidas como las cristianas al menos en cuanto simbolos den mundo diving trascendente que se refleja en ‘multitud dealegorias y variedad de imagenes. Esta simpatia condluce ala intexpenetracién de motivos paganos antiguos -yoristianos en un clara y pintoresco sincretisimo, Como sefiala Agnes Heller: el crn de Renacimienta se dearollsun cure ico uta Fla ynosolo en sentido deg potas pntrssyesalors = fuera una vor delasrescvas mcs (greeny un trans) en bus de tei lomnaitportantede caso ue quae shel os peorjeadelnnto cs ce tardena esaron tar un praeo entre Honeroy Mois po- nd deel losagpectosenqueambosse ase pes Bode Fozenciaconidernbaigunimente sinbokos de asia BriloyaDavne gras de rato Sdratesinterpreaas Ino mitcaryente) svn progtesmenteunssola Chaves deny ha stadia aguds mente punto culminan de eta Ienden enn obras de Miguel Angel Miguel Angel ett ae Sisnigo als nea de tra Madonta Medics alee tu sila que iar comer simbolo cl Hado aig lust ts eld et rode ientcos Aol festa ento dela composi comounpoderase venga vodios solar”, . : = eee __ Por otra parte ese sentimiento ce simpatia hacia las figu- ‘tas dela mitologta pagana ayuda a expresar nuevos valores, yo el dela belleza del cuerpo humano, esplendoroso en ‘su desnudez, un aspecto que as figuras de los diases anti- venfan a ejem| ar con noble prestancia, oel dela The vn. rermraeraconss ‘Algunos delos mds destacados humanistas florentinos se cexpresaron en el mismo sentido que Pico. Asi Poliziano y Landino, vineulados aa renacida Academia platénica diti- {gida por Marsilio Ficino, Otra ver encontramos aqui el do- ble juego: De hecho los mitos paganossirveton de vehialo al pensamiento filosien del Renacimiento:cuando Lorenzo Valitrats acerca de lie acbitio,siaboiza a presciensa divina por Apote somone jpotencia por jupiter; mis ate, bajo la influencia dela Academia Horentina, Charles de Boueles nsuflard wna neve vida esprit Avijo tema de Frometeo, reinontindoseasy esta ver, «la pura tradicion platsnice, la del Prodagoras. Los simples eruitos y los poets splstnizans asuver en ese sentido ful =Lo) Pero la luz del neoplatoniamo, los homanistasdeseubren en losmitoslgo mis, ue ebass las ideas porales descubren una doctrine! ios nu ensefanzacrstians. [ interpretcion simbolica no permite niaments en efecto, discern Bajo las fleciones ms diversas, yen apariencia menos fedifleanites, tna eleva sabiuria: leva a consata el parentesco fundamental dest sabidurie profane -cuyaenvolturavara, pero «yon preceplos son inmutables-con|a dela Escritura, Del mismo todo que Paton coneuerda con Mo‘sésySScrates «confirmay a Jesis la vou de Homero es la vor de un profetasy os «Magow» de Persia ye igpto, que distal tambien maximassagridas bajo ‘una que se insinuara entre ios humastas a idexen que habla des Sembocado el paganismo declinant,a ser, que todas as religio- hes son equivalenes, y que bajo as diversas formas-—ya sean pue- ‘itso monsrvonas~ se econde une comin verdad, Marsiio Fin se ncina hacia una especie de tefsmo univrsah om el pias tonismma conto evangio™. tos humanistasavanzardn por este peligroso sender stener la universalidad de la alegoria en cualquier ‘manifestacién religiosa. La expresidn mas abierta de esto se encuentra en una confidenciaepistolar de Mutianus Rufusa tun amigo, bien recogida por Seznec: 2 JAMITOLOGIA Asean 193 st ons des eta Sedma a una er roin Ippo Apo ora Chr Luna Cen reserpine Teles Ar Stine ei Sth anna ou Gin poner ntact etalon Seven bata dn abana nisin, taegets bldaesinesperaa de concliscin ene Biba ya Mlolog, Isle ahoranconfunditenhaaelpuntodenoacepatyeldeg. Daciano seen et koaleoric, 4 buen adage Apichloconini ingenonenle presto alas sachs dicionales: los doctos, mils insicuidos, sabrda discernir en ellas, om ec ppanian ainewileconcesdnala aula nels habia abierto posi- __Livalegoriasirve para justficar a presencia de miltiples maigenes pagonas, como las que decoran, por ejemplo, los apartamentos de la abadesa del monasterio de San Pablo en Parma, pintados por Correggio: Diana cazaidora, amorcillos en tropel, Adonis, Juno desnuda y colgada segiin el castigo que cuenta Homero (11.XV 18 y ss). Imigenes que,a pris mera vista, no parecen las mas propias de un monasterio de ‘moajas. Incluso después del Concilio de Trento, cuando la Alegoria tiene que explicitarse con mayor claridad, pero si- {tue sienddo un medio muy socorrido para evita la censura y dar inocencia al uso de imagenes paganaso relatos antiguos detonolicencioso, ‘Un ejemplo famoso fo representa la inscripeidn grabada nla basede la famosa Dafne esculpila por Bernini Quisyuis amanssequieu fuitivae eaudiaformae Jrondemanusimplet,baccas-seu carpitamaras, Los versos son del cardenal Barberini -mas tarde Urba- ‘YIIL-, que los improvis6 para «remediar» los encantos turbadores dea ninfa y para apaciguarlos escrupulos del cardenal des : 2 purdis™, 14 a avarcionts (Otras variantes del mismo mito explicado: «Febo aspica ale vana gloria del mundo, que es Dafness «Dafne es un alia perseguida pore diablo y salvada por la plegariav; «la Ihuida es el medio més seguro para escapar alas tentacio- nes.) La interpretacidn alegorica encontré un gran foco en la Florencia de fines del siglo xv, donde es comentada por hu- ‘manistas de enorme prestigio, reavivada por poetas como Poliriano, y reaflora en a pintura de Botticelli, de Rafael, de ‘Ticiano y de Giorgione, Pero, sin dda, es justo reconocer ‘queyala Edad Media habia avanzado poreste camino, La obra mas importante del Medievo al respecto es la del Mythographus 11), el repertorio compuesto por Alexander Neckham, que muri hacia 1217, y que merece ser conside- rada como ja titima Summa mitogratica medieval. El mis- mo Petrarea se servira de ella para sui poema Africa. Ahora bien, como sefiala Panofsky una seriede textos anteriores a Petrarca avanzaron en la moralizacién de los mitos, Ast el Fulgentits Metaforals de John Ridevall, las Moralitates de Robert Waleott, los Gesta Romanori, el Ovide Moralisé francés y sobre todo el Ovidio moralizado, que redacts en latin Pierre Bersuie hacks 1340, precedieron a vasta compila~ ‘i6n miticade la Genealogia deorum en laque Boccaccio pa- ‘aba revista a todo un amplio material mitolégieo, tratando deavancar hacia sus fuentesantigias {La Genealogéa de fs dioses de Boccaccio significa un paso hacia la actitud renacentista, porsu respeto ala Antighiedad clasica y suafin erudito, mas poético que teoldgien, in este amplio compendio culmina el saber enciclopédico medic val, La idea de partida y su concepeién son medievales.Tra- tar de reducir la mitologfa cldsica a un sistema y vincular cada figura, dios o héroe, al fundadorde una raza o.casta no- ble scala a Roceaecio como un hijo del Medievo. Obra de tencargo, a peticiin del rey de Chipre, Hugo, le ocupé al es- ‘itor veinticinco anos de su vida. Las emprendié a media 2. Autor 464 1 ness 195 dos del siglo xv e influyé mucho durante unos doscientos anos. Solo a mediados del siglo xv1 encontraré sucesidn y ‘competenciaen as obras de LG. Giraldi, Natale Conti y Vi- ‘cenzo Carta, tan estimados por los esritores del Bartoco. La Geneatogia deorum de Boccaccio concluye con un elo- io dela poesia Lapoesia |] esun ardiente anhelo de descubtimientos insslitos, [Ls] Procededelseno de Dios ya pocos es concedida [| Sublimes Sonos frutos de ee ardor: menicesesiente arrastrada porn de> se0 de expresarse, de halla iivenciones peregrinas e insta, de ‘omponetlas segun un orden preciso, de adornarhas en an ntevo ontexto depalabrasy oraciones, de disimularsu verdad con bellas Fabulos Con una exaltacién dela poesia comienza su libro De labo- ribus Herculis (1406) Collucio Salutati (1456), que ve la poe- sig como un himno que conflererasgosdivinosa lashazanas delos héroes, Para ambos ia interpretacién alegorica sigue siendo esencial. Pero hay algo mas en su defensa dela poesia, que canta sub corte fabularum la grandeza de los dioses y Jos heroes antiguos. (Basta comparar el libro de Enrique de Villena fos doze trabujos de Hercules {1417} con el del eanci- et florentino para advertir queel primeroes un estudio me- dieval,y queen el segundo apunta un airenuevo,) La teologia poetica de que hablaba Pico, el neoplatonisino de Ficino, las alegorfas de Poliziano, todo concordaba en ese sentimiento deadmiracién yentusiasmo, tras iba despareciendo la vieja eoncepcién dela rea lidad y Norectan las humanae disciplinaey as «ciencias nue- ‘yas los artistas redescubrian la antigua funcisn delos mitos ‘yrestauraban su sentido, al tiempo que una conciencia ya ‘maclura redeta Ins visiones «divinas» y las convertia en be- “las fantasfas, para poblar los ilimitadas espacios celestes y “Ilenar con cantos los espacios sobrehumanos del absoluto, para apartar dl temor del corazin de loshombres.Situéndose 196 su oanmesicons rorenima dl build plano de waives hurr au especifico eranlosstudiaiumanitatisy ascien- Cisrevaloriraas.larte leg aserel io enqueel hn bye se reencontraba con el sentido divino dela natoralera y el valor eterno de la vida: otra «teologia poéticar, pero que sta vez empieza acomprender el origeny los limites huma- ‘nosde ss «revelaciones», como explica Evgeni Garin. Fs justo reconlar que el Rena resurteccidin delos dioses dela mitologia pagana, sino que recoge una tradiein medieval. Como sehalé J Seznec en su ‘expléndido libro, sos dioses no resuctaron, porque jamais habian desaparectdo de la memoria y de la imaginacién de Jas hombres, Pevo el problema fundamental, como ba se- italado F. Garin, noes preeisar hasta que punto la tematica mitolégica pervivi en tiempos medievales y qué mayor topio erudito proporciona el Renacimiento, sino que «el problema es este otro: la actitud hacia los dioses antiguos {sigue siendola misma o, acaso,cambia radicalmente la ¥8~ Joracion delas creeneias paganast». ‘Creo que Garin lo senala muy agudamente, cuando dice que ‘Semnec, apesar de sutesistuve que reconocer algo muy importants podian morit fl a,Selabi losvolvianireconoctbes, Son estas formas lo que el Renacimiento quise restaurar, entre temas y motivos It solucionando asi el largo divor disyancién medieval de contenido y forma, Esa recupeta cin de las figuras clasicas, esa integracion de las historias 2 uonmetocu ese Braco 97 _niticas y Jas imagenes bellas, es una earacteristica del arte yy la sensibilidad renacentistas, y es un presupuesto para __govarde la mitologiaen su plenitud yen si autonomia sige nificativa. Junto a esta srestauracién» de las formas de las divinida- des antiguas en su plenitud y en su belleza, «al margen dela insercisin de esos mitosen la economia del cristianismon el __Renacimiento propone una revalorizacién de a poesia como expresién del mundo, un nuevo saber postico, al margen de {a eologia oficial l reconocimiento de que a través de esos __bellos mitos se expresa también la velada sabiduria eterna y enla belleza antigua también serevela a plenitud dela vida La Edad Media trato cde aprovechar gran parte delas doc- trinas heredadas dela Antigiedad, tanto en saberescomoen ‘motivos, peto.con su falta de perspeetiva no pido establecer loheredaclocn su contesto, sino en forma demezcla un tan toabigarraday confusa. Deaf que, una vez que mediantela Aleyoria yl eveinerisino podia evocarlas figuras de los dio- sesantiguos, lo hiciers com una mirada familiar, como siha~ bieran sido personajes surgidos de su propia tiempo, con Irazas medievales. Asiun Mercutio puede irvestido de obis- ‘po. un Jipiter aparece como un noble tonsurado, yuna vir~ "gen de Reims tiene el porte de una vestal venerable, Hay un ntenimiento delosnombres ylas historia, pero una pér~ iade los trazos auténticosy distintivos de las figuras cla cas, Hay, pres, en lo medieval, un «principio de disyun= ion, segin seftala Panofsky: laver que enta Fad Mela plena ytardfa una obre deste toma forma de un modelo clésieo, esa forma esinvestida de una sgn cid no clésics, normalmentecristianascada vez queen Ia Edad Media plena y tardia una obradearte tome su tema de a poes, a end, la historia 0 la mitologia clasicas, ese emma es representa en una forma nocisica, normalmenteconteraporsines, 198 sn sansa ‘Y Seznec dice lo mismo; ‘Ala luz de estos andlisis, e) Renacimiento se nos aparece como ls reintegeacién de un tema antiguo en una forma antigua: se puede hablar de Renacimientoa partie del cia en que Hércules recuper® sarcontexturaatlética, su maza ysu piel delebn. En modo alguno se tala de una resurreccién: Heretles nunca habfa muerto, como tampoco Marte o Perseo: cuando menos, el nombre ylaidea dees- {os dioses habian sobrevivido tenazmente en la memoria de los hombres, Unicamente su apariencia sehabia desyanecido, puesto, {que Perseo vivia con el aspecto de un tureo,y Marte con el dewn ca Dallec, |] ~[«1] El Renaeimiento aparece por consiguiente,noya ovo uns ers iia, sino como el inal de argo divereio; no corto una resurseecion, sino como unasintesis ‘aerudicién mitol6gica del Renacimiento culminard més tarde, a mediados del siglo x¥t, en ciertos repertorios, de gran éxito y difusidn, Los més importantes son los de Lilio Gregorio Gyraldi De deis gentium varia et wutiplex historia (Basilea, 1548), de Natale Conti Aythologine sive explication ‘nuon fabulara libri decem (Venecia, 1551), Vincerizo Ca- tari Le immagini colla spasizioni degli Dei degli Antichi (Ve~ necia, 1556), Estos manuales ilustrados son un monumento de erudicién: una multitud de figuras divinas se aglomeran en una confusay demsnica algarabia, En la Europa del Ba- rroco, que anuncian, sera de gran utitidad, pero frente al centusiamo yala serena admiracidn del humanismo,son un signo de decadencia. Ya.no hay intentos de reconeiliar estas figurascon a piedadcristiana, Lo queaqut se expone es ert> dicién para uso de los poetas y de los ret6ricos. Son diecio- narios mitograficos, qeno fueron necesarios en el esplen~ dor'del Renaeimiento italiano (entre Boccaccioyy Gyraldine ‘parece en Italia ninguna historia de los dioses: ms bien re- cuerdan, con nuevas figuras, los docios repertorios medie- vales). Ya se acabo el culto pagano dela vida, Son los tiem- ‘pos de Trento y Ia Contrarreforma, El frdgil equilibrio entre Ia admiracién postica por la belleza y el eulto pagano dela 2 Laurer doa xEscaTo 199 vida y la fe cristiana ya ha hecho crisis. Es el tiempo de la reaccién. Alfervorsucede wna admiracin eetcentee inguietante, lena de tscripilosia la embriaguer de a bellera un fo interes argue sco, una curfosidad de eruditos. Dejan deser un objeto deamor Puraconveriseen tema de estudio, Se renews asta train me Aievl de os Libri de Imaginbus Deorunejeaparecen ash, po ‘extrano retorno de las cosas, os doses de Marziano Capella Los ‘Olimpicos ceden ante os ‘dolos de Egiptay de Sri, como en el ‘repisculo delmundoantigno En Fspanalos paralelos, tardios yno muy poéticos, dees= tos tepertorios son el grueso libro de Juan Pérez de Moya Philosophia secreta, donde debajo de historias fabulosas se comtiene mucha doctrina provechosa a todos los estudias, con cl Origen de os idolosodioses dela gentilidad (al menos cua- tro reediciones),y el Teatro de los dioses de (a genilidadl de Fray Baltasar de Vitoria, prior del convento de San Francisco de Salamanca, que aparecis en 1620, con una vaprobacion» justamente de Lope de Vega. Ya.en su mismo titulo ambas bras proclaman su barroquismo y su concepcidn alegori- ca, Fueron muy utilizadas por muchos escritores de nuestro tardio Siglo de Oro, especialmente por dramaturgos y poetas ortesanos, En resumen, el Renacimiento recobré a los dioses paga- ‘nos con suis Figurasclisicas y se entusiasmé eon su teologa ppodtica, Incluso intentd, en un impulso de fervor poético, un sincretismo con la doctrina cristiana, Pero luego la mitolo- ‘gia volvid a sererudicién alambicada y peregrina, un parde- ‘moniurn de ta imaginerfa antigua, A pesar de su enorme simpatia, y quiaas por ello, el Renacimiento no bused nuevas ‘explicaciones a las que recibids el alegorismo y el eve ‘mole parecieron aceptables A los renacentistas les faltaron elementos importantes _ para una visiGn mas amplia, Los descubrimientos de nuevas, 200 va arTacNS culturas y de pueblos primitivos con sus mitologias ~que Juego se verdn similares a las dela Antigiledad- serén al res- ppecto decisivos para un comparatismo, que no se desarcolla hasta el siglo xvi. No Megaron tampoco los renacentistas a afinar su perspective histérica de modo que advirtieran las fases dela tradicidn religiosa griega,y asi metian enunmis- ‘mosacoalos diosesde Fomero ya los delos tardios himnos “rficos,a as figuras de la Teogortfa hesiodica con las de dio ses orientales de cultos mistéricos helenisticos. Conocfan mejor a Plutarco que a Esquilo, y no atendieron alas raices sociales de lo mitico. Su perspectiva era deficiente en antro- pologia,eiertamente, Veron los mitoscomo creaciones de Ja poesia antigua, o como ficciones fabulosas y enigméticas cifradas por unos pocos sabios, mas que como las creencias de una comunidad arcaica. Teorizaron poco sobre el tema. Pero se sirvieron de los mitos, recuperados con gracin y fer- ‘or para expresaryrepresentars el sentido divino dela ma- turaleza,recogiendo ecos de un antiguo paganism. Deellos hemosaprendiclo mucho. La mitologia comparada, en sus comienzos 1, Primeros conparatistas los salvaes y los antiguos Jadenominacién de «mitologia comparaday para un deter- ‘minado enfogue de los estudios de mitologta ha quedado consagrada a partir del ensayo de igual titulo que Fr: Max Mailer publico en 1856: Pero la aparicidin del método _comipatative en el campo de ia historia de las religiones pue- de retrotraerse hasta comienzos del siglo xviii, Aunque sin luna aplicaci6n tan precisa como la que tend en compara- Aistas posteriores, podemos senalar el enorme interés que tiene, en esa direccién, el tratado que B. ce Fontenelle publi- een 1724 con eltitslo de Del origine des fables, -Unttulo que ya de porsf resulta muy indicativo, Paraeste docto racionalista, un adelantado del Siglo de las Luces, las ‘mitologias de los pueblos primitivosson un edimulo de «qui- as tueiios y absurdidadlesy, Pero, al mismo tiempo, ta- sfabulaciones son un feriémeno comin a todas ls eivili- iciones, Orientales, griegos, cafres, lapones o iroqueses jineiden, alos ojasde su autor, en ofrecer un montén de re- En 202 a aprons Jatos de sorprendente ferocidad sobrelos diosesy el mundo, Sus divinidades son tan brutales comoloshombresen su es- tado salvaje, solamente los superan en fuerza y en poder, como stcede también en los pocmascde Homero. Hay, segtin Fontenelle, «una asombrosa conformidad entre las fabula- S.Reinach, L, Lévi-Bruhly M, Detienne, entre otros, han destacado la importancia de este optisculo, que refleja tan agudamente el espfritu de unautor yuna época, lade a thus- tracidn, De un lado, las investigaciones etnogeatficas habian xportado muchos materiales acerca de nuevas culturas (a vas para los europeos), como eran las delosindios america- ‘nos, con sus costumbres y creenciass de otro lado, la obser- vyacidn eritica y racionalista encontraba unas semejanzas admirables entre los mitos de estas tribus salvajes y las fabu- Jas de los griegos y romanos. Sin duda, conviene recordar ‘quel sensibifidad de la época estaba ya alertada en tal sen= tido por la famosa quereile entre los antiguos y los mo- demos. sEL Origen de las fbulas -segiin apunta R, Chase~ es ca~ racteristicamente un breve eu esprit. Aunque no usa toda~ via el método comparativo, propone una perspectiva evolu- cionista y racionalista paca el estudio del mito que los pensadores posteriores del siglo xviii generalmente ignora- Tony que tuvo que esperar su reconocimiento, en Inglaterra al menos, hasta el tardio periodo victoriano, cuando los ra- cionalistas ingleses loadoptaron » «Losseguidores del senor E.B, Tylor ~advierte Andrew Langen su Myth, Ritual and Religion- parecen no darse cuenta de que sélo estin repi- tiendo las ideas del sobrino de Corneille.» Fontenelle queria descubrir, mediante lacomparacion de los paralelismos y similitudes entre las ereencias de los pue- ‘los antiguos, cémo se habfan originado las fables, es deci, Jos mitos. fn sus primeras nebulosas edades los humanos habrian tratado de explicarse los fendmenos naturales re- 9. AarTonoca coupAtADy, BS cHUUNZS 208 curriendo a una fantasfa mitopostica, que era as{una espe- ciede cieneiainfantilo filosofia primitiva, Suesencial igno- ranciaacerca delo real yluego la debilidad mentaly su cres- peto ciego por el pasado» perpetuaron las fantasiosas y absurdas nociones fabulosas, inventos de una paca grosera ysalvaje. Con el progreso el mundo bairbaro de ales image nes quedaria barrido por a luz de laraz6n, segiin Eontene= Ile, que pensaba que tal progteso ser‘a universal. Tados los pueblos seguirian las pautas que tuvo el desacrollo racional enGrecia, Puesto ques griegos, con todo su espiritu, cuando eran un pue- blo nuevo no pensaron mris razonablemente que los barbares de. ‘América, que eran sein todas las apariencias un pucblo bastante, nuevo cuando fueron descubiertos por los espaioles, hay motives: [para eveer que los amerieanios habrian legado al fin, pensar tan Fazonablemente como los griegos ise les hubieradejado tiempo peraclio. El mismo aiio en que se publicala obra de Fontenelle, en 1724, aparece la del jesuita J, F-Lafitau, Mocurs des savages ‘amériquains comparées aux moeurs des premiers temps, ‘que, como M. Detienne ha indicado, presenta tna notable oincidencia en su idea fundamental con aquélla, Los in- dios de Norteamérica, estudiados por los jesuitas, tienen tuna afinidad de costumbres muy notable con los antiguos {griegos. Losiroquesesy los hurones sonen sus habitos frus gales y nobles como los espartanos 0 losantiguos helenos ‘etratados por Plutarco; y junto a sus nobles figuras y ges- tos muestran, como losantiguos, una credulidad enloma- ravilloso y una fantasia en su visién de la naturaleza que son el origen de sus fabulaciones, Ast en su fantasia el oi _gen de su religion y de sus mitos, esas fables que son efanta- siainfanti en la concepeidn de Fontenelle, o imaginacién ettada, «perversa», paral jesuita Lafitau, como dice Mar= celDetienne, 204 i omenemeracos Las reflexiones sobre el fundamento de la religién natural, al margen de la religién cristiana que se presenta como reve- Jada, son también una nota caracteristica dela époea, aunque cen miuchos pensadores esas reflexiones aparecen desvineula- ddas dela consideracidn sobrelosmitos. sla epoca de Locke, ‘deHume, ce Voltaire, de B. Constanty de G, Vico, cuya Seien- 2aNuovd aparece en 1725, Precediendoa Herden a Heyne ya Schleiermacher,es probablemente Vico el pensador mas inte- resante en su concepeidn del desarrollo dela religiénen lahis- toria de las culturas primitivas y del fandamento poétieo del ppensamiento mito-postico, Pero no hablaremos ahora desu. {coria; sino que sf recogemos lanocién de que en muchos as- ppectos se muestra un precursor, mucho mas avanzado que pensadoresilustrados como Vollaire o Hume. Ahora quere- mos sefalar tan s6lo algunos espiritus pioneros en el camino del método comparativo en mitologga. Aunque se trate, en e ‘easo de Fontenelle y de Lafitau, cle auitores menos interesados ‘en las formas especificas de lo mitico que en relacionar la ereacién de los mitos con una tendencia universal de una ‘mentalidad fabulosa, infantil, primitiva, Lamitologia, como un amasijo de relatos y creencias sal- vvajes yabsurdas,fruto de la ignorancia y de los ertores pri- _itivos, no requeria mas explicacidn, sino que podia ser presentada como un discurso infantil, vano, ridiculo, yo dobstante atractivo, ala uz dela Razén. Los mitos formaban, ‘ltrasfondo de as religiones de los salvajes que los mis ros, comoelesuita Lafitau, se empeniaban en rechazar su tuyéndolas porlneristiana, A los ojos delos primerosantro- pélogos racionalistas, la religion de los primitivos era un ‘producto de sus sentimientos irracionales y su impotencia ante las fuerras de la Naturaleza, Lafitau subrayaba la gene- ralidad del fundamento psicol6gicoyy social que dabaorigen ‘esas religiones: «il fundamento de la religion delos salya- jes de América es el mismo que el de los barbaros que ocu- Daron Grecia, se expandieron por Asia el mismo que sirvié 4. LaiTouoa cura secu 205 ego de Fandamentoa todala mitologia pagana y alas fabu- las de los griegos». ¥, mas explicitamente, pocoslustros des- pués, el presidente De Brosses afirmaba en el mismo senti- lo: «Las précticas semejantes que vemosen siglos yclimas alejados tienen una misma causa cuya explicacién ha de buscarse en las afecciones de la humanicad: el temo, la ad ‘miracién, el agradecimiento», Sefala M. Meslin ~de quien hemos tomadola cita~que xaqui estamos en as races le to- teorfas modernas sobre los origenes patolégicos del nto religioyon™, Pero se trata de una teafirmacién de viejas tess sofisticas, de Prodico y de Demoerito, formu Jadas en nuevos contextos filosoficos. a Lfetichismo » la evolucién del culto ‘La palabra fetichismo se difundi a partirdeuna obra publi- cada en 1760; u titulo, tracucido al espanol, era Del eulto de los dioses fetches, 0 paratelo de la antigua religién del Egipto ton lareligisn actual dela Nigricia, Ellibeo aparecié como deautor andénimo, pero pronto se conocid que se debiaa la pluma de un docto ilustrado, Ch, De Brosses, uno de los sa- bios mis reputados de Francia, que fue amigo y correspon sal de Voltaire, De Brosses, que nacié en 1709 y muri en 1777, parece que se dedicé al estudio de las tribus salvajes y del hombre prinnitivo de tiempos prehistéricos por influen~ cia destramigo ci naturalista Buffon. Suinterés fue muy am- plio; reunié numerosas des ajes, antiguos y ‘moderns informes de misioneros, comerciantes yexplora~ dores y publics luego estudios que nos muestran esa ampli perspectiva, como su Historia de las mavegaciones alas tie- tras australes, de 1765,y su tratado sebre la Formacién me- ‘inca de as lengua, el mismo ano, La obra que ahora nos interesa de este enciclopedista, y antropdlogo de biblioteca, es la primera que hemos citado, 206 perarnsactoss por su teoria acerca de culto alos feticles ens sociedades africanas. La palabra fetiche la tom6 de algunos relatos de misioneros portugueses. Feitisso corresponde al espaiiol shechizon, y viene del lain facitium, Pero tiene un sentido ‘muy concreto:un objeto inanimado (sequin nuestra concep- cidn), que reeibe un culto propio como siestuviera impreg- nado de poderesdivinos omiigicos. De Brosses dividi6 su libro en tres partes. expone todolo que en su época se podia saber sobre feti= chismo practicado por eiertas tribus del Africa occidental spor extensidn, en otras partes del mundo, Em la segunda Io compara con los habitos religiosos de los pueblos de la ‘Antigiiedad, En la tercera concluye, destacando la simili- tuid entre los ritos de los negros y los antiguos griegos, ro- manos y egipeios, la identidad de su sentido original, To- das las gentes, conclaye De Brosses, han comenzado porel {etichismo para pasar luego al politeismo y de ahtal mono- {eismo, Como se ve, un esquema evolutivo muy simple, {que va de lo mis tosco alo mas abstracto en la concepcién delodivino. ‘Como sefiala Max Milller=en su Origeryficidn de a reli _gidn= en sucomparacion, De Brossesexcluyeel cuto hebreot Unasola naciin esta exceptuada:la delosjudios, el pueblo escogl- do por Dios Segin De Brosses, nunca adoraron fetiches, Tos otros pucblos,olvidando la revelaci6n primitiva, volvian aem- erat: por su comienzo natural: etichismo. Ts cutioso ver la influencia que las ideas teoldgieas del tiempo cjrcian hasta en el espiitu de un De Brosses.Sise hubieraatrevi- ‘doa buscar huellas de fetichisimo en el Antiguo Testamento con a, rmisna valentfa que en Egipto, en Grecia, en Roma yen otras mu chas partes, hubiera ciertamente encontrado rica cosecha en los, ‘Teraphin y los Thummia yen el Ephod, y esto prescindiendo de los becerz0s de oro y eas sexpientes de bronice (Génesis 28, 18, Jeremias 2,27) nla primera — 3A eto oaEADA, sus uN 207 ‘Max Miller, ago més de un siglo después, todavia recuer- dalo atractivo de esa teorfa: Sobreeste punto yalgunosotros los modemos pattidarios dela teo- ria de De Brosses ya no le siguen, Sin embargo, consierado en i Conjunto, su sistema sehha mantenide intacto durante los Utimos ‘len anos. Era tan soncillo, tan natural, an plausible, que penetrs ‘enlos manualesy los libros de texto, y creo que todos nos hemos ‘educado en ¢l, Por lo que a mi respecta, he ereido en él mucho tiempo sin experimentar la menor duda.Séloal paso yalamedids ddemisestudios,me ent’ cada ver-missorprendido pore! hecho de ue en vano se buscaban en los monumentos mas primitivos de) ensamientoreligioso, accesiblosa nosotros, hulls evidentes de ctchismo, en tanto que las ve multipliearse por tds partes en Tos periodos mas recientes del desarrollo religioso. La teoria del fetichismo obtuvo, como E M, Miller indi- ca, durante més de un siglo una amplia aceptacién. EB, Tylory Andrew Lang elogiarin ellibro de De Brosses como Uuno delos pioneros en el uso sistematicn de los testimonios antropoldgicos. También Comite aceptaré la tesis del desa- rrollo dela religiéna partir deese primer estadio represen tado por el culto alos objetos admitidos como efeti eulto que denomina la adoracién que, segin los marineros portugueses, prestaban los negros dela costa del Africa oc- cidental a cosas inanimadas 0 animales, como si en ellos residiera un tremendo poder. Para designaslo De Brosses liliza los términos de genius o de manitou, una palabra al- gonquina que él introduce asf en el lenguaje téenico, como sc introduce mis tarde el vocablo melanesio mana El feti- chismo evoluciona hicia el politeismo, yéste hacia el mo- noteismo, Perdido el original conacimiento del dios tinico, ‘Ta Humanidad, en un estado de necedad, inconsciencia y simplicidad infantil se dediea al culto deesos idolos meno- 1s, para pasar luego a la adoracisn de dioses ya personiti cados. Muchos pueblos primitives per manecen alin en ese ‘estado, por el que pasaron los egipcios, como muestra el 208 sn, wstmnaeranees cltoatantos doses ferinos los griegos, delos que Hers- oto cuciita que adoravon piedras y objetos informes en un, principio. De Brosses rechaza la explicacién alegsrica de la mitolo- sia, que es «para los modernos un indescifrable caos 0 un ‘completamente arbitrario», siuno trata de buscarle tunsentido profundo oun trasfondo metafisico, Y no secon tenta tampoco con la explicacién evemerista, aceptada atin por Hume, y parcialmente por Spencer despu¢s. Generalizé su cfetichismon mas alld de las religiones afticanas, de don- ‘detom@ el nombre, para rfericlo & cualquier pueblo donde os animales y Jos objetos inanimados reciben culto y son deiticados, donde el uso de amulets, talismanes y ordiculos tanifiesta esa creencia, segin ¢), universal y primitiva, Fue, ‘anit la lettre, una teoria evolucionista, que preludia el ani- misino de Tylor y el sistema progresista de los tres estadios dela civilizacién que propondré mis tarde Comte. 3. La Lingiistica Comparada como ejemplo metédieo EFImétodo comparativo, que, como hemos apuntade, surgi ‘un tanto ingenuamente en el campo de estudios sobre r ggiones y antropologia, aleanz6 un importante éxito en el de Tas ciencias de la naturaleza con la aparicion dela anatonmia comparada, la biologia comparada y la paleontologia com- parada, a comienzos del siglo is. Recordemosa una figura tan significativa como la de Cuvier. Lego se desarrollé en el dela linguistica. La Gramatiea Comparada send una ciencia rmetédicamente gjemplar, gracias @ los trabajos de Rasmus ask, Franz Boppy los hermanos Grimm. Laaciencia dellen- guaje quedé establecida como una diseiplina tan sslida Como las ciencias naturales a comienzos del siglo. M. Fou- cault ha destacado bien el interés de ese avance epistemolo- 2. casutouo cemaeas mess conmes 208 En suinfluyente libro Von der Sprache unl Weisheit der In- ier, de 1808, ya sealaba F. Schlegel: +E] punto decisive, que Joaclarara todo, es la estructura interna de las lenguas ola {gramética comparada, que nos dars soluciones completa- ‘mente nuevas sobre lagenealogia delas lenguas, dela misma ‘manera como Ia.anatomia comparada ha esparcido una ‘gran luz sobre a historia natural», Gracias a los estudios de F. Bopp, de R. Rask, de los Grimm delosilamados neogra- ‘aticos, la gramatica comparada de las lenguas indocuro~ ‘peas se constituye como una ciencia positiva y metédica- mente ejemplar, Al método de las Lecciones de anatomia comparada de Cuvier puede dar una réplica el libro de , Bopp sobre el sistema dela conjugacidn de las varias len= guias indocuropeas, publicado en 1816, 0 la Gramatica ale- mana de Grimm, en 1818. Sobee la base de una comparacion, _gramatical la filologia va més alld, y penetraen lo profundo del pasado indoeuropeo. Rasindose en la comparacidn sis tematica, con un cierto apoyo enfitico en el indio antiguo, enel védico y el sinscrito, se reconstruye una lengua perdida buse de casi tocias as habladas en Europa durante los tres tilimosmilenios. ¥ con alenguase reconstruye una cultu- ay una mitologta~. En su libro Ft futuro de la ciencia, en ‘1848, E, Renan proclamaba la filologia como la gran cise plina intelectual delagpoca, 4. La teoriade Max Milter ~ Iisen este ambiente intelectual en el que se sitva la obra de ‘Max Malle a quien algunos han llamado «el inventor dela tmitologia comparadas. Contemporaneo de Tos geancies lo- {gros de la Gramatien Comparada, este docto sanscritista, ‘que habia estudiado en Berlin con Bopp yen Paris con Bur- nou, desplegé en varios trabajos su brillante hipstesis de que la mitologin podia explicarse recurriendo a la «Ciencia 20 t. sosapcions ddl Lenguaje». De un lado la comparacién entrelas diversas Jenguas indoeuropeas mostraba la afinidad de los dinses de los pueblos indoeuropeos;entre el védico Dyaus, el griego Zeusy cllatino Jipiterse lescubre una lara identidad: la d= vinidad del dios padre celeste, que luego recibe el nombrede Ahura Mardaen Iriny de Thor en Escandinavia, Elelios el cielo es también Varunaen sanscrito y Urano entre los grie= {gos Los términos para adios»: eval, deus, proceden de una air indoeuropea que significa wbrllo», y el dies era, en un principio, «el brillante» aludiendo asta su eatdcter celeste, ‘Tras la comparacisn la etimologia actaraba el sentido primitivo de los nombres divinos, que estan enel origen de la personificacion delos dioses. Segtinel célebreadagio,no- ‘mina numina, os nombresse volvieron dioses en cuantolas gentes dejaron de entender su aspect primitivo, que era el ‘dedesignar bajo la forma de un agente un aspecto de la na~ turaleza (Indra era «el hacedor de Luvin», Rudra «el rugi- dor», segin los aspectos divinos de la Hluvia 0 el trueno), pata verlo como un personaje mitico. Asé pues mediante dos fases: el desconocimiento de tina metdfora poética que aludia a un aspecto natural (por ejemplo acerca del sol, la luna oalgdn fenémeno atmésterica) y laadscripeion de tal actividad ana figura creada por hipdstasis de un nombre ‘mal interpretado, con olvido de suearacter apelativo origi- nal, aparecieron los dioses de la mitologiaaria, Los testimo= nios de a literatura védiea eran los predilectos de Mallen pero los acordaba con los datosde los mitos griegos con ha- ad. {a fabulacién mitologies se explicaba asi con ayuda del métoco etimol6gico, En el fondo la mitologia era «una en- fermedad dellenguaje>. El poder poético del enguaje esenorme, En principio, in= ica M. Miller, todaslas raices indocuropeas indicaban una actividad, Deaf que los aspectos mismos de la naturaleza fueran denominados con nombresactivos. Luego deiras de +) animonia cowrssany sus eoNuNAzOS a esos nombres se supuso un agente personal as{nacieron los dioses particulares del politeismo ario, ALensayo ya citado ddo 1859 siguieron otros estudioscon ottos ejemplos. (Labi- bliografia de FM. Maller es amplia, La edicién de sus Co- ected Works, Londres, 1898 ss, comprende 20 vols.) Su es- tudio sobre el Origen y desarrollo de la religidn estualiados a Tnluz de las religiones de la India (1878), que tecogelas con- ferencias quedio en la Abadia de Westminster ante un vaste auaitorio, resume bien su vision sobre e tema mas amplio dela evolucion del pensamiento religioso'®. Renan habia escrito, y antes Schopenhauer, Hegely Sele ‘ello habian anunciado, que los estudiosos del sénserito ha- ban realizado una edecisiva revoluciény en el estudio de le imitologia, al mostraz que los mitoseran en conjunto un vas- tojuego de palabras y que la etimologia podia mostrarcémo ‘muchos contenian claras referencias al sol ya los astros, En ‘Alemania Adalbert Kuhn (por ejemplo en Die Herabkunfi des Foers und des Gostertvanks, 1859) y en Francia Michel Bréal (Hercule et Gacus, étude de Mythologie Gomparée, 1863) pertenecian a la mismaescuela, Todos se afanaban en ‘mostrar cdmo en los mas diversos relatos miticos se ence rraban alusiones veladas a fendmenos celestes. Y mientras -M, Miller revelaba que «una espléncida puesta de sol deste- Maenel mito dela muerte de Heracles», Bréal sostenta que el mito de Fdipo rellejaba ia lucha impresionante del sol (Eal- ‘po} contra Ins nubes de tormenta convertidas en la enigma tica Esfinge. Los mitos eran historias contadas para explicar expresiones lingifsticas 0 figuras del lenguaje desprendidas desu sentico metaiérico originario, Cuando los ariasse dis- ‘persaron por Europa y Asiallevaron consigo las metaforas elaetapa fundamental que luego florecieron posticamente _ensusvariossistemas mitoldgicos. En la conformacién de la mitologia, como en Ia estr graffa de la palabra yel sentido léxico, M. Miller distingue _tesfases: tna temtica, una dialectal una mitopottica. Ast a2 vn astaparyacionts lo expone en su The Science of Language (1867). Primero se da un nombrea un tema o un fendmeno natural, htego ese nombre se diversiica y se hace menos evidente su referent originario, y luego se forjan fantasfas sobre él El primitive Jenguaje tena nombres para lasacciones y los aspectosacti- ‘yos del mundo, luego tales nombres se personifican, y mas tarde aparecen tras estas denominaciones entidades miticas, En la etapa mitopoética es cuando se fabula todo el reperto- rio mitico,en un proceso de fabulaciéin en el que el hombre 8 mds una vietima que un creador, extraviado por los ma- lentendidosdela lengua Curiosamente, tras todo ese proceso metaférico, Maller encuentra s6lo una referencia a fendmenos naturales, ales ppectéculo impresionantede la aurora yel acaso, el retorno de aluzydela noche, «el drama solar» cotidiano y loscombates celestes le nubes yastios centelleantes. De un lado, pues, la inconsciente creacién de imagenes en el lenguaje, y de otro. cesta admiracion teatral del primitivo ante loatmostérico, So- bre todo el alla era para M. Maller, la fuente mégica de mil Imitos. «Acaso no fue para lel primitive hacedor de mitos, cl primer milagro, el primer comienzo de la reflexién, de todo pensamiento, de toda filosotia? {No fue para éllaprime- rarevelacidn, el eomienzo primario detoda verdad, detoda religidné» El celeste combate de luces y sombras era «el tema principal de cualquier mitologia». Dafne perseguida ;por Apolo era una vision mitica de la aurora perseguida por deLsol, que desaparece cuando el amante le da eaza. 2] mito ‘deProcris es otro entre los milejemplos de ese proceso me- tafdrico. Hijo de un poeta roméntico alenndm, Maller tenia un fervoradmirable antelos fenémenos naturalesy se exal- taba en susexposiciones, Pero cra, ademAs, un gran fildlo- go, un buen conocedor delaslenguas de la India antigua, ¥ del atin y el griego. Por medio dea etimologta, pensaba, el investigador puede rastrear el origen de tales procesos mi- toposticos.. J ta ntroroca covennane an sscowanros 23 ‘Como senala E.Evans Pritchard, ‘ML Maller sus partidariosllevaron sus teorias hasta elabsurdo, Pretendia M, Miller queel sitio de Teoya no fue mds que an mito “solar, v,puestosa zeducira fran este tipo deinterpretacionesy creo que alguien eseribi6 un panfleto preguntandese si el propio M. ‘Muller no era un mito solar. Dejando aparte suserrores de erudi= cidnelisea, que ahora sabemos que fueron numerosos, esevidente ‘que, por ingeniosas que fueran lasexplicaciones de este tipo, noes: aban, porque no podian, apayadas convincentementeen testimo- “nlosadecuados. Mientras para Max Miller a referencia fundamental de Jos mitos eran los fenémenos solares y los cambios de luces enelescenario dela naturaleza, para A. Kun lo eran los e- ‘némenoscelestes més violentos:el rayo y la tempesiad, ma- hifestaciones divinas. Pero el método hermenéutico era el ‘mismo, un método de excesiva eficacia, puesto que, al ex- plicar aparentemente todo, no explicaba casi nada, M. De- ‘iene lo seftala con agudeza: Al explicacioningstica igualmente aceptad po los prtida- ‘oslo por los amigos dela tormenta, eacitla ana polig- ‘ay aobjelarde manera pertinent qu on snes expletivo, oncebido para da event dl clscuso mio por enter no eta fencondicionesdsjustiia los deals est dos abd sal Saji euya presencia escandalsa hab sido denunsad deco Fidnacuerdo, Himodel ligdistico de Miller ova porexcso de der, La melicins era demasiado fuerte, loperacot sereve [iba denasado bral pinto qu todalomitologta dsaparelal ‘nism tempo qu sc desvanecan ls brome das palabras nubesde las frases, - ° Escurioso observar edmo un gran sabio, como sin duda. Jo era Muller, cayos trabajos en filologia védica y sinscrita ‘marean un hito cientifico, cuyos conocimientos ingdisticos in asombrosos por su amplitud y cuyos talantey estilo le 216 a, escapees | LanOLoata conmasana, aN ss comnins 27 5. Apuntes sobre el evlucionismo 'ma parecicos primero erencinen a magi, luego la eligin yral final, laciencia, A, Comte habria estado de acuerdo con esteesquema, _ la gran figura de la escuela evolucionista fue, sin duda, Sir James Frazer, cuya vasta y atractiva obra ejereié una enorme influencia no slo en antropologia sino incluso en la literatara inglesa, Siguid, en principio, la teoria evolucio- nista cle Tylor, pero Frazer se interesaba, mis que en el es- ‘quem tedrico, em la recogida y contraste de los relatos y ri- ‘wales, en la ordenacign de una enorme coleeciéin universal demitos y textos de muy diversa procecencia sobre el mun= do migico y fascinante,lejano al hombre moderno, que es la ‘mitologia comparada, Creia en una cierta uniformidad de Jameatalidad primitiva, productorade os mitos, Pero, di- ferencia de‘Tylor, no veiaal salvaje como a ua fildsofo mian- ‘qué, con una racionalidad truncada, sino como aun pensa- dor emotivo ¢ infantil, dotado de una extraordinaria fantasia. La lectura de £2 rama dorada, su obra maisambi- cosa, fue para muchos lectores una experiencia intelectual yliteraria inolvidable, Para Malinowski fue la causa de su ‘conversisn irtesistiblew la antropologia, Frazer, clasicista y antropdlogo de biblioteca, vivié en Cambridge una larga vida dedicada alas lecturas la eseri- ‘ura, Fit, con notas y comentarios, a Pausanias (6 vols, 1898), Apolodoro(1921) ya Ovidio (Losfastos, 1929-1931) ‘Su gran obra es The Golden Bough (La rama doreda), en dace yolinees yee parte titulo que lide al ano de -duteo muerdago que Fneas leva en su viaje al Mas Allien la oe ileal Mas Alla en | Siel comparatismo fue en la metodologta cientifica del si- ilo xix uno de los rasgos mis sobresalientes, tanto en las Ciencias de la naturaleza como en las humanas (entonces aparecen también el Derecho Comparado, y la Literatura Comparida, junto ala Lingiistica y la Mitologia Gompara- das), noeabe duda quela referencia al evolucionisino como zeneral para explicar el pasado y el presente lo fue Elpositiviamo de A.Gomte -que publicasus obras jos de siglo~ asume como ¢je del progteso \érico, social yfilos6fico la evolucién. ¥ es en 1859 cuan- do aparece el gran libro de Darwin sobre Ei origen de las es- pecies, Ernst Haeckel, cuya obra Natirliche Schopfugsges- ‘hichte, de 1868, sera tm bestseller cientitico, divulgarden su forma mis destacada esas ideas de una concepcién mecani- cista del progreso y laevolucidn natural, En este ambiente hay que situar la obra del antropdlogo BB. Tylor Primitive Culture, de 1871, que intenta explicar ‘mediante un esquema muy sencillo Ia evolucién general de Jas creencias religiosas, desde el animismo al politeismo y deéste al monoteismo, Tylor no era un fildlogo y desde lnespeculacién lingtistica de M, Miller; pata! el animi mo estaba antes del lenguaje y perteneefa a un estadio p itive delos pueblos salvaje Es0s primitivosque,en stin- capacidad para explicarse el mundo cientificamente, tuvieron que recurrira su fantasia, semejante «la de los ni- fos ylos poetas, dieron vida al universo de los dioses. Para H., Spencer, (cuyos Principles of Sociology son dle 1876), no fue el animismo, sino la creencia en espiritus y Ia ineapa dad delsalvaje en distinguir lo real yo sonado lo que contri- buyéa la construecién de ese fabuloso universo, Mas caute- oso y mis dotado para la comprensién de esa mentalidad: mitopoética, Andrew Lang compartio esa creencia en aun sistema evolutivo, Mas tatde, James Frazer recoge un esque “la srearacins ne ws ao ELON 219 se nuevo tono en la atencidn al mundo de los «prin vos» y a su expresidn en los relatos miticos, ese prendre le anythe nu sériewx, que caracteriza el enfoque de las investiga- cones mitolégicas a partir de los atos veinte, es, como ya habia sugerido J, de Vries", un efecto de la conmocién su- frida por la cultura europea tras la Primera Guerra Mundial ~ Heuropeo, que habia creido el progreso intelectual y moral, que se consideraba asentado sobre unas ereenciasreligiosas ‘ivilizadas sobre racionalismo criticoen constanteavan- “even una sociedad cada dia mas culta, mejor, y mis huma- ‘ng, como eulminacidn de un devenir histérico y cultural irreversible, se encontrs sumido en tn eaos, en la quiebra ‘radical de sus creencias, en la agonta de esa fe en la razon “unida al progreso moral. Bajo la mascara de la civiligacion tian, como laguerrahabja revelado con una intensacrude- “2a la ferocidad, las angustias y las pasiones del hombre pri - tivo, La interpretacién de los mitos en el sigho xx En un trabajo excelente, porlo condensado ylo claro desus observaciones "J.P. Vernant ha tratado de los estudios recientes sobre el mito, yal tratar del enfoque actual (vel mito hoys) hacomenzado porsubrayaresmo “hombre dela Foropa occidental, quebastaentonceshabiayalido “como muestra de un gi moral efinad se most en la lesnudczde sus nstintosprimiivos, que legal bestia ad. ando ¢} clos completo se presents, no pudo vere por mss ‘iempoquela vic Europa habiasehundigo para siempre “Tunofevoees como ls deO. Spengler, que hablaba de que e ‘mos tee! hundimiento de Oceident, [«] Puts eleuropeorne era elsuperhombrealtament cutvado, ominador dela técnicay suaturalea, sino elmismo serdcbily menesteroso que habia exis a desc os tiempos primers. ] teres hacia primitivas se hizo por elloms intensive; sen ex ellos no sélo nahin dad profundamente sumergida bajo nosolro, sno gue serecono- je eran estos emilates¥ que nosotros ramos seman ellos". ‘Tal ver esta vivencia general del fracaso de una civil acién demasiado segura de si-como muestra el optimisma toriano, tan de belle époque- explique la renuncia a ke ctivaque habia caracterizadoagran partedela inves. 218 ma 1, satan En sus estudios sobre la religidn helénica, tanto Harrison como Murray y Cornford cestacaron c6nio la serenidad yla belleza del pantedn olimpico eran el término luminoso de ‘un largo proceso, en el que las nobles figuras de dioses y hé- toes se habian decantado por encima de formas religiosas rmuicho mas barbaras, oscurasy primitivas. Sefalaron c6m0 fen mitos y rituales pervivian durante mucho tiempo esos doses cténicos o mistéricos -Dioniso, Adonis, Orfeo que tienen caracteristicas mas arcaicas, comparables adivinida- les estudiadas por los antropdlogos en otras latitudes. Su- ppieron relacionar mitos y rituales en busca de una religiosi-= dad mds primitiva que la reflejada por los textos gricgos literacios, y se mostraron muy receptivos alas sugerencias dela mitalogia comparada, para esciindalo de algunos fild- ‘Cornford destaes que razon y mito no Imenteenfrentados,elizo ver quelafi- losofia griega entroncalpa con la explicacidn mitolégica que ofreeta Hesfodo, Ya Nietzsche y B. Rohde habjan sugerido, con otros acentos, algunos cle esos puntos; pero los helenis- tas de la Escuela de Cambridge consiguieron expresar esos aspectos con gran claridad y excelente entusiasmo. “Todos ellos analizaron el proceso hist6rico por el que las 1 LADTERPRACnN Be RU HLAELO 2s _ Aste enfoque de las tepresentaciones miticas como rela- tivas@ una etapa inicial de una evolucisn o un esquema de desarrollo historico y social va a sucederteun modo distinto deabordarlosestudios sobre religion y mitologa antiguas, Siguiendo una divisién que encontramos cémoda, ya pre- sente en otros estudiosos, como Leach y Vernant™, distin- Sititemos tres orientaciones fundamentales, que designa- mos con las etiquetas de: simbolismo, functonalismo y estructuralismo, Lavtendencia general en los estudiososa los que atojamos bajo esta amplia calificacion de «simbolistasn es lade indi- car que el mito ¢s, ante todo, una forma de expresar, com- prender ysentirel mundo yla vida, diversa dela representa idm logica, Se trata, dirfan, de otro tipo de Lenguaje, mis emativo y colectivo, pletérico de imagenes y simbolos, que ‘expiesa algo que no puede traducirse en los signos arbitra ros de la lengua corriente, En los mitos queda reflejada de ‘manera intraducible una experiencia primordial yreligiosa Bie ecic arias ts neeeeas eeaaee tica una intuicidn esencial del mundo deo eterno, lo divino. yo sagrado. El pensamiento de imagencs que no sélo se dirigen al entendimiento, sino itico nos propone una serie ‘ereencias, las instituciones ylosideales griegos habian evo- lucionado hasta lagpoca clisice,insistiendo en sus origenes, cn sus implicaciones sociales y rituales, en su trasfondo co- Iectivo y areaico, Enfoque historicista y, al mismo tiempo, apertura hacia los estudios contemporéneos de sociologlay antropologia caracterizan esta acticud, tan diferente del ela sicismo winckelmiano o del conservadurismo corriente del helenista profesional. Pero todos ellos eran victoriangs en ‘cuanto que consideraban el mundo del mito como algo arcaico y primordial, originario de nuevas formas de reli giosidad y de una razon que surgienclo deese turbio y viva mbito de creencias se haba perfeccionado hasta llegar al racionalismo filoséfico ya laserenidad olimpica. también a la fantasfay la sensibilidad. Como ya habian di- cho Creuzer y Schelling, y eresdo algunos rom nticosalema- ‘nes, en el mito se nos habla ce una original concepcidn del “Universo de un modo fgurade y profundo, no a través de _alegorias, sino de una forma tautegsrca, es decir, significan= doo que se dice con una intrachcible Fuerza expresiva. Tin- to Fred y Jung, desde la psicologia profunda, como E. Cas- “iter dese a hermencutica flosofica, Van der Leeuwen su ‘fenomenologia religiosa y M. Eliade, historiador de las reli- convergen en esta exéesisyrevalorizaciin del senti- rmiento.o una direceidn espectal de aimaginacion humana; brota de a emocisn ysu trasfondo emotive tiene sus producciones de su propio color especitico. En modo lun le falta al hombre p mitivo capaetdad para captar las diferencias empitiens de las co: sis, pero en su conicepeidn de la naturaleza y dela vida todas es: tay diferencias s¢ hallan superadas por un sentimiento mis fuerte:la conviccidn profunda de una offdaridad fundamentale indeleble dela vida que sata sobre a multiplieidad de sus formas, ngulres, No seateibuyea simismoun Lugar tinicoy prvilegin- ui ce la naturaleza, a consanguinidad de todas -iteecto 1. asnearRETeION DF LOS TON NH oD 98 225 {as formas.lela vida parevesor un supuesto generaldel pensamien- tomitico, Enel campo dela filologiaclisica quien de un modo mis claro expresa esa nueva concepeidn del mundo mitico y de lo religioso es W. E Otto con su libro Los diases de Grecia. La imagen de lo divino ata luz del espiritu griego, del ano 1927, Mis tarde publicaria Theophanfa, Der Geist dergrieehischen Religios: (1936), que esta muy en consonancia con ese su pri- ‘mer gran libro, Nada mas lejosde los habituales.estudioss bre la eligion griega, bien meramentearqueoldgicosy posi- tivistas, con acumulacion de datos ycitas, bien guiados por esquemas evolutivosde un eulto o de una figuea divina, ee esta visi6n de Otto, Para él las figucas de los dioses griegos tal como se nos muestran ya en Homero~ son imagenes simbélicas de una intuicidn vital intraducible-en otros tér- intinos. En ellos se expresa insuperablementell visi reli- ‘wiosa, podticay mitica delos griegos. No vienen dey van ha- cia otras formas, sino que esos dioses son manifestaciones inreductibles de una intuicidn delaexistencia, de lo sagrado, y.de ahi su vitalidad y su belleza que auin nos conmueve y ‘nosilumina, Gitaréunasiineas de Otto como muestra de su est Elhombremoderne est dispuestoa confundirla vider universal delosconeeptosconlaabstrictaobjetividad, Todavia hoy tigador de eligiones rar vex be reconocer en ls person nas dela feantigua otra cosa queobjetos naturulesy poderes isco ‘conceptos generates ilusorios, Esta voluitad interpretativa que -vacla entre ln eruda materalidad yelracionalisinefracasa siempre nla vida plistica dela figura dels diosesgriegos. sta datestiono- aio de un conocimiento superioren el que ol comprendery el con- _ templarson idénticos. Este conocimiento eneucentra siempre ota ade jd ls toms precament en Paral ge poise norma:noblezsymjestad, selemcdad, mag Treancia bondud anperez, rarer, astucla, rai, eneanio ym ehsoos valores signifcativosy manifestos que el pensinento 226 1 aero 4 Wieranrmacrov priosunonss wci0 on -icionallia depasar poralto. Este conocimiento ni siguiers nevesi- ta lo expresable porque recibe la forma que puede renacer una y, ftrave7 en el destelio de espiritua esprit, Su lenguaje propio esla sreacion del poeta y del artista, lo queso impide recongcer sis nificacion eminentementereligiosa ;Qué pues seria religios0 sin J emocisn del hombre que mira ls honduras dea existencia aspecto inteligible, por asi decir, imaginativo y musical: hay ‘que dejar hablara los mitologemas y sencillamente prestar- Tesofdon sos mitologemas tienen un fundamento profundo como cexpresisin dels psique colectivadel pueblo que crea su mito- logia. De algiin modo corresponden a los «arquetiposn 0 ‘imgenes arquetipicas del alma colectiva, de quehabla jung, Y pueden afloraren los suenos de hombres miodernos, por. {que ese trasfondio mitico pervive en las profundidades del alma humana. Por otro lado, Kerényi advierte bien emo la ‘mitologtainformala vida social del hombre antiguo, yes un traro baisico de a civilizacion arcaica, Aunque U. von Wilamowite-Moellendorf publics pocos aos después su importante libro Der Glaube der Hellerien (1931), jamais express la opinidn que le merecfan los excri- {os sobre religidn y mitologia de W. Otto; pero podemos six poner que ese estilo ~ya que no el enfoque- le resultaba tan molesto ¢ incémodo como los de su antiguo condisefpulo BNietrsche. El discipulo més importante de W, Otto fue K. Kerényl autor notablemente prolifico, que supo recoger la interpre- taciin psicolégica de C. G. Jung y acordarla con su propia ‘onsideracién, muy afin lade W. Otto, Serfa muy largo ¢- tarlos muchos libros de Kerényi. Su Finfitirung in das We- sen der Mythologie, en colaboracién con el psicdlogo suizo, cesde 1941, Traducido al castellano esté su libro La religién ‘antigua (Madrid, 1972), que recoge algunos de sus articulos is interesantesde anos cercanos, ‘Como libro curioso, aungue menor y un tanto adulters- do, en el queeel simbolismo deriva hacia un alegorisino psi- coldgico, podriamos citar agutel de Paul Die, Le symbols- ‘me dans la mythologie Greequie, caya primera edicign es de 1927 (trad. esp. 1978)-La mitologia tiene su propio lenguaje, Como la cabeza cortaa de Orie, la mitologia continta cantando, incluso despucs desu: muerte, incluso a través de la distancia, Di rante su vidas en el pueblo dondeteniasu hogar, no sdlosecantaba ‘ensu acompaianiento,como alson deunespeciede miisca: cla “era vivid, Aunque material, fue paral pueblo que er su porta. +dor,stinod deexpresion, de pensanientoydevida,Sebshblado, ‘on razon dela vide checha de citas» del hombre de las edades mi logics, yesmuy justamente woo que has coneretizads por ‘as imagenes que nada mejor pueden reemplavar, Sehadicho del hhambre dela Antigiedad que, antes dehacerloque fuera, haba teculad tn paso, convo el tozero que se apresta a darla etocada ‘mortal, Habria buscado ene pasico un modelo ene que refuge ‘se,como en una escafandra, para precpitarse ast, protegido y de- _formado simultineamente en el problems del presente, Su vida _enconiraba de este modo su propia manera deexpresion y sa pro- _posentio, Pars le molt de su pocblo no slo ra comin como la muisiea, dice Kerényi, Ei buen estuctioso dela mito- “ene, ¢s decir, lena de sentido, sino adem explicativa es decin, Jogi debe atender a esas imagenes esenciales que ve combi- ricional” nanenlostextosy relatosde la Antighedad, queencuentran , muchas veces su paralelo en culturas lejanas y distantes: ‘sas imagenes, esos elementos narrativos que una y otra vez, apareeen en la composicién mitica, son fo que llama « tologemas» con un valor simbdlico fundamental, «La acti= tud correcta con relacién a la mitologia viene dictada porst Bn el estudio del simbolismo mitol6gico eabe bien la comparacidn entre las presentacionesde una misma imagen tia, un mitologemaen distintoscorpusmiticos. Asien el titado libro de jung Kerényi se estudiael tema del enifio di vino» y de la «muchacha diving», bisicamente sobre un 28 La cnaraionis “TaINregeFACION DF Ves TO8 IHL SLO XK 9 ‘ito griego, pero con multiples comparaciones. Otros estu- Giosos compondrin en la misma linea brillantes estudios, como el de O. Rank sobre El nacimiento del héroe'®, oel de J. Campbell sobre Ei hévoe de fas mil caras™!, donde se traza tun esquema della carrera arquetipica del héroe, con parale- losde muchos textos mitologicos. ‘Uneestudio queda un paso adelante en esta corriente her- menéutica, de anilisis simbolico, ese! hibro de G, Durand. Lesstructures anthropologiques de Pimaginaire, Introduction 4 Parchesypolagie générale (Parts, 1969; trad. esp., 1982)s ddonde se alia lainfluencia deG. Bachelard a esta hermenu- tica de simbolos. Aunqueee estudio versa sobre una temsti- amis amplia que la de la mitologia antigua, y se n0s p senta con otra retériea -ms moderna y eon referencias al estructuralismo y la critica literaria mas recientes de al tin modolaculminacion deeste proceso interpretative o ‘ginado en las teorfas de Jung y en la perspectiva del simbs lismo, aplicado a ta mitologia en las obras de Kerényi, Zimmer, Campbell ete", Frente a las teorias que ven en el mito una forma de pen- sary explicar el mundo atravésde un simbolismo irreducti- blea la concepcisn l6gica y cientifica del hombre moderna, el funcionalismo no trata de buscar la significacion espi tual o intelectual de los relatos tradicionales que configuran elcorpus mitologico de tal ocusl pueblo, sine que insiste en In funcién social que esa mitologga desempenaen a vida co- ‘unitaria, Ese esl sentido del mito: fundamentar los usos tradicionales y las normas de conviveneia, presentindales una justiicacién narrativa, avalada por la tradicidn y acep- tada por todos. Es B, Malinowski (1884-1942) quien, como sgran antropdlogo de campo, trassu larga estancia entre los nativos de as islas Trobriand, expuso con claridad y buen estilo estasencilla teorta i Malinowski reclama para el antrop6logo una prioridad cn el momento de formular una explieacién de los mitos, porque quien, como el propio Malinowski, ha vivido junto ‘agentes primitivas, cuyo comportamiento estaba de agin ‘modo ligado a esa forma de considerar el mundo a través ests mitos, puede captar mejorla significacién del mito" sk] antropdlogo no esté atado a los escasos restos de una cultura, como tablillasrotas, deslucidos textos o fragmen- {arias inscripeiones. No precisa llenar inmensas lagunas on comentarios yoluminosos, pero basaclos en conjetu- ‘as. El antropélogo tiene a mano al propio hacedor del sito» ¥ esta proximiclad al primitivo fundamenta su ob- servacidn. Lito, tal como existeen una comunidad salvaje,o sea,ensuvivie da forma primitiva noes vinicamente una narracién que se cuen- {e,sino una realidad quese vive, Noesdelanaturaerade a fecion, del modo como podemos ler hoy uns novels, sino quees una res- lidad viva que se eree acontecis una veeen los tiempos muds remo~ tos que desde entonces ha yeni infyendo en el mundo y los Aestinos numanos, Ast el mito es paral salvaje lo que paraun eis tiano de fe ciega esl relate biblico dela Creacidn, la Caida la Re- Aden de Cristo en la Cruz, Dl mismo modo que nuestra histo- ria sagrada esti viva en ritual yen nuestea moral, gobierna ‘ucsra fey controla nvestra conducta, del mismio modo funciona, _panielsalvaje, sumito Estudiado en vidasehito,como veremos, noes simbilico, sino que esexpresidn direeta de lo que constituye su asunto; no es una explicacién gue venga asatisfacerun interés eiomifio, sino una re “surreccin, enel rato, de lo que fue una realidad primordial que ‘senarra para satsfacer profuridas necesidaesreligiosi, anhelos morales, sumisiones sociales reivindicasiones incluso requer= ‘mientospractcos. El mito cumple en a eultura prtitiva, una in- iene a ventaja de aludir a la exprosin dramatica de los mitos ‘camo cierto tipo de relatos. El esepticismo acerca de la posible definicidn de termino enito» me parece un into exagerado, En todo eas queseacepta con un consenso general sera si thology, Beemnmer(ed.),pp. 10-4, con sus notsiliografcas 63. Burker,0.c, p. 120 (64, Mis adelante trataremos de estos doses, Sobre sus oigenes, ch J. Garcia Lopes, La reigin grieg, Madrid, 1975, pp. 1169'Sise [.Chitass Colombo, Le religion in Grecia, Rama-Bari, 1983, y R,Math, opp. 38y85 1.2. Vernant, Mythect socité en Griceancienne cits 1974,P 104 bre este concept tan ago y general dea mela deinfluenias lo importante yo realmente efectivo es sealarcéimo seh ido formande el sistema dela épocanreica ylaclisca, como en ness ‘lana hacen Burkert, es citad ibe, yl, Gert. Boulan fot on Le cle Gre avs le religion (1982), Pars, 1970, dejando tn tanto margen a cuestiin misma delos origenes ylaespecn- icin sobre ellos, Cuando s abla de la mitolopia indoeuropen ‘onvienerecordae cm G, Duméeil no enconteaba muchos t= ‘nus riegos eos que los parallos con losliowesndios, germs nos latinos fueran notables dejando aun lado doses como “Zeus, algunos pocos mis, (Sobre hobadeDumézl fC. Sco%t Liuleton, The New Connpararive Mythology, 2. rv. Berkley, 1973) 67, Bs spenposicdn de doses masculins indoeuropeossebre una anterios eign dominada por grandes Figura femeniaas,medi- terrneay ba tenido wn cierto mpactoen ta obra dealgunosescr- {ores movidos mis porla imaginacién poetics que porlaarqueo- Fol, como eel caso de R.Gravesysussoosis Blancas, 68, CL}, P. Vernanto., pp. 106-110 (68, CLL, Altheim, dias inviet, tad. esp» Buenos Aires 1965, para Jaullina époc’deesplendor dees Sol invcto y universal 70, CW, Butket,0., pp-120 ‘71 Sielestrictralism ha insstido en esa mu competeacisdelosdioses,hay que enialar qu 0 Be = z 7, m3 4, ‘ba muy bien advertido ya en estudiostadicionaes, como, por sjenplel de W. KC. Guthrie, The Greeks andtheir Gods. 0 de C Ramnows, Atholoieon lafemfolyptonne,yactados. ‘Laiterdependencia dele ciosess planteacorio un temacentral en cualquier polite. ‘Conviene advert, aunque se tata dealgo tan ebvio quel ad ‘ertencistesula tal ver supertlua, que al rata de los dioses psamos muchas veces de lo mitogica a terreno mas ampio leo religioso,ineluyendo referencias alos ritos ya loseultos locales, sf como aa religiosidad,¢ incluso ala repercusién Ilstricu de ess cultor. La mitologla ea secciinsnarrativas del conglomerade religioso, mientras que los ritosycerem flag tepresentan otra cura de ese mismo fendmend,y luego ‘queda Ta tlacign institucional ya posicién personal Lael _Bosidad- ante lo religioso,o lo ssagradon.Trazarlosimites tne mitoldgicay lo proplamente religioso es algo queue ‘osapuntado en piginas anteriores peroladisincionterica ce ego dificil de guardaren la exposicibn de los hecho, En td caso, nosha parecido inevitable inteoducirdatos:o es ‘tictamente mitlogicusen esa presentacion delos dose rie~ {sua tepresentacidn que, por motivos de espacio, series “quemticay probablementeincompleta, pero ena que hemos pretendid recoger lo mas importante yearacteristico. Hemos resuiaido y abreviado mucho (y también o hacemos en lasno~ tasdebibliografia) CE... Otto, Lor diosasde Grecia cit p81 ysssM, Detienney [.B. Vernant, Las arias dela nteligencacit, pp. 159 sy Nora Lasenfantsd’Athéna, aris, 981 ito estostres enfoques sobre Atenea-y sobre otros doses-por- {que me parecenliechos dese tres angus distintos,ysonelatus, inteligentesy,en cierto iodo,complementarios. Cf] Lassa dela Veg, »eligibn homérica, en Introduccn a ‘Honero, Made, 1963 (hay ree) pp. 253-287 y,desdectra pers pectva,G, Sissy M,Detienne, Lave quatidienne desdiux Gres, {as narraciones micas componen un entresjo de episoios en los que se prodigaa os doses yloshéroes, veces en aventuras “ingles, msn epistion un tanto pico amoris divers, lucha, engatos, et No podemossino aude alos temas moti- ‘yosmdsconocids sgniicativo, en una pobre selec, Lox libros de K. Kerenys Die Alytholoieder Green (2v0l. rich, 1958); de Graves Los mitos regs (rad.esp., arid, Alianza 282 75. dit, 1988); A, Ruiz de Evie, Micologi griega (Madi, 1975); ‘ode. Grima, Mitologia griega y romana (trad. esp. Madrid, 1970), dan una idea bastante cabal de exe epertorio, Los grades repertoris de L, Preller C. Robert, Grechische Mytholose, 1, Sted, Berlin-irich, 1964 (Led, Leip, 1834), W. 11 Row cher, ed. Ausfitiches Lexikon de gnechsche und rdmischen Mptholgie, 6 vols. Leipag. 1854-1937 (reed Hildeshcim, 1965), sondesdelueyo miscompletos, aunque antcuadosenalgunos 3s pectos (sobre todo por el gran avance de laiconogeafia la dct meniacinarqueolgia aad deel gpoca desu coneccién) ‘Un manual elisico como el deH., Rose, Miolega griga (tr «xp liareelona, 1970), tiene a ventaja desu buena oedenacion fientacion, aunque no sea rn eatlogo (an completo de mitos Y figuras miticas. Los atielos sobre personajes dvinosy ile ts griegos en el Dictionnaire des Mythologtes, dria por Y. Bonneiby (Paris, 19613 esté ya muy avanzada la trad, esp. en 6 vols), redtados por J.P. Vernaat, M,Detienne, L Brisson, C. Calamesetes son una excelente seleecion dun graninterés tanto por st enfoque come por su bibiogratia, Otros estudioselevan- tes putas ents anos que posed son: J. Vernant, Mito eligi er la Grecia antiga (cra esp Bareclons, 1991); K. Dowden, The Use ofthe neck Mythology Gonires-Nueva York, 1992), Gant Earl Greek Mth A Gut ide 10 Literary and Arist Sources (Baltimvore-Lancles, 1993), M.Giebel, Dos Glens der Mipstrin (Minch, 1993) f, Der dle Velaseo, Introduce ala Historia de las Religiones (Made, 1995) idem, Los camminos dela muerte. Religion, sito amigenes| del paso al nls alld ela Groci antigua (Madeld, 1995); idem, Lenguajes deta Religion. Mito, sinbolose imagenes de la Grecia ‘antigua (Madrid, 199; J.C. Bermejo, Los origenes dela mioloyia frigga (Madrid, 1996) 1, Aghion,C. Barbilion y F, Lissarragie, Hiroesydioses deta Aniiguetad. Guia iconograen (erat. esp. Madrid, Alianza Flt, 1957); E. M, Moorman y W, Uitethoeve, eActedna Zeus (td. esp, Made, 1997); M.Deticnne, Apolon contenu aa main (Part, 1998) LL Duch, Mito, iterpretaciony «cultura Barcelona, 198); C, Garcia Gual, Diectowario de mitos (Bateetona, 1998), y M. Richie, La Natssance des diewx (Pars, 1998), Ch MLL. Westy Hesiod: ‘Theogony, Oxford, 1966; Ge. Arrighetti(e.) slodo, Lettre criche Milin, 1975: Pete inénez yA: Martinez Diez (intzod, teu. y mots), Hestodo: Obras > fragieros, Madrid, 1978, vores 263 16.0 Me Deine, Lis maeto de verdad ne Grecia anu trodesps Madrid 08s Loy ones, The Juste of Zeus ovkley- Londres, 1971; Ea, Havelock The Grck concep! of se rom Ms Shad br Hortus lato, Cate bilge Mss, 1978 77. 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