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La Brújula: uso e interpretación

Desde la más remota antigüedad los marineros se confiaban y se guiaban


utilizando la brújula para no perderse en la inmensidad del océano. Ella les
orientaba y les indicaba siempre un camino seguro.
En nuestros días, cada vez mas se confía en modernos aparatos de telemetría y
localización, tales como localización por satélite. No obstante, pocos son tan
sencillos y, a la vez, completos y simples como la brújula.
Un aparato electrónico no es infalible, dependerá siempre de unas baterías, de
una calibración y, en última instancia, tampoco están al alcance de todos.
El aprender a usar un instrumento como la brújula te dará mucha mas
autonomía, mucha mas libertad y, por lo tanto, seguridad. Sea donde quiera
que te encuentres, podrás contar con ella para tenderte una mano y, quien
sabe si, gracias a ella, puedas evitarte muchos males mayores, como ése
sencillo instrumento se los ha evitado a muchísimas mas personas antes que a
ti a lo largo de su dilatada historia.
Este sencillo manual quiere acercarte a conocer dicho instrumento, a obtener
muchas de sus potencialidades e intentar que sea uno de tus mas fieles
compañeros en todas tus aventuras, pequeñas o grandes.
Para ello, nos serviremos de gráficos e ilustraciones, así como de ejemplos, que
hará este camino de aprendizaje mucho mas sencillo y ameno.
Acompáñanos. Tienes un mundo por descubrir.

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Índice

- Preámbulo
- Historia de la brújula
- Partes, estructura y presentación de la información en una brújula
- Usos básicos de la brújula
- Trazado de rumbos, interpretación de mapas
- La brújula en las grandes ciudades
- Averiguar la hora a través de la brújula
- Posicionamiento y triangulación mediante brújula
- Uso de la brújula en mapas digitalizados y satélite: google earth
- Brújula digital: partes, calibración y funcionamiento
- Brújula digital vs Brújula analógica

Agradecimientos:
Un manual que abarca aspectos tan vastos no sería posible sin muchos trabajos y
participaciones anteriores. Gracias por tanto a “la tecnología del saber”, google earth,
Nokia y Forum Nokia, cherokee trail, Creative Commons.

- Preámbulo: Unos pocos consejos antes de empezar para comprar tu brújula.

Junto con un mapa o un plano orientado, la brújula es la garantía de que nunca


te perderás. Puedes estar muy lejos o desviado del punto de destino, pero
siempre sabrás hacia dónde vas y, lo que es mas importante, lo que te vas a
encontrar.
Hoy en día existen muchos instrumentos de posicionamiento electrónicos,
incluso brújulas electrónicas. Sin embargo la brújula de toda la vida, la sencilla
y simple brújula, no ha pasado de moda, mas bien al contrario.
La razón es que, en comparación con otros sofisticados instrumentos, la brújula
es mucho mas barata (pueden encontrarse modelos verdaderamente completos
en el mercado por unos pocos euros); asimismo, al no depender de baterías ni
de alimentación externa, te da la seguridad de que siempre funcionará, y de
que, por tanto, la tendrás operativa en el momento en que mas la necesites.

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Por ello, a pesar de que lleves contigo instrumentación digital, es altamente
recomendable que vayas acompañado de una brújula corriente, ya que es
garantía de que siempre podrás acudir a ella.
En el mercado existen brújulas muy completas y sofisticadas. Aquí trataremos
un modelo medio, y es sobre ése sobre el cual trabajaremos. Algunas de las
brújulas que se venden en tiendas especializadas cuentan con aparatos de
medición bien de apoyo, o bien de complemento, como son altímetros y demás.
No obstante lo básico a la hora de adquirir una brújula es que ésta sea
fácilmente visible, y que esté bien calibrada. También, que se vean claramente
los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste). Lo demás dependerá del
fabricante, de tus gustos, y de lo que desees adquirir, por lo que lo dejamos a
tu elección.
Muchas de las brújulas tienen partes transparentes para disponerlas sobre el
mapa con la intención de dar una lectura clara y lo más visible. Otras disponen
de espejos de señales incorporados, mientras que, otros modelos, disponen de
cristal de recubrimiento y de la rosa de los vientos completa.
En fin, se deja a tu decisión personal el tipo de sofisticación de tu brújula, no
obstante, recuerda que, habitualmente, la mayor sofisticación implica también
un precio mas abultado.
Lo que sí queremos mencionar, y aconsejarte encarecidamente, es que tengas
muy claro el destino que vas a darle. Si su uso es para campo abierto, en
donde la lectura de mapas se va a hacer muy frecuente, te recomendamos una
brújula plana, en plástico, de amplia base y que, según los modelos, poseerá
escala giratoria de uso transportador.
Si el uso que le vas a dar es mas “urbanita”, entonces te recomendamos una
brújula con protección plástica, de base opaca pero con brújula giratoria, que
sirve para lectura de mapas y suelen ser pequeñas pero de lectura muy
cómoda. Estas brújulas se venden en formato “bisagra”, y suele oscilar su
precio entre los 5 a los 20 o 30 €, dependiendo, no de la calidad de la misma,
sino mas bien de los fabricantes.
Hemos también de destacar que no es la primera vez que, por pequeños golpes
en el transporte, o por el mismo uso cotidiano de la misma, el limbo de la
brújula gira sobre los grados, quedando mal calibrada. Ante esta situación, es
muy importante que vuelvas a calibrarla. Para ello, en una brújula no digital, es
muy fácil: solamente has de girar el limbo sobre la escala, hasta que la flecha
de Norte (en la zona roja de rumbos) esté perfectamente encarada con los
360º. Es decir: la flecha de norte tiene que estar en los 360 grados, no antes ni
después, tal como puedes apreciar en la imagen:

En la imagen A puedes observar una brújula mal calibrada (el Norte señala casi
60º), mientras que en la imagen B se observa una brújula bien calibrada.

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No obstante, dependerá también de tu posición en la zona terrestre (en algunas
zonas la declinación es de incluso 5º), por lo que, en caso de estar calibrada así
para tu zona, no deberás tocarla. Ello se explicará más adelante.
Como medida puramente didáctica, no obstante, en el presente manual las
figuras, mapas y demás, aparecerán con una brújula dibujada en vectorial y
diseñada específicamente para esta guía. Esto es así con la única intención de
aclararte las dudas y hacerte mas sencillo y simple el aprendizaje, ya que la
brújula que se ha diseñado para esta guía contiene los elementos
imprescindibles que toda brújula debe poseer, sin añadir nada, por lo que las
imágenes que se obtienen como resultado final son verdaderamente muy
buenas educativamente hablando.
Asimismo, los planos han sido tomados, no a partir de fotografías, que pueden
inducir a error al no mostrarse con todos sus detalles, sino a partir de
infografías en formato pdf, con los cuales se ha podido trabajar aumentando o
disminuyendo su tamaño sin notarse apenas en la calidad final, algo que hay
que tener muy en cuenta al tratarse el presenta trabajo de una distribución en
formato digital.
Todos estos esfuerzos tienen como resultado final que el grado de aprendizaje
sea muy rápido y muy alto, favoreciendo, en suma, que en poco tiempo puedas
manejar hábilmente este instrumento.
Esperamos, confiamos, en que esta labor se vea recompensada con tu
satisfacción personal y te ayude en los momentos que lo necesites, y nos
sentiremos con ello ya sobradamente pagados.

- Historia de la brújula
En muchas partes y tratados se menciona a los chinos como los inventores de
la brújula, así se desprende de varios libros chinos que han sido datados en el
siglo II. Ellos afirman usarla hace ya 2.500 años antes de Cristo, y es bastante
probable que en partes del Asia Oriental fuera usada más o menos
habitualmente en el tercer siglo de la era cristiana.
Pero los chinos nunca se sirvieron del imán para establecer el rumbo en la
navegación. Los Árabes pudieron aprender de ellos aquel fenómeno, y tal vez
algunos cruzados lo aprendieron a su vez de los Árabes llegando así a Europa.
Como se ve, es un invento antiquísimo y que lleva acompañando al hombre
desde la oscuridad de los tiempos más remotos.
El fenómeno del magnetismo sí que se conocía, pero la brújula se usaba de
forma muy rudimentaria (sobre cañas colocadas en el agua, o con finos
alambres inmantados). En 1269, Pietro Peregrino de Maricourt describió una
brújula, explicando sus usos. Los árabes se sintieron pronto atraídos por este
invento y la divulgaron casi de inmediato por todo el oriente.
El nombre de “brújula” proviene de “buxula”, cajita hecha de boj o buxus. En la
terminología marinera a la brújula se la denomina también compás (que
proviene de una palabra francesa que significa girar).
Otros historiadores señalan que la primera brújula de navegación práctica fue
inventada por un armero de Positano (Italia), Flavio Gioja, entre los siglos XIV
y XV. Él fue quien la perfeccionó suspendiendo la aguja sobre una púa de
forma similar a la que actualmente conserva. Y la encerró en una cajita con
tapa de vidrio. Más tarde apareció la "rosa de los vientos", un disco con marcas

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de divisiones de grados y subdivisiones, que señalaba 32 direcciones celestes, y
que fue la brújula marina que se utilizó hasta fines del siglo XIX.
Posteriormente se logró un nuevo avance, cuando el físico inglés Sir William
Thomson (Lord Kevin) logró independizar a este instrumento, del movimiento
del barco durante tempestades, y anuló los efectos de las construcciones del
barco sobre la brújula magnética. Utilizó ocho hilos delgados de acero sujetos
en la rosa de los vientos, en lugar de una aguja pesada. Y era llenada con
aceite para disminuir las oscilaciones.
En los comienzos del siglo XX aparece la brújula giroscópica o también llamada
girocompás. Consiste en un giróscopo, cuyo rotor gira alrededor de un eje
horizontal paralelo al eje de rotación de la tierra. Se le han agregado
dispositivos que corrigen la desviación, la velocidad y el rumbo; y en los
transatlánticos y buques suele estar conectado eléctricamente, a un piloto
automático. Este girocompás señala el norte verdadero, mientras que la brújula
magnética, justamente, señalaba el norte magnético.
En el siglo VI a.C., se descubrió (por un pastor según cuenta la leyenda) que
cierta clase de mineral atraía al hierro. Como fue hallado cerca de la ciudad de
Magnesia, en Asia Menor, se llamó piedra de Magnesia, y el fenómeno se
denominó magnetismo. Éste fue estudiado por primera vez por Tales de Mileto.
Más adelante se descubrió que si un fragmento de hierro o acero se frotaba con
el mineral magnético (imán), quedaba magnetizado (imantado). El término
español de imán procede de una palabra latina que significa "piedra dura".
Allá por el año 1180 cuando un inglés, Alexander Neckam, hizo por primera vez
mención de la cualidad del magnetismo para señalar el norte.
Tras varias evoluciones, que abarcaron bastantes siglos, la brújula llega a
nuestros días siendo utilizada por todos, principalmente marinos, pilotos,
aventureros, viajeros y correcaminos con un claro objetivo: orientarse… estén
donde estén.

- Partes, estructura y presentación de la información en una brújula

A simple vista la brújula es un instrumento muy sencillo. Imantada, su aguja


señala en todo momento la dirección norte-sur. Cabe señalar que, para ello,
como es obvio, debe disponerse la brújula en posición horizontal. En ocasiones,
y según en qué partes y así como en qué metales de las estructuras en las que
nos encontremos estén presentes, será conveniente darle unos ligeros “toques”
sobre ella, con el dedo, para hacer que el movimiento del imán tome la
dirección correcta (pues pudiera estar trabado, sobre todo en brújulas de poca
calidad o en las situaciones antes mencionadas).
Asimismo, en todas las brújulas el norte está perfectamente marcado sobre la
aguja. Éste es pintado de color rojo siempre (o casi siempre), y el sur en azul,
blanco, o sin pintar. Por lo tanto, la zona de la aguja que está en rojo, es la
zona que indica el norte.

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Aparte de ello, en una brújula típica encontramos:

A/ Líneas norte-sur o líneas de Rumbo. La parte central incorpora una flecha


marcada con el símbolo N (norte), y se denomina Flecha Norte.
B/ Graduación. Una brújula puede estar graduada en diferentes grados (la de la
imagen, en tramos de 30 grados), pero siempre sobre una esfera de 360
grados, es decir, un círculo completo.
C/ Aguja de la brújula propiamente dicha.
Aparte de todo ello, puede incorporar diferentes reglas y escalas, para ayudar a
la medición de planos y a la lectura de mapas. Así como lupa, espejos, etc. etc.
También pueden existir líneas auxiliares de dirección (marcadas en la imagen
como Start) fijas.
La aguja gira en el Limbo, que, como se ha dicho, está graduado de 0 a 360
grados. La graduación, por tanto, gira junto con el limbo, de forma
independiente al giro de la aguja, como se ve en la imagen siguiente (aunque lo
mejor es que lo compruebes en tu propia brújula):

Asimismo, existen escalas que nos serán útiles a la hora de usar nuestra
brújula para averiguar la hora aproximada del día, y una escala de este tipo es
la siguiente:

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A/ Puntos cardinales. N: norte; NE: noreste; E: este; SE: sureste; S: sur; SW:
suroeste; W: oeste; NW: noroeste.
B/ Aguja. Aquí no existe limbo o/y el limbo, de existir, no se utiliza para la
medición horaria.
C/ Zonas AM/PM respectivamente (Ante Meridiem, Post Meridiem). Es decir,
respectivamente desde las 6 hasta las 12 del mediodía, y desde las 12 a las 6
de la tarde (desde el alba hasta el ocaso) (D).
AM es después de medianoche, y PM después del mediodía. Dado que en
medianoche no hay sol, la escala comienza con las seis (hora orientativa del
alba).
Mas adelante aprenderemos a hacer prácticas e interpretar estas escalas.
En el mercado se encuentran brújulas con ambas escalas a la vez, e incluso con
más.

- Usos básicos de la brújula

A la hora de adquirir tu brújula es muy deseable que posean una escala o un


mecanismo para ajustar la declinación magnética, ya que la brújula debe
adquirirse de acuerdo a la zona donde va a ser usada. A este respecto, la Tierra
está dividida en zonas magnéticas y las brújulas son fabricadas de acuerdo a
cada una de ellas.
Las zonas magnéticas son las siguientes:

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Ello es debido al campo magnético terrestre, su inclinación y su posición con
respecto al globo terráqueo.
En España y Europa son válidas las brújulas para la zona 1. Cabe señalar,
asimismo, que, por su diseño, existen brújulas válidas para todas las zonas.
La declinación magnética es la diferencia entre el norte geográfico y el norte
verdadero (también llamado norte magnético) y es diferente según el lugar de
la zona terrestre y el paso de los años, ya que el campo magnético de la Tierra
no es estable.

Los 16 puntos principales de la "Rosa de los Vientos" son:


N 0°, 360°
NNE 22,5°
NE 45°"
NEE 67.5°
E 90°
SEE 112.5°
SE 135°
SSE 157,5°
S 180°
SSO 202,5°
SO 225°
SOO 247,5°
O 270°
N00 292.5°
NO 315°
NN0 337.5°

Ello es útil para conocer las escalas de las brújulas.


La disposición de la brújula debe ser, en paralelo con el suelo, manteniendo la
aguja en horizontal:

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Asimismo, tal y como se ha dicho antes, es conveniente efectuar una serie de
“toques” sobre la misma, sobre todo en determinadas situaciones para agitar la
aguja:

Se debe tener mucho cuidado en no acercar la brújula a imanes u objetos con


que los contengan, tales como altavoces, ya que la lectura que nos dará sería
errónea.

Debemos, también, tener en consideración en todo momento los cuatro puntos


cardinales respecto a nuestra posición, que siempre estarán marcados por la
aguja independientemente de donde nos encontremos:

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Para el cuidado del instrumento debemos respetar unas normas básicas de no
mojarlo, rasparlo, darle bruscos golpes y, en general, tratarlo con el esmero de
todos los elementos de este tipo.

- Trazado de rumbos, interpretación de mapas


En este capítulo se pasará primero a explicar los conceptos y cómo trabajar con
mapas, para después presentar un ejemplo práctico que será muy aclaratorio,
sobre todo para principiantes.
Antes de nada, si nunca has estado en un cursillo de orientación o es la primera
vez que trabajas con brújula – mapa, te recomendamos encarecidamente que
practiques el ejemplo tú mismo, tomando las bases y las directrices que aquí te
vamos a desglosar.
El mapa que deberás adquirir ha de ser un mapa físico, o político, no importa,
mientras tenga inscrita claramente la brújula o, por lo menos, la dirección del
norte real (a menudo presentada como una simple flecha en alguna de las
esquinas del mapa).
Todo ello es vital para que adquieras práctica y soltura y puedas operar con
maestría cuando lo requieras en campo abierto.

Lo primero que se ha de hacer, al trabajar con mapas y trazar rumbos, es,


como ya se ha dicho, encontrar el norte real del mismo. No obstante, si el
mapa no dispone de norte sobre el que marcar los rumbos, podemos intentar
(ha riesgo de equivocarnos si no conocemos la zona) marcar nosotros el norte
sobre las líneas de altitud, los accidentes orográficos, y cadenas montañosas o
ríos y lagos, teniendo a estos como referencia.
El norte es imprescindible para orientar la brújula y que las líneas de rumbo a
seguir sean válidas, de lo contrario estaríamos trazando un rumbo equivocado.
Para hallar el norte de este modo en un mapa que no lo tenga, y valiéndonos
de nuestra brújula, deberemos operar como sigue: estableciéndonos en un
punto en donde nuestra perspectiva sea buena (una colina, una montaña o un
punto alto, preferiblemente) desplegaremos el mapa.

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Aquí te presentamos un ejemplo de disposición, en donde podremos fijar
nuestra situación dependiendo del norte de nuestra brújula y comparándolo con
carreteras, accidentes orográficos y curvas de nivel (las curvas o líneas de nivel
nos informan de la altitud y cambios de nivel en los mapas. Junto con tales
líneas suele venir acompañado de un número, que nos da la altura, en metros,
sobre el nivel del mar. De este modo sabremos las proporciones del accidente
geográfico, así como las dificultades del terreno):

Pero lo mas normal y obvio es que dispongamos de un mapa en donde ya esté


marcado el norte. Ahora, solamente tendremos que trazar un rumbo a nuestro
destino para no equivocarnos de dirección.
Para ello, dispondremos la brújula, bien orientada, sobre el mapa, esto es, el
norte de nuestra aguja, con el norte del mapa o plano:

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Nos pondremos también nosotros mirando a esa posición. Giramos la flecha
norte (con las líneas norte y sur en rojo, en la imagen) sobre el limbo, estando
la brújula en el mapa, hasta que la flecha norte esté en la misma posición que
el norte de la aguja de la brújula, tal como se ve en la imagen. Hecho esto,
podremos trazar una línea, si lo deseamos desde ése punto donde nos
encontramos, hasta nuestro destino:

Por lo tanto, nosotros hemos trazado un rumbo NORTE sin apenas grados de
declinación.

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¿Qué ocurre si, en lugar de tomar una dirección lineal, de frente, vamos hacia
una dirección que no está en el norte? Imaginémonos que, en lugar de
dirigirnos hacia Wildlife Trails tuviéramos como destino el círculo 14 en el mapa
(flag 14).
Tomaremos la brújula y la orientaremos de acuerdo a la flecha impresa, como
hemos hecho hasta aquí. Dispondremos la brújula sobre el punto de partida:

Como vemos, ahora la dirección de nosotros hacia el destino es de unos 30º.


A medida que vamos caminando, iremos mirando la brújula. Si nos desviamos,
la aguja se saldrá del norte, es decir, se desorientará. Con lo que el sabremos
que nos estamos desviando del rumbo de 30º. Para volver a dicho rumbo,
solamente tendremos que ajustar la flecha norte con la aguja. Podemos
disponer la flecha de rumbo o la flecha norte, en este caso, sobre esos 30
grados, y seguirla. De modo que solo tendremos que caminar en línea recta: Si
la flecha de la brújula, por tanto, se desvía menos grados o mas (es decir: se
acerca o se separa de la flecha de Norte), estaremos desviándonos del rumbo.
En algunos modelos de brújula que existen en el mercado, existen marcas de
“start” con flecha hacia los grados, que pueden ser usadas para este menester,
sustituyendo a veces a la flecha de norte en la toma de rumbos.

No obstante, como los caminos y las rutas nunca son rectas, tales desviaciones
son comprensibles. Lo importante es que no nos alejamos hacia el sur, hacia el
este o el oeste (en este caso), es decir: fuera de nuestro rumbo, que, en este
ejemplo, es norte ligeramente noreste.

Si nos hayamos ante caminos o bifurcaciones, la brújula nos informará,


asimismo, sobre qué dirección tomar:

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Ante esta situación, como tenemos que tomar un rumbo norte con inclinación
30º (no declinación, ya que sino sería -30º), tomaríamos el camino central.
A medida que vayamos avanzando deberemos verificar siempre, cada poco
tiempo, nuestro rumbo y dirección, para no perdernos.
Si siguiéramos el norte no habría inclinación, por lo que nuestra rumbo sería de
0º.
Cabe destacar que se pueden tomar rumbos (de hecho, es muy habitual) sin
necesidad de mapas, si vemos o tenemos relativamente cercano el objetivo, o
si nos vemos imposibilitados al uso de mapas.
Para ello, tomaremos como referencia una montaña, un río, un bosque… etc., y
tomaremos el rumbo de la misma forma que hemos visto, pero sosteniendo la
brújula, o dejándola en tierra, y apuntando hacia el norte la flecha de rumbo.
Una vez hecho esto y averiguada la inclinación o declinación en grados,
podemos avanzar hacia allí o bien mover las flechas de rumbo y enfocándolas
hacia el objetivo. Tras ello solo tendremos que continuar siguiéndola, fijándonos
en que la aguja de la brújula no se desvíe en exceso de la flecha de Norte.
Existe otra forma de tomar el rumbo mediante el mapa, conociendo
previamente nuestra posición.
1/ Unimos los dos puntos apuntando la flecha de dirección hacia el objetivo
(SIGHT, en la imagen y en algunas brújulas). El objetivo está puesto en la
figura con un círculo azul, y la línea de unión, punteada también en azul:

2/ Giramos el limbo de nuestra brújula hasta hacerlo coincidir con el Norte del
mapa (en la imagen, el limbo de nuestra brújula está en rojo, como ya se ha
dicho):

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3/ En este punto debemos hacer coincidir el norte magnético con el norte del
mapa (es decir: con el norte del limbo que hemos marcado en el paso anterior).
Para ello, giramos sobre nosotros mismos hasta hacer coincidir la brújula. Ese
es el rumbo a seguir, a donde apunte la señal de Sight.

- La brújula en las grandes ciudades


Hasta aquí se ha dado una ligera idea, fácil y rápida, sobre el uso de la brújula
en terrenos abiertos. También hemos realizado un ejemplo práctico sobre la
toma de rumbos y las diferentes direcciones de acuerdo con nuestro destino y
la disposición del norte en la brújula.
Ahora abordaremos un tema realmente interesante, que entra también dentro
de la orientación y complementa al anterior, cual es la toma de rumbos y
direcciones en ciudades y/o en entornos urbanos encerrados.
Para ello, sustituiremos los mapas por planos (comúnmente llamados
“callejeros” o croquis). Las principales diferencias que vamos a encontrar
respecto a los mapas de rutas son:
· Ausencia de curvas de nivel
· Ausencia de accidentes geográficos de relieve
· Ausencia de campo abierto para tomar rumbos y muestras de dirección a
distancia.

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Sin embargo, las diferencias que vamos a encontrar a favor son:
· Mucha mas presencia de puntos de referencia: parques, edificios, etc.
· Calles mas “cuadriculadas”, por lo que facilita la toma de direcciones
· Apoyo de la toma de rumbo con la confirmación de nombres de calles y plazas
que nos vamos a encontrar, por lo que, recurriendo a ello, haremos más difícil
perdernos.
Tal y como se ha explicado en el capítulo anterior, para orientar nuestra brújula
haremos lo mismo que allí. No obstante, en muchos mapas no aparece el norte,
por lo que tendremos que hallarlo previamente, bien buscando los puntos mas
destacados entre plano y paisaje (edificios, parques… calles) o usando métodos
más modernos, como la herramienta Google Earth.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es conocer el lugar donde nos
encontramos. Para ello, podemos usar varias formas:
· Conocer el nombre de la calle donde estamos y usar el callejero del plano. Si
en la calle que estamos no posee nombre, nos trasladaremos a otra cercana
que sí lo tenga, o preguntaremos.
· Al descender del tren, autobús o estación a la que lleguemos, disponernos ya
en el plano o usar la brújula para orientarnos hacia dónde desplazarnos. Es
muy importante recordar aquí que nuestra posición, de pie, debe ser la de la
brújula. Ella señala al norte y nosotros debemos ponernos hacia el norte.
· Usando aparatos de apoyo, tales como sistemas por GPS.
Una vez estemos orientados, hay que recordar, una vez mas, que al comenzar
a avanzar la dirección puede variar. Esto, en las ciudades, se hace mas notorio
puesto que algunas calles estarán con una orientación diferente a la de nuestro
destino.

En la imagen, nuestro rumbo a tomar será norte con una ligera declinación al
noroeste.

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Debemos tratar de encontrar una ruta que nos acerque a nuestro destino de la
forma mas recta posible, para no caer en el problema de despistarnos. Además
de lo mas recta, preferiremos las calles anchas frente a las estrechas, y las que
tengan nuestra orientación frente a la que tengan otra.
A ser posible, asimismo, elegiremos las calles mas largas.
De este modo, nuestra ruta sería (en negro sobre la figura):

Hay que notar fijarse que, en el último tramo se cambia de orientación. Es un


buen lugar por tanto para tomar la brújula y confirmar nuestra posición, sin
necesidad de abrir el plano, si es menester:

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Por lo tanto, cuando salimos seguimos un rumbo casi al norte (A), cuando
giramos a la izquierda, cambiando de dirección, tomamos un rumbo
prácticamente oeste de unos 280º (B), acabando en nuestro destino de nuevo
hacia el norte (C).
Podemos optar, si es menester, incluso en el momento, por otros caminos,
siempre y cuando recordemos que un cambio de sentido a la derecha o
izquierda, implica que, en la próxima calle a tomar sea la que nos lleve a
retomar la dirección adecuada:

En la imagen tenemos, en rojo, los tramos que implican un cambio de dirección


y, por lo tanto, la flecha de rumbo de nuestra brújula apuntará hacia delante y
la flecha magnética de la brújula apuntará al norte (a nuestra izquierda). El
rumbo que hemos seguido aquí ha sido: desde la calle Anselmo Cifuentes hasta
Conde de Guadalorce (Plaza 6 de Agosto).
En caso de que el camino sea al contrario (de C. de Guadalorce a calle Anselmo
Cifuentes), nuestro rumbo será Sur, con unos grados hacia el sureste. Es lo
mismo pero, en este caso, las flechas de orientación apuntarán al revés.
En ciertas ocasiones podemos tomar como referencias edificios destacables,
estatuas, o calles importantes. En ellas podemos realizar los cambios de sentido
y, asimismo, la verificación de nuestra posición con respecto a la brújula.

Averiguar la hora a través de la brújula


El sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Mediante este conocimiento
básico podemos averiguar grosso modo la hora del día en la que nos
encontramos.

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Para ello, algunas brújulas disponen de una escala, dividida en secciones,
mediante la cual podemos realizar esta averiguación.
Las horas del día en la escala de la brújula se corresponden con las siguientes:

Dividida en dicha escala encontramos las diferentes secciones que nos informan
de la hora.
Cabe reseñar que el reloj de sol no es un reloj propiamente dicho, en el sentido
que todos entendemos de la palabra, ya que, invariablemente, marca las seis
de la mañana al alba y las seis de la tarde al ocaso. No obstante, resulta una
ayuda a tener en consideración cuando no se dispone de otros relojes.
El Sol recorre aproximadamente 180º en 12 horas, de lo que se deduce que el
movimiento angular del Sol es de 15º a la hora.
La hora señalada por el reloj de sol a mediodía es casi idéntica a la de un reloj
convencional, fuera de ella hay diferencias consecuencias de nuestra posición
en el globo y la fecha del año.
Existe todo un mundo referente a los relojes de sol, y explicarlo aquí dista
mucho de los objetivos de este manual. Emplazamos al lector, si lo desea, a
profundizar en sus mecanismos, ya que existen fórmulas matemáticas y reglas
para hallar y corregir las desviaciones y graduaciones en los relojes de sol.
En las brújulas con relojes solares podemos marcar en el suelo las medidas, o
hallarlas directamente sobre la brújula. En algunas de dichas brújulas, al
orientarnos con respecto al sol para averiguar la hora, en el centro de las
mismas presentan un grosor central que hace que la silueta producida por éste,
luminosa, se destaque en la esfera (nota: si la brújula posee espejo, puede
mantenerse abierta para no entorpecer la lectura):

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A: Abultamiento
B: Reflejo que nos da la posición horaria. En este caso, cerca de las nueve de la
mañana.
También podemos utilizar la brújula para dibujar sobre el terreno el reloj de sol
mediante un palo:

Estando nosotros en la posición del sol (de frente al reloj), la sombra del palo
equivaldría a la manecilla de las horas del reloj y, según el punto en que nos
encontremos y la estación del año, la sombra se moverá en el sentido de las
agujas del reloj mecánico o viceversa, pero ello no cambia la manera de leer las
horas.
Una sencilla aproximación horaria mediante un reloj de sol es la que sigue:

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Hay que tener en cuenta en este tipo de relojes que el sol sale en el orto a las
6:00 am y se pone en el ocaso a las 6:00 pm, y que, asimismo, bajo tiempo
nublado o con niebla puede ser muy difícil averiguar la hora.
También podemos realizar un cálculo horario mediante nuestra propia sombra,
tomando la orientación correcta mediante la brújula y actuando como si
nosotros fuéramos la varilla de las horas de un reloj de sol imaginario:

No obstante, para tal menester requiere estar habituado y tener la precaución


de que sombras cercanas (árboles, orografía…) no confundan nuestra lectura.

- Posicionamiento y triangulación mediante brújula


La triangulación es una técnica que nos facilita conocer nuestra ubicación
espacial. Para ello, aparte de una brújula, necesitamos un mapa en donde
tenga marcados (o hayamos marcado) los puntos cardinales.
Una forma sencilla de triangulación es la de situarnos en el mapa mediante dos
puntos de referencia estando alejados de ambos. Primero hay que determinar
con la brújula las direcciones respectivas a los puntos A y B. Luego, trasladados
esos puntos al mapa, se trazan dos líneas y el punto donde estas confluyen es
donde nos encontramos. Para ello es preciso conocer, con ayuda del mapa, dos
puntos distantes (rios, montañas, un bosque…). Disponerlos en el mapa y
trazar, visualmente, una línea que vaya de nosotros a ellos:

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A: Punto A. Una montaña a 330º
B: Punto B: Un macizo montañoso a 60º.
C: Nuestra posición.

Disponemos después la brújula sobre el mapa, y trazamos dos líneas de


acuerdo a la graduación medida:

Hay que considerar que, mientras nuestro objetivo sea una zona de grandes
dimensiones, o perfectamente enmarcada por una carretera o similar, no
importa confirmar nuestra posición y seguir el rumbo correcto cada poca
distancia. Sin embargo, si nuestro objetivo es una zona pequeña, cabaña,

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refugio o similar, un simple error de pocos metros al comienzo puede
desviarnos kilómetros al final, encontrándonos totalmente perdidos. Por ello,
debemos acostumbrarnos siempre a medir y orientarnos lo más exactamente
posible desde un primer momento, y a confirmar esa medición con accidentes
geográficos, edificios o carreteras cercanas.

- Uso de la brújula en mapas digitalizados y satélite: google earth


Desde que apareció la magnífica herramienta de mapeado vía satélite Google
Earth, su éxito no ha parado de crecer. No en vano, aparte de disponer de
versión gratuita, es una herramienta extraordinariamente eficaz.
Esta es una imagen característica ofrecida por Google Earth:

Aparte de, como se ve en la imagen, ofrecernos la longitud, latitud


(coordenadas), elevación y dirección, este excelente programa dispone de una
brújula auto orientativa. ¿Esto que quiere decir? Significa que la brújula señala
dinámicamente el norte en todo momento, mientras nos movemos por los
mapas de imágenes, por lo que es un instrumento muy valioso en caso de que
necesitemos la orientación de algún punto, región o provincia, y no la tengamos
en los mapas o planos de que dispongamos.

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Conviene aclarar que, en caso de que no aparezca en tu programa la brújula,
puedes activarla desde el menú View/Compass.
Asimismo, Google Earth puede visionar las calles principales de las ciudades, y
otros accidentes geográficos y orográficos que disponga en su base de datos:

No vamos aquí a desglosar y aprender a usar todas las características de este


fenomenal programa informático, ya que no es el tema de estudio de éste
manual, pero sí destacar sus potencionalidades principales.
No obstante, cabe señalar que, como cualquier programa informático de
características tan enormes y globales, posee pequeños errores, todos ellos
subsanables y fácilmente corregibles si nos apoyamos de planos o mapas en
formato papel para que nos confirmen los datos.
Hecha esta salvedad, vamos a proceder a un ejemplo de trabajo con la brújula
y Google Earth con orientación ligeramente al Este en la provincia de Sevilla
(España).
Como siempre, calibraremos nuestra brújula y la orientaremos de acuerdo con
la presentada en Google Earth:

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Para trazar rumbos se procederá a como se ha explicado en capítulos
anteriores, por lo que no se insistirá en ello.
Una vez tengamos el rumbo fijado, Google Earth nos permite ir mirando las
diferentes posiciones en las que tendremos la brújula una vez sobre el terreno.

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Ello se explicará con un simple ejemplo en una sucesión de mágenes:

El círculo rojo será nuestro punto de partida, el círculo azul, nuestro destino, y
la línea punteada es la ruta que hemos previamente trazado mediante
cualesquiera de las técnicas explicadas anteriormente.
Cada cambio de dirección que iremos captando ha sido numerado, para su
facilitar su comprensión, con el 1, el 2 y el 3.

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Para mayor facilidad, hemos introducido en el Google Earth dos marcadores
denominados Origen y Destino, que corresponden a los círculos de la imagen

anterior:

Como se ve en la brújula de la imagen, iniciamos la ruta unos 60º. Giramos a la


izquierda en el primer cambio de dirección, y éste es el aspecto que tendrá
nuestra brújula sobre el terreno, en el punto 1:

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En el punto 2, nuestra brújula tomará el siguiente aspecto, señalando al norte y
con nosotros en la misma posición que de partida:

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Ahora nos vamos a disponer en el punto 3, nótese los cambios en la brújula al
cambiar nosotros de posición y tomar diferentes direcciones:

Utilizando, asimismo, la nomenclatura de calles del Google Earth podemos


saber la zona de la ciudad por la que nos movemos de manera muy concreta:

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Siguiendo los pasos de éste sencillo ejemplo podremos trazar rutas mucho mas
largas y complicadas, anotando o dibujando sobre mapas o planos las
diferentes direcciones y los cambios de la brújula, que seguiremos, mas tarde,
sobre el terreno al seguir el rumbo.

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- Brújula digital: partes, calibración y funcionamiento
Hasta hace relativamente poco tiempo, la posibilidad de incorporar una brújula
digital en el día a día era prácticamente imposible. Gracias al avance y
abaratamiento de las tecnologías, y a empresas como Nokia, que apuestan por
poner esa tecnología al alcance de todo el mundo, cualquier persona puede
disfrutar de estos pequeños-grandes inventos digitales.
Nokia posee más de un teléfono móvil con brújula digital, sin embargo, todos
son muy parecidos y el principio es el mismo. Aquí trabajaremos sobre el Nokia
5140.
En el mismo manual Nokia nos dice que no debemos prestar totalmente nuestra
confianza a este tipo de brújulas. No porque sean erróneas o malas, sino que
Nokia se quiere curar en salud ante posibles errores o fallos de lectura por un
mal calibrado.
La brújula digital muestra la dirección tanto gráficamente, como
numéricamente. En un primer uso, el móvil nos advierte de que debemos
calibrar la brújula primero, e incluso nos informa de cómo hacerlo: moviendo el
teléfono horizontalmente, a la vez que se le hace girar. Aunque se puede
calibrar cogiéndolo con una mano, lo mejor es disponerlo en horizontal sobre
una superficie lisa, y hacerlo girar. No obstante, hay que tener paciencia en
este punto, puesto que un giro rápido dará error de calibración, mientras que
uno muy lento nos advertirá de tal circunstancia y tampoco podrá ser calibrado.
Lo mejor es un ritmo pausado, pero constante. Para facilitarlo, el teléfono
presenta el dibujo de un móvil girando. No se ha de girar a la misma velocidad
que dicho dibujo, sino que un poco mas despacio.
El aspecto de la brújula una vez calibrada es el siguiente:

En la esquina superior izquierda aparecen los grados. Pulsando el botón


“establecer dirección” (set direction) haremos fijar la flecha del Norte o flecha
de Rumbo, y, aparecerán los grados sobre los que la hemos fijado en otro
cuadradito de la parte superior derecha:

En el menú de opciones de la propia brújula disponemos de la oportunidad de


volver a calibrarla, de establecer la declinación, y de establecer la dirección.
En resumen: la brújula digital nos permite conocer los grados, fijar los grados
de rumbo, fijar la flecha de dirección y, además, nos informa de esta de
manera gráfica y numérica.
La declinación puede fijarse en valores que van desde los 0 a los 180 grados, y
con una dirección Este u Oeste.

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Las demás operaciones con la brújula digital (trazado de rumbos, direcciones,
etc.) son iguales a las ya mencionadas, ya que son válidas con este tipo de
brújulas puesto que el funcionamiento, desde el punto de vista práctico, es el
mismo, por lo que no repetiremos las explicaciones.

- Brújula digital vs Brújula analógica


A la hora de adquirir una brújula ya hemos dicho que debemos considerar qué
tipo de uso vamos a darle. La brújula magnética analógica es, con mucho, la
mas preferida por la gran mayoría, por su sencillez, claridad e independencia de
energía externa.
Sin embargo, en muchos deportes se está imponiendo la brújula magnética por
la facilidad y rapidez en su lectura. Además de poder fijar valores, guardarlos
en memoria e incluso realizar diferentes operaciones sobre ellos.
La brújula digital puede ser, por tanto, usada en entornos urbanos, donde poca
gente va acompañada de una brújula, pero sí va acompañada de móvil.
Asimismo, la brújula digital suele utilizarse en bicicletas y vehículos todo
terreno, en aviación se usa desde hace mucho, así como en diferentes
deportes.
Por su parte, la brújula analógica es mas usada por aventureros, por personas
del campo y por los mas puritanos y tradicionalistas.
Ambas, dentro de su campo, tienen sus pros y contras, sin embargo las dos son
aptas para cumplir perfectamente su cometido, por ello, elegir entre una u otra
(afortunadamente, hoy podemos elegir!) es cuestión de gustos y de
costumbres.
Se deja, por tanto, a tu libre elección el inclinarte por una u otra. Nosotros
esperamos que la disfrutes al máximo.
Esperamos que este manual haya servido para ayudarte en ello, y para
acercarte a este apasionante mundo.

Fénix Hebrón

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