I recollect Wordsworth saying to me: I have no need of a Redeemer
Henry Crabb Robinson on Books and their Writers ed. Edith J. Morley (3 vols, London, 1938)
Nuevamente la maana es maga, femenina,
y deshace en luz tenue las dudas de la noche. Estoy dispuesto a perder los placeres nocturnos por sus rayos fugaces de ternura terrena, como Adn se dispuso a abandonar el Edn. No lo creo avergonzado en la triste partida estrenando la hombra de amar y conocer: con dolor, pero erguido, lo creo en la salida. Lo veo anhelando poseer a su mujer y dejarse poseer hasta el ltimo tomo: corto siempre el intento, nuevo siempre el asalto. Lo imagino estirando sus manos al manzano con la vana esperanza de agotar sus preguntas; cosechando tan solo diminutas certezas. Y veo cun escaso es el xito del tiempo que nos separa. Corre en m su inoportuno amor a la luz de la maana. Mi cuerpo es el suyo. Yo elijo por lo tanto mantenerme expulsado: no persigo la gloria y me prefiero irredento.