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50 - Amory Constancia Vv on Joaquin Somoza, que en un principio habia dispensado bastante carifio a Bricefto, desde que éste descubri6 sus opi- niones liberales y se reput6 caudillo de los rojos, fue mirado cada dfa con mayor indiferencia, por- que Somoza, espafol y realista, odiaba con todo su coraz6n a los liberales enemigos del Rey y por consiguiente, segiin él, de nuestra Santa religion que estableci6 la monarquia consagrando a Sail ya David por reyes de las doce tribus; y al Santo Papa por Monarca absoluto de Roma. Con1a toma del cuartel, Somoza imperialista aferrado y caudillo también de los serviles, huy6 de Granada con otros compaferos, a unirse con el Obispo y con Saravia en Le6n, Su coraz6n re- bozaba de odio, principalmente contra Bricefo, hijo de un hombre que habia sido su amigo, que Jo habja querido, y que con raz6n miraba como renegado, porque desertaba de la causa santa de sus padres. José D.Gémez » 51 Beatriz, aunque amaba y y respetaba acai dah oo RO a AERP eo desu corazén, a quien amaba més y més, en ae porcién que su padre lo odiabe, me Bricefo, entre su amo! sy 7 1 y su patria, opto ant deca ge onervab Ta espe: ranza de ganar més tai Ft eee La noche de la toma del d wa del cuartel, al mismo llempo quesaliaSomoes pare Lebn, sm caret cuberia con picles de ex al uso del pais, condu- aa ee a su hacienda de campo en Chontales. De suerte que Bricefto, alegre por , al de uci supine ver encuando ate larse que Beatriz. estaba ausente de Granad. ue e prSsdmet aa mesibllado yor ls aie del peri, carecers asin del triste consuelo ce decile ite potreol "Tel vex —decta—, ver- ene ee rere eee eee tee loy corrompido sera presa de las aves, sin que ‘una mano amiga me de triste sepultura, sobre Ges eee pr rag fo al hombre que le consagr6 su amor, y eae murié fue por adquiri eer 52+ Amory Constancia _ er el llanto Beatriz, a su vez, no podia contens Por una parte estaba su padre, aquel hombre 8 quien debia el ser, tan temo y tan amore) con dia y que la queria entraftablemente; Y POF otra Briceno, aquel joven hermoso, tan expresivo, Cm tan corazon de fuego que la amaba con pasion y * {quien ella queria con idolatria. —iCOmo © ger! La victoria necesariamente debit obte- Bia por uno de los bandos que se odiaban °° ancathizamiento; y los caudillos del partido ven ido necesariamente deberian ser las primer™® | Sfetimas. jQué hacer! ;Como decidirse entre A padre y un amante amenazados de ‘muerte! ¢Y si penbos perecfan...2 (Qué seria de la pobre Beatriz! La guerra civil no podia ser més odiosa PAX quella mujer, poco tiempo antes la m5 feliz, area convertida en la mas desgraciada, al Ver proximos a despedazarse a los seres due més amaba, Su madre Hloraba tanto como ella, porque fa carifo a Bricefio y amaba con termara a5t hija y a su esposo. l camino fue para aquellas infelices una ver dadera via dolorosa; y al llegar a la hacienda se aacerravon en su oratorio, en donde arrodilladas § tos pies de un Crucifijo pidieron con el may’ fenvok al Padre de las misericordias, una mirada José D. Gamez - 53 de piedad para los objetos de su amor y un con- suelo para sus lacerados corazones.1 Tan pronto como en Le6n se supo la toma de Granada, Saravia, con un ejército compuesto de dos mil hombres, se puso en marcha con objeto de recuperar la plaza. En el mes de febrero lleg6 a Granada y ocuy Jalteva, siendo el Cabildo del Canton la reside cia de él y de su estado mayor. Los patriotas granadinos se fortificaron con estacadas de rejonadas defendidas por cafiones. Ordonez, artillero antiguo, no cesaba un mo- mento de arreglar la defensa, recorriendo cons- tantemente los puntos. Mientras tanto, Saravia se preparaba para el ataque, cuyo plan de campatia formaba su? Jefe el Seftor Ibaftez, verdadero caudillo militar de la expedicion. Lego el 13 de febrero y el Coronel Bricefo, que hizo la ronda como jefe de dia, recorria los Puntos acompafiados de un escolta de patriotas, entre los cuales se encontraban Julian Vegiga, Pobre labriego, cazador y bastante estropeado de salud, pero a quien su patriotismo daba valor para soportar las rudas fatigas del soldado. Alacercarse a una estacada situada en la boca- | 54. Amory Constancia calle de «El Palenque», Julian divis6 a un oficial que con las manos por detrés se paseaba pensati- vyoen uno de los corredores de Jalteva; y acto con- tinuo, sin pedir permiso a nadie, Ie apunt6 con una escopeta, asestandole la bala al coraz6n. El oficial cay6 para no levantarse nunca... Era Tbafez, el Jefe real de la expedicion, el tinico militar de capacidad que venfa en ella; y Saravia, al recibirlo muerto en sus brazos, lleno de furor, sin plan alguno dispuso el ataque de inmediato alla plaza. Fue tanto el coraje con que lo hizo, que en pocas horas Ileg6 hasta ocupar la iglesia de San Juan de Dios que formaba uno de los extremos dela plaza, y colocar sus tropas sobre toda la Calle ‘Atravesada, en una de cuyas casas (conocida en. Ja actualidad por la del General Corral), se en- contraba gran namero de enfermos y ancianos que Saravia, con la mayor crueldad, hizo pasar despiadadamente a cuchillo. Ordéfiez, colocado en la estacada que miraba ala Calle Real, hizo el primer disparo de artille- ria con una pieza montada en un tornillo y que giraba para donde era necesario apuntar. EI, con Don Juan Belches, artillero espafiol y un tal Floripe, colombiano, eran los principales Jefes que dirigian la artilleria con tn acierto ad- mirable, _ José D. Gamez - 55 Al segundo tiro disparado de la misma esta- cada por Belches, el Gnico cafion que trafa Saravia Y que estaba apuntando para la plaza vol6 inuti- lizado por haber recibido el proyectil en la boca. Los sitiados se defendian con heroismo, y el entusiasmo con que combatian suplia su falta de disciplina, Resolvieron subir una pequefia pieza de arti- llerfa —dice un cronista de aquellos sucesos—, a la casa de alto situada al frente, para desalojar a los morenos; y como la curefia fuese mas ancha que las escaleras, desmontaron la pieza y puesta enuna claraboya y sostenida por el cabo Francis- co Morales de Masaya, la disparaban sobre los morenos. Al tercero y cuarto tiro, el cabo era sus- pendido muy alto; pero caia asido a la pieza y volvia a pedir otro disparo. ;Qué no hace el hom- bre inspirado de una noble causa? Después de ocho horas de combate, Saravia fue derrotado y retrocedi6 a Masaya, en donde fund6 su cuartel general. Don Joaquin Somoza habia peleado con todo el valor de un antiguo cruzado y, aunque herido Riegats de un brazo, legé a Masaya junto con _ Elcontento de Ordofiez y los suyos es indes- criptible, Ellos, menos en nimero, mal armados 56 Amory Constancia y peor disciplinados, acababan de derrotar a todo un Saravia con ejército triple, bien equipado y alec- cionado por excelentes militares. Sin embargo, Ord6ftez, a pesar de su regoci- jo, aparecia sombrio. Con el combate habia aca- bado la provision de parque, y Saravia, ansioso de venganza, estaba a s6lo tres leguas en donde tenia informes minuciosos de todo, por los cléri- gos y serviles que habia en Granada. De suerte queen el momento en que tal acontecimiento lle- gara a su noticia, Saravia atacarfa de nuevo y en- tonces la causa dela libertad habrria concluido para siempre. Ordéfiez lamé a Bricefio, y encerrado con él conferenci6 acerca de las medidas que deberian tomarse. Una hora después, con cierto misterio aparen- te, que llevaba por objeto llamar més la atencién, una compaiifa de gastadores cavaba un subterré- neo en el centro de la plaza, en donde se coloca- ban barriles de pélvora y cajas de parque bien cerrados con una mecha que debia prenderse en cel caso de que Saravia atacase nuevamente y ven- ciese, para hacer volar por los aires, juntamente con a poblaci6n, al ejército invasor. Tales noticias legaron en el acto a Saravia, quien conociendo a los Liberales, no dudé que José D. Gamez + 57 cumplieran sus amenazas y por de pronto, creyéndolos apertrechados, se abstuvo de atacar hasta esperar nuevos refuerzos. Aquello, por supuesto, era una astucia de Ordeiez: los barriles y las cajas contenian tierra. ‘Tranquilizados ya sobre la invasi6n, los libe- rales se entregaron al mas completo goz0. Procla- maron General a Ordéftez, y como tal, lo recono- cieron por primer Jefe de la Plaza; pero en medio de sus goces, se acordaron de sus sufrimientos anteriores, de los inocentes asesinados en la casa de la Calle Atravesada por Saravia, y ebrios de furor, se lanzaron contra las casas de los princi- pales serviles, las cuales saquearon a despecho de Ord6ftez y Bricefio que siempre caminaban de acuerdo. Un acontecimiento, sin embargo, vino a tur- bar la buena armonfa de estos dos Jefes. La barca Sinacin, proveniente de Gibraltar y con bandera neutral aunque con mercancias es- afiolas, lleg6 a San Juan del Norte, y los libera- les, fundados en que los articulos provenfan de Espafia a quien habian declarado la guerra desde el aiio de 1811, la confiscaron a favor de la Repai- blica, declaréndola buena presa y empleandolaen avituallamiento del ejército. Tal acto, que podia ser mal interpretado por 58 - Amory Constancia Jos enemigos, desagrad6 mucho a Bricefio, quien disgustado pidi6 su licencia que le fue concedi- da, retirandose en el acto a su hacienda «Las Ca- fas» en Chontales, colindante con la del Seftor Somoza, en donde se encontraba Beatriz y suma- dre. La llegada de Bricefio caus6 bastante alegria asta. ‘Todos los dias Hegaba a verla, pasaba con ella muchas horas y por la tarde regresaba para repe- tir lo mismo del dia inmediato. ‘As{ se transcurrié mucho tiempo, durante el cual Bricefto vivia para Beatriz y ésta para aquél. Dejemos alos enamorados mecerse en alas de su dicha y volvamos a los acontecimientos politi- cos de Centroamérica. José D. Gamez + 59 | VI provincia del mismo nombre, tuvo la glo- ria de no haber reconocido el yugo impe- rial. Pequefa, pero altiva, con la dignidad de un pueblo libre, resistié los ataques del numeroso ejército de Filisola, Comandante expedicionario de las tropas mexicanas del Imperio; y por dlti- mo, cuando cediendo al néimero se vio proxima a sucumbir, se anex6 a Estados Unidos de Norte- américa en diciembre de 1823, esperando de este modo no perder su libertad. Esta anexion no produjo resultado alguno y San Salvador fue tomado por las tropas mexicanas que la vencieron, pero no la subyugaron. SanSalvador y Granada se distinguieron prin- cipalmente, en aquellos aciagos tiempos, por el valor y patriotismo de sus hijos. El Coronel Sacasa, desde su fuga de Granada, residia en su hacienda Tolistagua, en donde se crefa seguro, I a libérrima de San Salvador, capital de la UWA.cASA ELA PAR CENTRO. 60 - Amory Constancia = José D. Gamez: - 61 ak: 5 ee — Los liberales, que no le perdonaban el triste Papel que habia hecho representar a Granada re- conociendo servilmente a México, instaban a Ordonez. para que lo apresase; y éste, suponién- dolo en connivencia con Saravia, mand6 a pren- derlo y confinarle al Fuerte de San Carlos. Por este tiempo vino a Leon la noticia de la caida de Iturbide (que abdicé la corona el 19 de marzo de 1823) y la orden del Capitan General Filisola que mandaba practicar elecciones de di- Putados, para que reunidos en Guatemala acor- dasen la forma de Gobierno mas convenient. Con tal motivo, las autoridades de Leon cele- braron un acta el 17 de abril del mismo afio en la cual nombraban una Junta Gubernativa, deponian a Saravia, le ordenaban abandonase las armas y hacian una excitacién a Granada, Comayagua, Te- gucigalpa y Costa Rica para que enviasen sus re- Presentantes, Mientras tanto Saravia, a quien no legaban refuerzos y cuyas tropas desmoralizadas con la derrota se Je desertaban, levanté definivamente el campamento de Masaya, que ocup6 Ordénez enel acto. Alli recibié comisionados de Leén, con las cuales celebr6 un tratado, por el que daban por terminada Las hostiliades, formaban dos gobier- 62+ Amory Constancia ros distintos y se obligaban a guardar armonia y a conservar la forma republicana. ° ‘ ida la paz, cuando Parecia, pues, restablecid: sacasa, ayudado por el cura Capellén de la Forta- leza de San Carlos, logr6 evadirse en un bote, us ar a Rivas y de alli a Managua, en donde Beniendose ala cabeza de los servis, levant6 el estandarte de la rebeli6n. r via a los serviles justo es decir que lo que movia a a toy a acuta era aemde de sus cece politicas, los excesos de las tropas victoriosas, Pero indisciplinadas, de Ordonez. a la primer guerra ‘Tenfamos, pues, encendida la p' civil tras la cual debia venir Ia larga serie de re- voluciones que han entorpecido el adelanto de Nicaragua. ae a pa- Dos partidos han ensangrentado nuestra f tria desde su Independencia, Han sido clasifica- dos on diversos nombres; pero, en la época aque nos referimos, se llamaban serviles y liberales. ‘Amibos hicieron bienes, y ambos también con- currieron al sostenimiento de nuestro pais. ‘Asi como para la vida animal se hace preciso el calor y el flo el fuego y el agua, para Ia exis~ tencia politica republicana casi son indispensal esos dos bandos que, tirando de la situacion en José D.Gimez - 63 direcciones opuestas y con igualdad de fuerzas, producen el equilibrio debido. Los liberales, inexpertos, pero amantes de las ideas grandes y nuevas que resonaban en Améri- ‘cay que ellos deseaban ver practicadas en su pais para alcanzar en la historia un nombre imperece- dero, ciegos con su ilusién, procuraban el resul- tado sin fijarse en los medios. Hacian el bien de la Patria lanzéndola a pasos agigantados en la sen- da del progreso: hacian el mal, porque al proce- der {an sibitamente sin la prudencia necesaria, causaban un trastorno tal nti debia acarrear la anarguia. a oo Los serviles o conservadores, propietarios amantes también de su pas, que vlan un resul- ado contrarioa sus intereses particulares y atin a Jos generales, con el establecimiento de aquellas ideas que ellos consideraban irrealizables, clama- banmejor por el antiguo régimen en que ala som- bra del Gobierno espaol habian pasado tres si glos de paz. Cuando ya la Independencia se hizo efectiva, cuando toda idea de unién de Espatia estaba per~ dia, entonces optaron por la monarquia como sistema de Gobierno y se anexaron a México, por- que, hombres practicos, querian mejor este siste- ‘ma que ya les era conocido, que el republicano 64 - Amory Constancia que ni siquiera podian figurarse con claridad. ‘Cuando cayé Iturbide, y con él su Imperio, y perdieron esta ultima esperanza de estar regidos 1r una corona, entonces naturalmente buscaron Ja forma de Gobierno que mas se conformara con, su cardcter y se fijaron en el aristécrata dictato- rial, por el cual trabajaron cuanto pudieron. De esta oposicién tan extremada por ambas partes, sin haber un término medio que mantu- viera la paz, emanaron nuestras desgracias y los lagos de sangre que han inundado eternamente nuestra historia. Somos imparciales: ambos bandos causaron nuestras contiendas; ambos también contribuye- ron a nuestra dicha, los unos procurando el or- den, la conciliacién y la justicia; los otros lanzan- do al pais a las ideas nuevas y libres que hoy res plandecen en nuestra patria y forman nuestra mayor gloria. 124 de junio de 1823, a virtud dela convoca- toria expedida el 26 de marzo anterior por el Ca- pitan General Don Vicente Filisola en su calidad de jefe superior politico de Guatemala, se instalé ‘enesta ciudad el Congreso General constituyente de las provincias que formaban el antiguo reino de este nombre, con la excepcién de la de Chiapas que permanecié desmembrada y después se uni6 Joxé D. Gamez - 65 a la Repablica mexicana. Este Congreso tomé mis tarde la denominacién de Asamblea Cons- tituyente. Los serviles de Guatemala, en donde eran més fuertes, no hicieron oposicion a la reunién de aquel Congreso, porque contando con recursos y condiciones capaces de seducir, juzgaron tener la direccién de las operaciones parlamentarias y poder establecer la dictadura que, como dijimos atrés, era la clase de gobierno que més cuadraba asu carécter. A este fin emplearon toda su habili- dad; pero compuesto aquel Cuerpo en su mayor parte de liberales, triunfaron éstos. E117 de diciembre mand6 publicar el proyec- to de bases constitucionales en el cual se adopt6 para la Repiiblica de Centroamérica el sistema de Gobierno popular representativo federal, y se fi- jaron ciertas reglas para que cada provincia se organizase como Estado de la futura unin. Y por tiltimo el 22 de noviembre de 1824, des- pués de emitidas otras leyes de importancia, fue decretada la Constitucion Politica de la Repabli- ca, y en conformidad con ella se procedi6 a elegir Presidente EL 1° de julio del mismo afio, la Asamblea Nacional Constituyente, dio el nombre de Provin- cias Unidas de Centroamérica a las que forma- 66 - Amory Constancia ban el antiguo Reino de Guatemala, y declaré que eran libres e independientes de la antigua Espafia, de México y de toda otra potencia, y que no eran ni debian ser el patrimonio de fa- milia alguna. Mientras tan faustos acontecimientos tenfan lugar en Guatemala, Nicaragua entregada a la anarquia mas completa, continuaba despe- dazéndose, encabezada la guerra por Ord6ftez y Sacasa, disputadores, no ya de ideas, puesto que el Imperio habia concluido, sino del mando, de ese ambicionado mando que tantas ruinas y san- gre nos ha costado. ElGobierno provisional dela Repablica man- 6 primero al Coronel Arzé, para que sirviendo de mediador procurase restablecer la paz, quien tlegé a Le6n, el teatro de la guerra, el 10 de octu- bre de 1824. No habiendo surtido efecto la misién pacifica de Arzé, fue enviado el General Arce con 500 hom- bres con el mismo objeto. Este llegé en enero de 1825 y logré pacificar el Estado, que dejo bajo el mando de Arzii, para mientras el pueblo elegia al Jefe Constitucional que debia subrogarlo. ‘Cuando estos acontecimientos tuvieron lugar, Sacasa yano existia. Una bala enemiga habia pues- to fina su vida en el mes de diciembre de 1824 en __ Jos D. Gamez - 67 elcampo de batalla, en donde peleaba como subal- terno del Comandante Salas, que encabez6 en sus iltimos dias las operaciones de la guerra que le hacia a Ordénez. Somoza, tan luego cesaron las hostilidades en Leén se fue a Guatemala, adonde le Hamaba su deudo y amigo el Marqués de Aycinena. INDITA DE SUBTIAVA, CON VESTIDO DE FIESTA 68+ Amory Constancia __ vil a eleccin para Presidente de la Repiblica recay6 en el General Don Manuel José Arce, iprocer de nuestra Independencia y conoci- do por sus ideas liberales. Elcontento que en todos los pueblos produjo su ascenso fue grande, porque con justicia se es- peraba mucho de sus relevantes cualidades. EI Partido Liberal acababa de elevarlo con sus vvotos, y todo compacto lo rodeaba. Los serviles, aunque desagradados por la pre- ponderancia que habian tomado sus contrarios, viéndose en escasa minoria, no se atrevian a des- cararse Entr6, pues, la Reptblica en ejercicio y los negocios, marchando con entera libertad, comple- taban la prosperidad del pafs. Todo presagiaba tranquilidad y a la sombra de instituciones libe- rales, nuestra Patria progresaba répidamente. José D. Gamez - 69 Los jefes del Partido Liberal, que tenian por enemigos alos aristécratas de Guatemala, que en- ‘cabezaban el partido servil en consorciocon el Cle- ro, sabiendo ya por experiencia que el principal baluarte de éstos consistia en la ignorancia y fa- natismo del pueblo, dirigieron todos sus esfuer- 208 a difundir la ilustracién en las masas. Un escritor de la historia politica de Centro- América se expresa en estos términos: ‘

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