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Wows ee eny ye an. dull de WEE AL. te | e JORNADA, ./ FERIA DEL UBRO 3 acd besa ai ha «equivalencia cero» interlinglistica Roberto Bein Con la iectura de este omo se sabe, en ls teorfa deen In leva meta una ambigUedad carticult, Roberto Bett Jatraduccién, elenncepto de del original (y si couviene 08 pos Ripe tee ae equivalencis es uno de los. ble conservarla), qué hacer con de “peeing ha lng anor erganizada alrededor del {eyeuono bayunacuerdogene= the otas tema La equivalencia cero al sobre 1o que significa que un Aquiconsideraremosbésicamen- intra- ¢ interlingiifstica en texto traducido sea «equivalente» te el problema de la equivalencie Iadomada de dacecs Sno i oa Sra xe Publicos Hevada a cabo S62si6n diga edo mismo» que el ta Tengua meta Jo mismo» que lo FP cgaaranaictslngtaiped cipcedi eae kag coger en la XXU Feria de! syancrax; unos teceros, que el texto como lo formulan otras conc epcio- Libro, el 17 de abril de tenga «la misma finalidads, y asi nes de le raducei6n, para producir 1996. En su trabajo, Bein — sucesivamente, RW: Jumpelt’, por el mismo texto en otra lengua, Para delimita el concepto de empl, itusra las distintas con- elloeltraductor debe disponer de un etal ai spicing aa por miéndolas en las siguientes alterna- ita decidirse por la opcién léxica, “equivalencia cero” y muestra swaplicacién ‘vas Sintéctica,et., correcta ene cas0 interlingitistica , cn la Argentina, del francés. fer- rmeture-éclair, la analogia (hacer equivaler «aguardiente» @ brandy, liquor, en inglés), y la perffrasis (explicacion en otra lengua de qué cs emantillay: su material, su for ‘ma, quién, c6mo y nde se Ia us). Ahora bien: coincidimos con G. Hlaenschenque undiccionariodebe ‘ransmitir cl significado de una en- trada no sélo através dela palabra o el gico equivalentes en la L, sino ‘también através de todo el axfeulo de diccionario ineluidos sus eate- ‘gorfas gramaticales, sus marcado- tes de lectos y registros, sus ejem- plos y sus colocaciones, Dicho de otro modo, el lexicégrafo debe, so- bre todo en un diccionario bilingte de produccin, proporeionarle al ‘usuario la méxima informacién po- sible, para que éste obtenga un con- junto de instrucciones seménticas, léxicas, gramaticales, y estilistico- pragméticas con las cuales opera. Esta responsabilidad de exhaustivi- dad se combina y se cobtrapone, 2 veces draméticamente, con la exi- gencia de concisién genérada tanto por la necesidad de ofrecer un pro- ), aunque al mismo tiem po deberé tener siempre presente la diferencia entre oralidad y escitu- 13, es derit, que un elemento n0 traducido en la oralidad poeds tal vezreemplazarse por laentonacién, ‘cosa que no €s posible en a escritu- 8, excepto que apele a recursos tipograficos especiales. En este sentido, tal vez el caso sms interesante sea el de Ia equiva- Tencia cero estilistico-pragmitica, dado que cualquier intento de cetir- se demasiado literalmente al texto original puede derivar en extraieza, Creemos que aqui es muy aplicable una reflexin de B. Coseriu con relaciGn al tertium comparationis. | ‘Tantoren-cl caso dele pregunta onomasiolégica de «cémo se dice enlaL, aquello que en la L, se dice X», como en el dela semasiolégica de «qué significa en la L, aquello ‘que en la L, significa X» se supone siempre qué laequivalencia existe; por ejemplo: que en los diversos idiomas existe-ta imagen «cillan, queen castellano se dice willa», en catalin, cadira,en francés, chaise, tc. La equivalencia cero nos ense- fia otra cosa. Por tanto, concluye Coteriu, las preguntas tradicionales por el tertium comparationis de- berfan reemplazarse por esta otra: qué sedice en la L, enunasituscién | similar aaguellacn la queen laL, se dice X.Y esto, como en el caso que comentébamos del «si Dios quie- fe, puede sere silencio. Es decir qe el tertium comparationis de- Voce Ne 24 becfaser, y any especiatmente en el caso de Ta equivalencia cero extis- tico-pragmitica, la siuacidn, ‘Con o eval podemos formulacla diferencia entie el trduetor y el lexicégrafo en los siguientes térmi- nos: el lexicdgrafo no puede, no debe dejar de proponer soluciones ‘enel plano microtextual de la ex Yalenci cero; pero el tact, as con la ayuda del diccionario, debe necesariamente trascender ese pls- no para resolver la dificultad. Peemitanme unas iltimas consi- deraciones desde In sociologia del lenguaje, Es ssbido que las gramé- ticasy los diccionario dela moder nidad taviecon su origen ea la nece- sidad de aprender y ensefarlenguas extranjeras; més an, los primeros diccionarios fueron précticamente todos bilingies. Enese sentido, lexi- ‘c6grafos y graméticos desempetia ron un pape! fundamental ex ta stistaizaciGn de la norma estindar 4e las lenguas modemas, Pero,tam- in, las tacuccionés contsibuye- von en medida cada despreciable a ndaricaciéa; piénsess tan sSlocen i actividad de la Escuela de ‘Traductores de Toledo bajo Alfon- ©! Sabio, en Ia versiéa de Lutero ‘de «La Biblia» 0 cn latraducein de «1 Cortesanon, de Castiglione, rea- lizada por Bosca, Ese hecho debe Vincularse con fa formacién de los estados nacionsles y con el paso de Ta estructura feudal a las necesida- des del comercio de mercados cen- tralizados asi como con Indemocra- ‘izacién de la cultura. Desde luego, estos vinculos entre traduccién, de~ mocratizacién y universalizacién cl saberno han desaparecido. Y las equivalencias cero son, a nuestro Juicio, un punto sensible en el que tanto traductores como lexieégrafos demuestran, através de sus solucio- nes, su espitita de cerrazén 0 de apertura y pueden contribuir a r= forzat 0 a debilitar Ia impresién de alteridad que provocan otras cut a8, un cuando estas se expresen en la misma lengua, Roberto Bein es Profesor de Enueianza ‘Seeundatia, Nocmal y Epecil ex Letras (Facultad de Flosofa y Letras, UBA) y Licensiado en Filologs Hispinica Ua ‘vetsidad de Barcelona). Ea la acmalidad, ‘¢ desempedia come Profesor de Traduc- iin I del Tductorado de Aleaéa( . S. en Lengnas Vivas aan R. Feria. ‘dezs) es Jefe de carrera del Profesorado y del Traductondo de Alena (LES. en Lenguas Vivis was B. Femindes), Profesor adjunto de Lingitstica Interdis- plnaria v de Sociolota det Lenguaje (tad de Filsofiay evasde la UBA) y Sectetario de Instnto de Lingoaiea fn Ja misma Facultad. Adem, integra Jos Comité de Redaccién de Signo y Se- ‘ay del Encllopedia Semioldpea. Ea su funci6n de trarustor, hg traducido det Alem obras de Aled Lovenzer, Georg Klaus, Heinz Stierlin, W.H. Riehl, ‘iemaan ese, Wiel Reich y Konrad ‘Lorenz, entre oes. Notas 1. Ea RW. Jumper Die Vebersecung naturwissenschaflicher und technischer ‘eran. Berlin: Langenscheidt, 1961 2. Kurz, Wladimir. “La equivalencis cero (cspazc-alemé) y rasgos esenciles de su supersciéa tanelatoria". Leip: Germanisische Srudienhefe, 1982. 3. FG. Kénigs, “Was beim Uebersetzen passiert. Theoretische Aspekte, Emp rische Befunde und praktische Kon- sequeaaen”, en Die Neueren Sprachen, 1986, 4 "Kite an derkontrastiven Linguist" ea G. Nickel. Reader zar konrariven Linguist: Fraakfuc/Main:. benim Fischer, 1972 5.Ct Haeaseh, G.: "Versuch einer Kae sifiierung der Ubersetzingsschwierg- ‘eeiten Deutsch-Spanish und Spanist- Deutsch” y otros manuscrios, Univers- ad de Ausburg, 1987 6. Respecto de las “insirucciones inralingisies”y las “deteemizaciones extalinghisticss” cf, pe}, Katharina Ress. Moplichteien und Grenzen der Obersetangstrit Munch: Max Hueber, Ped, 1971. = UA SQUIVALENER eRe Traducir no es traducir palabras ni oraciones, sino textos, ios cuales lamentablemente contienen equivalencias cero. El traductor debe entonces inters« las instrucciones intralingiiisticas y las determinaciviies extralingiiisticas del texto con las instrucciones provistas por el diccionario (0 por su propia imaginacin) y optar, ante un caso de equivalencia cero, por ‘a solucién resultante de esta interceccién. ar

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