el compromiso, eludo el amor. Cuando no me comprometo, en el fondo, es que en m hay egosmo. Estas palabras pueden sonar muy fuertes, pero nos tiene que animar la certeza de que el hombre es la nica creatura capaz de rescatar cualquier situacin de su vida. No hay ninguna situacin que no sea rescatable cuando en la persona humana hay esa voluntad, ese deseo. El amor es, necesariamente, compromiso. Por eso Dios se compromete en su Hijo, se nos da en su Hijo, Dios se encarna en su Hijo. Porque el amor de Dios es compromiso, el nuestro tambin tiene que serlo. En primer lugar, compromiso con Dios; en segundo lugar, compromiso con los dems; y en tercer lugar, compromiso con nosotros mismos. Nuestra libertad tiene que orientarse a eliminar todo egosmo con nosotros mismos, que es muy difcil de lograr. Cuando empezamos a consentirnos, cuando empezamos a no ser exigentes con nosotros mismos es porque el amor dej paso al egosmo. Cuando tenemos miedo de dar pasos que nos van a llevar a una real transformacin interior, el egosmo nos est esclavizando. No nos queda otro camino, tenemos que elegir: nuestro compromiso puede ser como un adorno que se pone y se quita, o como una luz que se consume y se entrega.