rayos iluminaban el cielo. Los generadores elctricos haban sido apagados cuando empez la tormenta, por miedo a un cortocircuito. Las tormentas en el campo siempre dan ms miedo que en la ciudad. Sin embargo, cuando empez a llover mucha gente haba olvidado los avisos del alcalde: Aunque haya despajado por la maana, no olvidis que puede llover durante la tarde. Varias familias haban salido salido a pasear, y otras recogan las primeras frutas de la primavera. Las casas haban sido pintadas el invierno anterior, las calles haban sido arregladas y las farolas haban sido reparadas. El pueblo estaba ms bonito que nunca y nadie tema a una tormenta. Que la tormenta amainase era slo cuestin de tiempo. Mientras tanto, todos los habitantes del pueblo esperaban con calma. Algunos pensaban: Si no hubiera tendido la ropa esta maana, no tendra que volver a lavarla maana. Otros decan: Si hubisemos comprado velas, ahora no estaramos a oscuras. Todos parecan algo preocupados. Los perros haban estado ladrando toda la tarde; una vez que el ltimo de ellos hubo callado, todos pensaron que pronto escampara. Al final, justo al anochecer, par la tormenta. Los generadores fueron reiniciados y la luz volvi al pueblo. Ya no haba nada que temer, y al da siguiente todo volvera a la normalidad.