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HOMENAJE A PABLO RODRIGUE EI “espiritu general de la legislacion” como elemento de interpretacién ante la ¢iencia juridica y la jurisprudencia nacion Enrique Alcalde Rodriguez Profesor de Derecho Civil Ponniricia Untversioan CaToucA pe CuILE |. Origen del “espiritu general de la legislacion” como elemento de interpretacion Entre los aspectos relativamente originales que puede exhibir nuestro Cod Civil se encuentra el haber contemplado determinadas reglas a las cuales de sujetarse el juez en materia de interpretaci6n de la ley (arts. 19-24).* Si bien cierto algunas de tales disposiciones aparecen inspiradas en el Cédigo de Luisian Bello introdujo innovaciones relevantes, lo que se advierte tanto si se las comp: con dicho cuerpo legal como sise las examina a la luz del resto de los product que surgen del proceso codificador que tuvo lugar en el siglo XIX y, en particu del Code, como modelo que preferentemente inspiré al legislador nacional. Considerando las orientaciones que siguié el redactor de nuestro Cédigo, pue presumirse que la motivacién que lo impuls6 a incluir los preceptos destinados + Apropésito de la finalidad de tales reglas, apunta Chiassoni que "si entre los jurists y los operader Juridicos en general se ha extendido la opiaién de que a interpretacién es una actividad "légica” (y “juridica”), as! como la ideologia de que el legislador no es competente para regula la interpretaci de los documentos normativos (ya que, pongamos por caso, se considera que no puede hace‘), presencia de enunciados tegislativos que versen sobre la interpretacién de la ley normalmente carece de influencia. En efecto, cualquier intérprete que opere en aquel cantexto cultural sostendré o que tal disposiciones, si bien se mira, no expresan ninguna regia juridica; o que expresan preceptos juridicos d todo inaplicables. En cambio, este tipo de disposiciones legislativas adquieren relevancla allidonde es extendida la opiniGn de que la interpretacién es una actividad “Juridica” (y nto meramente “logica’ ‘yen presencia de ideologias prescriptvistas del discurso legislativo, para las que todos los enunclade formulados por el legislador deben ser considerados idéneos para expresar (directa o indirectamente reglas juridicas". Criassont (1977), p. 56, 7 Segin advierte Guzmén Brito, ello se debié a que de todos los eédigos con que Belto se encontr para apoyar su labor codificadora, sélo el lulsiano ofrecia un tratamiento relativamente amplio de | interpretacin. Los restantes cédigos, en cambio, o bien omitian el tema (v. gr. el Code) o bien conte ‘lan disposiciones breves y compactas sobre la materia, cuyo era el caso del Cédigo bavaro de 185¢ el prusiano de 1794, el austriaco de 1811, del cual, a su vez, dependta el Cédigo sardo de 1838, o¢ holandés, también de 1838. Guzman (2007), p. 12. HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ la interpretaci6n judicial de la ley obedecié, fundamentalmente, a su inte consagrar, a nivel legal, una de las maximas generales que, siguiendo ; habia ya formulado en sus “Principios de Derecho Internacional”, al expr “a interpretacién de todo documento debe ajustarse a reglas ciertas, p determinar el sentido en que su autor o autores lo extendieron, y oblig todo soberano y a todo hombre, en cuanto deducidas de la recta raz6n y p porla ley natural”. Asimismo, sin duda influy6 en tal decision la desconfia Bello manifestaba respecto de Ia labor de los jueces, en cuanto pudiera donarse a su propio y personal parecer, lo que suponia se agravaria todz si éstos carecian de criterios definidos para abordar su tarea hermenéuti En lo que interesa a estas notas, conviene detenerse en la génesis del art y, mas especificamente, en ia consagracién del “espiritu general de la legis como elemento de interpretacin de las normas juridicas. No obstante la existencia del Cédigo de Luisiana como antecedente en lar debe tenerse presente que su articulo 21, que podria corresponder a nues culo 24, presenta una redaccién y posee un aleance diverso este tiltimo, en dispone que en asuntos civiles, a falta de ley precisa, el juez deba fallar co ala equidad, recurriendo al efecto a la ley natural y ala raz6n, 0 a los usc nocidos. De este modo, resulta evidente que aquel Cédigo no contemple norma de interpretaci6n, sino que un precepto dirigido a la integracién d y sin que, de otro lado, existiera en él referencia alguna al “espiritu ger la legislacién".* Asimismo, debe destacarse que tal alusién tampoco se di "Proyecto de 1853", cuyo articulo 4° preceptuaba: “En materias civiles, de ley escrita 0 de costumbre que tenga fuerza de ley, fallaré el juez cont lo que dispongan las leyes para objetos andlogos, y a falta de éstas, conf 2 Asi, el afio 1842, polemizando en “El Araucano" con Manuel Antonio Tocornal, expresa inclinamos a creer que muchas cuestiones no se suscitarfan o legarfan con més facilidad a Lapenz (2001), pp. 26 y 174, 2 Sinembarge, ycomo veremos, tales reglas no pueden ser entendidas como os engranajes de dejuzgamiento y “produce” de sentencias. Noentenderlo asi nos levaia, como previene ea ea ee al “natn He Vaneancon” que digeria de un modo automitico, y a olvidar que por HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GI aquel conflicto que ha sido llamado a resolver.? Ast las cosas, en esta tarea c discemir lo justo concreto o particular, pero a la luz de un determinado derech vigente, se impone la necesidad de contar, previamente, con la posesién y domin de aquel saber que conforma aquello que denominamos la ciencia juridica. precisamente ésta la que a la postre atribuye auctoritas a las decisiones juridica Permitiéndoles a los jueces justificar de un modo racional sus sentencias y discerni una solucién justa sin sucumbir ante la arbitrariedad de sus juicios ni ceder ant el camino facil y expedito que pueda ofrecerle un legalismo formal.1° Stendo la ciencia del derecho eminentemente practica, desde el momento qu juez y jurista realizan una misma labor, aunque con cometidos finales diversos, k interpretaci6n de las normas juridicas impone a ambos la necesidad de recurrir a ur “método". Tanto es asf, que Santi Romano destaca que la verdadera interpretacién €s una operacién intelectual llamada a ser realizada del mismo modo y con los mismos resultados, aunque con diversa eficacia, por el juez u otro cualquiera ~sea © no autoridad- que pueda servirse de la norma, deba obedecerla o bien precisarla docirinalmente. La interpretacién, en este sentido, se resuelve, entonces, no en un acto de voluntad, sino en un simple conocimiento del derecho vigente que es necesario poseer antes de llegar a una manifestacién o actuacién de voluntad a fin de saber si ésta es Iicita, u obligatoria, o prohibida.”" ¥ para ese “conocimiento del derecho” del que hablamos, el “espiritu general de la legislacién" ocupa, a nuestro juicio -y aunque la ley no lo hubiese consagrado explicitamente como * En este contexto, la virtud de la prudencia se nos revela como una armoniosa combinacidn entre el conocimtento y la accién. Quien la eultiva se hallara en condiciones, primero, de captar la realidad objetiva de las cosas para, enseguida, y merced de tal conacimiento, dirigir su voluntad hacia aquello Gue se debe hacer. Por ello, también, con razén advierte D’Ors que furisprudencia y justicia deben mantenetse siempre unidas, "porque no basta saber si luego no se quiere realizarlo que se sabe que se debe hacer, pero tampoco sirve querer si antes no se sabe lo que se debe hacer”. D'Ons (1989), p. 22. Sobre este particular, Bravo Lira comenta que “el juez no puede discemir por si mismo lo que en las leyes es derecho y lo que es abuso. Para ello precisa de criterios y métodos como los que proporciona 'a autoridad de los juristas. Por eso, en la medida en que el juez se desiiga de ella, queda desarmado frente alas leyes, sin mas elementos para justificar su contenido que sus personales apreciaciones ... En esta disyuntiva se inclina facilmente por la via ms objetiva del legalismo". Beavo (1980), pp, 64-67. "* Elmismo autor afiade que “ia ley, siempre y cuando se la considere en s!y por s,es totalmente inerte, ‘no tiene una *voluntas o una “mens” diferente de la que en ella esta, como si djéramos, cristali- zada e inmmovilizada para que perdure y, por consiguiente, no tiene tampoco una “vita” propia. "La ley, en clerto sentido, es materia, no alma. Un alma tiene, en cambio, el ordenamiento juridtco del cual la ley, © mejor, las feyes coordinadas y fundidas en él, son elementos integrantes, precisamente Como expresiones, en movimiento continuo, de sus fuerzas vitales ..."; y es también porello que, “la llamada evolucion de la interpretacién, que, por lo demas, no es mas que evolucién del ordenamiento iuridico mismo que se interpreta, en tanto puede darse en cuanto se refiera a normas que vienen en Consideracion, mas que en sly por sf mismas, en estrecha e indisoluble relacién con la esencia de la vida institucional cuya evolucion se refleja sobre elas y, por tanto, con el ordenamiento entero del cual dependen”, Rowano (1964), pp, 204-213. HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ regla hermenéutica- un lugar preponderante no sélo en cuanto permite dar de cuenta de la coherencia entre las partes y el todo en un determinado siste sino que incluso, antes que eso, saber siquiera qué constituye aquel “tod qué puede ser calificado de “parte”. Y es que “la comtinmente denomin interpretacion de la ley... es siempre interpretaci6n, no de una ley o de una ma singular, sino de una ley o de una horma que se toma en consideracién respecto a la posicién que ella ocupa en el ordenamiento juridico entero: quiere decir que, lo que efectivamente se interpreta, es dicho ordenamient como consecuencia, la norma singular”."? Relativamente a nuestro tema, lo anterior lleva a concluir que toda norma juri es una parte integrante de una unidad superior: de una regulacion determin o sector normativo, entendido éste -al decir de Miiller- como “aquel apart de la realidad social en su estructura fundamental que el programa ‘normat ha escogido, o en parte ha creado, como su sector de regulacién”. Por lo mis con la idea de sector normativo se quiere significar que toda regulacion juri pretende ordenar un todo uniforme mas o menos amplio (v.gr. el suelo, la vivier la salud, la educaci6n, la prensa), que como tal constituye una parte importa de la vida social. Si se observa bien, la norma juridica singular, incluso una no juridica completa, pero con mayor raz6n las normas juridicas incompletas, | tenecen siempre a una regulacién mas amplia: la del sector normativo en qu encuadran. Captar y desarrollar el sentido de esa conexidn -uno de cuyos fa res esenciales es precisamente el “espiritu general de la legislacién”— se rev pues, como una de las tareas principales del jurista."* Por otro lado, si se partic de la idea de “indeterminacién del derecho" formulada por Gtinter Teubnei En este sentido, Calsamiglia, comentando a Radbruch, afirma que la construccién juridica pres el mismo cardcter metodologica que fa construccion matematica, técnica gramatical o historic finalidad es la reestructuracién de toda una institucién partiendo de sus partes previamente als por el pensamiento; es decir, lasintesis realizada sobre los resultados de los anlisis previos. Casa (1988), p. 130. © Romani (1964), p. 211. £1 mismo autor, en una notable metéfora, compara la labor de interp con el reflejo del derecho vigente en el intelecto de! sujeto cognoscente, a la manera de aquello se refleja en un espejo. “Para proyectar convenientemente en el espejo de la mente el derecho qu ‘uiere contemplar en él, es necesario, ante todo, disponerlo de modo que queden reflejados en ¢ puntos que hay que observar y no otfos, y es necesario también que el espejo esté en la posici6n y convenientemente iluminado. Més todavia, el intérprete, tenlendo en cuenta eventuales defe del espejo, debe saber corregir y rectificar su vision” (pp. 205 y 206).. regla de interpretacién que estudiamos, especialmente cuando se aplica una vez fracasado el empleo de las demés, presta una importantisima contribucién para determinar la norma o principio aplicable a un caso particular. Ello, porque al no estar la ley determinada ni por autoridades exteriores a ella, ni por la autoridad de los textos, ni por el poder de las palabras, ni por la ley natural o la revelacion divina, la validez del derecho no puede ser importada desde fuera, sino solamente producida desde dentro del derecho."® De lo dicho se infiere que el recurso al “espiritu general de la legislacién" debe entenderse referido al "sector normativo” en el cual se halla inserta la norma que se trata de interpretar, v.gr. civil, penal, administrativa, constitucional, laboral, etc., debiendo también en ocasiones hacerse subdistinciones en dichos sectores a fin de identificar su ratio 0 espiritu general."* Discrepamos, por tanto, de aquellos que sin mayor rigor ni las necesarias distinciones atribuyen al Cédigo Civil, 0 incluso al derecho civil en general, la naturaleza de derecho comdn o supletorio, extendiendo sus principios o el espiritu de sus normas aun a materias propias de! derecho publico.”” A propésito de lo sefialado, y recordando lo dicho al iniciar este epigrafe en cuanto a la “practicidad" de la ciencia juridica, advertimos que un llamamiento a considerar, en la interpretacion de las normas, su insercién y coherencia con el “espiritu general de fa legislacién", también puede contribuir notablemente a la labor creativa de los juristas. En este sentido, bien se ha destacado que “el método de los saltos de lo general a lo particular y viceversa permite introducir un alto grado de flexibilidad” en el derecho. Ello debido a que las teorias dogmaticas que surjan como producto de una tarea hermenéutica asi entendida permiten matizar y, de este modo, facilitar un distanciamiento —no incontrolado- del texto legal y un mayor acercamiento al resultado y a las consecuencias. Asi, pues, en la medida en que la dogmitica se desarrolla, el abanico de soluciones se amplia, de manera que es posible adecuar el derecho a la sociedad sin que sea necesario modificar la letra de la ley. Desde esta perspectiva, concluimos que si no hubiera una dogmatica como la propuesta, podria caerse en el extremo de estimar que “5 A propésito de un comentario a su doctsina formulado por Céxcova (1998), p. 75. "© Asi, por ejempio, y en el Ambito del propio derecho civil, el “espiritu general” de la legislacién en el campo de las relaciones de familia es diverso de aquel que impera en las relaciones de naturaleza contractual Una dcida critica a esta forma ampla de entender el articulo 4° de nuestro Cédigo Civil, puede verse en Vercaas (2007 a, b yc). HOMENAIE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Sle A la interpretacién literal constituye el Unico criterio de interpretacién, 2 en ciertos casos, pudiese conducir a una soluci6n absurda.%® Ahora bien, sin modificar esencialmente las conclusiones consignadas ciandose sobre la funcién que desempefia el “espiritu general de la | ala luz de la génesis del articulo 24 de nuestro Cédigo, Guzman Br que el esplritu de la ley equivale a su razén, entendida como su fi jetiva. Esta finalidad admite diversas gradaciones; de hecho, cada | finalidad specifica; pero todas tienen una finalidad ultima que se id la “equidad” como tiltima ratio del derecho. Luego, precisa que es se habria mantenido inalterada en el Cédigo si el articulo 24 se hubie Gnicamente a la equidad natural, sin introducir también la nocién ¢ general de la legislacién". Reparando en el término “legislacién”, q mente entiende referido a la legislacién chilena, y vinculandolo cor gradaci6n de finalidades o razones, colige que también aqui se piensa ¢ nivel o altura, inferior a la equidad, porque es “legislacién”, pero su leyes particulares, porque se trata de algo “general”. En otros términ el articulo 24 alude al “espiritu" “también significa raz6n o finalida pero ya no se trata de la raz6n especifica de tal ley, sino de la de generalidad de la legislacién, que aun puede ser més acotada por in © figuras, por ejemplo, en materia de derechos reales o garantias, 0 | por sectores, como, en cuanto al trabajo, 0 al comercio, 0 a la miner cierto, esa generalidad podria alcanzar incluso a toda la legislaci6n ch alas dificultades que acaso existan para identificar las mas comunes y razones illtimas de un tan ancho piélago legislative gestado progre a lo largo del tiempo y con inspiraciones diferentes. Trabajo de los conseguir tal identificacion”.® Dado lo sefialado en precedencia, se comprende, entonces, lo cor que resulta atribuir sin mas un caracter subsidiario a la regla hermer comentamos, como suele hacerlo la doctrina considerando al efec inicial del precepto. No obstante la redaccién de la norma, Ducci sef criterios eh ella contenidos no pueden calificarse de supletorios, estir serfa absurdo que cuando se integra la ley se buscara una solucién f 18 Cacsawicua (1988), pp. 134, y 140-144, HOMENAJE A PABLO RODRIC ellos y, en cambio, cuando se utilizan las otras reglas de interpretaci6n se ra llegar a una soluci6n inicua.* Para Guzmén Brito, la clausula en exa limita a establecer un principio de ordenacién de las operaciones herment consonante con lo que es la labor judicial y doctrinal. Nila una ni la otra € en resolver casos mediante el espiritu general de la legislacion y la equid tural, ni en interpretar las leyes positivas acudiendo directamente a una dado que el espiritu y la equidad admiten grados y de aht la pluralidad d y disposiciones, con su propio espiritu y con su propia constitucién de ec por lo cual es a ello a lo que debe atenderse més directamente en las op nes interpretativas y de aplicacién de la ley. Con todo -agrega~ se entien esa clausula cuando se la considera como si anunciase el paso a un crit menor jerarquia, desde el momento que et objeto central de la interpreta encontrar el sentido especifico de una ley determinada, de modo que tod girar en torno a ello; la operacién alcanza su finalidad, en consecuencia, c logra encontrar el sentido de esa ley. De ahi, entonces, que “la exacta re que existe ente el articulo 24 y los anteriores, por lo tanto, es la misma que entre una regia general y una especial, y no la que existe entre una regla de jerarquia frente a otra de menor" 2" Finalmente, conviene hacer presente que atendida la aparente “vaguedac exhibe la regia que alude al “espiritu general de la legistacién" , quien pre calificar como ingenuo un tipo de aproximacién a la labor hermenéutica fund: razones “objetivas",, surgidas de la propia norma juridica y ajena a las valora de! propio sentenciador, tal vez procurara refutarnos aduciendo la impos que enfrenta el juez, cuando realiza su labor interpretativa, de sustraerse | propias convicciones 0, incluso, ideologia.® Para ello, probablemente in ® Dyce (1972), pp. 151 y 152. ® GuewAn (1992), pp. 76 y 77. En el sentido expuesto, resulta interesante advertiria analogia qu predicarse respecto de la relacién entre el “espiritu general de la legislacién” y la norma pi ‘que se trata de interpretar, con la exposicién que hace Larenz acerca del rol de los "tipos” en instrumentos que permiten una caracterizacién mds concreta de ciertas clases de relaciones j ‘Asi, por ejemplo, los "tipos jurico-estructurales" gozan de un importante valor cognoscitivo e al descubrimiento de conexiones juridicas de sentido y ala comprensién de ciertas regulaciones p: Ello debido a que en aplicacién del “circulo hermenéutico”, precisamente el “tipo” es deduc isposiciones particulares en su unién con el sentido de! sistema en su conjunto. Larevz (200 456-460. 2 Segtin apunta Viehweg, “una mera ideologia se distingue de una teorla cientifica especialmente es sospechosamente holistica y, con ello, rebasa su contenido cognoscitivo”. De ahi que co que “las constituciones muy ideologizadas ~que, por lo general, se basan en infinitas deciar ontolégicas-son, a menudo, perecederas, mientras que las técnicas sociales hostles a toda ide que ofrecen indicaciones de uso finitas, es decir, reglas operativas, a menudo persisten durante eriodos”. Viewwes (1994), pp. 104 y 173 HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ observaciones como tas formuladas por Esser, en cuanto apunta qu de la interpretacién no es elegido sino cuando se ha decidido ya el consignando el que los Hamados instrumentos de interpretacién como comentamos en verdad s6lo sirven para fundamentar sobre el texto sido ya hallado gracias a un acto creador de complementar el "texto" Una tal objecién hacia nuestra apologia de la interpretacion sobre bases “c atendida una aparente correspondencia con la praxis judicial como aquel por Esser, a primera vista podria tener la virtud de seducir. Sin embargo, que ésta puede ser superada, sin abdicar de nuestra tesis, mediante fa que algunos formulan entre el “contexto de descubrimiento" y el “cc justificaci6n" de una teoria cualquiera. La primera expresi6n, para aludir en el que se descubre o formula una teorfa; y, lasegunda, en referencia a actividad de validarla o justificarla. A diferencia del “contexto de descubrin este Ultimo aspecto si habria una “l6gica de la justificacién" , que vendr io que se conoce como el método cientifico y que es independiente de | Esta distincién, por lo mismo, ha sido utilizada en el ambito de la teoria ¢ mentaci6n juridica y, en particular, en el caso de las decisiones judiciales, lo que puedan ser los méviles psicoldgicos, el contexto social y las circ ideolégicas que puedan haber llevado a un juez a dictar una determinada por un lado; y, por otro, las razones que el juez invoca para intentar dem su decision es valida o correcta. Asi, mientras que respecto de lo prime estudios de tipo sicoldgico, empltico o sociolégico, lo segundo, én camt gobernado por lo que se llama el método juridico. Del mismo modo, s aqui una independencia entre ambas clases de cuestiones: la “valides decision judicial vendria dada por la correccién de las razones dadas por su resolucion y serfa, en este sentido, logicamente independiente del cc descubrimiento en que se ha producido. En definitiva, no debe olvidars 2 Esser (1961), p. 251. En este sentido y “como ha sido puesto en evidencia por Gadamer de una precomprensién es, por lo demés, algo completamente normal, general en los -menéuticos (no es cosa que sea propia Unicamente de fa interpretaci6n jurdica), Ast, las intelectuales para la aplicaciOn del derecho constituyen medias para “extraer” del siste positive determinadas pre-valoraciones (Vorbewertungen), unas valoraciones previas cu) es de poltica juridica". Haea (4999), p. 57. Similar planteamiento hallamos en Oilgiati, p 5 extrafio que al momento de aplicar las normas legales, concebidas en su origen con sgenerales y abstractos, a la realidad concreta de los hechos, se dé un contraste: por ur la justicia, que constituye la esencia natural de! derecho; y, por otro, en la aplicacion de como ha sido establecido por el legislador. “Entonces ~se pregunta Giulio Battaglini- eq la préctica? E] magistrado, en primer lugar, interpela a su conciencia y busca luego en. HOMENAJE A PABLO RODR jueces tienen el deber de justificar sus decisiones -mostrarlas como correct no el de explicarlas”. Y es por ello que “el deber de independencia de kc tiene su correlato en el derecho de los ciudadanos a ser juzgados desde el no desde relaciones de poder, juegos de intereses o sistemas de valores ex! derecho (...) Elprincipio de independencia protege no sdlo la aplicacién del esto es, el fallo ylas razones que se aducen en favor del fallo, sino que adem al juez que falle por las razones que el derecho le suministra”2¢ Se entiende dicho, la importancia que reviste la argummentacién en las decisiones judicial finalidad, al decir de Perelman, es precisamente fortalecer la adhesion del au en cuanto es tal adhesion la que, en definitiva, otorga racionalidad al argum: cuesti6n.”* Por lo demés, y como nos lo recuerda Calsamiglia, si bien la com dogmatica acepta como presupuestos indiscutibles a renuncia valorativa y el de legislador racional, la abdicacién valorativa no es absoluta, porque las reg juego permiten un amplio margen de maniobra al intérprete. Y dentro de es en-puede defender sus opciones valorativas, en la medida, eso si, que sus, de vista se integran en una teoria general, de naturaleza juridica y aceptable Comunidad a que pertenece.”* Incluso més, si se observa con atencién el p hermenéutico -y en esto puede advertirse una cierta falencia en el razonar de Santi Romano al que aludimos més atrés- debe destacarse que la interpre también implica seguir un canon de cardcter subjetivo que necesariamente imp ~aunque no invalida- el resultado de este proceso. Bien lo explica Bett al s Que el proceso interpretativo, en general, responde al problema epistemol6gi entender, lo que analizado bajo la perspectiva de Humboldt, nos muestra ¢ lenguaje utiizado por otros no puede ser recibido por nosotros, asi sin mas, algo corporal, sino acogide como un llamamiento o una incitacién a nuestra ligencia, como una exigencia a traducir y recrear desde dentro y volver a ext. en nosotros, con nuestras categorias mentales, la idea que eso suscita y repres * Acute (1987), pp. 71-73 y 76-77. En similar sentido, aunque distinguiendo entre razones "e iva" y "justificativas", Anexza (1999), p. 39, En términos generales, “en materia decisora j entendemos por justificar o fundamentar a la exposicién de los argumentos o las razones sufic y.apropiadas para establecer ta validezjuridica de las decsiones judiciaes". Vico (1998), p. 43: Con ocasién de un comentario de Bazkx y Maonio (1991), p. 186. En igual predicamento, Dv punta que la comunidad juridica debe evaluar a los jueces con criterios intelectuales. Insistirer Que elaboren los mejores argumentos que les sea posible, y luego nos preguntaremos si sus argum Son lo suficientemente buenos. Por supuesto, no hay formula que garantice que los jueces no influidos por los matos argumentos (...). Todo lo que podemos hacer ante esas malas decisior Sefialar emo y donde fos argumentos eran malos o las convicciones inaceptables. En fundamen 41 tesis, alucido por lctesas (2000), p. 102. Similar opinion puede verse en Viexwec (1991), p. 19 Caismictia (1988), p. 129; y en Barzachn (71990), p. 72 > Catsamicua (1988), p. 144, HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Esta exigencia supone considerar dos términos: un objeto (constitu representativas, en las cuales el espiritu se ha objetivado) y un sujeto ( actual, viviente y pensante, dispuesto y puesto a entender segtin lo la vida presente que pueden ser orientados en sentidos distintos). Si estos dos términos son Jos mismos que se vuelven a encontrar en cognoscitivo, tratandose de la interpretacién ellos se caracterizan por no se trata aqui de un objeto cualquiera, sino, precisamente, de un: del espiritu, donde la labor del sujeto consiste en volver a conoce el reconocer en aquellas objetivaciones el pensamiento animador, t concepcién, o reconstruyendo la intuicién que alli se revela. De este r mismo Betti- en el proceso interpretativo se da una inversién del pro una inversi6n porla cual en el iter hermenéutico el intérprete debe vo en sentido retrospectivo el iter genético y realizar en si el re-pensamie seguin ya lo advertimos, radica en la transposicién que puede hacer una subjetividad diversa de la originaria; de lo que se sigue el deber q a éste en orden a respetar una exigencia de objetividad -en cuanto s ala forma representativa que se trata de entender— y al mismo tiempc reproducir el pensamiento ajeno desde su interior, como algo que se V pero que a la vez es objetivo y ajeno.” 2. “Espiritu general de la legislacién” y principios generales del d Para algunos autores” y cierta jurisprudencia que se analizara ma piritu_ general de la legislacion” y principios generales de! derechi » Bern (2006), pp. 177-179. En definitiva, la aproximacién que plantea este autor pued representacién de una obra musica! (cuyas notas en el pentagrama equivalen alas no (interpretacién) que de la misma hace el director de una orquesta. De ah tambiér respectos, sea en parte correcta la afirmacién de Velluzzi cuando sefiala que ras una norma, ésta viene @ ser el producto o resultado de fa interpretacion, Vavzn (1s 2 Asi, por ejemplo Ronkicuez (1992), p. 91. Aun sin pronunciarse con la misma claridad participa de esta dea Rivacoba, para quien “va de suyo que, informande estos princip ordenamiento, nunca podrén, si son verdaderamente tales, entrar en colisién u opone las normas que los integran. Representan el espiritu més intimo de un derecho dado, y, hhan de concordar con todos los preceptos particulares del mismo, o, mejor dicho, éstos suerte que, al aplicarlos en los casos en que sean necesarios para colmar una laguna, contradiccién con lo que se disponga en ninguna norma particular". Rivacons (1968 2 Para una conceptualizacién general y el rol que desempefan los principios ge recho pueden verse.las siguientes obras: Auxy (1998); Attamina (1972); Arce (1990); Barkos (1984); Caaserero (1979); Courcenre-Seneu (1986); Det Vecch! Picazo y Guiton (1989); Dworkin (1984); Essex (1961); Froxts y Remorn (19 Eurennia (1984), Gonzitez (1983); Goroiio (1990); Lanen2 (2001 b); Mans Pu MODERNE (2005); Peczemcx (1992); Prieto (1996); Puss Pena (1956); Reat (197 HOMENAJE A PABLO RC elementos de interpretacién de las leyes, son expresiones sinénimas un mismo concepto. Desde el punto de vista cientifico, sea que es se conciban como normas; “pensamiento, idea germinal o criterio \ (Betti); “metanormas” (Mans Puigarnau), “preferencias valorativas" “ideas juridicas fundamentales” (Schultz); “estandares” (Dworkin); 0 * de optimizacién” (Alexy), ambas nociones deben ser diferenciadas, p No poseen una misma significacién. Por de pronto, creemos que la sola lectura comparativa del articulo 2 digo Civily articulo 4° del Proyecto de 1853, que comentamos al inici conducir ala conclusion que el “espiritu general de la legislacién” no confundido con los principios generales del derecho -0 “principios jt como suelen llamarlos hoy los autores-, cualquiera que sea la concepcic tenga respecto de estos iltimos. Los principios juridicos, en efecto, y pal én términos muy generales, se presentan como enunciados que dan c tuna pauta, criterio 0 guia que debe observarse o a la que debe ajustars ducta, entendida ésta en sentido amplio, o bien de una cierta interpreta incide en la evaluacién juridica de la misma, Es por ello que, en un dete “sector normativo", pueden hallarse inmersos diversos principios jurid cuales conviven unos con otros sin que ello suponga desvirtuar su sentid Plique un quiebre en la Kégica interna del correspondiente Ambito de reg En cambio, la referencia al “esplritu general de la legislacién”-que ciert Puede colegirse a partir de principios y normas~ alude a la ratio o finali Jetiva de un sector normativo considerado en su conjunto; de ahi, por lo que al dar cuenta del "todo", necesariamente posea entre sus propiedade “uno” y “univoco", a diferencia de los principios, cuya variedad, segtin constituye una de sus notas distintivas, En igual predicamento se ubican autores como Guzméin Brito y Duce El p expresa que "se tendra presente que no es posible identificar sin mas el “e general" con los “principios generales del derecho”, que siguen siendo pri objetives y no razones o finalidades adoptadas. No bien que en ciertos cz espiritu de la ley pueda consistir en insertar un principio general, y que, en a partir de las razones de la legislacién se pueda construir un principio, deb todo, mantenerse rigurosamente la distincién conceptual entre ambas nocion * GuamAn (2007), en nota N° 408, p. 192. HOMENAIE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Ducci, a su turno -y luego de recordar que en los casos de integracién al ordenamientos recurren a la analogia y en su defecto a los principios gen de derecho (cédigos austriaco y portugués); 0 a la costumbre y en subsidic principios generales de derecho (Cédigo espafiol); a la costumbre y en término al juez, procediendo. como legislador (Cédigo suizo); y a los prin! generales del ordenamiento juridico del Estado (Cédigo italiano)- celebre ‘nuestro legislador no haya hecho referencia a los llamados principios gene del derecho, cuya determinacién califica de dificil y discutida.*" 3. “Espiritu general de la legislacién” y equidad natural Asicomo no es dable confundir los principios generales del derecho con el “es general dela legislacin”, también este altimo elemento de interpretacién deb diferenciado convenientemente de la equidad natural, ala que alude explicitar el mismo articulo 24 y cuyo alcance ya precisamos al tratar acerca del rol que d precepto cumple en nuestro ordenamiento juridico positivo. Con todo, y a prop de la funcién asignada a la equidad, es menester recordar que ésta no consist ‘a consagracién del arbitrio del juzgador, ni en la aceptacién de un situacioni al estilo existencialista, sino que se trata de atenerse a la medida que en el. planteado- resulta la nica correcta. Ello tampoco se traduce en una biisqued la intencién del legistador, de su verdadero pensamiento; lo que se pretende ca recurso ala equidad es lograr la solucién objetivamente justa del caso, conforn los dictados de la recta razén, que no es sino aquella que se encuentra confo con la realidad.» En definitiva la equidad constituye la “tltima ratio del dered 2 Duca (1977), pp. 152 y 153. * Massivi (1980), pp. 65 y 66. En una linea similar, Guzman apunta que “normalmente la injustic que una ley puede adolecer es algo oculto, que es necesario descubtir y cuya puesta en evide determina una necesaria oscuridad de la ley, cuando se la pone en relacidn con el resto del ord miento o simplemente con el derecho, aunque no sea éste el legal. Por ello fa Ley se hace objet esa interpretacién distinta de la gramatical 0 verbal, que obliga a acudir a su ratio (a su intenci espirity como lalama el Cédigo Civil de Chile) y en definitive a los principios generales de lalegisia yala equidad natural. Con ayuda de ambos, pues, e juez puede llegar a reajustar una ley demost injusta reconduciéndola a fo que es en sf usta. Incluso més, una tal interpretacién podria llegar h descubrir una insuficiencia de Ley o laguna, caso en et cual, de acuerdo con el Cédigo de Procedimie Wil! juez chileno esta autorizado, més que a interpretar segtin equidad, a fallar directamente se ésta". Guzwan (1981), p. 13. Por otro lado, e indagando en la historia legisltiva de la precodifica Topasio comenta que la ley relativa al Modo de Acordar y Fundar las Sentenclas, del afio 1851, evoc pensamiento aristotélico fundamental sobre la equidad, contenido en la Ftica a Nicémaco, conform cual *... toda ley es universal y hay cosas que no se pueden tratar rectamente de un modo univers en estos casos “el yerro no estd en la ley, ni en el legislador, sino en fa naturaleza de la cosa, pue que tal es desde luego la fndole de las cosas précticas" En el terreno de la praxis, “Ja ley toma en c sideracién fo més corviente” y en virtud de esta situacién, cuando algo “queda fuera de la formula universal”, lo correcto resulta “corregir fa omisién, aquelto que el legislador mismo habria dich ‘hubiera estado alli y habria hecho constar en Ia ley si hubiera sabido"..Torasio (1985), pp. 102 y 1 HOMENAJE & PABLO ROD: ee OMEN IE PABLO RODE ~distinta de la “ratio” © finalidad objetiva de un determinado sector no lo que se identifica, segan ya vimos, con el “espiritu general de la legisla designa aquel elemento al cual recurrian tanto los antiguos juristas y ios me y también Domat {y Portalis), asi como otros tantos modernos, como fe control incluso para las finalidades especificas de cada ley particular? 4. “Espiritu general de la legislacion” y doctrina 0 “sistema externo" Aun cuando no Posea la naturaleza de una fuente formal del derecho, dable la importancia que, desde la perspectiva de la Ciencia juridica, cabe a ala doctrina como una de las part es que Integran la “Teoria del Derecho" Principal labor se traduce en la sistematizacién de las disciplinas juridicas y e Cubrimiento 0 formulacién de los principios jurtdicos 8 Ello, como se comprer Cobra especial relieve si se considera el a es esplritu general de la legislacién”, to que Stematizacin que es propia de aquellos 4 mo ciencia. Por otra parte, y desde una perspe empirica, creemos que una simple observacién de la reali idad juridica, apreci ~como lo hace D! Ors- Cuéles son las circunstancias y modalidades que roc le las leyes, asf como las que caracterizan el nacimien clas, deja de manifiesto el rol trascendente que desemp mo invaluable auxilio de la tarea judicial.2° generacién de las senten el “sistema externo” cor Vexcars (2008), pp. 6y 7 * Alexplicar la diferencia esencial entre lal Producto de la potestas, ésta lo es de la auctoritos agrega: "La generalidad, la forma sintactica, po de edicién, los requisitos formales, todo esto cx Secundario respecto a esa diferencia esencial ya entna del que tiene la potestas imperandiy la ottase martioats como parecer de autorida furs aplcacion coactva depende de a ley'y node simisme Poco laley es propiamente una norm lurica, es decir, contione un criterio de justi, ello se dele a 4 Por su forma, es doctina”. D'Oss (1961), p. 270, En al mene sentido se del Derecho, que no es la obra ar ¥ sblida tradicion cientifica, intimament (1948), p. 73 (a cursiva es nuestra). HOMENAE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Sise relaciona el rol que desempefia el “sistema externo” con lo ya expt propésito de la interpretacion judicial de la ley, veremos también que las | juridicas que la doctrina desarrolla ~y lo propio puede decirse de sus con nes en la identificacién del “espiritu general de Ia legislacién"— no se ime como apunta Perelman, porque sean verdaderas o porque faciliten, como ciencias naturales, prever mejor fendmenos desconocidos, sino porque p cionan justificaciones que permiten restringir o ampliar el alcance de las reg derecho de una manera aceptable para los tribunales. “Es sdlo en la med que suministren las razones de una solucién aceptable que serén recogidas jurisprudencia. Estas teorfas se esfuerzan, con su argumentacion, por con\ a los legisladores, los jueces y la opinién publica de que, en razon de est puntos, el cardcter aceptable de las soluciones y el valor de fas justificacione preferibles a las concepciones concurrentes distintas" 2? Adicionalmente alo dicho, también debe destacarse que el “espiritu gene la legislacién”, en tanto elemento de interpretacién de la ley, permite a los; recepcionar directamente doctrinas que se han formulado por los autores | sin la posibilidad que franquea el ordenamiento positive en orden a recurtir regla hermenéutica, dificilmente habrian podido ser justificadas en sus fallc elocuente ejemplo de ello lo constituye la "teorla del fraude a la ley", que, | samente, no puede ser explicada sino en referencia al “espiritu de la legisla que se vulnera mediante los actos susceptibles de ser incluidos en ella;** asi la doctrina de la simulacién, cuya aceptacién en Chile ha sido justificada s base del espiritu de nuestro Cédigo Civil en materia de manifestacién de | luntad. De otra parte, la utilizacién del “espiritu general de la legislacién" regla hermenéutica, habilita al jurista para adecuar la norma a las necesidad su tiempo. Es por ello que bien consigna Betti que al intérprete le incumbe | en examen no una ley © una norma, sino prestar atenci6n a la posicién qu tiene en el integro orden juridico, lo que se explica porque éste no es alg subsista como puede subsistir un hecho fisico, sino que se trata de una “tota espititual” , que se desarrolla y se hace, pero precisamente por obra asidua interpretaciones y de las aplicaciones. Por eso también sucede que en este cz la interpretaci6n tiene siempre el oficio de vivificar la norma a aplicar, med un incesante repensamiento que se conforme a la exigencia de la actualide Perewaan (1996), p. 169. HOMENAIE A PABLO RopRicuEz Gre oe el marco de los Principios y de todo el sistema, aunque sin separarse y Prescindir del sentido originario.2 5, “Espiritu 8eneral de la legislacién” e interpretaci6n constitucional No obstante la existencia de un relativo consenso entornoa las Pecullaridades que reviste el proceso de interpretacién de la Constitucin, y aunque no se fo llame siempre o explicitamente “espiritu general", no cabe duda que las decisiones de Nuestro Tribunal Constitucional, principalmente cuando de garantfas 9 derechos fundamentales se trata, en muchas ocasiones aparecen justificadas en la regla hermenéutica que nos ocupa. Ello es particularmente notorio cuando en los fallos Se alude a los “principios" 0 "valores" que inspiran 0 animan la Carta Politica, atribuyéndoles, implicitamente, la misma significacion que asignamos al “espiritu Beneral de la legislacion” La relevancia que se predica de tal " espiritu” y su con- tenido han llevado incluso a sostener que, desde esta Perspectiva, la Constitucion juega hoy como el subrogado positivamente tecnificado de! derecho natural. En este sentido ~y con todo lo arbitrario que de suyo pueda implicar una clasi- ficacion presentada con caracteres de plenitud- Ruiz-Tagle ha querido ver dos Brandes concepciones acerca de la dogmatica constitucional de los derechos fundamentales y la forma de proceder a su interpretacién, La Primera, que es aquella que interesa a estas notas, la conforman las doctrinas que denomina “pontifcias", y que estima dotadas de un cardcter intuitive y total 0 jerarquiza- do, conforme a las cuales e! derecho constitucional se concibe como encerrado én si mismo © como inspirado en consideraciones extraconstitucionales que no Se hacen del todo explicitas, por ejemplo, asumiendo como propias doctrinas de Origen pontificio o basadas en las enciclcas papales y aceptando su aplicacion muchas veces de manera inmediata.* Aquellos que participan de esta vision coinciden, a su vez, en que el método hermenéutico que ellos mismos postulan debe seguirse preferentemente en el ambito de la interpretacién constitucional * Bern (2006), p. 125 En la misma obra, aunque mas adelante, agrega: “El jurista debe considerar ef complejo del orden juriico no yaestticamente como una osamenta fosiizada 0 comoune formance gradual de crstales, de la que se trate solo de aclarar y de descubrirlas sucesivas estratificaciones, sino Gindrmicamente, como una viva y operante concalenacion producti, por decile on Dilthey, como integercesepgan Perenne movimiento, que, inmerso en el mundo de la actualdad, es capaz de auto. Uilegrarsesegin un dsefio de racional coherencia y de acuerdo con las mulables cucunsiancics y con las bance wales dea sociedad present en cuanto se puedan consideraren él contempledas" (195), ® Gorono (1990), p. 64, * Ru-Rete (2001), pp. 183-188. HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ y que puede denominarse como “cientifico-espirituat” 0 “valorativo” manera, por ejemplo, se ha dicho que si frente al enfatico pronunciamien la familia como “nucleo fundamental de la sociedad” se quisiere promul ley tributaria con manifiestas desgravaciones a la solteria, o bien con cla vamenes sobre el numero de hijos que integren la familia 0, en fin, que b a la simple pareja concubina en desmedro de aquélla unida en matrimon factible fundamentar un vicio de inconstitucionalidad de dicha ley en re vulnerar el “espiritu", “principios” o “valores” de la Constitucién. Entr tros, podria decirse que adhieren a un sistema de interpretacién consti basado en el método “valorativo" autores como Silva Bascuftan, * Cea, Z Barros” y Bustos.”* La aproximacién axioldgica a la hermenéutica constitucional fundad: “espiritu general” o “valores subyacentes” al texto cuya normatividad mente se da por supuesta ~y que seguin se vera en el acapite final ha in diversos fallos de nuestro Tribunal Constitucional- ha sido fuertemente ¢ por otro sector de la doctrina que no se resigna a dejar librada la interp de estas normas, sin las necesarias prevenciones metodoldgicas, a una st "2 Segin Zuniga, dicho método se caracteriza: (D por tener en cuenta “las bases de valoraci6n (: valores) subyacentes al texto constitucional y (i) porque “el sentido y realidad dela Constit dado como elemento del proceso de integracion. Et orden de valores obliga a una captacién es contenido axiol6gico del orden constitucional. La interpretaci6n del texto constitucional esta ‘adesentrafiarel sentido y realidad de una norma; articulando la norma a una integracién esp de la comunidad (valores, realidad existencial del Estado, etc.)". Asimismo, expresa que es "se basa en la obra del juspublicista aleman R. Smend, La Constitucién ~dice Smend- no comprendide s6lo como un estatuto de la organizacion, que estructura el Estado y que facult ertas actividades al mismo, sino, ala vez como una forma vital de los ciudadanos que pat el Estado. Los valores comunes expresados y servidos por la Constitucidn operan, pues, cor de integracion colectiva de los ciudadanos y asi deben sobre todo ser comprendidos y a Zofia (1992), p. 301. Algunos llaman a este método "teleolégico”, v. gr. RAMON (197 8 Gasnioo (1979), p. 46. + Refiriéndose a los “valores” como elemento de toda interpretacién, Silva Bascuflén, in anterioridad a la promulgacion de la Constitucién vigente, ya proclamaba la necesidad Constitueién se fundara en el rechazo de las doctrinas del posttivismo juridico, “en cuanto & validez y vigencia a toda norma promulgada, cualquiera que sea su sustancia, aun alas que cc {os requerimientos mas evidentes de justicia. Un plurafismo aceptable en la sociedad demo puede reconocer, aunque cuenten con la adhesién mayoritara y se sujeten a regularidad en formativo, la vigencia y validez de leyes 0 actos de autoridad que vulneren esos valores su al contrario, ha de establecer los resortes encaminados a que, sien el hecho se promulgan o {queden privados de todo efecto en el campo juridico. No basta la autolimitacién del dere ‘mismo Estado propugnada por Jellinek y todavia seguida por Marcel Waline, ai admirer la normativismo de Kelsen sin completaria con el planteamiento de los problemas axiolégico: regla del derecho lleva envuelto". Seva (1979), p. 118. © Cex (1992), pp. 93, 94 y 97, y Cea (1984), p. 7. “Zapata (1994), p. 87. © Baaros (1981), pp. 28, 29, 32 y 33. “© Bustos (1986), p. 167. HOMENAJE A PABLO RODRIGUE llamamiento al tefos o ethos constitucional y que, a la postre, pueden del margen demasiado amplio a la subjetividad de los jueces.”” Y es que tratan de la interpretacién constitucional ~y especialmente cuando de derechos ful mentales se trate~ la legitimidad de las decisiones del Tribunal Constitucional dada por la calidad de su argumentacién, en cuanto éste pueda fundame su decision en el texto constitucional a través de un razonamiento Propiam juridico, que no siempre se advierte mediante una simple alusién al “esph ue quiere verse en el Texto Politico sin justificar, al mismo tiempo, por qué a puede ser deducido a partir de las normas que lo integran. Dicha exigenci particularmente relevante en materia constitucional si, como dice Aldunate considera que “el estrés interpretativo al que se ve sometida la Constitucié mucho més intenso que aquel a que se ven sometidos otros cuerpos normati tanto por su estructura como por los efectos que se derivan de su aplicacion Por otro lado, y segtin advierte el mismo autor, el hecho de que algunos entienc la Constitucién “como una norma més" -lo que aparentemente ocurre cuar nuestro Tribunal Constitucional aplica.a su respecto las reglas de interpretacin Codigo Civil" puede conducir a consecuencias indeseables si, como ocurre en nosotros, la recepcién de la Constitucién como precepto directamente aplica no va acompafiada de la correspondiente y necesaria elaboracién doctrinaria ¢ permita aplicarla, en tanto Constitucién, como norma distinta a otras? A este respecto, se advierte que e! configurar la Constitucién “como un sistema de valores plant el problema de que una deduccién de esos valores para solucionar el caso conereto olvidaria que ‘norma fundamental aparece, en expresiOn de Haeberle, como una "apertura" (Offentlichkeithezu que el Derecho Natural (que, a fin de cuentas, es lo que significa un sistema Institucionalizadc objetivamente valido de valores) no puede tematizar. La Ley Fundamental, dice el autor, apare asi como un offentliche Prozess en el cual una aplicacién estricta a partir de un sistema de valor fijos impediria el “proceso de crecimiento” del propio sistema constitucional”. Caeasco (1984 p.42. % AwpunaTe (1998), pp. 28 y 31 En este sentido puede verse Satazar (1993), pag. 471, y, para elcaso espafol, Aguiar de Luque, qui expresa que “el aspecto mas problematico es ... el de la aplicacién a los derechos fundamental de los limites al ejercicio de los derechos que consagra el Titulo Preliminar del Cédigo Civil, y ¢ conereto la aplicabilidad de las naciones de ejercicio de buena fe y abuso del derecho. La posibilida de extrapolacién de tales nociones es algo que se ha plasmado en varias resoluciones y sentenci del Tribunal Constitucional, hasta el punto de que hoy puede afirmarse que constituye una constant interpretativa de nuestra jurisprudencia constitucional". Acua De Luave (1993), p. 32. “La jurisprudencia, apoyada por ciertos sectores de la doctrina, ha ido expandiendo cada vez mé el sentido de los derechos constitucionales, al punto que su catilogo no constituye ya el nicle fundamental e inviolable de la dignidad humana, una especie de reserva intangible, sino que se h transformado en un espacio abierto, una suerte de sitio eriazo en el cual es posible encontrar ca cualquier cosa, desde la proteccién a animales hasta la defensa del prestigio profesional y el trazad especifico de un recorrido de taxis colectivos”. Aubunate (2001), pp. 28, 29'y 32. HOMENAFE A PABLO RODRIGUEZ GREZ 6. “Espiritu general de la legistacién” y descodificacion De acuerdo a lo expresado al iniciar estas notas, la consagracién en nuestr del “espiritu general de la legislacidn" como regia hermenéutica se ex, entre otras razones, por la influencia que seguramente tuvo en Bello el pro de codificacin que imperaba en su tiempo. Por lo mismo, creemos nece hacer referencia al fendmeno inverso que parece imperar en nuestra €poca de establecer, a partir de las conclusiones a que se arribe, si este element interpretacion puede, en la actualidad, seguir prestando los auxilios que ¢ momento inspiraron su inclusién en nuestro Codigo. Como se sabe, a consecuencia de lo movimientos sociales y politicos que sact la Europa de la posguerra, la primacia de la voluntad individual proclamada p Estado burgués cede el paso a los afanes dirigistas de la autoridad publica, la comienza a extender su érbita de influencia a practicamente todos los am! de la vida social. Entre los diversos efectos que se siguen de adoptar esta n concepcién, Natalino Irti destaca la aparicién de una profusa legislacion esp al servicio de las finalidades que previamente ha identificado y calificado de seables" el propio legislador, y que paulatinamente ~a lo menos en las forma procura reemplace et viejo esquema que consagran los cédigos. Estos uitimo: el mejor de los casos, reducen su significacién a la de constituir uno mas d distintos sistemas que reconoce el ordenamiento legal de un Estado. Surge ¢ fenémeno que el profesor italiano denomina edad de la descodificacién, y qu caracteriza, a su juicio, por la inversién en su funcién que sufre el Codigo Civi no sera derecho general, sino residual; no disciplina de supuestos de hecho amplios, sino de supuestos de hecho vacios, desprovistos de aquellos eleme de hecho, de aquellas notas caracteristicas que suscitan el surgimiento de nu principios en las leyes especiales.* 52 Jan (1992) “La relacion entre Cédigo y ley, antes descrita en los términos de general y esp se convierte en la de disciplina general y disciplina residual: en la que general es la ley exter residual el Codigo”. Apoyandose en una observacién de Giacomo Devato, para quien el de es ef lenguaje de las instituciones, concluye Isti que "mientras las instituciones del Estado bu hhablaban el lenguaje del Codigo Civil las instituciones del Estado contemporaneo hablan el len de las leyes especiales." (pp. 132 y 133). Al profundizar en estas mismas ideas, y desde una pectiva més socioldgica, el referido autor considera que “el elemento de hecho o nota caracter radica, cada vez més frecuentemente, en la pertenencia de los destinatatios a determinados cir o categoria de sujetos, de forma que las leyes especiales se configuran como verdaderos y pr estatutos de grupos. Cuando un circulo de sujetos -siempre definido en el interior de la mas a sociedad civil (trabajadores asalariados 0 arrendatarios ruisticos 0 arrendatarios de inmuebles | nos) consigue en forma de ley las finalidades que hubiera podido alcanzar, 0 aspirar a alca mediante los antiguos instrumentos negociales, eritonces la fey se convierte en regla de un g especifico y cesa de ser regia del ciudadano neutro y sin diferenciar" (pp. 30-39). HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Dado el fendmeno descrito, y ante la ausencia de vastos “'sectores normativos" como aquellos identificables en fa era de la codificacién, pareciera que la funcién del “espiritu general de /a legislacién", como crterio de interpretacion de la ley, ha perdido vigencia o, en el mejor de los casos, queda relegada a un campo de aplicacién considerablemente més reducido que aquel existente al momento de ser consagrado en nuestro ordenamiento juridico. Y es que el ritmo exagerado en la generacién de leyes al que hoy dia asistimos, ha sido acompaftado de importantes cambios en la significacion e incluso en la morfologia de éstas, lo que, como primera consecuencia, implica acentuar el cardcter asistematico e internamente conflictual del ordenamiento, con influencia inevitable en el Ambito de la interpretacién.* En lo que atafie directamente al Cédigo Civil, Donato observa que para muchos {a unidad del sistema que aquél aseguraba aparece, ahora, comprometida como Consecuencia de la irrupcién frenética de leyes especiales que invaden su territorio. De este modo, el sistema de derecho privado contemporéneo se ha visto en la necesidad de abrirse a la evolucién de la realidad social, y las leyes, cada vex més complejas y referidas alos aspectos mas relevantes de esta evoluctén, ya no permiten el que pueda interpretérselas como un simple anexo del sistema. Asi, concluye que en la actualidad los principios -y lo propio puede decirse del espltitu general de la legislacién privada— no son susceptibles de extraerse de nuestro Cédigo, el que ha perdido, entonces, su prioridad en la jerarquia de fuentes del derecho civil 35 A propésito de lo expuesto, Guzmén Brito critica los excesos en que incurre una tesis como la postulada por irti y que se manifiestan, con especial claridad, a la hora de contrastar su doctrina con los antecedentes que aporta la misma realidad que aquél pretende explicar. En opinién de este autor, el principal error de tal Posicién estriba en la confusién que introduce al no distinguir entre los diversos tipos de descodificacion identificables en un proceso semejante al analizado. En concreto, el jurista nacional afirma que una “descodificacién” puede ser s6lo formal, iinicamente material, o bien a un tiempo material y formal; agregando & Ipasez (1994), p. 870, * Donato (2005), pp. 97-959. Seguin Tapa, el siglo XX recupers la pasién por las leyes, que atbuye 2 diferentes causas. Entre éstas, destaca la burocratizacion del proceso de creacién de las leyes, la Giversficacién de su objeto, sus nuevas funciones y la renovacién de la confianza en sus virudes, Tass (2005), p. 974, “AI defiir estos distintos conceptos, se expresa en los siguientes tétminos: “Entenderemos por “descodificacién” s6lo formal a aquetla que establece derecho especial o nuevo (absolutamente, complementario o correctorio) a través de leyes extravagantes o novelas; por “descodificacisn” 4 | vez material y formal a aquella que establece derecho singular también mediante leyes extravac que "la verdadera “descodificacién" es la material, sea o no formal; ella incide en la légica de la generalidad del sistema juridico incluido en el cédigo, sea que las normas resulten introducidas en el articulado del mismo, sea que permanezcan fuera de él”.”” Asi, y en lo que respecta, por ejemplo, al Ambito especifico del derecho civil, hace presente que una ‘descodificacién’ (material) amplia y profunda debe implicar el aparecimiento de un nuevo derecho civil, 0, si se quiere, de una pluralidad de nuevos derechos civiles microsistematicos, cada cual con su légica y principios propios. Ello, sin embargo, no puede suceder sino en la medida que se varien las uiltimas premisas sobre que descansa el derecho civil tradicional (la unidad del sujeto de derecho y la igualdad juridica de todos los individuos en que el concepto se distribuye; la propiedad privada; la libertad de su transferenicia entre vivos y transmisién mortis causa (al menos la rélativa actualmente existente), y la libertad de contratacién en su mas amplio sentido (que incluye la libertad de empresa). De esta manera, una ‘descodificaci6n’ general del derecho civil supone, pues, una mudanza generalizada de tales premisas, y ello slo puede advenir por medio de leyes de derecho singular, no especial".%8 A partir de la opinién precedente, pensamos que quienes predicen un abando- no de los principios o del “espiritu general” que desde antiguo consagran los cédigos, enfrentan el riesgo de incurrir, con mayor o menor intensidad, en una gantes; y por “descodificacién” sélo material a aquella que establece derecho singular a través de leyes modificatorias del cédigo”. Guzman (1993), pp. 48 y 49. » “La “descodificacién” puramente formal, en cambio, se limita a alterar la técnica de la codificacién, {que aspiré a reunir en un solo cédigo a todo el derecho del cual se tratara, porque genera proliferacién de leyes en su entorno, pero no quiebra ni desconoce la ratio del sistema, se integraen él y de hecho lo amplia; de ahi en adelante ese sistema no se confunde con el cédigo, sino que se compone del cédigo mas las leyes extravagantes de derecho especial o nuevo (absolutamente, complementario ‘© correctorio)”. Ibid., p. 49. ® tbid., p.55. A fin de ejemplificar las nociones expuestas, y junto con negar que redinan en sf las pro- piedades inherentes a una descodificacién "materia situaciones usualmente invocadas como tales =v.gr. los surgidos con ocasién de la legislacién laboral o aquella vinculada con el arrendamiento de predios urbanos- el mismo autor nos expone un ilustrativo caso en et cual se satisfacen los requerl- ‘mientos que son propios a esta clase de procesos. Trétase éste del fendmeno a que en nuestro pals diera lugar la Ley 16.640 de 1967 sobre Reforma Agraria. Con ella, nos dice Guzmén, “el golpe ala propiedad civil no consistié tanto en la expropiacion a que se sometié al dominio agricola, ya que, después de todo, la expropiacién es un instrumento juridico de muy antigua data y que el derecho tradicional mismo preveia. Ni siquiera consistié tanto en haberse empleado ese instrumento con una modificacién: el pago diferido de la indemnizacién, aunque tal forma de pagar la indemnizaci6n si fue una verdadera novedad, puesto que tradicionalmente era al contado. El verdadero impacto sobre el dominio civil radicé en el régimen a que se sometis la tierra después de expropiada a sus antiguos duefios y asignada @ los nuevos parceleros, La existencia de un estado intermedi entre la asignacién de parcelas y su atribucién en propiedad, que se llamé “asentamiento", y el cimulo de vinculaciones a que, segiin la ley, quedaba sometida la tlerra después de atribuida constituyeron, en efecto, una grave modificacién al tradicional estatuto civilstica de la prapiedad, pero también de las personas, como de la herencia y del contrato" (pp. 55, 56 y 57), HOMENAJE A PaBLO RODRIGUEZ falta de ponderacién respecto de las distintas modalidades que puede asum creacin -es cierto que a ratos indiscriminada- de una prolifica legislacion espe Con todo, si adherimos a los criterios resefiados, concluiremos que las mas fas veces una tal profusién normativa carece de los Fasgos propios y distinti de una descodificacién ‘material y, por tanto, no resultan del todo atendible: valederas las conclusiones sustantivas y trascendentes que a primera vista se p tenden extraer del proceso. No obstante, frente a la nueva era que vivimos, y lo que toca al derecho privado, se postula como necesario que el mecanismo racionalizacién de leyes dispersas que urge emprender conserve la generalidac el derecho comin contenido en el Cédigo Civil, sugiriéndose efectuar en parale algunas recopilaciones teméticas que recojan las normas relativas a ciertos sector de actividad profusamente reguiados, de modo de prestar con ello un auxilio 0s operadores del sistema. Tales recopilaciones temdticas, que preferentement debieran llevarse a cabo por organismos privados especializados, permitiria también dar coherencia a las ordenaciones sectoriales, posibilitando que sea Completadas e interpretadas a la luz de las categorias y reglas del Cédigo Civil aliviando asi la sensacién de un abrumador exceso de normas.* UL El “espiritu general de la legislacion" en la jurisprudencia nacional En el presente acépite, compendiamos algunos fallos de nuestra justicia ordinaria y constitucional que han recurrido al “esptritu general" como regla hermenéutica en la cual apoyar sus decisiones, aunque, segiin veremos, en ocasiones exhiben un entendimiento diverso respecto de este mismo elemento de interpretacion y fa funcién que le corresponde en el ordenamiento juridico, asi como una ausencia de argumentaciones. ~fundadas en normas concretas~ que permitan concluir cémo aquel puede ser identificado en los términos que sefiala la pertinente sentencia, 1, Justicia ordinaria.® 2) Asimilacion entre “espiritu general de la legislacién” ¥ principios generales del derecho: 2 Tari (2005), p. 984. El subrayado en los fallos es nuestro, HOMENAIE A PABLO RODRIGUEZ GREZ "No es posible mantener una expropiacién en la que no se ha pagado parte alguna de la indemnizaci6n ni se ha cumplido funcién social alguna 0 finalidad establecida por la ley, lo que ademas de constituir un grave perjuicio para el afectado, redunda en un enriquecimiento sin causa para una institucion estatal y pugna contra la equidad mds elemental, por lo cual el tribunal es- tima, de equidad y més conforme con los principios generales del Derecho, acoger la accidn de retrocesién"." b) El “espiritu general de Ia legislacién” como regla de interpretacién subsi- diaria: i) “Que para resolver esta cuestion, si bien no hay ningun precepto de ley que con- cretamente la contempla, esté este Tribunal en el deber de juzgarla del modo que més conformeparezcaal espiritu general dela legislaciény alaequidadnatural" 2 “Que establecida la existencia de un error tan evidente y ante la imperiosa necesidad en que los tribunales se encuentran de aplicar el texto autentico de Ia ley que se les invoca y ante Ia falta de una norma determinada que en nuestra legislacién positiva resuelva la dificultad, no cabe sino recurrir al espiritu general de la legislacion y a la equidad natural, fuentes a las cuales la ley remite al intérprete en el caso que no sean aplicables las reglas de interpretacién que el Cédigo Civil establece” ...do que se confirma con solo recordar que es regia de interpretacion de la ley, que en los casos en que no pudieran aplicarse las reglas primarias establecidas, es necesario llegar af resultado que parezca més conforme con el espiritu general de la legislacién y la equidad natural” iv) "Que también puede un juez, para solucionar los casos que no tienen una ley aplicable, apoyarse en la regla de interpretacién de las leyes contenida en el articulo 24 del Codigo Civil, que le permite actuar del modo que més conforme Je parezca al espiritu general de la legislaci6n y la equidad natural" © ® Tocornal con SAG (1984). ® Rosamel Aravena con Alfonso Lizarralde (1931). = Contra Ramén Lartundo Herrera y Eduardo Rivas Contreras (1951). Braden Copper Co. con Sil (1965). *© Tocornal con SAG (1984). HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Vv) "Que no habiendo pasajes oscuros o contradictorios en la ley no es posible recurrir al espfritu general de la legislacién sobre la materia contenida en este caso". Sociedad Juan Markewitz Munter y Cia. con Fisco (1984). vi “Que aunque no hay precepto alguno que resuelva la cuestién de si uno de los contratantes que no ha cumplido las obligaciones contraidas puede o no solicitar fa resolucién de fa promesa de venta en contra de la otra parte que tampoco ha dado cumplimiento a las suyas, los jueces estén en el deber de juzgarla del modo que més conforme parezca al espiritu general de la legislaci6n y a la equidad natural de acuerdo con lo preceptuado en el N°5 del articulo 170 del Cédigo de Procedimiento Civil". Centro Médico Dental Santa Marta c/ Verdugo Barrios, Manuel (2003). vil) “...0 consagran la reajustabilidad para el caso de autos, se produce un vacio egal, que el juez puede llenar conforme al espiritu general de la legislaciény a principios de equidad natural, por lo que los jueces han actuado entonces, haciendo uso de las facultades y prerrogativas establecidas por la ley". Godoy Soto, Edelmira del Carmen c/ Compattia de Seguros Generales La Previsién S.A. (2007). vill) “Que en la formatizacién del recurso no se dan por infringidos los articulos del Cédigo Civil: 24 sobre interpretacién de la ley, 2284, 2305 y 2313, que define el cuasicontrato, el derecho de cada comunero en la cosa comin y que ordena que la liquidacién de la cosa comiin se haga segiin las reglas aplicables a la participacion de herencia; 73 de la Constitucién Politica de a Repiiblica y 10 del Cédigo Orgdnico de Tribunales, que imponen al juez la obligacién de resolver cualquier situacién sometida a su conocimiento aun cuando no exista disposicién legal que resuelva el caso, y articulo 24 del Cédigo Civil, que para el caso antes consignado expresa que deben resolverse del modo que més conforme parezca con el espiritu general de la legislaci6n y Ia equidad natural, disposiciones en que se funda et fallo recurrido.Las omisiones anteriores hacen que el recurso no pueda prosperar por contener su formalizacién defectos que los hacen inadmisible". Pavez Mufioz, Hugo Arnaldo, con Céspedes Reyes, Gilda" (1994). HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ ©) &l"espiritu general dela legislacién” como regla de interpretaci6n no subsidiaria: i) “Acudiendo al elemento l6gico de la interpretacion, cabe examinar cudl ha debido ser, 0, con més propiedad, cual ha sido la voluntad de Ia ley, y aun mds exactamente el motivo de la ley (ratio legis), en relaci6n con lo cual se ha dicho con razén que es la voluntad de la ley en ultima instancia (valga en la especie este giro procesal) el criterio que debe presidir la labor interpretativa, siendo s6lo medios para buscar aquella voluntad los demds elementos 0 reglas de hermenéutica legal, el gramatical inclusive. Si el legislador ha dicho que prima el tenor literal cuando fa ley es clara, es naturalmente entendiendo que armonice con la interpretacién globalmente considerada” ii) “... Cuando se trata de un régimen de excepcién que establece un “ius pro- pio" que se aparte del “ius comtin", lo que el intérprete tiene que verificar en Ia aplicacion de la ley es cual es el espiritu de ese “ius propio" y de qué manera afecta o se aparta del espiritu general de la legislacién ordinaria sobre Ja materia, puesto que por tratarse de reglas de excepcién son de aplicacién preferente al derecho comin" .” ill) “Que para que la renuncia surja a la vida juridica con toda su eficacia basta la sola voluntad del titular del derecho, ya que éste se desprende dnicamente de una facultad o beneficio que la ley le reconoce o concede, como nitidamente se deduce del espiritu general que informa nuestra legislacién, especialmente patente en el contenido del citado articulo 12 del Cédigo Civil”. iv) "Que, de acuerdo con los principios que reglan la interpretacién de las eyes, y en especial las contenidas en los articulos 19, 22 y 24 del Cédigo Civil, las normas deben entenderse recurriendo “a su intenci6n o espiritu, claramente manifestados en ella misma" o bien, utilizando “el contexto - de fa ley para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre ellas la debida correspondencia y armonfa", “particularmente si versan sobre el mismo asunto” y “del modo que mas conforme parezca al espiritu general de la legislacion" © % Molina con Ortizar (1946). © Contra Nelly Pinto (1964), Messen Angarita, Fernando, con Fisco (1993). © Diaz Durén, Mamuel J., con Linde Cérdenas, Doris (1996), HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ v) “Que tampoco es dable interpretar cualquiera de los articulos citados en forma separada y libre del entorno que los contiene. En efecto, la doctrina ensefla que “la norma inferior vale (obliga) en cuanto y en tanto pertenece al orden juridico y su incorporacién se rige por lo previsto y ordenado en otras normas que determinan de qué manera se integra o se desliga de! sistema; y en cuanto y en tanto desarrolla los Brandes principios generales consagrados en la norma superior. De aqui surge una coherencia plenaen el ordenamiento juridico, tanto formal como material, caracteristica basica para explicar su funcionamiento y unidad légica, todo fo cual es determinante en el desarrollo del proceso interpretativo” (Pablo Rodriguez Grez, "Teoria de la Interpretaci6n Juridica", Edimpres Ltda., Santiago, Chile, 1990, pag. 15). vl) "Que para este sentenciador resulta imposible declarar inadmisible la accién de amparo, porque en su concepto ello implica prescindir de los enunciados antes expuestos, los que, ademés, traducen el espiritu general de la legis- faci6n y por si fuera poco la equidad natural, uiltimos padrones de la inter- pretacion del derecho (articulo 24 del Cédigo Civil). Esté convencido que de no obrar asi contribuiria a un retroceso del saber juridico, que no merece la sociedad chilena ni se compadece con una jurisdiccién exponente de un derecho siempre vivo" 7* vil) “Que de esta manera y a juicio de la disidente, la solucién propuesta es la que se ajusta de mejor modo al espiritu general de ta Legislacion Penal, lo que ha sido reconocido por la norma del inciso final del articulo 141 del Cédigo Procesal Penal”? vill “C..) La reiteracién de estas cléusulas, en sucesivos anexos de contrato, implica, para el trabajador, por lo antes dicho, una renuncia a un derecho itrenunciable; y para el empleador se producirfa el efecto de eludir las obli- gaciones que le corresponden por término de contrato y dejar de asumir “el riesgo de empresa" que lleva aparejado, en relacién con el pago de tales prestaciones. Pues, en efecto, una situacién como la presente, en la que ® Empresa Eléctrica de Ja Frontera $.A, con Superintendencia de Electricidad y Combustibles 4990). 7, Recurso de Amparo Figueroa Puentes, Benedicto Enrique (1984). Voto de minorla 7 Recurso Amparo Carlos Sanchez Puebla (2004). HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ sustantivamente debe verse un despido sin causa 0 por necesidades de la empresa, con derechos indemnizatorios para el trabajador, se torna en una terminacién de contrato conforme al N° 5 del articulo 159 del Texto Laboral, sin tales derechos. El empleador no puede dejar de asumir esta responsabili- dad que le impone la normativa, interpretada conforme a los principios del Derecho del Trabajo y con arregto al espiritu general de las normas laborales, de caracter protector, de contenido imperativo y de orden puiblico".”* ix) "Que el criterio opuesto al enunciado pugna con las reglas de hermenéutica juridica, que obligan a dar preferencia a fas normas especiales en la aplicacién de la ley ya interpretarla del modo que mas conforme parezca al espiritu gene- ral de la legislacién, al tenor de los articulos 4° y 24 del Codigo Civil, atendida la especialidad y el caracter tutelar del Derecho del Trabajo al que pertenecen las disposiciones sustantivas y procesales que rigen la materia de autos".”* “Que, teniendo presente los términos del debate, corresponde desentrafar el sentido de la ley, en el caso de autos, de la disposicion que se transcribié en el considerando anterior, aplicando para ese efecto las normas de her- menéutica legal contempladas en los articulos 19 al 24 del Cédigo Civil. En dichos articulos se contienen los elementos tradicionales de la interpretaci6n judicial; esto es, el gramatical, el hist6rico, el logico, el sistematico y, en el articulo 24, el espiritu general de la legislaciény la equidad natural; los que en definitiva confieren reglas al intérprete para que busque el sentido de la ley frente al caso especitico al cual debe aplicarse".” x) "Que los pasajes obscuros pueden, segun articulo 24 del Cédigo Civil, interpretarse del modo que més parezca al espiritu general de la legislacién ya la equidad natural. El Cédigo Civil contiene normas que pueden aclarar el concepto de familia 0 el derecho a cobrar indemnizaciones tales como Jas del articulo 815 sobre el derecho de uso y habitacién, segtin el cual la familia comprende el cényuge y los hijos; por su parte la legislacién aplicable a la sucesion intestada establece una prelaci6n en favor de los parientes mas "76 xi cercanos ... ” Castillo Castillo, Juan, con Vecchiola S.A. (2002). 7 Alegria Melo, Victor R., c/ Escobar Mendoza, Joel, y otros (2007). 75 Olguin Olivares, Belia, con Instituto de Normalizacién Previsional (1998). HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ 2. Justicia Constitucional”” Conforme lo expresamos al tratar sobre la aplicaci6n de esta regla a la interpreta- ci6n constitucional, la referencia a un “espiritu general” de la Constitucién suele verse como elemento subyacente a los principios o valores que se le atribuyen a ésta, Sin embargo, y a modo de observacién general, cabe advertir que en este tipo de aproximaciones a la hermenéutica constitucional se echa en falta el empleo de un “método” que permita fundamentar, en las propias normas, las conclusiones a que ‘se arriba en los correspondientes fallos. Como ejemplo de sentencias que apuntan en el sentido que consignamos, pueden mencionarse las siguientes: i) Rol N° 46-1987. ”...se infiere con nitidez que el ordenamiento institucional estructurado por la Constitucién de 1980 descansa sobre ciertos principios y valores basicos, entre los cuales cabe sefialar...: la libertad del hombre, que los derechos fundamentales de la persona humana son anteriores y superiores al Estado y a la Constitucién, raz6n por la cual ésta no los crea, sino que los “reconoce y asegura"; que el Estado en cumplimiento de su finalidad propia, cual es promover el bien comin, debe darles segura y eficaz protecci6n ...; que el ejercicio de la soberanfa que se realiza por el pueblo y por las auto- ridades que la Constitucién establece reconoce como limitacién el respeto los derechos esenciales que emanan de Ia naturaleza humana y, en fin, que nadie puede ser condenado por hechos anteriores a la norma juridica que establece la pena” (Considerando 19°); “que todos estos principios se encarnan en disposiciones concretas de la Carta Fundamental, como lo son, entre otros, los articulos 1°, 4°, 5°, inciso segundo, y 19, en especial su nu- mero 3, inciso séptimo" (Considerando 20°). Mas adelante, el mismo fallo agrega que debe existir un consenso minimo “en toro a ciertos principios y valores, algunos consustanciales a la naturaleza humana, que el Estado tiene el deber de proclamar y defender y que estén precisamente consignados en e/ Capitulo | relativo a las bases de la institucionalidad" (Considerando 46°). Rol 245-1996: “Que, ademés, sobre el particular cabe destacar que ef es- piritu general de la legislacién dictada bajo la vigencia de la Constitucién de 7980 ha sido el pago de indemnizaciones ya sea por el Estado 0 por los ii 7 El destacado en los fallos es nuestro. HOMENAIE A PABLO RODRIGUEZ CREZ particulares si se establecen servidumbres o limitaciones que afectan el usd 0 goce de la propiedad. De tal manera que si se causan dafios, éstos deber pagarse” (Considerando 41°). iii) Rol N°325-2001:"Que, a propdsito de lo sostenido en el considerando ante- rior, es importante y muy oportuno tener presente en la debida resolucién del problema en examen, una regia de interpretacién constitucional compartida por la unanimidad de la doctrina y de las magistraturas constitucionales del mundo actual, La resume con magistral claridad el profesor Segundo Linares Quintana en su “Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional” en los siguientes términos: “En la interpretaci6n constitucional debe siempre pre- valecer el contenido teleolégico de la Constitucién, que si es instrumento de gobierno, también y principalmente es restriccién de poderes en amparo de Ja libertad individual. La finalidad suprema y ultima de la norma constitu- cional es la proteccién y la garantia de la libertad y la dignidad de! hombre. Por consecuencia, fa interpretacion de la ley fundamental debe orientarse siempre hacia aquella meta suprema, Y en caso de aparente conflicto entre la libertad y el interés del gobierno, aquélla debe primar siempre sobre este Ultimo, porque no se concibe que la accién estatal manifestada a través de Jos cauces constitucionales pueda resultar incompatible con Ia libertad, que es el fin ultimo def Estado..." (Considerando 6°). iv). Rol N° 146-1992:"Que, el derecho consagrado en el articulo 19, N°21, antes transcrito, y que protege la libre iniciativa privada, es una expresién de los contenidos filosdtico-furidicos de! Capitulo | de la Constitucién Politica, y viene a ser una consecuencia del principio de subsidiariedad, como también del deber del Estado de resguardar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional” (Considerando 8°. El subrayado es nuestro). A propésito de lo mismo, en causa rol 167-1993 se sefiala que "...las normas del Capitulo | de nuestra Constitucién constitu- yen un marco de cardcter valérico y conceptual que vienen (sic) a limitar la accién del Estado dentro de la Sociedad, abriendo el mayor campo posible a la iniciativa de los particulares" (Considerando 10°). Rol N° 634-2006: “La doctrina italiana, entretanto, distingue entre intereses Jegitimos e intereses supraindividuales, siendo los primeros de cardcter indi- v) a HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ tun interés posible de concretar y relevante para el derecho en la medida que [2 motivacion que fo explica resulta acorde con los valores y los principios de la Constitucién” (Considerando 19°) Roles Ne 608-609-610-611-612/2007: “La Carta Fundamental establece Organos legislativos, administrativos y jurisdiccionales, y cuando estos tilt ‘mos controlan la constitucionalidad de los actos de los primeros, no pueden invadir su campo propio, por lo tanto, les esté vedado entrar a calificar el mérito, oportunidad o conveniencia de la norma impugnada, debiendo limitar su pronunciamiento a la conformidad o disconformidad del acto de cuyo control se trate, con los principios, valores y normas constitucionales" (Considerando 13°). vi vif) Rol N° 591-2006: “... comprender la Constitucién, como explica Wilhelm Dilthey en su “Teoria Hermenéutica", desentramando el significado de ella Sus conexiones de sentido, sobre la base de los valores que propugna, con cuya realizacién se compromete el Poder Constituyente y que prefiguran el Proyecto Maximo, el supremo objetivo de la comunidad nacional, Buscar esos valores, descubrirlos en los principios y normas en que aparecen arti- culados, para después comprenderlos y tratar de ponerlos en prictica, ésa es ‘a cldusula que propugnamos. Dignidad y derechos inalienables del hombre, ~~ Son valores que, una vez localizados en las disposiciones constitucionales, Posibilitan después determinar el correcto sentido y alcance de ellas, 0 sea, efectuar su legitima hermenéutica." (Considerando 9°), “id Rol N° 986-2007: "Que fas disposiciones contenidas en los articulos 1° y 4° de la Ley Fundamental se reconocen, ala vez, como normas juridicas y como valores fundamentales del ordenamiento, que deben informary guiar el actuar de todos los éyganos del Estado. En tanto valores fundamentales, abstractos y generales, se concretan en otras normas especificas, tanto constitucionales como legales, las cuales, en tanto normas juridicas, deben ir acompattadas de medidas y remedios procesales que las garanticen. Dentro de dichas nor- imas especificas se encuentran los derechos fundamentales invocados por la requirente, los cuales, al no verse intringidos, no puede considerarse que se encuentre lesionado su contexto valérico general, dentro del cual se incluyen fos articulos 1° y 4° de la Constitucién” (Considerando 37°), HOMENAIE & PABLO RODRIGUEZ GREZ ix) Rol N° 739-2007: “Por el contrario, interpretar el precepto guiandose por la presuncién de legitimidad que emana de los actos del legislador, concor- dandola con los principios y valores constitucionales, parece razonable y coherente con la proteccién del orden piiblico y el recto ejercicio del derecho de asociacién que la Constitucién consagra" (Considerando 17°) Rol N°740-2008: “{Al Tribunal Constitucional} ...se ha encomendado la interpretacién definitiva e inapelable de la Constituci6n, interpretacién que debe desarrollarse en forma integral, esto es, considerando tanto la letra como los valores, principios y espiritu de la Carta Fundamental" (Consi- derando 20°. E! subrayado es nuestro), “Los derechos, en cuanto valores sustantivos y auténomos, emanados de la dignidad del ser humano, deben ser diferenciados claramente de las denominadas garantfas, que en tanto instituciones juridicas de caracter adjetivo, técnicas o herramientas, procuran el aseguramiento de los derechos" (Voto disidente ministro Vodanovic). Be Conclusiones 1. La consagracién de normas vinculantes para el juez en materia de interpre- tacién de las leyes y, en especial, la referencia al “espiritu general de la le- gislacién” , constituye una relativa originalidad del Cédigo Civil chileno. Esta se explica, fundamentalmente, en funcién de razones historicas vinculadas tanto al proceso de codificacién como a la desconfianza que Bello profesaba a la labor judicial de una incipiente republica. 2. Mas alla de las motivaciones que impulsaron la inclusién, en el Codigo Civil chileno, de la regla analizada en este trabajo, resulta evidente el auxilio que presta la misma a jueces y juristas -en sus respectivos Ambitos de conocimiento y competencia- a fin de que puedan discernir la adecuada interpretacién y, por ende, aplicacién, de una norma legal cualquiera. Ello, desde el momento que la concreci6n de este criterio en un caso particular nos remite, necesaria~ mente, al sentido o la ratio de un especifico sector normativo a partir del cual, y asu turno, es factible extraer principios juridicos que resultan esenciales de considerar, tanto en el proceso de exégesis de la ley, como de integracién de HOMENAIE A PABLO RODRIGUEZ ¢ 3. Desde la perspectiva del desarrollo cientifico y jurisprudencial del derect también el elemento de interpretacién que estudiamos ocupa un lugar pi Ponderante, toda vez que, al identificarse con la ratio de un clerto sect normativo, permite dar debida cuenta de la coherencia que debe existir ent las partes y el todo en un determinado sistema o, incluso antes que eso, sab Siquiera qué constituye aque! “todo” y qué puede ser calificado de “parte De igual manera, y dada la flexibilidad asociada al mismo, la consideraci¢ del “espiritu general de la legislacion" facilita una interpretacién del ord. namiento juridico que lo adecue a distintas épocas, sin necesidad de recur a incesantes modificaciones de los preceptos legales que lo integran. 4. Enlos casos en que la jurisprudencia nacional, tanto ordinaria como constitu Cional, hace referencia o identifica el “espiritu general de la legislacién” un determinado sector normativo, en general omite fundamentar -mediant la individualizacién de disposiciones legales precisas- las razones por la cuales se justifica la pertinente afirmacién. Asimismo, el examen de sus fallo deja de manifiesto un criterio basicamente erratico en tomo a si esta regl Posee 0 no un caracter subsidiario; exhibiendo, por tanto, un entendimient diverso respecto de este mismo elemento de interpretacion y la funcién que !e corresponde en el ordenamiento juridico. Se suma a ello una ausencia de argumentaciones —fundadas en normas concretas~ que permitan conclu cémo aquel elemento puede ser reconocido en los términos que sefiala la Pertinente sentencia. Lo anterior, como resulta evidente, conspira contra la adecuada justificacin que debe constar en toda resolucién judicial a fin no solo de evitar una desmedida discrecionalidad de los jueces, sino para forta- lecer ~en palabras de Perelman— “la adhesi6n del auditorio” que conforma la comunidad juridica. A nuestro juicio, el espiritu general de fa legislacién se revela, en mayor me- dida que otras, como aquella regla de exégesis que permitiendo descubrir el sentido o ratio de un determinado “sector normativo" y, por ende, sirviendo de tamiz para la interpretacién de los institutos y normas en él alojados, po- sibilita también ~a jueces y a juristas—justificar sus decisiones “en” y “desde" el derecho. De este modo, la regla aqui estudiada facilita la ampliacion de los criterios hermenéuticos y habilita para descubrir y, en su caso, reconstruir, la valoracién que subyace en las normas, adecuando su aplicacién a las nuevas necesidades que reclame el trAfico econémico y juridico. 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N° 325-2001: Requerimiento formulado por diversos senadores para que el Tribunal re 'a constitucionalidad del Decreto Supremo N° 20 del Ministerio Secretaria Genera Presidencia, de fecha 22 de enero de 2001, publicado en el diario oficial de 12 d de 2001, de acuerdo al artculo 82, N° 5, de la Constitucién Politica de la Repti Rol N° 634-2006: Inaplicabilidad del articulo 13 de la Ley N° 18.575, Organica Constitu de Bases Generales de la Administracién del Estado Rol N° 608-2007: Inaplicabilidad respecto del articylo 96 del Cédigo de Mineria. Rol N° 609-2007: inaplicabilidad respecto det articylo 96 del Cédigo de Mineria. Rol N° 610-2007: inaplicabilidad respecto del articulo 96 del Cédigo de Mineria. Rol N°611-2007: Inaplicabilidad respecto del articplo 96 del Cédigo de Mineria. Rol N° 612-2007: Inaplicabilidad respecto del articulo 96 del Cédigo de Minerla. Rol N° 594-2007: Requerimiento de inconstitucionalidad de la Resolucién Fxenta Ne HOMENAJE A PABLO RODRIGUEZ GREZ Rol N° 740-2008: Requerimiento de inconstitucionalidad deducido en co disposiciones de las "Normas Nacionales sobre Regulacién de la Fertil por el Decreto Supremo N° 48, de 2007, del Ministerio de Salud. Rol N° 986-2008: Inaplicabilidad respecto del articulo 387, inciso segundo, cesal Penal NORMAS CITADAS Artculo 19 del Cédigo Civil chiteno. Articulo 24 del Cédigo Civil chileno. Articulo 21 del Cédigo de Luisiana, Atticulo 4 del proyecto de Cédigo Civil chileno de 1853.

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