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Procesos de institucionalizaci6n y profesionalizacién del Trabajo Social, aportes desde un andlisis hist6rico-critico Roxana Basta’ Universidad Nacional de Lujan foxanabasta@datafull.com Introduccién: Este trabajo implica una aproximacién a los fundamentos de la practica profesional en los origenes de! Trabajo Social en Argentina. Los avances presentados, son producto de un proceso de investigacién que apunta a superar una explicacion endégena del proceso de institucionalizacién y profesionalizacién de! Trabajo Social. Asi, el trabajo de analisis estuvo orientado a desentrafiar qué fuerzas socio- hist6ricas intervinieron en la consolidacién de la profesién: es decir, qué impactos tuvieron en este proceso de constitucién del Trabajo Social las tensiones contradictorias del campo social, politico, econémico y cultural de la época (1924-1955), y cémo repercutieron en los procesos de formacién y ejercicio profesional. Esta perspectiva de estudio se orienta a conocer las complejas mediaciones que se establecieron entre el movimiento macrosocial de la realidad, las particularidades de las practicas sociales y profesionales, y las expresiones singulares que asumieron la formacién y ejercicio profesional ‘A continuacién, se presentan algunos de los resultados alcanzados y las conclusiones formuladas a partir del trabajo con fuentes documentales y material bibliogréfico del periodo en estudio. 4. Procesos de institucionalizacién y profesionalizacién del Trabajo Social Enla ‘gentna, "est una confluencia de dos discursos centrales en el proceso de legitimacién e institucionalizacion profesional: por una parte, una "matriz de base doctrinaria vinculada a la Iglesia catélica y sus intentos por recuperar espacios dentro del bloque de poder, la cual proponia como eje de accién la armonizacién de las relaciones sociales a través de una regulacién ad-hoc en su intervencién; y por otro lado, una "matriz de base racionalista y laica" asociada a los médicos higienistas y su posicién frente a los procesos de urbanizacién e industrializacién que se dieron a Principios del siglo XX, discurso proximo a la corriente te6rica positivista y al liberalismo politico que proponia una intervencién de caracter preventivo-educativo y una Tegulacién desde el poder publico estatal o privado. EI movimiento higienista reclamé una intervencién activa y deliberada del Estado segtin su conformacién liberal, proponiendo la continuacion del proceso de secularizaci6n de las relaciones sociales en lo politico, econémico y social. Enfrento asi al catolicismo social que apuntaba a recuperar espacios de poder dentro de la escena politica nacional, teniendo en cuenta que el proyecto socio-politico liberal de la Generacién del “80 habla agudizado la separacién entre Estado e Iglesia. La accién * Lic. en Trabajo Social, Becaria de Investigacion, categoria Formacién Superior, Secretaria de Investigacion y Posgrado, Universidad Nacional de Lujén. Parra, 6. (200%), Antmodemided y Tro Soca, Orgenes y Expansion del Trabajo Socal Argentino, Buenos Aires, Espacio Ei 3 social del laicado bajo los influjos de la doctrina social catélica propiciaria la armonizacién de las relaciones sociales, quedando en manos de! Estado la formulacion implementacion de leyes que regularan la tensi6n capital-trabajo. ‘Sin embargo, paulatinamente y a principios del siglo XX el Estado y Ia Iglesia confluyeron en un discurso conservador del orden social vigente a partir del alejamiento de la perspectiva ortodoxa liberal de quienes detentaron el poder. Asi, la estrategia del Efiecsrocriniograconista de naci6n apuntd al ejercicio del control social a través de los .de.los. inmigrantes “de los sectores pauperizados, estrategia politica que posteriormente se dirigid a los natives que no respondian a las pautas culturales .hegemi6nicas: "haciendo un paralelo con el pensamiento positivista se puede decir tranquilamente que su trayectoria también se movié de! determinismo biolégico al determinismo social por lo que la educacién -y particularmente la escuela estatal- tuvo como fin dentro de dicho contexto la homogenizacién y la normalizacién de conductas reforzando el rol moralizador de las familias’ ‘Asimismo, la figura de la tutela entra en juego en el proceso de disciplinamiento social. Como antecedente histirico a nivel intemacional se puede mencionar la creacién del primer Tribunal de Menores en Francia en 1912, fecha no muy lejana a la sancion de la ley 10.903 de 1919 en Argentina, la que objetivo la figura de la tutela y la ,-Smpergencia de is tbunales de menores. En este sentido,é'practica profesional estuvo atravesada por una perspectiva cinlga-sermetiva vortex vinculada al modelo médico hegeménico, a partir de la cual el proceso ‘de-intervencién: y metodolégicamente- se estructur6 en tres etapas definidas \ como’ B8tidio: ae y tratamiento. En este sentido se disefiaron instrumentos para la identificacién y clasificacin del individuo dentro de tipologias segun el |__Sdesorden de.la conducta" que pudiera observarse en él. Estas "tipologias” -mas 0 menos rigidas- posibilitaron la homogenizacién y clasificacién de lo que se consideraron conductas patolégicas a ser corregidas, y por ende de los sujetos portadores de las mismas. De esta forma, Ia intervenci6n, podria pensarse, encontré su fundamento tedrico-metodolégico -y ciertamente politico- dentro de. una legic prescrip: una vez identificado el individuo y el problema, se contaba cor’ un proceso de intervencion ya establecido y pautado, sobre el que se podian introducir algunas modificaciones segiin el criterio del profesional que interviniera, manifestandose asi el apriorismo metodolégico que caracteriz6 la formacién y ejercicio profesional a lo largo de varias décadas. En el afio 1924 seconocié el primer Curso de Visitadoras de Higiene: dependiente de la Facultad de Cinecias Médicas de la Univerisdad de Buenos Aires. En ~~~ / 1930 se fund la Escuela de Servicio Social del Museo Social Argentino. Por su parte la Iglesia Catdlica impulsé la creacion de la carrera en el Instituto de Cultura Religosa. En 1941 se cre6 la Escuela de Asistencia Social dependiente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. En todos estos espacios se enfatizd la necesidad de que los estudiantes incorporaran una metodologia para desarrollar su ejercicio profesional, por lo que el objeto de intervencién fue abordado desde un apriorismo tedrico-metodolégico. La discusién se centré en la pertinencia de la incorporacién de diversos "saberes" de disciplinas ya avanzadas en la produccién de conocimineto (por ejemplo la medicina o * Moreno, J. (comp.) (2000), La politica social antes de fa politica social. Caridad, beneficencia y politica social en Buenos Aires, siglos XVII a XX. Buenos Aires, Trama Editorial 4 la sociologia)*, y sobre el debate en tomo a la polivalencia de funciones que implicaba ierta formacién profesional frente a la especializaci6n de otros planes de estudio. Dentro del incipiente campo profesional, los representates de las instituciones disertaron sobre las "habilidades” necesarias para una intervenci6n profesional “eficiente", fragmentando el quehacer profesional al establecer especialidades a partir de las que se abordaron los problemas sociales. De esta manera, el escindido cuerpo de problemas sociales fue incorporado al interior de la profesién acriticamente, enfatizando aun més el cardcter instrumental de la practica. La:emergencia de politicas sociales sectorializadas y la estructuracion de un espacio socio-ocupacional escindido, “| nO"flie ajeno ar debate sobre la polivalencia ola especialidad °, Paralelamente, el flujo inmigratorio (hacia 1870-1900) significd el arribo a la tealidad nacional de corrientes ideolégicas vinculadas al socialismo, comunismo, anarquismo y anarco-sindicalismo, las que encontraron expresion en la conformacion y ‘organizaci6n del.mavimiento obrero en la Argentina. En las primeras décadas de! siglo XX (1900-1920) comenzaron a producirse manifestaciones y estallidos sociales, los cuales implicaron cambios en el accionar del Estado argentino: de esta forma,no-sélo. _..... se modificaron leyes tendientes a la represidn fisica, sino que empezaron a generarse fos fineamientos de una intervecién sistemdtica por parte del Estado sobre las manifestaciones de la cuestion social a través de la estructuracin paulatina de la politica social; por lo tanto, la propuestas de estos proyectos respondieron (al mismo tiempo) a la acci6n organizada de los sectores a los que fueron dirigidos. +sELcontrol social implicd un doble movimiento: por un lado, las politicas surgidas tuvieron.. que’ vercon’ un proyecto” socio-politico amplio que las clases. dominantes intentaron: désarroliar no sin fisuras en su interior (pensemos por ejemplo, en las confrontaciones entre las distintas agrupaciones de las fuerzas armadas y su vinculacién con diversos sectores de la sociedad a lo largo del periodo analizado), y por otra parte, tales:proyectos. se vincularon:con la capacidad de presion de los sectores sabalemnos sobre el bloque hegeménico, poniendo en cuestion el orden social Tanto las bases 5 discursivad) que sostuvieron la formacién de los primeros profesionales del Social, como los espacios de insercién laboral estuvieron atravesados por una perspectiva conservadora debido a que el proceso de intervencién apunt6 a la armonizacién de las relaciones sociales a través de la justificacion y naturalizaci6n del conflicto social. Y en este sentido es que confluyeron lineamientos te6ricos, metodolégicos y politicos provenientes tanto de sectores conservadores- * Comientes sociolégicas desde Europa y Estados Unidos eran los fundamentos anélitdos y les sobre fos que se sostuvieron tanto los planes de formacién como las actividad’ en los ‘espacios de insercién laboral. Eran los docentes (médicos y abogados) quienes tenfan acceso a través de sus viajes y de la dfusién por medio de ceniros de estudios especializados a los avances producidos conocen escrtos de autores extranjeros a través de autores locales. Son ejemplo los textos sobre René Sand (y la economia humana) y Mary Richmond (acerca del método de intervencién y el objeto del Servicio Social * En la década de 1950 se resolvié la confrontacién a favor de aquellos que sostuvieron la formacién en Servicio Social frente a los que mantuvieron el interés por las Visitadoras de Higiene. Para ese entonces, la realidad argentina se manifesté aun més compleja, por lo que la formacién debié responder a una diversidad en la dernanda. greciente * Grassi, E. (2003). Politicas y problemas sociales en la sociedad neoliberal. La otra década infame (I), Buenos Aires, Espacio Editorial. 5 doctrinarios vinculados al laicado catélico, como al movimiento de médicos higienistas de base racional-conservadora. Esto implicé una forma especifica de maniobra que intelectuales, técnicos y politicos de los sectores dominantes pudieron poner en juego en el proceso de negociacién con los sectores subaltemios. Es sélo en este contexto que puede comprenderse el surgimiento de la profesion y su institucionalizacién. De esta manera, se puede suponer que las mediaciones ocurridas entre la profesién y las transformaciones sociales que se fueron gestando en el periodo histérico comprendido entre 1900 y 1955, implicaron relaciones causales que posibilitaron la manifestacién —por los afios °20 - del proceso de institucionalizacion del Trabajo Social desde matrices discursivas que respondieron a distintas posiciones te6ricas, ideolégicas y politicas, las cuales produjeron bases diversas en las que se asentaron las posibles respuestas a los mencionados cambios sociales. Al interior de la profesién, elconservadurismo se impuso como discurso hegeménico, respondiendo a un proyecto social que apunté al ejercicio del control social. través del disciplinamiento de la fuerza de trabajo y la naturalizacion de las desigualdades sociales: Y en este sentido, como profesién, e! Trabajo Social cont6 con los instrumentos estatales de regulacién social correpondientes a una perspectiva despolitizada sobre el conflicto social, y por lo tanto de la "cuestion social”. De este modo, ‘la concepcién de ta asistencia social como: derecho, si bien estuvo presente sobre todo en los afios °40 con el desarrollo de las politicas sociales del peronismo, no entré en juego dentro del colectivo profesional sino hasta los afios ‘60. al. Si bien desde organizaciones privadas se ejercia la beneficencia, y bajo su tutela se emprendieron acciones organizadas tendientes a dar respuesta por medio de la asistencia social piblica frente a situaciones de contingencia, paulatinamente a través de diversos sectores se comenzé a interpelar al Estado en su rol interventor sobre la dimensién social y no tan s6lo econémica. Asi, comenzaron a perfilarse a principios del siglo XX una serie de proyectos legislativos que contemplaban los problemas de la nifiez “abandonada” y “delincuente”, la vejez, el trabajo en la industria, el trabajo femenino, etc., los que se fueron concretando a lo largo de las décadas de 1930, 1940 y 1950. El rol del Estado como planificador y ejecutor de ta politica social, impulsé ta emergencia de nuevos espacios de insercién profesional parcelado en politicas sociales sectoriales. En diversas instituciones ya existentes, o bien en las que fueron creadas a partir de la sancién de leyes especificas, se organizaron Servicios Sociales en los cuales fueron empleados los primeros profesionales graduados en los centros de formacién ya mencionados. Es preciso sefialar que, contrariamente a lo que se supuso y tras la busqueda de datos, el campo socio-ocupacional de los primeros profesionales se encontré mayoritariamente en instituciones estatales. Por ejemplo, entre los afios 1932 y 1942 se graduaron en el Museo Social Argentino 99 Asistentes Sociales. El 81% se ubicé en la esfera estatal, mientras que el 19% en el espacio privado, y dentro de este Ultimo sdlo el 8% lo hizo en instituciones dependientes de la Sociedad de Beneficencia. En el Departamento Nacional de Asistencia Social se incorpord el 58% de los graduados, mientras que e! 23% lo hizo en la Municipalidad de la Capital Federal’. 7 Datos extraidos de los registros sobre graduados de! Museo Social Argentino. ‘Como ya se expuso, fue en la década de 1930 que comenzé a organizarse un incipiente Estado de Bienestar, indicio de ésto fue la paulatina organizacién de un seguro social y la asistencia social (primero de la Capital Federal y, posteriormente, en la provincia de Bs. As.). Se emprendié asi un proceso que tendié a la centralizacién y organizacién -por lo tanto de racionalizacién de recursos- desde e! Estado, con lo que antiguas organizaciones privadas como la Sociedad de Beneficencia vieron restringidas sus areas de accién: con la creacién de la Secretaria de Trabajo y Previsién (1943) y la Direccién de Servicio Social (1945), la Sociedad pas6 a rendir cuentas y ser objeto de control por parte de ambos organismos estatales, por lo que su autonomia se vio comprometida frente al avance estatal en lo que hasta ese momento fue Ambito prioritario de las organizaciones privadas. Las politicas sociales sectoriales que se conformaron a lo largo de todo este periodo particular (desde 1920-1955), determinaron la preponderancia de la salud, la educacién, la inmigracién-migracién y la minoridad® como espacios de insercién laboral para las visitadoras de higiene y asistentes sociales. El problema de la vivienda obrera también ocupé la agenda de la politica social, sobre todo en los afios “40. Por otra parte, se plasmé en la propia organizacién del Estado la escisién de lo que fue la asistencia social (vinculada a la salud) y la prevision social (relacionada al mundo del trabajo), cuestion que se objetivo durante el periodo peronista y la estructuracién de los diferentes ministerios®. Los “problemas sociales” encontraban sus causas en desviaciones de la Vonducta singular 0 colectiva, individual o familiar, particular 0 comunitaria. Y las explicaciones sobre los “hechos’ de la accion humana no esperada/deseada comenzaron a encotrar sustento hacia los afios “30 en la medicina eugenésica y la corriente italiana de medicina social. Y fueron los avances en la proteccién de la mated y de a medina social desplepeda por Hale, os que mokieeron la bases de la politica social y sanitaria del peronismo" La politica exterior emprendida por ambos paises en tomo a los problemas de natalidad, inmigracién-emigracién, fecundidad individual, y _ comporatamientos demogréficos poblacionales en general, constituyeron el debate: la hipdtesis en discusién sostenia que a través de la eugenesia y la biotipologia se podiarralcanzar soluciones fundamentadas en avances cientificos, lo que debia impactar favorablemente en el desarrollo de las politica social, econémica y laboral, facilitando el gobiemo de la poblacién. Entre las décadas de 1910 y 1920, los postulados de Lombroso formulados desde ta antropologia criminalistica son incorporados en el pais a los debates sostenidos por criminélogos, psiquiatras y juristas respecto de los “tipos de delincuentes’. La constitucién de un método basado en la fisonomia y craneometria aseguraban la clasificacién de los individuos considerados peligrosos. Estos fueron las ° En diversos documentos del Museo Social Argentino se tratan temas como proteccién del escolar, asistencia al nifio anormal y delincuente, patronato de la infancia, represiOn a la vagancia, inmigracién, brofieds bucodenta|profiads dela TBC y la ii, revarcén de enfermedades reumétcas,paronato de liberados, asistencia al expenado y prevencién de la delincuencia, et ° Es “cuando el Estado se ‘amplia" y pasa a tratar la cuestion social no s6lo através del uso de la fuerza, sino también buscando el consenso en la sociedad, que son creadas las bases histéricas de la demanda de nuestra profesin’, en lamamoto, M. (2003). Ef Servicio Social en la contemporaneidad. Trabajo y fomacién profesional, Séo Paulo, Cortez. °° Scarzanelia, E. (2003). Ni gringos ni indios. Inmigraci6n, criminalidad y racismo en la Argentina, 1890- 1940, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes. 7 antecedentes de la influencia italiana en el debate local, sobre los que (y a grandes fasgos) se organiz6 el sistema penal, y se comprendié la elaboracién-sancién de la Ley 10.919 sobre “menores peligrosos" y “en peligro". En 1930, la preocupacién de médicos italianos giraba en relacién a las posibilidades de crear una “ciencia modema de la persona humana’ que abarcara no la medicina curativa, preventiva ylo criminolégica, sino que avanzara en la ‘comprensién del estudio global y gobierno de la poblacién"* Estas tendencias fueron rapidamente incorporadas en Argentina a través de la invitacion de estudiosos italianos a participar de la discusién local, y de los viajes emprendidos por médicos argentinos que ejercian ta docencia e investigacién en diversos centros académicos (como por ejemplo el Museo Social Argentino a partir de la Seccién de Higiene y Eugenesia; la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires a través de su decano) y asociaciones profesionales nacionales vinculadas a federaciones intemacionales’”. En 1930, la preocupacién por la natalidad constituyé una de los temas centrales en la agenda politica italiana. Por otra parte, su politica exterior en este periodo se caracteriz6 por el desaliento a la inmigraci6n de su poblacién y a la expansién tanto territorial como ideolégica frente a Francia. Argentina, (a través del ministro de Relaciones Exteriores, Saavedra Lamas) adhirid a la propaganda cultural de Italia buscando diferenciarse de los simbolos fascistas, ejemplo de ello serian las ‘organizaciones italianas radicadas en Argentina que enfatizaron su vinculacion sobre las figuras de héroes de un tiempo pasado en oposicién a la revoluci6n fascista’®; el objetivo era posicionar a Argentina dentro de! escenario mundial a través de! gobiemo de Roma, Sin embargo, estas aproximaciones se desdibujaron a lo largo de la década Porque en los mismos paises de latinoamérica fueron surgiendo gobiemos nacionalistas que rechazaron la propaganda politica directa que se sostuviera sobre los vinculos sanguineos de los residentes extranjeros. Asi, Argentina participd en las sanciones internacionales a Italia frente a las acciones bélicas de toma de territorios africanos y su pretencién de constituir un Imperio. A pesar de estas variaciones en la politica exterior de ambos paises, no fue menor la infiuencia de intelectuales italinos en la difusién de las ideas eugenésicas en el pais. Pende (médico) y Gini (demégrafo) se constituyen en promotores del panamericanismo eugenésico a través de la Federacién Iintemacional Latina de "Op. Cit. 10. Un ejemplo serian los lazos entre fa Asociacién Argentina de Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social oreada en 1932 después de un viaje que emprendieran médicos argentinos para la capacitacién en pediatria y eugenesia a Italia en 1930. Nicola Pende fue el representante ital ‘al debate local en relacién a la mezcla postiva (desestimada por la eugenesi “renovadora’, cuyo estudio debia desarroliarse a partir de las migraciones y cruzamientos. Segin el demégrafo italiano Gini, procesos que posibiftan ‘a la humanidad renovar permanentemente su Patrimonio hereditario” (‘Vecchi problemi e nuovi indirzzi nel campo dell'eugenica *, Anales de Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social, n® 62, mayo 1936). Fundamentos que aporataron a la consolidacién de la representacién de la identidad nacional sustentada sobre “el crisol de razas", pero que continia teniendo en si misma una compleja trama de relaciones organizadas a través de Perspectivas racistas y discriminatorias. Dentro del ‘crisol” no eran consideradas aceptables la Biotipologia de pobladores originarios de latinoamérica, sino que los estudios graben en tomo a los biotipos provenientes de la inigracién de ultramar, y para el caso argentino, especificamente con la Sprite median y delete eurepeo. Pop cit Sociedades de Eugenesia (Argentina, Brasil, Bélgica, Francia, Italia, México, Peni y Suiza), buscando diferenciarse de la linea anglosajona sostenida desde la Federacion Intermacional de Eugenesia. Ambas organizaciones confrontaban sobre la eugenesia “moderada” de los primeros frente a la selecci6n racial de las migraciones y las normas de esterilizacion coercitivas propicidas por los segundos a través de la hegemonia norteamericana; sin embargo, en Argentina, las ideas del padre Gemelli cobraron mayor Tesonancia que en otros paises miembros de la Federacion Latina. Gemelli sostuvo que era factible la conciliacién de las propuestas de Galton (Inglaterra) y el catolicismo. Y en este sentido, retom6 lo desarrollado en la enciclica Casti Connubi de 1931, en la que se excluyeron posibles intervenciones del Estado en la procreacién. Al respecto, el médico argentino Octavio V. Lopez (representante de una de las tantas delegaciones argentinas a Italia) opind que el Estado debia prevenir y persuadir, pero en ningiin caso debia emplear métodos coercitivos violando “las leyes naturales del matrimonio™*. La busqueda del “biotipo argentino” fue el centro de las actividades llevadas a cavo por el Instituto de Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social creado en 1933. Las pautas hereditarias y la conducta desarrollada por la poblacién constituyeron su objeto de estudio, y las bases sobre las que el AABEMS propuso al gobiemo Ia creacion de una Direccién General de Biotipologia. Las influencias de la “demografia integral” de Gini, la cual consideraba como positives los cruzamientos promovidos por las migraciones, sentaron las bases para corroborar el mito “crisol de razas” que sostenian los sectores conservadores de la politica argentina. La integracién social encontré sus fundamentos en avances cientificos que se podian medir, contrastar, y someter a pruebas de validez empirica. Como apuesta se pensaba en no sélo mejorar el perfil fisico de la poblacién, sino también potenciar la erradicacién de taras. Por otra parte, el mejoramiento en las medidas pibicas sobre la higiene y profilaxis de enfermedades como la TBC, la sifilis, etc., implicaban cambios médico-ambientales de los que se esperaban tuvieran impacto favorable en la constitucién de la poblacién. Los beneficios en el “capital genético", o el “mejoramiento de la raza’, se coneretarian recurriendo a la utilizacion de recursos vinculados a la difusion de pautas de nutricién apropiadas a los diversos grupos poblacionales (mujeres en condiciones de fecundidad y nifios especificamente), y de patrones de higiene (aqui los avances en puericultura, prevencién del contagio, etc.). De esta forma, no se buscaba la pureza racial, sino el fortalecimiento de los “cuerpos individuales" y del “cuerpo social” que cosntituia la nacién mediante acciones médicas, morales y sociales. Confluyen asi los avances de! campo médico con los desarrollados en el espacio social: se fueron unificando paulatinamente los avances de la revolucién pasteuriana y la bacteriologia moderna con las posibilidades de cambio y reforma ancladas en la educacién y “tratamiento” de la pobreza. En este sentido, es que se comienza a hablar de la dimensién social de algunas enfermedades y la necesidad de unificar esfuerzos desde, por un lado, la asistencia médica, y por otro, desde la asistencia social ptiblico- estatal. Para los médicos argentinos como Dellepiane Rawson o el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Bullrich, habia que poner el acento en la diada madre-hijo como objeto de las politicas y de! debate social argentino. En este sentido, desde la Asociacion Argentina de Biotipologia, Eugenesia y “4 V. Lopez, “Cristinismo y eugenesia®, ABEMS, n° 9, agosto 1933, citado en Scarzanella, E. (2003). Medicina Social (AABEMS) se le dio importancia a la proliferacién de servicios sociales en hospitales y maternidades de la Capital Federal tendientes a intervenir en la vida cotidiana de la poblacién: “Gracias al personal formado en fa escuela de la Asociaci6n, estos servicios sociales son un istrumento de asistencia y control de las mujeres de sectores = populsres. [ee hecho /a funcién de las visitadoras sociales es infirarse en el i Escuela Politécnica de Biotpologia, Eugenesia y Medicina Social surgié en el afio 1934. Como objetivos tenia, por un lado, formar a personal paramédico como las vistadoras sociales, por otro, difundir las ideas de la AABEMS a través de los Seminarios de Estudios dirigidos a estudiantes y docentes de medicina que lo solicitaran como especializacién. Cabe consignar, que este espacio de formacién fue producto de la labor desarroliada por las distintas Secciones™ en que se organiz6 el accionar de la Asociaci6n. Desde la AABEMS y como estrategias de accién directa e indirecta, se financiaron consultorios abiertos a la poblacién, se isntitucionaliz6 la formacion de personal médico y no médico (bajo los preceptos de la biotipologia, la eugenesia y la medicina social), se realizaron propuestas legislativas que fueron consideradas por las autoridades, y finalmente, se brindé asesoramiento para la constitucién de una Ley de Seguro Social (presentada por Saavedra Lamas en 1934). A nivel operativo, particip6 a través de sus miembros en la elaboracin de un instrumento estandarizado en fichas biotipoldgicas destinadas a ser aplicadas en los servicios sociales sobre diversos sectores de la poblaci6n asistida: escolares, enfermos de TBC, enfermos de cancer y trabajadores. La preocupacién en tomo al descenso de la natalidad impuls6 la creacion de una ficha eugénica de evaluacién de la fecundidad individual, pero lo que estaba presente de forma implicita era la discusiOn en tomo al rol de la mujer en la “sociedad modema’. Tanto los ‘problemas’ de natalidad como de fecundidad fueron asociados indirectamente a los cambios sociales y econémicos de la época cuya expresion maxima se identificé en la paulatina incorporacién de la mujer al mercado de trabajo. Sin embargo, primé una perspectiva moralizante y conservadora acerca de este proceso, ya que no se discutia en tomo a las exiguas condiciones de vida de la Poblacién pobre, y el desarrollo del trabajo femenino vinculado a labores que eran realizadas dentro del ambito doméstico, con bajas remuneraciones y extensas jomadas de trabajo. Estas condiciones laborales de la mujer eran consideradas para la prevencién de la TBC o en relacién a las dificultades en la concepcién, pero no eran debatidas en sus causas fundantes. Médicos como Rossi en el Primer Congreso Nacional de Poblacion (1940), propiciaron el retorno al hogar de la mujer dejando de lado las actividades de produccién extradomésticas. Pero estas propuestas conservadoras tenian otros elementos de debate implicitos: la defensa de la ‘raza blanca” (como sostenia Rossi) frente al incremento a nivel mundial de la natalidad de los “pueblos de color’, en *® Op. Cit 10. Subrayado nuestro. *° Las fiiales de la Asociacién se encontraban redicadas en 1933 tanto en otras provincias argentinas como en el exterior: tal el caso de Italia, Alemania, Francia, Espafia e Inglaterra. Las Secciones que ‘compofifan su accionar eran nueve: Biotipologia; Eugenesia, Matemidad e Infancia (estos dos vitimos elementos desde 1934), Medicina Social; Ateneo; Educacién Fisica; Asistencia Social; Nuticion; ‘Alimentacién; Dietética; Ortodoncia e Higiene Dental. (Para ampliar, ver Scarzanelia) 10 contraposici6n a las opiniones que sostenian que la “mejora de la raza humana’ debian valerse de la eugenesia en un sentido amplio (sostenido por Pende). La médica Peruana Susana Solano afirmaba en este sentido en 1940 “Toda raza: blanca, amariila, negra 0 bronceada, con sus caracteres diferenciales, presenta caracteres de nobleza biolégica, siempre que no esté afectada de taras"”. Asi, Pende habia sostenido la idea de “una estirpe americana” y la fusion de razas en oposicion a ut6pica pretencién de la “raza pura’. Sin embargo, al firmar al mismo tiempo el “manifiesto de la raza blanca’ presionado por la politica interna italiana de expulsion racial, tanto sus desarrollos sobre la biotipologia como su persona quedaron asociados al racismo y antisemitismo. Los esfuerzos de la AABEMS estuvieron dirigidos a atender especificamente los problemas vinculados al desarrollo de la poblacién en su natalidad-fecundidad, lo que Necesariamente direccion6 el estudio de “el” biotipo argentino, y en este sentido el impulso de estudios sobre el perfil eugenésico de la poblaci6n nativa e inmigrante. Las reas de salud y educacién recibieron especial atencién dentro de la agenda de la Asociacién, y su influencia en instancias de gobiemo se plamaron en proyectos de politicas sociales y laboares™® Pero no es s6lo desde Italia que circularon ideas referidas a la medicina social y a la los criterios de racionalidad socio-econémica sobre los que se debia organizar la asistencia social publica. En 1941 es publicado en Francia el libro L’économie humaine de René Sand: donde la eugenisia y la medicina social son incorporadas como fundamentos de un proyecto social y politico tendiente a “humanizar’ la economia. Asi, es comprendido el “hombre” como valor econémico cuya realizacién se produce en el tiempo. Si muere 0 no es alcanzado por un adecuado estimulo en sus cualidades fisicas, intelectuales, profesionales y morales, la capacidad de integracién y desarrollo social son restringidas para el conjunto societal mas amplio. En este sentido, el autor plantea la corresponsabilidad y los criterios de solidaridad mediados por el Estado, cuyo fin ultimo estria en interceder entre valores individuales y colectivos en relacién al mundo de los negocios: “Concluyamos: la economia humana, que traduce en deber social y representa el resultado de los progresos realizados por las ciencias, por la técnica y por la organizacién racional, es realizable, pues rinde mucho més de lo que cuesta. (...) La economia humana pide (...) una politica de produccién, del nivel de vida, de la recuperaci6n social, del trabajo, la poblaci6n, la higiene, de los servicios médicos y de la educacién, que no le son propias, pero que ella relaciona fortificando una con otra y orientandolas hacia un unico fin: la cultura de los valores humanos”®. Desde esta perspectiva, los “factores hereditarios’ en fos “desvios de la conducta” eran considerados como causas inevitables de la “desvalorizaci6n” del capital humano; por lo tanto, el accionar social organizado a través de principios racionales, redireccionaria las “causas de la miseria’: a los factores biolégicos se les sumarian los ‘econémicos, los familiares y los morales, constituyéndose en “causas encadenadas”. La beneficencia es reconocida como la accién paliativa més difundida; sin embargo, sus alcances son puestos en duda por el autor al mencionar a la asistencia social como una serie de medidas “curativas” y “preventivas". Y avanza sobre la complementariedad de estas Ultimas al manifestar que no alcanza sélo con las acciones curativas tendientes a ” Referencia citada en Scarzanella. (ver nota 10). ** Es en el ambito de la provincia de de Buenos Aires que la AABEMS desarrolla estrategias vinculadas a la educacién fisica dentro del sistema educativo, al contar con el apoyo del gobemador Fresco, uno de 198 politicos mas priximos al fascismo. (Para ampliar, ver Scarzanella) Sand, R. (1941). L économie humaine, Paris, Presses Universitaires de France. " restablecer las “condiciones normales de independencia de los hombres’, si no que es inevitable (si se quiere sostener a largo plazo esta tendencia) la prevencion a partir de “reformas sociales” ‘que atacan las raices mismas de! mal y lo eliminan gradualmente de la sociedad. En este sentido, es que se incluye en el texto un apartado para el Servicio Social, considerado como un “método de intervencion” especifico frente a las ‘medidas preventivas y los seguros sociales’. De esta forma, las asistentes sociales”’ desarroliaban su préctica por medio de actividades dirigidas hacia individuos o colectivos “fundadas en la ciencia’, lo que ‘inspira un numero cada vez mayor de estudios, encuestas y monografias, que colaboran en su perfeccionamiento y al mismo tiempo que enriquecen la Sociologia’. Y el autor recurre a andlisis realizados por Mary Richmond sobre los alcances de la intervencién profesional de los asistentes sociales: “Mary Richmond concluye que el servicio social de los casos individuales es el conjunto de los métodos que desarrollan la personalidad reajustando consciente e individualmente entre si al hombre y a su medio social. Toda miseria es el resultado de una inadaptacion del hombre o de la sociedad”. EI programa politico vinculado a la economia humana propuesto por René Sand, invita al autor a afirmar que las intervenciones de la asistencia social debieran estar direccionadas por factores econémicos no en sentido clasico: argumenta a favor de la asistencia social y los usos racionales de los recursos publicos en funcién de intereses generales, y apunta en contraposicién a las acciones de beneficencia particulares siganadas por criterios discrecionales. Asi, el autor recupera la figura de Bismark y la organizacién_de la acci6n estatal.no.s6la.en_el_plano econdmico, sinosu.relevancia en. lo-social debido a que la busqueda _del bienestar general necesarimente conllevaria al bienestar_individual_a_trayés de. ta. previsién. de la continge: pal 8610. por fa racionalidad econémica, sino por las acciones vinculadas a penne infantil, etc. ‘Se revierten ast 16s principios de la e sé estructuran y Tégitimas los espacios de intervencién sistematica en la vida cotidina de los trabajadores a partir de los servicios sociales. Asi, y si bien reconoce la tensién que se genera por la no satisfaccion material de necesidades “legitimas” a partir del acceso desigual a los recursos, opera en su analisis un reduccionismo vinculado a las causas morales en el desvio de la conducta de individuos, familias 0 grupos de pertenencia social y afirma al respecto: “Una vez que (desde los servicios sociales se) ha trazado por una parte un presupuesto de los gastos que le permiten la satisfaccin de las necesidades legitimas, y por otra un detalle de los recursos que posee una familia, 0 puede procurarse por el trabajo trata de descubrir la diferencia que separa a estas dos sumas mediante la asistencia piblica, las fundaciones o las personas que se interesan en sus protegidos. Esta individualizacién y esta normalizacion de los socorros remplazan a las ayudas arbitrarias o insuficientes Desde esta perspectiva, Sand sostendrd que la asistencia pensada desde esta racionalidad econémico-humana, constituye el medio para actuar directamente sobre las causas de la pbreza: “E! servicio social introdujo en la asistencia los métodos de la ciencia y tomé de la industria los principios de la organizacién racional, conservando al mismo tiempo la tradicién curativa de! amor al préjimo y el don de si mismo’, por lo 3 OP. Cit. 19: 57-58. > Alo largo del taxto se mencionan “las asistentes sociales", en ninguno de sus apartados se incluyen a lgs hombres como profesionales de los servicios sociales. 2 Op. Cit. 19: 62. * Op. Cit. 19: 62. tanto, ética y moralmente debe sostenerse en ‘la solidaridad y en la noci6n de la responsabilidad coman frente a los males que aquejan a nuestros semejantes”. De esta forma la cohesi6n social sera el punto de estudio y el objetivo en la intervencién social, y el conflicto y los procesos de pauperizacién consecuencias no desadas de los procesos de industrializacién alejados de una moral colectiva que tenga como fin el bienestar general frente a intereses sectoriales. 2. Aproximacién a los fundamentos _tedrico-metodolégicos, _operativo- instrumentales y ético-politicos del perfil profesional en el proceso de institucionalizaci6n y profesionalizacion En diversas publicaciones, realizadas en distintos momentos y desde diversos medios de difusion cientifica, se produjeron debates en tomo a las habilidades que debian tener fas visitadoras de higiene y los asistentes sociales. Asi,,en varios articulos fimados por los doctores Alberto Zwanck y Manuel Carbonelt™ se detallé el perfil de la visitadora de higiene y del asistente social. Estas publicaciones fueron escritas entre los afios 1922 y 1936, periodo en que se produjo la institucionalizacion profesional y la insercién laboral de los primeros egresados en los servicios sociales institucionales. El Dr. Carbonell sostuvo sobre la necesidad de la creacién de la especializacion de las visitadoras de higiene “la intervencién de la higiene social es entonces necesaria, pues considerar al hombre, a la mujer y al nifio, concretos, vivos, tales como los hacen el medio que fos rodea, el trabajo, el salario; egamos a explicamos asi fa raz6n por la cual los miitiples y perseverantes esfuerzos de los servicios sanitarios, no alcanzan algunas veces més que un éxito relativo: es que hablamos olvidado que /a cuestién higiénica y la cuesti6n social estén indisolublemente ligadas™°. La prevencién y la profilaxis fueron las propulsoras del accionar de las visitadoras de higiene con el propésito de asegurar la readaptacién de los individuos. En este sentido, si revisamos nuevamente la propuesta del Dr. Germinal Rodriguez sobre la accién “integral que debian desempefiar los asistentes sociales - teniendo como eje la "reeducacién y readaptacién social, econémica y mental" de los sujetos- existen puntos de contacto con lo expresado por el Dr. Carbonell. Desde ambos planteos, la “cuesti6n social" se pens6 desde una perspectiva fragmentada. Es decir, sobre la totalidad social se realizaron recortes, los que fueron conceptualizados como problemas abstractos -sin conexién entre si- y sobre los que se monté un aparato administrativo-burocratico que, mediante las politicas sociales, intent dar respuesta a las demandas sociales, y por él mismo movimiento legitimar el orden social vigente. Asi, os problemas sociales se explicaron por la incapacidad de los individuos de adaptarse al medio social, por lo que el Trabajo Social surgié como una profesién cuya funcionalidad radicé en la capacidad de homogeneizar -por medio de > El Dr. Zwanck era al momento de la creacién del Curso de Visitadoras de Higiene, titular de la Catedra de Higiene, mientras que el Dr. Carbonell era el director del Instituto de Higiene dependiente de la Facultad de Medicina de la UBA. El Dr. Germinal Rodriguez se desemperié como docente del ‘mencionado Curso y como el primer Decano de la Facultad de Servicio Social del Museo Social ‘Argentino. ® Carbonell, M. (1924). Provect enia Revista 13 procedimientos formal-abstractos- la cotidianidad de los grupos sociales a los que dirigié su acci6n”. De este modo, el disciplinamiento de la familia obrera, la readaptacién de aquellos individuos con conductas transgresoras de la norma y moral vigente, la organizacién del consumo doméstico, etc., fueron estrategias de intervencién que apuntaron a la integracion de inmigrantes y nativos a la nueva configuracién socio- hist6rica de la Argentina en las primeras décadas del siglo XX. Pero, al mismo tiempo -dentro del incipiente campo profesional- se intenté establecer las diferencias entre la visitadora de higiene y el asistente social. Tal discusién rond6 entre la polivalencia del asistente social y la especializacién de la visitadora de higiene. La organizacién creciente de las politicas sociales sectoriales tendientes a dar respuesta a las demandas y necesidades sociales, se objetivaron en un abanico institucional amplio y diverso, el cual reprodujo la multiplicidad de problemas - manifestaciones de la cuestiOn social- por resolver desde la intervencién pianificada del Estado. La realidad fragmentada en problemas adjudicados en su causalidad a una dimensién individual, fue el principio sobre el que se organizé el espacio socio- ocupacional de! Trabajo Social, y asi la polivalencia y la especializacién cobraron sentido en la formacién profesional. Polivalencia de la intervencién al reclamar una pretendida “integralidad” de las acciones profesionales. Es decir, la posibilidad de intervenir a través de tareas burocrético-administrativas en diversas reas institucionales, a partir de la operacionalizacién de un método pre-establecido y reforzando esta tendencia con una formacién basica los primeros afios, para profundizar la formacién en cursos especificos hacia los ultimos afios. A partir de ta insercién de los graduados en distintos ambitos laborales se propicié la especializacién en temas especificos, asi se fueron conformando cursos de capacitacién dentro del ambito de salud, educaci6n, justicia, por ejemplo. De esta forma, se comenzé a delinear la disputa al interior del campo profesional entre los propulsores de cursos de formacién especializados en un sector de la politica social frente a la perspectiva integral de la asistencia social sostenida por otros. Sin embargo, ambos -tanto la polivalencia como a especializacién de la practica- compartieron el a-priorismo metodoldgico, desarrollando una intervencion basada en tareas burocraticas -como los informes, las estadisticas, las notas de intemacién, etc... por las que se ajustaron los problemas diagnosticados a un tratamiento especifico preestablecido; procedimiento que encontré su fundamento en las estructuras burocratico-administrativas que les adjudicaron funciones subsidiarias respecto de otros cargos y profesiones. De este modo, las categorias para evaluar las condiciones de vida de la poblacién asistida eran definidas como buenas o malas segin las reglas de procedimiento pre-establecidas sobre las que no se especificaron ni definieron criterios de elaboracién, lo que contribuyé a refirmar desde la propia prictica el perfil ejecutivo de! rol profesional que le fue adjudicado desde la propia légica institucional. Asi, en una multiplicidad de informes se puede observar la aplicacién de una misma estrategia frente a situaciones diversas: por ejemplo, desde los servicios hospitalarios las madres solteras fueron impulsadas a contraer matrimonio reproduciendo la normativa regulada en torno a diversas leyes y la figura del * Netto, J. P. (1997). Capitalismo Monopolista y Servicio Social, S80 Paulo, Editorial Cortez. descendiente legitimo 0 ilegitimo, por lo que se desconocfa las circunstancias en las que se habia producido el embarazo. Otro ejemplo son las derivaciones desde centros dispensarios a hospitales de llanura en los que se brindaba asistencia por TBC. En estos casos, las profesionales debian completar planillas de inspeccién domiciliaria en las que se registraban deficiencias psico-fisicas y morales y se mencionaban como ejemplos vicios, taras y condiciones de higiene, y en su desarrollo no se consideraban mas que los medios de subsistencia referidos a los ingresos familiares. Sin embargo, en el espacio destinado a observaciones no se hacia referencia alguna sobre las condiciones materiales de vida (no sdlo la higiene de Ia vivienda, como elemento de incidencia sobre las condiciones de salud), no se cuestionaba la posibilidad de tratamiento teniendo en cuenta los bajos salarios en relacién a los costos de alquiler y el escaso margen para la compra de alimentos, medicamentos, traslados, etc. Sdlo se mencionaba si los familiares de los enfermos habian concurrido a los centros asistenciales para control y profilaxis de la enfermedad, y se consideraba como fuente de contagio el trabajo excesivo sin ponerio en relacién con el nivel de salario de acuerdo al trabajo realizado”. El rol profesional se “construyé sobre las funciones de escucha, percepcién, comprensién de los problemas, apoyados en la utilizacién de un lenguaje y argumentos adaptados a las dificultades de los interlocutores, tendiendo a propiciar la adhesin a los cambios de conductas individuales o familiares, favoreciendo la disolucion del conflict. Y este rol adjudicado, implicé que la refacién salarial quedara relegada a condiciones més proximas a un voluntariado social, debido a que los primeros profesionales recibian un salario de acuerdo a la organizacién presupuestaria de las instituciones. Las orientaciones en la formacién implicaron el desarrollo de pretendidas capacidades innatas para la realizacién de la labor, lo que se vinculé a ta naturalizacion de algunas cualidades femeninas reconocidas dentro de las funciones atribuidas por la normativa institucional: la intervencién en el espacio privado de la poblacién asistida a partir del control sobre las condiciones de higiene y profilaxis, organizacién doméstica de los ingresos en relaci6n al consumo y ahorro, asistencia de los nifios a la escuela, control de conductas consideradas patologias sociales en adultos y nifios, etc. Sin embargo, esa normativa no fue ajena a la direccién social mas amplia y a los valores morales puestos en juego en este particular periodo histérico. Y este saber-hacer legitimado por un titulo reconocido, exigido para ocupar los cargos dentro de los servicios sociales, expresé la tensiOn teoria-practica que atraves6 las discusiones en torno al proceso de formacién y los sucesives cambios en las conformaciones de las curriculas y organizaciOn de las carreras. Constituida como una profesién de segundo grado en relacién al cardcter interventivo de su quehacer, la necesidad de operacionalizar rapidamente los conocimientos provenientes de las ciencias sociales, implicé el esfuerzo colectivo por amalgamar y poner en concordancia diversos aportes provenientes de otros campos disciplinares. Este eclecticismo tedrico se objetivé en la acumulacion selectiva de conocimientos que respondieron de alguna manera a las necesidades profesionales en los procesos de intervencién. Estas contribuciones aportaron a la consolidacion por un ?” 4 modo de ejemplo, una familia compuesta por la hija y la madre, contaban con $23 mensuales de los que $15 eran abonados en concepto de alquiler por una habitacion, resténdoles para su subsistencia s6lo $8. La hia padecia TBC, y su madre como cueliera era el sostén de ambas. 15 lado, de una persepectiva hegeménica que concebia a la realidad humano-social desde un referencial conservador-reformista, y por otra parte, la conformacion de un agregado de saberes no siempre compatibles en cuanto a sus procedimientos tedricos, en sus tratamientos técnicos y en sus fundamentaciones analiticas”™. En este sentido, la practica, en su cardcter interventivo, implicé el cumplimiento de una serie de funciones ejecutivas que posibilitaron la operacionalizacién de diversas variables empiricas por medio de lo cual se instrumenté la accion profesional basada en conocimientos provenientes desde otros campos disciplinares. Este rasgo interventivo tiene enlace con practicas vinculadas a la caridad y filantropia como antecedentes a la profesionalizacién de la asistencia social; sin embargo, la institucionalizacion del Trabajo Social se sustent en fundamentos tedrcio-metodolégicos para operar, lo cual implicé una ruptura respecto de sus antecedentes no con el perfil interventivo sino en sus fundamentos. Es decir, que como profesion requirié de paradigmas explicativos que dieran cuenta de lo “social” y a su vez la incorporacién de procedimientos técnico- formales para la manipulacion de variables empiricas. 3. Algunas conclusiones finales: El cardcter de “auxiliar’ y la instrumentalidad de la practica constituyeron argumentos para la incorporacién de metodologia, la que apunté a otorgar un perfil Cientifico a la intervencién profesional y, a la vez, significé un abordaje a-priori sobre el objeto. De esta forma cobraron sentido practicas sustentadas en tipologias, a partir de las cuales se reprodujo la perspectiva de abordaje fragmentado de la realidad social, identificando problemas y poblacién objeto de intervencién segin parametros causa- efecto. Asi, la sumatoria de las partes daban la composicin del todo social, lo que dificulté la posibilidad de establecer mediaciones entre las teorias macroso6picas, las précticas sociales y profesionales, y las singularidades de la intervencién profesional; esto implicé concebir a la teoria como modelo de interyencion o justificacion de la practica. La realidad social no era pensada como totalidad, atravesada por un proceso contradictorio y dialéctico. A lo largo del periodo histérico de referencia, los que sostuvieron el debate en tomo al quehacer profesional, el perfil de los graduados en las distintas carreras, las modificaciones curricutares, etc., continuaron siendo en gran medida médicos que, por su trayectoria socio-politica, tenian vinculaciones con el higienismo y la formacién en salud pdblica. Los primeros articulos escritos por graduados asistentes sociales 0 visitadoras de higiene s6lo comenzaron a hacerse visibles hacia fines de la década de 1940. Los médicos higienistas fueron los que desde 1922 realizaron lecturas sucesivas de los escritos de Mary Richmond -principalmente sobre su libro Social Diagnosis- a Partir de lo que consideraron de suma importancia su inclusién en la formacién de los huevos profesionales. Sin embargo, en las distintas curriculas se incorporaron escasos cursos referidos al Servicio Social, prevaleciendo una estructura de formacién fundada sobre diversas materias vinculadas, por un lado con la higiene publica, la economia doméstica, efc., en la Escuela del Museo y el Curso de Visitadoras de Higiene; y por % Op. Cit. 26. ® Si la realidad es un todo estructurado, que se desarrolla y crea, el conocimiento de los hechos es el conocimiento del lugar que ocupan en la iotaidad de esa realiad 16 otra parte, cursos sobre legislacién y psicopatologias en la Escuela de Asistentes Sociales de la Facultad de Derecho. Tanto los médicos como los abogados concibieron a este nuevo profesional con un rol de auxiliar técnico, impronta que estuvo vigente desde la conformacién del primer espacio de formacion en 1924 y continud a lo largo de las décadas posteriores promediando los afios “50 bajo la infiluencia de diversas corrientes de estudio y accién provenientes principalmente de paises europeos como Bélgica, Francia e Italia. De acuerdo a este rasgo se puede suponer que, en los origenes de la profesi6n, la practica se constituy en el fundamento para la eleccién y determinacién de las acciones profesionales, no considerando a las teorias mas que como abstracciones colocadas en un segundo plano respecto de la practica sobre la cual se organizaron los, instrumentos operativos que canalizaron ta accién frente a situaciones concretas. En este sentido, la relacién teoria-practica hallé sustrato en el empiricismo positivista® de la época: la repeticién de la accién dio origen justificado a la formulacién de procedimientos basados en experiencias anteriores y, a la vez, validos para aplicar en situaciones similares, los que constituyeron modelos de _intervencién, estableciéndose una correspondencia entre la division social del trabajo y la division intelectual de tas cinecias y discplinas sociales. sf, el Trabajo Social como profesién objetivé su legitimidad social a partir de la certificaci6n de “su” saber-hacer profesional vinculado a la intervencién en la vida cotidiana de vastos sectores de la poblacién, operacionalizando una serie de procedimientos instrumentales en la aplicacién de herramientas que aseguraran la obtencién de resultados esperados. BIBLIOGRAFIA: AROSTEGUI, Julio. La investigacién histérica: teoria y método, Barcelona, Critica, 2001. BARROCO, Maria Lucia Silva. Etica e Servico Social. 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