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RESENA HISTORICA DEL MUSEO NACIONAL DE MEXICO conquistadores y misioneros para destruir todas las escrituras y mo- numentos aztecas, considerindolos como un obstéculo invencible para abolir la idolattia 6 inculcar el cristianismo 4 Jos pueblos sub- yugados, vino una época mas ilustrada, y entonees se comprendié la pérdida irreparable que habia suftido Ia historia del Nuevo Mun- do. En efecto, como observa juiciosamente él historiador Prescott, no seria un delirio de la fantasia stponer que tales reliquias nos ensefiarian los eslabones de la gran cadena de las razas aborigenas del pats, 6 informéndonos de cual faé sn cuna.en el viejo mando, resolverian el misterio que por tanto tiempo ha tenido indecisos & los sSbios acerea do la fundacion y civilizacion del nuevo. Los reyes de Espaiia trataron do reparar hasta donde {86 posible, el mal cansado por la ignorancia y el fanatismo, y con tal objeto, on diversas ocasio- nes rnandaron recoger todos los documentos que pudiesen ilustrar la historia de América, y nombraron cronistas de las Indias, encargados de escribirla, Los vireyes de México siguieron este impulso, y se comenz6 4 reunir en el archivo del vireynato lo que se juzgoba de interés, debiendo mencionarse entre ello lo que Boturini llamaba su musco hist6rico indiano; rica coleceion confiseada & su due- fio por el gobierno colonial, compuesta de muchos mapas, geroglifices en pie- los y telas de pita, y en mannscritos posteriores 4 In conquista. Debido 4 Ja ne~ 2 ANALES DEL MUSEO NACIONAL, gligencia de quiones debian conservar tan valioso tesoro, fué perdiéndose poco & poco, y ahora, el Museo Nacional solo posee un resto de dl, Probablemento este succso motivé en parte la 6rden del virey D. Antonio Bucareli, para que todos los documentos sobre antigiiedades mexicanas que se conservaban en el archivo del vireinato, pasasen 4 la Real Universidad, “como lugar mas & propésito para el uso de sus noticias.” * Otro de los vireyes, el conde do Revillagigedo, dispuso que las piedras antiguas encontradas en la Plaza Mayor do México al hacer su nivelacion el aiio de 1790, fuesen conducides 4 la Univer- sidad y se hiciera un estudio especial de cllas. Solo Ja piedra conocida general: mente con el nombre de “Calendario” no pasé 4 dicho local; fué pedida al v rey por los comisarios de Ia fabrica de Cétedral, D. José Uribe y D. Juan J. Gamboa, y les fué entregada por érden verbal con Is condicion de exponerla en paraje pablico, y conservarla siempre como un apreciable monumento de Ia anti- giiedad.** Deesta manera, en la Universidad se formé el punto de reunion de los + documentos histéricos y monumentos arqueolégicos de México. En Noviombre de 1822, el Gobierno nacional establecié en el mismo edifi- cio un conservatorio de antigtiedades y un gabinete de historia natural, y en igual fecha do 1831, por iniciativa del Ministro de Relaciones, D. Lticas Alamén, fueron reformados ambos establecimientos y comprendidos bajo el nombre de Museo Nacional. *** Mas tarde, en Diciembre de 1865, el archiduque Maximilimo dispuso se trasladase el Museo al local que hoy ocupa en el Palacio Nacional, y que fué an- tes la casa de Moneda. Al organizarse cl Gobierno nacional, en Agosto de 1867, se destind la cantidad de quinientos pesos cada mes para gastos del establecimionto, y se autoriz6 al director con el fin de que promoviera todo lo que creyeso conveniente. El Museo ha quedado definitivamente dividido en tres departamentos: el de Historia Natural, el de Arqueologia é Historia y la Biblioteca. ‘ollo 1° de 1877, Jesus Sanchez. * Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de México. 1775. ** Gama, Descripeion de las dos piedras, ote. ** Memoria del Ministerio de Relaciones (1830) y Rocopilacion ds Avrillaga (1835).

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