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PERIFRASIS VERBALES

CLASIFICACIÓN

1. ASPECTUALES:

1.1. INGRESIVAS: Acción a punto de iniciarse:

IR + A Va a tocar el timbre
ESTAR + PARA + + INFINITIVO Está para llover
PASAR + A Paso a dictar las preguntas
ESTAR A PUNTO DE + Estuve a punto de irme

1.2. INCOATIVAS: Momento en el que se inicia la acción:

ECHARSE Echamos a andar por el sendero


EMPEZAR Empecé a estudiar el problema
PONERSE +A+ INFINITIVO Se pusieron a hablar
ROMPER Rompimos a aplaudir
SOLTARSE Se soltó a hablar muy pronto

1.3. DURATIVAS: Acción en transcurso o desarrollo:

ESTAR Estaremos trabajando todo el día


SEGUIR Siguió lloviendo durante la noche
ANDAR Ando dándole vueltas al asunto
IR + GERUNDIO Va superándose poco a poco
LLEVAR Llevo estudiando toda la semana
CONTINUAR Continuará pensando en ti
VENIR He venido observándote

1.4. TERMINATIVAS: Acción en su término:

DEJAR + DE He dejado de hablar con ella


CESAR + DE Cesó de caer nieve
ACABAR + DE + INFINITIVO ¿Has acabado de comer?
TERMINAR + DE Terminaré de hacer el trabajo
LLEGAR + A Llegamos a ser buenos amigos

1.5. RESULTATIVAS: Señalan el resultado de una acción previa.

TENER Tengo resueltos dos problemas


DEJAR + PARTICIPIO Dejó arruinada a su familia
LLEVAR Llevo hechas varias camas

1.6. REITERATIVAS: repetición del proceso.

VOLVER + A + INFINITIVO No vuelvas a burlarte de mí

1.7. HABITUALES: Carácter habitual del proceso.


SOLER + INFINITIVO Suelo levantarme a las siete
ACOSTUMBRAR Acostumbro colocar aquí el abrigo

2. MODALES:

2.1. OBLIGACIÓN:

DEBER Debo reconocer lo que me dijo


HABER + DE + INFINITIVO Hemos de acordarnos de su regalo
HABER + QUE Hay que arriesgarse para entrar
TENER + QUE Tendrás que ayudarme con los niños

2.2. POSIBILIDAD

DEBER + DE Deben de ser las dos


VENIR + A + INFINITIVO Vino a costar dos euros
PODER ¿Puedo irme?
QUERER (expresa voluntad) Quería probar las galletas

PRESENTACIÓN DE MISS LUNATIC

Cuando oscurecía y empezaban a encenderse los letreros luminosos en lo alto de los edificios,
se veía pasear por las calles y plazas de Manhattan a una mujer muy vieja, vestida de harapos y
cubierta con un gran sombrero que le tapaba la cara. La cabellera, abundante y blanca como la
nieve, le colgaba por la espalda. Arrastraba un cochecito de niño vacío. Era un modelo
antiquísimo, de gran tamaño, ruedas muy altas y la capotas deteriorada. En los anticuarios de
la calle 90, que solía frecuentar, le habían ofrecido hasta quinientos dólares por él, pero nunca
quiso venderlo.
Podía leer el porvenir en la palma de la mano, siempre llevaba en la bolsa unos frasquitos que
servían para aliviar dolores y merodeaba por lugares donde estaba a punto de producirse
incendios, suicidios, accidentes de coche o peleas. Lo cual quiere decir que se recorría
Manhattan a unas velocidades impropias de su edad (…) No tenía documentación, ni tampoco
familia ni residencia conocidas. Solía ir cantando canciones antiguas, o himnos heroicos
cuando tenía que caminar deprisa (…) La verdad es que tenía muchos amigos de distintos
oficios o sin ninguno. La gente la quería, sobre todo porque no caía en ese defecto, tan
corriente entre los viejos, de comenzar a hablar sin ton ni son. Ella miraba mucho con quién
estaba hablando. A veces podía ser bastante charlatana, pero sus historias no se las contaba al
primero que aparecía. Prefería escuchar que ser escuchada. Decía que con eso se adquiere
experiencia.

Carmen Martín Gaite (1992): Caperucita en Manhattan,

Ejercicio:

 Busca las perífrasis verbales que aparecen en el texto, clasifícalas e indica su significado
o valor.

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