Un gran mito de la poltica chilena es la "democracia" de los consensos.

Lo es porque nuestro rgimen poltico

fue impuesto por la fuerza, a travs del golpe de Estado, del bombardeo de La Moneda y de cuantos se
opusieran a esta nueva situacin; me refiero a las fbricas, a los cordones industriales, radios, poblaciones y
dems. Este sistema, que perdura hasta hoy, posteriormente ser "legalizado" a travs de la Constitucin de
1980 (hecha a la medida de los intereses dominantes) y finalmente ser refrendado por una falaz transicin
que se mostr como la mejor alternativa para que aceptramos de buena gana el neoliberalismo, su libertinaje
de los mercados, su flexibilizacin laboral, su consumismo e individualismo patolgico y otra serie de polticas
y de supuestos que nos convierten en uno de los pases ms desiguales del mundo, uno donde no es grato
vivir, no por lo menos para quienes dependemos de un salario que por si no fuera suficiente tambin es de
antemano definido por las demandas de la patronal.
En estas condiciones no hay poltica de los acuerdos al no haber democracia. En realidad, es precisamente
esta "democracia" de muy baja intensidad la mejor forma de someternos: "en la medida de lo posible" quiere
decir que las reformas, los derechos humanos, las votaciones y el dilogo solo son viables cuando son
aceptables para la lite, cuando no colocan en entredicho su ideologa . Si no fuera as recurren a la fuerza.
Por eso la nica alternativa que nos dejan los dominantes, dado que nuestra institucionalidad es autoritaria y
oligrquica, es exigir nuestros derechos desde la calle, movilizados activamente para de ese modo batallar por
organizar polticamente nuestro movimiento social. Es lo que ayer nos demostraron otra vez los estudiantes
donde en la previa de la manifestacin, colectivos como Izquierda Autnoma, Luchar y la Asamblea
Coordinadora de Estudiantes Secundarios, realizaron mltiples actividades para motivar a sus compaeros. El
saldo de la jornada, pese a las presiones policiales y a los jvenes detenidos en todo Chile, fue a favor de un
movimiento que retoma su poder en la calle y se organiza para exigir condiciones reales de negociacin.