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Cuando un hotel en Mendoza excede las expectativas

Hola. Quisiera relatarles mi experiencia en mi último viaje a Mendoza. Soy dueña


de una pequeña empresa, y mi trabajo me lleva a recorrer la república Argentina.
Esta vez era el turno de Mendoza.

Le había pedido a mi secretaria que buscara un hotel en Mendoza que fuera cómodo,
y que estuviera cerca del centro comercial, donde tenía que hacer algunos
negocios. Mis últimas experiencias no habían sido muy buenas. Me cuesta mucho
viajar, no sólo en términos económicos, sino emocionales, tener que dejar mi casa,
y mi familia. Por eso, quería recalar en un lugar donde me sintiera bien atendida,
y en el último hotel en Mendoza en que había estado no la había pasado nada bien.

Afortunadamente, mi asistente me reservó una habitación en el que, según mi


experiencia como viajante, es el mejor hotel en Mendoza, sin dudas: el Diplomatic
Hotel. Cuando bajé del avión, la gente de este hotel en Mendoza me estaba
esperando. Fue muy bueno no tener que buscar transporte para llegar al hotel, ya
que se habían encargado de todo.

Cuando llegué al lugar, me quedé sin habla. A penas pasé por esa imponente
escalinata marmolada, me di cuenta de que estaba en un hotel en Mendoza diferente
a los demás. El lobby de doble altura era bellísimo, con esa imponente lámpara, y
esos muebles de estilo. El chech in fue rapidísimo, por lo que en instantes estaba
en mi habitación, preparando mis cosas para la reunión que se me avecinaba.

La habitación –una Diplomatic Suite- era hermosa. Cómoda, con lugar para trabajar,
y una caja fuerte donde poner la computadora. Realmente, estaba tan a gusto que me
costaba concentrarme en las cosas de trabajo. Un hotel en Mendoza como nunca había
visto.

El personal me atendió a las mil maravillas. A poco de llegar me di cuenta de un


infortunado accidente: había olvidado mi celular en casa. Pero no representó
ningún problema: este hotel en Mendoza me brindó un móvil de última generación con
conectividad 3G para que use mientras estuviera allá. De esa forma, ninguno de mis
contactos tuvo problemas para ubicarme.

Este hotel en Mendoza se encargó de todo. En el Business Center pude imprimir mis
presentaciones, y pude usar mi computadora en todo el lugar: hay wi fi por todos
lados. Aproveché mi estancia para darme algunos gustos. Probé los más deliciosos
vinos mendocinos en el Wine Tasting Room, y pasé un momento agradabilísimo en el
Movimiento Spa and Health Club. El masaje que me dieron me sacó diez años de
encima.

Realmente, recomiendo este hotel en Mendoza. Si casi me dieron ganas de darle un


aumento a mi secretaria, por la excelente elección que había hecho. Sin dudas, me
hicieron sentir como en casa, a cada momento, o mejor dicho, mejor que en mi
propia casa: mimada y tratada como una dama.

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