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Renunciar es fcil.

(Revista Noticias, 21/03/09)


Con motivo del adelanto de las elecciones nacionales fomentado por la
presidenta y su cnyuge, se formularon algunas opiniones acerca de la
renuncia al cargo que ella debera presentar si los comicios le son adversos
al oficialismo. En una repblica, amparada por el Estado de Derecho, todo
cargo conlleva una carga ineludible cuyo cumplimiento estricto es
impuesto por el respeto que se debe a la ciudadana. Si un gobernante es
elegido para desempear el cargo durante cierto lapso, tiene el deber de
acatar la voluntad popular realizando los mayores esfuerzos para satisfacer
el bien comn tal como lo imponen sus representados y aunque no coincida
con su lnea de pensamiento. Si el oficialismo no llega a obtener una
victoria electoral, ese hecho en modo alguno puede justificar la renuncia
de la Presidenta. Ella debe completar su mandato, aunque se le presenten
dificultades para instrumentar la poltica gubernamental debido a la presin
de una oposicin mayoritaria. La Presidenta debe demostrar que tiene
talento y la habilidad suficientes para convivir armnicamente con los
opositores.
Tengamos en cuenta que nuestro sistema poltico es presidencialista y no
parlamentario. De modo que la jefatura del Poder Ejecutivo no est
condicionada con disponer de una mayora en las cmaras del Congreso. Si

se llegara a producir esa renuncia y por las razones alegadas, estaremos en


presencia de una nueva lesin a nuestro tan vapuleado sistema institucional.
En sntesis, el gobernante debe asumir la carga que acept voluntariamente
cuando asumi el cargo. Debe tener el coraje cvico de saber gobernar en la
adversidad y no replegarse en la comodidad del anonimato, descargando
sobre otros ciudadanos el cumplimiento del deber que no supo concretar.

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