Con motivo del adelanto de las elecciones nacionales fomentado por la presidenta y su cnyuge, se formularon algunas opiniones acerca de la renuncia al cargo que ella debera presentar si los comicios le son adversos al oficialismo. En una repblica, amparada por el Estado de Derecho, todo cargo conlleva una carga ineludible cuyo cumplimiento estricto es impuesto por el respeto que se debe a la ciudadana. Si un gobernante es elegido para desempear el cargo durante cierto lapso, tiene el deber de acatar la voluntad popular realizando los mayores esfuerzos para satisfacer el bien comn tal como lo imponen sus representados y aunque no coincida con su lnea de pensamiento. Si el oficialismo no llega a obtener una victoria electoral, ese hecho en modo alguno puede justificar la renuncia de la Presidenta. Ella debe completar su mandato, aunque se le presenten dificultades para instrumentar la poltica gubernamental debido a la presin de una oposicin mayoritaria. La Presidenta debe demostrar que tiene talento y la habilidad suficientes para convivir armnicamente con los opositores. Tengamos en cuenta que nuestro sistema poltico es presidencialista y no parlamentario. De modo que la jefatura del Poder Ejecutivo no est condicionada con disponer de una mayora en las cmaras del Congreso. Si
se llegara a producir esa renuncia y por las razones alegadas, estaremos en
presencia de una nueva lesin a nuestro tan vapuleado sistema institucional. En sntesis, el gobernante debe asumir la carga que acept voluntariamente cuando asumi el cargo. Debe tener el coraje cvico de saber gobernar en la adversidad y no replegarse en la comodidad del anonimato, descargando sobre otros ciudadanos el cumplimiento del deber que no supo concretar.