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Hagas lo que hagas, deja de preocuparte.

Porque la nica cura para la paranoia, es


estar, aqu, tal y como ests.
A veces aprendemos algo nuevo sobre el pasado, que cambia todo lo que sabemos so
bre el presente.
De repente, te encuentras a ti mismo en un lugar que nunca esperabas estar, y es
agradable o lleva un tiempo acostumbrarse a eso.
Si eres montaista, siempre habr otra montaa.
Toman fotos de escaladores en la cima de la montaa, sonren estticos, triunfantes. N
o toman fotos durante el camino
por qu quin quiere recordar el resto? Nos presionamos porque tenemos que hacerlo, n
o porque nos guste.
La escalada implacable, el dolor y la angustia de llevarlo al siguiente nivel; n
adie toma fotos de eso, nadie quiere recordar.
Solo queremos recordar la vista desde la cima, el momento que nos quita el alien
to en la cima del mundo.
Eso es lo que nos mantiene escalando, y vale la pena el dolor. Esa es la parte l
oca: hace que todo valga la pena.
La nica forma de saberlo es dejar de hablarlo, y hacerlo.
No importa lo insensibles que tratemos de ser, tenemos millones de terminaciones
nerviosas electrificadas, abiertas y expuestas,
sintiendo demasiado. Tratando de evitar sentir dolor. A veces, es inevitable. A
veces, es lo nico que queda, slo sentir.
Dicen que cuando ms te involucras, ms recibes a cambio. Pero tienes que estar disp
uesto a arriesgarte.
Debes comprender que puedes perderlo todo. Pero si tomas esa oportunidad, si te
involucras con sabidura, el resultado puede sorprenderte

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