& Wilfred y KEMMIS,
Jinvestigacién-accién
cin del profe-
Roca, Barcelona,
yuna pro-
Ia teorizacién y
de la ensefianza.
losprofesores, y
Wdacomprensién
garantizada en
breve.
capitulo en
panorimica de las diferen-
tes perspectivas que se han
dado en los estudios sobre la
educacién, y el lugar en el
que los mismos situan a in-
vestigadores y profesores, 0,
lo que viene a ser lo mismo,
la teoria y la prictica, Carr
y Kemmis presentan en los
capitulos dos y tres los fun-
damentos, el desarrollo y la
critica de los enfoques anta-
génicos naturalista e inter-
Pretativo, planteados en la
teorfa dela ensefianza como
tun caso particular de ese de-
bate més general que se da
enel campo dela teoria de la
ciencia respecto a la episte-
mologia de la ciencia social.
Establecida la referencia
de esas concepeiones, en un
‘cuarto capitulo, que podria
mos considerar de transi-
cidn, se viene a plantear el
caricter prictico de los pro-
blemas educativos y, en ra-
26n de ello, la especificidad
de la investigacién educati-
vay lanecesidad de plantear
unas relaciones teoria-pric-
tica que superen tanto la
mera teorizacién descom-
prometida de la accién so-
bre los problemas pricticos
que la educacién plantea,
como el ejercicio de esa
prictica sin una teoriza-
cin de los entendimientos
implicitos que la guian.
Preparado ya el camino
para presentar una concep-
cidn teérica que responda a
las. exigencias planteadas,
Jos autores presentan en un
quinto capitulo los aspectos
bisicos de la Teoria Critica
de la Escuela de Frankfort,
centréndose _ bisicamente
en la aportacién de Sirgen
Habermas, no sin recoger
algunas de las erticas reali-
zadas al mismo.
Las principales consecuen-
as para el campo de la ense-
fianza se desarrollan en los
tres capitulos siguientes, y se
centran en la defensa de la in-
vvestigacién-accién (action re-
search) como planteamiento
que exige y por lo tanto ga-
rantiza la conceptualizacion
de la enseftanza como una ac-
tividad prictica de carécter
social, susceptible de ser me-
jorada a través de proyectos
{que recorran la wespiral auto-
rreflexiva» de_planificacién-
aceiGn-observacion-refle-
xidn, en la que han de estar
implicadosen todo momento
los responsables de dicha
prictica, a los que se les pro-
pone establecer «comunida-
es autocriticas de ensefian-
tes-investigadores.
LIBROS;
No es éste un libro de so-
ciologia sino de teoria de la
ensefianza, sin embargo re-
sulta completamente perti-
nente incluir su recensién
en un nimero monogritica-
mente dedicado la sociolo-
fa de Ia educacién, porque
Ja teoria que en el mismo se
defiende pertenece a ese gé-
nero de planteamientos con
los que se puede romper el
divorcio existente entre Ia
teoria de la ensefianza y el
anilisis sociolégico de la
misma, realizado desde per-
pectivas de alguna manera
vinculadas al planteamiento
de la reproduccién, es decir,
ala critica del aparato esco-
lar y sus funciones surgida
en el érea del pensamiento
marxista
Esta sociologia que critica
al pedagogicismo por supo-
ner la posibilidad de un dis-
curso auténomo sobre la
educacién, al psicologicis-
mo porque reduce a un
asunto individual el proble-
‘ma de la formacién huma-
na, al didactismo porque re-
duce a un problema técnico
Jo que es un problema so-
cial, y que llega a contrapo-
ner la critica a la teoria de la
educacién, parece renunciar
formar parte de las disci-plinas que pueden ayudar a
los profesores a racionalizar
Ia actividad de ensefar, eri-
siéndose en un anilisis in-
compatible con cualquier
participacién en la teoriza
cin y en Ia prictica de la
ensefianza institucionaliza-
da tras el triunfo de la bur-
uesia.
‘La denominada «revolu-
cién curricular» que tuvo lu-
gar en los EE.UU. en los
afios sesenta y se traté de
implantar en Espafta una dé-
cada més tarde, efe
mente reducia los proble-
mas de la ensefanza a pro
bblemas técnicos, y si bien no
fue muy funcional para la
mejora de la eficacia del sis-
‘tema de ensefianza, silo fue
para desarrollar una «ideo-
ogi» y una jerga que cum-
plieron bien el papel de en-
‘mascarar esas funciones de
reproduccién que la socio-
logia critica ha descubierto
‘como las verdaderas fun
res, aunque encubiertas,
del sistema escolar.
Puesta en cuestién esa
plataforma teérica de natu-
raleza cientificista, estin
hoy en auge enfoques que
destacan el papel del profe-
sor como un mediador fun-
damental en el proceso de
ensefianza, Entre ellos, al-
gunos confian en la psicolo-
sia cognitiva para explorar
‘como procesan los profeso-
res la informacién que reci-
‘ben en lassituaciones de au-
la, y cémo toman sus deci
siones cuando planifican y
cuando ensefian, Otros se
interesan por el pensamien-
to de los profesores en cuan-
to que constituido por teo-
rias implicitas,e identifican
la racionalidad del profesor
con la mera autoconeiencia,
Side los primeros no se pue-
de decircon rigor que hayan
abandonado Ia plataforma
cientificista, de los segun-
dos puede afirmarse que re~
rnuncian a las aportaciones
de la ciencia para confor-
‘marse con la introspeccién,
cl subjetivismo, la empatia
y, en definitiva, con el idea-
lismo de creer que el mundo
cambia cuando cambia uno
mismo y lo comprende.
Pero también se plantean
hoy tendencias, corrientes,
modelos o, si se quiere, pa-
radigmas, que bajo una plu-
ralidad de denominaciones
(criticos, socio-criticos, re
constructivos, etc), realizan
un anilisis epistemolégico
que trata de relacionar dia-
Ieticamente 1o particular y
la general, 1 subjetivo y lo
objetivo, el conocimiento
cientifico y el hermenediti-
0, la teoria y la prictica. Un
concepto central en tales
planteamientos es el de pra
xis, como actividad practica
informada y comprometida
socio-politicamente en la
transformacién de la reali-
dad. Y se proponen instru-
‘mentos como la «espiral au-
torreflexiva» de a investiga-
cién-acci6n para llevar a ca-
bo tales propésitos. Se pro-
pugna aqui una cierta auto
rnomia de los profesores pa-
ra claborar y desarrollar sus
propuestas curriculares, de
‘modo que éstos puedan ra-
cionalizar su trabajo some-
tiendo Ia prictica a un pro-
cceso de teorizacién y la teo-
ria a un compromiso con la
accién,
‘Algunos profesores nos
estamos planteando que
para trabajar en esta linea
es necesario utilizar como
fuentes los conocimientos
que aportan diversas dicipli-
nas, poner en marcha un
proceso de aplicacién de
cesas fuentes y de investiga
cin de laaccién de ensefiar,
todo ello bajo el entent
rmiento de ese proceso como
tuna praxis, convirtiéndolo
en una critica interna al sis-
tema escolar. Critica que se
‘materializa ahora mismo en
Ja lucha contra el desempe-
fio de la actividad de ense-
flar como un trabajo aliena-
do, es decir como una pric-
tica que Ia mayoria de los
profesores desempefian sin
el menor dominio de los
miltiples aspectos implica-
dos, exceptuando, y no en
todos los casos, el que se re-
fiere al conocimiento de la
‘materia que ensefian. Ali
nacién gracias a la cual el
sistema de ensefianza puede
cumplir sus funciones por
encima de la voluntad y los,
planteamientos explicitos
de los participantes.
Lasuperacién de ese esta
do de enajenacién exige la
transformacién del pensa-
‘miento con el que la mayo-
ria de los profesores dirigen
su trabajo consistente enen-
sefiar, elevandolo desde el
nivel vulgar en el que se en-
‘cuentra, aun nivel cientifico
superior. Para que ello sea
asi se requiere Ia utilizacién
por parte de los profesores
del conocimiento filoséfico,
y cientifico aportado por las,
disciplinas que abordan al-
guno de los multiples aspec-
tosintervinientes en los pro-
cesos de ensefianza-apren-
dizaje. Entre éstas destacan
Ia filosofia, 1a psicologia, la
idéctica general y la so-
ciologia
Ciertamente, el intento
de racionalizar la actividad
de enseftar utilizando exclu-
sivamente alguna de estas
disciplinas dara como resul-
tado las reducciones psico-
logicists, didactista, etc.,
que la sociologia critica esti,
atenta a denunciar. Pero tal
Papel de denunciante no
puede traducirse en la re
rnuncia de la sociologia a fi-
‘gurar entre las disciplinas
con las que el profesor ha de
racionalizar su trabajo de
censefiar, Por el contrario, las,
aportaciones de Ia sociolo-
aia, lejos de servir para de-
sencadenar esas crisis de fa-
talismo a las que parecen
conducir los andlisis de la
reproduccién, deben articu-
larse, junto con las aporta-
ciones de las otras fuentes
del curriculum, en alguna
teoria coherente, de rango
superior al nivel vulgar, con
Audigier, F. (2002) UN ESTUDIO SOBRE LAENSEÑANZA DE LA HISTORIA, LA GEOGRAFÍA Y LA EDUCACIÓN CÍVICA EN LAESCUELAELEMENTAL DE FRANCIA: TEMAS, MÉTODOS Y PREGUNTAS