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El monarca moribundo le daba penosamente el ltimoconsejo, el ms importante.

Huye del hombrele deca:huye siempre; nopretendas luchar con l.


Eres seor absoluto de los dems animales, no lostemas; domnalos, castgalos,
devralos si tienes hambre.
Con todos puedes luchar, todos puedes vencer; perono pretendas luchar con el
hombre: te dara muerte ysin piedad, porque es cruel, ms cruel que nosotros.
Tan fuerte es el hombre?pregunt el hijo.
No es fuerte, noreplic el padre.Y continudiciendo:De un latigazo de tu
cola le podras lanzarpor los aires como al ms miserable animalejo.
Sus dientes, sus colmillos, son poderosos?
Son despreciables y ridculos: valen menos que losde un ratoncillo.
Sus uas, son tan potentes como mis zarpas?
Son mezquinas y veces las lleva sucias; no, porlas zarpas no conseguira
vencerte.
Tendr melenas como stas, que nosotros sacudimosorgullosos?
No las tiene, y algunos son calvos.
Aqu el len moribundo abri enormemente la espantosaboca..., y lanz el ltimo
rugido.
Despus slo pronunci estas palabras:
Mi consejo, mi ltimo consejo; no luches con elhombre... huye... huye del
hombre....
Se estremeci su cuerpo; dobl majestuosamente lacabeza, y muri el len padre.
Empez el reinado del len hijo.
Cuando ste comprendi que su padre haba muerto,no llor, porque los leones no
lloran; pero se tendijunto l, acerc su cabeza enorme la enorme cabezadel len
difunto, y as se qued un rato. Los dos hocicosse unieron: el ardiente y el helado. Las
dosmelenas se mezclaron....
Al fin el hijo se levant: sacudi cola y melenas yrugi....
Sali de la caverna: zarpazos hizo rodar unos cuantospedruscos, hasta cerrar
completamente la entrada. Ellen muerto tena ya su tumba, ni ms ni menos que
unfaran.
El len vivo se alej por el monte y trompete elnuevo reinado con tres poderosos
rugidos; pero aquellanoche no devor ningn animal: no tena hambre.Durmi poco
y lo poco que durmi fu soando con elltimo consejo de su padre. El hombre! El
hombre!Por qu? Sera el hombre tan temible?
la maana siguiente despert y se ech por elmundo....
De pronto son algo estrepitoso y terrible: algo modo de rugido. Deba de ser el
hombre que ruga.

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