MLLFINLEY
ASPECTOS DE
LA ANTIGUEDAD
ariel7. DIOGENES EL CINICO
¢Qué tipo de hombre era Diégenes? Tenia por abrigo
un tonel y se paseaba con una linterna en plena luz del
dia, buscando un hombre justo. Tema favorito de los
autores de chistes, ha seguido siendo por mis de dos
mil afios el modelo m&s universalmente conocido del
filésofo no mundano, respetado y escarnecido al mismo
tiempo.
¢Era Didgenes un lun&tico, un santo, o un poco de
ambas cosas? Es dificil responder, porque las leyendas
acerca de él son muy antiguas y, a esta distancia, no
podemos separarlas de los hechos con ningdn tipo de
certitud. Pudo haber sido uno de los maestros de Ale-
jandro Magno, como lo afirma una versién, pero de
seguro que no lo fue. Pudo haber sido discipulo de
Antistenes, quien a su vez fue discipulo de Sécrates,
y tal vez eso sf lo fuera. Pudo haber sido capturado
por unos piratas y vendido como esclavo, a un precio
{nfimo, pero probablemente esto no le sucedié, Y tales
son las cosas que nos refieren los relatos. Al fin y al
cabo las leyendas son mds importantes que la realidad,
puesto que fue el Didgenes legendario el que arrebaté
la imaginacién y se convirtié en el simbolo que nos
conserva la historia. El echar por tiedra las leyendas
es una bendicién un tanto ambigua. En este caso seria
una gran pena, y es afortunado que no podamos ha-
119cerlo. De otro modo tendriamos que seinventarnos a
otro Didégenes, para que dijese a todos los Alejandros
de este mundo: Apdrtate, que me estds tapando el sol.
Didgenes nacié en la colonia griega de Sinope, en
la costa norte del Ponto Euxino, un poco antes del
aio 400 a. de C. En su edad adulta se vio forzado a
abandonar aquella ciudad porque su padre (y quizds
él también) se vio implicado en un misterioso enredo
para contravenir o falsificar las monedas de la urbe.
Tomé residencia en la peninsula helena, alternando
entre Atenas y Corinto, y consagré el resto de su vida
a propagar (y a vivir) las ideas cinicas y el modo de
existencia de ese nombre; murié muy viejo, probable-
mente ya cumplidos los ochenta aiios. La leyenda dice
que fallecié el mismo dia que Alejandro Magno, lo
que no necesitamos creer. Pero es seguro que las fechas
de Jas dos muertes no distaron muchos aiios, sucediendo
en la década en que también muriera el mds grande
de todos los filésofos antiguos, el preceptor de Alejan-
dro, Aristételes.
La Atenas del siglo rv era el centro magnético de la
vida intelectual griega, y principalmente de Ja filoso-
fia. Y no hay hombres que mejor que estos dos extran-
jeros, Diégenes y Aristételes, nos ilustren m4s comple-
tamente variedad y contrastes, riqueza y conflictos.
Este ultimo era un macedonio de Estagira, hijo de mé-
dico, fantésticamente erudito, refinado y rico, funda-
dor de Ja gran escuela del Liceo que rivalizé con la
Academia (desbancandola incluso) de su propio maestro
Platén, ademds de ser autor prolifico en todas Jas ramas
de la ciencia y de Ja filosofia, metddico y disciplinado
en su pensamiento y escritura, sistemdtico, enciclopé
dico. Diégenes era en muchos aspectos su exacto opues-
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