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III

LA SOMBRA*
En un metal de cipreses
y de cal espejeadora,
sobre mi sombra cada
bailo una danza de mofa.
Como plumn rebanado
o naranja que se monda,
he aventado y no recojo
el racimo de mi sombra.
La cobra nera seuame,
incansable, por las lomas,
o en el patio sin balido,
en oveja querenciosa.
Cuando mi n!ctar beba,
me arrebataba la copa"
y sobre el telar soltaba
su re#a itana o mora.
Cuando en el cerro yo haca
foata y cena dichosa,
a comer se me sentaba
en ni#a de manos rotas...
$es a %acob hecha La,
y !l le crey a la impostora,
y pens que me abrazaba
en antojo de mi sombra.
Est& muerta y todava
juea, ma#osa a mi copia,
y la ritan con mi nombre
los que la iran en ronda...
'eo de arriba su red
y el cardumen que desfonda"
y yo ro, liberada
perdiendo al corro que llora.
(iento un oreo divino
de espaldas que el aire toma
y de m&s en m&s me sube
una brazada briosa.
Lleo por un mar trocado
en un despe#o de sonda,
y arribo a mi derrotero
de las )ivinas *ersonas.
En tres cuajos de cristales
o tres randes velas solas,
me encontr! y revoloteo,
en torno de las +loriosas.
Cubren sin sombra los cielos,
como la piedra preciosa,
y yo sin mi sombra bailo
los cielos como mis bodas...

Nota
* "LA SOMBRA"
,a otras veces ha sido -para al.n mstico/, el cuerpo la sombra y el alma la 0verdad verdica0. Como aqu.

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