0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
1K vistas4 páginas
El cementerio fue inaugurado el 2 de septiembre de 1872. Cuenta con un área general aproximada de 135 000 m2. Las obras funerarias ocupan un área de 116 754 m2. Su principal maestro de obras fue Francisco Sosa Vélez.
Matanzas tiene también en la Necrópolis San Carlos un sistema de pasadizos subterráneos que, sin constituir una verdadera catacumba en la exacta acepción que este término encierra, son las llamadas Galerías. Estas son las herederas directas de los antiguos enterramientos que dejaron de practicarse a partir de 1804 en las mayores iglesias coloniales.
La Necrópolis San Carlos posee dos galerías que actualmente se mantienen en uso, aunque con limitaciones de orden patrimonial. La primera fue terminada en 1876, y al año siguiente la segunda. Ambas tienen una extensión horizontal de 58 metros en un largo pasillo soterrado de 6 metros.
Título original
Galerías de la Necrópolis San Carlos. Las Catacumbas de Matanzas.
El cementerio fue inaugurado el 2 de septiembre de 1872. Cuenta con un área general aproximada de 135 000 m2. Las obras funerarias ocupan un área de 116 754 m2. Su principal maestro de obras fue Francisco Sosa Vélez.
Matanzas tiene también en la Necrópolis San Carlos un sistema de pasadizos subterráneos que, sin constituir una verdadera catacumba en la exacta acepción que este término encierra, son las llamadas Galerías. Estas son las herederas directas de los antiguos enterramientos que dejaron de practicarse a partir de 1804 en las mayores iglesias coloniales.
La Necrópolis San Carlos posee dos galerías que actualmente se mantienen en uso, aunque con limitaciones de orden patrimonial. La primera fue terminada en 1876, y al año siguiente la segunda. Ambas tienen una extensión horizontal de 58 metros en un largo pasillo soterrado de 6 metros.
El cementerio fue inaugurado el 2 de septiembre de 1872. Cuenta con un área general aproximada de 135 000 m2. Las obras funerarias ocupan un área de 116 754 m2. Su principal maestro de obras fue Francisco Sosa Vélez.
Matanzas tiene también en la Necrópolis San Carlos un sistema de pasadizos subterráneos que, sin constituir una verdadera catacumba en la exacta acepción que este término encierra, son las llamadas Galerías. Estas son las herederas directas de los antiguos enterramientos que dejaron de practicarse a partir de 1804 en las mayores iglesias coloniales.
La Necrópolis San Carlos posee dos galerías que actualmente se mantienen en uso, aunque con limitaciones de orden patrimonial. La primera fue terminada en 1876, y al año siguiente la segunda. Ambas tienen una extensión horizontal de 58 metros en un largo pasillo soterrado de 6 metros.
A SOL A MENCI N DE L A palabra cat acumba transporta nuestro pensamiento al tipo de cementerio subterrneo utilizado por los cristianos de Roma para el enterrami ento de sus mrtires y la realizacin del culto religioso. Si en un inicio el lugar de acceso a estas excavaciones soterradas fue secreto y de pocos conocido, a partir del cese de las persecuciones de los cristianos las catacumbas dejaron sus aberturas al descubierto, a las que adosaron construcciones arquitectnicas que identificaran la entrada a las mismas. La tpica catacumba romana la abra una capilla funeraria por la cual, mediante una escalera, se descend a 15 metros de profundi dad hasta el primer nivel de galeras. Esta primera galera, en sentido horizontal, poda extenderse un centenar de metros bajo tierra, comunicndose con otras semejantes en un sistema de redes subterrneas que poda contener hasta cinco de estos largos pasadizos. Todo el sistema estaba intercomunicado a travs de escaleras. La altura de la galera no sobrepasaba los 5 metros, mientras que el ancho era poco ms de un metro. A ambos lados de las paredes se excavaban las cmaras sepulcrales, que segn su objetivo reciban el nombre de cubculo, cripta o nicho, si el enterramiento era completo, seo o mltiple. La inhumacin de los cadveres en estas catacumbas era por lo general sin atad, con el cuerpo amortajado. Interior de la primera galera, construda en 1876. Mat anzas t i ene t ambi n en l a Necrpol i s San Carl os un si st ema de pasadi zos subt errneos que, si n const i t ui r una verdadera cat acumba en l a exacta acepci n que est e t rmi no enci erra, son l as l l amadas Gal eras. 67 Tanto la ventilacin como la iluminacin en el interior del recinto se obtena mediante socavones que se practicaban en los techos abovedados, o en el de las plazoletas de las encrucijadas del sistema de galeras. Las zonas de penumbra se alumbraban con lmparas de aceite. Ya desde los siglos III y IV el arte funerario propio de las catacumbas haba alcanzado la notoriedad que caracteri zar a este ti po de enterrami ento, particularizado en la pintura, escultura y epigrafa de lpidas, sarcfagos y paredes. Matanzas tiene tambin en la Necrpolis San Carlos un sistema de pasadizos subterrneos que, sin constituir una verdadera catacumba en la exacta acepcin que este trmino encierra, son las llamadas Galeras. Estas son l as herederas di rectas de l os anti guos enterramientos que dejaron de practicarse a partir de 1804 en las mayores iglesias coloniales. La Necrpolis San Carlos posee dos galeras que actual mente se manti enen en uso, aunque con limitaciones de orden patrimonial. La primera fue terminada en 1876, y al ao siguiente la segunda. Ambas ti enen una extensi n hori zontal de 58 metros en un largo pasillo soterrado de 6 metros de ancho, al que se desciende por una escalera de doce escalones a una profundidad de 2,4 metros. Cada gal er a di spone de cuatro venti l adores de hoj al ata dura con chapas de acero, y ocho cl araboyas protegi das con un grueso cri stal transparente que permiten la adecuada ventilacin e iluminacin del recinto fnebre. A derecha e izquierda se adosan en las paredes tres hileras de nichos semicirculares, de los cuales los siete primeros de la entrada y salida, junto a las escaleras, eran los destinados a los nios, mientras que el resto era para la inhumacin de los adultos. Los primeros tienen una altura de 45 centmetros y un ancho de 55 centmetros. Las dimensiones de los destinados a los adultos eran algo mayores: 58 x 66 centmetros. Cada galera dispone de un pozo absorbente de 5 metros de prof undi dad y 1,2 de di metro, convenientemente protegidos. A partir de 1909 se prohibi la inhumacin de cadveres en este lugar, reservndose entonces para osario particular. Entre ambas galeras hay diferencias apreciables. Mientras la primera contiene 386 nichos, adosados 193 en cada pared, la segunda posee 185 en la pared derecha y 186 en la izquierda; lo que rene una totalidad de 957 nichos. Otra diferencia la constituyen los osarios propios de la galera. En la primera se localizan, bajo las dos escaleras, comunicados subterrneamente entre s; la segunda tiene cuatro en total, situados exteriormente dos a cada lado de la entrada y salida. La diferenciacin ms visible entre las dos galeras est en la capilla que da acceso a las mismas. Tanto la portada de entrada como de salida de la primera est coronada hacia el frente por un semicrculo que remata una cruz latina; para cada extremo estar adornado con una figura piramidal que apunta al cielo. La cruz latina es el smbolo del cristianismo; la pirmide representa el combate contra la muerte eterna. Vista exterior de las entradas a las dos galeras. Portada principal del Cementerio San Carlos, de Matanzas. 68 Cada portada de la segunda galera la corona un tringulo equiltero rematado con la cruz latina; mientras que ambos extremos posteriores lo adornan unas esculturas que semejan conchas, el smbolo de la resurrecci n. Los el ementos decorati vos de l os laterales frontales han desaparecido; pero la base que los sostena hace suponer que all hubo dos copas, representativas de la sangre de Cristo. Sin embargo, el ms valioso de los tesoros que encierran las galeras de la Necrpolis San Carlos lo constituyen las inscripciones de las antiguas lpidas funerarias que el tiempo y la ausencia de la depradacin han mantenido intactas hasta nuestros das. Aunque la cruz latina es la que con mayor frecuencia se observa, adems estn presentes la cruz del Calvario, la cruz de pat y la cruz de J ones. La flora, como smbolo de la vida en perpetua evolucin, es tambin un ornamento recurrente, sobre todo en l a representaci n de pi nos tri angul ares apuntando hacia el cielo, sauces llorones, guirnaldas florales y coronas circulares. Banderolas textuadas suelen complementar la ornamentacin simblica que encierran estos elementos decorativos. El sacramento de la Eucarista abunda en muchas lpidas, el que en ocasiones se asocia con el ancla y la cruz. Pequeos rostros de ngeles mediadores en bajorrelieve irrumpen para anunciar que all yace un nio. Verdaderas obras del arte lapidario, esculpidas en mrmol o en hierro, atesoran las galeras matanceras. Desafortunadamente, hasta el momento no ha podido localizarse el primer libro de enterramiento de blancos Izquierda: Ernesto Chvez, autor de este trabajo, seala una de las lpidas ms antiguas de las galeras. Derecha: Vista interior de los nichos donde se realizaban los enterramientos. Debajo: Lpida que indica el nicho donde descansan los restos de Manuel Santos Parga, descubridor de las Cuevas de Bellamar. El ms valioso de los tesoros que encierran las galeras lo constituyen las inscripciones de las antiguas lpidas funerarias, con la cruz latina, la cruz del Calvario, la cruz de pat y la cruz de Jones. 69 de la Necrpolis. Segn los que hasta hoy se conservan en el archivo del cementerio, la inhumacin ms antigua de la primera galera fue el 3 de enero de 1877, en el nicho 171 de la pared derecha. Conociendo que los enterramientos iniciales en ambas galeras se hacan siguindo la numeracin consecutiva iniciada en la entrada oeste, a la derecha primero y a la izquierda seguidamente, ya para esa fecha estaban ocupados 340 nichos. A parti r del pri mer enterrami ento, y una vez completada la galera con los cadveres, los nmeros eran asignados arbitrariamente, en dependencia de si el derecho de inhumacin haba sido obtenido por compra a perpetuidad o alquilado por determinado tiempo con o sin prrroga. Para la segunda galera s hay constanci a documental . El pri mer enterramiento tuvo lugar el 17 de agosto de 1878 en el nicho de la derecha, y correspondi precisamente a la nia Emilia Garca Ramrez. De la lectura de las lpidas que an se conservan en las galeras se pudo conocer los cadveres ms antiguos que reposan hasta el da de hoy en los nichos desde su inhumacin originaria. Se trata de la nia Georgina Anta Hurtado de Mendoza, quien falleciera el 17 de julio de 1882, en la primera galera. En la segunda, la joven asturiana J osefa Castelao Quintana, quien muri de parto el 29 de marzo de 1883. Quines yacen dentro de estos nichos tapiados de este vasto recinto mortuorio? Como libros abiertos a la vida despus de la muerte, la informacin la ofrecen las hermticas y silenciosas lpidas. J unto al hombre senci l l o de si empre puede encontrarse un Caballero de la Orden del Santo Sepulcro, o un Comendador de Isabel la Catlica, o un encumbrado Senador del Reino; como tambin oficiales del Ejrcito espaol que perecieron durante l a guerra de 1895. Manuel Santos Parga, el descubridor de la Cueva de Bellamar, y el cientfico lvarez Conde yacen en sendos nichos de las galeras. Una maestra voluntaria y un combatiente contra la dictadura batistiana reposan tambin all, junto a otros que sus compaeros o amigos quisieron perpetuar para la memoria futura. A las lpidas con textos en latn o francs se aaden aquellas que apenas las identifica un nombre familiar, como tratando tal vez de ocultar alguna identidad. O las portadoras de mximas en prosa o verso que en ocasiones mueven ms a la risa que a la meditacin. Las gal er as guardan cel osamente dos trgi cas historias de amor del siglo XX; o el nombre de un profesional renombrado de su tiempo que las nuevas generaciones ya olvidaron. Procedentes de lejanas latitudes, de clases e ideologas diferentes, ms jvenes o ms viejos, hombres y mujeres separados antao en el tiempo y el espacio, hoy comparten no obstante un lugar comn reunidos sin proponrselo. Sin dudas, el personaje ms popular y conocido de las galeras del cementerio de Matanzas es la momia. Cundo lleg este viajero de la muerte a la Necrpolis San Carlos? Sus seas aparecen en el copiador del Libro de Galeras y Coro de ngeles, de 1884, con una escueta nota: Restos del antiguo cementerio. Ropa, iniciales J .P.L. Momificado. Ya desde entonces se saba que era una mujer que, conservada, an vesta su atuendo mortuorio. Posiblemente haya sido ste el primer enterramiento realizado en la primera galera; y uno de los ltimos cadveres trasladados en 1876 desde el Cementerio San Juan de Dios, en donde fuera originariamente inhumado. Esta fecha coincide con la apertura de la primera galera. Y si la administracin de entonces determin colocar el cuerpo momificado en el segundo nicho de la izquierda dedicado a los nios, pero a la salida con el nmero 187, quizs obedeci a lo molesto de poseer un cadver con esas caractersticas ocupando un espacio del recin inaugurado recinto. Durante largos aos la administracin del cementerio tendra que mantener a la desconocida J.P.L. sin saber qu destino darle, al mismo tiempo que le usurpaba un espacio para vender o alquilar para otro cadver. Y por casi cien aos ese nicho fue ocupado por ella, para despus quedar vaco para siempre. Afortunadamente para la historia matancera, nunca la administracin de la necrpolis se decidi a desembarazarse de la molesta momia. Las galeras de la Necrpolis San Carlos constituyen uno de los mayores smbolos patrimoniales con valor histrico, social, artstico y cultural con que cuenta la ciudad de Matanzas. Ojal que algn da los matanceros, al igual que otros visitantes de cualquier otro lugar, puedan admirar y conocer mejor este recinto que, ms que lugar de reposo eterno, representa un importante caudal de conocimientos para la cultura nacional. Las galeras guardan cel osamente dos trgicas historias de amor del siglo xx; o el nombre de un profesional renombrado de su tiempo que las nuevas generaciones ya han olvidado.