y a ver los pasos por d me ha trado, hallo, segn por do anduve perdido, que a mayor mal pudiera haber llegado; mas cuando del camino estoy olvidado, a tanto mal no s por d he venido: s que me acabo, y mas he yo sentido ver acabar conmigo mi cuidado. Yo acabar, que me entregu sin arte a quien sabr perderme y acabarme, si quisiere, y aun sabr querello: que pues mi voluntad puede matarme, la suya, que no es tanto de mi parte, pudiendo, qu har sino hacello? II En fin, a vuestras manos he venido, do s que he de morir tan apretado, que aun aliviar con quejas mi cuidado, como remedio, me es ya defendido; mi vida no s en qu se ha sostenido, si no es en haber sido yo guardado para que slo en m fuese probado cuanto corta una espada en un rendido. Mis lgrimas han sido derramadas donde la sequedad y la aspereza dieron mal fruto dellas y mi suerte: basten las que por vos tengo lloradas; no os venguis ms de m con mi flaqueza; all os vengad, seora, con mi muerte!