En su clebre ensayo La violencia y lo sagrado Ren Girard afirma que la
violencia es el principio organizador de la civilizacin. En las sociedades arcaicas la violencia es respondida con la violencia en una dinmica destructiva incontenible. Cuando ante el asesinato de un familiar o de un miembro del clan la respuesta es matar al agresor se desencadena entre los allegados del ajusticiado una reaccin de venganza, que a su vez provocar las represalias de los parciales de este, y as se instala una espiral de violencia y muerte que en el lmite acaba con la sociedad misma, como lo muestra una gran cantidad de estudios etnogrficos. Cmo impedir que la violencia acabe con todo? Para Girard, en las sociedades modernas la respuesta fue la creacin del Estado: un aparato encargado de ejercer una violencia despersonalizada, capaz de convertir la venganza familiar en justicia social. El Estado puede ejercer la violencia legal contra el asesino que ha segado una vida sin provocar la respuesta de sus familiares, en tanto no hay una venganza personal a la cual estos deban responder. Si el aparato de justicia acta impersonalmente no hay agravio personal que lavar, y puede sancionarse al transgresor sin desencadenar una espiral de venganzas. Ahora bien, para que este mecanismo funcione debe existir la confianza en que el Estado no est contaminado por intereses particulares que puedan reiniciar el ciclo de las venganzas.