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, luego consigue cortinas, alfombras, muebles, todo lo que haga falta),

slo porque ha escuchado al pasar que una mujer piensa que una casa
as seguramente sea, por dentro, como una de aquellas mansiones. La
silenciosa y nocturna tarea de Humbert es, a partir de ese momento, la
de poner la realidad a la altura de la imaginacin de esa mujer, como una
declaracin de amor hacia ella. Entre los mejores relatos se encuentran
los de la joven maestra Molly Morgan y el obnubilado y andrajoso Junius
Maltby (y su hijo casi salvaje Robbie).
Las praderas del cielo no tienen momentos demasiado intensos. Sin
furores, las historias discurren modestamente, y queda claro que son el
testimonio de un momento en la evolucin de un escritor que comenzaba
a encontrar sus temas, intereses y registros y su humor, del cual la cita
que sigue es una breve muestra:

-El espionaje es un buen juego -dijo Junius-. Recuerdo que a m me gustaba el
espionaje.
-Pero a quin espiaremos?
-Oh, a cualquiera. No importa. Nosotros solamos espiar a los italianos.
Robbie sali corriendo hacia la escuela, y esa tarde, tras una largusima consulta
al diccionario de la escuela, organiz la S.A.S.N.E.C.J. Traducido lo cual nunca
resultaba ms que un murmullo. Esto era el Servicio Auxiliar Secreto de Nios
para el Espionaje Contra los Japonenes. Si no por otra razn, la misma
magnificencia del nombre de esta organizacin habra forzado a tenerla en cuenta.
Uno por uno, Robbie conducjo a los muchachos al oscuro verdor bajo el sauce
del patio de la escuela, y all les tom juramento de discrecin absoluta con una
fromula tan feroz que hubiese acreditado a una logia. Ms tarde, reuni al grupo.
Robbie explic a los muchachos que, indudablemente, iramos a la guerra contra
los japoneses algn da.
-Nos corresponde estar preparados -dijo-. Cuando ms descubramos acerca de las
prcticas de esta nefanda raza, ms informaciones de espionaje podremos
proporcionar a nuestro pas cuando estalle la guerra.
Los candidatos sucumbieron a esta gloriosa locucin. Estaban aterrados por la
gravedad de una situacin que requera palabras como stas. Como espiar era
ahora la ocupacin de la escuela, el pequeo Takashi Kato, que cursaba tercer
grado, no disfrut en adelante de un momento privado. Si Takashi levantaba dos
dedos en la escuela, Robbie diriga una mirada significativa a uno de los Nios
Auxiliares, y una segunda mano saltaba

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