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Más allá de la alfabetización

(Beyond initial reading and writng)


ANA TEBEROSKY Y LILIANA TOLCHINSKY
Universidad de Barcelona

Los sueños son como el alfabeto... no pueden terminar en 28 letras


Gianni Versace

En 1570 Titu Cusi Yupanqui, el ante últi- cultural que forma parte de la representación
mo emperador Inca que se resistió a los es- interna, aun de aquellos que sólo están co-
pañoles, en la relación que al final de su vida menzando a aprender a leer y a escribir o de
le dictó al gobernador García de Castro, des- aquellos que fueron alejados de la enseñanza
cribe a los conquistadores como «hombres formal. Sólo «mentes alfabetizadas» (Illich y
barbudos que hablan solos sosteniendo en- Sanders, 1988) tratarán de recordar un cuen-
tre sus manos hojas de tela blanca» (Porras to, para poder repetirlo; entenderán lo que
Barrenechea, 1962, p. 439). En febrero de significa preparar un tema para ser escrito y
1991 se dictó una conferencia en la Universi- sabrán cómo hablar sobre las palabras.
dad de Londres cuyo título era ¿Existe un gen Estamos así haciendo una distinción en-
de la lectura? tre la adquisición personal de la lectura y la
Ambos sucesos ilustran extremos de una escritura, y el pensar o actuar «alfabetizada-
gama de posibilidades vigentes: para comu- mente», entre el ejercicio personal de las ac-
nidades enteras la lectura es una actividad pa- tividades de leer y escribir y la influencia que
ra la cual ni siquiera tienen nombre, para otras éstas han tenido en moldear nuestra manera
es tan natural que hasta pueden jugar con la de entender los fenómenos. Esta distinción
hipótesis de que se nos ha metido dentro cro- no es nueva. En la época medieval Literato
mosómicamente. no era necesariamente el que sabía ker o el que
Los autores, sujetos y lectores de los tra- podía escribin sino el que transformaba ki pa-
bajos que integran este número estarán más labra bruta en norma discursiva (Zumthor,
próximos al último de los extremos mencio- 1987).
nados; tal vez dudemos de la posibilidad ge- Esta reflexión de Zumthor supone una di-
nética, pero lo escrito forma parte de nues- ferencia entre el dominio de la escritura co-
tro espacio mental. En nuestras comunida- mo modalidad y el conocimiento del lengua-
des, la escritura y lo escrito son un objeto je escrito como registro. La escritura, en nues-


© 1992 by Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 1992, 58, 5-13
tro caso la escritura alfabética, es un sistema nes, la oral y la escrita, en un pie de igualdad
notacional cuyos elementos identifican seg- respecto a la lengua. No podemos dejar de
mentos fonológicos. El lenguaje escrito surge relacionar esta revalorización de la escritura
del uso de la escritura en ciertas circunstancias y del lenguaje escrito con la perspectiva de-
y no de la escritura en sí. Toda comunidad constructivista en el campo de la crítica lite-
linguistica alfabetizada ha ido perfilando y raria. Desde esta perspectiva se sostiene que
prescribiendo una variedad linguistica como mucho de lo que consideramos natural pue-
la más apropiada para aparecer por escrito. de ser resultado de nuestros hábitos discur-
Llamamos lenguaje escrito a las variedades sivos. Por ejemplo, se reconoce que algunas
linguísticas que esperamos encontrar por es- de las características que consideramos natu-
crito. El punto de vista «alfabetizado» ha si- rales del lenguaje oral: la linearidad, la no-
do moldeado tanto por las características no- ción de palabra o la de fonema, podrían ser
tacionales de la escritura, cuanto por sus efec- características que la escritura alfabética pro-
tos discursivos. yecta sobre el lenguaje. La escritura y sus pro-
Reconocer tal influencia forma parte de ductos son metáforas privilegiadas a través de
una actitud relativamente nueva, tanto en el las cuales comprendemos y explicamos fenó-
campo de la psicología como en el campo de menos linguísticos y no linguísticos.
la linguistica. Sin embargo, esta actitud tie- Esta revalorización de la escritura se plan-
ne antiguos antecedentes. tea también desde la psicología. La actuali-
Hasta los neogramáticos, conocimiento era zación de diversas explicaciones sociocul-
conocimiento de las escrituras y por la escri- turales sobre el funcionamiento mental ha
tura, lenguaje era sinónimo de lenguaje es- aumentado la importancia atribuida a los sis-
crito y las letras se confundían con los soni- temas simbólicos en general y a la escritura
dos. A principios de este siglo de Saussure en particular. Es en este contexto que se re-
en Europa y Bloomfield en Norteamérica, se cuperan los trabajos de Vygotski, Luna y la
oponen a las posiciones neogramáticas defen- psicología soviética, que fueron de los prime-
diendo la necesidad de separar el conocimien- ros en estudiar el desarrollo de la escritura
to de la escritura, y de considerar el lenguaje y los efectos cognitivos de la alfabetización.
oral en sí y no como reflejo del lenguaje es- Se buscó discriminar cuáles eran los cambios
crito. Esta postura, fonocentrista, tuvo pocas que la adquisición personal del medio escri-
excepciones y produjo efectos revolucionarios. to produce en las funciones cognitivas y ave-
Rompió con el elitismo de la norma escrita, riguar si esos cambios podían ser atribuidos
permitió la descripción menos prejuiciosa de a las características de la escritura en sí o a
lenguas indígenas y con el tiempo, del len- la manera en que se la enseñaba.
guaje infantil. A partir de entonces, cualquier A mediados de los arios setenta el tema del
lengua, aun la que no poseía escritura, co- alfabetismo («literacy» en la terminología an-
menzó a considerarse digna de ser estudia- glosajona), en sus múltiples facetas, históri-
da, regulada por reglas y creativa. Uno de los cas, antropológicas, cognitivas, pasa a ser un
resultados más notables de este cambio en la tema central de la literatura psicológica y edu-
valoración del «lenguaje natural» se manifes- cacional, pero de una manera radicalmente di-
tó en el estudio del lenguaje infantil. Se tra- ferente. Hasta entonces dos temas eran im-
tó de descubrir cuáles eran las reglas propias portantes: el aprestamiento para el aprendi-
del lenguaje infantil y no sólo cuánto éstas zaje de la lectura y la discusión sobre los mé-
se alejaban de la norma (escrita). todos de enseñanza.
En los últimos años, hace algo más de una Pero durante los años setenta surge y se de-
década, hemos vuelto a la escritura y al len- sarrolla una concepción diferente: se asume
guaje escrito, revalorizando aquellas islas de que si los niños habían demostrado ser suje-
opinión como las de Vacheck y McIntosh, tos activos en el aprendizaje de otros domi-
que en pleno auge de las posturas fonocen- nios de conocimiento, también lo serían en
tristas pretendían mantener ambas expresio- el aprendizaje de la escritura y del lenguaje
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escrito. Si realmente la escritura formaba par- de vista «alfabetizado» es en el uso de los tér-
te de nuestro acervo cultural, por interacción minos metalingüísticos. Tanto en las activi-
y por participación en «eventos alfabetizado- dades de análisis como en la categorización
res», el niño se apropiaría de ese objeto explícita del lenguaje natural se nota el im-
cultural. pacto de la escritura. La segmentación crea-
¿Todos los niños? da por la escritura del lenguaje tiene conse-
Aun los más optimistas sobre el efecto al- cuencias sobre la percepción del lenguaje no
fabetizador de la comunidad, no podían de- sólo cuando se escribe sino también cuando
jar de notar las diferencias entre los sujetos éste se expresa oralmente.
y entre distintas comunidades dentro de la El primero de los trabajos incluidos en es-
sociedad global. Se desarrollan entonces nu- te volumen, de Ferreiro y Vernon, se ocupa
merosas investigaciones tratando de averiguar de la utilización. No analizan estos aspectos
cuáles son las mejores predicciones del éxito sino que se proponen indagar la definición
escolar, equiparándo éste a la adquisición de explícita de los términos palabra y nombre en
la lectura. Las posibles razones del éxito se sujetos en proceso de alfabetización. Para ello
buscan en las experiencias tempranas que el utilizan el método clínico-crítico de la escuela
niño tiene, en su hogar o en su comunidad. de Piaget y descubren el impacto de la escri-
Se obtuvieron entonces descripciones etno- tura en la definición de éstos términos. El tér-
gráficas de prácticas alfabetizadoras más o mino «palabra» remite tanto a ciertas segmen-
menos conscientes, en la familia y en la co- taciones de la cadena lingüística como a cier-
munidad (cf. Brice Heath, 1983). Desde la tas categorizaciones derivadas del acto de de-
cantidad de libros o revistas que hay en el ho- nominación. En tanto que el término nom-
gar, hasta el uso de verbos cognitivos (Torran- bre remite sólo a una categorización. ¿Cómo
ce y Olson, 1985), fueron múltiples los fac- será tratada la distinción entre palabra y nom-
tores que se invocaron y se invocan aún, pa- bre en los sujetos prealfabéticos y prealfabe-
ra entender por qué si la escritura es parte tizados? Las autoras se cuestionan sobre el as-
de nuestro espacio mental, algunos niños pecto de denominación y su relación clasifi-
aprenden mucho más que otros y cantidad de catoria de referencia. Para Ferreiro y Vernon
adultos no vuelven a tocar un libro después se trata de una construcción conjunta de de-
de finalizar la escuela o por qué hay todavía nominación y referencia.
un millón de analfabetos en Cataluña (El Pe- Al explorar el uso cotidiano de ambos tér-
riódico, 11 de enero de 1990). minos las autoras concluyen que la noción in-
La profusión de información que debemos tuitiva de palabra y de nombre se caracteriza
manipular actualmente, para formar parte ac- por la fluidez y poca homogeneidad en su
tiva de nuestra comunidad, es enorme. Ha- aplicación referencial. Además, coincidiendo
cia el 1200 una decena de volúmenes basta- con estudios anteriores (Berthoud-Papandro-
ba a un estudioso para hacer una carrera poulu, 1974), las autoras encuentran que al
útil... la biblioteca de la Sorbona constaba ha- pedírsele una «definición» explícita de pala-
cia 1250 de un millar de volúmenes (Zumt- bra los niños privilegian los sustantivos, con-
hor, 1987). Hoy día la biblioteca personal de siderándolos como prototipo de palabra.
cualquier científico lo supera. Esta profusión Otros estudios han demostrado que la ca-
crea brechas sociales muy difíciles de superar. tegoría sintáctica de las palabras no influye,
Los trabajos incluidos en este volumen in- sin embargo, en su reconocimiento. Cuando
tentan reflexionar sobre los efectos de esta se solicita a niños de edad preescolar repetir
brecha. En muchas investigaciones se ha en- la última palabra pronunciada por un adulto,
fatizado ya sobre la importancia de compren- en secuencias interrumpidas, los niños son ca-
der el proceso de adquisición de términos me- paces de hacerlo cualquiera que sea su cate-
talingüísticos para el aprendizaje de la lectu- goría gramatical, aun preposiciones y artícu-
ra y la escritura. Una de las dimensiones en los (Karmiloff-Smith, 1987). Lo que se ha lo-
las que parece evidente la influencia del punto grado detectar usando esta estrategia es un
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nivel intermedio de conocimiento más allá del Pontecorvo y Orsolini abordan los procesos
uso y más aquí de la definición. Esta distin- de composición y comprensión del lenguaje
ción de niveles es importante porque es muy escrito. Hasta hace relativamente poco tiem-
probable que sea este nivel intermedio el ne- po se tenía una imagen de la composición es-
cesario para aprender a leer y a escribir, ya crita tributaria de ciertas concepciones ro-
que el nivel de una definición verbal y explí- mánticas; el escritor puede, al calor de la ins-
cita de términos parecería ser el resultado de piración, improvisar sobre cualquier tema.
la alfabetización. Esta imagen influyó en muchas de las prácti-
En el caso de los nombres, tal como lo de- cas pedagógicas precedentes, motivando que
muestra el estudio de Ferreiro y Vernon, pa- los profesores propusieran «temas libres» de
rece haber un mayor consenso entre los ni- composición con el objetivo de estimular la
ños. Tal consenso deriva de que este término capacidad creadora de sus alumnos. Sin em-
está internamente representado en los niños, bargo, esta imagen no está fundamentada en
por una referencia a la escritura. La escritu- ningún testimonio de escritores profesiona-
ra, entonces, no sólo influiría en los modos les, desde Virgilio o Cicerón hasta nuestros
en que los usuarios perciben y segmentan el días. Para Cicerón (en De Oratore) el primer
lenguaje, sino también en cómo delimitan la error es creer que hablar enseña a hablar. No,
referencia de algunos términos metalingüís- sostiene, porque se debe dar tiempo a la re-
ticos. La denominación «palabra» se adjudi- flexión; escribir es el medio más eficaz para
ca por oposición a la denominación «nombre» llegar a expresar un buen discurso. El escri-
ya definida. «Palabra» pasa a ser lo que no bir, según Cicerón, tiene el poder de orna-
es nombre, o pasa a ser la «letra» cuando no mentar pero a la vez de pulir las palabras (He-
cumple con las condiciones de «legibilidad» rescu, 1951). También para Quintiliano y pa-
exigidas de lo escrito. ra Plinio la composición escrita era la mejor
El segundo trabajo, de Yetta Goodman, forma de llegar a elaborar un discurso. En el
ilustra una visión optimista sobre el efecto al- proceso de elaboración de una obra, la pri-
fabetizador del medio. Desde una perspecti- mera etapa es la que sirve para tomar apun-
va de observación etnográfica, esta autora se tes de ideas, de expresiones o de esbozos
dedica a describir las condiciones bajo las («notare»); la segunda es la de poner en for-
cuales los niños en medios urbanos reciben ma según las reglas de la prosa o del verso
las influencias de contextos alfabetizadores. («formare»); cuando se tiene la composición
Tales influencias constituyen, según la metá- se puede pasar a dictar («dictare» o escribir
fora que la autora utiliza, las «raíces de la al- en forma manuscrita); finalmente, la correc-
fabetización». Entre ellas destacan tanto los ción o los retoques. Comenta Herescu, en «El
aspectos gráficos de los textos como los as- modo de composición de los escritores», que
pectos discursivos implicados en los actos de muchos de ellos leían a un auditorio para ve-
lectura. rificar el efecto que tenía el texto sobre la
Evidentemente las condiciones sociales di- audiencia. Este mismo recurso, aunque con
fieren para los sujetos y para las distintas co- un objetivo menos retórico que el que pudo
munidades dentro de la sociedad global. Es- haber tenido entre los clásicos, lo practicaba
ta línea de investigación contribuye, con la Flaubert, quien se repetía para sí mismo las
descripción exhaustiva de las características frases y hasta gesticulaba.
de las condiciones ambientales, a ampliar De todos los momentos tal vez sea el de
nuestro conocimiento de las particularidades «formare» el más creativo, el de la composi-
de cada contexto. Para Goodman, el conoci- ción propiamente dicha. Pero ni antes ni aho-
miento de dichos factores representa una con- ra debe asociarse creación y azar, a libertad
dición suficiente en la programación de situa- total y automatismo.
ciones escolares. En palabras de Raymond Queneau: «el clá-
Los siguientes trabajos de Scardamalia y sico que escribe una tragedia observando cier-
Bereiter, Camps, Tolchinsky, Teberosky y to número de reglas que él conoce es más li-
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bre que el poeta que escribe lo que le pasa nes están tan preocupados por expresar la in-
por la cabeza y que es esclavo de otras reglas formación disponible en su memoria que
que ignora» (citado por I. Calvino, 1989, p. descuidan la reflexión, la planificación, la re-
137) . visión y la adaptación de la información a la
Si hemos citado a Cicerón y Quintiliano, audiencia.
maestros de la retórica, es porque los traba- Scardamalia y Bereiter han elaborado téc-
jos aquí presentados vienen a renovar, bajo nicas de intervención para modificar el de-
una problemática actual, los temas y los pro- sarrollo lineal y secuencial de la producción
blemas de esa disciplina. En nuestra época, de los estudiantes. Estas intervenciones ha-
ese renovado interés abarca algo más que los cen que los alumnos repiensen sus decisio-
momentos estrictamente retóricos, momentos nes, consideren alternativas y dirijan su aten-
que preceden o siguen al discurso mismo (la ción hacia aspectos de la tarea diferentes de
invención de ideas o temas, el uso de técni- la exclusiva generación de ideas. Presentan in-
cas de memorización, etc.) junto con los mo- teresantes sugerencias de propuestas para me-
mentos propiamente de producción discursi- jorar las cualidades retóricas de los alumnos
va, de dispositio (distribución de las grandes a través de la comparación con modelos ex-
partes del discurso y segmentación en unida- plícitos de procedimientos y de medios de ex-
des) y de elocutio (elección y disposición de presión de escritores maduros.
las palabras en la frase), tal como lo ejempli- Uno de los subprocesos de la composición
fican el estudio de Scardamalia y Bereiter, so- es la revisión, tal como lo señala Anna Camps,
bre modelos de composición; el de Camps so- autora del cuarto trabajo. En lo escrito siem-
bre el subproceso de revisión y retoques; el pre se puede volver hacia atrás. Esto es im-
de Tolchinsky, sobre la expresión de las cua- posible de hacer en el lenguaje hablado, ex-
lidades de lo narrativo; el de Pontecorvo y cepto con un comentario metalinguístico: «me
Orsolini y el de Teberosky, sobre las actitu- he expresado mal», «no», «quise decir», etc.
des frente a la reproducción de una infor- Es que lo escrito, tal como sostiene Lebrave
mación. (1983) produce un objeto que no se encuen-
Los problemas de composición (del conte- tra en el tiempo sino en el espacio gráfico.
nido) y de expresión (de la retórica discursi- La importancia de estudiar dicho subproce-
va) no son exclusivos de un tipo particular so en el lenguaje escrito es evidente: ¿cuán-
de discurso. El reconocimiento de esa com- do se produce la revisión?, ¿al finalizar?,
plejidad se expresa, actualmente, en la preo- ¿mientras se desarrolla la composición?, ¿qué
cupación de los educadores por ayudar a me- se revisa?, ¿qué actitud es necesaria, por parte
jorar la producción de los estudiantes y des- del productor del texto, para encarar la revi-
de la psicología, en la investigación de los sión? Estas son las preguntas que el trabajo
procesos seguidos tanto por los escritores pro- de Anna Camps quiere estudiar. Para ello uti-
fesionales como por los escritores inexpertos. liza una metodología de observación y regis-
En el campo de la composición escrita una tro «de pensar en voz alta» de discusión en
influyente línea de investigación en ciencia pequeño grupo con niños de 13 y 14 arios.
cognitiva ha comparado entre escritores prin- El investigador interviene en la estructura-
cipiantes y expertos con el objetivo de obte- ción de la tarea: discutir para elaborar un tex-
ner descripciones diferenciadas de los proce- to argumentativo.
dimientos implicados en la composición es- El objetivo de la autora es el de registrar
crita y poder luego utilizarlo en la aplicación y analizar los niveles, procesos y momentos
educativa. Scardamalia y Bereiter presentan en que se realizan los retoques sobre los enun-
un modelo explicativo de la diferencia entre ciados de los escritores respecto a su texto.
escritores inmaduros y maduros. El modelo Los estudiosos de este tema sostienen que
«Decir el conocimiento» describe la asocia- para los investigadores es difícil evaluar las
ción que se produce entre «el pensar y el de- revisiones, realizadas en los textos sobre te-
cir» propio de los escritores inmaduros, quie- ma libre. Esta dificultad aumenta con la
lo
ausencia de instrucciones explicitas o de texto lo que debería set ¿Qué cualidades del ha-
de referencia. En ausencia de una referencia, bla narrativa son las que se transforman en
Anna Camps propone, siguiendo la línea de género literario y cuáles en piezas literarias
Scardamalia y Bereiter (1987), comparar la únicas? Esta es la pregunta que se plantea Li-
planificación prelineal del texto con un tex- liana Tolchinsky, en el siguiente artículo... El
to intentado, todavía no escrito pero formu- punto de partida del trabajo consiste en que
lado para ser escrito y el texto escrito que ya todo trabajo textual es producto de una serie
es resultado realizado. de transformaciones a partir de capacidades
En este artículo se considera como revisión ya disponibles en los niños. Preocupada tan-
cualquier modificación o cambio, tanto en el to por la organización retórica como por la
proceso como en el producto. Esta definición expresión de las ideas, propone no una com-
adoptada por Camps tiene una doble venta- posición de un tema inventado sino de un te-
ja: por un lado evita la connotación perfec- ma conocido y compartido por los niños: la
cionista; y por el otro evita la asociación de narración de un cuento del folclore popular.
la revisión con el error o la disonancia (tal co- Entre el cuento de referencia y los cuentos
mo sucede con el término «corrección», por reescritos se crea un espacio intertextual que
ejemplo). Ahora bien, dado que la revisión le permite analizar las transformaciones que
es costosa para los sujetos, y si como sostie- realiza el niño a partir del texto fuente.
ne Camps éstos se proponen la perfección, El análisis se realiza a nivel de texto pro-
la causa de la revisión no es el reconocimien- ducido, utilizando como base una metodolo-
to del error, ¿para qué revisar? Pensamos que gía descriptiva del dominio sintáctico, a par-
la revisión funciona como un proceso de con- tir de la cual va agregando los otros niveles
trol sobre el producto, donde no hay una idea de análisis hasta llegar a un perfil general del
de perfeccionismo sino más bien una inde- texto en cuestión. En particular analiza los
terminación: se revisa un texto por inacaba- textos en función de las dualidades propias
do y no por erróneo. El desequilibrio que An- de lo narrativo: el decir y lo dicho, la presen-
na Camps encuentra entre la abundante re- cia o ausencia del narrador, las acciones y sus
visión durante el proceso de textualización, motivaciones y los eventos y su interpre-
y la escasa revisión sobre el producto, confir- tación.
maría esta impresión. También en los traba- De aquellos aspectos implicados en la na-
jos sobre testimonios retrospectivos de auto- rración, la organización sintáctica en su di-
res consagrados (Belletnin-Noel, 1972; Labra- mensión sintagmática, la distribución de las
ve, 1983) se constata que para muchos funciones narrativas y el uso del tiempo na-
escritores el status del texto durante el pro- rrativo, son los menos influenciados por el
ceso es diferente que cuando el texto ya está contexto pedagógico. En cambio, la variedad
escrito, a este último lo ven como si fuera el paradigmática y la del tipo de inferencias que
texto de otro. Si esto les ocurre a las profe- los niños realizan sobre el texto son las más
sionales, cabría la posibilidad de plantearse influenciables. Una de las mayores dificulta-
que algo semejante les puede ocurrir a los des mostradas por los niños es la de verbali-
niños. zar las motivaciones de los personajes. A par-
En «Seis propuestas para el próximo mile- tir de estos datos, la autora sugiere que algu-
nio» halo Calvino hace el siguiente elogio del nas transformaciones necesarias del acto
proceso de composición: narrativo ya están adquiridas por los niños;
sin embargo, estas adquisiciones no alcanzan
«... trato de hablar lo menos posible, y pre- para hacer de los textos piezas literarias úni-
fiero escribir porque escribiendo puedo co- cas. El interjuego entre la reproducción lite-
rregir cada frase... la literatura es la Tierra
Prometida donde el lenguaje llega a ser lo ral y la interpretación personal en contenido
que realmente debería ser». (p. 73) y forma parecería ser el componente clave, no
sólo de la composición sino también de la
En el género literario el lenguaje llega a ser comprensión «letrada».
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Usando la misma aproximación metodoló- como marco la teoría de la actividad de Leon-
gica, Ana Teberosky, en el siguiente trabajo, tiev y el análisis conversacional propuesto por
estudia la forma en que escritoras principian- Levinson. Las autoras analizan una situación
tes, adultas en procesos de alfabetización, en- de lectura compartida de una narración, pa-
caran las tareas «basadas en el texto», en par- ra ver cuáles son las condiciones que hacen
ticular una tarea de reescritura de un texto de las «acciones» discursivas instrumentos de
narrativo-informativo. En este trabajo, la mediación del conocimiento. Las prácticas al-
preocupación de la autora se centra en las ac- fabetizadoras que constituyen las operaciones
titudes de mujeres adultas frente al texto que lingüísticas del profesor fueron clasificadas
deben reproducir. La representación que los en: orientaciones, a través de preguntas, so-
adultos construyen de la tarea parece ser de- bre la macroestructura del cuento; demanda
cisiva para explicar las divergencias encontra- de anticipación, a través de completamiento
das respecto a escritores expertos. Estas di- del texto; demanda de predicción de solucio-
vergencias se manifestaron en cómo las adul- nes alternativas, y solicitud de explicaciones
tas encararon la presencia/ausencia del basadas en el texto.
productor y la transformación del productor Las autoras muestran cómo dichas prácti-
en narrador del discurso. A diferencia de los cas pueden virtualmente convertirse en ins-
niños, cuya capacidad de reproducción aca- trumentos mediadores del conocimiento en
bamos de comentar, la mayoría de las adul- función de la teoría semiótica de Vygotski,
tas, poco habituadas a tareas de razonamien- para quien las formas de hablar pueden trans-
to basadas en textos, tratan el texto de refe- mitir formas de pensar. La teoría de la acti-
rencia como un tópico a partir del cual se vidad de Leontiev junto con el análisis más
puede comentar u opinar, pero, en muy po- conversacional provee a Pontecorvo y Orso-
cos casos reproducir. La mayor parte de las lini de instrumentos para operativizar la «zo-
producciones resultantes son textos «abier- na de desarrollo próximo» y dar una explica-
tos»: construidos sobre la base de comple- ción más específica del cambio. A pesar de
mentación entre el texto-modelo de referen- las operaciones orientativas del profesor, uno
cia y el comentario personal de la alumna. La de los aspectos más difíciles de captar y ex-
falta de independencia y de cierre de los tex- plicitar es, también en este caso, el que atañe
tos de las adultas, junto con aspectos de do- a la motivación de los personajes. El desafío
minio ortográfico, de segmentación no con- que prácticas de intervención de esta natura-
vencional de las palabras y de hiperonimia le- leza deben enfrentar es el de la duración del
xical, hacen que éstos sean evaluados como efecto resultante de la incorporación de la
de escasa calidad por parte de los profesores. ayuda como elemento permanente en el de-
En este artículo Teberobsky sugiere la ne- sarrollo del conocimiento. Para evaluar tales
cesidad de encarar la enseñanza de la com- efectos un estudio de intervención debería es-
posición a partir de instrucciones de ajuste tar acompañado por otro longitudinal que
al texto fuente y no sólo de opinión sobre él. permitiera diferenciar entre los efectos de la
Agrega, como nota de precaución, que debe- intervención y aquellos del desarrollo.
mos profundizar en la descripción de todos El último artículo, de Gavriel Salomon,
los dominios implicados en la composición concierne precisamente al tema de los efec-
de textos, para poder evaluar exactamente el tos duraderos de la tecnología en las funcio-
diseño de las actividades educativas y las di- nes cognitivas de los individuos.
ficultades de las alumnas. Hemos visto que en tres de los artículos
Desde una perspectiva vygotskiana y con ya mencionados reaparece el papel de la es-
una metodología observacional de situacio- critura como filtro cognitivo. Existe además
nes interactivas, Clotilde Pontecorvo y Marg- una larga tradición de pensadores para quie-
herita Orsolini se proponen, en el siguiente nes la escritura es una metáfora del mundo:
trabajo, analizar las prácticas discursivas en las conjeturas sobre las claves de las ciencias
un contexto pedagógico innovador. Utilizan ocultas para la Cábala de los rabinos sefar-
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díes, la combinatoria de unidades mínimas incluyen mucho más que la posibilidad de lec-
para Galileo «disponiendo de diversas mane- tura funcional. Nuestro actual desafío es dar-
ras veinte caracteres insignificantes sobre el les respuesta sustancial y metodológica a esas
papel» (Calvino, p. 58). Próximo a Galileo, expectativas. Para poder hacerlo deberemos
el diseñador italiano Gianni Versace utiliza abocarnos en un futuro inmediato a tres te-
el alfabeto para ilustrar las posibilidades in- mas fundamentales que no han sido encara-
finitas de sus sueños. Salomon propone el or- dos en este volumen.
denador como una nueva metáfora, es una 1. La explicación de los mecanismos psi-
metáfora que no sólo devela los secretos del cológicos precisos que motivan e intervienen
mundo contenidos en la combinatoria de sig- en el desarrollo del conocimiento de la escri-
nos, sino que amplía y organiza las capacida- tura y el lenguaje escrito.
des mentales de los usuarios. 2. El estudio de las diferencias indivi-
Salomon analiza cinco clases de efectos: la duales.
creación de nuevas metáforas para interpre- 3. La formulación de propuestas didácti-
tar los fenómenos del mundo, la estimulación cas concretas, a nivel de trabajo en el aula.
de nuevas diferenciaciones, como consecuen- Debemos llegar a modelos más precisos del
cia, la creación de nuevas categorías cogniti- procesamiento y comprensión de lo escrito,
vas: la potenciación de la actividad intelec- yendo más allá de la descripción de situacio-
tual general y de habilidades específicas co- nes evolutivas interesantes. Estos modelos de-
mo la extinción de otras, y, finalmente, la berían poder explicar tanto lo normal y co-
internalización de herramientas simbólicas. El rriente como lo excepcional. La necesidad de
impacto de las tecnologías es diferente según una explicación de las diferencias individua-
que sus efectos sean recibidos en forma pasi- les, tanto respecto de la excelencia cuanto res-
va o en forma participativa. Así, los dos pri- pecto a la dificultad, no puede ser ignorada.
meros efectos son recibidos pasivamente, son Finalmente, tenemos que abocarnos a la ela-
representaciones culturales generadas en la so- boración de propuestas didácticas que vayan
ciedad en que vivimos y sirven como «esque- más allá de la declaración de principios. Los
mas de asimilación» para la adquisición de niños han demostrado ser tan constructivos
nuevos conocimientos. En cambio, los otros en relación a la escritura y al lenguaje escrito
efectos requieren de una interacción y de un como en relación a otros dominios del cono-
compromiso mental con la tecnología. De to- cimiento; eligen información relevante, con-
dos estos efectos activos, el más conocido sea sideran lo notacional como espacio de pro-
tal vez el de la asociación que potencia. blema y son sensitivos a las restricciones par-
Salomon distingue entre el cultivo de ha- ticulares de los diferentes sistemas. No
bilidades y la internalización de las mismas. alcanza con profundizar nuestros conocimien-
Cuando hay internalización hay también tos sobre lo que los niños saben acerca de,
transferencia, ¿cuál es la transferencia que la tampoco alcanza con mostrar a los maestros
tecnología produce? y si produce alguna, ¿cuá- cuánto es lo que los alumnos saben ni con
les son las condiciones de interacción entre analizar las variedades de textos a los cuales
el individuo y la tecnología que permite la supuestamente los niños deben acceder. Si su-
mejor transferencia? Al responder a estas pre- ponemos que los métodos conocidos ya no
guntas en la última parte de su artículo, Sa- bastan para alfabetizar de acuerdo con nues-
lomon se plantea necesariamente otras: cuál tra concepción actual de alfabetismo, debe-
es la naturaleza del desarrollo cognitivo y có- mos elaborar, proponer y evaluar propuestas
mo diferenciar entre determinación del cur- alternativas de trabajo en el aula.
so de desarrollo y flexibilización de los ele- Los trabajos incluidos en este número mo-
mentos cognitivos que a su vez influyen en nográfico analizan las cuestiones desde una
el desarrollo mismo. perspectiva en la que el estudio de las condi-
Todos los autores coinciden en que nues- ciones psicológicas y pedagógicas del apren-
tras expectativas acerca del «ser alfabetizado» dizaje son básicas para entender los resulta-
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dos de la alfabetización, y los resultados son observacionales, clínicas, de intervención y
importantes para entender las diferencias cua- de criterios de análisis —pragmático, sin-
litativas entre los sujetos. La deliberada, aun- táctico—; de lenguas, culturas y edades su-
que de lejos no exhaustiva, yuxtaposición de giere que son múltiples las preocupaciones y
aproximaciones psicológicas —piagetianas, los puntos de vista involucrados «más allá de
vigoskianas, cognitivas—; de metodologías, la alfabetización».

Referencias
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LEBRAVE, J. (1983). Lecture et Analyse des brouillons, Langages, 69, 11-23.
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Univetsity Press.
ZUMTHOR, P. (1987). La lettre et la voix, París: Editions du Seuil.

Extended Summary

Dreams are like the alphabet they do not end in 28 ktters


(Los sueños son como el alfabeto... no pueden terminar en 28 letras)
Gianni Versace

The authors included in this volume assume that writing and written language are part
of the mental representation of every person growing in a literate community, even of those
who are still pre-literate or even illiterate. This assumption supposes a distinction between
a personal command of writing as a modality and knowledge people may have about written
language as a register. A recognition of this possibility implies a relatively new approach
in linguistics and psychology. Af ter the total hegemony of linguistic stucturalism which privile-
ged the study of oral language, the present approach recuperates some of the ideas of the
Praga Circle and of the rethorical studies. According to them, written language is an object
of linguistics and both oral and written language must be studied as linguistic varieties.
From a psychological point of view the present approach recuperares the study of writ-
ten language and the written system as developmental domains and not only as school subjects.
This volume contains eight articles by leading researchers in the field of literacy. The
studies deal with the explicit definition of metalinguistic terms by preschoolers; the social
conditions of literacy, the different models of composition processes, the processes of revi-
sion in written composition, the influence of pedagogical approaches in the quality of nar-
rative texts, the capacity of llliterate adults to reproduce informative texts, the discoursive
practices of a teacher in an interactive situation of text comprehension and the influence
of technology on the development of cognitive functions. The deliberate selection of diverse
theoretical and methodological approximations included in this volume illustrates the multiple
interests, problems and perspectives involved in exploring the learning processes beyond the
acquisition of the alphabet.

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