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La defensa de las indefensas

En algn momento, me acusaron de tener una falsa inocencia y con ello ganarme la
atencin de algunas personas, sobre todo, de los hombres. Aquel comentario, me caus
mucha gracia, me defend argumentando que todo podra ser posible, menos demostrar ante
ojos ajenos ingenuidad, de hecho, mi carcter era ms bien opuesto y crea definirme como
una mujer combativa, rebelde, llegando incluso al lmite del pleito. As esta ficcin de
tener una falsa inocencia, en aquel momento no fue sino ms que una apreciacin curiosa y
divertida sobre mi persona.
Pas el tiempo, y no me haba percatado de la gravedad de dicha percepcin, que,
expresada por un hombre, de unos cincuenta aos, ahora cobraba cierta lgica. Acusarme
de una falsa inocencia expresaba en el fondo una aspiracin a ver en m una verdadera
inocencia. Aunque a estas alturas suena ridculo, el mito de la nia indefensa, de la lolita
prstina, sigue siendo una ambicin de muchos hombres
No quiero pecar de feminista, pero las experiencias repetidas siempre estn ah para
respaldarnos:

La lolita que no puede cobrar ms que un hmbre.

La lolita que necesita de un padrino para avanzar

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