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[] Las fuerzas armadas son el brazo fuerte de la Constitucin []; no es, pues, legalmente

concebible que ese brazo, creado precisamente para sostenerla, se vuelva para sustituir,
injustamente, a la voluntad popular [].
El acatamiento es debido y referido en ltima instancia a la Constitucin y a sus leyes, nunca a los
hombres o a los partidos polticos que circunstancialmente pudiesen detentar el poder pblico.
[] Est claro entonces, que tal deber de obediencia habr dejado de tener vigencia absoluta, si se
produce, al amparo de ideologas exticas, un desborde de autoridad que signifique la
conculcacin de los principios bsicos del sistema republicano de gobierno, o un violento
trastocamiento en el equilibrio e independencia de los poderes, o un ejercicio de la potestad
constitucional que presuponga la cancelacin de las libertades y derechos de los ciudadanos.
En emergencias de esa ndole, las instituciones armadas, al servicio de la Constitucin no podran,
ciertamente, mantenerse impasibles, so color de una ciega sumisin al poder establecido, que las
convertiran en instrumentos de una autoridad no legtima [].
Ongana, Juan Carlos. Diario La Nacin, 7 de agosto de 1964.

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