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Al ver aquel pedazo de hueso de pierna, (inquiri esto gracias a la longitud del fragmento oseo),

un escalofro se le arranc de la carne como un golpe de agua mientras se est durmiendo


profundamente. Siempre sinti un horror espinoso hacia los cadveres viejos y los esqueletos, a
pesar de haber ayudado a cincelar tantos de ellos en estos aos. Vio estpidamente hacia los
lados, los rboles viejos y desafiantes, y quiz escapar hasta de ellos, porque cuando el miedo
ataca frontal y crudamente, el mnimo sonido de una bolsa de plstico agitarse a lo lejos por una
nauseabunda nube de polvo se vuelve el peor de los horrores.
La angustia desesperante que acude a una mente y un cuerpo cuando el mundo de contrae
dentro de las costillas, y todo se vuelve una aplastante maraa de pensamientos futuros
pesimistas y monstruosos, se apoder de l cuando sus ojos vieron lo que ocurra en el tronco de
aquellos viejos guardianes del bosque.

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