Envuelto en sangre, bello se�uelo Que me atan a tus labios Como las excusas perfectas de una ilusi�n Me desahogo de lo que he cre�do Dejo atr�s lo que he creado Observo. Encuentro. Sue�o�
Lograste comprender por instinto
Que hasta nuestros caminos rectos serpentean Cada tristeza contiene una pieza, de nuestro coraz�n De todo lo que nos falta descubrir en esta vida Y as� apreciar la marcha de las hormigas, el ritmo del mar Construiremos un castillo de naipes, en nuestras manos Llora. Respira. Olvida�
Debajo de aquella l�nea invisible, llueve
Opac�ndose la ternura de tus caricias Una rosa muere entre mis espinas Una peque�a elecci�n en la oscuridad Divorci�ndome de cada vicio, que placer me supo dar Lo que nunca quise saber, resulta la dulce frustraci�n Entend�. Eleg�. Ment�
Te escucho en mis arterias, en mis venas
Impregnas cada suspiro herido de mis dedos Se que no dudar�as en cortarme ambas alas Con las tijeras de tus piernas Mientras mantienes tus ojos abiertos, podr�s ver Que nunca tuve la intenci�n de ser s�lo un dolor. No hay nada m�s en mi mundo que nosotros dos Explorando nuestros abismos distantes Pregunt�ndome c�mo nos sedujo tanto esto M�s all� de que fuimos: solo piel, hueso, carne, pecado tambi�n. As� que descarto lo vac�o de las palabras Y beso tu frente mientras aprendo a aceptar Que escapar de la angustia va a la par con mis ojos cerrados Pero alguna parte de mi ya todo lo sab�a Que soy la mariposa que termina al borde de la muerte Quem�ndome entre las flamas de esta oscuridad Me dejaste pregunt�ndome por aquel prisma negro Con el cual robaste mi brillo de mis ojos volvi�ndose as� �palos No quedan m�s que algunos peque�os versos opacos Junto a la sofocaci�n en mi pecho por lo que perd� �Cre�ste que no lo descubrir�a? Y as� fueron mis segundos� hasta hoy.