La mayora de nosotros no ha llegado todava a ese estado de compasin, amor y perdn
[semejante al de Cristo]. No es fcil. Requiere casi ms autodisciplina de la que podemos tener. Pero si tratamos, llegamos a darnos cuenta de que hay un blsamo curativo, un poder grandioso y sanador en Cristo, y que para ser Sus verdaderos siervos no slo debemos ejercer ese poder sanador a favor de los dems, sino, lo que quizs sea aun ms importante, aplicarlo a nosotros mismos. Vase presidente Gordon B. Hinckley (19102008), El poder sanador de Cristo, Liahona, enero de 1989, pg. 61.
CUANDO EL SEOR HAGA EL BALANCE DE SUS LIBROS Haba una vez dos granjeros cuyos campos colindaban. Uno de ellos nunca trabajaba los domingos y su vecino lo criticaba por ello. Le deca: Tus cultivos no tienen tan buen aspecto como los mos, por qu no trabajas los domingos?. El otro granjero le contestaba: Quiero hacer lo que el Seor mand; quiero ganarme Sus bendiciones. Un da de octubre se encontraban junto a la cerca medianera. El [vecino] le dijo: Mralo! Fjate en mi campo: est hermoso, con plantas altas y las espigas de trigo cargadas de grano. El tuyo se ve un poco descuidado; no lo has atendido tan bien como yo al mo. Mira mi cosecha comparada con la tuya. Qu me dices ahora de las bendiciones que pensabas recibir?. El granjero que guardaba el da de reposo pens por unos minutos y respondi: El Seor no hace el balance de Sus libros en octubre. Vase presidente Boyd K. Packer, Presidente del Qurum de los Doce Apstoles, Mine Errand from the Lord, 2008, pg. 336.
La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.