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UNA TARDE

Una tarde caminaba en desasosiego y soledad, sin esperanzas, sin sueos, con
mis pensamientos perdidos, en el horizonte se vislumbraba la posibilidad de
alcanzar una meta lejana, pero prometedora, de momentos mejores de alegra y
tranquilidad.
Sin buscar siquiera lo que en esta tarde sucedera, continuaba a paso firme, a
paso lento, cuando mis ojos de repente te vieron por primera vez, fue un destello
de luz para mi vida, un segundo donde todo lo olvide quedando perdido en las
delicias de su belleza, de su dulzura, un primer segundo que sent, fue hasta
ahora el mejor momento de mi vida, Quedando atrapado en la inmensidad de tus
ojos, ojos claros y clidos, que expresaban felicidad, que mostraban delicadeza y
que me dejaron en un trance profundo y placentero, un segundo que para m fue
una hermosa eternidad.
Sin poder terminar de contemplar sus ojos profundos y atrayentes, su sonrisa me
libero y atrapo nuevamente, no saba lo que pasaba conmigo, perdera la razn o
recuperara el sentido de mi vida, si es que alguna vez tuvo algn sentido, pero
eso no importaba ahora solo tu sonrisa me llenaba, Sin poder explicarla, sin si
quiera acercarme a su significado, senta que en su sonrisa recuperara mi
esperanza perdida, una sonrisa que llegaba hasta lo ms recndito de mi ser y me
estremeca una y otra vez.
Las hojas aun caan mientras segua caminando y ella a lo lejos tambin lo haca,
acercndote entre risas, entre murmullos, entre alegra y tranquilidad.
Y yo an envuelto en la maravilla de su sonrisa, de una manera recurrente, sin
encontrarme a m mismo aun no poda para de pensar lo magnifica que te veas;
pero sin saber que todo para sera peor, cuando entre en un trance mucho ms
profundo cuando o su voz.
Sorprendido y anonadado sent como una chispa se encenda en m, su voz
rompi de la manera ms sutil, la dureza en mi corazn, una voz que no se poda
comparar con nada, ni siquiera con la de un ngel, era mucho ms en mi ser,
senta que su voz poda ahuyentar la oscuridad, que en ella era mucho ms
valiosa que los tesoros ms deseados por un hombre.
Y ahora como todo empez, as mismo termina, mientras se alejas caminando
lentamente, sintiendo en mis nuevas fuerzas para vivir, lo que nunca pens volver
a sentir.
Y poco a poco mientras todo esto pasaba por mi mente, yo, aun caminaba en esta
tarde que nada prometa, pero que por ella, jams olvidara.


Yeison Cifuentes Baquero

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