Está en la página 1de 1

Herman Nitsch

Autor
(1938)
Título Schüttbild
Año 1986
Elisabeth & Klaus
Galería
Thoman
Stand 8B05
Díptico de óleo sobre
Técnica
yute
Cortesía Galería Elisabeth & Klaus Thoman, Innsbruck Dimensiones 198 x 473 cm.

Si bien es cierto que Jackson Pollock (1912-1956) es respetado como uno de los referentes más emblemáticos
del Expresionismo Abstracto norteamericano, son sin embargo pocos los que conocen la descomunal
influencia que a partir de los años sesenta tuvo su manera de pintar. Al colocar el lienzo blanco sobre el suelo
y girar en torno a él arrojando pintura, una de las cosas que Pollock se proponía era insistir en su interés por
los rituales y los bailes de diferentes pueblos americanos. A este artista le preocupaba el valor telúrico que
aquellos indios mostraban en sus rituales; una Cosmovisión en la que la Naturaleza no era nunca mero
instrumento al servicio del hombre, sino una realidad poblada de Espíritus: una Madre llena de vida con la que
se debe entablar una relación de cuidado y de respeto.

Esta concepción ritual del arte arraigó de forma poderosa en distintas propuestas artísticas tanto del continente
americano como de la vieja Europa, donde la catástrofe bélica había dejado una sensación de profundo vacío
existencial. El hombre europeo, convertido en «máquina de matar» durante la contienda y sometido a un
proceso laboral cada vez más alienado, sintió la necesidad de recuperar la fuerza de unos rituales ancestrales
en los que el cuerpo, el sexo y la violencia sirviesen de escape frente a una concepción de la vida fría y
burocrática.

Herman Nitsch fue uno de los miembros referenciales del llamado Accionismo de Viena, un grupo de artistas
surgido en los años sesenta en la ultraconservadora capital austriaca, que reivindicó este tipo de pasión
erótico-festiva. En esta línea, muchas de sus propuestas del artista han consistido en grandes encuentros
teatrales en los que la sangre, la música, los cuerpos desnudos y el baile buscaban el fondo oculto y reprimido
de la vida. Posteriormente, Nitsch ha expuesto múltiples obras, como este díptico, surgidas de los restos de
esas representaciones teatrales en las que queda la huella de un desenfreno no tanto sanguíneo como visceral.
Según se percibe en Schüttbild (Pintura vertida), lo que Nitsch muestra como pieza artística no es una
expresión racional o lógica de la experiencia vital, sino un acercamiento extremo a su fondo violento y
desmedido; una reivindicación de su carácter pulsional.

También podría gustarte